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Concesión de títulos nobiliarios en Aragón y Castilla en el siglo XIV, Apuntes de Historia de España

Este trabajo recoge y ordena datos sobre la concesión de títulos nobiliarios en aragón y castilla durante el siglo xiv, con el fin de mostrar la posición inicial de jaime ii en el proceso de evolución de la nueva nobleza titulada de esos reinos y el influjo que pudo tener la corona aragonesa en el mismo. Se abordan los títulos aragoneses concedidos por jaime ii, alfonso iv y pedro iv, así como los títulos castellanos concedidos por alfonso xi, enrique ii, juan i y enrique iii.

Tipo: Apuntes

2012/2013

Subido el 27/06/2013

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¡Descarga Concesión de títulos nobiliarios en Aragón y Castilla en el siglo XIV y más Apuntes en PDF de Historia de España solo en Docsity! JAIME IIY LA NUEVA CONCESIÓN DE TÍTULOS NOBILIARIOS EN LA ESPAÑA DEL SIGLO XIV Francisco DE MOXÓ Y MONTOLIU Universidad de San Pablo-CEU. Madrid Uno de los fenómenos más característicos de la historia de nuestro siglo XIV es la reanudación por parte de los monarcas peninsulares de la concesión de títulos nobiliarios, en desuso desde hacía largo tiempo res- pecto a los de marqués, duque o príncipe en los siglos de la reconquista*1). Nos proponemos en este trabajo recoger, ordenar y precisar algunos datos ya más o menos conocidos referentes a Aragón y Castilla que puedan servir de base para ulteriores reflexiones -aquí solamente apuntadas- sobre los orí- genes y evolución de la nueva nobleza titulada de esos reinos bajomedieva- les en su relación con la monarquía, y en particular para mostrar la posición inicial de Jaime II en este proceso y asentar la prioridad temporal y el influjo que en esa evolución pudo tener la de la Corona Aragonesa. /. Títulos aragoneses Ya en otro lugar me referí al proceso de "domesticación" (la expresión es de Duby) de la nobleza aragonesa en el siglo XIV tras los turbulentos rei- nados de Jaime I, Pedro III y Alfonso III en el siglo XIIK2). Desde los comien- zos de su reinado a fines de este mismo siglo (1291), Jaime II, a la vez que iniciaba una política de amplios vuelos en lo exterior, emprendió otra no menos decidida ("implacable" la llama Sobrequés*3) ) de centralización y organización del poder en lo interior. Ambas conducirían en el siglo siguien- 133 te, por lo que a la nobleza respecta, a una progresiva incorporación de la misma a las tareas de la Corona y a la creación en torno a los monarcas de una nueva nobleza titulada cuyos más altos escalones se situarían en el mis- mo seno de la familia real. Títulos nuevos en parte, o "resurrección" en otros casos de antiguos títulos de los primeros siglos de la reconquista, incorpo- rados a la Corona en diversos momentos de la misma, o "adquiridos" sim- plemente para la familia real. Jaime II inaugura esta política en la España del s. XIV con la conce- sión de tres títulos nobiliarios, con los señoríos correspondientes, para sus hijos los infantes Pedro y Ramón Berenguer. El primero recibiría los con- dados de Ribagorza (1322), incorporado a la Corona en tiempos pasados, y de Ampurias, conseguido en 1325 por permuta por territorios valencianos con su titular Hugo VI de Cardona. El segundo, el condado de Prades, de nueva creación (1324), que permutaría en 1341 con su hermana por el de Ampurias. Ya antes, el heredero -por renuncia del primogénito Jaime- el futuro Alfonso IV, había vinculado, por su matrimonio con Teresa de Entenza (1314), el condado de Urgel a la órbita de la Corona. Todo ello revelaba una política, si no idéntica, similar a la iniciada en Francia un siglo antes por Luis VIII y seguida luego en el reinado de su hijo Luis IX, ten- dente a crear una "cúpula nobiliaria" a base de miembros de la familia real. Facilitada en el caso de Jaime II por la numerosa prole habida de su espo- sa Blanca (m. 1310), nieta del conde de Provenza y luego rey de Ñapóles Carlos de Anjou, hermano de san Luis. Pudo influir además el deseo de establecer en Cataluña una base nobiliaria más adicta frente a las agita- ciones manifestadas desde el siglo anterior por los nobles aragoneses y la propia vieja nobleza catalana. Y en el caso del renovado título condal de Ribagorza, la búsqueda de una solución "salomónica" para ese territorio, atribuido a los aragoneses en las Cortes de Zaragoza del 1300 y a los catalanes por un "capítol de Cort" (aunque no aprobado por el rey) de 1305; y aun distinguir con títulos y señoríos a un posible heredero de la Corona, dada la salud precaria tanto de su hermano el futuro Alfonso IV como el hijo de éste, Pedro. Fallecido Jaime II (1327), su hijo y sucesor Alfonso IV crearía en 1330, sólo a tres años de la muerte de su padre, el marquesado de Tortosa para el infante Fernando, hijo mayor de su segundo matrimonio con Leonor de Castilla!4). Se trataba del primer marquesado peninsular de la Baja Edad Media, reincorporado a la Corona en 1363 tras la muerte violenta de Fernando en Castellón. Pedro IV continuará el ritmo ascendente de esta polí- tica creando el ducado de Gerona para su primogénito varón el infante Juan en 135K5). En cuanto a los títulos condales, en 1348, derrotada la Unión en Epila, Pedro IV había creado el condado de Luna en favor de su amigo de la infancia y fiel partidario D. Lope de Luna, tío político del rey por su matrimo- 134 ///. Análisis sincrónico Si comparamos ahora los títulos aragoneses con los otorgados por los reyes castellanos veremos aparecer la posición claramente prioritaria que ocupan las concesiones de Jaime II, y aun de sus sucesores luego, respec- to a los títulos castellanos. Para ello puede sernos útil la siguiente visión de conjunto de los concedidos en uno y otro reino en el siglo XIV. ARAGÓN Jaime 11(1291-1327) 1322 C. Ribagorza (renov.) 1324 C. Prades 1325 C. Ampurias (renov.) Inf. Pedro Inf. R. Berenguer Inf. Pedro CASTILLA Alfonso XI (1312-1350) 1325 C.Trastámara (I) A. Núñez Osorio Lemos y Sarria A. Núñez Alfonso IV (1327-1336) 1330 M. Tortosa Inf. Fernando 1334 Pr.Villena D.Juan Manuel (1336: o D.) 1334 Pedro IV (1336-1387) 1348 C. Luna D.Lope de Luna C.Trastámara ( Enrique (hijo del rey) 1350 1351 D.Gerona 1353 C.Cervera 1356 C. Denia 1356 C.Osona 1366 C. Borja 1366 C.Morella Inf. Juan Alfonso de Aragón (primo real) Bern. III Cabrera B. Duguesclín Inf. Martín Pedro 1(1350-1369) 1366 D. Trastámara {III) Fdo. de Castro 1366 Enrique II (1366-1379) 1366 D. Trastámara (IV) 1366 M.Villena 1366 C. Alburquerque 1366 C.Noreña 1366 C. Carrión (I) 1366 C.Vizcaya B. Duguesclín Alfonso de Aragón Sancho (hno. del rey) Alf. Enríquez (Hijo del rey Hugo de Calveley Tello y Castañeda (hno. del rey) 137 1368 C. Besalú (renov.) I. Martín 1372 C. Xérica Inf. Martín 1375 C.Cardona HugoFotchII Juan 1(1387-1396) 1387 D.Montblanch Inf. Martín Martín (1396-1410) 1368 D. Benavente (I) 1368 C.Medínaceli 1368 C. Camón (II) 1369 D. Molina B. 1369 C.Ribadeo 1371 C.Trastámara(V) Juan 1 ( 1381 C.Mayorga 1387 D. Valencia de C. (I) Fadrique (hijo del rey) B. Bearne-lsabel de la Cerda Juan S. Manuel Duguesclín R Vllaines Pedro (sobrino rey) 1379-1390) P. N. Lara Inf. Juan de Portuga y C. de Alba 1397 D. Gandía A. de Aragón (tío 29 del rey) 1388 Pr. Asturias y D.Soria Inf. Enrique Enrique III (1390-1406) 1392 C. Valencia D. Juan (II) M. V. de Acuña 1398 C. Benavente (II) J. Alonso Pimentel Es interesante ante todo observar que el primero de los títulos caste- llanos, el condado de Trastámara otorgado por Alfonso XI a Alvar Núñez Osorio (1325), sigue inmediatamente a las concesiones de títulos condales hechas por Jaime II en favor de los infantes Pedro (1322 y 1325) y Ramón Berenguer (1324). Título el de Trastámara único concedido por Alfonso XI, que, tras su efímera posesión por Alvar (m. 1329), es otorgado de nuevo más tarde por el mismo rey a su hijo bastardo Enrique, en fecha no precisada entre 1334 y 1350. Entretanto en Aragón vemos aparecer por vez primera el título de mar- qués (si exceptuamos como dijimos el antiguo "comes et Marchio" de los condes de Barcelona) en la historia peninsular, concedido en 1330 por Alfonso XI a su hijo Fernando, marqués de Tortosa. Y aun el primer título mar- quesal castellano, el de Villena, concedido 36 años más tarde por Enrique II, lo será también a un miembro de la casa real de Aragón, Alfonso, primo her- mano de Pedro IV y conde ya de Denia y duque luego de Gandía en el rei- no de Valencia. Por cierto que este mismo título de Villena había sido otor- 138 gado ya anteriormente como principado (1334) por Alfonso IV de Aragón al que fuera su yerno D. Juan Manuel de Castilla, cuando se trató de la boda de la hija de éste con el mencionado marqués de Tortosa. Dos años después Pedro IV dio opción a D. Juan Manuel entre principado o ducado, aunque parece que ninguna de estas concesiones llegó a hacerse efectiva <23). Si prescindimos de ello, el primer título ducal lo vemos igualmente apa- recer en el reino aragonés, con la concesión del ducado de Gerona al pri- mogénito varón de Pedro IV el infante Juan a raíz de su nacimiento, inagu- rando así en la península la costumbre -ya existente en Inglaterra y Francia- de otorgar un título peculiar al heredero de la corona, que su cuñado Juan I de Castilla seguirá muchos años más tarde con la creación del principado de Asturias. IV. Consideraciones finales Los límites que nos hemos propuesto en este trabajo no nos permiten alargarnos demasiado en consideraciones sin duda interesantes a que los datos aquí expuestos y ordenados se prestan. Pero quisiéramos apuntar, siquiera brevemente, algunas de ellas. En primer lugar, creemos que no se trata de títulos cuyo valor fuera "puramente simbólico". El propio prof. Valdeón, que así lo afirma hablando de los concedidos por Enrique II, reconoce a renglón seguido que "de hecho incrementaba de manera notable el prestigio del monarca" (24>. Ni conviene olvidar las amplias concesiones territoriales que normalmente llevaban apa- rejados. Se trata de una política de "apanages" que en general (salvo en el caso del condado de Urgel) se mueve en sentido contrario a la del modelo francés del siglo anterior, tendente a incorporar a la familia real, mediante enlaces matrimoniales, los grandes títulos y señoríos territoriales, pero que coincide con la más reciente de otorgar títulos y señoríos a los parientes más próximos del rey. Concesiones que, aunque parecen a primera vista mermar los territorios de la Corona, en realidad tienden a rodear a ésta de un amplio escudo familiar de nobleza titulada unida estrechamente a ella por los vín- culos de la sangre, aun con los peligros innegables de intromisión inmode- rada en las tareas específicas de la gobernación del rey. En segundo lugar llama la atención la proliferación de concesiones de títulos a extranjeros en Castilla, perfectamente explicables por las circuns- tancias de las guerras civil y castellano-portuguesa de la segunda mitad del siglo, mientras en Aragón apenas si se registra otra que la, al parecer efí- mera, del condado de Borja a Duguesclín. A lo que cabría añadir los títulos otorgados a personajes "a caballo", según la feliz expresión del prof. Mitre, de los distintos reinos peninsulares, como D. Juan Manuel y D. Alonso de 139 Alfonso V en 1340, aunque lo siguió ostentano en Castilla hasta su muerte en 1438, preso en Brazuelos. Revirtió así el título a la corona hasta su concesión a la Casa Ducal de Villahermosa. (9) "La Casa de Luna", tablas geneal. IV y XII. A la muerte de Bernardo III (1368), el condado de Osona volvió a la Corona reintegrándose en el ducado de Gerona. Su hijo Bernardo IV, vizconde de Cabrera y de Bas, recibiría en 1393 de los reyes de Sicilia Martín y María el título de conde de Módica, confiscada a los Chiaramonte. Ver S. Sobrequés, o.c, pp. 171-174. (10) Aunque al mismo tiempo su marquesado de Villena era reincorporado a la Corona de Castilla. Ver L. Suárez, "Nobleza y Monarquía", Valladolid, 1975, p. 85, n. 30. (11) El primer titular del señorío de Morella habría sido el infante Alfonso, hijo menor de Pedro IV y Leonor de Sicilia, nacido en 1362 y fallecido niño al ser entregado como rehén a Enrique de Trastámara en virtud del Tratado de Monzón entre éste y Pedro IV de 1363. Ver R. TASIS. "Joan I, el rei cacador i músic", Barcelona1959, p. 74.- P . Aguado Bleye, en su "Manual de Historia de España", lo confunde con Pedro, hijo de Sibila de Fortiá (I, p. 813). (12) El señorío de Xérica, concedido por Jaime I a su hijo legitimado Jaime y sus des- cendientes, había quedado vacante en 1369 al morir Juan Alfonso de Xérica, rein- corporándolo Pedro IV a la Corona en virtud del vínculo testamentario de Jaime I. Ver M. COSTA "La Casa de Xérica ¡ la seva política en relación amb la monarquía de la Corona d'Aragó", Tesis doctoral inédita, Barcelona, 1990, pp. 288, 291 y 302. (13) Áurea L. JAVIERRE, "María de Luna, reina de Aragón", Madrid, 1942, p. 9. (14) ZURITA, An. X, 3; en Cataluña poseía ya D. Martín desde 1368 el condado de Besalú, unido al condado de Barcelona desde 1111. (15) Así en SUÁREZ, o. c , p. 24. Salazar y Castro, "casa de Lara", t. I, p. 405 habla sólo de "señoríos" y "tierra". (16) "Fue ducado mientras lo tuvo en señorío un personaje de sangre real, Fadrique de Trastámara. Al pasar luego a un portugués, Juan Alfonso de Pimentel, lo fue sólo como condado". Ver MITRE, "Evolución de la nobleza en Castilla bajo Enrique III", Valladolid, 1968, p. 24, n.7. (17) S. de MOXÓ, "De la nobleza vieja a la nobleza nueva", Cuad. de Historia, III (1969), p. 189 y 193. (18) J. VALDEÓN, "Enrique II de Castilla", Valladolid, 1966, pp. 192 y 282. (19) Sobre el ducado o condado de Trastámara ver MOREL FATIO, A., "La donation du duché de Molina a Bertrand du Guesclin", Bibliothéque de l'Ecole des Chartres, LX, París, 1899, pp. 146-147. Contra lo afirmado por el canciller Ayala, opina que la concesión del ducado de Molina sería posterior en 3 años a la del de Trastámara. En cuanto al carácter ducal o condal de éste, sostiene el primero, basado en dos documentos de enero (Segovia) y septiembre (Burdeos) de 1367, recogidos por Colmenares, en que Bertrán así se titula. Y recuerda como, simul- táneamente, fue concedido por Pedro I a su alférez mayor Fernando de Castro (Salazar de Mendoza y López de Haro se inclinan por el carácter condal del títu- lo -que llevaba aparejados los de Lemos y Sarria- en todos los casos) Cf. L.V. DÍAZ MARTÍN, "Itinerario de Pedro I de Castilla", Valladolid, 1975, Reg. doc. 931. Sobre una posible relación anterior a Molina-Trastámara, ver Salazar y Castro, libro IV, p. 247. Los condados separados de Trastámara y Lemos volverían a la 142 familia Osorio, del que fuera en 1325 su primer titular, en tiempos de Juan II y Enrique IV, respectivamente: S. de MOXÓ, "De la nobleza vieja...", pp. 161-162. (20) M.A. Ladero, "Niebla, de reino a condado", Madrid, 1992, p. 61. (21) El infante D. Juan era hermano del difunto rey Fernando I de Portugal y había casado con una hija ilegítima de Enrique II de Castilla, Constanza. María, hija de ambos, fue esposa de Martín Vázquez de Acuña. El nuevo nombre de Valencia de don Juan parece se debió a dicho primer titular, si bien otros lo han atribuido al hecho de haber sido anteriormente señor de la villa el infante Juan de Castilla, hijo tercero de Alfonso X el Sabio. Cf. F. FERNÁNDEZ DE BETHENCOURT, "Historia genealógica y heráldica de la monarquía española, casa real y grandes de España", T. 2, pp. 131-139. D. Juan de Portugal había recibido antes el título de conde de Alba: L. SUÁREZ, "Historia del reinado de Juan I de Castilla", Madrid, 1977, p. 319. (22) SALAZAR Y CASTRO, "Casa de Lara", t. III, p. 216. (23) Ver mi trabajo "La relación epistolar entre Alfonso XI y Alfonso IV en el ACÁ" en "En la España medieval", vol. 3 (1982), p. 192, n. 12; y "La Casa de Luna", pp. 180 y 503 (doc. 266). Sobre el anómalo status político-jurisdiccional de Villena, que desde 1304 hasta 1364 perteneció en cuanto a la propiedad al castellano D. Juan Manuel y sus parientes, pero bajo la jurisdicción señorial del rey de Aragón, ver los trabajos de Juan Manuel del ESTAL, "Vaivén político del señorío de Villena entre Castilla y Aragón (siglos XIII y XIV)" y A. PRETEL, "El cambio dinástico y la crisis de mediados del s. XIV en el señorío de Villena" en el Congreso de Historia del Señorío de Villena, celebrado en Albacete en 1986 (ed. Instituto de EE. Albacetenses, 1987). (24) J. VALDEÓN, "Enrique II de Castilla", p. 118. (25) F. FERNÁNDEZ DE BETHENCOURT, "Historia genealógica y heráldica de la Monarquía española, Casa Real y grandes de España", T. 2, p. 26, bajo el título "Origen de los primeros títulos de España": "Es en realidad en pleno siglo XIV, y en el reinado del sucesor de Don Pedro, cuando comienzan los títulos de duque, marqués y conde a ser transmisibles y hereditarios en las familias... Había ya Don Alfonso XI restablecido la dignidad condal..." (p. 27). Es cierto que parece referir- se a la "trasmisibilidad" o "hereditariedad", pero no puede decirse que hubiera en eso gran diferencia entre los aragoneses y los castellanos, de los cuales, dejan- do aparte el carácter fugaz (salvo Medinaceli) de los concedidos a extranjeros y aun a alguno de sus parientes, por Enrique II, ha podido afirmar L. Suárez que "en 1387 la alta nobleza creada por Enrique II se encontraba dispersa y rota ("Nobleza y Monarquía", p. 44). Por otra parte, las reintegraciones, por enlace matrimonial o por confiscación, a la Corona, no significan que los títulos no fueran transmisibles y hereditarios. Observamos de paso sólo 4 linajes (2 por cada reino), de la "noble- za Vieja" anterior al s. XIV, recibirán títulos: los ya antes vizcondes catalanes de Cabrera (C. de Osona) y Cardona (ahora conde) y en Castilla los de La Cerda (C. de Medinaceli) y Guzmán (O de Niebla). Y de estos títulos sólo los tres últimos lle- garán, por transmisión directa, a la Edad Moderna. 143
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