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Orientación Universidad
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guión teatral para la ora ollantay, Guías, Proyectos, Investigaciones de Literatura

se pone en disposición el guión teatral de la obra ollantay

Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones

2016/2017

Subido el 02/10/2023

maickol-polo
maickol-polo 🇵🇪

4.5

(2)

3 documentos

Vista previa parcial del texto

¡Descarga guión teatral para la ora ollantay y más Guías, Proyectos, Investigaciones en PDF de Literatura solo en Docsity! Ollantay Personajes: Ollantay: angello Cusi Ccoyllur: Tracy Imac Sumac: Sharon Piqui Chaqui: Sharon Pitu Salla:Sofia Huillca Uma: Sofia Pachacutec: Indira Tupac Yupanqui: Indira Rumi Ñahui: Jeymy Mama Ccaca: Jeymy PRIMER ACTO Escena primera (Ollantay, con manto y con una maza aparece acompañado de Piqui-Chaqui, su siervo, Calle del Cuzco). OLLANTAY: Dime, ¿viste a Cusi Ccoyllur? ¿Entraste en su palacio? PIQUI- CHAQUI: ¡Dios no permitas que me acerque allá! La ira del Inca es implacable y no me arriesgo a provocarla. (Pausa). ¿Cómo es que no la temes tú? OLLANTAY: El amor no teme a nadie ni a nada (Pausa). Nunca dejare de amar a esa criatura; bien lo sabes. El corazón me lleva hacia ella… PIQUI-CHAQUI: Debes estar poseído por el demonio. Hay muchas mujeres a las que puedes amar sin ningún peligro. ¡Cuántas se sentirían honradas de saber que las has elegido…! OLLANTAY: ¡Sólo me importa ella! ¡Ella! ¿Entiendes? PIQUI-CHAQUI: Cuando el Inca descubra tu pensamiento, no vacilará en cortarte el cuello o asarte vivo en la hoguera. OLLANTAY: No me estorbes, Piqui-Chaqui. No me contradigas, que estoy tan exaltado y que soy capaz de castigarte. PIQUI-CHAQUI: ¿Qué ganarías con eso? Ya no tendrías a quién decirle día y noche que busque a Cusi-Ccoyllur y le cuente tu pasión OLLANTAY: Ni la misma muerte podría detenerme. Por abrazar a Cusi- Ccoyllur combatiría contra una montaña hasta vencerla. PIQUI-CHAQUI: Sólo te falta decir que también derrotarías al demonio. OLLANTAY: Aún a él pondría a mis plantas. PIQUI-CHAQUI: (Riendo) Hablas así porque no le has visto ni la punta de la nariz. El demonio no es un buen enemigo… OLLANTAY: ¡Calla! (Pausa). Dime ¿No es Cusi-Ccoyllur la más brillante flor del Imperio? PIQUI-CHAQUI: ¡Bah, estás loco por esa mujer! (Pausa). No la he visto, eso es todo…(Pensativo) aunque pienso que fue una de las vírgenes que salieron ayer… OLLANTAY: Sin duda era Cusi-Ccoyllur ¿Ves cómo la conoces? PIQUI-CHAQUI: Es una conjetura, nada más. OLLANTAY: ¿Era hermosa, jovial, dulce, frágil, delicada, única entre todas? (Piqui-Chaqui hace un gesto afirmativo) ¿Sí? Era ella (ansioso). Anda en este instante y dile cuánto la amo… PIQUI-CHAQUI: No, no me parece prudente ir a plena luz con un encargo semejante. OLLANTAY: ¿Prefieres ir de noche? PIQUI-CHAQUI: ¿No me has dicho que es una estrella? Pues bien ,las estrellas sólo se ven cuando el sol se ha retirado. OLLANTAY: A cualquier hora brilla mi amada. Ella no tiene rival… PIQUI-CHAQUI: No me gustaría ser, mensajero de amores, porque eso tiene un nombre muy feo. SEGUNDO ACTO II ESCENA PRIMERA (Pachacùtec, en su palacio, se entrevista con Rumi Ñahui) PACHACÙTEC: Por todas partes hemos buscado a Ollantay y no lo hemos podido encontrar. (Descompuesto) ¿Dónde está ese hombre? ¿Dónde se oculta? RUMI-ÑAHUI: Debes haber huido… PACHACÙTEC: Marcha enseguida en su persecución. Que mil guerreros te acompañen. ¡Tráelo a mi presencia! ¡Tráelo! RUMI-ÑAHUI: Tres días hace que partió, señor y es posible que en estos momentos esté ya muy lejos de aquí. PACHACÙTEC: Dale alcance. ¡Ve sin tardar! RUMI-ÑAHUI: ¿Y si alguien lo protege en su casa, aquí, en el Cuzco? ESCENA QUINTA (La niña Ima Sùmac, hija de los ilícitos amores de Cusi-Ccoyllur y Ollantay, con su ama Pitu Salla) PITU-SALLA: (Al ver que la joven se acerca a una puerta cerrada) ¡Niña! ¡Niña! ¡Ya te he dicho que no debes acercarte a esa puerta! IMAC-SÙMAC: No comprendo por qué debo permanecer en este patio como una cautiva… ¿Y esta puerta?... ¿Por què no puedo aproximarme a ella? PITU-SALLA: Està prohibido… No preguntes màs. Diviértete aquí dentro, que nadie te lo impedirà. Nada te falta; adornos y vestidos, oro y manjares. Todas las vírgenes de sangre real que aquí moran te miman y acarician, te prefieren y admiran tus bellos ojos. ¿Què otra cosa mejor puede desear? IMA-SÙMAC: Mi alma està siempre inquieta, Pitu Salla. ¿Què sucede? PITU-SALLA: No tienes motivos… Los nobles te colman de favores y se recrean mirándote como si fueras la imagen del Sol. IMA-SÙMAC: Siempre contestas lo mismo y me repites idénticos consejos. Voy a decirte la verdad. Esta gente, esta casa, este encierro me son odiosos. PITU-SALLA:¿Què oigo? ¿Es posible que asì abomines de tu condiciòn? IMA-SÙMAC: Presa aquí, me angustia el ocio y cada dia que pasa maldigo mi triste destino. El rostro severo de esas viejas me horrorizan. En este lugar no hay; ningun placer. Sòlo làgrimas, melancolía, dolor… PITU-SALLA: Eres injusta, tù, la màs querida de las criaturas. IMA-SÙMAC: No soy feliz, no podría ser feliz entre estos muros… (Pausa). Además, una nueva inquietud ha venido a aumentar mi tristeza… PITU-SALLA: ¿Una nueva inquietud? ¿Què te preocupa? IMA-SÙMAC: Anoche me paseaba por el jardín, agobiada por mil extraños temores. De pronto, en medio del profundo silencio, oì una voz de mujer que sollozando se lamentaba amargamente. Todo mi cuerpo se estremeció de espanto. Busquè por todos lados. Preguntè: “Respòndeme- dijo- quien quiera que seas”… la voz se quejaba, repitiendo: “¡Sol, arràncame de aquí, lìbrame de esta horrenda pena!”. Por màs que recorrì el jardín no encontrè nada… Sòlo el viento que gime a lo lejos, entre la paja brava, me respondìa. PITU-SALLA: Tus oídos te han engañado. Sin duda era sòlo del viento… IMA-SÙMAC: El recuerdo de esa noche me lastima dolorosamente. En esta casa mora la tristeza. Las flores están regadas con làgrimas y todo es tenebroso. (Pausa). No me obligues màs a habitar aquí. Me aterra este palacio. PITU-SALLA: No pienses màs en eso… vámonos ya, que podría venir Mama- Ranra. IMA-SÙMAC: ¡Oh, la luz me hace tanto bien! (Sale) ESCENA DÈCIMA (Aparece Ollantay que contempla detenidamente al forastero) RUMI-ÑAHUI: (A sus pies) Poderoso Inca, beso las huellas de tus plantas. ¡Ten compasión de este desgraciado! OLLANTAY: (Ayudando a que Rumi-Ñahui se ponga en pie) ¿Quièn eres? Levàntate… RUMI- ÑAHUI: Pero, ¿quièn eres? ¿Quién te hirió tan lastimosamente? RUMI-ÑAHUI: Soy una piedra que cayò y ahora està a tus pies, señor. ¡Levàntame, Inca mìo! OLLANTAY: Deja que te mire bien… (Asombrado). ¿No eres Rumi-Ñahui, valiente del Hannansuyo? RUMI-ÑAHUI: (Humilde) Sì, soy una roca de la que ahora mana sangre. OLLANTAY: ¡Ven a mis brazos! (Lo abraza alborozado). ¡Ven amigo mìo! RUMI-ÑAHUI: ¿Me acoges a tu lado? ¿Tan generoso me recibes? OLLANTAY: ¿Quièn te ha hecho daño? ¿Còmo has llegado hasta aquì? (A un indio) ¡Que traigan vestiduras para mi amigo, para mi hermano! (A Rumi-Ñahui) ¿Quièn te ha hecho daño, Rumi Ñahui? RUMI-ÑAHUI: Sobre olas de sangre Tùpac Yupanqui gobierna ahora el Cuzco. No estarà satisfecho, el cruel tirano, hasta no ver rodar nuestras cabezas. Todo lo inmola en su delirio. Flores rojas siembra por doquier. Y yo también he sido su vìctima. OLLANTAY: No me aflijas. Rumi-Ñahui. Te curaremos y seras un cuchillo màs contra èl. Pero antes de ir en pos de la vergüenza celebraremos en tu honor una gran fiesta. Sobre las alturas del Antisuyo, los hombres se regocijaràn con tu llegada. RUMI-ÑAHUI: La fiesta será un alivio para mis males, Ollantay. OLLANTAY: Tres noches velaremos en homenaje al Sol. ¡Debe reinar la felicidad en el Tambo! ¡Que comience a sonar la mùsica! ¡Un valiente està entre nosotros! (Suenan melodías alegres en el interior) IMA-SÙMAC: Muchos años debo tener, porque muchos años hace que detesto esta casa. PITU-SALLA: Según mi cuenta debe tener quince años màs o menos. CUSI-CCOYLLUR: ¿Cómo te llamas? IMA-SÙMAC: Me llaman Ima-Sùmac… CUSI-COYLLUR: (Puesta en pie, plena de alegría) ¡Ah! ¡Hija mía! ¡Hija mía! ¡Eres mi dicha! (Tomándola entre sus brazos). ¡Hija mía, ven ven! ¡Yo te dì ese nombre! IMA-SÙMAC: ¿Tú mi madre? ¿Puedo merecer tanta felicidad? CUSI-CCOYLLUR: Soy tu madre, Ima-Sùmac. Déjame que te estreche entre mis brazos. IMA-SÙMAC: ¡Madre, madre mia! ¡No te separarás de mí!(Pausa, durante la cual se abrazan). ¿A quién acudiré para salvarte de la pena? ¿A quién me acercare para pedir clemencia? PITU-SALLA: No levantes la voz, Ima-Sùmac. (Pausa. Inquieta). Vámonos ya. Podría descubrirnos… IMA-SÙMAC (A Cusi- Ccoyllur): ¡Oh, madre mía, yo te haré salir de aquí! ¡Espera unos días, sufre todavía algún tiempo en esta casa de mis negros años, y aguarda que yo logre tu libertad! CUSI-CCOYLLUR: ¡Hija mía! ¡Hija mía! (Quedan sollozando, unidas.) ESCENA SEPTIMA IMA-SÙMAC: (Ingresando a la sala, desconcertada ante los ojos que están ahí) ¿Quién es el Inca, mi señor, para arrojarme a sus pies? HUILCA-UMA: (Señalando a Túpac) ¡Oh, Inca todopoderoso, señor mío, saca de la desgracia a una doncella. Extiende sobre mí tu mano, pues eres hijo del Sol! Mi madre ha vivido en el fondo de una horrible cárcel, condenada a cruel tortura, consumida de miseria y de pena… TÙPAC-YUPANQUI: ¿Y quién es el inhumano que así la trata? IMA-SÙMAC: Me han dicho que el Inca ordenó tal castigo. TÙPAC- YUPANQUI: ¿El Inca? Condúceme en seguida a donde está tu madre… IMA-SÙMAC: No hace falta. Yo y mi amiga Pitu-Salla logramos sacarla de su encierro y escapar a la vigilancia de mama- Ranra. Aquí fuera está… TÙPAC- YUPANQUI: Tráela a mi presencia… Escena octava (Sale Ima – Súmac y vuelve al instante con Cusi-Ccoyllur atada y dando muestra del tormento padecido. Viene con la cabeza baja. Sobre la cual su larga cabellera cae. Atrás, Piu-Salla y Mama-Ranra). TÚPAC-YUPANQUI : (Adelantándose hacia Cusi-Ccoyllur) ¿Quién es esta mujer? ¿Quién es el curel que la ha mandado a maniatar? ¿Es posible que un Inca haya dado así abrigo en su pecho a la víbora del odio? (A Mama-Ranra) Acércate. ¿Quién es esta mujer? MAMA-RANRA: Tu padre fue quien ordenó que así se la tratara. TÚPAC-YUPANQUI: Aparten a este puma sanguinario de mi vista (Mama-Ranra se retira atemorizada. El Inca dirigiéndose a Cusi-Ccoyllur) ¿Quién eres? ¿Cómo te llamas? CUSI-CCOYLLUR: Ima-Súmac, ¿Quiénes son estos hombres? ¿Dónde estoy? IMA SÚMAC: No tema, madre mía. Es el Inca, el generoso Yupanqui. Sal de tu sueño de dolor y háblale TÚPAC-YUPANQUI: Vuelve en ti, mujer, y dime al fin quién eres. IMA-SÚMAC: Ordena, señor que le quites las ataduras. HUILCA-UMA: Deja que yo lo haga. (está a Cusi-Ccouyllur). OLLANTAY: (A Ima-Súmac) ¿Cómo se llama tu madre? IMA-SÚMAC: Es lucero apagado y sin alegría. Se llama Cusi-Ccoyllur… OLLANTAY: (con un grito) ¡Poderoso Yupanqui, mira en esta mujer a mi esposa! TÚPAC-YUPANQUI: (A Ima-Sumác) ¿Cusi-Ccoyllur, dijiste? ¿No es mi hermana desaparecida hace muchos años? HUILCA-UMA: Ella misma es. TÚPAC-YUPANQUI: ¡Ah hermano mío, sólo tu compasión podía sacarme de este tormento! OLLANTAY: (Amoroso al lado de Cusi-Ccoyllur) ¿Cómo he podido perderte tanto tiempo? Desde hoy volverás a ser mi compañera. Sin ti mi vida se agotaba en soledad. ¡Qué fue de tu luz? ¿Qué de todo lo que te hizo la más preciada de flor del imperio? CUSI-CCOUYLLUR: Durante quince años, Ollantay mío, compartimos separados la amargura, y ahora estaremos juntos otra vez hasta la muerte. ( A Túpac Yupanqui) ¿ Yupanqui reemplaza el dolor por la dicha! TÚPAC YUPANQUI: La que te dio la vida moriría si te viera. ¡ Cuántas lágrimas han surcado de tu rostro que lo han reducido a cenizas ¡ Perdón por el daño que te hemos hecho! HUILCA-UMA : ( A los servidores) ¡Que traigan nuevas vestiduras para nuestra princesa! ( A Ollantay): Mira, Ollantay, a tu mujer , hónrala como tal, desde hoy. ( A Cusi-Ccoyllur) : Que el amor, hermana Cusi-Ccoyllur, devuelva el color a tus mejillas y prolongue por largos años tu existencia. OLLANTAY: Eres nuestro protector, inca nuestro. Tu mano ha borrado la desgracia y nos a colmado de beneficios. (a Ima-Súmac, que ha permanecido juntos a su madre): ¡Ven a mi estrella gloriosa, esencia de estrellas! ( La niña va hacia él y lo abraza. Luego una pausa) : ¡En esta nueva era venturosa, la tristeza debe ser desterrada para que reine sólo el regocijo! (Viene una música de fiesta. Todo se hace más vivo y alegre, como si la palabra del Inca hubiera despertado un mundo mágico)
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