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Historia Antigua de España, Apuntes de Historia antigua

Se puede utilizar perfectamente para estudiar, se trata de las diapositivas utilizadas por Juan Jose Seguí

Tipo: Apuntes

2018/2019
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Subido el 19/06/2019

josecuervo
josecuervo 🇪🇸

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¡Descarga Historia Antigua de España y más Apuntes en PDF de Historia antigua solo en Docsity! TEMA 1: LA COLONIZACIÓN FENICIA Y GRIEGA. EL PROBLEMA DE TARTESSOS Contexto histórico de la colonización fenicia ―En torno al 1200 a.C., con la caída del Imperio Hitita, el territorio fenicio quedó devastado (destrucción de Ugarit; invasiones de los Pueblos del Mar). ―Tiro, Byblos y Sidón mantuvieron una actividad política y comercial destacable por: 1-el declive egipcio. 2-la derrota de los filisteos y a la unificación israelita, con la que entran en contacto. 3-la precaria situación de los arameos de Siria y la inmovilidad del Imperio Asirio. ―Desaparición de estados palaciales y sus archivos de tablillas. Disponemos para esta época de libros del Antiguo Testamento, textos mesopotámicos y egipcios. ―Parte fenicia de costa palestina (Biblos, Sidón, Tiro) continuaron ocupadas por pequeños estados autónomos de tipo cananeo (con rey y ejército). En la Biblia las ciudades fenicias son identificadas como cananeas. Los griegos les llamaban fenicios porque sus comerciantes vendían púrpura (phóinix). ―La Documentación asiriaindica que ca. 1100 a. C. Arados, Biblos, Sidón y Tiro se dedicaban al comercio a larga distancia y tenían derechos de explotación de bosques de cedro del Líbano. Fenicia e Israel Causas de la expansión 1-El medio geográfico era hostil a la agricultura por la excesiva sequedad, que hacía endémica la carencia de grano, insuficiente para alimentar a toda su población. 2-El excedente demográfico, concentrado en las costas y dedicado a manufacturas muy especializadas, como objetos de lujo (marfil, oro, plata, bronce, joyas), precisaba de circuitos comerciales para dar salida a su producción. 3-Necesidades de productos de los imperios que circundaban Fenicia, pues el sistema de pago internacional estaba basado en el patrón plata, al que se unía en menor medida el hierro, el cobre, el estaño y el plomo. A los imperios les resultaba imprescindible contar con una red comercial externa que aportara metales en particular y materias primas en general, situación que se hizo acuciante en el siglo VIII. Tiro encontró en los circuitos comerciales a larga distancia su gran oportunidad. Al principio se volcó en las rutas orientales (Mar Rojo, Siria, Cilicia), pero con la demanda de Asiria se abrió la posibilidad de llevar a cabo una colonización occidental, que resolvía a la par los dos principales problemas: el déficit alimentario y el abastecimiento de metales. Contexto histórico de la colonización fenicia El rey Hiram I de Tiro estableció en el siglo X a.C. un rico emporio que acabó en buena medida por monopolizar el transporte marítimo, primero en Levante y, posteriormente, hacia Occidente. En los textos bíblicos se habla de las “naves de Tarsich”, utilizadas para largas travesías. El rey Ithobaal de Tiro extendió su influencia sobre Sidón, Biblos y el norte de Fenicia, ampliándola después sobre el Golfo de Alejandreta y Chipre, con la primera colonia fenicia en Occidente, Kitión (cerca de Larnaca). Los fenicios habían abierto la ruta hacia el Egeo y Creta. Después hasta el Mediterráneo central y la península ibérica. A partir del siglo VIII aparecen de nuevo los asirios. Antes se habían limitado a cobrar tributos, pero Tiglatpileser III invadió el territorio fenicio. Tiro recibió un trato de favor, pero tuvo que hacer frente a una fuerte contribución y admitir la fiscalización aduanera asiria. A partir de entonces las tensiones y los enfrentamientos con Asiria fueron constantes, hasta que Asurbanipal tomó la ciudad (640 a.C.) y toda Fenicia fue convertida en provincia asiria. La caída de Asiria dio paso al dominio neobabilónico de Nabucodonosor que tomó Tiro después de un largo sitio (585-572 a.C.), anexionándola a la soberanía de Babilonia. Tiro no recobró su independencia, pues más tarde pasó a manos persas. Final de la Expansión: La demanda de los Imperios es estancó. A finales del siglo VIII a. C y principios de la centuria siguiente se aprecia un superávit de plata en Oriente, producto de la entrada masiva de este metal durante las últimas décadas, lo que provocó una importante inflación, y que explica que Asiria tratara de eliminar Tiro, causante de buena parte de la masiva afluencia metalíferos que arruinaba su economía. Cronología de la expansión hacia Occidente Existe una discordancia: tartésica, pues se han encontrado en sus ajuares funerarios (Sevilla, La Aliseda, El Carambolo, Huelva, etc.). La presencia de un enclave fenicio en tierra firme frente a Gadir, en el poblado del Castillo de Doña Blanca (Puerto de Santa María), puede revelar los intentos de expansión gaditana buscando un contacto directo con el mundo indígena. Gadir y el “Círculo del Estrecho”: escala obligada de las expediciones de exploración más allá del Estrecho de Gibraltar, en especial, con relación a las colonias fenicias del Marruecos atlántico. La más importante fue Lixus, sede del comercio pesquero, junto al del oro, marfil, metales, púrpura y sal, lo que situaba a la ciudad en el papel de una destacada factoría. También en el islote de Mogador existió un establecimiento fenicio de menor categoría en el siglo VII aC. El entorno septentrional de Gadir En el entorno más próximo se encontraba la zona minera de Huelva (Cerro Salomón estaba destinada a fundir minerales argentíferos) con la desembocadura del Tinto y el Odiel para el transporte del mineral. También había yacimientos en la zona de Sevilla y hacia Sierra Morena. Más allá se han encontrado emplazamientos fenicios costeros de Portugal: en Castro Marim (estuario Guadiana), Tavira (Algarve), Abul (estuario del Sado), Quinta do Almaraz y Lisboa (estuario del Tajo), y Santa Olaia (desembocadura del Mondego). El templo del Melkart de Gadir Dedicado a Melkart, tenía tres altares -donde los sacerdotes conservaban la llama eterna y sacrificaban animales-, dos pilas sagradas y en el exterior destacaban dos grandes columnas de bronce que jalonaban su entrada. No había imágenes de ellos. Contaban también con edificios administrativos y alojamientos para los sacerdotes, casta cerrada que oficiaban con los pies descalzos, la cabeza afeitada e iban vestidos de lino blanco. Al recinto no podían acceder ni cerdos ni mujeres. Cada año se celebraba, en febrero y marzo, una fiesta por la resurrección de Melkart que anualmente atravesaba un ciclo de martirio, muerte y resurrección. En él encontraban los marineros un dios que amparaba sus viajes y al que podían consultar a través de sus oráculos. Su papel superaba, con mucho, los aspectos religiosos: -Aseguraba la tutela política de Tiro y de su templo. -Garantizaba asilo y hospitalidad a los comerciantes, con lo que se transformó en una garantía para los intercambios, llegando incluso a actuar como un verdadero banco, atesorando y prestando dinero. -Cobraba tasas e impuestos a través de ofrendas y de herencias, por lo que llegó a almacenar un incalculable tesoro. Enterramientos en Gadir Gadir presenta necrópolis en Punta de Vaca, Los Corrales, Puerta de Tierra, etc. Hay hipogeos superpuestos, probablemente por falta de espacio. En el interior de la tumba de la necróplolis de Punta de Vaca se encontró en 1887 un sarcófago masculino antropomorfo. Años después (1980) apareció otro femenino. Se conocen otros casos en Sicilia y ciudad libanesa de Sidón. Enclaves fenicios en España Los textos (Estrabón y Avieno) y la arquología nos han aportado información sobre la existencia de enclaves fenicios en las provincias de Málaga, Granada, Almería y Alicante. 1- Los autores clásicos hablan de Malaka (Málaga), (S)exi (Almuñecar), Abdera (Adra). En otros casos nos hablan de una extensa zona costera poblada de “libiofenicios”. 2- La arqueología ha confirmado la veracidad de estas afirmaciones, pues se ha descubierto un conjunto de pequeños poblados y necrópolis en el litoral meridional: El Cerro del Villar, Malaka, Toscanos, Morro de Mezquitilla, Chorreras y Almuñecar; y a mayor distancia, Adra, Guardamar del Segura (La Fonteta) e Ibiza (Sa Caleta). El entorno indígena aparece muy orientalizado: Benimaquía (Denia), Vinarragell (Burriana) y Aldovesta (Benifallet). Características urbanísticas de los enclaves fenicios -Una fuerte implantación demográfica durante cerca de 200 años, entre aproximadamente el 770-550 aC. -La proximidad de muchos de ellos podía obedecer a necesidades de escalas de cabotaje y a factores defensivos. -Son establecimientos pequeños (2 a 15 hectáreas), situados en la desembocadura de un río y que tienen, en la otra orilla, la necrópolis. El río permitía acceder al interior del país, mientras el delta era un buen fondeadero. Su territorio circundante ofrecía recursos abundantes: mineral de hierro en la Serranía de Ronda, mercurio y plomo en Adra y Granada. Toscanos, Chorreras y Almuñecar. -Muestran casas, calles y almacenes que denotan la existencia de grupos familiares o de individuos de nivel económico relativamente alto. En el centro de Toscanos se elevó un gran edificio, quizás un almacén, que pudo aglutinar el mercado de la población. Producción y comercio Presencia de ánforas fenicias y conchas de murex en poblados indígenas indican tráfico comercial. Actividad piscícola demostrada por restos de atún, esturión, morena, que permite industria subsidiaria de salazones, garum y conservas. Esta actividad se orienta al autoabastecimiento. Los indígenas se beneficiaron con intercambios. Se han identificado a través de la arqueología submarina: ánforas en Torre la Sal (Cabanes), hallazgos en Cabanyal-Malvarrosa (Valencia), el pecio fenicio del Bajo de la Campana (se han registrado materiales de 5 procedencias: marfil norteafricano, estaño de Galicia y norte de Portugal, cerámica fenicia del litoral malagueño, galena argentífera de Murcia y ánfora centro- mediterránea, lo que refleja la heterogeneidad de la carga. Puede fecharse 625-575 aC. En 4 de las defensas de los elefantes aparecen graffiti fenicios, del tipo de bd’strt “siervo” y r’mlk “recaudador”, que pueden identificar al receptor del marfil, propietario de la mercancía o centro artesanal. Cartagena) o los barcos de Mazarrón (Murcia). Baria (Villaricos, Almería) En desembocadura del río Almanzora, próximo a minas de plata y bancos de pesca que favorecían industria de salazones y de púrpura. Y destaca la amplia secuencia cronológica (calcolítico y perdura hasta época alto medieval). La Fonteta (Guardamar, Alicante) Es una colonia fenicia ex novo localizada en la ribera sur del Segura. Se conservan restos de muralla de casamatas y bastión. Su apogeo se da en el s. VII aC y entra en crisis a fines del VI aC. El sistema defensivo comprende 1,5 ha. El muro tenía 12m de altura con glacis que llegaba 20m del paramento interno de la muralla. El alzado era de adobe. También poseía una fosa en “V” junto al lienzo perimetral y a 20m del antemural. Importante actividad productiva y comercial Presencia de ánforas fenicias y de conchas de murex (caracoles de mar de los que se extraía tinte púrpura) en los poblados indígenas próximos nos indican un tráfico comercial. Actividad piscícola está demostrada por la presencia de restos de atún, esturión, morena, lo que permitiría una industria subsidiaria de salazones, garum (salsa de pescados) y conservas. Toda esta actividad parece orientada hacia el autoabastecimiento económico de los poblados, pues también los productos de primera necesidad, agrícolas y ganaderos parecen resultado de la explotación de los valles circundantes por los mismos fenicios. La zona contaría con excelentes condiciones para sobrevivir en el seno de una bien estudiada red colonial: puertos y vías de comunicación terrestre, pesca y caza, materias primas y buenas condiciones para la agricultura y el pastoreo. Los indígenas se beneficiaron de los intercambios. Sociedad y enterramientos de los enclaves fenicios Sociedad variada y compleja: -Comerciantes, arquitectos, alfareros, etc., unida a los restos materiales (casas, almacenes, calles, puertos, murallas, etc.) denotaría una organización administrativa pública y mercantil, coordinada y, quizás, centralizada. -Las necrópolis también son muy significativas. En las tres que se conocen -Toscanos, Cerro del Mar, Morro de Mezquitilla (Trayamar) y Cerro de San Cristóbal (Almuñecar)- se sigue el mismo modelo, con una predominancia de la incineración, asociada a ofrendas funerarias (jarros de engobe rojo, platos, lucernas o pebeteros, ánforas y joyas). Las cenizas se colocaban en urnas, algunas muy lujosas, de alabastro o de mármol de fabricación egipcia (Almuñecar), dispuestas en grandes hipogeos de sillares con cubierta de madera y corredor. Eran tumbas que solo podían permitirse las familias adineradas de origen comerciante. Evolución final de la etapa fenicia Después de 200 años, a partir del 550 aC. Desaparece parte de las ciudades de la costa mediterránea. Mientas Gadir sufre un periodo de decadencia. Los problemas de la colonización griega en España Los análisis arqueológicos realizados en los últimos decenios en los principales yacimientos no muestran presencia griega sino ibérica, fenicio-púnica y/o romana. Así ocurre en Mainike (Málaga), Alonis (Villajoyosa), Hemeroskopeion (Denia), Sagunton (Sagunto). No existan acuñaciones griegas de estas ciudades, a excepción de Ampurias y Rhode, mientras las cerámicas griegas localizadas en los emplazamientos de estas supuestas colonias no son anteriores al siglo V aC, siendo a partir de finales de esta centuria y durante el IV cuando se produce una invasión de cerámica ática. Las interpretaciones históricas y filológicas también aportan argumentos revisionistas: Las colonias griegas podrían ser en realidad puertos iberos, fenicios o púnicos, conocidos y frecuentados por los griegos a los que éstos darían nombres por homofonía con su lengua o por simple traducción, pasando a ser recogidos de este modo en las descripciones griegas de las costas y de los fondeaderos (corografías). Las colonias griegas de la península no habrían pasado de ser, a lo sumo, mercados locales (ports of trade) donde se intercambiaban productos entre los comerciantes griegos -y de otras nacionalidades- con los indígenas, circunstancia que explicaría su helenización parcial. Comentaristas y exegetas griegos y helenísticos de los poemas homéricos habrían incorporado historias de aventuras por estas tierras de sus principales protagonistas, por lo cual, las tradiciones míticas griegas referentes a Occidente serían artificios más o menos tardíos. Al naturalizar como griegas a muchas ciudades occidentales, elevando su prestigio en un momento¸ el helenístico-romano, en que el ser griego o filoheleno creaba un timbre de superioridad que vendría a sobredimensionar el impacto de la colonización griega sobre la tiria. Ampurias Emporion y Rhode son las únicas fundaciones griegas indiscutibles en la península ibérica. La ocupación inicial fue sobre una antigua isla que corresponde al actual San Martín de Ampurias y que denominaron Palaiapolis. En torno al 575 aC los colonos se asentaron ya en la costa configurando la polis definitiva o Neapolis. De forma cuadrangular y de perímetro modesto, la ciudad griega se hallaba protegida por una muralla de grandes bloques de piedra. En su lado sur había una puerta fuertemente resguardada por torres, que daba al poblado indígena, por lo que los colonos griegos se turnaban para vigilar de noche la muralla. La ciudad presentaba una parte central definida por el ágora o plaza pública porticada y que fue engrandecida en el siglo IV aC, una cisterna pública, y más al sur la zona religiosa, con tres pequeños templos: uno dedicado a Asklepios, donde apareció su famosa estatua de mármol pentélico, única en su género en la península ibérica; otro a Zeus-Serapis, levantado junto a la muralla; y un tercero a la diosa Higea. En la zona de la Palaiopolis se alzaba un templo de Artemisa Efesia. Hacia el norte y junto al mar se encontraba el área residencial, en donde se situaban los edificios comerciales y portuarios. En general, todas las edificaciones estaban alineadas por calles con cierta simetría ortogonal, que indica un remedo de distribución hipodámica. Formaba parte de la red de asentamientos que entre los siglos VI y IV aC había desarrollado Massalia en el Mediterráneo Occidental. Además, no era propiamente una colonia (apoikía) sino un territorio perteneciente a la metrópoli y administrado desde ella por magistrados (episkopoi). En ella vivían masaliotas, que compartían la ciudadanía con los ampuritanos, y otros griegos. Las acuñaciones autónomas de Emporion comienzan ya en el siglo V aC para transformarse en la centuria siguiente en ejemplares muy variados que ya no dejaron de acuñarse hasta la llegada de los romanos. Estas monedas ampuritanas llegan hasta el cabo de la Nao en Alicante. Ampurias acuña dracmas a comienzos del siglo III hasta el desembarco romano del 218 aC. La moneda de bronce aparece en Ampurias en el 206 aC y continúa posteriormente. La profusión monetaria tiene mucho que ver con el auge comercial de la ciudad, en especial a partir del siglo V aC con la decadencia económica de Massalia, y protagonizó un importante papel como centro introductor en la península de cerámica ática, corintia y etrusca, además de otros productos: vino, aceite, tejido, etc. A cambio obtendría metales, sal, fibras vegetales, pieles y cereales procedentes de regiones indígenas. La relación con los indígenas fue muy recelosa, y tuvo su expresión más clara en la muralla vigilada noche y día que separaba la ciudad griega del poblado indígena de Indike. Ágora de Ampurias La ciudad presentaba una parte central definida por el ágora (plaza pública porticada) y que fue engrandecida en el siglo IV aC, una cisterna pública, y más al sur la zona religiosa, con 3 pequeños templos. Asklepeion de Ampurias Un templo estaba dedicado a Asklepeion, donde apareció la estatua de mármol pentélico, única en su género en la península; otro templo a Zeus-Serapis, levantado junto a la muralla; y un tercero a la diosa Higea. En la zona de Palaiàpolis se alzaba el templo de Artemisa Efesia. Hacia el norte y junto al mar se encontraba el área residencial, en donde se situaban edificios comerciales y portuarios. Rode (Roses, Girona) Algunas fuentes hacen de Rode una colonia muy antigua, erigida por los rodios en el siglo VIII, sus restos no permiten datarla sino como una pequeña fundación masaliota sobre el actual pueblo de Rosas, al norte de Ampurias. Presenta cerámica del siglo V aC, época seguramente de su creación. Situada sobre una colina, su emplazamiento era tan favorable como el de su vecina Emporion para el desarrollo del comercio: puerto al abrigo de los vientos y con una ubicación privilegiada. Los griegos de Rhode no llegaron a establecer una red de relaciones terrestres con las comunidades indígenas tan intensa como los ampuritanos, aunque sus cerámicas llegaron hasta el sur de la Galia. La colonia de Rode emite moneda en la segunda mitad del siglo IV: acuñaciones de dracmas que van desde el 320 al 237 aC. El florecimiento de Tartessos no se puede desvincular de sus riquezas: El desarrollo de la industria de extracción y el comercio de metales (plata, estaño atlántico, etc.), a partir de la presencia fenicia en la zona de Gadir, habrían sido el motor para la configuración de un poder monárquico y para implantar una compleja organización social. Su formación pudo ser la consecuencia tanto de la llegada de pueblos externos que hubieran iniciado un proceso de inmigración (tirsenos, Pueblos del Mar o massienos, celtas o indoeuropeos, etc.), como de una evolución interna de los mismos indígenas –los futuros turdetanos- por contacto con griegos, fenicios o cartagineses. Esta última posibilidad es la que presenta por el momento una mayor credibilidad. La desaparición de este reino resulta problemática. La fecha que se ha venido barajando ha sido alrededor del 535a.C., como consecuencia de: 1- La batalla de Alalía, momento en que el control foceo sobre el Mediterráneo occidental cedió ante Cartago y el comercio tartésico habría sido estrangulado como consecuencia del dominio del mar por los púnicos. En realidad, aquí podía verse la revancha de los norteafricanos ante un Tartessos aliada de los griegos, había desafiado su influencia durante cien años. 2- También pueden ser válidas crisis internas o ataques exteriores de pueblos peninsulares (celtíberos, lusitanos). Lo que sí resulta evidente es que desde finales del siglo VI a.C. Tartessos ya había sucumbido y su territorio estaba en manos de pequeños reyes turdetanos. Sin embargo, en la zona del Guadiana esta cultura se mantuvo hasta el 400a.C. El mito historiográfico Tartessos, desde la Edad Media será un mito de una monarquía independiente, de un primer estado peninsular. La búsqueda de Tartessos ha sido durante muchos años una asignatura pendiente para los investigadores, desde que intentara localizarlo, infructuosamente, Adolf Schulten. Con el paso del tiempo ha sido un tema debatido, con numerosa bibliografía y discusiones. Es aún una cuestión abierta. TEMA 2: LOS PUEBLOS IBEROS Definición y metodología El mundo ibérico peninsular se configura como un foco de gran riqueza cultural a partir de la segunda mitad del siglo VI aC. Una respuesta diversa y compleja del sustrato indígena a los diferentes estímulos colonizadores. El conocimiento del mundo ibérico presenta grandes problemas. La naturaleza de nuestra información, esencialmente arqueológica, escora fuertemente la documentación histórica hacia sus vestigios materiales: arquitectura, escultura, cerámica, monedas, etc. Sus textos escritos, escasos y escuetos, son de ignoto contenido porque, hasta el momento, no pueden ser traducidos. Además, las parvas informaciones de los autores clásicos están, por demás, marcadas por el subjetivismo. Por consiguiente, no es posible hacer una historia narrativa o, en todo caso, sólo es posible trazar algo que se le parezca a partir de la conquista cartaginesa y romana. Por consiguiente, nuestro conocimiento adolece de graves insuficiencias. Zona geográfica El territorio que ocupaban los iberos se podría dividir en dos zonas: 1- Este de la península ibérica, influenciada por las colonizaciones fenicia y griega, y por las aportaciones de la cultura indoeuropea de los campos de urnas, y que hunde sus orígenes en el Bronce, sobre todo en la zona del Sureste, donde destacan las culturas de Los Millares y de El Argar y la zona oriental (Bronce valenciano). 2- Zona meridional, en cuya formación intervino la civilización tartésica y los elementos aportados por los fenicios y los púnicos, especialmente. Valles pirenaicos y costa catalana: jacetanos (Jaca), arenosios (valle de Arán), los andosinos (Andorra) y los cerretanos (Cerdeña); ausetanos (Vich y Gerona) y en sus costas los indeketes; bergistanos (Berga), lacetanos (Maresme y Vallés) probablemente los mismos que se conocen como lasetanos, laletanos o layetanos. Valle del Ebro: ilergetes, con Osca (Huesca) e Ilerda (Lérida); sedetanos (Zaragoza) y suesetanos. Zona valenciana y murciana: edetanos, entre los ríos Sucrón (Júcar), en su frontera meridional, y el Udiva (Mijares), con Edeta (Liria) la principal de sus ciudades. Al sur se encontraban los contestanos, desde el río Taver (Segura), hasta el Sucrón. Saitabi (Xativa), con Ilici (Elche), Lucentum (Alicante) y Dianium (Denia); los deitanos, cuyo territorio estaba en la vega del río Segura; los mastienos, con la ciudad de Mastia y Molybdana; los libiofenices, con Malaca, Sexi y Abdera, los bastetanos con Basti (Baza) y Tutugi (Galera). Valle del Guadalquivir: turdetanos (Turdetania), seguramente los antiguos tartesios. También se identifican con los túrdulos (turdili veteres). Las Baleares presentan dos zonas: 1- Mallorca y Menorca, herederas de la civilización taloyótica, una cultura aún anclada en el bronce. 2- Ibiza y Formentera (Pitiusas). En Ibiza no hay rastros de actividad anterior al siglo VII aC, cuando entran a formar parte del mundo fenicio y cartaginés. Rasgos esenciales de la cultura ibérica: la organización urbana La ciudad es el núcleo básico de la organización comunitaria. El proceso de urbanización no fue uniforme. Mientas hay zonas, por ejemplo Andalucía, en donde nos encontramos con ciudades y una organización del poblamiento en torno a ellas ya en pleno siglo V aC, en otras, como el valle del Ebro, las ciudades no se remontan más allá del siglo III aC. Características: -Los asentamientos se ubican y distribuyen en función de la explotación de los recursos económicos de la zona, bien se trate de asentamientos urbanos o rurales. -Sin una planificación ordenada, condicionada por la densidad demográfica y por la existencia de una mayor cantidad de recursos. También influyen elementos de índole política o incluso militar, como por ejemplo la necesidad de control del territorio en su totalidad, buscando para ello puntos de fácil defensa, que dominen el territorio propio o sean un paso importante de comunicaciones. -Jerarquización en función del control y del intercambio entre los centros ciudadanos y los centros rurales, potenciado y favorecido posteriormente por la acción de Roma pues su propia estructura político-administrativa tenía como base estos mismos principios, haciendo que su control sobre las ciudades indígenas fuera rápido, fácil y sostenible. -Son recintos con fortificaciones y murallas, que contrastan con la restante pobreza urbanística, en la que no figuran elementos tan importantes en otras ciudades mediterráneas como las plazas, los templos y los palacios. -Utilizaron gran variedad de materiales, como la piedra, el adobe y la madera: bloques monumentales en piedra y mampostería y uso de adobe y tapial, en muros a dintel y arquitrabe, aunque en alguna ocasión haya también falsos arcos y bóvedas realizados por aproximación de hiladas. Modelos urbanos Poblados organizados alrededor de una calle central. Urbanismo próximo a modelos del Mediterráneo oriental. 1- En la zona meridional, en la que la ciudad (oppidum) fuera del centro de territorio (Jaén). 2- En el este y sudeste, donde los oppida se jerarquizarían entre ellos e, internamente, se organizarían en asentamientos menores (aldeas, caseríos, atalayas). 3- En el nordeste, donde existiría una mayor variedad, con centros rectores importantes en base a unidades étnicas, y con centros pequeños dependientes. La organización política Nuestra fuente de conocimiento son la literatura clásica (Polibio, Apiano y Tito Livio). La realeza. Es la predominante, al menos en los últimos tiempos, heredera quizás de la monarquía mítica de Tartessos. En el momento de la conquista de la zona de Roma es cuando nos aparece estos reyezuelos (reguli). Uno de ellos, Culcas, figura dominando, primero, 28 oppida, para después controlar solo 17; otro, un tal Luxino, dominaba también varias poblaciones. Los régulos regían a veces diversos núcleos urbanos fortificados; otros controlaban solo una ciudad (Attenes o Cerdubeles). En las monedas indígenas aparecen cabezas con diademas, un símbolo claro de la realeza. En la zona oriental de la península hay también datos de otros reyezuelos de carácter marcadamente militar. Son los casos de la monarquía ilergete, en la que conocemos varios nombres: Belistages, Indibilis, Indebiles, Andobales y Mandonio. Más al sur nos encontramos con Edecón, rey (dinasta) edetano. Por las tumbas regias, algunas realezas poseían grandes riquezas (Pozo Moro). Son inestables: desparecido el correspondiente régulo, podían pasar a depender de otro o independizarse. De hecho, la firmeza de estas monarquías dependía en buena medida de las ciudades que se asociaban bajo su mando, del apoyo militar con el que contaban, en muchos casos, quizás, de tipo mercenario, y de las alianzas exteriores que alcanzaran. Repúblicas. En las regiones costeras, y en algunas regiones interiores, más influidas por los fenicios o griegos, o con tradiciones diferentes, contamos con ejemplos de comunidades regidas por asambleas, senados y magistrados. Muestras de este tipo pueden hallarse en Astapa (Estepa), en el sur, y en Sagunto, en el este. Sociedad Sociedad guerrera y agrícola-pastoril. 1- Grupo superior, que incorporaba a los reyes de las fuentes escritas, y a la nobleza, cuyas tumbas denotan un nivel alto de riqueza. Los bronces ibéricos y la pintura de los vasos cerámicos, los distinguen como jinetes con escudo redondo y falarica o lanza. Los sacerdotes, en la cerámica pintada, individuos tonsurados y con el velo o con una diadema sobre el pelo, estarían en este grupo. En las esculturas de mujeres aparece una clase superior de grandes damas mitradas, algunas oferentes, representadas en un acto litúrgico. Algunas podrían ser sacerdotisas. 2- Una posible clase media con tumbas más pequeñas y un ajuar discreto, aunque con algún elemento de importación, distinguiendo entre ellos los que aparecen enterrados con la espada ibera, la falcata, y aquéllos que no la tienen dentro del ajuar funerario, lo que diferencia a los guerreros del grupo de posibles comerciantes y artesanos cualificados (broncistas, herreros, escultores, etc). 3- Un grupo social más bajo, el más numeroso. Se distinguen en las necrópolis por enterramientos pobres, cuyas cenizas están enterradas en una urna tapada únicamente con una piedra o un plato en un hoyo en el suelo, a veces sin ningún ajuar. Los vasos ibéricos los presentan como hombres armados a pie. No está constatada la presencia de esclavos de forma generalizada. Sólo el Bronce de Lascuta, fechado en 189 aC, procedente de Alcalá de los Gazules (Cádiz), nos habla de la existencia de unos esclavos (servi) que vivían en la Turris Lascutana y dependían de Hasta Regia: ¿esclavitud comunitaria? La existencia de este tipo de dependencia puede proceder tanto de un origen autóctono (tartésico o turdetano) como foráneo, por ejemplo por implantación púnica, y por tanto responder a modelos norteafricanos y no autóctonos. “Vaso de los guerreros”, de la Serreta d’Alcoi Bronces/pintura vascular distinguen jinetes a caballo con escudo y falarica o lanza, junto a hombres armados a pie. Los individuos con velo podrían indicar existencia de un grupo sacerdotal. El resto, guerreros. Escultura de mujeres: clase superior de grandes damas mitradas. Algunas podrían ser sacerdotisas. Ejemplo de escultura aristocrática: guerreros Relieves de Osuna (Sevilla). Iconografía de sillares iberos de Osuna (siglo II aC): temas militares, de influencia romana especialmente la vestimenta. Podría pertenecer a un monumento funerario donde se representarían batallas en las que pudo participar el difunto. Fue desmantelado y reaprovechado en murallas de Osuna durante las guerras entre Pompeyo y César. Estructura social: mujeres. Bajorrelieve amoroso Iconografía de sillares iberos de Osuna (s. II aC): Sillar de esquina con figuras femeninas. Estrabón dice que entre bastetanos bailan hombres y mujeres de la mano. Relieve encontrado en Fuerte del Rey de la “Danza Bastetana”. Cuatro hombres a la izquierda, tres mujeres a la derecha (caracterizadas por túnica más larga, cinturón con colgantes, un rasgo de moda femenino que conocemos por representaciones cerámicas de Llíria). Los adultos, hombre y mujer, de tamaño más grande, ocupan el centro. A los extremos disminuyen el tamaño y edad de los representados, una secuencia ordenada que representa la jerarquización por edad, probablemente de una familia, en la sociedad. Relieve procedente de Fuerte del Rey de la “Danza Bastetana”. Museo de Jaén. representaciones de los bronces y terracotas, en donde también son frecuentes los pendientes, brazaletes y pulseras. Y, la fabricación de armas ocupó también un importante capítulo en la metalurgia ibera: falcatas, faláricas, soliferra, umbos de escudo, arreos, etc. Economía ibera: la ganadería Podía ser una actividad mayoritaria, como entre los oretanos, o mixta, en zonas básicamente agrícolas. La agricultura y la ganadería han sido actividades complementarias, de forma que la ganadería resulta imprescindible para la realización de las labores agrícolas. Entre las especies animales destacan: -El caballo, que debió ocupar una situación preeminente por la propia organización social y militar de los iberos. En los vasos aparecen escenas de doma. -Los asnos, reflejados en la cerámica, también debieron ser objeto de cría. Por su fuerza y gran alzada eran conocidos los mulos, especialmente los de Menorca. -Los bóvidos ocuparon también un lugar destacado. Para el transporte eran empleados bueyes y se conoce el episodio en el que estando luchando los iberos contra Aníbal, aquellos lanzaron contra las tropas cartaginesas carros incendiados tirados por bueyes. -Las ovejas y las cabras, imprescindibles por su leche, su carne y, sobre todo, por la lana y la piel, usados en la fabricación de tejidos y ropas. -En las excavaciones arqueológicas se constatan restos de cerdos. -También hay evidencias arqueológicas de la cría de las abejas. La caza fue, siguiendo la tradición ancestral, una forma de aprovisionamiento de carne. En los vasos de Liria aparecen con profusión escenas de caza, con jinetes a caballo con dardos persiguiendo a ciervas o jabalíes, y de cazadores con redes para cazar pájaros. También aparecen conejos. Hay representadas escenas de pesca con barca y arpón. Ganadería Importante fuente de riqueza. En excavaciones se han encontrado esculturas de toros. Caballo: bien de prestigio de la nobleza ibera. La manutención del caballo estaba únicamente al alcance de dignatarios. Fuentes mencionan que el comercio de caballos fue utilizado por aristocracias de Iberia para establecer lazos de clientela. Se utilizaban como tributo/recompensa de guerra, Aníbal pagó con caballos a jefes celtíberos y galos que se habían unido contra Roma. Escipión el Africano premió así a régulos iberos que contribuyeron a la sumisión cartaginesa. “Vaso de los Guerreros” de Edeta. Jinetes e infantes de la aristocracia edetana participan de desfiles relacionados con festividades o ritos de paso. Economía Asnos. Se han encontrado representaciones en cerámica. Bóvidos y cerdos ocuparon también posición destacada. →Cerámica ibérica: representaciones de ovejas, cabras y cría de abejas. →Vasos de Llíria: escenas de caza con jinetes a caballo persiguiendo cierva; cazadores con redes para cazar aves; escenas de pesca con barca y arpón. Animales Cabezo de la Guardia, Alcorisa (Teruel). Estilos cerámicos Actividad mejor conocida: cerámica. Son muchas las alfarerías excavadas. 1ª fase (siglo V aC) con temática geométrica sencilla. 2ª época, pleno dominio romano (a partir del siglo III aC), estilo narrativo y simbólico de figuras humanas y animales. Algunas piezas han aparecido en la isla de Ischia (Italia) y Cartago. Quizá se exportó como contenedores de miel, apreciada en el exterior. Distribución diversa: a) Andalucía (Valle del Guadalquivir, S de Portugal y región extremeña), con corriente fenicio- chipriota y jónica. b) Sureste (foco Elche -Archena, estilo simbólico), aunque también hay hallazgos en Cigarralejo, Cabecicodel Tesoro y Pozo Moro. c) Zona Oliva-Llíria, estilo narrativo. En el valle del Ebro (Alloza, Teruel) también se ha encontrado este estilo. Tossal de Sant Miquel: conocido por cerámicas pintadas de extraordinaria calidad y por textos escritos que acompañan las decoraciones. Ejemplo: leves con escenas de batalla naval, peces y el texto GUDUA: DEISDEA (¿?) / KUTUR: OISOR (¿?). Museu de Prehistòria de València. El otro fragmento de cerámica es conocido como la “Dama del espejo” (Fuente: Bonet, 1995). Importaciones iberas Se importaban productos manufacturados: 1-Cerámica, primero de todo tipo (oriental, griega, fenicia, púnica), y después predominantemente griega, lo que tanto sirvió para inspirar la propiamente ibera (cerámica ática desde el último cuarto del s. V) que inundó los poblados ibéricos. Gran centro distribuidor fue, sin duda, Ampurias. A partir del s. III llegará la cerámica italiana, la campaniense, preludio de la terra sigillata del s. I a.C. La cerámica griega fue para los iberos un objeto de gran prestigio, tanto para la ostentación como objeto funerario para las tumbas de importancia. 2-Objetos de adorno y de vidrio, este último a través de las factorías púnicas y griegas. Los cartagineses debieron ser los introductores de los numerosos escarabeos (escarabajos egipcios) que se han encontrado en los yacimientos ibéricos. Decayeron otras importaciones como es el caso del marfil. 3-No hay casi adquisiciones de materias primas. Al principio el vino y el aceite. Los minerales venían del exterior: estaño que, procedente de Galicia, y que llega a través de Cádiz, fue importado por los iberos, y el hierro de Celtiberia. Economía Mundo comercial ibero mediatizado por griegos, fenicios y más tarde cartagineses. Esta intermediación conectaba con Oriente (Corinto, Chipre, Samos, Focea, Tiro, …) a través de Magna Grecia, Cartago, Etruria y Marsella. En la costa peninsular residirían agentes comerciales en contacto con indígenas. Flujo comercial relacionado con ciudades del Mediterráneo occidental. Siglos V-III aC. Exportaciones iberas El mundo comercial ibero estaba mediatizado en gran medida por los griegos, fenicios y, más tarde, por los cartagineses establecidos en las costas del sur y del este. Una intermediación que conectaba con Oriente (Corinto, Atenas, Chipre, Samos, Focea, Tiro, etc.) a través de escalas intermedias en Magna Grecia, Cartago, Etruria y Marsella. En las costas mediterráneas peninsulares residirían agentes comerciales en contacto con los indígenas. Anforitas púnicas. Tútugi. Sus excedentes (minería, productos agrícolas, etc.) tenían como destino las poblaciones costeras donde vivían los mercaderes. La península ibérica fue de antiguo un país conocido por la abundancia de metales, objeto de exportación, ante todo los preciosos. El oro procedía de los ríos (Segura, Darroy Genil); la plata, de toda la zona entre Huelva y Cartagena, con centro en Castulo. Junto a ésta se extraía el plomo. El hierro presenta abundantes restos de su metalurgia en los poblados y necrópolis ibéricas; el cobre abarcaba una amplia zona de explotación, desde Riotinto hasta Almería. El estaño procedía de Galicia y era exportado a través de Cádiz. Los íberos actuarían de intermediarios. Posible dios de los caballos por una figura que aparece en un relieve entre dos figuras de caballos vistas de perfil. Mayor número de posibles representaciones de divinidades femeninas que masculinas, por lo que probablemente los cultos femeninos predominaban sobre los masculinos, lo cual no representaría más que un fenómeno típicamente mediterráneo: diosas madres. Creencias Los iberos creían en la vida de ultratumba. El rito funerario generalizado es el de la incineración, aunque no faltan testimonios de inhumaciones. Junto con la urna se entierran los objetos de uso corriente del difunto, destacando las armas en el caso de las tumbas de los guerreros; objetos rituales: pebeteros para quemar perfumes, braserillos y jarros de bronce, posiblemente, relacionados con ceremonias de purificación. Una vez enterrada la urna junto al ajuar, la tumba se cerraba de muy distintas maneras y se recubría a veces con un túmulo. En tumbas monumentales aparecen varias urnas, lo cual nos hace pensar en que tuvieran un carácter familiar. La existencia de animales fantásticos en las necrópolis, como grifos, leones o esfinges, son frecuentemente asociados al mundo funerario, que en el Mediterráneo tienen función de guardianes de los muertos (carácter apotropaico): Pozo Moro, el grifo de Rodován (Orihuela), las esfinges de Agost y Bogarra, las “bichas” de Balazote y Troya, los toros de El Molar y Rojales, y los leones del Minguillar, Nueva Carteya, Porcuna y Bocairent. -Se han encontrado restos de animales en torres, bajo calles y viviendas: animales sacrificados y protectores. También enterramientos infantiles en casa y de hombres en silos. También se ha encontrado cráneos con clavos. -La religión ibérica presenta muchas influencias, que la hacen claramente sincrética. Kalathos (recipiente en forma de sombrero de copa) bautizado como “vaso de la Pepona” o de la “tonta del bote”, pintado con decoración de significado religioso: ave con alas explayadas flanqueada por cabezas de lobos. Bajo las asas se representa el rostro de una niña. Animales fantásticos de las necrópolis (grifos, leones, esfinges) asociados al mundo funerario. Grifo de Cabeza Lucero “Bicha” de Balazote Ritos Sacrificios de animales: ovicápridos (la mayoría), équidos, bóvidos y algunos cánidos. También otros animales: aves, roedores, logomorfos, cérvidos, jabalíes, peces, etc. ¿Sacrificios humanos (niños o esposas)? Debían existir fiestas de primavera y de otoño (recolección y siembra). Libaciones de leche, miel y vino. Los exvotos eran ofrendas de agradecimiento y petición de favores. Se ofrendaban también bellotas, almendras, cereales y plantas. Los cuerpos eran incinerados (cremación) y se procedía a un banquete funerario y se enterraban o se destruían y quemaban los vasos utilizados (silicernia). Las mujeres eran enterradas, dentro de la urna, con algún ajuar, y los hombres con las armas inutilizadas. Exvotos Tipos de representación: levantan el brazo derecho, cruzan los brazos sobre el pecho, alzan las manos, presentan vasos que contendrían otro tipo de ofrendas. Ofrendas Castellet de Banyoles (Tivissa, Ribera d’Ebre). La importancia del Castellet de Banyoles se refleja en el hallazgo del Tesoro de Tivissa: 4 páteras, II vasos y I brazalete de plata de los siglos IV-III aC, lo que plantea la existencia de un santuario. Dibujo: pátera de plata, con umbo central en forma de cabeza de lobo. Umbo rodeado por escenas religiosas: personajes, algunos alados, evocan una ofrenda y un sacrificio; en la segunda un jinete con lanza persigue un león que ataca un herbívoro; y por último, un centauro. Lugares sagrados 1-Santuarios ibéricos, pocos en el interior de los poblados (Illeta dels Banyets, Campello), la mayoría en lugares aislados: periurbanos o suburbanos. Presentan numerosos exvotos, ofrendas, danzas. Los santuarios propiciaron la aparición de una industria de fundición de estatuillas, hechas con la técnica de la cera fundida, que se vendían in situ entre los fieles. 2-Cuevas santuarios, lugares alejados de los poblados y de difícil acceso que, por su pobre ajuar funerario, pero con vasos caliciformes, que pueden fecharse a partir del s. V a.C. 3-Tampoco podemos excluir la existencia de cultos en lugares naturales, favorables a la sacralización, como los bosques, los montes o las fuentes. 4-Lugares de culto en casas, por los objetos encontrados y tamaño algo mayor, con funciones religiosas (capillas). Santuarios y necrópolis En los santuarios y necrópolis encontramos una importante estatuaria en piedra, con figuras humanas y animalísticas. Dentro de las primeras contamos con representaciones funerarias, como la sedente Dama de Baza, que albergaba una urna funeraria y que presidía una sepultura que se encontró con su ajuar intacto. Otras fueron halladas fuera de su contexto, como el busto de la Dama de Elche o figuras femeninas oferentes y de pie, en piedra, la más significativa de las cuales es la Gran Dama del Cerro de los Santos. c) Las lápidas sepulcrales, que carecen de un formulario como las del Algarve y reflejan una tradición diferente. d) Las leyendas monetales. La escritura del mundo ibérico no se usó con fines literarios, ni tampoco parece que fuera utilizada con intenciones públicas, pues no tenemos indicios de ninguna inscripción ibérica hecha por un magistrado o un organismo representativo de la comunidad, lo que conduce a la conclusión de que las inscripciones en lengua ibérica fueron privadas. Lenguas y escrituras prerromanas peninsulares La lengua ibera parece ser producto de influencias griega, fenicia y meridional. Se extiende desde Almería y Murcia hasta el río Herault (Francia). Destacan las cerámicas pintadas de la zona Llíria-Azaila. Fragmento de un kálathos de Sant Miquel de Llíria. Museu de Prehistòria. Arquitrabe bilingüe de Sagunto: contiene dos líneas fragmentadas de texto, la primera en latín; la segunda en ibérico. Estela ibérica de Sinarcas. TEMA 3: LOS PUEBLOS CÉLTICOS Formación histórica y cultural Cambio del panorama en la cultura material de las grandes áreas peninsulares, especialmente en su mitad norte, a comienzos del milenio: Nuevos tipos de poblados y necrópolis, de elementos metálicos y cerámicos, que están en relación con la llegada de grupos distintos de pueblos a través de los Pirineos (pueblos indoeuropeos): una misma comunidad de lengua y de elementos de cultura material. No estamos en condiciones de establecer si se trataba de oleadas importantes (como se pensó en la primera mitad del siglo XX) o si solamente fueron infiltraciones: transformación étnico- cultural o cambios internos de las poblaciones indígenas de la Edad del Bronce, con aportaciones más o menos importantes de elementos externos. Se constatan desplazamientos de poblaciones a las zonas montañosas y menos productivas (arévacos sobre los pelendones, los vacceos sobre los vetones, etc.). Quizá haya otras influencias (Bretaña, Cornualles o Irlanda; desde el sur y el este de la península). Fenómenos asociados a la indoeuropeización de la península ibérica 1-Las cerámicas excisas. Se extendieron con fuerza en los valles del Ebro y del Duero, y aparece ligada a los enterramientos en túmulos. Ambos elementos se pueden poner en relación con la importancia que adquieren las actividades pastoriles (ganadería, trashumancia), consecuencia de la implantación de poblaciones de Europa central, a las que se vinculan las cerámicas excisas. Eso no quiere decir que no afectara a otras poblaciones agrícolas asentadas en las llanuras fluviales ni que la actividad ganadera no estuviere ya presente en culturas anteriores. En la Segunda Edad del Hierro se introduce la cerámica a torno. 2-Hierro. Su difusión es una cuestión problemática y difícil de resolver. En los primeros momentos los objetos de hierro son escasos, debido a que era privilegio de unos pocos. Hacia el año 1100 a.C. ya se conocía en el reino de Tartessos. Hasta el 500 a.C. la metalurgia del hierro fue poco utilizada. La cuestión esencial es dilucidar si su uso era fruto exclusivo del desarrollo de una tecnología local o si, por el contrario, era consecuencia de una acción comercial de importación. Podemos distinguir dos zonas con una utilización importante: la catalana, con prácticas de incineración relacionadas con los griegos foceos, y el valle del Ebro, quizá potenciado por la riqueza férrica del Moncayo. 3-El rito de la incineración se extiende al área central y occidental de la península. 4-Los aspectos lingüísticos. Plantea problemas. Hay sustrato común en lenguas diferenciadas, como el celtíbero y el lusitano. El celtíbero es una lengua céltica de rasgos muy arcaicos, que está documentada en inscripciones con escritura ibérica de las que han sobrevivido algunas piezas de interés (Bronce de Luzaga y Bronce de Botorrita en escritura indígena, y las inscripciones de Peñalba de Villastar, escritas en latín). La onomástica de estos pueblos se presenta siguiendo una estructura regular: nombre personal + unidad suprafamiliar+ genitivo del nombre del padre con expresión de la filiación + magistratura. Cerámica y Hierro (Hallstatt y La Tène) Espada Hallstatt La Tène Aspectos lingüísticos: Estarían en el sustrato común en lenguas diferentes (celtíbero y lusitano). —Celtíbero: lengua céltica de rasgos arcaicos, que se separó del troco común celta. Ejemplos: inscripciones con escritura celtíbera (Bronce de Luzaga y bronce de Botorrita) e inscripciones de Peñalba de Villastar (Teruel) escritas en latín. Además, diversas téseras. Quizás los vacceos tenían la misma lengua, y también los carpetanos. Sus signos alfabéticos están tomados de los iberos. —Lusitano: podría tratarse de lengua indoeuropea diferente del céltico. Hay pocos documentos. Quizás la lengua de los vettones tenían un dialecto lusitano. La organización sociopolítica: características Las instituciones sociales y políticas de los pueblos del área indoeuropea se basaban en las organizaciones supra-familiares que se trasladaban a la onomástica personal mediante genitivos de plural que forman parte del nombre de los individuos. 1-El núcleo fundamental eran las gentes o populi (tribus), gentilitates (clanes) y cognationes, que se aglutinaban quizás alrededor de un antepasado común. Diversas familias constituían un clan y varios clanes una tribu. La pertenencia a este grupo se establecía, pues, por el parentesco. Estas organizaciones se constatan en la meseta central. 2-Inexistencia o precariedad de formas estatales y políticas. Aunque había asambleas, los acuerdos estaban muy condicionados por los grados de parentesco, el clan al que pertenecían y el orden jerárquico, basado en el sexo, la edad y la dignidad. 3-Diversidad regional. Las unidades organizativas indígenas representadas por el término gensestán testimoniadas casi únicamente entre cántabros y astures; por el contrario, las representadas por el término gentilitas, que es el grupo menos numeroso, se reducen a algunas zonas de la Castilla norte. 4-Estaban sustentadas por una organización de tipo patriarcal. El hombre transmitía el nombre, poseía los bienes y concentraba la autoridad. No obstante, según Estrabón existía un régimen de tipo matriarcal entre los cántabros, en el cual los hombres daban la dote a las mujeres, las hijas son las que heredaban y buscaban mujer para sus hermanos. Pero entra en contradicción con la práctica de la covada y el avunculado (avunculus), que se atestiguan en sociedades patriarcales. En la sociedad cántabra los hombres concentraban el poder militar y el político. En la actualidad no podemos afirmar que la sociedad cántabra existiera el matriarcado. En realidad, Estrabón habla de ginecocracia. 5-Hay una tendencia evolutiva: el grupo arévaco (p.e.) desencadenó procesos de jerarquización social y de concentración urbana (Segeda). Los sistemas tradicionales de las sociedades patriarcales tendieran a debilitarse por la concentración de la riqueza y fueran sustituidos por formas de organización en las que predominaba la dependencia personal alrededor de las aristocracias, fortaleciendo las clientelas militares (devotio) y la concentración urbana (Numancia, Termantia, Segeda, Clunia, Segobriga, Bílbilis, Contrebia Belaiscao Calagurris). Organización sociopolítica El área indoeuropea se basaba en organizaciones suprafamiliares. Estos pueblos utilizaban las expresiones: gens, gentilitas, tribu. Estos términos no aparecen en inscripciones del área ibera. →El núcleo fundamental estaría en las gentes, gentilitateso cognationes, especie de clanes aglutinados alrededor de un antepasado común. →Diversas familias un clan y diferentes clanes una tribu. Por tanto, la pertenencia al grupo se establecía por la sangre. La organización sociopolítica: las instituciones políticas Presentan su propia estructura que se vislumbran en los pactos de hospitalidad: 1-Aparecen magistrados, praetores, principes (como el de los Albiones), magistrati (entre los Zoelarum, Lougorum, etc.). Aunque son una interpretación romana, reflejan las magistraturas indígenas. 2-Instituciones de carácter colectivo: A) Hospitalidad. Considerada una de las instituciones hispano-célticas más peculiares y características. Diodoro dice que los celtíberos de la práctica de la acogida benévola a los extranjeros que acudían a sus comunidades. Esto se ha entendido como un tipo de relación que los romanos denominaron hospitium, probablemente por reconocer en ella algunos rasgos semejantes a la práctica romana. Las tesserae de hospitalidad corroboran estas afirmaciones. Se trata de documentos hechos en bronce o plata que consignan un acuerdo. Cada parte conserva una del documento. Presentan diversas formas figurativas (jabalíes, delfines, manos entrelazadas, formas geométricas) y los textos están escritos en lengua indígena o latín. Cronológicamente corresponden al siglo II a.C. y al siglo I d.C. Los pactos se realizaban entre individuos particulares, entre un personaje y una comunidad ciudadana, o entre dos grupos suprafamiliares. El hospitiumes un pacto igualitario en el que las partes establecen voluntariamente derechos y deberes que se trasmiten hereditariamente. Roma garantizó estos pactos al asegurar la convivencia entre las comunidades (p. e. el conocido Pacto de los Zoelas). B) Clientela. Situación de dependencia entre colectivos e individuos, que también se refleja en las Tabulas. Es propia de una sociedad gobernada por aristocracias militares, cuya fuente de poder es el dominio de grandes rebaños y cuya fuerza la otorga sus lujosas armas y su caballería. Sus clientelas, sobre los hombres libres, que permitía configurar la infantería y sus séquitos personales. Ejemplos de estos jefes los tenemos en Celtiberia en el caso de Retógenes, Caro, Ambón, Leucón o Megarávico. Otros se pusieron bajo clientela de los romanos, como Alucio, príncipe celtíbero con Escipión el Africano o Thurruscon Sempronio Graco. La forma extrema de devotio, que no podían sobrevivir a su caudillo, también era conocida entre los celtíberos (Sertorio tenía una guardia de lanceros celtíberos, Apiano (BC. 1, 112). Particularidades de Gallaecia De poblamiento mixto: parte substrato de la edad del Bronce, parte de invasiones (galli=celtae). En Gallaecia el individuo expresaba su pertenencia a la comunidad por medio de la mención a su civitas romana. Unas veces con términos acabados en -ensis, de otros con nombres de castella (Talabricensis, Valabricensis, Avobrigensis, etc); en otros casos con los términos que aparecían en las inscripciones precediendo el signo C (Limicus, Interamicus, etc.); otras veces se encuentran ambas fórmulas en una misma inscripción. Por consiguiente, los galaicos no tendrían una organización de carácter gentilicio sino territorial. La combinación de estos elementos induce a pensar que en la segunda mitad del siglo I d.C. las comunidades indígenas de Gallaecia comenzaron a transformar su organización sociopolítica, al abandonar el sistema indígena y adoptar las estructuras político-administrativas romanas. Astures y Cántabros La inscripción de Bembibre muestra que los astures estaban, como los galaicos, divididos en castellae con gran autonomía política. Las palabras con –briga y los sufijos en –acum indican presencia celta. Los castros circulares en el occidente y más o menos cuadrados en oriente, muestran esa mezcla de poblaciones. Incluso hay armas de origen celtibérico. Los cántabros estaban divididos en tribus, entre las que destacan las vadinienses, conocidos gracias a sus estelas de piedra decoradas con caballos y esquematizaciones de árboles. Téseras Téseras de hospitalidad sobre láminas de metal con formas de animales Tesserae de hospitalidad: documentos hechos con bronce/plata que consignan un acuerdo. Cada parte conserva un documento. Presentan diversas formas (jabalí, delfín, manos entrelazadas, etc.) y los textos están escritos en lengua indígena o latín. Se datan entre los siglos II aCy I dC. Roma garantiza estos pactos asegurando la convivencia entre comunidades, por ejemplo, el pacto de los Zoelas (tribu que pertenece al pueblo de los astures mencionada por Estrabón). Figura 1 Figura 2 Estructura económica: Celtíberos, lusitanos, carpetanos y vetones Base económica fundamental fue la ganadería: ganado menor de ovejas y cabras, como por el mayor, sobre todo toros. Además cerdos. Los caballos eran utilizados en la guerra (jinetes celtíberos y vetones; mitos de las yeguas). Los bosques de robles y encinas favorecían esta explotación, así como la caza y la recolección de bellota y castaña. En los ríos pesca. Se trataba de una ganadería trashumante estacional, que puede identificarse en los pactos de hospitalidad que garantizarían, entre otras cosas, el tránsito de ganados. La presencia de celtíberos en época romana en el sur puede deberse a la trashumancia. Produjo una artesanía textil (husos de cerámica y pesas de telar) y alimentaria, esta última predominantemente de productos lácteos. La agricultura no fue demasiado importante, aunque la tecnología del hierro permitió explotar tierras. Se cultivaban cereales en tierras de secano (trigo, cebada, mijo)y productos de huerta en los márgenes fluviales (habas). (Bronce de Botorrita que indica riegos). Aunque los carpetanos tenían en la ganadería una de sus riquezas fundamentales, su agricultura era más importante que entre los celtíberos (cereal y olivares). Riqueza metalífera: los lusitanos y los carpetanos eran famosos por la abundancia de oro de sus ríos (placeres auríferos de Tajo). También se explotaba la plata y el plomo. La metalurgia del hierro estaba muy desarrollada en la Celtiberia, con espadas famosas por su calidad, que adoptaron los romanos. El estaño se explotaba en la zona de los Arribes del Duero. Como producciones, destacan las armas, con trabajos de nielado y damasquinados, y una abundante panoplia. Las fundiciones serían locales, pero algunos artesanos podían proceder de fuera. Estructura económico singular: Vacceos. Otros pueblos Su agricultura estaba muy desarrollada tanto al norte como al sur del Duero. Se trataba de una región especialmente apta para los cultivos cerealísticos. Diodoro indica que entre los vacceos había propiedad comunal de la tierra, repartida cada año por suertes, y asignada a una gentilitas para que la trabajara, que se asignaba a las diferentes familias por turno. El producto total pertenecía a la colectividad, que lo repartía entre todos según las necesidades de cada uno. Los cultivadores que se apropiaban dolosamente de alguna parte eran condenados a la pena capital. No obstante, el igualitarismo no era absoluto. Cuando Aníbal asedió Helmantica, los habitantes de condición libre tenían esclavos y riquezas. La artesanía estaba presente, sobre todo en la producción de capas de lana de oveja (sagum). El dinamismo de su economía y su riqueza pueden explicar su expansión territorial, ya que probablemente colonizaron la zona al sur del Duero a costa de los vetones. Se trata del único ejemplo peninsular de agricultura claramente excedentaria. En los territorios no vacceos de la zona central peninsular parece que existía tanto la propiedad privada de tierras y la pública o comunal (Bronce de Botorrita). Es posible que los ganados fueran propiedad de familias aristocráticas. Estructura económica: pueblos del norte Presentaban una mezcla recolección, de agricultura, en zonas llanas, y de ganadería en las zonas montañosas. Los turmódigos en unas zonas eran agricultores y en otros pastores. Los autrigones, los caristios y los várdulos eran mayoritariamente pastores, pero poseían zonas agrícolas. Igual ocurría con los vascones. Por su parte, los cántabros, los astures y los galaicos presentaban un sector recolector, agropecuario y minero. No cultivaban ningún cereal para la obtención del pan, por lo que los romanos llevaban el trigo de Aquitania o lo sustituían, según Estrabón y Plinio, por el pan de bellota, recogido en la montaña, y consumido 2/3 del año. Por tanto, se encontraban en el límite de la desnutrición, algo que justifica sus incursiones. Para hacer cerveza (zythos) cultivaban mijo. Las especies eran, además, la cebada y el centeno. No conocían el arado, por lo que utilizaban la azada. Los campos los cultivaban las mujeres. Su ganadería más apreciada era la equina, con los famosos caballos asturcones y tieldones. Era menor, con cabras, ovejas y cerdos. Practicaban la caza y la pesca, con las que complementaban la dieta. Explotaban el oro de los ríos y extraían a cielo abierto plomo, estaño, hierro, minio y malaquita. Con el metal forjaban armas y joyas. La alfarería estaba hecha a mano. También se explotaba la sal. No se utilizó hasta época romana la moneda. Las actividades comerciales Ruta de la Plata debió favorecer los intercambios y complementar el autoabastecimiento. Los ríos actuaron como ejes transversales, al ser la mayoría navegables. Aunque muchos productos (cerámicas, joyas, armas, etc.) pudieron ser comercializadas, otros pudieron ser resultado de formas de relación y prestigio (donaciones, contra-donaciones). Las materias suntuarias serían adquiridas por las aristocracias (bronces, marfiles, curtidos, frutas, cereales, sal, esclavos), a cambio de metales, materias primas, animales o pieles. Estructura social La riqueza estaba mal repartida: pillaje y el bandolerismo. Para también es muy cierto que no siempre fuera así y que la presencia romana descompusiera el modelo indígena provocando estos efectos. Quizás por estas razones los lusitanos actuaron contra los pueblos de su periferia y efectuaron un proceso de expansión. Las aristocracias controlaban las exportaciones, especialmente los yacimientos de metales (estaño, oro). Se distinguían por sus armas, yeguadas (bocados de caballo) y joyas (fíbulas, torques y brazaletes). Las monedas reflejan jinetes a caballo. Serían los propietarios de tierras y ganados. En las tumbas se manifiesta las diferencias de clase: ricos ajuares en las necrópolis vetonas de Las Cogotas, Sanchorreja, La Osera). En el norte hay una rica joyería, índice de una clase social superior, aparecidos en ocasiones en contextos domésticos (Arrabalde, Zamora). Las esculturas de guerreros galaicos inducen a pensar que son de aristócratas o magistrados (esculturas del castro de Viana y de Rubiás). Los pactos de hospitalidad (Zoelas, Herrera de Pisuerga) muestran unos magistrados que, seguramente, eran aristócratas, o individuos principales. El pueblo no está bien representado. Serían los hombres libres, pequeños propietarios de ganado y tierras. Bandolerismo lusitano Existía un problema de desequilibrio social que provocó un fuerte bandolerismo. Se formaban bandas de salteadores o se enrolaban en los ejércitos extranjeros. No atacaban en sus territorios sino a los vecinos. Los romanos les ofrecieron tierras para asentarse, aunque no siempre cumplieron su palabra. Viriato es el representante más señalado. El problema del matriarcado Estrabón destaca que los hombres dan la dote a las mujeres, que las hijas reciben la herencia y que las mujeres casan a sus hermanos. Lo denomina ginecocracia. Pero las pocas inscripciones conservadas establecen la filiación por vía paterna o patrilineal y que, por tanto, estamos en realidad ante una sociedad patriarcal. Hay algunas inscripciones dedicadas al tío paterno (avunculus), son insuficientes para pensar que tienen alguna relación con el matriarcado. Practicaban los sacrificios de animales y humanos, estos últimos constatados entre los vetones bletonenses. Contaban con santuarios, como los de Ulaca y Postoloboso, en Ávila. Religión lusitana: Endovélico y Ataecina Religión vetona Toros de Guisando (Ávila) Estela Postoloboso (Candeleda, Ávila) Religión: pueblos del Norte Como otros pueblos, adoraban las fuerzas celestes y de las naturales: la luna era la principal deidad. También se rendía culto a las aguas (joyas galaicas y asturianas aparecidas en lechos fluviales), los árboles, las piedras y las montañas, estas últimas asimiladas después a Júpiter. Quizás por eso Estrabón decía que eran ateos: cultos animistas. Es posible que fueran dioses innominados. También adoraban a los animales o dioses con su forma. Es muy posible que la serpiente fuera una especia de tótem para estas poblaciones. Sabemos de la existencia de un dios guerrero, más tarde asociado a Ares, al que se sacrificaban machos cabríos y caballos (animal regio entre los indoeuropeos), e incluso prisioneros (Estrabón). Los bletonenses (Salamanca) sacrificaban un hombre y un caballo para sellar la paz. En tiempo de los romanos hay una gran cantidad de teónomos en Gallaecia: Cossusy Reua, masculinos; Navia y Nimidi, femeninos. Algunos son claramente celtas: las Matres y Lug. También debieron contar con un dios supremo, pues en época romana abunda el culto a Júpiter, a veces con epítetos indígenas, como Candamius, asociable quizás al Monte Candamo. Augurios y adivinaciones permitían conocer la voluntad divina. Hacían predicciones con el vuelo de las aves, los intestinos de las víctimas y las llamas del fuego. Las danzas también formaban parte de las prácticas religiosas. En el Noroeste ni había templos ni santuarios. El culto en lugares abiertos (tipo nemetono bosque sagrado), que en latín era un lucus: Lucus Augusti o Lucus Asturum. Religión galaica Inscripción a Navia Bandua TEMA 4: LOS CARTAGINESES. EL CONFLICTO CON ROMA La etapa anterior a la conquista de los Bárcidas Cartagineses y la península ibérica Cartagineses, púnicos para los romanos. Cartago fue fundada por habitantes de Tiro en 814 aC. Desde m. s. VI aC (caída de laciudad en manos de Nabucodonosor II), Cartago se convirtió en potencia rectora del mundo fenicio occidental. A) Desde Gadir hasta el SE peninsular se formó una zona peculiar (el círculo del Estrecho) con fuertes tradiciones fenicias. B) Zona de Argelia, Túnez, W de Sicilia, Cerdeña e Ibiza (el círculo púnico) bajo influencia cartaginesa. C) Hay una posición preeminente de Gadir y Cartago desde los inicios de la colonización fenicia de Occidente, manteniendo ese papel en sus respectivas zonas geopolíticas. D) Incógnitas: grado de independencia de una respecto de la otra; y existencia o no de un imperialismo militar cartaginés en fechas tempranas (s. V aC). Península: la influencia cartaginesa es difusa. Es evidente en aspectos religiosos, como el culto a Tanit (diosa de la fecundidad), versión cartaginesa de Astarté fenicia. Los sacrificios de niños en recintos sagrados (tofet), no se han documentado en Occidente. Vaso de Tanit de la Alcúdia de Elche. Las antiguas colonias fenicias se transforman cuando Cartago asume, presumiblemente, el control militar de territorios de población fenicia. →Cultura púnica modificó costumbres fenicias: rito fenicio de incineración es sustituido por inhumación en fosas-hipogeos (raíces en Cartago). A fines del s. III aC se recuperó la costumbre de cremación. →Aparecen cerámicas púnicas muy diferentes de las fenicias (sin engobe rojo fenicio), jarros de boca de seta, lámparas, terracotas, huevos de avestruz, collares esmaltados y hojas de afeitar en tumbas masculinas y femeninas, tal vez utilizadas para rasurar difuntos. →Posteriormente, un elemento transcendental fue la introducción del uso de la moneda. Cartagineses y la península ibérica: Ibiza Pitiusa, que lleva esta denominación a causa de la multitud de pinos que en ella crecen. Es de mediana fertilidad; tiene poca tierra de viñedos y olivos, injertados en los acebuches. Y las lanas que en ella se producen son reputadas y bellísimas por su suavidad. La habitan bárbaros de todas clases, principalmente fenicios. La colonización de esta isla tuvo lugar ciento sesenta años después de la fundación de Cartago. Cartagineses y la península ibérica: arqueología Zona más significativa de presencia púnica en España. →Según Diodoro de Sicilia (que se basa en Timeo) Ibiza fue fundada por cartagineses 160 años después de la creación de Cartago (654 aC). →La arqueología ha probado un pasado fenicio y no púnico. En el Puig des Molins se encontraron incineraciones de los s. VII-VI aC. cerámicos, orgánicos y piletas impermeabilizadas, que se deben interpretar en función de las necesidades lustrales de la necrópolis. La etapa de la conquista de los Bárcidas La conquista cartaginesa: 237-218 Finalizada la I Guerra Púnica, en 241 aC, Cartago orientó la acción exterior a la conquista de la Península. Era la única zona que presentaba condiciones aptas porque a las riquezas económicas se unían los vínculos anteriores con el mundo púnico. Después de la derrota en la I Guerra Púnica, Cartago tuvo pérdidas territoriales muy importantes: renunció a Sicilia, en 237 aC abandonó Cerdeña. Los tributos de guerra hicieron necesario buscar nuevas áreas de explotación, como era la península ibérica. La conquista cartaginesa: Amílcar En 237 aC Amílcar Barca fue nombrado jefe del ejército de conquista. Desde Gadir avanzó hacia el valle del Guadalquivir por la Turdetania, que estaba desmembrada en pequeños reinos. Después se dirigió al SE, para controlar centros ibéricos productores de plata (Castulo). En un enfrentamiento contra oretanos, en Heliké (Elche de la Sierra, Albacete o Elche, Alicante), Amílcar murió (229 aC). Su única obra civil fue la fundación de AkraLeuké. Líneas políticas de Asdrúbal El senado cartaginés nombró a Asdrúbal, yerno y lugarteniente de Amílcar, su sucesor en el 229 a.C. Con Asdrúbal se llegó en su punto culminante de la recuperación cartaginesa. Asdrúbal desplegó su política en dos direcciones: 1-Política interna: integración del territorio ibérico en la estructura cartaginesa, mediante la fundación de una nueva ciudad, capital del territorio cartaginés peninsular, y medidas de aproximación a los indígenas (políticas de fusión, clientelas, dirección militar (strategós autokrator) y mercenariado. 2-Política exterior: buena vecindad con los romanos y mejora de las relaciones: Tratado del Ebro. La conquista cartaginesa: Carthago Nova La fundación en 226 aC (Polibio, Hist., 2, 13, 1) de una nueva ciudad sobre el solar de la antigua Mastia, conocida como Qart Hadasht (la ciudad nueva, Cartagena), supuso un intento de dotar a los territorios hispano-cartagineses de una capital provincial. Su fundación mantiene la tónica fenicio-púnica de establecer ciudades en entornos estratégicos con componentes económicos, comerciales y militares, como Cádiz, Sexi y Abdera. Topografía de Carthago Nova Localizada en uno de los mejores puertos naturales del Mediterráneo. Junto a una sierra minera riquísima en plomo y galenas argentíferas, al fondo de una bahía protegida por los contrafuertes más orientales del sistema bético. Situación de los cerros sobre el plano urbano. 1. ArxAsdrubalis(Molinete); 2. Esmun-Asklepio-Esculapio (Castillo de la Concepción); 3. Molok-Kronos(Monte Sacro); 4. MonsAletes(San José); 5. Hephaistos-Vulcano (Despeñaperros). Carthago Nova El desarrollo de la ciudad púnica se realiza en la depresión entre los cerros. Se conservan los restos de un tramo de muralla que defendía la entrada por el istmo. Centro de operaciones militares cartaginesas de la Península, su principal puerto militar y comercial, y un gran enclave de desarrollo minero argentífero, fundamental para el pago de tropas mercenarias. Acuñó moneda de plata para el pago de salarios de mercenarios. Murallas de Carthago Nova Istmo entre San José y Despeñaperros: 30 m de muralla púnica testimoniada por Polibio (Hist., X, 12, 2). El tramo está construido con 2 paramentos paralelos, realizados con bloques almohadillados de calcáreas arenosas. Están separados por 5 m y enlucidos con mortero. El espacio está compartimentado por muros de tirantes. Los compartimentos estaban agrupados de 3 en 3, con el acceso en el compartimento central y abierto a través del lienzo interno de la muralla. Murallas de compartimentos o de cajones (casamatas o casernas). Otras ciudades cartaginesas: Tossal de Manises Actuaciones púnicas de época Bárcida tienen su reflejo en ciudades ex novo (Cartagena) o la remodelación de murallas ya existentes en el Tossal de Manises, Carteia, Baria, el Castillo de Doña Blanca o Niebla (Huelva). Testimonian el esfuerzo cartaginés por controlar el territorio y su defensa frente a ataques militares romanos o de pueblos indígenas aliados a estos. El Tossal de Manises se fortificó en el siglo III aC. Pudo ser una posición avanzada cartaginesa para la defensa de Qart Hadasht. Tiene muralla con zócalo de 1,2 m de grosor, correspondiente a una muralla de cajones con 4 torres huecas y 1 torre maciza en el ángulo SW. Es similar a la muralla de Cartagena. Otras ciudades cartaginesas: Carteya De fines del s. III aC, en época Bárcida, con una remodelación de la muralla de Carteia (San Roque, Cádiz), con estructura constructiva de compartimentos o cajones similar a la de Cartagena o Tossal de Manises. El sector descubierto corresponde a una de las puertas, en forma de largo pasillo en "L", con muros convergentes hacia el interior en forma de embudo. hombres que duró, según Livio (21, 15, 3) siete meses, seis según Cornelio Nepote (De vir.Ilustri, 42), y nueve en opinión de Floro (1, 22, 3). El ataque por parte de cartagineses, destrucción de murallas y devastación de la ciudad por los propios saguntinos, condujeron a la toma de la ciudad. No se han hallado indicios de campamentos cartagineses que según Livio se levantaron en este territorio. En 212 aCla ciudad fue recuperada por los romanos gracias a la intervención de los Escipiones. A Publio Escipión, cónsul, general, por haber recuperado Sagunto, mediante decreto del Senado, en la II Guerra Púnica. El paso de Aníbal a los Pirineos Se trataba de un enfrentamiento preparado. Aníbal se retiró a Qart Hadasht y en la primavera de 218aCpartió para Italia con un ejército de 90.000 infantes, 12.000 jinetes y 37 elefantes. Asdrúbal quedó como jefe de una poderosa reserva en la península ibérica. 1. El paso de Aníbal Barca por el Ebro y Pirineos; 2. Campaña romana del 218 aCy contraataque cartaginés de Asdrúbal La intervención romana en la península ibérica La intervención romana Los romanos establecieron una doble estrategia: 1-Un ejército consular debía dirigirse al sur de Italia para emprender una expedición sobre África. 2-El cónsul Publio Cornelio Escipión atacaría la península ibérica para desbaratar las reservas cartaginesas. La mayor diligencia en la acción por parte de Aníbal obligó a los romanos a rectificar sus planes. El ejército adscrito a tierras africanas recibió la orden de regresar para defender el valle del Po. Se encomendó a Gneo Cornelio Escipión, hermano del cónsul, abrir una frente de guerra en Hispania y perturbar la retaguardia de Aníbal. El desembarco de esta expedición tuvo lugar el año 218 a.C en Emporium y rápidamente logró el control del nordeste de la península ibérica, a pesar de los intentos de los cartagineses por evitarlo. Consolidación romana, avances y derrota La situación se consolidó definitivamente el año 217 a.C. con la llegada del otro hermano, el cónsul Publio Cornelio Escipión que tras los primeros reveses en Italia se había hecho cargo del mando supremo en la guerra hispánica. Los progresos romanos, contenidos por Asdrúbal en el Ebro, se ampliaron cuando se recuperó Sagunto (212 a.C.). Sin embargo, una desafortunada incursión sobre la zona meridional acabó en los desastres de Castulo e Ilorci, y la muerte de los dos generales romanos (211 a.C.). La situación se veía seriamente comprometida para los romanos. La reacción: Escipión Elegido por el pueblo romano, en 210 a.C. llegó a Hispania el procónsul Publio Cornelio Escipión, hijo del cónsul muerto, el futuro Africano. En 209 a.C. emprendió desde Tarraco una espectacular y arriesgada incursión terrestre, combinada en el mar con el auxilio de una flota dirigida por su lugarteniente Cayo Lelio, y tomó por sorpresa Carthago Nova. El revés fue devastador: con la capital los cartagineses perdían un punto estratégico esencial (puerto y arsenal), las reservas económicas (minas) y financieras (tesoro), los rehenes indígenas (seguro de las alianzas) y, además, suponía un duro golpe al prestigio de Carthago. Conquista de Carthago Nova El asedio se realizó por mar y por tierra, utilizando catapultas, balistas y escorpios. El botín en máquinas de guerra obtenido por Escipión se elevó a: 120 oxybolas grandes (catapultas de torsión) y 281 pequeñas; 23 litobolas grandes (ballistae) y 2500 escorpios lanza-flechas (oxybola). Escipión no dio tiempo a reaccionar a sus enemigos. En 208 a.C. tuvo lugar la invasión del Alto Guadalquivir, que se consolidó en la batalla de Baecula, aunque Asdrúbal logró retirarse con una parte de sus tropas hacia Italia. Los indígenas se volcaron mayoritariamente en ayuda de los romanos: los ilergetes Indíbil y Mandonio, el edetano Edecón, y los turdetanos Culcas y Atenes. En 207 a.C. Escipión prosigue la penetración en la Turdetania y vence a los cartagineses en Ilipa (Alcalá del Río, Sevilla), lo que provoca la caída del valle del Guadalquivir. En 206 a. C. Gadir se rebeló contra los cartagineses y rindió a los romanos. El dominio cartaginés de la península ibérica había finalizado irremisiblemente. Campo de batalla de Baecula En el campo de la batalla de Baecula encontrarse en el cerro de Las Albahacas (Jaén), punto estratégico de acceso a la cuenca del Guadalquivir desde Carthago Nova, que Escipión había conquistado un año antes. La Universidad de Jaén afirma haber descubierto el lugar del combate a través del hallazgo de lanzas, puntas de flecha y jabalina, clavos de sandalias, proyectiles, espolones, piquetas de las tiendas de acampada o agujeros de la estacada de protección. NW de Hispania. La riqueza de oro del país era otro atractivo. El objetivo era la sumisión de cántabros, astures y galaicos. 29 a.C. el legado de la Citerior Tauro (Titus Statilius Taurus) comenzó la lucha contra vacceos, celtíberos y lusitanos, que el 28 a.C. continuó Sabino (Caius Calvisius Sabinus). 27 a.C. Octavio Augusto llegó personalmente al territorio peninsular encabezando 7 legiones. La base de las operaciones se estableció en Tarragona, pero la campaña se dirigió desde el cuartel general de Segisama (Sasamón, Burgos) desde donde partieron las tropas romanas para atacar a astures, cántabros y galaicos. Una última revuelta fue aplastada violentamente por M. Agripa el 19 a.C. La guerra había terminado. El Alto Imperio Dinastía Julio-Claudia (31 aC-68 d.C.), en la que Hispania se mantuvo en paz. Guerra civil (68- 70): El gobernador de la Citerior, Galba, apoyó la sublevación de Víndex en la Galia contra Nerón. Los ejércitos de Hispania le proclamaron emperador. Desde Clunia organizó el avance hacia Roma y, a la muerte de Nerón, fue designado emperador por el Senado. Dinastía Flavia. La guerra civil que se desencadenó la muerte de Galbano tuvo repercusión directa en Hispania (68-69), aunque la victoria final de Flavio Vespasiano, que acatar la legitimidad de Galba, supuso para el país el comienzo de una época de esplendor. Emperadores adoptivos: etapa de tranquilidad y desarrollo. Nerva elige como sucesor a un hispano de la familia Ulpiano, Trajano (98-117), nacido en la ciudad bética de Itálica. Su heredero, también de la misma ciudad y primo suyo, pero de la familia Aelia, fue Adriano (117-138) supuso una época de máximo esplendor. Poco después, otro emperador, Marco Aurelio (161-180), con antecedentes también en la Bética, tuvo que afrontar la primera ruptura de la paz después de muchos años: la incursión de mauritanos (mauri) procedentes del norte de África, que atacaron en dos oleadas el sur peninsular (171-173 y 177-178). Su hijo Cómodo (180-192) tampoco logró mantener el territorio tranquilo (revuelta de Materno). Pero el principal acontecimiento fue la guerra civil. Tras el breve reinado de Pertinaz (193) siguió una terrible guerra civil entre Clodio Albino, al que apoyó Hispania, y Septimio Severo. Las tropas de este emperador, en el frente de las cuales iba el general Claudio Cándido, derrotaron el gobernador de Albino, Novio Rufo (196-197). La represión subsiguiente fue muy violenta, con muertos y confiscaciones por todo el país, tratando a Hispania como una tierra enemiga para la nueva dinastía de los Severos. Siglos III y IV: El siglo III es una etapa de transición en todo el imperio. El momento más grave para Hispania llegó cuando en 260, bajo el gobierno del emperador Galieno, los francos atravesaron los Pirineos y devastaron todo a su paso. Por añadidura, Hispania pasó a manos del usurpador gálico Póstumo. Con Claudio el Gótico y Aureliano se restableció la normalidad política y militar. En época de Probo, Hispania estuvo temporalmente bajo el poder de los usurpadores Floriano y Bonoso. A partir del reinado de Diocleciano (285-305) Hispania se mantuvo tranquila. Primero, bajo el mando directo de Maximiamo (co-emperador) y su lugarteniente Constancio Cloro; en 305 pasó a Cloro como emperador de Occidente y su hijo Constantino como sucesor. Las guerras y los disturbios del siglo IV parece que no afectaron a la Península. Comienzo de las invasiones del siglo V: A fines de siglo, la entronización del hispano Teodosio inauguró una nueva época de inquietud. Contra su hijo Honorio (emperador de la pars Occidentis) se rebeló en 407 Constantino III en Britania, con el apoyo de la Galia. El deseo de incorporar Hispania le llevó a ocuparla a través de la expedición de su hijo Constante, acompañado del general Geroncio. El territorio peninsular fue dominado por Constantino, pero Geroncio (que estaba en Hispania como gobernador) se rebeló y proclamó emperador al hispano Máximo. Para reforzar la situación Geroncio pidió ayuda a los bárbaros, que desde 406 devastaban la Galia y autorizó a las tropas de frontera pirenaica (honoriaci) a que les flanquearan el paso a Hispania (409): Suevos, vándalos y alanos se desperdigaron de norte a sur. El ataque sobre Hispania del general Constancio, en nombre del emperador Honorio, que obligó a regresar a Geroncio, que poco después moriría en combate. Los intentos de expulsar a los bárbaros, que en 411 se habían dividido el territorio hispano, fueron infructuosos. Llegada de los visigodos, la época de predominio vándalo: En 415 Honorio solicitó ayuda a visigodos. En Barcino residieron los dos primeros reyes (Ataulfo y Sigerico). El sucesor Valia se federó con el imperio a cambio de provisiones. Desde estos momentos los visigodos emprendieron acciones militares. En 418 sobre alanos, que desaparecen. Roma entrega Aquitania y el sur de la Galia a visigodos, con los que firmó un nuevo foedus. 419 visigodos retomaron la guerra contra suevos y vándalos. 422 vándalos saquearon Cartagena y Sevilla, donde murió Gunderico, a quien sucedió su hijo Genserico. 425 se inició una expedición vándala contra las Baleares. Aunque su predominio era evidente a nivel peninsular, el 429 partieron los vándalos a África. Ahora sólo quedaban en la Península los visigodos y suevos. El Bajo Imperio Luchas entre suevos y visigodos, el final de la Hispania romana: Este último periodo presenta dos etapas. 1) Se inicia una etapa de predominio suevo, que desde el NW lanzaron en 438 una gran ofensiva contra la Bética, Lusitania y Cartaginense. Las revueltas agrarias (bagaudae) hicieron aún más problemático el dominio romano-visigodo del NE. La guerra contra los bagaudas activa desde 441, se volvió crítica para visigodos cuando Basilio (jefe bagaudico) atacó el valle del Ebro apoyado por los suevos (454). A la muerte del rey Réquila (448) los suevos controlaban casi toda la Península. 2) La situación cambia radicalmente. Los visigodos arrinconaron en el NW a los suevos del rey Requiario, gracias a los refuerzos llegados desde la Galia con Teodorico (456). Fracasan los intentos de afianzar el poder imperial en Hispania por parte del emperador Mayoriano (460). En 472 el ejército visigodo de Eurico se apropió de las escasas zonas controladas por los romanos, incluida Tarragona. 476 se disolvió el Imperio Romano de Occidente y se reconoció por Constantinopla la independencia del Reino Visigodo. Comenzaba la Hispania visigoda. 2. Organización administrativa Administración provicial Evolución de la administración provincial: Desde la conquista de Sicilia, Roma ideó el sistema de la provincia para administrar territorios. La provincia delimitaba el ámbito geográfico donde un magistrado superior ejercía funciones rectoras en el ámbito político, administrativo y militar. La división provincial hispana en dos provincias (Hispania Citerior e Hispania Ulterior) fijó probablemente la 1ª frontera en el saltus Castulonensis (Castulo, Jaén). Las capitales eran en un principio Corduba para la Ulterior y seguramente Carthago Nova para la Citerior. Pero pronto Tarraco acabó desplazando a ésta. Caída Numancia (133 aC) el Senado envió comisión de 10 miembros para reorganizar las dos provincias, ajustar demarcaciones y prestaciones tributarias de ciudades y habitantes. Características de la administración provincial: Durante la República la administración fue muy reducida, con pocos órganos y personal. Para el cargo de gobernadores se eligieron dos pretores (praetores), magistrados con poderes absolutos civiles y militares (imperium). Como ayudantes había dos cuestores (quaestores) ocupados del control financiero de la provincia (supervisar impuestos, que quedaron en manos de recaudadores privados). Sila (primer tercio del s. I a.C.) reformó el gobierno provincial de la República concediendo el mando a antiguos cónsules o pretores, que con el nombre de procónsules y propretores debían cumplir un mandato anual en la provincia. Los dos cónsules y ocho pretores cumplirían el año de mandato en Roma, y únicamente después podrían hacerse cargo del gobierno de las diez provincias existentes, en calidad de procónsules y propretores. Con Pompeyo los gobernadores de Hispania dependerán de él (legati). A partir del 42 a.C. la constitución del II Triunvirato hizo que Lépido, primero, y Octavio después ejercieran su mandato en Hispania a través de estos lugartenientes. Órganos de gobierno de la administración provincial: En época republicana las provincias hispanas se encontraban en estado de guerra casi permanente. La atención primordial de los gobernadores se centró en: a) dirección de campañas militares b) regulación y aplicación de pactos con indígenas: condiciones de rendición (deditio), reparto de tierras, fundación de centros urbanos, justicia, etc. El gobernador se acompañaba de séquito formado por civiles (cohors amicorum), amigos que le prestaban consejo y apoyo. Sus oficiales del ejército (legati, tribuni) formaban parte un consejo consultivo (consilium), pudiendo actuar en cualquier asunto. A veces el gobernador designaba autoridades especiales (praefecti) para controlar recaudaciones extraordinarias en una ciudad aliada. Balance de la actuación de gobernadores en época republicana en Hispania fue poco brillante. La mayoría practicó la venalidad y exacciones desorbitadas. Las protestas de los hispanos fueron poco efectivas exceptuando la sentencia favorable de la delegación enviada al Senado en 171 a.C. que satisfizo las reivindicaciones provinciales. Provincias y conventos en el Alto Imperio. La efímera provincia Transduriana: Durante un tiempo hubo una provincia denominada Transduriana, consecuencia de la conquista de la zona galaica, astur y cántabra, que después se integro en la Citerior. Durante la época republicana las fundaciones de ciudades fueron escasas: 206 a.C. Escipión fundó Italica; en el 171 a.C. Carteia (colonia latina para los hijos de soldados romanos casados con indígenas); en la 138 a.C. a Valentia; en el 123-122 a.C. Palma y Pollentia. A partir de César esta situación cambió radicalmente: numerosos veteranos fueron asentados y se favoreció la llegada de emigrantes itálicos sin recursos. Como consecuencia, se fundaron coloniasde ciudadanos romanos, básicamente con elementos militares, pero en las que participaban también los civiles: Acci(Guadix), CarthagoNova (Cartagena), Corduba(Córdoba), Hasta Regia(Mesas de Asta, Jerez de la Frontera); Hispalis(Sevilla); Tarraco(Tarragona). También transformación de ciudades en municipios de derecho romano, como Gadir, Olisippo, Dertosay Ulia. Régimen urbano de Augusto: Prosiguió y culminó el modelo cesariano. Entre el 27 y el 16-14 a.C. las fundaciones fueron mayormente de colonias en la Bética y municipios en la Citerior, con veteranos de las guerras cántabras y civiles, tanto emigrantes como indígenas privilegiados, unos de forma colectiva y otras por medio de reconocimiento personal (concesiones viritanas). Destacan entre las colonias Asido, Astigi, Barcino, Caesaraugusta, Augusta Emerita, Ilici, PaxIulia; y entre los municipios, Bilbilis, Clunia, Saetabis, Saguntum y Segobriga. Régimen urbano de Augusto a Vespasiano: La política fundacional de colonias se paralizó durante la primera mitad del siglo I d. C.: En esta época sólo se puede destacar la promoción de Clunia a colonia. En cambio, a consecuencia de la concesión por parte de Vespasiano a los habitantes de Hispania del ius Latii (74), las antiguas ciudades estipendiarias, modificaron la constitución jurídica-administrativa indígena por la municipal latina, por especial concesión del Senado y del pueblo romano. Vespasiano otorgó a los habitantes de Hispania la ciudadanía romana o latina, con todos los derechos que esta comportaba (iussufragii, iushonorumy derecho de servir en las legiones). Se eligió la fórmula del ius Latii minus para evitar la ciudadanía plena, la romana, que solo se podía conseguir después de ejercer una magistratura local. La medida de Vespasiano fue aplicada en realidad por Domiciano. Repercusión inmediata en el panorama urbano: con Augusto había un 20% de comunidades dentro de o próximas a los niveles romanos; con Vespasiano la inmensa mayoría ya lo eran. El régimen interno, los estatutos urbanos: Se conservan algunos estatutos urbanos en placas de bronce de las ciudades béticas de Urso (Osuna, Sevilla), Salpensa (Utrera, Sevilla), Malacae Irni (El Saucejo, Sevilla). Las leyes municipales recogían aspectos diversos: elecciones municipales que se hacían por votación secreta entre ciudadanos libres. Características básicas de los magistrados municipales: Las magistraturas presentaban tres características: a) Elegibles en elecciones municipales, que se hacían por votación secreta entre los ciudadanos libres. b) Colegiadas, con dos magistrados del mismo rango en un mismo puesto y con derecho de veto (intercessio) que podía paralizar las medidas de otro magistrado de igual rango o de nivel inferior. c)Anuales: todos los años se renovaban en unos comicios. La concesión del ius Latiiminus determinaba que se conseguía la ciudadanía romana después de ejercer una magistratura local. Tipos de magistrados urbanos: a) Dunvirato: principal magistratura. Dos dunviros (duoviri). Debía haber pasado, primero, por la cuestura o la edilidad. Sus poderes eran amplios: jurisdicción sobre ciertos negocios (manumisiones, emancipaciones, adopciones, nombramiento de tutores), imposición de multas, supervisión de las elecciones, nombramiento y proclamación de los candidatos, designación de un sustituto cuando debían ausentarse (praefectus), presidencia de las reuniones de la curia, administración del patrimonio municipal (rentas –vectigalia– y resto de ingresos), y organización de la defensa militar formando una militia en caso de peligro inminente. b) Edilidad: segunda magistratura. Los dos ediles (aediles), se ocupaban de la distribución entre los habitantes del municipio de las contribuciones que el senado local hubiere decidido para el mantenimiento de la ciudad (suministros, sostenimiento de templos, infraestructuras urbanas, etc.). c) Cuestura: tercera magistratura. Los dos cuestores (quaestores), se encargaban de la administración de la caja municipal, con derecho y potestad de cobrar y librar las cantidades que los dunviros determinaran. La curia: El órgano legislativo primordial de la ciudad romana era la curia o senado. Estaba formado por los decuriones, con un número máximo de 100 miembros. Cuando había una vacante los decuriones votaban los sustitutos (cooptatio). El cargo era vitalicio. Competencias del senado local: obras, concesión de arrendamientos de impuestos y contribuciones municipales, apelaciones, supervisión de préstamos, empréstitos, aprobación de los presupuestos, manumisión de esclavos públicos, espectáculos, embajadas, prestaciones personales, etc. Los decuriones, además, debían confeccionar la lista de jueces para su ciudad (iudices, álbum iudicium) y elegir a sus protectores (patroni). Controlaban a los magistrados. Adriano decidió conceder a los municipios hispanos el ius Latiimaius, por el cual también los decuriones que no hubieran sido magistrados accedieron a la ciudadanía romana. Legislación colonial y municipal, fundación urbana e impuestos: mirar los textos de las diapositivas 49, 50, 51, 52 y 53. Emporium: Desde la primera mitad s. II aC Ampurias, aliada de Roma en la II Guerra Púnica, pagó su indecisión durante la rebelión ibera del 197 aC, soportando la presencia de un praesidium. La ciudad se enriqueció y el castrum dio paso a la construcción de una nueva ciudad de planta rectangular rodeada de muralla itálica y levantada junto a Emporion. En el interior se planteó una red viaria de manera ortogonal que definía 56 insulae de 1x2 actus (1 actus= 120 pies = 35,48 m2 ). En el centro del sector sur se reservaron 4 insulae para la construcción del foro. Tarraco: La ciudad republicana fue posiblemente un núcleo bifocal, con campamento militar en la parte alta y área residencial alrededor del poblado ibérico y el puerto. De época republicana es la muralla, al principio una estacada de madera que protegía la guarnición militar. La construcción de la primera muralla de piedra se ha relacionado con la división provincial de 197 aC y probablemente protegía la parte alta de 4,5 ha. De este primer recinto se conservan 2 lienzos y 4 torres. En torno al 150/125 aC la muralla creció en extensión, altura y anchura. Tarraco se convirtió, junto a Cartago Nova, en la ciudad más importante de Hispania Citerior. La 2ª muralla pretendía englobar los 2 núcleos de la primera Tarraco. La nueva muralla tenía paños de 6 m de ancho y 12 m de altura. Constaba de un basamento megalítico con dos paramentos (emplecton), sobre los cuales se levantaban dos paños de sillares formando cajones rellenos de tierra, piedras y adobes. Las torres anteriores se integran en el nuevo lienzo amurallado. Esta nueva muralla enmarca una ciudad de 51 ha, la más grande del NE peninsular. Se implanta una trama urbana organizada en insulae de 2 x 1 actus que incluía el sector occidental de la bahía portuaria. El nombramiento de colonia en época cesariana y el periodo augustal supondrán la transformación definitiva que culminará con el esplendor de la ciudad a inicios del siglo II. A partir del 69, en apenas 20 años, se construyó el Foro Provincial, uno de los conjuntos arquitectónicos más monumentales del Mediterráneo occidental. Visualmente los sectores construidos en la actualidad están limitados a la morfología del foro Provinciae Hispaniae Citerioris (se escogió la parte más alta de la ciudad, un espacio de 7’5 ha). Se articulaba en 2 terrazas aprovechando el desnivel. En la terraza superior se situó el recinto de culto imperial y debajo, la plaza de representación, la plaza más grande de todo el mundo romano (320 x 175 m), desde donde gestionaba la Provinciae Hispaniae Citerioris. Plaza rodeada de un doble pórtico de columnas y cerrada por un muro de 12 m de altura. En su lado sobresalían dos grandes torres. En una tercera terraza se encontraría el Circo que más tarde completó el conjunto monumental, alrededor del año 90 (época de Domiciano). El recinto de culto oficial era una plaza rectangular de 153 x 136 m, circundada por un pórtico en tres de sus lados, presidido por el templo de culto imperial (mirar imagen de la diapositiva 59). Primer proyecto: restos que se vinculan a la hipótesis de un primer proyecto del Foro Provincial. Segundo proyecto: el Foro Provincial a partir de época Domiciana. Emirita Augusta: Con Augusto se prosiguió y culminó el modelo cesariano. Entre 27 aC y 16-14 aC las fundaciones fueron sobre todo colonias en la Bética y municipios en la Citerior, con veteranos de las guerras cántabras y civiles (emigrantes e indígenas privilegiados). Destacan las colonias de Asido Caesarina (Medina Sidonia), Astigi, Barcino, Caesaraugusta, Ilici, Augusta Emerita, PaxIulia; y entre los municipios Bilbilis, Clunia, Saetabis, Saguntum y Segobriga. La ciudad de Augusta Emerita fue fundada en 25 aC (época de Augusto) por el legado Publio Carisio. Recibió el nombre de Augusta Emerita porque iba a servir de retiro a soldados emeriti (veteranos) de las legiones V Alaudae y X Gemina, que habían luchado en las guerras cántabras. Foro Municipal: Templo de Diana. Ejemplo de templo períptero y hexástilo dedicado al culto imperial. Pórtico del Foro. Construcción porticada que delimitaría el conjunto foral. Estaba decorado con numerosas esculturas colocadas en hornacinas. Foro Provincial: Arco de Trajano. Posiblemente la entrada principal de este foro provincial, dedicado como el foro municipal, al culto imperial. Se desconoce su época de construcción. Templo basilical. Podio de 3,10 m de altura, 8 m de anchura y 15 m de longitud. Caesaraugusta: Caesaraugusta fue fundada como colonia en 14 aC sobre la ciudad ibera de Salduie. Participaron soldados veteranos de las legiones IV Macedonica, VI Victrix y X Gemina. Es fundación de planta ortogonal situada en la intersección de los ríos Huerva y Ebro. Plano de Caesaraugusta. Saguntum: Augusto llevó a cabo un amplio programa urbanístico en Sagunto a partir del 4-3 aC. La ciudad se amplió, se dotó de nuevas infraestructuras y recibió el título de municipium. La nueva ciudad se planificó hasta el río Palancia. Edificada en pendiente, el espacio urbano comprende la parte baja, mientras que en la terraza superior se ubica el teatro. El foro sirve de eje de conexión con las tabernae (tiendas), el templo o la basílica. Organización militar Organización militar, etapa republicana: Desde 206 y hasta 89 aC Roma mantuvo 2 legiones en la Península, entre 20.000 y 40.000 hombres (bajo el mando de un gobernador). Estas legiones las integraban: ciudadanos romanos, socii itálicos y auxilia hispanos reclutados entre habitantes de ciudades sometidas (dediticii) o enrolados voluntariamente como mercenarios (paga y botín). Los campamentos romanos: instrumento fundamental para reconstruir la estrategia militar aplicada por el Estado romano en Hispania. La ubicación de los recintos militares nos permite reconstruir movimientos de tropas, desarrollo de las campañas militares, etc. Etapa republicana: el ejército romano no tuvo acuartelamientos fijos. Muchos oppida indígenas mantenían forzosamente unidades romanas estacionadas en ellos. En otros casos eran cuarteles semipermanentes (castra) conocidos en Extremadura y Castilla. Desde 89 aC-Augusto. Cuando los itálicos se integraron en el cuerpo de ciudadanos se suplieron con soldados no itálicos de las provincias más romanizadas. El siguiente paso fue la progresiva entrada de ciudadanos de las provincias en las legiones durante las guerras civiles, incluso de indígenas romanizados, que obtenían la ciudadanía cuando acababan el servicio, como el caso de la legión Vernácula, reclutada por César entre hispanos de la Bética. Los antiguos auxilias temporales indígenas se integraron en el ejército a cambio de beneficios económicos y de la promesa de poder obtener por méritos la ciudadanía romana: Bronce de Ausculum, que recoge la entrega por méritos en la guerra social de Italia de la ciudadanía romana de manos de su general a un cuerpo de caballería integrado por hispanos, la Turma Sallvitana. Organización militar imperial desde Augusto: Con Augusto en Hispania hubo 7 legiones durante la conquista del NO. Luego permanecieron 3: la IV Macedonica, la VI Victrix y la X Gemina. Adscritos a estas legiones había cuerpos auxiliares de número impreciso, distribuidos en alas de caballería y cohortes de infantería. Campamentos del Norte: Las guerras cántabras (Bellum cantabricum et Asturicum, 29-19 aC) obligaron a concentrar en el norte legiones hasta acabar con la resistencia de los pueblos cántabros y astures. Los establecimientos militares de Herrera de Pisuerga, Astorga, León y Rosinos de Vidriales (Petavonium, Zamora) son los primeros campamentos legionarios augusteos permanentes documentados arqueológicamente. Distribución de los campamentos de época julio-claudia según Ángel Morillo: Los campamentos romanos de Astorga y León. Los campamentos (https://www.youtube.com/watch?v=plqtXY7WTNg) fueron los primeros asentamientos romanos en la región, que causaron una progresiva aculturación en la población indígena. Pisoraca (Herrera del Pisuerga, Palencia) es el primer campamento estable relacionado con la campaña de M. Agripa en 19 aC. El campamento albergó a la Legio IIII Macedonica, encargada del control del territorio cántabro, unidad que permanece en este asentamiento hasta 39 dC. Entre los materiales, es importante la cerámica, de la cual destaca la Terra Sigillata. Destacan las piezas fabricadas por un alfarero militar: Lucius Terentius. Destaca la Tessera Hospitalis, lámina de bronce recortada en forma de jabalí. Petavonium (Rosinos de Vidriales, Zamora) tenía una extensión de 17 ha y albergaba 5.000 legionarios de la Legio X Gemina. El campamento se fundó después de las guerras cántabras, con la finalidad de vigilar los movimientos de los pueblos astures y proteger el transporte de oro procedente de "Las Médulas" o "Las Cavenes". La Legio X Gemina permaneció en Petavonium desde 19 aC hasta 63 dC, año en que Nerón la traslada al limes del Danubio, en Panonia. Campamentos: Asturica Augusta (Astorga) fue fundada ca. 14 aC como recinto castrense de la Legio X Gemina. Al inicio del reinado de Tiberio (15-20 dC) se amplió coincidiendo con su transformación en ciudad y capital del conventus Asturum, en relación con el inicio de las explotaciones auríferas de la región. La hipótesis sobre el origen militar de la ciudad de Asturica se fundamenta en el hallazgo de epígrafes funerarios de soldados de la Legio X Gemina reutilizados en la obra de la muralla bajo imperial. Pero la transformación del campamento en capital de convento pudo atraer veteranos licenciados del ejército, por lo que no sabemos si estos testimonios epigráficos pertenecían a soldados en activo o veteranos. Valentia: Valentia obtuvo muy pronto el estatuto de colonia de derecho latino, probablemente en 138 a. C. Tito Livio cita textualmente que en Valentia se asentaron 2.000 colonos de procedencia itálica. A través del estudio de ritual funerario del cementerio de las calles Quart y Cañete, sabemos de la filiación itálica de algunos de los primeros pobladores. Localizada en el lado norte del decumanus maximus, las excavaciones han revelado la existencia de 124 sepulturas datadas en el periodo republicano. Hay tumbas de cámara o hipogeo, una fosa común y una zanja votiva. Matrimonio divino de Júpiter, dios supremo del universo, y de su esposa, Juno, divinidad celeste y protectora de todas las esposas, a los que se agregaba la hija de ambos, Minerva, diosa de las actividades artísticas. Júpiter aparece a veces como Iupiter Optimus Maximus y Juno como Iuno Regina, adjetivaciones muy clarificadoras de su preeminencia sobre los demás dioses. En Hispania gran arraigo del culto por ser adoradas en ciudades y áreas intensamente romanizadas. En las zonas indígenas del NO (soldados) Júpiter estará muy presente. Se rendía culto en los templos capitolinos, con tres capillas (cellae), con testimonio arqueológico en los foros de las ciudades. Celebraba festividades públicas anuales. La ley de Urso estipulaba que los ediles realizaran tres días al año juegos en su honor. Presentaba una organización sacerdotal regulada desde el punto de vista jurídico: en las leyes municipales se estipulaba dos colegios, pontífices y augures (tres miembros cada uno), elegidos de por vida entre los que cumplieran determinadas condiciones jurídicas y económicas, con privilegios para sus miembros (exención de la milicia, inmunidad fiscal, toga praetexta, asiento en el teatro y circo). El culto imperial: características Alcanzó una gran expansión, sobre todo en el sur y en el este de Hispania. El culto imperial se acomodó a los tres eslabones de la organización administrativa: provincial, conventual y urbana. Su objeto era honrar al emperador muerto, pero fue trasladándose al emperador vivo: potenciación de los rasgos monárquicos y lealtad a la casa imperial. Una de las formas más comunes que presentó fue adorar las virtudes imperiales (Pietas, Aeternitas, Pax, Fortuna). La existencia en el mundo indígena prerromano de Hispania de determinadas instituciones de fidelidad personal o colectiva (clientela, devotio, hospitium, patronatus) facilitó la penetración del culto al emperador. Difusión del culto imperial Comenzó a difundirse en vida de Augusto: los tarraconenses le dedicaron un altar el año 26 a.C., práctica imitada por otras ciudades, aunque no alcanzó su plena implantación hasta el periodo flavio. A petición de los hispanos, Tiberio permitió construir un templo a Augusto en Tarracoque fue el primero dedicado a un emperador divinizado (divus) el 15 d. C., pero prohibió que se le levantase en la Bética un templo a él (25 d. C.). Con el tiempo la divinización fue ampliándose también a otros miembros de la familia imperial y, concretamente, a sus consortes. Su apogeo estuvo en el siglo II d.C., durante la dinastía antoniniana y por su vinculación con la península. Plano de Tarraco Organización del culto imperial y del culto a Roma Sacerdotes La responsabilidad del culto recaía en los flamines: los provinciales y conventuales eran elegidos en las asambleas que anualmente se celebraban en las capitales respectivas. Los municipales por el ordo decurionum. Sus miembros pertenecían a los círculos dirigentes y en su cursus honorum municipal figuraba este sacerdocio. Contaban con un personal auxiliar, los seis seviri augustales, integrados por la elite de los libertos, para los que este puesto era un importante vehículo de promoción social. Tenían sacerdotisas propias o flamínicas (flaminicae), a veces la misma esposa del flamen, para el culto a las emperatrices (divae). Culto a la Dea Roma y a Vesta Es un complemento al culto imperial y sirve para reforzarlo. Nace en época republicana como se constata en emisiones monetales (Valentia, Arse, Carmoy Sexi) y siempre asociado al culto imperial. Tendrá mucha importancia en las provincias orientales, menos en Hispania. Vespasiano creó los sacerdotes Romaeet Augusti. Adriano asoció en la Tarraconense el culto de Roma con el imperial de ámbito provincial. Las divinidades paganas mayores y menores Los grandes dioses romanos recibieron una fuerte advocación en la península. Diosas: Venus, Diana o Ceres. Dioses: Marte, Apolo, Mercurio o Hércules. Contamos con testimonios de dioses protectores de la ciudad, y abstracciones divinizadas (Fortuna, Tutela, etc.) Destaca el culto al Genio (Genius), dios protector de las personas, de la ciudad o de un determinado lugar. El Numen, principio y fuerza divina de la que participan todos los dioses. Dioses menores: Consiguieron en Hispania una gran difusión. Debemos mencionar a los dioses de las aguas, de la salud o del mundo rural. Podemos destacar entre ellos, respectivamente, a las Ninfas, diosas de las aguas muy difundidas en el noroeste peninsular y con frecuentes monumentos urbanos (nymphaea). Salus, divinidad salutífera. Silvanus, dios de los bosques. Bacus (Baco) o Liber Pater, dios de la vid. Manes, divinidades de los muertos, que presidían las tumbas y velaban por los difuntos. Tampoco hay que olvidar las divinidades guardianas de la familia: Lares domésticos, y a los protectores de los caminos, los Lares viales. MIRAR DE LA DIAPOSITIVA 21 A 33, LOS CONSAGRADOS DE LOS DIOSES. Organización colectiva de los cultos Existían asociaciones (collegia, sodalicia) de finalidad estrictamente religiosa, que reunían a los devotos de una divinidad (cultores). Disponían por lo general de un templo propio, realizaban actividades, celebraban festividades y supervisaban los ritos correspondientes al culto mediante magistrados o sacerdotes organizados jerárquicamente (magistri). Los asociados pagaban un derecho de entrada y satisfacían una cotización mensual. Conocemos algunas cofradías: sodales Herculani, cultores Larum, cultores Dianae, cultores Minervae, amici Nemesiaci, etc. Había asociaciones juveniles (collegia iuvenum) para celebrar fiestas y juegos, que cumplían una función de iniciación a la vida política y en la formación militar para los jóvenes adinerados: destaca el dedicado a Iuppiter Pantheus Aug(ustus) de los iuvenes Laurensium de Nescania (Cortijo de Escaña). También fueron muy importantes las asociaciones de carácter religioso-funerario (collegia tenuiorum), que bajo la advocación de una divinidad, se creaban para cubrir los gastos funerarios que comportaban los entierros de las gentes humildes. Coso, dios guerrero, en cuyo honor se realizaban danzas, competiciones y sacrificios de machos cabríos y caballos. Bandua y Erudino, dioses tutelares, cuyo culto sabemos pervivió en Santander hasta el año 399. Cerunnos, dios celta de cuernos de toro, que aparece en Galicia. Epona, divinidad femenina relacionada con el caballo, en Álava, Burgos y Guadalajara. Endovelicus, dios de la salud, está presente sobre todo en Lusitania; Ataecina Turibrigensis, también lusitana. Lug, dios celta, pervive en la Celtiberia (Peñalba de Villastar). Las fuentes literarias mencionan diversos animales sagrados, como el ciervo, entre los lusitanos, el buitre, entre los numantinos, y el toro entre las poblaciones pastoriles del centro de la Meseta. La supervivencia del substrato religioso ibero no lo conocemos. Sobreviven los grandes santuarios, como los de Luz de Verdolay en Murcia y la Serreta de Alcoy. Su vigor en época romana se confirma por la abundancia de exvotos que presentan. Conocemos lugares de culto en cuevas o abrigos, en los que se han descubierto gran cantidad de figuritas de bronce (Collado de los Jardines y el Castellar de Santisteban). CRISTIANISMO Cristianismo: inicios en Hispania según la tradición Se recogen tres tipos de informaciones sobre la primera difusión del cristianismo: 1-La predicación de Santiago el Mayor, que se fundamenta en documentos poco solventes, como las actas apócrifas de Pedro y Simón del s. II y en testimonios del s. VII. 2-La venida de Pablo de Tarso, que solo puede apoyarse en las propias manifestaciones del apóstol (Epístola a los Romanos, 15, 24), donde expresa su deseo de venir a Hispania, y en documentos, algo posteriores, como el de Clemente Romano, del siglo I que, en todo caso, solo pueden apoyar su verosimilitud pero no su certeza. 3-La presencia de los llamados Varones Apostólicos, tradiciones tardías (s. IX) que hablan de la llegada de delegados de los apóstoles Pedro y Pablo a predicar el evangelio en España, y a traer el cuerpo de Santiago. Establecieron las primeras sedes episcopales en el sudeste del país: Acci, Urci, Abula, Vergi, Iliberris, Iliturgi y Carcesa. Los primeros testimonios fidedignos: referencias más importantes por orden cronológico 1-Año 180, cuando Ireneo de Lyon hace referencia a las iglesias béticas. 2-Tertuliano, entre los años 204-212, afirmaba sin más precisiones, que los cristianos se habían extendido por todo el orbe conocido. 3-Durante la persecución de Decio, en el año 250, se produjo la destitución por los fieles de Basílides de León y Marcial de Mérida por haber comprado un certificado de sacrificar a los dioses (libellus), sustituyéndolos por Sabino y Félix. Pero el Papa Esteban (254-257) anuló esta decisión, por lo que los fieles acudieron al obispo de Cartago, Cipriano, que convocó un sínodo que dio la razón a los demandantes. En la carta del obispo se desprenden la existencia de diversas comunidades. 4-En el 254, Cipriano, obispo de Cartago, habla de comunidades cristianas en Astorga, León, Mérida y, seguramente, Zaragoza. Se menciona el primer mártir hispano, san Félix de Caesaraugusta. 5-Durante la persecución de Valeriano (259) fueron martirizados el obispo de Tarragona, Fructuoso y sus diáconos Augurio y Eulogio. 6-Durante la persecución de Diocleciano y Maximiano (303-304) hubo mártires en Zaragoza (“Los Innumerables”), Barcelona (Cucufate), Gerona (Félix), Valencia (Vicente), Calahorra (Emeterio y Celedonio), Complutum (Justo y Pastor), Mérida (Eulalia), Sevilla (Justa y Rufina), Córdoba (Acisclo) y, quizás en la Legio VII, con el centurión Marcelo. Cristianismo hispano: orígenes El cristianismo fue una más de las religiones orientales: fuertes lazos entre sus fieles, íntima y de salvación. No resulta claro que el cristianismo español tenga unos orígenes concretos. Hay tres posibilidades: 1-Se defendió una procedencia africana basándose en diversos elementos: relaciones comerciales, coincidencias de estilo y contenido entre los concilios de África e Hispania, semejanzas arqueológicas y artísticas, y desplazamientos de unidades militares. 2-En la actualidad ya no se está tan seguro de que el cristianismo hispano llegara por una vía única ni por unos agentes determinados: mejor hablar de heterogeneidad en las influencias, llegadas del mundo mediterráneo. 3-Un gran papel debieron jugar las comunidades judías y, en general, las de orientales greco- parlantes, donde era más fácil la penetración de la nueva fe. Los primeros fieles y su organización Los difusores pudieron ser muy variados: cristianos anónimos, de origen, formación y nivel social de lo más diverso: viajeros, traficantes, mercaderes y militares, localizados en núcleos urbanos. No hay necesidad de recurrir al modelo apostólico. Entre el 300 y el 313 se celebró el concilio de Elvira (Granada), el primero de los que conocemos en Hispania. Las sedes obispales mayoritariamente de la Bética, la zona más cristianizada. Las actas reflejan las principales preocupaciones de los obispos: prohibición de matrimonios con paganos y de relaciones con sacerdotes de otros dioses, con herejes y con judíos. La pluralidad social a las que van dirigidas las disposiciones disciplinarias conciliares (flámines, dunviros, terratenientes, plebeyos, esclavos, etc.): amplio tejido social en el que había arraigado el cristianismo. El cristianismo hispano como religión legal Los edictos de tolerancia de Milán del 311 y 313(Constantino) acomodaron el cristianismo a la legalidad. Las sedes metropolitanas principales de los obispados, a las que estaban subordinadas todas las demás, se ubicaron definitivamente en las capitales provinciales, es decir, en Emerita, Tarraco, Hispalis, Bracara y Carthago Nova. Las donaciones, inmunidades y exenciones imperiales para con la Iglesia la transformaron en una gran propietaria. Pronto su jerarquía, administradora de estos grandes bienes, se vio invadida por miembros de la aristocracia, que veían en ella posibilidades de enriquecimiento y ascendencia social. El estado la convirtió en su instrumento: Valentiniano I y Valente crearon el cargo de defensor civitatis en el 368. Obispos y clérigos debían acoger las reclamaciones del pueblo contra los poderosos, actuar de jueces de paz, defender a los curiales o proteger el territorio de la ciudad, entre otros cometidos., lo que situó a la iglesia en una posición preeminente. Figuras claves del cristianismo hispano Desde el siglo IV en adelante surgen figuras de gran relieve en la Iglesia hispana: Osio, obispo de Córdoba, consejero de Constantino, presente en varios concilios y gran abanderado de la lucha contra el arrianismo. Gregorio, obispo de Iliberris, tratadista y orador. Paciano, obispo de Barcino, escritor sacro. Dámaso, uno de los papas más importantes, quizás hispano. Prudencio, poeta. Orosio, discípulo de San Agustín, historiador. Hidacio, obispo de Aquae Flaviae (Chaves) y cronista. El monacato: una nueva forma de entender la práctica cristiana La práctica del monacato fue la última manifestación de la iglesia hispanorromana, que jugó un gran papel en la cristianización de las zonas rurales. Procedía de Oriente y el Norte de África. Citado expresamente por primera vez en el Concilio de Caesaraugusta. Los monasterios se extendieron para acoger a aquellos que deseaban la vida contemplativa. En Hispania tuvo un foco muy importante en la zona galaica, aunque se extendió por todas las provincias. Contó con destacadas figuras: 1-La monja Egeria, que nos ha legado un interesante relato de su peregrinación a Palestina, entre el 391 y 394. 2-El galaico Baquiario, escritor teológico y asceta. El priscilianismo: una herejía hispana Prisciliano fue la figura más atrayente y trascendente del cristianismo primitivo español. De familia noble, nacido en Avila, y de excelente formación, fu el fundador de un singular movimiento ascético. En Galicia, en compañía de su maestro Elpidio, atrajo a un numeroso grupo de adeptos. Sus reglas: austeridad y la pobreza. La expansión del movimiento, con adeptos en todas las capas sociales y obispos, y con el apoyo de intelectuales, provocó un gran recelo. El concilio de Caesaraugusta del año 380 fue el momento decisivo: Hidacio, obispo de Mérida, acusó a Prisciliano de herejía y magia. Sus adeptos le consagraron obispo de Ávila. Las graves acusaciones conciliares hicieron intervenir a San Ambrosio de Milán y al emperador Graciano, que desterró a Prisciliano y a sus seguidores. Tras continuas polémicas y un nuevo concilio en Aquitania (Burdigala) la causa acabó ante el tribunal del emperador en Treveris: acusado de magia, herejía y maniqueísmo, Prisciliano fue ejecutado (385).
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