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Expansión colonial europea en el siglo XIX y principios del XX, Resúmenes de Historia del Mundo Contemporáneo

Este documento analiza la expansión colonial europea en el siglo xix y principios del xx, con un enfoque en la política exterior de alemania y el reino unido, y la división de poderes en los países con regímenes liberales. Se abordan temas como la política colonial, la división de poderes, la kultukampf y la expansión imperialista.

Tipo: Resúmenes

2023/2024

Subido el 02/04/2024

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¡Descarga Expansión colonial europea en el siglo XIX y principios del XX y más Resúmenes en PDF de Historia del Mundo Contemporáneo solo en Docsity! TEMA 4: EL IMPERIALISMO. 1. LA EUROPA DE FINALES DEL SIGLO XIX. En la 2º ½ el siglo XIX, la situación política de los estados europeos era muy diversa. Los países con sistemas políticos autoritarios como Alemania y el Imperio austro-húngaro, presentaban algunas características comunes:  Eran regidos por monarquías en las que el rey concentraba casi todos los poderes.  Contaban con Parlamentos, pero estos no podrían oponerse a las decisiones del monarca o de Gobierno.  El Ejército tenía mucho peso en la vida del país.  Había una gran diversidad étnica y cultural.  La población carecía de la mayoría de los derechos. Los países con regímenes liberales, como el Reino Unido o Francia, fueron consolidando su sistema político:  La división de poderes se fue afianzando, de forma que los Parlamentos controlaban a los Gobiernos.  Se reconocieron nuevos derechos, como la libertad de expresión y de asociación.  Se amplió el derecho al sufragio hasta que se implantó el sufragio universal masculino.  Los partidos socialistas empezaron a tener representantes en los Parlamentos porque los obreros podían votar. El Segundo Reich Alemán. En 1871 se creó el Segundo Reich alemán. Dos hechos fundamentales favorecieron su creación:  La unificación de Alemania en torno a Prusia.  La victoria de Prusia frente a Francia en la batalla de Sedán en 1870. Estos acontecimientos llevaron a la proclamación de Guillermo I como emperador alemán (káiser) en 1871. La fundación del Segundo Reich supuso la aparición de una gran potencia que cambió el equilibrio de poderes en Europa. La unión aduanera de 1834 y el desarrollo industrial y ferroviario anteriores a 1870, contribuyeron a la unificación alemana y sentaron las bases de la potencia de la economía del país y en 1869 se habían eliminado las últimas barreras aduaneras entre las regiones. Sin embargo, faltaba la unificación monetaria, que se logró con la creación del marco en 1871 y del Banco Imperial en 1875. La economía experimentó un gran crecimiento en las industrias textil y siderúrgica, la minería y los transportes, todo ello ayudado por la anexión de Alsacia y Lorena y el proceso de concentración financiera y empresarial. En consecuencia, Alemania se convirtió en la mayor potencia industrial de Europa a finales del siglo XIX. Otto von Bismarck fue canciller del Reich desde 1871 hasta su dimisión en 1890. El eje de su política era dar seguridad al Imperio y se plasmó en una estrategia preventiva contra las posibles disidencias en el interior y contra la revancha de Francia, humillada tras la derrota de 1871. La primera batalla interna que tuvo que acometer fue la que le enfrentó a la Iglesia católica, pues Bismarck veía con recelo la influencia política de los católicos en Alemania. La Kultukampf era una política parecida a la aplicada por Francia, con la separación Iglesia-Estado, la enseñanza pública y el control estatal sobre el clero. Entre 1878 y 1879, Bismarck fue abandonando esta política y acercándose al centro católico; de hecho, en 1887, se abolieron las leyes anticlericales. El canciller rechazaba a los socialdemócratas, a quienes consideraba el germen de la revolución. A pesar de ello, aprobó tres leyes sociales pioneras sobre el seguro de enfermedad, de vejez y de accidentes laborales entre 1883-1889. En la década de 1880, Bismarck tuvo dificultades al no apoyar la política colonial, que defendían comerciantes y banqueros influyentes. En 1888 murió el káiser Guillermo I y su sucesor, Guillermo II, no sintonizó con el canciller, y este acabó dimitiendo en 1890. Con la marcha de Bismarck, la política alemana experimentó cambios notables:  En política exterior, Guillermo II mostró un gran interés por la expansión imperialista, el desarrollo de la marina y el del ejército.  En política interior, el objetivo del káiser era asumir más poder a costa del canciller de turno. Los sucesores de Bismarck, apenas mejoraron la legislación social y convirtieron la política naval y armamentística en el eje de su acción de gobierno. El belicismo alemán despertó el recelo de los demás países europeos, que lo consideraban una amenaza para sus respectivos imperios coloniales. 2. EL IMPERIALISMO. 2.1 EL CONCEPTO DE IMPERIALISMO. El concepto “imperialismo” alude al dominio de unas naciones sobre otras, y se emplea particularmente para referirse a la expansión de las potencias occidentales entre ½ del siglo XIX y 1914. Su resultado fue un complejo sistema de relaciones desiguales entre metrópolis y colonias, caracterizadas por la dominación económica, política, militar y cultural. Este imperialismo se sustentó en un nuevo escenario económico: la expansión de la industrialización. Sus protagonistas fueron primero Francia y el Reino Unido y, más tarde, el resto de los países industrializados. Durante el último tercio del siglo XIX y 1º del XX, las grandes potencias industriales europeas, EEUU y Japón, rivalizaron por el dominio del mundo. Simultáneamente a su desarrollo industrial, extendieron su dominio político y territorial sobre casi la totalidad de África, Asia y las islas del Pacífico. A este patriotismo exaltado se añadieron connotaciones racistas al afirmar la superioridad de la raza blanca y su misión civilizadora, frente a las razas inferiores, de los países colonizados. Era una ideología derivada de la aceptación del darwinismo social. Factores religiosos. El imperialismo también se justificó a través de la necesidad de llevar el cristianismo a pueblos que mantenían prácticas religiosas ancestrales. Las misiones católicas y protestantes protagonizaron una intensa labor evangelizadora y humanitaria (por ejemplo, promovieron el rechazo a la esclavitud). Pero también fueron un medio de legitimación de la expansión imperialista y de aculturación, es decir, de la imposición de la cultura occidental en los países colonizados por los europeos. 2.3 LAS FORMAS DE DOMINIO. La organización política y administrativa de las colonias no fue homogénea, pero en todos los casos, la metrópolis ejercía el control de los aspectos cruciales de la vida cotidiana. Según el número de pobladores procedentes de las metrópolis se diferenciaban:  Las colonias de explotación (con escasa población emigrada).  Las colonias de poblamiento (con fuerte contingente de población metropolitana) Según el tipo de gobierno, podemos distinguir:  Colonia: territorio sin gobierno propio y total dependencia de la metrópoli. Era administrada por un gobernador, ayudado por funcionarios y un ejército. Este tipo de administración directa se ejerció en la India británica, en Rodesia, en el Congo Belga, en África Ecuatorial Francesa y África Occidental francesa.  Protectorado: el territorio conservaba sus estructuras de gobierno tradicionales, pero el ejército, la política exterior y la economía dependían de la metrópolis. Fue utilizado por Francia (Marruecos, Túnez, Laos y Camboya) y Reino Unido (Egipto y Birmania).  Dominio: colonia de poblamiento propia del Imperio británico. Disponía de una organización política propia, pero bajo soberanía británica (Canadá, Australia, Nueva Zelanda…).  Concesión: cesión temporal de enclaves para su explotación por parte de una metrópolis (Hong Kong y Shanghái). 3. EL REPARTO DE ÁFRICA. Hasta 1870, la presencia europea en África se limitaba a factorías costeras o pequeños enclaves coloniales en zonas próximas al mar. En el último tercio de siglo se produjo la ocupación total del territorio. Los primeros pasos. Francia y el Reino Unido comenzaron la colonización en África. En el norte, Francia inició en 1830 la ocupación de Argelia y el 1848 la proclamó “territorio francés”. Sin embargo, la instauración de la colonia francesa no concluyó hasta 1870. En 1881, los franceses establecieron un protectorado sobre Túnez. En Egipto entraron en colisión los intereses franceses e ingleses por el dominio de la ruta del canal de Suez. Reino Unido estaba interesado en el control de Egipto para asegurar su ruta hacia la India. En 1882, a raíz del estallido de una rebelión nacionalista, se produjo la ocupación militar británica de Egipto, que, de hecho, se convirtió en un protectorado británico. Misioneros, exploradores y aventureros abrieron el resto de África a Europa. Durante la 2º ½ del siglo XIX se produjeron un gran número de viajes de descubrimiento. Destacaron las exploraciones de:  David Livingstone que remontó el rio Zambere y llegó a las cataratas Victoria.  Henry M. Stanley, que descubrió las fuentes del rio Congo y se puso a las órdenes del rey Leopoldo II de Bélgica.  Pierre Savorgnan de Brazza, al servicio de Francia, que exploró la margen derecha del rio Congo. La Conferencia de Berlín. Las rivalidades entre Francia y Bélgica por el Congo y el creciente interés de los comerciantes alemanes por África central impulsaron al canciller alemán Bismarck a celebrar una conferencia internacional en Berlín entre 1884 y 1885. En ella se adoptaron una serie de acuerdos que debían regular la ocupación del territorio africano:  Libertad de comercio y de navegación por los ríos Níger y Congo.  La prohibición de la esclavitud.  El reconocimiento del “Estado Libre del Congo”, como una colonia a título personal del rey de Bélgica, Leopoldo II.  El principio de la ocupación efectiva, es decir: había que ocupar de verdad un territorio para considerarlo como propio. Este principio aceleró el reparto de África, pues las potencias se lanzaron a conquistar aquellas tierras que aún no pertenecían a otro país. A finales del siglo XIX, nuevas potencias se incorporaron al reparto de África. Las más importantes fueron Italia y Alemania. Italia se apoderó de Somalia y Eritrea, pero fracasó en su intento de conquistar el reino de Abisinia (Etiopia), al sufrir la derrota de su ejército colonial en la batalla de Adua (1896). Alemania fue la última en participar en la carrera colonial. A partir de 1884 estableció colonias en la costa oriental (África Oriental), en la costa occidental (Togo y Camerún) y en el área desértica del sudoeste de África, a la que luego se llamó África del Sudoeste alemana. Los conflictos internacionales. Ni la Conferencia de Berlín ni otros acuerdos posteriores evitaron los conflictos. Uno de ellos derivó de los llamados imperios continuos. El Reino Unido pretendía formar un imperio africano que uniese el norte con el sur del continente, enlazado con una línea de ferrocarril desde El Cairo hasta El Cabo. Este proyecto entró en colisión con el propósito francés de crear un eje colonial de oeste a este, desde la costa del Sahara y Guinea hasta el mar Rojo. Ello dio lugar a un grave incidente en Fachoda que finalmente se resolvió por la vía diplomática. En el África austral se enfrentaron:  Los intereses de los portugueses, establecidos desde el siglo XVI en Angola y Mozambique.  Los de los colonos holandeses y alemanes (bóers o afrikáners), asentados en la región de El Cabo.  Los de los británicos, que habían ocupado el territorio en 1806.  A estas rivalidades se sumó, desde 1884, la presencia de Alemania en África del Sudoeste. Las tensiones entre los británicos y los colonos holandeses se agravaron desde el descubrimiento de yacimientos de oro y diamantes en las repúblicas Boers independientes de Orange y Transvaal, desencadenando la llamada guerra anglo-bóer de 1899-1902. Tras la derrota de los bóers, las repúblicas de Transvaal y Orange fueron anexionadas por Reino Unido. No obstante, se les otorgó cierta autonomía dentro de la Unión Sudafricana, que desde 1910 pasó a ser un dominio. A principios del siglo XX, resurgieron los enfrentamientos imperialistas. Su escenario fue Marruecos, que era disputado por varios países. La cuestión marroquí, es decir, la pretensión francesa de establecer un protectorado sobre el reino de Marruecos y la oposición de Alemania, fue un foco de tensiones constantes entre ambas potencias, hasta el punto de convertirse en una de las causas de la Primera Guerra Mundial. 4. LA EXPANSIÓN IMPERIALISTA EN ASIA. La expansión imperialista del último tercio del siglo XX se completó con la acción colonial europea en Asia. El imperio ruso. Rusia había ocupado Asia septentrional en el siglo XVII y se dirigió a mediados del XIX hacia las fértiles tierras de Turquestán. A partir de 1880-1890, con la construcción del ferrocarril Transiberiano hasta Vladivostok y del ramal Transmanchuriano, la presencia rusa en Extremo Oriente se extendió hacia Manchuria. Los avances rusos incrementaron la hostilidad con el Reino Unido. Ambos países mantenían disputas sobre Persia, y las tierras fronterizas de la India (Afganistán, Tíbet). Generalmente, las metrópolis europeas impusieron sus monedas, sus sistemas fiscales y elevaron las tarifas aduaneras sobre las mercancías para limitar los gastos de la administración de los territorios coloniales. El impacto social y político. El dominio colonial tuvo efectos también en las perdidas demográficas derivadas de la brutalidad de la conquista militar y de la explotación de las sociedades indígenas. Los ejemplos de la violencia ejercida durante la colonización son abundantes. Asimismo, se crearon fronteras artificiales que supusieron la unión división forzada de grupos tribales y étnicos diferentes, lo que ocasionó innumerables conflictos políticos, sociales y étnicos que persisten hoy en día. La acción imperialista también impactó profundamente en las mentalidades de las comunidades tribales más primitivas. Las misiones y la extensión de la enseñanza impusieron la preeminencia de la lengua metropolitana y amenazaron la cultura autóctona, tratando de atenuar la propia identidad. Ello dio lugar a un fenómeno de aculturación. Además, el rápido proceso urbanización provocó el desarraigo y la segregación de la población autóctona. Si bien, la llegada de vacunas y medidas higiénicas contribuyeron al aumento de la población, el escaso desarrollo económico y la corrupción tuvieron como consecuencia el aumento de las hambrunas periódicas. Por otra parte, en el seno de la administración colonial se forjó una elite indígena en la que se difundieron ideas liberales o socialistas que generaron un creciente nacionalismo, que aspiraba a la independencia. 6. EL IMPERIALISMO JAPONÉS Y ESTADOUNIDENSE. El expansionismo japonés. El Japón Meiji experimentó un rápido crecimiento económico y aplicó medidas modernizadoras siguiendo el modelo occidental. Esta política vino acompañada de un agresivo afán expansionista hacia Corea y China. Los motivos del imperialismo japonés fueron:  La presión demográfica.  La búsqueda de mercados exteriores para sus productos.  La búsqueda de recursos de los que carecía (carbón, petróleo, hierro, cobre, estaño, etc.) para consolidar su industrialización.  También influyeron corrientes nacionalistas muy en boga en la época, como la idea de un “Gran Japón”. Una vez conquistados los archipiélagos cercanos (islas Kuriles y Ryukyu), Japón forzó a Corea a abrir tres de sus puertos y a permitir el asentamiento de emigrantes japoneses. China, que era la potencia hegemónica en la zona, se opuso a esta injerencia y de desencadenó la guerra entre ambos países. Entre 1894 y 1895, las tropas japonesas intervinieron en Corea, entraron en Manchuria y tras una fácil victoria naval, desembarcaron en Port Arthur y otros puntos en el golfo de Beijing. China tuvo que ceder Formosa (Taiwán), las islas Pescadores y la península de Liaodong con el enclave de Port Arthur. La presencia japonesa en el sur de Manchuria resultaba intolerante para Rusia, pero Japón atacó a Rusia en 1904, sin previa declaración de guerra (guerra ruso-japonesa) y aniquiló la flota rusa anclada en Port Arthur. Japón obtuvo el sur de la isla de Sajalín y el protectorado sobre Corea, que se anexionó en 1910, y consolidó su dominio sobre Manchuria. Esta expansión militar continuó durante la IGM a costa de Alemania. El imperialismo estadounidense. EEUU irrumpió en la esfera internacional en los años 90 del siglo XIX, impulsado por factores ideológicos y geopolíticos. El sentimiento de superioridad del pueblo estadounidense, exaltado por doctrinas diversas, como la Doctrina Monroe, la cual dictaba que el continente americano era el área de influencia de los EEUU, vedada a los europeos. La doctrina del “destino manifiesto” defendía que el pueblo estadounidense, al ser el pueblo elegido por Dios, podía apropiarse de cualquier territorio que estuviese “destinado” a formar parte de los EEUU. Estas doctrinas consolidaron un fuerte sentimiento nacionalista que se sustentaba en la supuesta superioridad racial, política, religiosa, cultural y técnica de la raza blanca anglosajona sobre el resto de los pueblos de América. Las concepciones geopolíticas defendidas por el Almirante Alfred T. Mahan tuvieron un amplio seguimiento. Mahan era partidario de afianzar la posición de EEUU por medio del dominio estratégico del mar, mediante el control de importantes bases navales y el desarrollo de una gran flota de guerra, más que a través de la anexión de territorios. Las intervenciones de EEUU se sucedieron en el Caribe y en otros Estados americanos en el Pacifico y en China. En 1898, el presidente McKinley, con el apoyo de poderosos medios económicos, la prensa y los sectores nacionalistas, intervino en la guerra que mantenía España con sus colonias en Cuba y Filipinas. Tras aniquilar el débil potencial naval de España, EEUU forzó la independencia de Cuba y la cesión a EEUU de Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam en el Pacífico, y también ocupó Hawái. El afianzamiento de la posición de EEUU en el Caribe y en el Pacífico se completó con la política intervencionista de Theodore Rooselt, presidente desde 1901. Este presidente impuso la política del “gran garrote” es decir, del derecho de EEUU a intervenir en los asuntos internos de las repúblicas hispanoamericanas. Ayudó a Panamá a independizarse de Colombia en 1903 y logró del Gobierno panameño la ocupación militar estadounidense de ambos lados del canal, cuya construcción terminó en 1914. Desde entonces, las intervenciones armadas fueron constantes y su justificación era la defensa de los intereses estadounidense que consideraran amenazados por movimientos desestabilizadores.
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