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INERVACIÓN ABDOMEN Y PELVIS, Apuntes de Anatomía

Inervación del abdomen y pelvis. Sistema nervioso simpático y parasimpático.

Tipo: Apuntes

2019/2020

Subido el 17/04/2020

ruthpalaciog
ruthpalaciog 🇪🇸

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¡Descarga INERVACIÓN ABDOMEN Y PELVIS y más Apuntes en PDF de Anatomía solo en Docsity! INERVACIÓN DEL ABDOMEN Y PELVIS:
 A) Introducción: Existen dos sistemas de control superpuestos que influyen sobre los efectos viscerales. Uno es humoral (endocrino), el otro es neural (el sistema nervioso autónomo o vegetativo, independiente del control de la voluntad). Ambos sistemas son interdependientes, y se encuentran bajo el control de estructuras ampliamente distribuidas a lo largo del SNC, que generan órdenes tras haber integrado los impulsos recibidos desde muy diversas fuentes. El sistema motor visceral (autónomo) se encarga de que los tejidos del organismo reciban la cantidad adecuada de nutrientes, electrolitos y oxígeno, y que funciones como la osmolaridad y la temperatura estén correctamente reguladas. En general, las neuronas motoras viscerales inervan el músculo liso (con una excepción: el músculo cardíaco, de musculatura estriada). Las neuronas eferentes del sistema nervioso autónomo se encuentran en dos grupos o divisiones distintas anatómicas y funcionales denominadas: simpático y parasimpático. Muchas estructuras, aunque no todas, que reciben fibras autonómicas están doblemente inervadas, tanto por el sistema simpático como por el parasimpático, que ejercen efectos antagónicos sobre la estructura inervada. Las estructuras viscerales de las paredes corporales y de las extremidades, generalmente están reguladas sólo por la división simpática, por lo que las proyecciones simpáticas tienen una distribución global, mientras que las parasimpáticas sólo se encargan de estructuras en la cabeza y las cavidades corporales. El simpático se dirige a los miembros, porque en ellos también hay estructuras viscerales como son: los vasos sanguíneos del músculo esquelético, y los vasos sanguíneos, glándulas sudoríparas y músculos piloerectores de la piel. Al igual que las neuronas de la musculatura estriada (con función voluntaria), actúan como la vía final común para unir el SNC con las fibras del músculo esquelético (mediante sólo una neurona); las neuronas simpáticas y parasimpáticos (es decir, motoras involuntarias) constituyen la vía nerviosa final común, pero que precisa doble neurona, entre el SNC y la musculatura lisa de las vísceras diana. El sistema nervioso autónomo (vegetativo, “autorregulador”) se distribuye por los tejidos y órganos periféricos y dispone de ganglios (estructuras nerviosas en las que se acumulan los somas o cuerpos neuronales en el sistema nervioso periférico) autónomos externos al sistema nervioso central (SNC). Estos ganglios pueden ser estructuras encapsuladas bien delimitadas, como el ganglio cervical superior, o agrupaciones de somas que se encuentran en los plexos nerviosos o en las paredes y cápsulas de los órganos viscerales. Los centros de control en el hipotálamo y el tronco del encéfalo envían fibras autónomas centrales que establecen sinapsis con las neuronas preganglionares localizadas en la sustancia gris del tronco del encéfalo y la médula espinal. A partir de estas neuronas, se proyectan fibras o axones preganglionares fuera del SNC para formar sinapsis con neuronas posganglionares en los ganglios autónomos. Las neuronas posganglionares tienen su soma en el ganglio y sus fibras posganglionares (amielínicas) emergen y forman redes terminales en los tejidos diana. En general, los ganglios parasimpáticos se encuentran próximos al tejido diana en la cabeza por ejemplo, o en la misma pared visceral (en las vísceras torácicas, abdominales y pélvicas) y los simpáticos se sitúan cerca del SNC y más alejados del tejido diana. En consecuencia, las vías parasimpáticas tienen largas fibras preganglionares y cortas fibras posganglionares, mientras que las simpáticas tienen fibras preganglionares cortas y posganglionares largas. Sistema nervioso simpático: El sistema nervioso simpático se denomina así por actuar en “simpatía” con las emociones. En combinación con la rabia o el miedo, el sistema nervioso simpático prepara al organismo para la lucha o huida: aumenta la frecuencia cardiaca y la presión arterial, aumenta la concentración sanguínea de glucosa, se dilatan las pupilas, la piel suda, disminuye la motilidad intestinal y la secreción de las glándulas digestivas. La sangre se dirige desde la piel y el tubo intestinal hacia los músculos esqueléticos y se cierran los esfínteres del tubo digestivo y del sistema urinario. Toda esta constelación de efectos ha conducido al concepto de que el sistema simpático actúa de forma global y no selectiva. Sin embargo, en condiciones menos extremas, existe un control continuo y selectivo de las subpoblaciones de neuronas preganglionares y posganglionares con una función y unas estructuras de proyección específicas (como ocurre en los grupos celulares que controlan el tono vascular). Puesto que los componentes del sistema simpático se pueden regular independientemente, hay pruebas a favor de la existencia de diferentes poblaciones de neuronas preganglionares y posganglionares. La mayoría de los ganglios simpáticos forman los ganglios de la cadena o tronco simpático (paravertebrales) y los prevertebrales de los plexos abdominales, asociados a la aorta abdominal o a sus grandes ramas. También existen pequeños grupos de somas diseminados entre las fibras nerviosas de los ramos comunicantes, el tronco simpático y los plexos periféricos. La cadena simpática, se extiende a lo largo de toda la longitud de la columna vertebral, pero el número de ganglios no se corresponde exactamente con el número de nervios raquídeos o espinales. Las neuronas preganglionares simpáticas se localizan exclusivamente en los segmentos torácicos y en los dos a tres primeros lumbares de la médula espinal (T1 a L2 o L3). Se sitúan en el asta lateral de la sustancia gris de la médula espinal, que está, por tanto, presente sólo en esos niveles. Los axones preganglionares abandonan la médula espinal por la raíz anterior (motora) y alcanzan el nervio espinal. Las neuronas posganglionares simpáticas tienen sus cuerpos celulares en una de las dos siguientes localizaciones: bien en el tronco simpático (cadena simpática) de ganglios que se sitúa a los lados de la columna vertebral, o bien en los plexos nerviosos abdominales (celíaco, mesentérico superior, mesentérico inferior...que rodean las principales ramas de la aorta abdominal) y pélvicos. Para poder alcanzar una de estas localizaciones, los axones preganglionares del nervio espinal entran en el tronco simpático. Los ganglios del tronco simpático están conectados con los nervios espinales que contienen una corriente de salida simpática (T1 a L2), mediante dos pequeños nervios, los ramos comunicantes blancos y grises. Los primeros tienen un aspecto blanco porque contienen fibras preganglionares mielínicas, y los segundos son grises porque contienen fibras posganglionares amielínicas que inervan los dermotomos (para inervar los vasos sanguíneos de los dermotomos, las glándulas sudoríparas y los músculos erectores del pelo), de los miembros y las paredes del tronco. Por consiguiente, sólo los nervios raquídeos T1 a L2 tienen ramos comunicantes blancos (y contienen axones preganglionares), mientras que todos los nervios raquídeos están conectados al tronco simpático por un ramo gris que transporta axones posganglionares (porque todos los nervios espinales inervan franjas de piel). los plexos nerviosos que inervan el órgano de proyección (en la cabeza) o en la pared del tubo digestivo, donde se entremezclan con las neuronas del sistema nervioso entérico. 
 El sistema nervioso parasimpático suele contrarrestar el efecto del sistema simpático: adapta los ojos a la visión cercana, ralentiza el corazón, favorece la secreción de saliva y secreciones intestinales y acelera el peristaltismo intestinal. El sistema nervioso autónomo destinado a los órganos intratorácicos, intraabdominales e intrapélvicos, y a los genitales externos, se complementa con fibras de los nervios vagos y con los ramos viscerales de los nervios sacros, procedentes de los plexos pudendo y coccígeo. Los elementos de los nervios vagos constituyen una parte del parasimpático craneal y los ramos viscerales de los nervios sacros representan el sistema parasimpático pélvico. El tubo digestivo, hasta la porción distal del colon transverso, está inervado por el parasimpático del nervio vago. Éste entra con el esófago a través del diafragma, con una porción del vago anterior, que fue izquierda y otra porción posterior que fue derecha. La porción anterior (nervio vago izquierdo o anterior), solamente inerva hasta la mitad del duodeno, mientras que la porción posterior, es la que inerva todo el tubo digestivo, hasta los dos tercios del colon, ya que el último tercio y hasta el ano, lo inervan los nervios esplácnicos pélvicos. El cuarto distal del colon transverso, el descendente y el sigmoideo están inervados parasimpáticamente por ramas del plexo hipogástrico inferior desde ramas parasimpáticas de S2-S3-S4, que conducen axones parasimpáticos que ascienden hasta el plexo hipogástrico superior. El plexo hipogástrico superior (pélvico) son ganglios y fibras. Entre estas fibras se encuentran fibras de los nervios esplácnicos pélvicos parasimpáticos que llevan fibras preganglionares medulares de S2 a S4, algunas de estas fibras ascienden a la porción mesentérica inferior, para proporcionar inervación parasimpática a la parte del tubo digestivo que no está inervada por el nervio vago, que se suman a la inervación simpática correspondiente, que accede a estas mismas vísceras procedente del ganglio mesentérico inferior, en el que sinaptan axones que proceden de los nervios esplácnicos menor (sobre todo) y mayor, y también de los nervios esplácnicos lumbares. En definitiva y en general, las grandes estructuras nerviosas (plexos) abdominales y pélvicos, (que no son troncos simpáticos), conducen axones tanto simpáticos como parasimpáticos. Ahora bien, los ganglios de estos plexos, aunque no pertenezcan a los troncos simpáticos, siempre son simpáticos, porque en ellos hacen sinapsis axones de fibras simpáticas obligatoriamente, antes de llegar a su destino visceral. Los axones parasimpáticos sí pueden atravesar estos axones, pero no hacen sinapsis en ellos (por eso los ganglios son simpáticos), ya que sus ganglios se localizan a nivel intraparietal visceral. 
 Inervación sensitiva: Las ramas simpáticas y parasimpáticas del sistema nervioso autónomo (motor visceral) se han considerado tradicionalmente como fibras solamente eferentes viscerales (motoras viscerales generales (MVG)). Estas fibras viajan a través de los nervios simpáticos (como los esplácnicos o parasimpáticos (como el vago y los nervios pélvicos). Sin embargo, estos nervios simpáticos y parasimpáticos también contienen fibras aferentes viscerales (sensitivas viscerales generales (SVG)), por ello los términos “aferentes simpáticas” y “aferentes parasimpáticas” se utilizan para describir las fibras sensitivas viscerales contenidas en los nervios simpáticos y parasimpáticos, respectivamente. Las fibras sensitivas viscerales tienden a predominar en los nervios parasimpáticos, pero son relativamente escasas en los simpáticos (más del 80% de las fibras en un nervio parasimpático como el vago, son sensitivas viscerales, mientras que en un nervio simpático como el esplácnico mayor, lo son menos del 20%). La mayoría de las fibras sensitivas viscerales (90%) están poco mielinizadas o son amielínicas y, por tanto, su conducción es lenta. B) Estructuras neurológicas de la cavidad abdominal: Tronco Simpático Lumbar. Es continuación del torácico, penetra en el abdomen pasando entre el pilar del diafragma y el ligamento arqueado medial y discurre hasta el promontorio, donde tiene continuidad con el tronco simpático pélvico. Está situado a cada lado de la línea media sobre la cara anterior de la columna lumbar, medialmente al psoas mayor, cuyas inserciones bordea pasando anteriormente a los vasos lumbares; el derecho es posterior a la vena cava inferior y el izquierdo está cubierto ligeramente por la aorta y sobre todo por nódulos linfáticos. Cada ganglio se une a los nervios lumbares vecinos por ramos comunicantes. A excepción de unos filetes nerviosos para la columna, de otros vasculares satélites de las arterias lumbares y de otros musculares destinados al músculo psoas mayor, los ramos eferentes de estos ganglios se dirigen anteriormente bordeando la aorta: unos terminan en el plexo mesentérico, otros, los más importantes, constituyen los nervios esplácnicos lumbares. C) Estructuras neurológicas de la cavidad abdominal: Plexo celíaco. Es un plexo nervioso muy importante situado alrededor de los orígenes del tronco celíaco y de la arteria mesentérica superior. Presenta ganglios, ramos aferentes y eferentes. 
 a) Ganglios: Hay cinco: celíacos, mesentérico superior y renales. Los celíacos están situados a la derecha y a la izquierda de la aorta, frente al tronco celíaco. El ganglio celíaco derecho recibe el nervio esplácnico mayor derecho y, el ramo terminal del nervio vago derecho; estos dos nervios unidos a través del ganglio, constituyen con él un asa nerviosa (asa memorable de Wrisberg); el ganglio derecho recibe además algunos ramos del nervio frénico derecho y del nervio esplácnico menor derecho (éste se divide finalmente en numerosos filetes nerviosos que terminan en los tres pares ganglios, en los que hace sinapsis, cada uno en su lado correspondiente). Los axones parasimpáticos entran en el ganglio pero no hacen sinapsis en él. El izquierdo recibe el nervio esplácnico mayor izquierdo y algunos filetes del nervio esplácnico menor izquierdo, así como un ramo del nervio vago derecho. Los dos ganglios derecho e izquierdo dan numerosos ramos que contribuyen a formar el plexo celíaco. Los axones parasimpáticos entran en el ganglio pero no hacen sinapsis en él. 
 b) Ramos aferentes: Los ramos aferentes de estos ganglios son los nervios esplácnicos mayor y menor y el nervio vago derecho. Luego este plexo, contiene axones simpáticos y parasimpáticos. El esplácnico mayor hace sinapsis en ganglios celiacos constituyendo un plexo celiaco; estas fibras postsinápticas seguirán por los vasos e inervarán simpáticamente los territorios del tubo digestivo que irrigan los vasos. También conecta con el ganglio mesentérico superior. c) Ramos eferentes: del plexo celíaco nacen plexos secundarios que se distribuyen por todos los órganos del abdomen siguiendo el trayecto de las ramas de la arteria aorta abdominal. Son: Los plexos frénicos que acompañan a las arterias frénicas inferiores. Los plexos suprarrenales. Los plexos gástrico, esplénico y hepático: que son tres plexos que acompañan 
 las arterias respectivas. El gástrico se comunica en la parte superior de la curvatura menor con los dos nervios vagos. El hepático recibe del nervio vago izquierdo un ramo hepático, y suministra ramos al píloro y a la porción superior del duodeno. El plexo mesentérico superior acompaña a la arteria y a sus ramas. Desde estos tres grupos de ganglios (celíacos, mesentérico superior y renales), las fibras nerviosas irían, siguiendo el plexo mesentéricos superior que acompaña a las ramas de la arteria mesentéricas superior, a inervar al intestino delgado, al colon ascendente y a los tres cuartos proximales del intestino grueso (es decir, el territorio irrigado por la arteria mesentérica superior). En los ganglios de este plexo, sinaptan axones procedentes de los nervios esplácnicos mayor y menor. Los plexos renales proceden de los ganglios renales, celíacos y mesentéricos superiores, de los nervios esplácnicos torácicos mayor y menor, y del esplácnico imo; todos ellos se comunican con el plexo mesentérico inferior. Los plexos testiculares y ováricos. El plexo intermesentérico o abdominal: compuesto por los filetes nerviosos 
 procedentes del plexo celíaco que descienden anterior y lateralmente a la aorta entre las arterias mesentéricas. 
 El nervio vago posterior o nervio vago derecho, pasa a través de los ganglios 
 celiaco y mesentérico superior y sin hacer sinapsis en ellos, continúa por los vasos para inervar el intestino delgado, el colon ascendente y los tres cuartos proximales de colon transverso. Así, por ejemplo, en la inervación vegetativa del estómago, las fibras del nervio vago, son presinápticas, siendo las fibras postsinápticas, antes de llegar a la víscera, las simpáticas, porque ya han hecho la sinapsis. La inervación parasimpática discurre por el tronco vagal anterior y posterior, y son fibras pregangionares que se dirigen hacia el tronco celíaco, pero no hacen sinapsis, sino que con los vasos van a la víscera, donde hacen la la parte superior y medial o porción pélvica, recibe como ramo aferente el nervio hipogástrico del mismo lado y distribuye sus ramos eferentes en los órganos genitales internos y la vejiga; 
 la parte inferior y lateral o porción perineopélvica, inerva la región inferior del recto y la vejiga, así como el aparato de la erección. 
 Por otra parte, se pueden distinguir en el plexo hipogástrico inferior tantas clases 
 de ramos eferentes o nervios o plexos secundarios como órganos hay en la pelvis. 
 Estos plexos secundarios que dan lugar a los nervios del órgano correspondiente son: plexo rectal medio (los nervios que lo forman se comunican con la terminación del 
 plexo mesentérico inferior), ureteral, vesical (nace del plexo hipogástrico inferior y del asa ureteral, y dan ramos que abordan la vejiga en la unión de sus caras lateral y posteroinferior); plexos deferenciales (están comunicados con el vesical y, a lo largo del conducto deferente, dan origen a un plexo deferencial que se une al testicular); prostático (suministra los nervios de la próstata y de la uretra posterior); y los nervios cavernosos del pene. En la mujer, en lugar de los plexos deferencial y prostático, se encuentra un plexo uterino lateral y un plexo uterovaginal. Los nervios uterinos abordan el útero a la altura del istmo y de la porción supravaginal del cuello; están situados antes de alcanzar el útero, en la porción anterosuperior de los pliegues rectouterinos; forman a lo largo del borde lateral del cuerpo del útero, un plexo uterino lateral. Los nervios de la vagina están unidos al plexo vesical anteriormente y al rectal medio posteriormente. H) Sistema nervioso entérico: Se ha calculado que el tubo digestivo contiene aproximadamente tantas células nerviosas como la médula espinal, que se concentran fundamentalmente en la pared del tubo digestivo en los plexos mientérico y submucoso. Estas neuronas presentan una gran variedad de propiedades estructurales y forman un complejo sistema de conexiones nerviosas. I) Inervación específica de ciertas vísceras: Inervación del hígado: Procede del plexo celíaco, nervio vago izquierdo y 
 nervio frénico derecho a través del plexo frénico. Le llegan fibras simpáticas y 
 parasimpáticas. Inervación de las vías biliares: Procede del vago izquierdo y del plexo celíaco 
 por medio del plexo hepático. Inervación del páncreas: Los nervios proceden del plexo celíaco por medio de 
 los plexos secundarios que acompañan a las arterias del páncreas. Inervación del bazo: Proceden del plexo celiaco, por el plexo esplénico. 
 

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