La visión del cuerpo en la estética posmoderna: El cuerpo observado y la tecnología, Apuntes de Estética

¡Descarga La visión del cuerpo en la estética posmoderna: El cuerpo observado y la tecnología y más Apuntes en PDF de Estética solo en Docsity! 4.2. La visión del cuerpo en la estética posmoderna. Sobre El ojo clínico: fotografía anatomía y arte. Daniel Canogar “El ver nuestro interior en endoscopias o fotografías ineluctablemente nos arroja a la extrañeza y a sentir directamente que esas imágenes no nos pertenecen, fascinados y curiosos exploramos esas imágenes, tratando de encontrar nuestra identidad, escondida bajo la piel, no obstante no la encontramos, pues no percibimos nuestro cuerpo tal como lo revelan esas técnicas”. ¿Qué máquinas construyen el cuerpo, y que mirada construye esta tecnología?, Los aparatos de diagnóstico medico son herederos de la perspectiva cónica renacentista, esbozada por Alberti en 1425, en su tratado “De pictura”. Retrato y observador quedan separados por una ventana. No hay contacto físico, sólo visual entre observador y observado queda separado de su entorno, descontextualizado. El corte del encuadre se encarga de separarlo del mundo, las metáforas fotográficas operan a menudo con violencia. En segundo lugar, el observador queda inmovilizado, anclado en una posición fija, necesaria al momento de detenerse en la observación de la fotografía. El observado y observador, se encuentran amarrados a posiciones inamovibles y claramente diferenciadas. El cuerpo observado sólo existe para ser mirado, no para ser tocado, olido o escuchado. En tercer lugar la ventana permite fragmentar el cuerpo observado en segmentos. El cuerpo entra en el espacio geométrico de la perspectiva cónica renacentista, como un cuerpo aislado de su entorno, sometido al observador y como un cuerpo fragmentado. La ventaja de este cuerpo aislado, fijo y fragmentado, es que puede ser topográficamente explorado más fácilmente. Pero esta particular forma de observar el cuerpo lo altera. Aparece un cuerpo nuevo, reinventado, para acoplarse al espacio de la perspectiva cónica renacentista. Este cuerpo aislado, fijo y fragmentado es el cuerpo anatómico. Fig. 6. Esquema de perspectiva cónica renacentista. En 1543, Vesalius1 comienza sus primeras disecciones anatómicas, transformando para siempre la forma que tenemos de percibir nuestros cuerpos. Se hace visible lo invisible. Con Vesalius el cuerpo queda despojado de lo accesorio y comienza el espectáculo. La mirada anatómica es la mirada de la perspectiva cónica 1 Vesalius, Andreas, nació en Bruselas, Flandes, el 31 de diciembre de 1514. Estudió Medicina en las Universidades de Lovaina, Paris y Papua, donde se doctoró, graduándose magna cum laude, el 5 de diciembre de 1537, a los 23 años de edad; al día siguiente fue nombrado explicator chirugiae, el equivalente a una cátedra de Cirugía y Anatomía, en la misma Universidad. Durante sus demostraciones prácticas él mismo hacía sus disecciones anatómicas, en lugar de confiárselas a un cirujano, rompiendo con la tradición. Vesalio estudió y develó la Anatomía Humana más que todos sus predecesores al crear, en 1543, De humani corporis fabrica (Sobre la estructura del cuerpo humano), el cual puede considerarse como el primer tratado moderno de Anatomía. www.scielo.cl. Consultado Octubre del 2009. existen a través de la disección. Adquieren una forma con el bisturí, se cristalizan con el toque de su materialidad. Se lleva a la luz el interior del cuerpo, el que queda completamente abierto a la mirada del espectador. La mirada de la perspectiva cónica renacentista es como un bisturí que corta la realidad, hace incisiones, fragmenta, aísla, penetra la superficie. El “cuerpo-espécimen-cadáver aparece como un saco lleno de órganos. Aparece el horror”. El cuerpo es resucitado como una única máquina, un conjunto de piezas ensambladas que se articulan, y mueven de forma mecánica, mediante relación estímulo reacción. “Aparece Frankenstein, como metáfora fundamental del cuerpo anatómico, un cadáver insepulto cosido a trozos mediante fragmentos de otros cuerpos. El cadáver es pues resucitado como un cuerpo mecánico, pero también como ser monstruoso y deforme que habita el espacio intermedio entre la vida y la muerte”. Esta visión cientificista queda patente en el científico francés Marey, que concibió el cuerpo humano como un conglomerado de poleas, tuberías, válvulas y bombas. Marey es mayormente conocido por sus cronofotografías. “Sus experimentos de captación del movimiento aíslan y fragmentan el cuerpo, esta vez, un cuerpo termodinámico, un cuerpo que es capaz de conservar y distribuir energía. A través de la cámara fotográfica puede descomponer el tiempo y el espacio para estudiar los movimientos humanos”. Étienne Jules Marey, Hombre caminando (cronografía), 1890-1891. La cámara fotográfica es un aparato sofisticado cuyos mecanismos reproducen a la perfección el orden visual de la perspectiva cónica renacentista. Como tal, es el más sofisticado instrumento anatómico, el verdadero creador del cuerpo anatómico de la modernidad. En esta reescritura del cuerpo humano, el necrófilico impulso fotográfico sucumbe al ser humano en un paréntesis existencial entre vida y muerte, que deviene cadáver postrado ante la mirada fotográfica. Gustav Klimt, Muerte y Vida, 1916. La exploración anatómica de Vesalius hace devenir el cuerpo en hueco, en cuyo interior encontramos diversos órganos funcionales. “Si las técnicas de visualización médica buscan el punto de dolor que se quiere diagnosticar, el arte igualmente explora heridas psíquicas, define sus contornos; sin duda, el primer paso para su cicatrización”. El fotógrafo Herbert List realizó en 1944 una serie poco conocida con maniquíes de exploración anatómica. En Trepanación, vemos por ejemplo la perforación craneal. La cabeza queda inmovilizada por las manos, fijando la posición del paciente, el cual queda anclado en una posición sumamente pasiva. Otras imágenes muestran una operación de cataratas o una operación de nariz. Estas imágenes son retratos del cuerpo anatómico, cuerpos agredidos por instrumentos médicos. Herbert List, Trepanación, 1944. En otras imágenes de esta misma serie mani-quíes utilizados en facultades de medicina, son fotografiados sensualmente. Abiertos en canal, el choque de la exteriorizacion de lo interior contrasta con los gestos académicos de las bellas artes de clara influencia pictórica. Los maniquíes femeninos, en claras posiciones sensuales, sexualizan la mirada anatómica. Relacionando la penetración anatómica con un componente psicosexual. Orlan, Omnipresence. 1993. El autor propone explorar las alternativas del cuerpo mediante un cuerpo gestual, que escapa de la dicotomía interior-exterior, y que “descubre que el cuerpo es una situación, y que como tal cambia constantemente (…) la noción del interior es una construcción social cuando sentimos nuestros músculos, no como algo que está dentro de nosotros, sino cuando se realiza una actividad que los pone en movimiento. El cuerpo se materializa en su intercambio dinámico y físico con el mundo, con el roce de la realidad, que es en definitiva lo que le da consistencia, densidad y un peso específico”. En este sentido las artes como performance, danza y otros medios ayudan a gestar una mirada no mecanicista del cuerpo. Por otra parte la tecnología digital encierra la promesa de romper con la esclavitud de la perspectiva renacentista que es el origen de nuestra enfermiza relación con el cuerpo. La infinita mutabilidad del flujo digital parece promover derrumbar las estructuras rígidas del aparato óptico de la perspectiva cónica.