Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

La censura a la obra de Buero Vallejo: La Fundación - El proceso de aprobación, Apuntes de Lengua y Literatura

Este documento ofrece una detallada información sobre el proceso de censura que siguió la obra de Buero Vallejo, La Fundación, cuando se presentó para su representación en 1973. Se detalla cómo se somete la obra a la Junta de Censura, los fragmentos que se le suprimen, las condiciones impuestas y las contradicciones de los censores. Además, se mencionan otras obras del autor que también fueron objeto de censura.

Tipo: Apuntes

2021/2022

Subido el 13/02/2022

helena-vila-salo
helena-vila-salo 🇪🇸

1 documento

Vista previa parcial del texto

¡Descarga La censura a la obra de Buero Vallejo: La Fundación - El proceso de aprobación y más Apuntes en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! 1 La Fundación ante la censura franquista Berta Muñoz Cáliz El reciente montaje de La Fundación realizado por el Centro Dramático Nacional, un cuarto de siglo después de su estreno, nos obliga a reflexionar acerca de las circunstancias que han rodeado a ambos montajes y los veinticinco años de historia de España que los separan. Con el propósito de recordar los avatares por los que hubo de pasar el texto de Buero Vallejo antes de subir al escenario por primera vez y las condiciones a que fue sometido por los representantes del régimen dictatorial, hemos consultado su expediente de censura en el Archivo General de la Administración1. Cuando la compañía de José Osuna decidió representar La Fundación en 1973, hubo de someter la obra al dictamen de la Junta de Censura de Obras Teatrales, que tardó algo más de tres meses en dar su autorización −cuando la duración del proceso en los casos en que no había problemas solía ser de una semana aproximadamente−, le suprimió fragmentos en siete de sus páginas, y supeditó la autorización de la obra al “visado” del ensayo general, que se impuso con carácter vinculante, con la condición de que el montaje debería “responder a una inconcreción acorde con la universalidad del tema propuesto por el autor y la generalidad de su planteamiento”. Como era habitual, en la primera sesión el texto fue leído por tres vocales −Antonio de Zubiaurre, Luis García Cernuda y Alfredo Mampaso−, los cuales, aunque coincidieron en sus dictámenes aprobatorios, señalaron la necesidad de que la obra pasara a ser leída por el Pleno de la Junta de Censura, debido tanto al texto en sí (por el hecho de que en él se hablara de una cárcel con presos políticos) como a la significación política de su autor, al que la Junta le tenía retenida desde 1964 La doble historia del doctor Valmy, y al que le prohibió en 1954 Aventura en lo gris, así como una adaptación de El puente, de Gorostiza, dos años antes. Dentro de las obras autorizadas por la censura de este dramaturgo, especialmente hábil para burlarla, fueron El sueño de la razón y La Fundación las que tuvieron un proceso más complicado. Al igual que les ocurriera a los críticos conservadores, la actitud de los censores hacia Buero Vallejo va a estar llena de contradicciones, pues si de una parte, les molesta tanto su talante personal como el carácter crítico de su obra, de otra reconocen la calidad de la misma (Luis Tejedor, en su informe sobre El sueño de la razón, se refiere a él como “el más considerable autor de los autores españoles contemporáneos”2) e intentarán apropiarse de algún modo del prestigio ganado por el dramaturgo a pesar 2 del régimen (Federico Carlos Sainz de Robles, que votó por autorizar La doble historia del doctor Valmy, escribió en su informe sobre dicha obra: “Es uno de nuestros grandes dramaturgos, con fama mundial. Hay que guardarle consideración”, así como “se trata de uno de nuestros mejores dramaturgos que tenemos para presumir por el mundo”3). Acerca de la obra que ahora nos ocupa, Alfredo Mampaso, tras exponer su interpretación, escribió: “Es otra vez el Buero Vallejo de los buenos oprimidos y los malos en el poder, de los vencidos y de los verdugos, el de los recuerdos de sus años de cárcel, aunque en esta ocasión la obra está menos localizada y no tiene alusión a la Guerra Civil, ni a España y en algún pasaje se insinúa la duda fatalista de si el triunfo será siempre así, si los mismos revolucionarios encarcelados, no llegarían a ser también verdugos en su hipotético triunfo... Yo, pese a la definida personalidad del autor, ilustre Académico ya y permanente pesimista del acontecer político del Régimen, que le encarceló, no le veo problema de censura, para su autorización. No obstante, creo que esta obra debería dictaminar el Pleno de la Junta y así lo propongo, sin perjuicio de dar mi voto de autorización”. La mayoría de los censores coincidieron en apreciar la calidad del texto de Buero Vallejo, y así lo hicieron constar en sus informes, en los cuales encontramos juicios del tipo: “Teatralmente, obra de gran categoría” (Antonio de Zubiaurre), “Tema y obra importantes” (Pedro Barceló) o “una gran parábola” (Florencio Martínez Ruiz). La única opinión adversa al respecto fue la de Jesús Vasallo, quien, tras señalar que se trataba de una “obra importante pero contada en clave”, la calificó de “larga y farragosa, por lo que se pierde la tensión dramática”. Sin embargo, el informe de Manuel Díez Crespo podría sintetizar la opinión general de los censores sobre la obra: “Creo que es una obra importante y bien hecha, en torno a la opresión, pero como esto tiene en todos los aspectos un carácter universal, su presentación puede darse sin ningún peligro. Sus calidades son excelentes”. La ausencia de una localización espacio-temporal concreta −es decir, el hecho de que la cárcel y los presos políticos no se vincularan de forma explícita a la España de Franco− fue el argumento más esgrimido por los vocales para justificar la autorización del texto. Antonio Albizu escribió: “[...] la descripción de la cárcel se escapa a toda concreción y a la referencia a las torturas por parte de los carceleros, y las crueldades y delaciones entre sí de los encarcelados son desgraciadamente patrimonio general de la humanidad. Por ello considero que debe mantenerse la inconcreción que la obra ofrece de suyo”. Igualmente, Pedro Barceló señaló: “El autor lo da como ‘fábula’ en un ‘país imaginario’. Si se respeta esto, aprobada”. E idéntica fue la razón que dio el censor eclesiástico Jesús Cea: “Pienso que, si la
Docsity logo



Copyright © 2024 Ladybird Srl - Via Leonardo da Vinci 16, 10126, Torino, Italy - VAT 10816460017 - All rights reserved