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Introducción a la Filosofia, Apuntes de Filosofía

Introducción a la Filosofia. Unidad N2 - Resumen y Actividad

Tipo: Apuntes

2020/2021

Subido el 11/10/2021

diego-mauricio-manzanelli
diego-mauricio-manzanelli 🇦🇷

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¡Descarga Introducción a la Filosofia y más Apuntes en PDF de Filosofía solo en Docsity! Materia: Filosofía Nivel Il Profesora: Suplente Maria Belén Ayala Ficha N*: 2 Tema: El escepticismo y la teoría del cerebro en una cubeta. El ser humana siempre tiende a cuestionar todo y esto se remonta de hace muchos siglos, no quiere decir que no acepte, pero surgen muchas dudas en la vida cotidiana. El escepticismo es una de las teorías filosóficas que se aplica comúnmente a las personas con tendencia a dudar de las creencias aceptadas, O habituadas a desconfiar de la gente o de las ideas en general, “el término sería «escéptico»”. En este sentido, el escepticismo puede caracterizarse como una tendencia saludable o un ejercicio propio de mentes abiertas que consiste en someter a prueba y demostrar las creencias comúnmente aceptadas por todos los ser humanos. Un estado mental semejante suele ser una salvaguarda útil contra la credulidad, pero a veces también puede desembocar en la tendencia a dudar de todo, con independencia de las razones para hacerlo. Puede ser exagerado cuestionar todo lo que nos rodea, pero bueno o malo nos permite tener explicaciones en algunos casos en otros permanecer con la duda hasta que alguien se haga la misma pregunta y se siga investigando. El escepticismo en sentido común es bastante distinto al escepticismo en sentido filosófico. El escéptico filosófico no pretende que no sepamos nada, pero tampoco podemos saber que no sabemos nada. La posición escéptica consiste más bien en cuestionar nuestro derecho a pretender algún conocimiento. El egocentrismo del hombre lo lleva a creer que sabe muchas cosas, pero ¿Cómo podemos defender esa pretensión? ¿Qué solidez podemos ofrecer para justificar cualquier afirmación concreta relativa al conocimiento? Nuestro supuesto conocimiento del mundo se basa en percepciones que nos proporcionan nuestros sentidos, por lo general mediadas por nuestro uso de razón. Pero ¿acaso esas percepciones no se encuentran sometidas en ocasiones al error? ¿Podemos estar completamente seguros de que no estamos sumidos en una alucinación o en un sueño, o de que nuestra memoria no nos tiende trampas? Si la experiencia del sueño es indiscernible de la experiencia de la vigilia, nunca podremos tener la certeza de que algo que pensamos que es, sea de hecho (ni de que lo que consideramos cierto lo sea). Estas inquietudes, llevadas al extremo, desembocan en los genios malignos y en los cerebros en cubetas. EL cerebro en una cubeta: “El cerebro en una cubeta Imaginad que un científico diabólico hubiera sometido a un experimento a un ser humano. Se habría extraído del cuerpo el cerebro de la persona y colocado en un recipiente con nutrientes que mantendría con vida el cerebro. Las terminaciones nerviosas estarían conectadas a una computadora súper científica capaz de provocar en la persona la ilusión de que todo es completamente normal. Parecería haber gente, objetos, el cielo, etc.; pero en realidad todo lo que la persona experimentaría sería el resultado de impulsos que van desde la computadora hasta las terminaciones nerviosas...”. Mucha de nosotros pensaría que es pura ficción, que posiblemente es un relato sacado de una película, pero también podríamos dudar y hacernos preguntas como Ben Dupré en “50 cosas que hay que saber sobre filosofía”: “¿Se trata de una pesadilla de ciencia ficción? Tal vez, pero eso es exactamente lo que diríamos si fuéramos un cerebro metido en una cubeta. Si nuestro cerebro estuviera en un recipiente en vez de en el cráneo, cada una de nuestras experiencias sería exactamente igual que si hubiéramos vivido en un cuerpo real inmerso en el mundo real. El mundo circundante —esta silla, el libro que sostenéis con las manos, y las propias manos— forma parte de la ilusión, la poderosísima computadora del científico introduce en vuestros cerebros los pensamientos y las sensaciones. Probablemente no creáis ser un cerebro flotando en una cubeta. Es posible que la mayoría de los filósofos no crean ser cerebros en cubetas. Pero no se trata de que lo creamos sino tan sólo de admitir que no es posible tener la certeza de que no lo somos. El problema es que, si realmente somos un cerebro en una cubeta (simplemente no podemos descartar la posibilidad), todas las cosas que creemos conocer del mundo serían falsas. La mera posibilidad parece minar nuestras pretensiones de conocimiento acerca del mundo exterior. ¿Existe alguna forma de escapar de la cubeta?” Uno de los filósofos que tomo el clásico y elocuente relato del «cerebro en una cubeta» fue el filósofo norteamericano Hilary Putnam en su libro Razón, verdad e historia (1981), pero el precursor de la idea es el filósofo francés René Descartes en sus Meditaciones de 1641. El experimento mental de Putnam actualizaba una historia de terror del siglo XVI! (el genio maligno —malin génie —de Descartes). El propósito del precursor consistía en edificar el conocimiento humano sobre fundamentos inquebrantables, para lo cual adoptó la «duda metódica» Los filósofos Putnam y Descartes ambos adoptan posiciones escépticas para frustrar ese escepticismo sorprendente a muchos filósofos su postura. Putnam apela a su propia teoría causal del significado, intenta mostrar que la escena del cerebro en una cubeta es incoherente, e intenta mostrar que de hecho un cerebro en una cubeta no podría expresar el pensamiento de ser un cerebro en una cubeta. Efectivamente, demuestra que el estado de ser un cerebro envasado es invisible e indescifrable para el espíritu. pero no está claro que esta victoria semántica consiga resolver el problema relativo al conocimiento. Podemos ver que muchos cineastas tomaron la teoría llevando a la ciencia ficción como “...la película Matrix en 1999, en la que un hacker llamado Neo (interpretado por Keanu Reeves) descubre que el mundo americano de 1999 es, de hecho, una simulación virtual creada por una ciber inteligencia maligna, y que a él y otros seres humanos los mantienen en el interior de recipientes llenos de un fluido, conectados a una inmensa computadora...”. La película presenta una elaboración dramática del cerebro en una cubeta, en la que se
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