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Biodiversidad Animal en España: Niveles, Amenazas y Riqueza, Apuntes de Genética

Ecología evolutivaEcologiaZoologíaBiologíaBiodiversidad

Este documento ofrece una revisión sobre la biodiversidad animal en España, enfatizando el segundo nivel (diversidad de especies), principalmente animales. Se discuten las principales amenazas humanas que afectan la biodiversidad y se presentan estimaciones de especies descritas y estimadas de diferentes grupos animales y vegetales en España y a nivel mundial. Se resaltan los endemismos y la influencia de la fauna africana en la riqueza española.

Qué aprenderás

  • ¿Cuáles son las especies animales más abundantes en España?
  • ¿Qué son las principales amenazas a la biodiversidad animal?
  • ¿Qué es el porcentaje de especies europeas que se encuentran en España?
  • ¿Qué niveles de biodiversidad se abordan en este documento?
  • ¿Qué grupos animales presentan un elevado número de especies endémicas en España?

Tipo: Apuntes

2021/2022

Subido el 10/10/2022

samuel86
samuel86 🇪🇸

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¡Descarga Biodiversidad Animal en España: Niveles, Amenazas y Riqueza y más Apuntes en PDF de Genética solo en Docsity! Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 39 La diversidad animal de España Miguel Lizana1 José Luis Viejo2 Sumario: I. INTRODUCCIÓN. II. LA DIVERSIDAD ANIMAL EN EL PLANETA. III. ¿CUÁN- TAS ESPECIES ANIMALES EXISTEN EN ESPAÑA?. IV. LA DIVERSIDAD DE INVERTE- BRADOS. 1. Poríferos. 2. Cnidarios. 3. Platelmintos. 4. Moluscos. 5. Anélidos. 6. Equinodermos. V. LOS VERTEBRADOS ESPAÑOLES. 1. El concepto geográfico y administrativo de España. 2. La diversidad de ecosistemas y hábitats en España. 3. El estado de conservación de los vertebrados españoles. VI. Los peces conti- nentales españoles. 1. Los peces exóticos introducidos. VII. LA HERPETOFAUNA ESPAÑOLA. 1. Los anfibios españoles. 2. Los reptiles españoles. 3. Estado de con- servación de los reptiles según las categorías UICN. 4. Los anfibios y reptiles in- troducidos en España. VIII. LAS AVES ESPAÑOLAS. 1. La importancia de Baleares y Canarias. 2. El estado de conservación de las aves españolas. IX. LOS MAMÍFE- ROS ESPAÑOLES. 1. Las especies introducidas. 2. Las especies emblemáticas y su estado de conservación. 3. Las especies de caza mayor. X. REFERENCIAS BI- BLIOGRÁFICAS. XI. AGRADECIMIENTOS. I. INTRODUCCIÓN Biodiversidad o diversidad biológica es un neologismo compuesto de los tér- minos bio (vida) y diversidad. Las raíces del concepto se encuentran en los traba- jos de ecólogos que propusieron los primeros índices destinados a comparar la diversidad interna de los ecosistemas. El concepto más en boga, el de “biodiversi- dad” fue acuñado por Thomas Lovejoy en 1980, pero lo popularizó el entomólogo y divulgador Edward Wilson en 1986, sustituyendo al de diversidad biológica, me- nos eficaz desde el punto de vista de la comunicación. Desde 1986 el uso del térmi- no se ha extendido entre biólogos, ecologistas, dirigentes políticos y ciudadanos en general. 1 Profesor titular de Zoología. Universidad de Salamanca. 2 Catedrático de Zoología. Universidad Autónoma de Madrid. Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 40 La definición más utilizada de Biodiversidad o Diversidad Biológica (a partir de ahora BD) es la que procede del Artículo 2 del Convenio sobre la Diversidad Biológica de Río de Janeiro (Brasil): “La variabilidad entre los organismos vivos, incluyendo los terrestres, marinos y de otros ecosistemas acuáticos, así como los complejos ecológi- cos de los que forman parte; esto incluye la diversidad dentro de las especies, entre especies y en los ecosistemas”. De un modo resumido, se ha descrito como “la “tota- lidad de genes, especies, y ecosistemas de una región”. La biodiversidad tiene tres niveles principales: la diversidad genética, la diversi- dad de especies y la diversidad de ecosistemas. La primera alude tanto a la variación genética entre los distintos individuos de una población de organismos, como a la disparidad (variación) genética entre diferentes poblaciones de la misma especie. Este concepto, aunque de capital importancia, es con frecuencia difícil de esclarecer y no suele ser motivo de debate fuera de los medios estrictamente científicos. Muy distinto es lo que sucede con la diversidad de especies, que acapara el debate público y que es el nivel de la biodiversidad al que se presta más atención; la diversidad de especies a menudo se conoce como riqueza de especies. Por último, la diversidad de ecosistemas se refiere al número y variedad de sistemas biológicos (ecosistemas) que se pueden hallar en una determinada zona del planeta; este importantísimo com- ponente de la biodiversidad ciertamente recibe atención tanto desde el ámbito de la ciencia ecológica, como de las instituciones públicas, si bien no termina de calar (como la diversidad genética) en la opinión pública; además, la atención que recibe, en tanto que análisis, debate y protección (en un plano puramente teórico, por des- gracia) es considerablemente superior en los ámbitos internacionales que en los más locales, lo que no contribuye a su conservación. La conservación de la biodiversidad afecta por igual a los tres niveles, y olvidar o preterir cualquiera de ellos supondrá un fracaso en los planes o políticas referidos a su protección. En este artículo nos vamos a referir principalmente al segundo nivel de la biodi- versidad, es decir, a la diversidad de especies, en este caso, animales, pero queremos dejar claro desde el principio la indisoluble relación entre los tres niveles. Hay que recordar, sin embargo, que el número de especies de una zona también depende del concepto de “especie” que consideremos. En general, se hace referencia a un con- cepto “evolutivo o clásico” de especie. Si se aplicara un concepto más amplio, como el filogenético o cladista, el número de especies se multiplicaría, como ha sucedido en algunos estudios recientes sobre aves o murciélagos norteamericanos. En este trabajo nos referiremos por tanto al concepto de especie evolutivo tra- dicional, sin entrar en niveles taxonómicos inferiores, como el de subespecie o pobla- cional. Las subespecies suponen una variabilidad genética que tienen una gran impor- tancia a la hora de la conservación de poblaciones diferenciadas genética o geográficamente, pero esto excede el alcance de este trabajo. El concepto “diversidad” tiene, en Ecología, unas connotaciones bastante específi- cas. Por eso algunos ecólogos se han resistido a emplear alguno de estos términos. En La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 43 Conservación de la Naturaleza (UICN en español, IUCN en inglés) y el World Conservation Monitoring Centre (WCMC) que han publicado periódicamente datos mundiales o regio- nales con el número de seres vivos y además su estado de conservación en el caso de la UICN. Groombridge et al (1992 a, b) ofrecieron la cifra de aproximadamente 1,75 millones de especies de seres vivos conocidas y descritas por la ciencia, de las cuales 1.300.000 son animales. Las estimaciones del número total de seres vivos actuales (no extinguidos) va- rían entre 3,6 y 100 millones, siendo en torno a los 10 millones de especies el valor más aceptado. La mayoría de seres vivos pluricelulares son animales, sobre todo invertebra- dos, con 1,3 millones de especies, de las que 1,1 millones son especies descritas de insectos, y sólo unas 55.000 especies de vertebrados. De estos últimos 21.000 son peces, 5.000 son anfibios, 6.500 son reptiles, 8.700 son aves y 4.100 son mamíferos. Después de los anima- les, el segundo grupo de seres vivos más numeroso y bien conocido es el las plantas vas- culares, con aproximadamente 250.000 especies. Los hongos aportan unas 70.000 espe- cies. La diversidad de los microorganismos es poco conocida, pero sólo las diatomeas, mejor catalogadas gracias a su diversidad morfológica, suman casi 100.000 especies. Es- tos números crecen constantemente, ya que cada año se describen numerosas especies. La relación entre especies animales terrestres y marinas está ampliamente sesgada hacia las terrestres, con sólo unas 200.000 especies marinas. Es decir la mayor cantidad de BD, al menos en animales y plantas superiores, está en los ecosistemas terrestres. FIGURA 1 Número de especies de los principales grupos de organismos. Tomado de Primack (1988) y Primack & Ros (2002): Introducción a la biología de la conservación. Ed. Ariel, Barcelona Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 44 Sólo dos grupos de seres vivos, los vertebrados (55.000-60.000 especies) y las plantas superiores (230.000 especies), se consideran bien conocidos a nivel mundial, a pesar de que todos los años se descubren decenas o cientos de nuevos vertebrados en el mundo. Por supuesto, el número de Artrópodos e insectos conocidos crece casi por miles cada año. En términos generales, se estima que sólo se conoce un 5% de los hongos del mundo, o un 10% de las bacterias, y numerosos taxa no han sido aun inven- tariados, como las bacterias, o la mayoría de los protistas (Meffe & Carroll, 1997; Pri- mack & Ros, 2002; May, 2005; Wilson, 2005). Al margen de consideraciones mucho más precisas, puede verse que de largo los artrópodos constituyen el grupo (en términos biológicos tronco o phylum) más nu- meroso, con más de un millón de especies descritas, y un número incomparablemen- te alto de especies por describir, que va desde la estimación más conservadora de unos dos millones y medio, hasta la más elevada de más de cien millones. Dada esta notable desproporción, dedicaremos un artículo separado a estos animales. TABLA 1 Número de especies de los principales grupos de organismos* Organismos N.° de especies descritas Número de especies estimadas Precisión ALTO BAJO MEDIO VIRUS 4.000 1.000.000 50.000 400.000 Muy baja BACTERIAS 4.000 3000000 50.000 1.000.000 Muy baja HONGOS 72.000 2.700.000 200.000 1.500.000 Moderada PROTOZOOS 40.000 200.000 60.000 200.000 Muy baja ALGAS 40.000 1.000.000 150.000 400.000 Muy baja PLANTAS 270.000 500.000 300.000 320.000 Buena NEMATODOS 25.000 1.000.000 100.000 400.000 Baja ARTRÓPODOS CRUSTÁCEOS 40.000 200.000 75.000 150.000 Moderada ARÁCNIDOS 75.000 1.000.000 300.000 750.000 Moderada INSECTOS 950.000 100.000.000 2.000.000 8.000.000 Moderada MOLUSCOS 70.000 200.000 100.000 200.000 Moderada CORDADOS 45.000 55.000 50.000 50.000 Buena OTROS 115.000 800.000 200.000 250.000 Moderada TOTAL 1.750.000 111.655.000 363.5000 13.620.000 Muy baja * Modificado de Heywood & Watson, 1995. La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 45 En lo que concierne a los animales, puede observarse que el nivel de conocimien- to taxonómico, es decir de las especies (u otros taxones) es muy desigual y desde luego está lejos de acercarse a la diversidad total; en este sentido, cabe mencionar a los nematodos (gusanos redondos) como el tronco que, en términos relativos, más incertidumbre ofrece, aunque son los artrópodos los que en términos generales me- nos conocemos; por el contrario, los cordados son los mejor conocidos y de los que no es verosímil que en el futuro se descubra un número de especies significativamen- te alto. III.  ¿CUÁNTAS ESPECIES ANIMALES EXISTEN EN ESPAÑA? Los límites de las entidades geopolíticas, como son los estados, no siempre coin- ciden con los de las unidades biogeográficas, más aún, lo habitual es que no lo hagan, de manera que hablar de la “fauna española” tiene escaso sentido biogeográfico, por más que sea una expresión útil desde otros puntos de vista. Recuérdese que la perte- nencia al Estado Español de diversos territorios separados de la unidad geográfica continental (más bien deberíamos decir peninsular) hace que sean tan “españoles” (término más bien jurídico en este caso) las aves de la Sierra de la Demanda, como los reptiles de Chafarinas o los escarabajos del Teide. Así, tendremos que diferenciar en este artículo, las especies genuinamente peninsulares de las baleares (con frecuencia casi idénticas a las anteriores), las canarias o las norteafricanas (Alborán, Chafarinas, Ceuta, Melilla y diversos otros enclaves). Desde el punto de vista biogeográfico, el territorio español se encuentra situado en la región Paleártica, en concreto en su extremo occidental, y presenta dos grandes unidades faunísticas diferentes: el área ibero-balear y las islas Canarias. En relación con la península Ibérica, el territorio puede dividirse en dos regiones: la Eurosiberiana y la Mediterránea, o lo que en términos coloquiales podemos definir como la España húmeda y la España seca. A ellas se añade la singularidad canaria, cuyo territorio per- tenece a la región Macaronésica. Estas divisiones corresponden más bien a los anima- les terrestres, ya que la biogeografía marina es diferente, y establece tres regiones: Lusitánica, Mediterránea y Mauritánica. Como sucede en otras áreas geográficas, sal- vo los cordados, la mayoría de los grupos zoológicos españoles carecen de una esti- mación precisa y fiable de su amplitud taxonómica, por lo que tendremos que para valorar la riqueza faunística española tendremos que acudir necesariamente a aproxi- maciones y extrapolaciones. En la tabla 2 mostramos el número aproximado e inferido de especies descritas en distintos espacios, y el porcentaje de diferentes grupos sobre el total. En los verte- brados se incluyen los peces continentales y marinos, y en las aves, sólo las residentes y nidificantes. Como vemos, la inmensa mayoría de las especies animales descritas son invertebrados, nombre que poco ayuda a la comprensión de la heterogeneidad que intenta agrupar. En el mundo, sólo el 3% de las especies descritas son vertebra- dos, y el resto se incluye en el cajón de sastre de los invertebrados; es decir, el 97% de Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 48 TABLA 3 (cont.) Biodiversidad marina* Mundiales Europeas Mediterráneas Españolas Canarias * Entoproctos 170 45 19 5 – *Equiúridos 140 19 6 5 2 *Sipuncúlidos 160 44 33 35 6 Moluscos 60.000 3.353 2.800 2.250 1.170 Anélidos 12.000 2.074 1.100 1.000 305 *Pogonóforos 120 23 5 3 – Tardígrados 120 76 60 20 – Quelicerados 1.000 361 275 190 12 Crustáceos 38.000 6.522 (?) 2.600 2.500 1.095 Briozoos 4.000 724 250 280 131 * Braquiópodos 350 18 (?) 16 31 15 * Foronídeos 16 9 8 8 2 * Quetognatos 70 42 25 30 22 * Hemicordados 90 17 5 5 – * Equinodermos 7.000 648 230 275 82 Cordados 17.123 1.933 921 1.532 745 (*Urocordados) 2.100 481 320 350 28 (* Cefalocordados) 23 2 1 2 – (Vertebrados) 15.000 1.450 900 1.180 717 Totales ≅ 195.000 25.871 ≅ 13.000 ≅ 10.300 4.592 * Número de especies de los distintos grupos vegetales y animales a nivel mundial, europeo, mediterrá- neo, español (incluyendo Canarias) y canario. Tomado de Templado, 2006. Se han señalado con un asterisco los grupos exclusivamente marinos. Los nú- meros de especies mundiales, mediterráneas y españolas son estimativos o aproxi- mados y se refieren a especies descritas y citadas (no a especies posibles). En mu- chos casos el número de especies citadas es muy inferior al real, debido a un deficiente conocimiento del grupo en ese área geográfica. Las interrogaciones en la columna de las especies españolas se refieren a aquellos grupos cuyo número de especies citadas se considera inferior al 5% de las que deben existir. Por otro lado, los números que se consignan en las columnas de especies europeas y canarias no La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 49 son estimativos, sino que corresponden con exactitud a los que figuran en el Euro- pean Register of Marine Especies (Costello et al., 2001) y a las recogidas en el “Pro- yecto BIOTA” (Moro et al., 2003), respectivamente. En lo que se refiere a la lista de especies europeas, los números referentes a los platelmintos y a los crustáceos están sobredimensionados, posiblemente por haberse incluido también las as es- pecies no marinas (esto claramente sucede con los isópodos, dentro de los crustá- ceos, y con los grupos parásitos, dentro de los platelmintos). Por el contrario, la ci- fra de braquiópodos parece subestimada, pues el número de especies citadas de este grupo en los mares europeos debe ser próxima a 40. De cara a llamar la aten- ción sobre ello, se ha puesto una interrogación a continuación de las cifras dadas para estos grupos. TABLA 4 Número de taxones (especies y subespecies) incluidos por Categorías de Amenaza en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas Grupo En peligro de extinción Sensible a la alteración de su hábitat Vulnerable De interés especial Total TOTAL 166* 21* 61* 363* 611* 602 taxones FLORA 112* 7* 9* 11 139* 137 taxones INVERTEBRADOS 16 7 9 10 42 42 taxones No Artrópodos 4 1 4 1 10 taxones Artrópodos 12 6 5 9 32 taxones VERTEBRADOS 38* 7* 43* 342* 430* 423 taxones Peces 4 0 6 1 11 11 taxones Anfibios 1 0 1 20 22 22 taxones Reptiles 5 3 1 42 51 51 taxones Aves 21* 3 12* 251* 287* 283 taxones Mamíferos 7 1* 23* 28* 59* 56 taxones Fuente: MMARM, 2009. Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 50 TABLA 5 Lista de especies de invertebrados no artrópodos incluidas en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas Especie o subespecie Categoría Margaritifera auricularia (Spengler, 1793) En peligro de extinción Patella candei candei (D`Orbigny) En peligro de extinción Theodoxus velascoi (Graells, 1846) En peligro de extinción Patella ferruginea (Gmelin, 1791) En peligro de extinción Asterina pancerii (Gasco, 1870) Sensible a la alteración de su hábitat Pinna nobilis (Linnaeus, 1757) Vulnerable Charonia lampas lampas (Linnaeus, 1758) Vulnerable Dendropoma petraeum (Monterosato, 1884) Vulnerable Astroides calycularis (Pallas, 1766) Vulnerable Centrostephanus longispinus (Philippi, 1845) De interés especial Fuente: MMARM, 2009. 1. Poríferos No se conoce muy bien la fauna de poríferos (esponjas) de las aguas españolas, pero una cifra superior a las 700 especies no sería exagerada. En el mundo se han descrito unas 9000 especies. Se trata de animales marinos sencillos, que carecen de tejidos verdaderos, filtradores de plancton y bentónicos. Las esponjas producen di- versas sustancias de carácter defensivo (antibióticos u otros) que pueden tener con- siderable interés en la industria farmacéutica. 2. Cnidarios Los cnidarios son animales sencillos, aunque de estructura algo más compleja que las esponjas, que incluyen a organismos tan populares (o impopulares, según el punto de vista) como los pólipos y las medusas. La mayoría son marinos, aunque al- gunas formas son comunes en las aguas dulces, incluidos estanques y charcas, como Hydra. En el mundo se han descrito alrededor de 10 000 especies, de las que en aguas españolas podrían encontrarse más de 800. En el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas se ha incluido la especie Astroides calycularis (Anthozoa, Scleractinia, Dendrophyllidae); se trata de una madrépora muy llamativa por el color naranja de los pólipos que forman la colonia; en las costas españolas se puede encontrar desde el Cabo de Palos hasta el mar de Alborán y el entorno del Estrecho. La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 53 •   Dendropoma petraeum. Es un gasterópodo vermétido, cuya concha no está enrollada en espiral, sino que presenta la forma de un tubo sinuoso que queda adherido al sustrato o a otros tubos semejantes, para formar auténticos con- glomerados de consistencia rocosa, gracias también a un alga calcárea incrus- tante (Templado et al., 2004). Esta especie está catalogada como vulnerable. Su conservación es doblemente importante, ya que a su mero interés zoológi- co, se une la comunidad cuyo desarrollo permiten los conglomerados rocosos y porosos, a veces conocidos como arrecifes de vermétidos, y que aparecen en mares tropicales o subtropicales; esta especie es endémica del Mediterráneo, con escasos enclaves en las cotas atlánticas de Cádiz y de Marruecos. 5. Anélidos Son animales de aspecto vermiforme. Presentan una conspicua segmentación, tanto externa como interna, y sedas quitinosas. Este tronco se divide en tres grandes grupos o clases: Poliquetos (en su mayor parte marinos), Oligoquetos (lombrices de tierra, la mayoría edáficas y unas pocas de agua dulce y estuarinas) e Hirudíneos (san- guijuelas, ectoparásitros de agua dulce, con algunas excepciones marinas). En total, los Anélidos comprenden unas 13 000 conocidas a nivel mundial, de las que unas 9.000 son poliquetos. Estos últimos son los gusanos marinos más abundantes en todo tipo de hábitats. En España es un grupo bien estudiado del que se conocen unas 1 000 especies. Dentro de los Oligoquetos, han sido bien estudiadas las lombrices de tierra, Lumbricidae, con unas 100 especies citadas, pero otras familias con muy nume- rosas especies, como los enquitreidos, son mal conocidas, pero las especies presen- tes en nuestros suelos y riberas de los ríos pueden superar las 200. Además, se han citado en nuestras aguas 28 de hirudíneos (dos de ellas marinas). 6. Equinodermos Se caracterizan por una simetría radial. Las cerca de 7 000 especies actuales co- nocidas son exclusivamente marinas y comprenden las comátulas o lirios de mar (Cri- noideos), estrellas de mar (Asteroideos), ofiuras (Ofiuroideos), erizos (Equinoideos) y holoturias o pepinos de mar (Holoturoideos), además de un elevado número de formas fósiles. A pesar de que puede considerarse como un grupo relicto (más abun- dante en épocas pasadas que en la actualidad) y que su número de especies no es muy elevado en comparación con otros grupos, se trata de animales muy comunes en todo tipo de fondos marinos, desempeñan un importante papel ecológico y son muy utilizados para la caracterización de las diferentes comunidades bentónicas. Los erizos son los principales macroherbívoros de los fondos litorales y las estrellas se encuentran entre los principales depredadores, tanto en sustratos duros como sedi- mentarios. A pesar de ser un grupo bien conocido a nivel general, en nuestras costas han sido insuficientemente estudiados. En aguas españolas se conocen cerca de 300 especies. Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 54 En el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas se incluyen dos equinodermos: Asterina pancerii y Centrostephanus longispinus. El primero es un asteroideo conocido como “estrella del capitán pequeña”, endémico del Mediterráneo, y que en las costas españolas sólo se ha encontrado en Cabo de Palos (Murcia), Agua Amarga (Almería), Bahía de Palma de Mallorca, Ibiza e islas Columbretes (TEMPLADO et al., 2004). Está catalogado como sensible a la alteración de su hábitat. Centrostephanus longispinus es un erizo de mar (Equinoideos) conocido como “puercoespín marino”; en España se encuentra la subespecie nominal, cuya área de distribución abarca parte del Atlántico oriental y el Mediterráneo; en aguas españolas se halla en algunos enclaves de la costa mediterránea y de la zona de Gibraltar. Se le asigna la categoría de interés especial. V.  LOS VERTEBRADOS ESPAÑOLES Es casi un tópico decir que España tiene la mayor BD de Europa. Lo podemos leer tanto en trabajos de divulgación y científicos, como en informes políticos regionales, nacionales, de ONGs o de la propia Unión Europea. Sin embargo, para un zoólogo, es sorprendente comprobar la escasez de datos “reales” y confirmados, distintos de las estimaciones, acerca del número de animales tanto en el ámbito mundial, como en el regional (europeo) o incluso español. También es sorprendente comprobar cómo la información más o menos precisa sobre el número de especies españolas es muy reciente y puede seguirse su evolu- ción en diversos trabajos e informes, con un notable aumento en las últimas décadas en la riqueza española de especies, debido sobre todo al mayor conocimiento. Desde los datos muy básicos del ICONA en los años 80 del siglo XX, los mucho más precisos utilizados en la Estrategia española de conservación de la BD (aproximadamente 1994) y la excelente información recogida en los diversos capítulos del libro “la diver- sidad biológica de España” (Díaz Pineda et al, 2002 o los capítulos del libro “La Natu- raleza en España”, del Ministerio de Medio Ambiente, coordinado por Asensio (2002). Los datos existentes en los atlas de vertebrados del Ministerio de Medio Am- biente (años 2002 a 2007) son ya mucho más precisos pues recogen la descripción de numerosas especies, sobre todo en el caso de los peces continentales y herpetos. Esta información, aunque en general demasiado sucinta, se actualiza en los informes anuales del Ministerio de Medio Ambiente (Perfil Ambiental de España, 2004 a 2008; Cuarto informe de Biodiversidad, 2009, etc.) basados en los sistemas de indicadores ambientales, en este caso de la BD española. Entre las distintas iniciativas para tener unos datos precisos de la BD animal es- pañola, debemos resaltar el proyecto “Fauna Ibérica” (Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC) que ha servido para actualizar la información, mediante una serie de valiosas monografías, particularmente de grupos de invertebrados y de algunos gru- pos de vertebrados como los anfibios y reptiles. A pesar de este esfuerzo, es sorpren- La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 55 dente el desconocimiento del número de especies para diversos grupos de inverte- brados (Ramos et al., 2002), basado en muchos casos en estimaciones y comparaciones con otros países mediterráneos (ver Díaz Pineda et al., 2002). Es im- probable que esta tendencia cambie, dada la disminución de especialistas en todo el mundo y en España en grupos de invertebrados. Por un lado, la creencia de que estos especialistas son innecesarios en un mundo científico de promoción de los taxóno- mos y biólogos moleculares, la reducción de gastos en ciencias como la taxonomía, etc. No olvidemos que sin especialistas en cada grupo ni siquiera podremos identifi- car a las especies, por muchos magníficos taxónomos moleculares que tuviéramos. Es imposible proteger la BD si no se conoce adecuadamente. 1. El concepto geográfico y administrativo de España El territorio español se compone de la parte española de la península Ibérica, los archipiélagos Balear y Canario y las plazas de soberanía del norte de África: Ceuta, Melilla, los peñones de Vélez de la Gomera y Alhucemas y las islas Chafarinas (que suelen denominarse territorios transfretanos). La superficie de España es de aproximadamente 500.000 km2. Su posición geo- gráfica la convierte en una de las principales rutas migratorias para las aves europeas y en el pasado fue un refugio faunístico muy importante, como las otras penínsulas europeas, durante las glaciaciones. España ocupa un lugar a caballo entre varias re- giones biogeográficas, lo que hace que su paisaje sea sumamente variado y complejo en el contexto europeo, pero tal diversidad ambiental no sólo se debe a la situación geográfica de la Península, sino que la orografía tiene mucho que ver en ello. Ade- más, la cercanía a África y los contactos históricos, que influyen en la fauna ibérica aportando especies típicamente africanas. Desde el punto de vista biogeográfico, en la Península se encuentran represen- tadas las dos regiones principales de Europa occidental: la Mediterránea y la Eurosi- beriana. En la Mediterránea se han delimitado cinco pisos bioclimáticos (termo, meso, supra, oro y criomediterráneo), mientras que en la Eurosiberiana encontramos cua- tro (colino, montano, subalpino y alpino). España es el segundo país europeo con mayor promedio de altitud (20% del terri- torio tiene altitudes por encima de 1 000 m). En el norte se sitúan dos cadenas orográ- ficas (cordillera Cantábrica y Pirineos), en el centro otras dos dividen la península Ibérica de este a oeste (Sistema Central y Sistema Ibérico) y en el sur la cadena bética y la sierra de Alcaraz suponen una nueva barrera hacia el sur. Estas montañas, y otras de menor altitud (dorsal Gallega, cordilleras Costeras Catalanas, Tramontana, Sierra Morena y Montes de Toledo), que delimitan los grandes espacios llanos (mesetas norte y sur) y a grandes depresiones producidas por los principales ríos que riegan la Península (Ebro, Duero, Tajo, Guadiana y Guadalquivir). Toda esta heterogeneidad de Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 58 áreas de transición. El norte y el noroeste (es decir la porción más septentrional de Portugal, Galicia, la cornisa cantábrica y la región pirenaica) son similares a gran parte del resto de Europa, con un clima templado caracterizado por un invierno húmedo y frío y lluvias durante el verano, con generalmente bosques caducifolios. El resto de la península soporta un régimen climático mediterráneo, caracterizado por inviernos suaves y lluviosos, y veranos cálidos y secos. Es la zona ocupada por el bosque y ma- torral mediterráneos. El territorio español de la Península Ibérica, Norte de África e Islas Baleares se sitúa en la región mediterránea, y el archipiélago canario se sitúa en la Región Maca- ronésica. La región Mediterránea es uno de los, al menos, 25 “hotspots” o puntos calientes de biodiversidad que existen en el mundo (Oosterbroek, 1994; Myers et al., 2000). Estos puntos se definen no sólo por su BD total sino por el número de verte- brados y plantas endémicos de la zona. En la región existen 22.500 plantas vasculares endémicas, 9 aves, 11 mamíferos, 14 anfibios, todos ellos endémicos de la región y amenazados, y 5 especies extintas. Entre la fauna de mayor interés podemos citar al lince ibérico y al macaco de Berbería (Gibraltar). La región mediterránea es por tanto un área de conservación prioritaria a nivel mundial. El sur de la península Ibérica y la región macaronésica tienen además una relevancia especial por su elevada diversi- dad y endemicidad. FIGURA 2 La región Mediterránea, punto caliente de la BD. Tomado de Myers et al., 2000 La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 59 En el contexto de la Unión Europea, de los 197 tipos de hábitat de interés en este ámbito geográfico que recoge el anexo I de la Directiva “hábitats”, unos 120 (aproxi- madamente el 60%) se distribuyen en España, que participa de cuatro de las siete re- giones biogeográficas definidas en la UE: mediterránea, atlántica, alpina y macaroné- sica. Entre esos hábitats, el 50% de los considerados prioritarios están bien representados en España. Así, España resulta ser uno de los países de más alta diver- sidad de hábitats naturales en la Unión Europea y, con gran diferencia, el país en donde estos hábitats ocupan todavía una mayor extensión. Con respecto a los hábitat de interés recogidos en la Directiva “hábitats”, el pai- saje vegetal de España se muestra como un mosaico de formaciones arbóreas, arbus- tivas y herbáceas naturales, junto a cultivos agrícolas y repoblaciones forestales. A esto se añade una gran variedad de ecosistemas vinculados a los 8.000 km de costa, entre los que cabe destacar la zona intermareal, playas, acantilados, sistemas duna- res, saladares y estepas salinas, etc. Por otra parte España es también rica en hábitats de agua dulce, con 75.000 km de ríos y al menos 1.500 humedales, que suponen un 0,22% de la superficie territorial; estos humedales son en general de pequeño tama- ño, pero de primera importancia en cuanto centros de diversidad biológica. En cuanto al medio marino, los factores oceanográficos y biogeográficos favore- cen también que la diversidad biológica de las aguas costeras españolas sea de las mayores de la Unión Europea. Al sur de la Península hacen frontera tres regiones ma- rinas (mauritana, lusitana y mediterránea); de los 49 grandes ecosistemas marinos de- finidos según el sistema de clasificación global del ambiente marino costero, tres inclu- yen a las aguas españolas: Costas Ibéricas, Mediterráneo y Corriente de Canarias. La gran diversidad de hábitats en España alberga una elevada diversidad de es- pecies animales, lo que hace que España sea el país responsable de la conservación de la mayor diversidad faunística de Europa occidental. Se estiman en torno a 80.000- 90.000 especies de flora y fauna en España, si bien se trata de una cifra conservadora ya que para algunos grupos (especialmente Artrópodos) el conocimiento es muy es- caso. Este número se ha incrementado fuertemente pues a mediados de los 90 (Es- trategia para la conservación de la BD española, 1994-1999) la cifra de trabajo era de 55.000-60.000 especies animales en España. El territorio español cuenta con 10.000 especies de plantas diferentes, se calcula que existen unas 20.000 especies de hongos, líquenes y musgos y entre 8.000 y 9.000 especies de plantas vasculares (helechos y plantas con flores) que representan el 80% de las existentes en la Unión Europea y casi el 60% de las que se hallan en todo el con- tinente. De este último grupo, más de 6.500 son plantas autóctonas, con unos 1.500 endemismos únicos en el mundo, y otros 500 son endemismos compartidos con el Norte de África. La estimación actual del número de especies de los vertebrados españoles (ver tabla) ronda las 1.730 especies, correspondientes a 69 peces continentales, 35 anfi- Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 60 bios, 87 reptiles, 158 mamíferos y 521 aves (incluyendo aves reproductoras e inver- nantes). Esto supone menos del 2% del número de especies de la fauna española. El resto son invertebrados, fundamentalmente insectos. Sobre este pequeño porcenta- je de especies se concentran mayoritariamente los esfuerzos y el dinero dedicado a conservación por administraciones, fundaciones, científicos, ONGs, etc. Dada la am- plísima BD española, lo lógico es trabajar en la conservación de los hábitats priorita- rios según la Directiva y trabajar especialmente en los taxones amenazados, especial- mente los endémicos, así como los taxones emblemáticos o “bandera” (lince ibérico, oso, por mencionar algunos) que puedan servir como cobertura al resto de especies de su comunidad. El grado de conocimiento puede considerarse bueno para los vertebrados, a pesar de los cambios constantes motivados por estudios más profundos y funda- mentalmente por la aplicación de las técnicas genéticas moleculares para la dife- renciación de nuevas especies. El listado de especies de los territorios norteafrica- nos presenta muchas lagunas y debería trabajarse más. Hay un grupo que, curiosamente dada su importancia comercial, no suele mencionarse en los inventa- rios o estadísticas de la BD española. Son los peces marinos, de los que no sabemos con exactitud el número de especies en nuestras costas, barajándose entre 600 y 1100. Por supuesto, no existen tampoco datos generales sobre el estado de conser- vación o libros rojos de los peces marinos españoles (con excepción de las especies que se hallan también en los ríos como lampreas, anguilas, esturiones, salmones, etc.). El estudio de los peces marinos españoles es prioritario para completar esta laguna tan llamativa. En el contexto europeo, este patrimonio biológico cobra especial relevancia. Al menos un 54% del número total de especies conocidas en Europa está en España y cerca del 50% de especies endémicas de Europa están presentes en nuestro país, sien- do muchas de esas especies también exclusivas (endémicas) del territorio español. La siguiente tabla muestra el conocimiento actual (año 2008) de la BD española. TABLA 7 (cont.) Conocimiento actual de la BD española Número de especies estimadas en España Reinos Total estimado de especies Bacterias – Protistas (algas, protozoos,…) – Animales 66.948-68.948 Invertebrados 65.218-67.218 Artrópodos 58.000-60.000 No artrópodos 7.218 La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 63 En el Catálogo se incluyen los taxones (especies, subespecies y poblaciones) en peligro de extinción y vulnerables. El CNEA es un registro administrativo abierto con efectos jurídicos claros tanto en las Comunidades Autónomas, como en la Adminis- tración Central. Se reconoce para las primeras la posibilidad de elaborar sus catálogos autonómicos y añadir además otras categorías específicas. La última actualización del CNEA es de Octubre de 2007 (ver web del Ministerio de Medio ambiente, Medio Rural y Marino). En el actual CNEA, la mayoría de los taxones corresponden a aves (47%), seguidos de plantas (22%). Los peces y anfibios suponen tan solo el 2% y el 4% respectivamente. El mayor problema del CNEA está en la falta de actualización rápida con respecto al conocimiento científico y técnico del estado de conservación de los taxones, mejor recogido por las categorías UICN. En las siguientes figuras se recoge el número de especies amenazadas en el CNEA y las categorías UICN en el año 2005. FIGURA 3 Porcentaje de especies amenazadas según a) CNEA (2004) y b) libros Rojos Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del perfil ambiental 2005 (MMA). Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 64 Según la nueva Ley 42/2007, se deben elaborar Estrategias nacionales de Conservación para todas las especies en peligro de extinción presentes en más de una Comunidad Autónoma. Hasta 2008 se han aprobado 14 y una Estrategia Na- cional de Control de una especie exótica invasora, el mejillón cebra. Más de 105 Planes de Acción (planes de recuperación, conservación, etc.) de especies han sido adoptados por diversos gobiernos autonómicos. A pesar de que el número de Estrategias de Conservación sigue aumentando, quedan todavía muchas por desarrollar. Los estudios sobre las poblaciones de lince ibérico, oso pardo y uro- gallo cantábrico muestran tendencias preocupantes, mientras que el águila impe- rial, el buitre negro y el lobo se encuentran en mejor situación, especialmente este último. TABLA 9 Estrategias nacionales para la conservación de taxones amenazados aprobadas Estrategia Nacional Fecha de aprobación Lince ibérico 1999, 2008 Oso pardo cantábrico 1999 Quebrantahuesos 2000 Águila Imperial Ibérica 2001 Urogallo cantábrico 2004 Quebrantahuesos 2000 Águila imperial 2001 Urogallo cantábrico 2004 Lobo 2005 Malvasía cabeciblanca 2005 Urogallo pirenaico 2005 Visón europeo 2005 Pardela balear 2005 Oso pardo pirenaico 2006 Focha moruna 2007 Margaritota 2007 Lapa ferruginea 2008 Fuente: Cuarto Informe de la BD española, 2009. La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 65 Las Listas Rojas o Libros Rojos constituyen un inventario científico del estado de conservación de la diversidad biológica animal o vegetal de un territorio, pero carecen de carácter legal, que es, sin embargo, aportado por el CNEA. Se basan en las categorías desarrolladas por la UICN (última versión 2006); que reflejan el gra- do de amenaza de cada taxón. Su función principal es ser una herramienta orien- tativa a la hora de crear o modificar un Catálogo de Especies Amenazadas y des- empeñan un papel divulgativo y de apoyo a la gestión del medio natural. En los Libros Rojos para España, la mayor proporción de especies amenazadas corres- ponde a plantas (69%), seguidas de aves (15%) y peces (7%). Existe por tanto una notable discrepancia entre ambos catálogos y libros rojos, principalmente en lo que se refiere a plantas y peces, con porcentajes mucho menores en el CNEA con respecto a los Libros Rojos. Con respecto a la fauna, existen libros rojos de diver- sos grupos de Artrópodos y actualmente de todos los grupos de vertebrados, con excepción de los peces marinos. En la siguiente tabla podemos ver su evolución histórica. TABLA 10 Componente de Biodiversidad Libro Rojo / Lista Roja Atlas Mamíferos 2001, 2007 2001, 2007 Aves 2005 2003 Anfibios 2002 2002 Reptiles 2002 2002 Peces 2002 2001 Invertebrados 2006, 2009 2009 Plantas Vasculares 2000, 2008 2004, 2006, 2008 Tipos de hábitats – 2003 Briófitos En proceso En proceso Respecto a la fauna y, concretamente, a las categorías más actualizadas de la UICN (Cuarto Informe sobre biodiversidad española, 2009), los vertebrados, para los que se tiene más información, puede decirse que aproximadamente un 30% de las especies o subespecies españolas están dentro de las categorías “En Peligro Crítico”, “En Peligro” y “Vulnerable”: 30% de los anfibios, 23% de los reptiles, 49% de los peces continentales, 19% de los mamíferos y 33% de las aves reproductoras. Es especialmen- te preocupante el estado de la ictiofauna continental española, principalmente por tratarse del grupo con el mayor porcentaje de endemismos. Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 68 rrir con la unión de los ríos del sur de España y del Rif norteafricano. Sin embargo, desde la apertura del estrecho de Gibraltar, hace 5,5 millones de años, la Península ha quedado prácticamente aislada de la influencia de otras faunas de peces. La configuración de la Península a través del tiempo debió de ser responsable de que sólo unos pequeños grupos de peces la colonizaran, evolucionando aisladamen- te y convirtiéndose en un laboratorio biológico para estudiar interesantes fenóme- nos de especiación. Por otro lado se encuentran taxones hibridogenéticos de peces, constituidos por hembras poliploides, asociados habitualmente a medios acuáticos muy temporales como son los ríos mediterráneos o los del desierto de México. Otra característica es la pequeña distribución de muchos de los endemismos, con áreas de distribución restringidas a una parte de una cuenca, a una sola cuenca o a unas pocas cuencas fluviales. Ello se debe a la formación de las cuencas peninsula- res al final del Plioceno, hace unos dos millones de años. Repasaremos las principales especies de peces, en un orden evolutivo y tenien- do en cuenta si son endémicas y/o están amenazadas. La familia de las lampreas, los Petromizóntidos (vertebrados agnados que no son verdaderos peces), está repre- sentada en España por 3 especies, de las cuales la lamprea de arroyo (Lampetra pla- nari) es exclusivamente fluvial y se halla muy amenazada, con una sola población en ríos de Navarra. La lamprea de río (Lampetra fluviatilis) y la lamprea marina (Petromy- zon marinus) son migradores anadromos (que viven en el mar pero se reproducen en los ríos). La lamprea de río se considera extinguida en España, aunque antes ocupaba la cuenca del Tajo. La lamprea marina ocupa los ríos cantábricos y las zonas de la des- embocadura de diversos ríos del suroeste peninsular y el Ebro. El esturión (Acipenser sturio) es el único representante autóctono en España de los Acipenséridos, una familia de peces óseos primitivos, los Condrósteos. En España hay citas históricas de esturión en numerosos ríos (en Sevilla había una fábrica de caviar, las huevas del esturión), pero actualmente sólo hay datos ya no tan recientes (año 1992) en la desembocadura del Guadalquivir. Es una especie en peligro crítico de extinción en España. Otra especie, el esturión del Adriático, parece ser una especie introducida, aunque ha habido una fuerte controversia al respecto. La anguila (Anguilla anguilla), perteneciente a la familia Anguílidos, es una espe- cie catadroma, ya que que habita los ríos de Europa occidental antes de alcanzar la madurez sexual pero migra para reproducirse en el océano Atlántico, en el mar de los Sargazos, y retorna como larva leptocéfala y angula a las costas y ríos de Europa occi- dental. En España se distribuye por todas las cuencas hidrográficas, aunque la cons- trucción de las grandes presas ha limitado o impedido la posibilidad de completar su migración. Dentro de los Salmónidos autóctonos, debemos destacar dos peces original- mente anadromos (que viven en el mar y remontan los ríos para reproducirse). El La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 69 salmón (Salmo salar) y la trucha común o pintona (Salmo trutta), en la que algunas poblaciones costeras remontan los ríos desde el mar para desovar (los reos) y parte de la población reside permanentemente en agua dulce, la trucha común o fario. El salmón habita los ríos del norte peninsular, del Miño al Bidasoa. Las truchas reos vi- ven en las zonas costeras del norte mientras que las poblaciones residentes en agua dulce se encuentran en aguas frías, limpias y bien oxigenadas, en las zonas medias y altas de los ríos peninsulares. No está presente en la cuenca del Guadiana y algunos ríos de Levante y del sur peninsular La aplicación masiva de las técnicas moleculares ha tenido como consecuencia la descripción de nuevos géneros y especies. Sólo en la familia de los Ciprínidos se han descrito 10 nuevas especies de endemismos ibéricos desde 2003. Cuatro son exclusi- vamente portugueses, mientras que el resto son endemismos españoles, como la Pardilla del Jándula Iberochondrostoma oretanum, el Bagre Squalius laietanus, el Ca- cho del Gallo Squalius castellanus, el Cacho del Guadiaro Squalius malacitanus y el Ca- cho de Levante Squalius valentinus (ver más información en Doadrio, 2002 y Elvira & Almodóvar, 2008). Los Ciprínidos constituyen la familia más diversificada y representativa de la ic- tiofauna dulceacuícola. En España se encuentran especies de siete géneros, cuatro de los cuales (Anaecypris, Barbus, Chondrostoma y Squalius) incluyen un elevado nú- mero de especies endémicas. Destacaremos al jarabugo (Anaecypris hispanica) por ser un endemismo ibérico de distribución muy limitada, pues sólo se encuentra en la cuenca del Guadiana y quizá en la del Guadalquivir. El género Barbus es uno de los más diversificados de la península Ibérica, con al menos ocho especies: el barbo co- mún (Barbus bocagei), barbo comizo (B.comizo), barbo de Graells (B.graellsii), barbo mediterráneo (B.guiraonis), barbo colirrojo (B.haasi), barbo de montaña (B. meridio- nalis), barbo cabecicorto (B.microcephalus) y barbo gitano (B. sclateri). El género Chondrostoma está representado en España por 9 especies. De las 6 más grandes en tamaño, 3 habitan el centro y oeste peninsular, y las otras 3 están li- mitadas al cuadrante nororiental. Las primeras son la boga del Duero (Ch.duriense), que ocupa las cuencas comprendidas entre el Eo y el Duero; la boga de la cuenca del Tajo (Ch. polylepys), y la boga del Guadiana (Ch. willkommii). Los grandes Chondrosto- ma no presentan poblaciones diferenciadas por cuencas fluviales, debido a su capaci- dad de dispersión y a sus migraciones en la época de la reproducción, como también en los barbos. Las dos especies de menor tamaño son la bermejuela (Ch.arcasii) y la pardilla (Ch.lemmingii). La bermejuela vive en el centro y norte peninsular. La pardilla se distribuye por el suroeste de la Península. Las especies pequeñas de Chondrostoma muestran unas poblaciones muy diferenciadas, que no concuerdan estrictamente con las cuencas fluviales ibéricas. Como ejemplo, Doadrio & Elvira (2007) han descrito la que hasta ahora es la última especie de pez fluvial español, la sarda (Achondrosto- ma salmantinum), que sólo vive en una pequeña área de la provincia de Salamanca, en la Cuenca del Duero. La nueva especie está considerada “en peligro” debido a su restringida distribución así como a amenazas como la progresiva reducción de su há- Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 70 bitat debida a la extracción excesiva de agua para la agricultura extensiva y la cons- trucción de diques y presas en los cursos fluviales. Dentro del género Squalius se reconocen en España dos líneas genéticas. La pri- mera representada por el bagre (Squalius cephalus) que vive en la cuenca del Ebro y en las cuencas internas de Cataluña, así como al norte de los Pirineos. La otra línea está integrada por 4 especies endémicas de la península Ibérica: (S. alburnoides), el bordallo (S. caroliterti), la bogardilla (S. palaciosi) y el cacho (S.pyrenaicus). El calandi- no se distribuye por las cuencas de los Tajo, Guadiana, Odiel y Guadalquivir, y presen- ta una reproducción unisexual de tipo hibridogenético. El bordallo y el cacho son es- pecies con reproducción sexual. El primero se distribuye por diversas cuencas del Oeste peninsular. El cacho se encuentra en la zona meridional de la Península (Tajo y tramo final del Ebro hacia el Sur). La bogardilla vive sólo se ha citado en una pequeña parte de la cuenca del Guadalquivir. La familia de los Cobítidos está representada por tres especies endémicas de la Península: la lamprehuela (Cobitis calderoni), la colmilleja (C. paludica) y la colmilleja del Alagón (C.vettonica). La lamprehuela vive en el norte peninsular, en las cuencas del Duero y del Ebro, y más localmente en el Tajo. La colmilleja se distribuye por el centro y sur de la Península. La colmilleja del Alagón es una especie exclusiva de la subcuenca del Alagón, afluente del río Tajo. La familia de los Balitóridos está representado por una especie, el lobo de río (Barbatula barbatula), de amplia distribución en Eurasia central y septentrional y que en España ocupa la zona comprendida entre los ríos Bidasoa y Nervión, en la vertien- te cantábrica, y en la cuenca del Ebro. Los Ciprinodóntidos y Valéncidos son dos familias próximas de Cprinodontifor- mes que presentan dos especies endémicas en España, el fartet (Aphanius iberus) y el samaruc (Valencia hispanica), ambas con una distribución mínima debida en gran par- te a la destrucción de su hábitat típico, albuferas, aguas costeras, marjales, lagunas y charlcas de poca profundidad. El género Aphanius tiene una distribución circunmedi- terránea, mientras que el género Valencia tiene sólo dos especies, el samaruc del Me- diterráneo español y Valencia letoumeouxi, de Grecia. Aphanius muestra dos poblacio- nes bien diferenciadas, una atlántica y otra mediterránea, que para algunos son especies diferentes. La población mediterránea se extiende por aguas próximas a la costa, desde los aiguamolls del aito Ampurdán hasta la albufera de Adra; mientras que la atlántica ocupa desde Cádiz hasta las marismas del Guadalquivir. El samaruc presenta un área de distribución muy restringida, entre el delta del Ebro y el marjal de Pego-Oliva, con sólo 6 o 7 localidades con poblaciones estables. Se trata de uno de los peces fluviales más amenazados. Las familias de los Gasterosteidos, Cótidos y Blénidos incluyen en España espe- cies exclusivamente fluviales. Los Gasterosteidos al espinoso (Gasterosteus gym- nurus), en aguas próximas al litoral cantábrico y mediterráneo, y con una amplia dis- La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 73 larvas, y el terrestre. Anfibios y reptiles están estrechamente ligados a sus hábitats y biotopos de reproducción debido a su escasa movilidad, lo que les hace especialmen- te sensibles a cambios locales concretos que impliquen la alteración, contaminación o destrucción de sus hábitats. La herpetología española ha crecido exponencialmente; por un lado el conoci- miento de la distribución y biología de las especies desde la década de los 80 debido al incremento en el número de herpetólogos aficionados o “profesionales” de las universidades y centros de investigación. También está aumentando el interés de la sociedad y las administraciones nacional y autonómicas por estos grupos de verte- brados, antes olvidados, y de los que se está empezando a comprender su importan- cia como bioindicadores de la salud de los sistemas ecológicos y su papel fundamen- tal en las redes alimenticias y los ecosistemas. Para preparar este texto hemos utilizado fundamentalmente las siguientes pu- blicaciones, teniendo en cuenta que el número de publicaciones recientes sobre los herpetos españoles es enorme. Algunas publicaciones históricamente relevantes son la obra “Distribución y biogeografía de los anfibios y reptiles en España” (Pleguezue- los, 1997), realizada colectivamente por miembros de la Asociación Herpetológica Española (AHE), una asociación fundamental en el estudio y conservación de los anfi- bios y reptiles españoles. El “Atlas y Libro rojo de los anfibios y reptiles españoles” (Pleguezuelos, Márquez & Lizana, 2002), es otra obra colectiva fundamental de la AHE financiada por el Ministerio de Medio Ambiente. Las recientes guías sobre los herpetos españoles como las de Barbadillo et al. (1999), Salvador & García París (2001) y Salvador & Pleguezuelos (2002) son también excelentes. Son también fundamenta- les las monografías de la serie “Fauna Ibérica” del CSIC-MNCN sobre los reptiles espa- ñoles (Salvador, 1998) y sobre los anfibios españoles (García Paris et al, 2004). Como resumen, aunque ligeramente anticuado por la gran cantidad de especies descritas posteriormente, citaremos también el capítulo sobre los anfibios y reptiles españoles de Barbadillo (2002), en el libro La Naturaleza en España (Asensio, 2002). Un buen lugar para conocer las últimas novedades es la página web de la AHE (www.herpeto- logica.org/www.ahe.org) y la de Vertebrados ibéricos del Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC. En el Atlas y Libro rojo de los anfibios y reptiles de España del año 2002 (Plegue- zuelos et al., 2002), se recogían 32 especies de anfibios (10 urodelos, 22 anuros) y 76 de reptiles (9 quelonios, 51 saurios, 3 anfisbénidos, 13 ofidios), considerando sólo las especies autóctonas o de introducción antigua. Esta diversidad específica es la más elevada entre los países de Europa Occidental, lo cual también implica una elevada responsabilidad española en la conservación de la herpetofauna europea. Esta cifra ha aumentado considerablemente desde el año 2002 por la descripción de nuevas especies. Para señalar brevemente las características definitorias de la herpetofauna espa- ñola, deberíamos destacar la riqueza en especies, comparada con otros países euro- Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 74 peos, pero especialmente el número de endemismos, tanto insulares (Baleares y Ca- narias), como de zonas montañosas o incluso cuencas hidrográficas en el caso de los anfibios. España cuanta en la actualidad con al menos 35 especies de anfibios y 87 de reptiles, es decir 122 “herpetos”. El porcentaje de endemismos alcanzaría al menos el 45% de las especies. El desarrollo de nuevas técnicas genéticas y moleculares y una mayor inversión científica y económica, han propiciado cambios recientes importantes en la taxono- mía de los anfibios y reptiles españoles. Numerosas especies de herpetos se han des- crito en los últimos años y la nomenclatura ha cambiado notablemente a nivel gené- rico. Remitimos a la lista patrón actualizada (AHE, 2009, ver web) para el conocimiento de dichos cambios. En la última década se han descritos muchos nuevos taxones (especies y subes- pecies) de anfibios españoles, y se siguen describiendo a un ritmo incluso acelerado. Por ejemplo desde 1993 se han reconocido como especies válidas los anfibios Rana pyrenaica, Alytes dickhillenii, Discoglossus jeanneae, Pelodytes ibericus, Triturus pyg- maeus, Calotriton arnoldi, etc. Entre los reptiles se han descrito Lacerta bilineata Po- darcis atrata, diversas lagartijas del grupo Iberolacerta (Iberolacerta aurelioi, I..aranica, I. bonnali, I. martinezricai e I. galani). Por otro lado Podarcis carbonelli, Psammodromus manuelae, Psammodromus.jeanneae y otras numerosas novedades que están en mar- cha, como la separación de Podarcis hispanica en varias especies ibéricas. Comentare- mos más adelante las novedades más importantes. El número de subespecies descri- tas es también muy alto. Las razones para esta importante riqueza específica se podrían resumir en tres. Primero, la Península Ibérica se encuentra en un lugar biogeográficamente privilegia- do, entre Europa y África, sometida a una larga e interesante historia paleogeográfi- ca, con antiguas etapas de aislamiento del continente europeo, posterior conexión a éste, y conexiones y desconexiones con África. Ello ha favorecido el aumento de su biodiversidad, a través de la colonización por parte de fauna europea y africana, y de la aparición de muchos procesos de especiación por aislamiento, que explican la ele- vada tasa de endemismos para ser, aunque peninsular, un territorio continental. Segunda, la elevada diversidad de reptiles en las Islas Canarias, que albergan 14 especies, casi todas endémicas, algunas conocidas como fósiles desde hace tiempo, pero con poblaciones supervivientes recientemente descubiertas. Y en tercer lugar, la inclusión plena como fauna española de la presente en los territorios transfretanos que España posee en el Norte de Africa (Ceuta, Melilla, Chafarinas, etc.) que con sus escasos 35 km2 de extensión, aportan a la fauna española al menos 4 especies de an- fibios y 10 de reptiles, en la mayoría de los casos especies que solo se encuentran en estos territorios dentro de la entidad administrativa de Europa. Por otra parte, no podemos olvidar las especies introducidas. La introducción de seres vivos fuera de su área de distribución natural representa, tras la pérdida de há- La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 75 bitat, la segunda causa de amenaza a la biodiversidad global (Primack & Ros, 2002). La introducción de seres vivos tiene un impacto negativo sobre las especies autócto- nas a través de la competencia, depredación, contaminación genética, introducción de patógenos, etc. (Pleguezuelos, 2002). El número de especies de herpetos introdu- cidos en España es creciente y preocupante, en especial en cuanto a las especies que se aclimatan como los galápagos de Florida. El problema es especialmente preocu- pante en los archipiélagos balear y canario. En Baleares, al menos 13 de los 16 herpe- tos son introducidas. En las Canarias la relación es de al menos 6 especies introduci- das frente a 14 autóctonas. En las Islas Baleares, la rana verde común ha sido responsabilizada de la casi extinción (Alytes muletensis) o disminución de especies nativas. En la Península Ibérica el número de especies introducidas es de al menos 6 fren- te a las autóctonas (68). A pesar de la gran cantidad de especies introducidas en Iberia, muchas son de introducción antigua y han afectado poco a la herpetofauna autóctona. En la Península, las regiones sureñas, en especial Andalucía, debido a su clima y extensión, albergan el mayor número de taxones introducidos, especialmen- te si se considera a los aclimatados. También en las cercanías de las grandes ciudades, como Madrid, Barcelona o Valencia, por citar algunas, se encuentran un buen número de herpetos introducidos. 1. Los anfibios españoles Se considera actualmente la existencia de 35 especies en el territorio español, incluyendo la Península Ibérica, Baleares y Canarias (donde los anfibios existentes son introducidos) y también a los, al menos, 4 anfibios presentes en los territorios españoles nortefricanos. Algunas especies son dudosas como la especie híbrida Rana grafi. Para la nomenclatura seguimos la lista patrón propuesta por la AHE (2009) que presenta numerosos cambios tanto en género como en especies. De las 35 citadas en España, al menos 12 son endemismos ibéricos (35%) y 5 (11,4%) son endemismos “es- pañoles”, que no se encuentran en Portugal y por tanto España tiene una enorme responsabilidad en su conservación. Los anfibios españoles pertenecen a 7 familias. El Orden Urodelos (los anfibios con cola en estado adulto) sólo tiene una familia en España, los Salamándridos, que incluyen a las salamandras y los tritones. Son 11 especies; dos de ellas, la salamandra moruna (Salamandra algira) y el gallipato (Pleurodeles waltl), en el norte de África. El resto de especies son la salamandra rabilarga (Chioglossa lusitanica), el tritón pirenai- co (Calotriton asper), el tritón del Montseny (Calotriton arnoldi), el gallipato (Pleuro- deles waltl) y la salamandra común (Salamandra salamandra). Recientemente se han producido varios cambios dentro de los tritones típicos, ya que el género Triturus se ha dividido en 3 géneros diferentes. Triturus incluiría ahora a los tritones de mayor tamaño, el tritón jaspeado (T. marmoratus) y el tritón pigmeo (T. Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 78 ya que éstos incluyen en la actualidad sólo un anfibio anuro, el ferreret o sapillo ba- lear y 2 de lagartijas. Otros anfibios endémicos se extinguieron un los últimos cientos de años, probablemente por la introducción de depredadores en las Baleares, como el sapo partero de Menorca, Alytes talaioticus, emparentada con el ferreret, y de un Discoglósido del grupo de los sapillos pintojos. En Baleares existen hasta 13 especies de anfibios y reptiles introducidos y numerosos mamíferos (gastos, ratas, comadreja, etc.) o serpientes. Su impacto ha sido enorme y ha llevado a la extinción o casi extin- ción de varios herpetos. En las islas Canarias no hay anfibios autóctonos dado su carácter volcánico y aislamiento del continente africano y a que los anfibios son malos colonizadores a través del océano. Varias especies de anfibios se han asentado en las Canarias, espe- cialmente la rana verde común (Pelophylax perezi) y la ranita meridional (Hyla meri- dionalis) que podría haber llegado de África directamente o a través de la Península Ibérica. En los territorios del Norte de África existen varias especies de anfibios, en- tre los que destacaríamos a la salamandra norteafricana (Salamandra algira) o el sapo moruno (Bufo mauritanicus) y otras que tienden a separarse específicamente de los de Iberia. Así el sapo partero moruno (Alytes maurus), el gallipato, sapo de espuelas, etc. Con respecto al estado de conservación de los anfibios españoles, tenemos varios niveles que examinar. En cuanto al Catálogo nacional de especies amenaza- das, sólo una especie, Alytes muletensis, el ferreret de Mallorca se considera en peligro de extinción. Salamandra algira, la salamandra norteafricana se considera Vulnerable. Claramente, el CNEA se halla desfasado en el caso de los herpetos con respecto al conocimiento del estado de conservación proporcionado por las cate- gorías de la UICN. Márquez & Lizana (2002) en su revisión de las categorías del libro rojo (en Pleguezuelos, 2002) y la posterior revisión de la AHE de 2004, recogen a una especie de anfibio en Peligro crítico, 3 en peligro de extinción, 8 vulnerables y 10 Casi amenazadas. El ferreret es un endemismo de la isla de Mallorca, con una distribución actual limitada a una reducida área de la Sierra de Tramontana. Todas las localidades conoci- das se incluyen en una pequeña área de cañones cársticos. La regresión del ferreret se debió históricamente a la introducción antrópica de fauna, en especial la culebra de agua viperina (Natrix maura) y la rana verde común (P. perezi). Se la considera en Peligro crítico (CR). Sin embargo, se ha propuesto su paso a Vulnerable por el gobier- no balear (AHE, 2005) debido a la mejora en su estado de conservación. El ferreret ha sido objeto de un plan de recuperación desde mediados de los 80. Anfibios en peligro de extinción (AHE, 2005) son Rana pyrenaica, elevada desde Vulnerable, Salamandra algira (que se mantiene como EN) y Rana dalmatina. Entre las vulnerables, citaremos a Chioglossa lusitanica, Salamandra salamandra, Mesotriton al- pestris, Triturus pygmaeus, Alytes dickhillenii, Rana iberica y Bufo viridis o Bufo baleari- cus, según se considere a nivel de especie o no. La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 79 Rana pyrenaica es endémica de la región pirenaica centro-occidental (Navarra y Aragón). Las localidades conocidas se han hallado en la vertiente sur de los Pirineos. Es una especie torrentícola, que suele vivir en aguas corrientes frías, oxigenadas, poco eutróficas y sin presencia de truchas, y en fuentes, abrevaderos, aljibes y char- cas con renovación hídrica. Rana dalmatina, la rana ágil, tiene una pequeña población española que constituye el borde suroccidental de distribución de la especie, y que se encuentra severamente fragmentada con un declive continuo en la extensión y cali- dad del hábitat y en el número de subpoblaciones. Con respecto a Salamandra algira, tiene una distribución exclusivamente norteafricana, Ha sido descubierta reciente- mente en Ceuta. Debido a su distribución puntual y muy localizada, y con reducidos efectivos poblacionales, es extremadamente frágil y vulnerable. Diversas especies consideradas en 1992 como No amenazadas “NA” han aumen- tado su categoría de amenaza a Vulnerable “VU” al disponerse de una información más detallada sobre su distribución, estado de las poblaciones (Márquez & Lizana, 2002; AHE, 2005) y/o haberse detectado un fuerte declive en los últimos años. Entre los anfibios Salamandra salamandra, con numerosas poblaciones amenazadas y Rana iberica, con un notable descenso en su número de poblaciones y abundancia en gran parte de su distribución. Otros cambios son menos drásticos, pero están en la línea del aumento de amenaza desde la categoría de no amenazado “NA” a casi amenaza- do “NT”. Entre los anfibios se hallan Calotriton asper, Pleurodeles waltl, Alytes cister- nasii, A obstetricans y Discoglossus jeanneae. Con respecto a la directiva de Hábitats, 4 especies se encuentran en el Anexo II. y se consideran de interés prioritario por ser endémicas y estar muy amenazadas. Para su conservación es necesario designar Zonas de Especial Conservación (ZECs). Dieciséis anfibios españoles se encuentran catalogadas como de interés comunitario que requieren una protección estricta (anexo IV). 2. Los reptiles españoles Se han citado 87-88 especies de reptiles en el territorio español. La cifra es difícil de concretar pues por un lado se están describiendo constantemente nuevas espe- cies de lagartijas ibéricas y canarias (también eslizones) mediante técnicas molecula- res, pero también porque incluimos en esta lista a las especies de los territorios nor- teafricanos y a las tortugas marinas que se encuentran, pero no nidifican, en las costas españolas (salvo una especie, la tortuga boba, que lo hace puntualmente). Los reptiles pertenecen a grupos muy variados morfológicamente como son las tortugas, lagartos, serpientes, eslizones, camaleones, etc. Los Quelonios o tortugas españoles son 9 especies, prácticamente todas amenazadas en diverso grado, y que incluyen 5 tortugas marinas, Chelonia mydas, Eretmochelys imbricata, Lepidochelys kempii, Dermochelys coriacea y Caretta caretta. Sólo la tortuga boba (Caretta caretta) se reproduce todavía puntualmente en las costas españolas. Existen también 2 tortu- Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 80 gas terrestres en la Península y Baleares, la tortuga mora (Testudo graeca) y la tortuga mediterránea (T. hermanni); y dos galápagos o tortugas acuáticas de agua dulce. El galápago común (Mayremys leprosa) y el europeo (Emys orbicularis). También hay di- versas tortugas exóticas introducidas, en número y cantidad creciente, entre las que destaca por su presencia el galápago de Florida o tortuga de orejas rojas (Trachemys scripta). Ninguna tortuga es endémica del territorio español, pero resultan de interés prioritario desde el punto de vista de la conservación. El otro gran grupo de reptiles son los Escamosos, con diversos grupos y familias. Un grupo peculiar es el de los Anfisbénidos, reptiles sin patas con aspecto de lombriz, cavadores y ciegos. En nuestra fauna encontramos 3 especies; en la Península la cule- brilla ciega (Blanus cinereus) y 2 en el Norte de África, la culebrilla ciega de Tánger (Blanus tingitanus) y la culebrilla mora (Trogonophis wiegmanni). La familia de los Camaleones está representada por el camaleón común (Cha- maeleo chamaeleon) del sur de Iberia y Norte de África. La familia Ánguidos incluye en la Península Ibérica una sola especie ápoda, sin patas, con aspecto de serpiente. Es el lución o culebra de cristal (Anguis fragilis) dada la capacidad de autotomizar su cola. No se halla en Baleares o Canarias. La familia de los eslizones (Escíncidos) se compone de 12 especies, al menos 2 en la Península ibérica, Chalcides striatus y el endemismo ibérico Chalcides bedriagai; 3 especies endémicas de Canarias, la lisneja (Chalcides simonyi), la lisa variable (Ch. sexli- neatus) y la lisa dorada (Ch.viridanus); y al menos 7 especies en los territorios del nor- te de África o transfretanos (Novoumeces algeriensis, Chalcides colosii, Ch.mauritani- cus, Ch.minutus, Ch.ocellatus, Ch. parallelus y Ch. pseudostriatus). Las salamanquesas o gecos (familia Gecónidos o Gekónidos) presenta al menos 7 especies en territorio español, 2 de ellas en la Península y Baleares, la salamanquesa común (Tarentola mauritanica) y la rosada (Hemidactylus turcicus). En Canarias hay al menos 4 especies endémicas del archipiélago, el perenquén o salamanquesa majore- ro (Tarentola angustimentalis), perenquén de Boettger (T. boettgeri), perenquén co- mún (T.delalandii) y el pracan o perenquén de Gomera (T. gomerensis). Por último, hay al menos una especie en el Norte de África e isla de Alborán, el geco de Alborán (Saurodactylus mauritanicus). La familia de los Agámidos (familia típicamente africana) incluye 1 especie de la- garto africano, el agama de Bibrón (Agama impalearis) en Melilla y Norte de África. La familia de los Lacértidos (lagartijas y lagartos típicos) consta al menos de 36 especies, aunque este número sigue aumentando con las descripciones recientes y las previs- tas de nuevas especies. Al menos 22 especies se encuentran en la Península Ibérica., Una es exclusiva de las islas Columbretes, frente a Castellón (Podarcis atrata, antes subespecie de P.hispanica). Al menos 8 especies son lagartos endémicos de Canarias (género Gallotia), 2 endémicas de Baleares y 2 introducidas; y 2 lagartijas del Norte de África (Podarcis vaucheri), antes subespecie de P. hispanica) y el lagarto ocelado del Atlas (Lacerta tingitana) que se encuentra en Melilla. La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 83 tos, ratas, etc.) supuso romper el frágil equilibrio de las islas, afectando especialmen- te a las especies más vulnerables o quizá apetecibles (como los lagartos gigantes). La intensa depredación que ejercen las ratas, los perros y, sobre todo, los gatos sobre los lagartos herbívoros gigantes, unidos al pequeño tamaño de puesta y a la tardía madurez reproductora, han llevado a una situación crítica a Gallotia auaritae, G. bravoana, G. intermedia o G. simonyi. Los recientes descubrimientos de algunas espe- cies que se suponían extintas hasta ahora en islas como Tenerife, La Gomera o La Palma y el establecimiento de planes de recuperación para las especies más amena- zadas, los lagartos gigantes del Hierro y Gomera muestran la actividad a favor de la protección de estas especies. Las islas Baleares recogen en las islas principales e islotes al menos 13 especies de herpetos actuales, 3 autóctonas y 10 introducidas. Las autóctonas son la represen- tación actual de la exclusiva fauna plio-pleistocénica de vertebrados terrestres que ocupó las islas antes de la llegada del hombre. Son el ferreret y 2 lagartijas endémicas, Podarcis lilfordi y P.pityusensis. Como especies introducidas por el hombre están la ranita meridional, la rana verde común, la lagartija de Marruecos, la lagartija italiana, el galápago europeo y ambas tortugas terrestres, la mora y la mediterránea. Entre las serpientes introducidas están la culebra viperina, la culebra de escalera y la culebra de cogulla. En los territorios españoles del Norte de África: Ceuta, Melilla, Islas Chafarinas, Peñón de Alhucemas y Peñón de Vélez de la Gomera podemos señalar una alta rique- za de especies (se han citado al menos 11 especies) en una superficie muy pequeña y en general una alta densidad de población. Entre las especies de Ceuta podemos citar a Salamandra algira (en peligro), Hyla meridionalis, varios Chalcides., Blanus tingitanus, Trogonophis wiegmanni, Testudo graeca, Mauremys leprosa, Chamaeleo chamaeleon, Hemorrhois hippocrepis, y como tortugas marinas Caretta caretta y Dermochelys coria- cea. La información sobre Melilla, Chafarinas, etc.,revela que hay varios reptiles de dudosa presencia actual como Lacerta tangitana, Psammodromus blanci, Mesalina oli- vieri, Mesalina guttulata, Psammophis schokari y Vipera latasti. Las islas Chafarinas con varias especies de Chalcides es Zona de Interés Herpetológico Importante en el Inven- tario de las Áreas Importantes para los Anfibios y Reptiles de España. 3. Estado de conservación de los reptiles según las categorías UICN El libro rojo de los reptiles españoles se actualizó por Márquez & Lizana (2002) y posteriormente la AHE ha revisado dichas categorías en el año 2005. Cinco especies se encuentran en peligro crítico CR, 6 en peligro (EN), 12 son Vulnerables (VU) y 10 Casi amenazadas (NT). Varios taxones se hallan en Peligro Crítico “CR”. Entre ellos la tortuga laud, la tortuga carey Eretmochelys imbricata y el lagarto canario Gallotia si- monyi. La tortuga marina Caretta caretta, Testudo graeca, Testudo hermanni y Chelo- nia mydas se hallan en peligro de extinción “EN”. Diversos taxones se hallan en la Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 84 categoría de Vulnerable “V”, como Emys orbicularis, Chalcides mauritanicus, Ch.para- llelus, Ch. simonyi, Podarcis lilfordi, Algyroides marchi y Lacerta bonnali. Algunas especies recientemente descritas se hallan también amenazadas. En los reptiles se consideran en peligro crítico (CR) a Iberolacerta martinezricai, Iberolacerta aranica (Pirineos), Gallotia intermedia (Tenerife) y Gallotia bravoana (Gomera). Ibero- lacerta aurelioi, también de reciente descripción, se cataloga en un grado de amenaza menor, en peligro “EN”. Diversas especies consideradas en 1992 como no amenazadas “NA” han aumen- tado su categoría de amenaza a vulnerable “VU” Son los eslizones Chalcides colosii y Ch. pseudostriatus. También en el galápago Mauremys leprosa, considerado anterior- mente común, se aprecia un notable declive. En el mismo sentido podemos señalar a Podarcis atrata, pasando de NA a Vulnerable “VU”. Diversos reptiles se consideran casi amenazados “NT”, como Chalcides bedria- gai, Iberolacerta monticola, Lacerta schreiberi o Zootoca vivipara. Especialmente signi- ficativo es el caso de dos serpientes, Macroprotodon brevis y Vipera latasti. Como casos más significativos en cuanto a la disminución en su categoría de amenaza, está el del Camaleón, que ha pasado de considerarse en peligro de extin- ción en 1992 a la categoría de casi amenazado “NT”. El amplio número de expertos consultados avala este brusco cambio. Por otro lado, Lacerta agilis ha pasado de vul- nerable “V” a casi amenazado “NT” y Podarcis pityusensis ha pasado de rara “R” a vulnerable “VU”. 4. Los anfibios y reptiles introducidos en España En el territorio español, para tratar a las especies de anfibios y reptiles introduci- das debe considerarse la época de su introducción, y su estatus reproductor en la naturaleza. Hay un grupo de especies de introducción antigua que se remonta en al- gunos casos hasta el Neolítico. Son el sapillo pintojo, sapo moruno, tortuga mora, camaleón común y lagartija italiana en la Península Ibérica; sapo verde, ranita meri- dional, rana común, galápago europeo, tortuga mora, tortuga mediterránea, sala- manquesa común, salamanquesa rosada, lagartija italiana, lagartija de Marruecos, culebra de escalera, culebra de cogulla, culebra viperina, en las Islas Baleares; ranita meridional, rana común y salamanquesa rosada, en las Islas Canarias. El grupo de especies de introducción reciente comprende a aquellas que llega- ron a nuestro territorio en la últimas décadas: rana toro, galápago americano o de Florida, perenquén de Boettger, lagartija de la Pitiusas, en la Península Ibérica; ga- lápago americano, lagartija cenicienta, en los territorios españoles del Norte de Áfri- ca; rana magrebí, iguana común, correcaminos arleguín, en las Islas Canarias; lagartija colilarga en las Islas Baleares; sapo común, en los dos archipiélagos. La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 85 Poblaciones de algunas especies han sido traslocadas dentro de España a comar- cas o regiones donde no se conocía su presencia de forma natural. Es el caso del ga- llipato, tritón alpino, tritón palmeado, tritón jaspeado, ranita meridional, sapo común, lagartija cenicienta, lagarto verde, galápago leproso, dentro de la Península Ibérica; sapo verde, lagartija de las Pitiusas, lagartija balear, dentro de las Islas Baleares; lisa dorada, lagarto atlántico, lagarto tizón de La Gomera y El Hierro, lagarto tizón, lagar- to de Gran Canaria, dentro de las Islas Canarias. Además, se han econtrado hasta 28 especies no nativas en la naturaleza (5 anfi- bios, 23 reptiles), pero solo como especies aclimatadas, puesto que no se han encon- trado pruebas de su reproducción. La mayoría de ellas son especies típicas utilizadas como animales de compañía. Las regiones españolas con el mayor número de espe- cies no nativas fueron las insulares, las islas Baleares y las Canarias. La mayoría de las especies no nativas en esas islas fueron introducidas durante el Neolítico y la Edad Antigua (por ejemplo, 13 de las 16 especies no nativas en las Islas Baleares). Especies con un importante tamaño corporal y/o significado religioso para las culturas anti- guas (por ejemplo, quelonios, ofidios), fueron introducidas deliberadamente, mien- tras que lo contrario sucedió para las especies con pequeño tamaño corporal (gecos, lagartijas). En conclusión, el escenario para la problemática de las especies de anfibios y reptiles introducidos en España no es aún dramático, pero medidas administrativas podrían y deben ser tomadas para controlar o erradicar estas especies, especialmen- te en el caso de las invasoras, como el galápago americano. VIII.  LAS AVES ESPAÑOLAS La avifauna española es una de las más ricas e interesantes de Europa. Las aves son los vertebrados terrestres más numerosos en España (aprox. 521 especies), aun- que por detrás de los peces marinos. Para este trabajo-resumen utilizaremos princi- palmente los datos del Atlas de las aves de España (Purroy, 1997), el Atlas nacional de las aves reproductoras (Martí & del Moral, 2003); y el Libro rojo de las aves de España (Madroño et al., 2004) así como el capítulo de aves del libro “La naturaleza en Espa- ña” de de Juana (2002). La mayor parte de los atlas y trabajos generales sobre las aves españolas se refieren únicamente a las aves reproductoras o nidificantes en el territorio español, pero no olvidemos que también hay numerosas especies migrato- rias de paso o que vienen a invernar o a estivar, pero no se reproducen aquí. Cuantificar el número exacto de aves españolas es por tanto una empresa difícil, ya que depende de criterios geográficos, del concepto de especie y del grado de co- nocimiento y estudio del territorio. La cifra ha ido aumentando desde que Francisco Bernis publicara en 1954 la primera lista patrón de las aves españolas (incluyendo Baleares y Canarias). Bernis citaba 404 especies, mientras que en el atlas de Purroy (1997) se da la cifra total de 521. En el último atlas nacional (Martí & del Moral, 2003) Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 88 Toda una serie de aves canarias se hallan más o menos diferenciadas de las con- tinentales y existen dudas sobre si considerarlas subespecies o verdaderas especies. Citaremos algunas como el reyezuelo tinerfeño o canario, el mosquitero canario, las razas insulares del pinzón vulgar o el herrerillo. La gran variedad de altitudes, hábitats y paisajes determinan una avifauna diversa para cada isla canaria y otras especies comunes a todas ellas, como el cernícalo vulgar, el triguero, la tarabilla canaria o la chova piquirroja. Diversas especies migratorias recalan en las Canarias, algunas regu- lar y otras accidentalmente. Varias aves de climas desérticos africanos ocupan las is- las más orientales, como el corredor sahariano y la avutarda hubara. Varias aves ma- rinas son únicas en España, por ejemplo el petrel de Bulwer, la pardela pichoneta, la pardela chica, el paíño de Madeira y el paíño pechialbo. Entre las aves de las Baleares de mayor interés figuran las aves marinas, en espe- cial una especie considerada endémica y en peligro de extinción, la pardela balear. Los acantilados costeros de las islas Baleares concentran las zonas de reproducción del halcón de Eleonora. Otras especies a destacar son la curruca sarda, que sólo vive en Cerdeña y Baleares, y que presenta en Baleares una subespecie endémica (Sylvia sarda balearica). Existen otras aves diferenciadas como el papamoscas gris. Las aves que nidifican de manera regular en las Baleares no llega al centenar de especies. Pue- den desatacarse algunas marinas como la pardela cenicienta, paíño europeo, cormo- rán moñudo, gaviota de Audouin y dos aves rapaces ligadas al mar, el águila pescado- ra y el halcón de Eleonora. 2. El estado de conservación de las aves españolas Utilizaremos aquí principalmente los datos del libro rojo de las aves españolas (Madroño et al., 2004), mostrando sólo algunos ejemplos de la aves más amenaza- das, en peligro crítico o en peligro de extinción según las categorías de la UICN, dado el gran número de especies que impide un comentario detallado de todas ellas. Dos aves españolas endémicas se han extinguido desde el siglo XIX: el ostrero canario (Haematopus meadewaldoi) y la tarabilla canaria (Saxicola dacotiae murielae) subespecie de las islas de Montaña Clara y Alegranza. El resto de los taxones extingui- dos lo eran a nivel regional, y aunque ya no forman parte de la avifauna española so- breviven en otras regiones. El 25% de la avifauna reproductora española (391 taxa, considerando especies y subespecies) se considera amenazada en diversas catego- rías (CR, EN, VU), el 8% (32 taxa) “Casi Amenazadas” (NT), y el 6% (25 taxa) se halla en la categoría de “Datos Insuficientes” (DD). Los 15 (3,8%) taxones de aves considerados según las categorías UICN como en Peligro Crítico tienen un alto riesgo de extinción en un futuro próximo (probabilidad >50% en las próximas tres generaciones). Comentaremos muy brevemente la situa- ción de las especies más amenazadas (CR y EN) y/o emblemáticas, especialmente aquellas que sean endemismos españoles o ibéricos. Entre ellos destacan los ende- La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 89 mismos españoles de Baleares o Canarias, para los que España tiene un alto grado de responsabilidad pues su extinción supondría una extinción global. Son la pardela ba- lear (Puffinus mauretanicus), el alimoche canario o guirre (Neophron percnopterus majorensis), la subespecie canaria de terrera marismeña (Calandrella rufescens) y el pinzón azul de Gran Canaria (Fringilla teydea polatzeki). FIGURA 5 Datos alusivos al número de taxones de aves amenazadas. Tomado del Libro rojo de las aves españolas (Madroño et al, 2004) El águila pescadora (Pandion haliaetus), En Peligro Crítico, tiene una amplia po- blación mundial. En España tiene una población muy pequeña (años 2001-2002) de unas 30-38 parejas repartidas por los archipiélagos balear y canario). La pardela balear (Puffinus mauretanicus) se halla En Peligro Crítico. Su distribu- ción se restringe a las islas Baleares (islotes e islas mayores). Las principales amena- zas las constituyen los depredadores terrestres y la presión pesquera. Las causas son el declive de la población (7,4% anual), un área de ocupación efectiva inferior a 10 km2 y un tamaño poblacional que no supera las 2.000 parejas reproductoras. El avetoro común (Botaurus stellaris) se halla En Peligro Crítico. Tiene una pobla- ción fluctuante y en declive, inferior a 25 territorios. Ha desaparecido como reproduc- tor de numerosas zonas españolas en especial las marismas del Guadalquivir y el del- ta del Ebro. El ánsar campestre de la tundra (Anser fabalis rossicus) se considera En Peli- gro Crítico. Era la especie de ánsar más común en gran parte de España en la pri- Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 90 mera mitad del siglo XX, con una única población invernante en Zamora a finales de los años sesenta, población que prácticamente ha desaparecido durante el in- vierno del 2000/2001. En los últimos 25 años se han producido sólo citas aisladas y puntuales. El tarro canelo (Tadorna ferruginea), En Peligro Crítico, se ha extin- guido como reproductor y prácticamente como visitante post-reproductor en el sur de la península Ibérica. Conserva una población nidificante inferior a seis pa- rejas en Fuerteventura. La subespecie de alimoche canario (Neophron percnopterus majorensis), En Peli- gro Crítico, conocida localmente como “guirre” ha sufrido a partir de la década de 1950 un rápido proceso de desaparición en prácticamente todo el archipiélago, don- de tan sólo quedarían 25-29 parejas: una en Lanzarote, otra en Alegranza y una última población en Fuerteventura, que aglutina a más del 90% de la población total, unos 130 individuos. Otros taxones, como la cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris) tienen aproximadamente un tercio de la población mundial en territorio español. La cerce- ta pardilla se halla En Peligro Crítico pues ha sufrido una drástica disminución pobla- cional (notablemente entre los años 1950 y 1990) en sus núcleos principales en An- dalucía y Levante, habiendo desaparecido prácticamente como reproductor del PN de Doñana. La pequeña población de 30-200 parejas fluctúa considerablemente en tamaño según los años, y está concentrada en pocos sitios afectados por serias amenazas. Algo parecido sucede con la focha moruna (Fulica cristata), aunque implicando la extinción de la especie en Europa. Otras especies están muy amenazadas en España pero tienen una amplia distribución geográfica europea o mundial, como el porrón pardo (Aythya nyroca), tarro canelo (Tadorna ferruginea), avetoro (Botaurus stellaris), torillo (Turnix sylvatica), arao común (Uria aalge), ánsar campestre (Anser fabalis ros- sicus) y alcaudón chico (Lanius minor). La focha moruna (Fulica cristata) se halla En Peligro Crítico. Cuenta en España con una población inferior a 250 individuos maduros. En la década de 90 dejó de reproducirse en las marismas de Doñana, y las pocas parejas se hallan en varios humedales de Cádiz. Su estado se debe a una combinación de factores, sobre todo la pérdida de calidad del hábitat y la caza accidental por confusión con la focha común. El torillo andaluz (Turnix sylvatica) se halla también En Peligro Crítico y no hay prácticamente datos en España. La forma mediterránea se encuentra en Marruecos y recientemente hay algunos avistamientos en Andalucía. Si no está extinto, podría estarlo en pocos años. El porrón pardo (Aythya nyroca) sufre una drástica disminución poblacional, es- pecialmente en su núcleo principal en las marismas del Guadalquivir, y casi se ha ex- La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 93 cionales es otro factor desfavorable. El alimoche común (Neophron percnopterus), En Peligro, mantiene en España la mayor población de todo el Paleártico occiden- tal y una de las más importantes del mundo. En España se estima que un mínimo del 25% de territorios se han perdido entre 1987 y 2000. Las amenazas principales son los venenos, disminución de presas potenciales, mortalidad en migración e invernada. Varias aves canarias propias de zonas esteparias y abiertas se hallan en peligro; son la avutarda hubara (Chlamydotis undulata fuertaventurae) que habita en Fuerte- ventura y está amenazada principalmente por la destrucción y alteración del hábitat, así como por las molestias antrópicas. También pueden citarse en Canarias al corre- dor sahariano (Cursorius cursor) y dos subespecies canarias del alcaraván común (Bur- hinus oedicnemus insularum y B.o.distinctus) Otras especies son emblemáticas de nuestra avifauna, a pesar de no estar tan amenazadas como las anteriores. Por ejemplo casi todas las rapaces se hallan en la categoría de Vulnerable. Destaquemos también a la cigüeña negra (Ciconia nigra), Vulnerable por tener una pequeña población reproductora de aproximadamente 322 parejas seguras distribuidas en el centro y sur occidental de la península Ibérica. El buitre negro (Aegypius monachus) es Vulnerable. Ha aumentado una importante re- cuperación en las últimas décadas, alcanzando en 2001 unas 1.334 parejas. En Andalu- cía la tendencia es negativa, debido al envenenamiento de ejemplares. La disminu- ción del conejo, causada por las enfermedades, afecta su disponibilidad como presa para varios depredadores. Dos aves esteparias se hallan en la categoría de vulnerables, la avutarda y el si- són. La avutarda común (Otis tarda) de amplia distribución Paleártica y que en España se distribuye principalmente por las dos submesetas y, de forma marginal en los va- lles de los ríos Guadalquivir y Ebro. La población actual se estima en 23.000 indivi- duos, la mayor parte en Castilla y León (46%), seguida de Extremadura (30%), Castilla- La Mancha (16%) y Madrid (5%). El sisón común (Tetrax tetrax) ha sufrido un fuerte declive en los últimos 20 años. Las amenazas están en la intensificación de la agricul- tura y cambios en las prácticas agrícolas tradicionales. La subespecie española de la perdiz pardilla (Perdix perdix hispaniensis) se consi- dera Vulnerable. Esta especie, de la que se permite su caza en varias autonomías a pesar de su delicado estado, se distribuye en 3 núcleos montañosos de la cordillera Cantábrica, el Sistema Ibérico y Pirineos. Las poblaciones se van aislando lo que po- dría conducir a la extinción local. Las amenazas se relacionan con el declive de las prácticas agropecuarias tradicionales de montaña lo que provoca la recolonización matorral y forestal. Las principales amenazas para las aves españolas amenazadas (128 taxa en las categorías CR EN, VU y NT) pueden resumirse en varios apartados (Madroño et al, 2004): Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 94 — Destrucción o pérdida de hábitat: Es la amenaza que afecta a un mayor núme- ro de taxones (90) entre los que destacan a 8 En Peligro Crítico: el porrón pardo, terrera marismeña, focha moruna, alcaudón chico, cerceta pardilla, pardela balear y torillo. Además, para 62 taxones, esta amenaza se conside- rada como de importancia alta. — Molestias humanas: son variadas (actividades deportivas, observación o foto- grafía de fauna, paseos, circulación fuera de pistas, recoger leña o setas, etc.). Afecta a 53 taxa, de los cuales 4 están como en peligro crítico CR; la terrera marismeña, pinzón de Gran Canaria, alimoche canario y águila pesca- dora. Para el 36% de los taxones la importancia de la amenaza es Alta. — Abandono agrícola e intensificación agrícola y ganadera: La agricultura intensi- va con roturación de nuevas tierras, destrucción de lindes y setos, arado pro- fundo, aumento de los fitosanitarios, puesta en regadío, etc. supone la des- trucción de lindes y roturación de eriales, afectando especialmente a las aves esteparias y del secano cerealista. Se ven afectados 52 taxones, entre ellos 3 taxones CR y otros 18 EN; entre ellos el cernícalo primilla (Falco naumanni), avutarda (Otis tarda), sisón (Tetrax tetras), ganga y ortega y terrera marisme- ña (Calandrella rufescens). — Causas naturales: Se incluyen aquí factores ecológicos naturales como la de- predación, la competencia interespecífica u otras interacciones entre espe- cies, que normalmente no suponen una amenaza, pero en taxones con distri- bución y poblaciones muy reducidas puede incrementar la posibilidad de extinción. Siete taxa En Peligro Crítico CR se encuentran en esta situación, entre ellos el pinzón de Gran Canaria, alcaudón chico, torillo y arao. — Caza insostenible o ilegal: la caza ilegal o furtiva (recordemos que varias co- munidades autónomas incumplen todavía la directiva de aves, al permitir el uso de métodos masivos o no selectivos, caza en periodos reproductores, reclamos, etc.) supone una amenaza adicional para taxa en estado crítico CR como el avetoro, alimoche canario y águila pescadora, y para otras emblemá- ticas como el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) o el águila perdicera (Hieraaetus fasciatus). En este apartado podríamos incluir también el crecien- te uso ilegal de venenos para combatir a los depredadores como una perver- sa práctica “cinegética” en la gestión de cotos y que afecta sobre todo a aves carroñeras como el buitre negro y leonado, y a rapaces como el milano real, busardo ratonero, águila imperial y muchas otras especies en menor grado. — Competencia y depredación por especies introducidas: aquí se incluyen espe- cies introducidas de aves, peces y mamíferos que depredan o compiten con las aves locales, como los animales domésticos asilvestrados o no. Esta es una amenaza frecuente en las aves marinas y en la avifauna canaria en gene- ral. Las cuatro especies en estado Crítico afectadas son la terrera marisme- La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 95 ña, pinzón de Gran Canaria, focha moruna y pardela balear. Otras 19 espe- cies catalogadas como En Peligro (EN) también se ven afectadas por esta amenaza. — Electrocuciones o colisiones en tendidos eléctricos e infraestructuras: los tendi- dos eléctricos afectan a 24 taxones, teniendo para 10 de ellos una importan- cia alta. Las especies más afectadas son rapaces y aves grandes y de vuelo lento como la avutarda y el sisón. Tres especies en estado crítico (CR) se ven afectadas, el avetoro, quebrantahuesos y águila pescadora. Las amenazas causadas por otras infraestructuras (parques eólicos, carreteras, etc.) afec- tan a un amplio número de taxones. El resto de amenazas (mala gestión del hábitat, quema de rastrojos, reforesta- ciones, deforestación, destrucción o degradación de riveras, abandono de explota- ciones salinas, contaminación lumínica y colisión con alambradas) afectan individual- mente a menos de 20 especies, aunque específicamente a algunas especies en peligro como el veneno para el alimoche canario y el milano real. IX.  LOS MAMÍFEROS ESPAÑOLES Hemos utilizado para este resumen básicamente la información contenida en el Atlas de los mamíferos terrestres de España (Palomo & Gisbert, 2002) y la amplia- ción del mismo “Atlas y libro rojo de los mamíferos terrestres de España (Palomo, Gisbert & Blanco, 2007) que como su título indica incluye una revisión de las catego- rías UICN (Libro Rojo). En estas publicaciones no se recoge información sobre los mamíferos marinos españoles (Cetáceos). También se ha utilizado el capítulo de Delibes & Gisbert (2002) sobre los mamíferos españoles en el libro de Díaz Pineda et al (2002). Los mamíferos constituyen un grupo de vertebrados terrestres de amplísima dis- tribución geográfica y diversidad morfológica. Se han descrito algo más de 5.400 es- pecies en toda la Tierra y algunos autores indican la cifra de trabajo de 6.000 espe- cies, al tiempo que es evidente que probablemente queden muchos micromamíferos por descubrir en regiones tropicales y/o remotas. Como en el resto de vertebrados, cuando hablamos de los mamíferos españoles nos referimos al área peninsular, los archipiélagos balear y canario y los territorios norteafricanos. La información disponible es mucho más amplia para los mamíferos terrestres que para los marinos, aunque éstos sean pocas especies en comparación y difíciles de adscribir administrativamente al territorio español. Por último existen di- versos mamíferos introducidos o domesticados (hasta 8 especies). Las comunidades de mamíferos españolas son consecuencia de la historia geoló- gica y biogeográfica, la ubicación geográfica y su climatología. La Península Ibérica Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 98 las focas (Fócidos), hasta 6 especies, que visitan ocasionalmente nuestras costas, pero que ya no crían en ellas desde hace muchas décadas. La foca monje del Medite- rráneo sería una especie prioritaria pues prácticamente ha desaparecido de las costas españolas, aunque criaba con regularidad hasta la primera mitad del s. XX en las cos- tas mediterráneas y las Baleares. Los Ungulados comprenden los mamíferos que tienen pezuñas y se dividen en los Artiodáctilos y los Perisodáctilos. No existen actualmente en España Perisodácti- los silvestres y entre las formas domesticadas están los caballos, burros, asnos y mu- las. En los Artiodáctilos encontramos especies salvajes y domesticadas como los cer- dos, cabras, ovejas y vacas. Las 6 especies silvestres (autóctonas) existentes son el jabalí, 2 cérvidos (ciervo, gamo), 1 capreólido (corzo), 2 bóvidos (rebeco y cabra mon- tés). Todos ellos tienen gran interés cinegético, lo que condiciona claramente su dis- tribución y abundancia. El orden de los Roedores es el más abundante en especies a nivel mundial. Su alimentación es básicamente herbívora, aunque existen especies granívoras, frugívo- ras y forrajeras, y omnívoras. En España se incluyen 20 roedores autóctonos en la Península Ibérica, 4 especies transfretanas y 4 introducidas. Destaquemos a la ardilla roja (Sciurus vulgaris) como especie emblemática de las zonas forestales; 2 especies de lirones (género Glis; gris y careto), 8 topillos (6 Microtus, Clethrionomys, Chionomys, Micromys…), 2 ratas de agua (Arvicola), 5 especies de ratones (Apodemus, Mus) y dos de ratas (Rattus). El orden de los Lagomorfos incluye 3 especies de liebres (gén. Le- pus) presentes en Iberia, y el conejo (Oryctolagus cuniculus), una especie clave por ser la presa fundamental en los ecosistemas mediterráneos para diversos depredadores muy amenazados como el lince ibérico o el águila imperial. Las enfermedades intro- ducidas en esta especie, neumonía hemorrágica vírica y mixomatosis, han supuesto la práctica desaparición del conejo en numerosas zonas peninsulares, con el consi- guiente declive de sus depredadores especializados. 1. Las especies introducidas Diversas especies han sido introducidas en España en diversos momentos histó- ricos, podemos citar a los gamos, ratón moruno, gineta, meloncillo, aunque la época de su llegada o introducción no es bien conocida. Otras especies, parecen haber lle- gado de Asia en la Edad Media como la rata gris (propagadora de la peste) o después de las guerras napoleónicas, como la rata negra. En cualquier caso, son especies que llevan en nuestro país el suficiente lapso de tiempo como para ser consideradas nati- vas o autóctonas. En cierto modo, la consideración de una especie como alóctona o invasora se basa en criterios exclusivamente de tipo temporal. En ocasiones se conoce con detalle tanto la fecha como la vía de entrada; éste es el caso de la ardilla moruna y del visón americano, cuyas poblaciones actuales proce- La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 99 den de ejemplares escapados de cautividad. Otras, como la marmota, la rata almizcle- ra o el coipú, han entrado a la península desde Francia, a través del País Vasco o por los Pirineos. En otras ocasiones las poblaciones foráneas son fruto de introducciones cinegéticas recientes llevadas a cabo por el ser humano, como en el caso del muflón y el arruí. El visón americano (Neovison vison) es una especie invasora en expansión que está afectando muy negativamente a otras especies de vertebrados. Especie norte- americana introducida para su cría por para la industria peletera y semiacuática, pue- de encontrarse en las cercanías de cualquier medio ribereño. Las primeras poblacio- nes españolas proceden de una granja del Espinar (Segovia), la primera instalada en España y de la que escaparon los primeros ejemplares hacia 1958. Es una especie in- vasora en expansión. Se ha intentado en diversas zonas españolas, con poco éxito, limitar su abundancia, por sus efectos nocivos sobre el visón europeo y el turón espe- cialmente. La ardilla moruna (Atlantoxerus getulus) es una ardilla terrestre de origen norte- africano. En España habita la isla de Fuerteventura y se han citado individuos en Gran Canaria y Lanzarote. El impacto socioeconómico de la ardilla moruna en Fuerteventu- ra parece escaso aunque los agricultores se quejan de los daños en los cultivos y en los muros. También se ha comentado la disminución de especies de caza menor como la perdiz, por consumo de sus huevos. No hay datos precisos que lo demuestre. La marmota alpina (Marmota marmota) es originaria de los Alpes y los Montes Tatra. En la vertiente francesa de los Pirineos han sido introducidos ejemplares desde 1948 procedentes de los Alpes occidentales. Actualmente se encuentra en expansión en todo el Pirineo, desde Gerona a Navarra. 2. Las especies emblemáticas y su estado de conservación Analizaremos el estado de conservación de los mamíferos terrestres españoles basándonos en el Catálogo nacional de especies amenazadas (CNEA) y en las catego- rías de la UICN, revisadas en el Atlas y Libro rojo del año 2007 (Palomo et al., 2007). Nos detendremos únicamente en las especies más amenazadas, en peligro crítico (CR) o en peligro de extinción EN. La descripción de las categorías de la IUCN han cambiado notablemente entre el libro rojo de 1992 y el año 2006 (Palomo et al., 2007), pero en la siguiente tabla se observa que no ha habido cambios en las especies más amenazadas, que siguen es- tando muy amenazadas o han aumentado incluso a “En Peligro Crítico”. Recordemos que estas categorías se refieren al territorio español, existiendo otras más generales a escala mundial cuando la especie tiene una distribución mayor. Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 100 Libro Rojo 2006 Libro Rojo 1992 En peligro crítico (CR) 3 En peligro (EN) 1 En peligro (E) 4 Vulnerable (VU) 6 Vulnerable (VU) 2 Casi amenazadas (NT) 5 Rara (R) 5 Datos insuficientes (DD) 3 Insuficientemente conocida (K) 5 Preocupación menor (LC) 43 No amenazada (NA) 45 No evaluadas (NE) 15 No evaluadas 5 Especies totales 76 Especies totales 66 Tres especies se encuentran En Peligro Crítico (CR), el lince ibérico, el oso y la foca monje. Una especie En Peligro de extinción (EN), el visón europeo. El lince ibérico (Lynx pardinus) está en Peligro Crítico de extinción. Como especie exclusiva de España, ya que parece haberse extinguido en Portugal, existe una enor- me responsabilidad española de salvar al lince ibérico, considerado el felino más ame- nazado del mundo. Es importante recuperar su hábitat y especialmente las poblacio- nes de conejos con el fin de plantear la reintroducción futura en zonas donde se extinguió recientemente. La situación parece haber mejorado por la estabilización y cría en cautividad. El lince ibérico es un endemismo de la Península Ibérica y originalmente se en- contraba en las zonas de clima mediterráneo. A lo largo del siglo XX desaparece de la mayor parte de la Península, con múltiples episodios de fragmentación poblacional y extinción local. En 1988 sólo se identificaron 48 núcleos de presencia estable agrupa- dos en nueve poblaciones con una estimación para España de 1.136 linces de más de un año, repartidos en 9 subpoblaciones muy fragmentadas y aisladas entre sí, calcu- lándose que quedaban alrededor de 350 hembras reproductoras. Entre 1999 y 2002 se estimó que en España había 160 linces de más de un año distribuidos en un área de 2.200 km2, repartidos en dos subpoblaciones en Andalucía, una en Doñana (con 8 hembras reproductoras) y otra en Sierra Morena Oriental (18- 23 hembras reproductoras). Por lo tanto, sólo en 16 años (1985-2001), el área de ocu- pación de la especie ha disminuido un 87%, el área con reproducción un 93%, el núme- ro de hembras reproductoras en más de un 90% y la cantidad de linces de más de un año de edad en un 86%. En 2005 se ha estimado que en Andalucía quedan entre 83 y 167 linces de más de un año de edad, entre 32 a 42 en Doñana, y de 51 a 125 en Sierra Morena. De 2001 a 2005 el declive parece haberse desacelerado, observándose inclu- so algunos signos de estabilización, al menos en la población de Sierra Morena. El oso pardo (Ursus arctos) está también en Peligro Crítico. Antiguamente ocupa- ba toda la Península Ibérica, pero desde el s. XVIII sólo quedan dos núcleos, la zona La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 103 ra y Lanzarote y en los islotes de Lobos y Montaña Clara. Su área de distribución es muy pequeña (menor de 2.500 km2). La urbanización y la desertificación causan la disminución del hábitat disponible. Atendiendo estrictamente a los criterios de la UICN, debería estar en peligro como EN B1, pero la Insectivore Red List Authority la incluyó en 2004 en la categoría VU. Los Quirópteros o murciélagos tienen un papel beneficioso en el control de po- blaciones de Insectos considerados perjudiciales para la agricultura o la salud. Son vitales para el equilibrio natural y buenos bioindicadores de la calidad del hábitat. Son un grupo muy numeroso, con cerca de 30 especies en territorio español. Casi todas las especies de Quirópteros se consideran amenazados y están en las categorías de EN Peligro (EN), Vulnerables (VU) o Casi amenazados (NT). En peligro podemos citar al rinolofo mediano de herradura y al orejudo canario. Como especies Vulnerables se encuentran el mediterráneo de herradura, ratonero grande, ratonero mediano, rato- nero pardo, ratonero forestal, ratonero patudo, nóctulo mediano, nóctulo grande y murciélago de cueva. Son especies casi amenazadas (NT) el rinolofo o murciélago grande de herradura, pequeño de herradura, ratonero bigotudo, ratonero gris, pipis- trello de Nathusius, pipistrello de Madeira, murciélago montañero, nóctulo pequeño, barbastela, orejudo dorado, orejudo gris y murciélago rabudo Dentro de los Carnívoros, algunos se hallan en la categoría UICN Casi amenazado (NT), el turón y el gato montés. El turón (Mustela putorius) se encuentra en toda la Península Ibérica, pero no en Baleares o Canarias, aunque es escaso en las mesetas centrales y en la zona oriental. Parece estar en declive por la persecución humana ilegal (está protegido como todos los Carnívoros, sólo el zorro es especie cinegética), la pérdida de hábitat y la rarificación del conejo, una de sus presas habituales. El Tu- rón podría ser afectado negativamente por la competencia causada por el visón ame- ricano, especialmente en las zonas cercanas a ríos y arroyos de Guadarrama. El gato montés (Felis silvestris) ocupaba toda la Península, pero no las Baleares, Canarias o el norte de África. Su distribución actual se ha reducido y está centrada sobre todo en las zonas montañosas. Parece estar en declive por la hibridación gené- tica y la transmisión de enfermedades de gatos domésticos o asilvestrados, los pro- cesos de fragmentación, la pérdida de calidad de los hábitats naturales y la mortali- dad directa por confusión durante la caza (no es especie cinegética). Dos especies incluidas en la categoría Vulnerable en 1992 se encuentran en la actualidad en proceso de recuperación, la nutria y el lobo. El lobo (Canis lupus) es una especie emblemática en España. Ocupó toda la Península, pero su área de distribu- ción se redujo fuertemente por la persecución humana y las armas de fuego durante los siglos XIX y XX. Está ausente de los archipiélagos balear y canario, y de los territo- rios del norte de África. Desde su máximo declive en la década de 1960-70, el lobo se está recuperando. En las últimas décadas ha recolonizado áreas muy humanizadas e incluso zonas agrícolas deforestadas. En España ocupa actualmente un área continua en el cuadrante noroccidental; en la mayor parte de Galicia y norte de Castilla y León, Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 104 gran parte de Asturias y Cantabria y pequeñas porciones de Álava, Vizcaya, La Rioja y Guadalajara. En Andalucía (Sierra Morena) queda una pequeña población relicta y aislada. En España se le considera actualmente Casi Amenazado (NT). Se calcula unas 250 manadas conocidas en España, lo que representa unos 2.000 individuos, de los que 1.000 serían ejemplares maduros. La población española es contigua a la portu- guesa, que consta de 51 a 63 manadas. Los daños al ganado y la consiguiente hostili- dad de los ganaderos constituyen su principal problema de conservación. Existe una Estrategia nacional para la conservación y la gestión del lobo en España, aprobada por la Comisión nacional de conservación de la naturaleza en 2004. La especie es enormemente adaptable y si no es perseguido ilegalmente, puede vivir en áreas den- samente pobladas alimentándose de carroñas de animales domésticos. Más optimista aún es el caso de la nutria (Lutra lutra), que se ha recuperado en los tres sondeos realizados por la SECEM desde el año 1984, por lo que se ha decidido considerarla como No Amenazada, debido a la protección legal directa y a la reduc- ción de la contaminación de los ríos. Ocupaba toda la Península Ibérica, excepto tal vez la provincia de Almería. Nunca ha habitado las Baleares ni las Canarias. En la Pe- nínsula sufrió un importante proceso de regresión desde 1950 hasta mediados de los 80, desapareciendo especialmente de la mitad este, en los ríos de tipo mediterráneo. La nutria también desapareció de las zonas industrializadas, de las zonas más turísti- cas, de las grandes planicies agrícolas (con agricultura intensiva) y del entorno de las grandes ciudades. A partir de mediados de los 80, la especie ha iniciado un lento pro- ceso de recuperación en determinadas zonas, especialmente en el área pirenaica y zonas periféricas, en la zona central, en Andalucía occidental, y en algunos sectores de Castilla y León. 3. Las especies de caza mayor La cabra montés (Capra pyrenaica) es una especie emblemática tanto desde el punto de vista de fauna salvaje autóctona de las montañas ibéricas, como por su enorme valor cinegético. Se la considera casi amenazada a nivel nacional, al menos algunas de sus poblaciones. Es endémica de la Península Ibérica. De las cuatro subes- pecies descritas por Ángel Cabrera en 1911 (puestas en duda por algunos autores), existen en la actualidad dos, al haberse extinguido C. p. lusitanica, de Galicia y Portu- gal (a finales del siglo XIX) y C. p. pyrenaica (el bucardo pirenaico, cuyo último indivi- duo murió en 1998). La subespecie C. p. victoriae se distribuye por el Sistema Central (Gredos) y otras zonas donde se ha reintroducido, La subespecie C. p. hispanica ocupa la zona mediterránea y Sierra Morena. En Sierra Nevada se ha descrito por Wyrwoll en 1999 la subespecie C.p nowaki o nowakiae y cuyo estatus es dudoso. La población estimada en la Península es de unos 50.000 ejemplares distribuidos en más de 27 núcleos, entre los que destacan Sierra Nevada (16.000 ejemplares), Gre- La diVersidad aniMaL de españa Documentación Administrativa n u est r a r iq u ez a n a t u r a l 105 dos (8.000), Maestrazgo (7.000), Serranía de Ronda y Sierras de Grazalema (4.000), Cazorla (2.500), Sierra Tejeda y Almijara (2.500), Sierras de Antequera (2.000), Sierra Morena (2.000) y Muela de Cortes (1.500). La fragmentación de las poblaciones y es- pecialmente la baja variabilidad genética les confiere cierto grado de amenaza. Las epizootias también han causado mortalidad masiva en algunas poblaciones. El jabalí (Sus scrofa) es una especie cinegética de caza mayor. Ampliamente distribuido por la Península y en expansión, ocupa hábitats forestales, marismas, agrosistemas y periferias urbanas. En las últimas décadas ha experimentado un fuerte incremento demográfico atribuible a cambios socioeconómicos que han comportado el progresivo despoblamiento rural y el abandono de actividades tra- dicionales que han provocado un importante aumento de la superficie de bosque y matorral y el incremento de la agricultura intensiva. La expansión de su población genera conflictos económicos y sociales (daños en cultivos, colisiones de vehícu- los). No requiere actualmente medidas de conservación, sino más bien de técnicas de control poblacional. El venado o ciervo rojo (Cervus elaphus) se extiende por casi todo el territorio peninsular, excepto la parte más occidental de Galicia y la costa de Levante. No se encuentra en Baleares y Canarias o en los territorios españoles del norte de África. Es una especie cinegética de caza mayor. Las estadísticas hablan de más de 70.000 caza- dos al año de ambos sexos. La explotación de la caza mayor, con el ciervo como pieza fundamental, es un importante recurso económico, fundamentalmente en Extrema- dura, Castilla-La Mancha y Andalucía. El gamo (Dama dama) es una especie de distribución original por la Europa medi- terránea y Oriente próximo. Fue introducida en Iberia, aunque no se sabe exactamen- te cuándo (se habla de los romanos pero podría haber sido por los reyes españoles para cazaderos reales). A finales del siglo XIX vivía en estado salvaje en Sierra More- na, Cuenca del Tajo y Montes de Toledo y otros cazaderos reales. Fue introducido en Doñana a principios del siglo XX. Actualmente se halla en numerosas fincas y cotos de caza mayor con fines cinegéticos y de recreo. El corzo (Capreolus capreolus) es una especie cinegética eminentemente fores- tal, que prefiere los bosques con matorral diverso y zonas de pastizal cercanas (pue- de llegar a explotar medios agrícolas). Sufrió un drástico descenso en sus poblacio- nes en la primera mitad del siglo XX y su recuperación se vio facilitada por el despoblamiento rural y regularización de la especie. En España se distribuye actual- mente por toda la zona norte, desde Cataluña a Galicia, aunque es abundante en zo- nas forestales del Sistema Central e Ibérico. Se ha revalorizado como trofeo de caza mayor al aumentar sus poblaciones. Su expansión provoca problemas de gestión re- lacionados con daños a la agricultura, aprovechamientos forestales y atropellos. El rebeco (Rupicapra pyrenaica) es un bóvido, a diferencia del ciervo, corzo o gamo. En la Península Ibérica existen dos núcleos poblacionales correspondientes a dos sub- Documentación Administrativa Miguel Lizana y José Luis Viejo n u es t r a r iq u ez a n a t u r a l 108 Elvira, B. & Almodóvar A. 2001. Freshwater fish introductions in Spain: facts and figu- res at the beginning of the 21st century. Journal of Fish Biology, 59 (Suppl. A): 323-331. 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