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La Celestina (Resumen por actos), Resúmenes de Ciencias de la Educación

Asignatura: Didàctica de les Llengües 1, Profesor: , Carrera: Educació Primària, Universidad: UIC

Tipo: Resúmenes

2013/2014
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Subido el 21/04/2014

martaaa1996_03
martaaa1996_03 🇪🇸

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¡Descarga La Celestina (Resumen por actos) y más Resúmenes en PDF de Ciencias de la Educación solo en Docsity! 1. Es imprescindible la lectura de los textos preliminares para comprender las intenciones que movieron a Fernando de Rojas a proseguir la historia que había encontrado y para conocer algunos datos sobre él. La carta está dirigida a alguien a quien considera un amigo; posiblemente, su benefactor. Redacta un resumen de la misma. En esta carta dedicada a un amigo, Fernando de Rojas le cuenta cómo encontró el primer acto de la obra y decidió proseguir con ella ya que le había gustado (no está muy claro si la escribió Rodrigo Costa o Juan de Mena). En dicha carta se ve reflejada en cierta manera la chulería y el orgullo del autor, tal y como se deja ver cuando dice que terminó la obra en 15 días, cosa que parece un disparate, ya que en obras de este tipo, ni el mejor escritor podría hacerlo en tan poco tiempo. Asegura no haber modificado el primer acto de la obra, aunque podría no ser cierto ya que esto le daría capacidad para modelar la obra a su antojo. 2. En una de las estrofas de los versos acrósticos, Rojas expone las razones que le indujeron a continuar la obra. ¿Cuáles son? En el prólogo Fernando de Rojas le comenta al amigo al que destina la carta que prefiere mantener el anonimato para que la gente no piense mal ni le critique por ser jurista. El autor no cumple con lo dicho ya que en el prólogo se incluyen unos versos acrósticos en los cuales si se junta la primera letra de cada frase podemos leer "El bachiller Fernando de Rojas acabó la comedia de Calisto y Melibea y fue nacido en la Puebla de Montalbán". En este prólogo se incluyen los motivos que le condujeron a seguir adelante con la obra. -El más importante es advertir y aconsejar a los jóvenes sobre el amor, una enfermedad que nos hace enloquecer, nos vuelve imprudentes y no nos deja ver la realidad tal y como es. Pretende también informar a la gente del falso servicio de las alcahuetas y los malos criados, que únicamente buscan el bien propio. -El otro motivo es que le parecía una buena obra que merecía ser continuada, aprovechando de esta manera para exponer el remedio contra el amor desesperado. 3. Localiza en el prólogo la referencia que hace Rojas sobre la recepción de la obra y la justificación del título que le da. En el prólogo Fernando de Rojas dice haber encontrado un remedio contra el mal del amor que padecía su amigo. Esa respuesta la encontró en unos papeles que estaban escritos con un ingenio que no era propio de las obras en castellano. No sólo por la manera de decirlo, sino por su estilo elegante, nunca visto ni oído en castellano. Vio en ellos, tras releerlo varias veces, la dulzura, la ficción y filosofía, además de los consejos para no fiarse de las alcahuetas, hechiceras y malos e interesados sirvientes. Dependiendo del lector, a unos les parece una obra prolija, o breve, o agradable, e incluso, oscura. Él mismo sabe y quiere que se cree una división de opiniones e interpretaciones después de recorrer todo el texto. Al final del prólogo, narra como en un principio llama a su obra Comedia de Calisto y Melibea, ya que era ese el tipo de obra literaria que tenía en mente escribir el autor original. Este hecho provocó la decepción de quienes lo leían, puesto que el final de la obra era el propio de una tragedia. De este modo Fernando de Rojas la llamó Tragicomedia de Calisto y Melibea. Acto 1 4. Transcurrido el primer encuentro con Melibea, Calisto llora su reciente pena de amor ante Sempronio. Cuando este se queda [[#|solo]], expresa las dudas y contradicciones en que le ha sumido la actitud de su amo. ¿Cómo se nos muestra el criado Sempronio en este monólogo? Para responder a esta pregunta es importante tener en cuenta que en esta época eran bastante comunes las confidencias entre señores y criados y señoras y criadas. En la obra no se menciona si Calisto tiene familia, por ello si le cuenta sus penas a los criados el autor se ahorra introducir personajes que no tengan más relevancia durante la obra. El primer paso de la confesión de Calisto es verbalizar los sentimientos, en este caso la desesperación. Al comienzo del acto Sempronio parece estar confuso y asustado ya que no conoce cual es el origen de la infelicidad de su amo Calisto. No sabe cómo tratar ni hacer frente al problema de su amo puesto que teme su reacción, si entrar o no, ya que si entra le puede matar, pero si no entra Calisto puede matarse a sí mismo y le acusarían a él. Más adelante podemos ver como su actitud evoluciona hasta parecer preocupado, pero no por la situación sentimental de su amo sino porque si él muere el criado se quedará sin medio de sustento mientras que si le ayuda puede obtener beneficios económicos (a los criados no les importan los sentimientos de su amo, viven buscando su interés) Solamente les importa el dinero. Finalmente decide entrar para "escuchar sus penas" e intentar consolarlo dándole algún consejo o remedio, siempre para poder conseguir algo a cambio. Calisto está enfermo de amor, el amor duele, y duele físicamente hasta el punto de que, para aliviarse, pide a su criado que le traiga sus instrumentos, pero no es capaz de continuar por lo que ordena a Sempronio que continúe tocando. 5. Calisto, con claras resonancias de los tópicos de la literatura del amor cortés, expresa las famosas y sacrílegas palabras que erigen a Melibea 7. Ante la ineludible «enfermedad» de Calisto, Sempronio recomienda el remedio: pedir ayuda a una vieja experta en enredos amorosos. Va el criado a buscarla, mientras el joven enamorado se queda con otro de sus criados, Pármeno. Este, al enterarse de que su señor va a entrar en el peligroso círculo de la alcahueta, trata de disuadirle refiriéndole todo lo que sabe de ella. ¿Qué es lo que le dice? Llegan Sempronio y Celestina y se establecen dos escenas simultáneas a uno y otro lado de la puerta. De la conversación que Celestina tiene con Sempronio y, más tarde, con Pármeno y Calisto, ¿qué rasgos de su personalidad se revelan? Justifica, con ejemplos del texto, cómo los personajes dramáticos se dan a conocer con sus propias palabras. Le dice que Celestina es una mujer astuta, lista y que es mala persona pero a Calisto le parece bien ya que el solo piensa en aprovecharse de ella. (lo que él no sabe es que ella también trata de aprovechar el estado de Calisto)Se revela que Celestina es una persona muy astuta y sagaz y que sabe cómo conseguir provecho de casi cualquier situación. No le importa mentir para conseguir lo que quiere, para ella el fin justifica los medios. También se muestra que es una persona avariciosa que solo le importa el dinero y los demás le dan igual. Celestina tiene varios oficios, según Pármeno: costurera, perfumera, maestra en hacer pinturas y aceites para la cara y en devolver virginidades perdidas, hechicera y alcahueta. Con la costura enmascara la prostitución: a su casa van mozas para «aprender a coser», a las que luego relaciona con mozos estudiantes y las prostituye, sacando beneficio. Con el oficio de la perfumería oculta la hechicería, pues puede tener un laboratorio en su casa sin que la gente sospechara nada. Una de sus principales dedicaciones es la de restaurar virgos: devolver la virginidad a mujeres que la han perdido inoportunamente. Podemos hacer un símil de Celestina con una araña, pues ella "pone la red" y con astucia espera a que la gente caiga en ella para aprovecharse y sacarse su propio beneficio. También se menciona en poco espacio, pero no por ello menos importante, su faceta más "oscura". Se le tacha de manipuladora de la gente, bruja, hechicera, de mal parecer y actuar, y, desde luego, muy peligrosa. Además, hay algo misterioso en torno a su personaje. Por sus habilidades en magia negra y buenos resultados, es contratada por muchos en la ciudad -dice conocer a prácticamente todas las señoras de la urbe, por un motivo u otro-; lo cual le reporta importantes beneficios. Debido a esto, es inexplicable que viva en una casa en ruinas, en ocasiones con pasando hambre, con ropajes viejos y rasgados. Ante esto, puede haber diferentes explicaciones: 1.- Celestina sufre estas penurias para aparentar miseria, dar pena y ser así más efectiva en su trabajo. 2.- Su enorme codicia la lleva a guardar el dinero tanto que ni ella misma lo utiliza. 3.- Se gasta el dinero en algún asunto no mencionado (muy poco probable). A Celestina se la califica de cínica, pues es astuta y usa un doble lenguaje, es decir, según la persona con la que se relacione y su posición social maneja un vocabulario u otro, lo que delata que posee una gran cultura en el campo del lenguaje, ya que los domina todos; y avariciosa. Sempronio se nos muestra desde un principio como alguien egocéntrico que solo mira para él. No tiene ningún problema moral, a todo le busca una solución y sólo intenta sacar todo el beneficio posible, no es como Pármeno. Pármeno es un personaje curioso porque al principio era fiel y servidor a su señor y le decía la verdad sobre lo que pensaba buscando el bien de Calisto. Defiende los ideales de Calisto incluso cuando ni él mismo cree en ellos. A pesar de eso, poco a poco, viendo que pese hacer el bien, Calisto prefiere a Sempronio, decide seguir la corriente a Calisto y sacar algún provecho de la situación. (Su conciencia moral, muy típica con los poderosos: ¿Le digo la verdad, le digo lo que quiere oír o le sigo la corriente a todos?). Pármeno puede verse obligado a evolucionar por la ambición personal o por la actitud de Calisto. Al principio él era el único que aconsejaba a Calisto para su bien mientras los demás buscaban su propio beneficio, pero su señor se muestra poco receptivo a su consejo. Esto lleva a Pármeno a venderse a Celestina: le sigue la corriente a Calisto a cambio de que ella comparta los beneficios que obtenga, y, sobre todo, de que le consiga a Areúsa, que es una prostituta cara y, en circunstancias normales, estaría fuera de su alcance. Pármeno es honesto. Pero a lo largo de la narración va sufriendo una igualación de la personalidad con Sempronio. La justificación que le da a Pármeno a Calisto es que conoce muy bien a Celestina, lo que no dice es que su madre es prostituta. Celestina juega con ser de una sociedad marginal, que no tiene dinero y que es vieja, para hacerse la víctima. Puede ser que Fernando de Rojas describiera tan bien los elementos de brujería, ya que como era jurista, pudo haber tratado algún caso de brujería. Celestina se maneja por los dos mundos, el de los ricos y el de los pobres. Ella es embaucadora y sabe cómo manipular las conductas de los demás. Acto 2 8. Observa cómo va evolucionando la actitud de Pármeno respecto a su amo. ¿Qué factores le hacen cambiar? ¿En qué palabras se advierte esa variación? Celestina le hace chantaje a Pármeno mediante la palabra. Pármeno es el personaje que nos da a conocer a la Celestina. Al principio hace oídos sordos a las proposiciones de Celestina y sigue actuando como hasta ese momento, buscando el bien de su señor. Pármeno cree que Calisto debería ser más inteligente, no entiende como, en vez de darle regalos a Celestina, no se los da directamente a su amada, Melibea. Este criado opina que desvelando los secretos a Celestina, le está entregando su libertad. Se está convirtiendo en prisionero de Celestina. La alcahueta conoce sus secretos, y Calisto no sabe cómo ésta podría llegar actuar, puede contarlo o incluso podría utilizarlo en su contra. Sin embargo, tras el maltrato verbal al que es sometido por parte de Calisto por contarle la verdad sobre cómo es la alcahueta; acaba sucumbiendo a los planes de Celestina porque ve que lo mejor para él, ya que Calisto no quiere oír sus consejos, es sacar algo de provecho y seguirle la corriente al noble. Aquí se muestra una vez más la ambición desmedida. Pármeno parecía preocuparse realmente por su señor, a diferencia de otros criados de la época que aconsejaban a sus amos sin importarles realmente sus problemas. Sin embargo acaba mirando por su propio bien, en parte, por la manera de tratarle de Calisto y, sin duda, por el dinero. Se produce un gran cambio en la personalidad de Pármeno, pasa de explicarle a su amo la verdad, lo que le puede suceder si hace caso a Celestina, a seguirle la corriente para obtener un beneficio. Este cambio en su mentalidad se advierte en su último parlamento del segundo acto, cuando dice: "[...] de ahora en adelante, voy a escarmentar. Le seguiré la corriente. Si dice que comamos, yo lo diré también. Si quiere derribar la casa, lo aprobaré. Si quiere quemar su hacienda, iré a por fuego.". Esta evolución experimentada por Pármeno es principalmente por la soberbia de Calisto, su arrogancia y su inexistente cambio de personalidad. Esta faceta del noble no hace más que confirmar que es incapaz de entender el peligro que corre. Podría decirse que Pármeno es la honradez que nadie entiende y se ríen de él por eso y que ve que otros mediante el engaño sacan beneficios y él siendo honrado no. En Pármeno se refleja a la perfección la pregunta: ¿Todos tenemos un precio? Actos 3 y 4 9. Un recurso habitual para crear tensión dramática es anunciar, desde el comienzo de una obra trágica, el posible final desgraciado. Indica qué personajes, y en qué pasajes de estos actos, aluden al desenlace. • Sempronio (acto 3) - hablando con Celestina le dice: "a la primera señal de peligro lo dejo", "sacar provecho pero sin arriesgarnos". A continuación Vuelve Sempronio a avisar a Celestina "lo que empieza mal suele terminar peor". • Celestina (acto 4) - en el comienza del acto de camino a casa de Melibea, hablando para sí, reflexiona acerca del hecho de que la descubran intentando ganar la voluntad de Melibea, vuelvan a emplumarla, azotarla o incluso perder la vida siendo castigada por ello. Aquí Celestina se está jugando su vida. Este es el único momento de toda la obra en el que Celestina por un segundo tiene miedo. Esto humaniza totalmente a Celestina, puesto que era capaz de invocar al demonio sin temer absolutamente nada; pero ante una situación como esta, en la que si las cosas se tuercen está destinada a la muerte, siente como cualquier persona miedo. Sabe que se juega mucho y se pregunta si es suficiente lo que recibe a cambio de jugarse su propia muerte, entonces siente en el miedo a lo desconocido. Ambos personajes prevén el futuro muy posible que puede llegar y a lo que se arriesgan. Pero la Celestina en este campo siempre juega con ventaja pues por ella misma, la alcahueta también da en el clavo. Al principio, es aceptada por su condición de vendedora de hilados y por la compasión que suscita. Además, se aprovecha de haber sido antiguamente vecina de los padres de Melibea. Una vez dentro, ya pierde todo el miedo que arrastraba en el camino, ya ha conseguido lo más difícil. Más tarde, al mencionar su verdadero cometido, provoca la ira de Melibea, tras lo que se escuda en su fingida inocencia. Esto no preocupa en exceso a Celestina, aunque hay momentos en los que se siente sobre las cuerdas (incluso menciona el conjuro en algún aparte porque su superstición la lleva al convencimiento de que no lo conseguirá sin ayuda sobrenatural); ya que sabe que Melibea siente algo por Calisto. Y como las mujeres solo pueden tener sentimientos totalmente al límite de sus posibilidades, tiene altas probabilidades de éxito. Con que cambie su parecer, ya estará enamorada para siempre, y precisamente es ese su trabajo, provocar el cambio. Por otro lado, los hombres representan el equilibrio, ni aman ni odian en exceso. Celestina es realmente muy rápida y astuta, sabe llevar en todo momento la conversación por donde le interesa. Cuando llega recibe la compasión de madre e hija con lo que se introduce en la casa (esto le viene muy bien porque las cosas serias e importantes no se tratan en la puerta de las casas). Tiene mucha suerte, puesto que Alisa, madre de Melibea, tiene que ir a visitar a su hermana, por lo que puede charlar a solas con la joven; de lo contrario el viaje no habría dado sus frutos y tendría que haber vuelto otro día. Por otra parte, Celestina sabe esperar el tiempo suficiente para nombrar a Calisto, creando así cierta intriga. Tarda tanto y dice que es algo tan importante (dejó a un enfermo al borde de la muerte) que levanta la curiosidad de Melibea de tal forma que cuando nombra a Calisto, Melibea se enfada de una manera desproporcionada. Celestina sabe que en ese caso solo le queda aguantar el tirón, porque ya sabe que lo odia y eso ya es un sentimiento. Celestina da fuertes golpes de timón en la conversación y cambia el rumbo de ésta para tratar de calmar a Melibea. Le explica que sólo venía a por una oración a Santa Apolonia y el cordón de las reliquias para curar el simple dolor de muelas que Calisto, supuestamente, sufre desde hace una semana. De paso, aprovecha para tratar de «vender» a Calisto a Melibea idealizándolo brevemente. En este momento las dos, Melibea y Celestina, hablan un doble lenguaje. Melibea pide perdón a Celestina al darse cuenta de lo mala que había sido al hablar así. Celestina no está engañando a la pobre Melibea, ambas saben lo que quieren y acuerdan quedar secretamente al día siguiente para que Celestina venga a por la oración y algo más. En ese momento Lucrecia, criada de Melibea, que estuvo presente durante toda la conversación se da cuenta de que todo está perdido. Actos 5 y 6 13. Después de dialogar con Sempronio, Celestina, radiante, muestra su trofeo (el cordón de Melibea) ante el obsesionado Calisto, y se las arregla para obtener nuevos regalos en pago por sus servicios. Los criados observan la escena. ¿Qué piensan estos de Celestina? Sienten desconfianza, ningono de los dos piensa bien sobre lo que está haciendo Celestina. Piensan que les va a engañar y que el reparto de los bienes no va a ser equitativo, pues ella es codiciosa e inteligente. La desconfianza comienza cuando Celestina le dice a Sempronio sin querer que él sacará una pequeña parte, al instante Celestina corrige y empieza a decir que lo suyo es de él. También dijo que necesitaba más que él, por ser vieja, en cambio Sempronio es joven, vuelve a sacar su faceta victimista. Y lo que ya sembró la total desconfianza fue que en el camino a casa de Calisto, Celestina no le quiso contar a Sempronio nada de lo ocurrido en casa de Melibea, para contarlo ella y que el mérito y la recompensa fuesen para ella. Es importante en esto la lírica del amor cortés. Además, mientras cuenta a Calisto su encuentro con Melibea, le lanza indirectas pidiéndole que le compre una falda y un manto (viene a decir que los suyos están viejos y raídos), ambas cosas que no podría compartir con Sempronio y Pármeno. Este es un error de Celestina pues infravalora a Pármeno y Sempronio, creyendo tenerles bajo control (aprovecha el emparejamiento de los criados con Elicia y Areúsa). En este momento en que los criados se dan cuenta de que Celestina no va a compartir sus regalos (porque son cosas materiales que no puede compartir con ellos) empieza el final de Celestina. Pármeno y Sempronio, interesados en la conversación entre su amo y Celestina, mantiene una conversación aparte y mencionan: "Si nos engaña, lamentará habernos conocido". En resumen, la codicia, el egoísmo y el hecho de subestimar a ambos criados es lo que lleva Celestina a la muerte. Pármeno nunca había confiado, pero Sempronio creía en que Celestina había dicho que repartirían el botín. Actos 7, 8 y 9 14. Durante los actos 7 y 8, Celestina consigue hacerse por fin con la voluntad de Pármeno al facilitarle un encuentro amoroso con Areúsa. Después, en el acto 9, los criados comen en casa de Celestina con Areúsa y Elicia. La comida transcurre alegremente hasta que Sempronio alude a la belleza de Melibea. ¿Cómo reaccionan las dos prostitutas? ¿Qué implicaciones sociales deja ver su actitud? Elicia y Areúsa saltan sobre Sempronio en cuanto alude a la gracia de Melibea y se enfurecen, replicando que dicha belleza no es más que el producto de su condición social y su fortuna (las ropas, el maquillaje, las joyas... son los que la hacen bella: «Dios me lo demande, si en ayunas la topases, si aquel día pudieses comer del asco»).Se dice más adelante que, aún en el caso de que tuviera defectos, Calisto (y en general cualquier señor) la preferiría antes que a cualquier otra debido a su linaje, porque los señores de la época casi siempre buscaban matrimonios provechosos con damas de su misma clase social, aunque no se amaran: había una gran separación entre el amor y la vida social, y el matrimonio y los hijos estaban incluidos en la segunda. Las prostitutas hacen una dura crítica de Melibea, que deja entrever el amargo desprecio de los criados y la clase baja en general por los señores y las damas de alta cuna, a quienes envidiaban. Esto es un claro reflejo del resentimiento social, de las clases bajas hacia la nobleza, un tema latente a lo largo de toda la obra. En este caso, Elicia envidia el dinero de Melibea y quizás también su belleza, mientras Areúsa, a quien no le falta ninguna de las dos (es una prostituta cara), envidia su linaje, al que no puede acceder por mucho dinero que le dé su trabajo (en la sociedad del siglo XV la movilidad social era nula: la clase alta venía siempre determinada por el linaje noble). Sin embargo, Melibea, casi haga lo que haga (excepto perder la virginidad fuera del matrimonio y ser infiel a su marido) no perderá la aceptación social debida a su linaje. Elicia y Areúsa reflejan su desprecio por la clase social alta y le guardan rencor. Aun así, ellas escogieron ser prostitutas, pues era la única de las alternativas por la que podían sacar provecho de sus rasgos y características físicas, es decir, vivir de su propia imagen. Por su gran belleza solo trabajan para gente importante y de clase alta. Además, la prostitución les da una libertad que serían incapaces de conseguir en el matrimonio, a la hora de moverse por la ciudad. La consecuencia de todo esto es que Pármeno, sin la ayuda de Celestina, con el poco dinero que tenía jamás se podría haber permitido mantener un encuentro con Areúsa. La clase social, en el siglo XV, determinaba su futuro. Viviendo en una ciudad, las posibilidades de Elicia y Areúsa se limitaban a ser criadas, casarse con alguien de su clase social o dedicarse a la prostitución. Ambas mujeres defendían una vida con "libertad", sin depender de un marido, padre, monja abadesa... A pesar de luchar por una vida libre, envidiaban ser como Melibea, fundamentalmente tener su linaje, sabían que aunque fueran más bellas, tuviesen dinero, la nobleza determinaría sus vidas. Eran conscientes de que un noble como Calisto sólo se podría fijar en una mujer como Melibea porque los estamentos no se mezclaban, la población sólo se casaba con gente de su mismo rango social. Aunque Melibea tuviese defectos, su linaje estaba por encima de ellos. 15. La reunión es interrumpida con la llegada de Lucrecia, la criada de Melibea, que trae un recado de su señora. Ella da pie para que Celestina reviva los momentos más prósperos de su vida. Al hablar, alude a un tema recurrente en la literatura medieval. ¿Cuál es? ¿Qué dice de él? Relaciona su actitud con la época de transición en que se escribió la obra. Es interesante observar también la retórica con la que se expresa. Comenta, desde el punto de vista estilístico, sus palabras: «Bien sé que sobí para descender, florecí para secarme, gocé para entristecerme, nací para vivir, viví para crecer, crecí para envejecer, envejecí para morirme». El tema es la fugacidad («tempus fugit») e inconsistencia («vanitas vanitatis») de la vida, que no es sino un camino hacia la muerte. También se puede ver el «ubi sunt» que hace referencia a ''¿qué fue de aquellos que...?'' (en referencia a los poderosos y los que tenían riquezas) y a un lamento por la vejez y el deterioro de la vida. En este parlamento se da a conocer que Celestina no siempre vivió míseramente, sino que tuvo buenos tiempos en el pasado. Celestina explica que todo bien o mal procede de la Fortuna, que juega con nosotros, por lo que las personas no tenemos control sobre nuestras vidas. Al igual que la fama, la fortuna es efímera. Esto enlaza de nuevo con el "tempus fugit". Este tema ya fue tratado anteriormente en la literatura española por Juan de Mena, en Laberinto de Fortuna y en las Epístolas familiaresde Petrarca. La falta de ese poder y fama otorgados en parte por la fortuna es fuente de profundo dolor y desdicha para el que los ha perdido. Se nos muestra en cierto modo la crueldad de la vida, la cual no deja elegir la fortuna determina la vida. los fines que persiguen? ¿Cómo se comporta Melibea? El encuentro se hace con la puerta cerrada, y hablan por la ventana que tiene la puerta con rejas. Al principio, Melibea engaña a Calisto para comprobar que es él, diciéndole que la intención de la cita no es más que dar fin a su relación. Después, se halagan el uno al otro y se dicen que están muy enamorados. Melibea tiene miedo a que sus padres o sus vecinos los oigan y esto haga que pierda su reputación. Hablan de dónde se encontrará al día siguiente para poder estar juntos, sin una puerta por el medio. Sus posibilidades son pocas, no pueden verse en la calle a las doce de la noche porque la gente sospecharía; en casa de Celestina dónde la gente sabe o intuye a lo que van, tampoco; en casa de Calisto no porque una mujer no podría entrar en casa de un hombre a esas horas sin levantar sospechas. Sólo les queda la opción del jardín. Eso le viene muy bien a Fernando de Rojas, con el tópico del «locus amoenus» de naturaleza como marco ideal para un encuentro amoroso. 18. Mientras, los criados vigilan en la calle. ¿Cómo se comportan? Resume el final del acto 12. Los criados esperan en la calle a que llegue Calisto mientras vigilan que no aparezca nadie que pueda delatarlos o, más probablemente, atacarlos (en aquella época casi nadie salía a la calle a esas horas, por lo que hacerlo era peligroso). Mientras tanto, temerosos de poder salir heridos, maldicen a su amo y en cuanto oyen ruidos salen huyendo, desleales, abandonando a Calisto a su suerte. Sin embargo, como luego resulta ser una falsa alarma, cuando vuelven se hacen los héroes ante Calisto, recalcando su valentía y lealtad, pretendiendo quizás ser premiados por ello. Se muestran totalmente egoístas, pero es justificable. En aquella época con la Inquisición, si los descubrían los matarían y ellos trabajan para Calisto, pero que éste mantenga o intente estar con Melibea no les incumbe. No van a arriesgar su vida por un problema que no es suyo. Al final del acto 12, Sempronio y Pármeno van a casa de Celestina poco antes del amanecer para darle un susto y entran con la excusa de almorzar (en esa época vivían con el horario solar), reclamando con sutilezas su parte de las ganancias de la alcahueta (dicen necesitarla para reponer su armamento), y hablando de esos bienes como si desde el principio les pertenecieran a los tres. La anciana, tras insinuar que no tiene pensado repartir (dice que les dará mujeres si quieren, pero que NUNCA dinero; que se lo pidan a Calisto, que para eso lucharon por él), se excusa ante la exigencia de los criados diciendo que ha perdido la cadena de oro. Comienza un intercambio de violencia verbal que aumenta progresivamente junto con la furia de Sempronio y Pármeno, desencadenando la violencia física. Celestina no llega a ceder de su postura en ningún momento: es demasiado avariciosa y orgullosa, y además está convencida de que es un farol, que los criados son demasiado cobardes como para matarla. Su mayor error, fue recordarle a Pármeno que su madre también era como ella. Ellos no planeaban hacerlo, sólo querían asustarla para que cediera o le robarían el dinero (al fin y al cabo, matándola no ganaban nada salvo su propia muerte), pero su ira los arrastra y Sempronio mata a Celestina en presencia de Elicia. Realmente, lo único que pretendía éste, era hacer callar a la alcahueta, que estaba alertando a los vecinos. Una vez le clavó la espada por primera vez, Pármeno le pidió que acabara lo empezado, ya que si no, se iban a ganar un enemigo. La muerte de Celestina es absurda, le habría bastado ceder para salir ilesa, y además su falta (no querer repartir) no era tan grave como para merecer la muerte. Sempronio y Pármeno se ven atrapados en su falta de autocontrol. Su intención no era matarla porque en realidad esto no les beneficiaba sino todo lo contrario. Si Celestina moría quién les diría dónde tenía la cadena. Muestran una falta de capacidad para reflexionar antes de actuar. Además se les va de las manos, cuando se pone a gritar no les queda más remedio que acabar con ella. Los llama cobardes por matarla entre dos mientras que ella es una persona solamente, y mayor, esto levanta más la furia de ambos; pero no hay que olvidar que la mata Sempronio, aunque Pármeno le mande rematarla. Antes de morir, Celestina pide confesión porque no quiere ir al infierno (el segundo y último momento en el que Celestina muestra su humanidad). Esto puede parecer un poco extraño ya que la alcahueta hacía «negocios» con el diablo, pero en el fondo es totalmente coherente con su personalidad: la creencia en el diablo conlleva necesariamente la creencia en Dios (a quien está pidiendo la salvación), y ya sabemos que Celestina hace lo que le conviene en cada momento, aliándose con quien haga falta para conseguir sus propósitos. Era una persona religiosa, un ateo no creería en el demonio, porque no cree en nada sobrenatural. Después de cometer el asesinato, estando la policía y el vecindario a la puerta de la casa, Sempronio y Pármeno escapan por la ventana, «para no morir en manos de la justicia». Las tres muertes, son muertes absurdas. Por su clase social, aunque al saltar queden malheridos, son rápidamente ejecutados, la justicia para ellos es rápida, pues al magullarse tras el salto por la ventana son alcanzados y acusados por la multitud de vecinos, quienes les llevarían a la plaza del pueblo, dónde serían decapitados de madrugada. Fernando de Rojas, que había presenciado muchos juicios, decidió acabar de una manera rápida con la vida de Sempronio y Pármeno. Si los hubieran atrapado sin lesiones físicas, habrían tenido un juicio. El proceso, que era largo y tedioso, tendría que haber sido contado, cosa que no interesaba ya que no tenía ninguna relevancia para la historia. Lo importante era que los criados habían muerto. Acto 13 19. Sosia, otro criado, comunica a Calisto la tragedia de su casa. ¿Cómo reacciona este ante la noticia de la muerte de sus criados? ¿Qué es lo que más le duele? ¿Qué opina ahora de Celestina? ¿Se siente responsable de lo sucedido? ¿Cómo queda caracterizado el personaje con estas actitudes? Al enterarse de la noticia, Calisto lamenta la muerte de sus criados a quienes al principio les llama "leales criados" y "grandes servidores". Lo que más le importa, esperder su honra (tanto su buena reputación como la fama que pueda dejar una vez muerto). También le preocupa que sus secretos más íntimos salgan a la luz. Pasa de llamarles "leales criados" a "mancebos pecadores". A Celestina ya no la necesita porque ya ha conseguido comenzar una relación con Melibea. De ésta, opina que traicionó a sus criados, ya que negoció con ellos a sus espaldas y luego no quiso compartir las ganancias, su opinión sobre ella es que es una "vieja falsa y mala". Calisto cree que Celestina debe pagar por lo que hizo. Su egoísmo y falta de palabra provocaron su muerte. En ningún momento se siente responsable. De este modo, se ve a Calisto como un señor del siglo XV, a quien lo que les pase a sus criados, ni le viene ni le va (a pesar de que Calisto tiene esos encuentros con Melibea gracias a Celestina, no olvidemos que la historia empezó con el conjuro que hizo Celestina a Melibea). Decide hacerse el loco y vengar la muerte de sus criados sin hacer más caso al asunto. Calisto es cabezota y lo único que quiere es a Melibea; hasta que no la consiga no va a dar lugar a los arrepentimientos por todo lo sucedido. Pone la excusa de haber venido de viaje, para no levantar sospechas y para seguir manteniendo presente la honra de Melibea. No acude a la justicia en aquel momento porque iba a ser un proceso largo y le ocuparía todo el día, y no hay que olvidar que esa misma noche tenía el encuentro con Melibea en el jardín y no quería faltar por nada. Calisto ante todo piensa en que lo único importante es acudir a la cita concertada para esa noche con Melibea. Acto 14 20. Cuando ha saciado su sed de Melibea, Calisto, más templado, vuelve sobre lo acontecido a sus criados. ¿A quién echa ahora las culpas? Calisto tras el encuentro con Melibea, y haber llegado a su meta de conseguirla reflexiona en lo ocurrido con la muerte de sus criados. En este momento se echa las culpas, se lamenta por la muerte de sus criados y piensa en que tenía que haber reaccionado, preguntado o actuado de alguna forma, no solo haber pensado en sí mismo su honra y su propio interés. Este es el primer signo de cordura que muestra Calisto a lo largo de la obra, pero esto se explica porque previamente estaba enfermo de amor, no veía más allá de conseguir a Melibea, era su obsesión. Pero al haberla conseguido y curarse de esa enfermedad puede actuar con cabeza y cordura. Aquí podemos observar que durante toda la obra actúa de forma ridícula por la ''enfermedad'' que tiene, pero que en realidad es sensato y piensa las cosas. - Encuentro de Calisto y Melibea: Calisto llega al jardín de Melibea acompañado de sus criados. Entra al mismo gracias a una escala (tipo de escalera) bastante insegura e inestable. Melibea no quiere que salte al jardín, pues teme que Calisto salga herido, y por ello sus criados deciden bajar con él. Melibea le advierte del peligro que corre pues puede caerse y el autor incluye esto para advertir al lector los numerosos peligros que están corriendo. Una vez está en el jardín todo le parece perfecto (idea del paraíso designada como Locus amoenus), ya tiene a Melibea y pronto alcanzará su objetivo. Una vez está cerca de Melibea, ésta prefiere mantener las distancias, diciendo que ya ha conseguido verle, sin una puerta de por medio. En cambio, a Calisto no le convence esta idea (cree que ha pasado por demasiadas dificultades para embargo, ellos lo hacen por su bien, no son unos padres crueles, sino que en aquella época encontrar el marido para sus hijas era tarea de los padres. Para ellos, decidir casar a su hija es darle un futuro, pues si se queda sola cuando ellos mueran no podrá tomar decisiones y estará a cargo de tutores o albaceas legales. Además les interesaba casarla por los rumores que pudieran surgir; cuanto antes la casen menos dudas habrá sobre su virginidad. Opinan que les será fácil encontrar un marido por el alto linaje que poseen. En el sentido de la búsqueda del marido la madre no está muy convencida, no le vale cualquiera, pero opina que es deber del hombre y que aceptará lo que su marido elija. Nos preguntamos por qué Melibea no les presentó a sus padres a Calisto como posible candidato a casarse con ella (los padres conocían a Calisto), esto es debido a que ellos no tenían ninguna intención de casarse ya que querían vivir su amor en el presente (carpe diem) el futuro no importaba. Actos 17, 18 y 19 23. Resume las maquinaciones de Elicia y Areúsa para vengarse de Calisto y Melibea. ¿Qué podrías decir del personaje de Centurio? ¿Cómo se desencadena el desenlace de la trama principal? En los actos de las prostitutas se ve que, una vez que Elicia cuenta lo sucedido, es Areúsa la que toma las riendas, mientras la otra se limita a aprobar todo lo que decide. Areúsa, un personaje casi desconocido hasta ahora, se nos presenta como una mujer astuta, calculadora, fría, que sabe bien lo que hace (es decir, con una cierta experiencia), casi tanto como lo era Celestina. Elicia y Areúsa deciden utilizar a Centurio (personaje introducido por Fernando de Rojas, que en la obra original no aparecía) para matar a Calisto provocando además la desgracia de Melibea. Para conseguir su fin, aprovechan la reciente riña de Areúsa con él: se reconciliarán «a cambio» de dicho favor. De ese modo, contratan a un asesino que le quite la vida a Calisto. Pero a Centurio, que es un gran embustero además de aprovechado (encaja con el personaje tipo clásico del fanfarrón o del valentón), y que sólo pretende quedar bien ante Areúsa, basta conocerlo para darse cuenta de que es ridículo pensar que va a cumplir el encargo, que ni siquiera va a intentarlo porque ni se plantea jugarse la vida en eso. Decide, a su vez, «pasárselo» a otro compañero, encomendándole que sólo los asuste a él y a sus criados para que huyan. Así, Areúsa creerá que escaparon cuando él intentaba matar a Calisto, y lo perdonará por intentarlo. Centurio es un cobarde, que mucho decir y poco hacer. No obstante, lo que sucede es diferente. El amigo de Centurio va con su banda a asustar a Tristán y a Sosia, que están al otro lado del muro del jardín de Melibea donde están los amantes. Como no consiguen asustarlos, se van. Desgraciadamente, Calisto, que ha sido alertado por los gritos, trata de salir para ayudarlos, y, con la prisa, cae desde lo alto. Antes de golpearse la cabeza contra el suelo, Calisto pide confesión porque teme al infierno, al igual que un mes antes lo había hecho Celestina. Una vez más, se refleja el temor de la sociedad de la época a Dios y a la muerte. La muerte de Calisto es totalmente ridícula. No muere en una lucha, no es una muerte heroica. La causa es un accidente completamente absurdo, se cae desde el muro del jardín de casa de Melibea (cabe tener en cuánta que Calisto era alto y que no se puso el casco de la armadura, que pudiera haber convertido su caída en algo menos grave). Pero a la vez su muerte es simbólica pues advierte que llega cómo y cuándo quiere. Melibea, en cuanto se da cuenta de que ha muerto, utiliza una expresión idéntica a otra de Jorge Manrique en sus Coplas a la muerte de su padre: habla de lo tarde que vino el placer, y lo pronto que fue sustituido por el dolor. Acto 20 24. Tiene lugar en este acto el famoso monólogo de Melibea, en el que trata de explicar a su padre las razones que la llevan a quitarse la vida. ¿Qué dice Melibea sobre la pasión amorosa? ¿Se considera culpable o arrepentida de lo que ha sucedido? Comenta los principales recursos estilísticos utilizados en su discurso. Melibea se considera en parte culpable del daño que va a causar a sus padres (aunque comparado con otros casos que menciona, no cree que sea tanto daño), pero al mismo tiempo se considera inocente debido a su falta de libertad. Dice que tiene una herida mortal en el corazón que no hay más modo de aliviarla que muriendo (ya que su "remedio", Calisto, está muerto), que el dolor es superior a ella, por lo que no está en su mano evitar lo que está a punto de pasar. El amor por Calisto sigue vivo a pesar de que él ya no lo esté, y es mayor que el que siente por sus vivos padres, lo que la lleva a quitarse la vida, además añade que es el propio amor el que le arrastra hacia la muerte, está presa del amor que siente por Calisto (presentan al amor llevado a los extremos, que por él, incluso, mueres). La muerte será un alivio para ella, no sólo por librarla de su dolor, sino porque en el cielo (o en el infierno, Melibea ama tanto a Calisto que está dispuesta a jugarse el cielo para seguirle) se reunirá de nuevo con su amado (tópico principal del romanticismo). Sin embargo, ofrece su alma a Dios sin temer ir al infierno con motivo de su suicidio, puesto que no ha sido una decisión libre, sino que no le quedó más remedio. Melibea viene a decir también que no es un adiós definitivo a sus padres, porque se reencontrará con ellos en la muerte. En este monólogo tiene lugar una alabanza a Calisto, de cuya muerte no puede evitar sentirse culpable en parte. También hay una mención a Celestina, a quien ve como la persona que supo sacar el secreto de su corazón (ella no sabe nada del hechizo, lo ve como habilidad de la alcahueta). En algún momento se dirige a Calisto, diciéndole que pronto se reunirá con él. Como dice Melibea, Pleberio conocía a Calisto, y lo consideraba un buen caballero, por lo que Calisto y Melibea podrían perfectamente haberse casado en lugar de mantener en secreto su amor mientras los padres de Melibea buscaban otro marido que la hiciera desdichada. Sin embargo, sencillamente no fue así, en ningún momento se planteó la posibilidad. Los amantes estaban ocupados en disfrutar de su amor y no necesitan nada más, les bastaba quererse (carpe diem). Es interesante ver las causas por las que Melibea escogió ese modo de suicidio. Por una parte, le proporcionaba una muerte segura, rápida e indolora. Por otra, era en cierto modo una hipérbole de la manera en que murió Calisto (una caída, pero mucho más dura). Y, por último, hace a su padre incapaz de evitarlo desde abajo. Los recursos que aparecen en este monólogo son los mismos que en otros de la obra: la ampliación retórica (decir las mismas cosas una y otra vez de distinta manera) y la antítesis (contraposición de términos opuestos). Acto 21 25. Comenta las ideas principales que se tratan en el planto de Pleberio. ¿Puedes relacionarlas con tópicos de la literatura medieval? La vida ya no tiene sentido, su hija ha muerto. Todo lo que ha hecho en su vida ha sido para construir un futuro para su hija, pero esto no tiene sentido alguno si su hija no está (vanitas vanitatis). Pleberio llega incluso a decir que preferiría no haber nacido, que tener que vivir con el dolor por la muerte de su hija. Podemos imaginar la vida del padre de Melibea como un castillo de naipes que él va construyendo poco a poco, y en cuya cima se encuentra su única hija. A la muerte de ésta, su vida se derrumba y pierde el sentido. Refiriéndose a la vida, Pleberio nos dice aparte, que es un juego de azar y fortuna. Hace referencia a esa fortuna como una rueda que, aunque te puede sonreír en un momento, las tornas pueden cambiar y hacerte desdichado. Además Pleberio habla de que de joven él vivió el amor y consiguió huir de él. Ahora que creía que se había librado de él, este se venga haciendo que su hija muera presa de este. Para Pleberio el matrimonio es una protección contra el amor. No entiende cómo se puede llamar Amor porque es algo malo, el amor trae consigo sufrimiento. Él pensaba que como ya era mayor, se había casado y tenido a su hija, ese dolor producido por el amor que había sentido cuando era más joven se había acabado, pero no era así. El amor como venganza, por haber huido de éste, se venga con su única hija. Pleberio se culpa por no haber salvado a su hija, ya que todo pasó muy rápido. Del mismo modo, la falta de comunicación entre ellos hizo que no supiera lo que Melibea pensaba y sentía, y no le dio tiempo a descubrirlo (tempus fugit), y tampoco tenía ningún interés en saber nada de Melibea, la trata como si fuera una niña pequeña por la que hay que escoger. Al final del llanto de Pleberio aparece el tópico en el que se representa la vida como un “valle de lágrimas”.
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