La ciudad de Dios. Tomas de Aquino Ensayo, Ejercicios de Urbanismo

¡Descarga La ciudad de Dios. Tomas de Aquino Ensayo y más Ejercicios en PDF de Urbanismo solo en Docsity! Ensayo/ La Ciudad de Roma, Hipodamo, Platón y Aristóteles Si conseguimos un plano de nuestra ciudad y lo comparamos con algunos ejemplos de ciudades romanas o griegas, encontraremos similitudes muy parecidas más allá del cardo y el decumanus. Hipodamo sugería en su época la división de la población entre agricultores, artesanos y soldados, mientras la ciudad se rasgaba entre los dioses, la función pública y los intereses particulares. Una visión muy próxima a la invención del foro romano y que Platón entendió con sus planos de la ciudad ideal, donde hubiera una igualdad de viviendas y tierras, protegidas a la manera espartana. Aristóteles no satisfecho del desarrollo de sus predecesores incorporo funciones más defensivas a la ciudad desde la topografía a la distribución de las salidas. Incluso llego a dividir el tipo de localización de la ciudad de acorde a sus necesidades políticas. Las calles de la ciudad debían ser un auténtico laberinto para el invasor pero sin dejar de crear trazados regulares a la manera de Hipodamo. La ciudad de entonces se parecía a la nuestra pero le faltaba algo, un empujón que la convirtiera en la ciudad que conocemos nosotros, Roma llego y cambio el mundo. Lejos del refinamiento artístico de Grecia, Roma era una nación de trabajadores e ingenieros. Ellos introdujeron de manera obligada en cada ciudad que construyeron como el único dogma romano: cloacas, acueductos, calzadas, baños, foros y coliseos. Roma venia cargada de buenas ideas, entendieron que la higiene era vital pero las cloacas no aparecían donde mayor necesidad había. Las calzadas del imperio lejos de ser una autopista de doble sentido, estas parecían tener una sola dirección, Roma. Los baños fueron el verdadero templo de Roma, lugar de reposo para sus alocadas fiestas y llevar a lo más alto su culto al cuerpo. Y el Coliseo una herramienta para entretener a una población parasita que pedía a gritos las mutilaciones de cristianos entre las fauces de exóticas fieras, porque Roma se convirtió en un verdadero pozo negro lleno de sangre, enfermedades y corrupción. En esta gran Ciudad llamada Roma se sostuvo el mundo, una vez, y fue ella el modelo a seguir de medio mundo. Para bien o para mal, Roma es nuestro referente y con el debemos entender que no podemos volver a ser romanos. No cerrándonos en nuestro caparazón como hizo Bizancio sino evitando caer en una cadena de montaje de decadencia y ausencia de democracia.