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La fundación resumen, Resúmenes de Lengua y Literatura

inco hombres (Tomás, Tulio, Asel, Lino y Max), que parecen trabajar para un centro de investigación llamado La Fundación, comparten espacio en lo que parece ser una agradable habitación con bonitas vistas. Únicamente un mal olor y la presencia de un enfermo parecen perturbar el ambiente. Según se avanza en el desarrollo de los diálogos, se descubre que tal situación no es sino la percepción subjetiva de uno de los personajes, Tomás, mediante el que sabe el espectador que la habitación es en real

Tipo: Resúmenes

2021/2022

Subido el 23/02/2022

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¡Descarga La fundación resumen y más Resúmenes en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! 1 LA FUNDACIÓN Estrenada en 1974, según algunos críticos la mejor obra de Buero Vallejo, es una fábula que describe el proceso de desengaño o progresiva percepción de la realidad que experimenta un preso político. GÉNERO La Fundación se presenta como “fábula en dos partes” y, realmente, como si de una fábula verdadera se tratase, plantea al espectador el eterno problema de la realidad y la ficción. El enfrentamiento entre realidad y ficción es la clave formal bajo la que se desarrolla el drama. Sin embargo, los críticos, al día siguiente del estreno, consideraban ya esta obra como una tragedia. En La Fundación se plantean, con toda claridad, conflictos de carácter trágico. Buero la consideraba en efecto una tragedia aunque no a la manera clásica. ESTRUCTURA La obra prescinde de la tradicional división escénica en actos; se distribuye en dos partes divididas a su vez en dos cuadros. La primera parte se centra en el desmoronamiento progresivo del mundo inventado por Tomás y su sustitución por el real (paso de la locura a la lucidez). Los momentos de mayor tensión corresponden al descubrimiento del cadáver por los carceleros y a la salida de Tulio hacia la ejecución. La segunda parte se centra en el plan de fuga ideado por Asel, que se anuncia de forma velada en el segundo cuadro (1ª parte). Este plan consiste en excavar un túnel en alguna de las celdas de castigo situadas en los sótanos. Para conseguir el traslado a ellos hay que cometer una falta grave contra el reglamento de la prisión. Los presos aprovechan el fallecimiento de un compañero de celda para repartirse su ración de alimentos y para dar motivo, al no comunicar su muerte, a que las autoridades de la cárcel les impongan el castigo que desean. Como el castigo esperado no se produce, Asel empieza a sospechar que su plan ha sido puesto en conocimiento de los carceleros por un “soplón”, que tiene que ser uno de sus compañeros de celda. Al final se descubre que el delator es Max. Asel se suicida tirándose al vacío desde la galería por temor a no poder ocultar su plan de fuga si lo torturan durante el interrogatorio al que es llamado. Lino, aprovechando el tumulto que se organiza, tira de la barandilla a Max. Sólo sobreviven Lino y Tomás, que son invitados a salir “con todo lo que tengan”. La tensión dramática se concentra en el último cuadro, como es habitual en el teatro, para mantener la intriga hasta el final. La obra presenta una estructura circular: Cuando al final de la obra ya no queda ningún personaje en la escena, esta recobra el aspecto de la habitación del principio (estructura circular) y el Encargado abre la puerta e invita a entrar a nuevos ocupantes. Este final puede interpretarse como una indicación de que la vida sigue y de que los hombres tendrán que enfrentarse siempre y tratar de resolver los mismos problemas que los cinco primeros ocupantes del lugar. A la circularidad de la obra también contribuye la música de “Guillermo Tell” de Rossini, que suena al principio y al final. Al comienzo crea el escenario adecuado para similares.el inicio de una alucinación; al final, abre la posibilidad a la repetición de situaciones 2 ARGUMENTO En una residencia comparten habitación seis individuos, Tomás, Asel, Tulio, Max, Lino y un hombre enfermo, que pasa el tiempo acostado en su cama sin comer ni beber. Los cinco primeros están becados por una Fundación para ampliar estudios. El primer día, Tomás limpia la habitación, recibe la visita de Berta, su novia, y le habla al enfermo. Cuando regresan sus compañeros, charlan entre todos esperando que les sirvan la comida (parte primera I). Por la tarde, se entretienen contemplando un libro de pintura, pero les molesta un olor fuerte que, según Tomás, proviene del wáter, que está estropeado. La tranquilidad se interrumpe cuando el enfermo pide insistentemente comida y bebida y dice morirse. Acuden el encargado y su ayudante, que retiran el cadáver del hombre después de preguntar a sus compañeros de cuarto cuánto tiempo lleva muerto. Ellos afirman que seis días y que lo han ocultado para repartirse la ración de comida que le corresponde. Todos, salvo Tomás, están contentos de que haya sido descubierto el cadáver pues esperan que “dentro de un par de horas. O quizá esta noche” los trasladen abajo (parte primera II). Tres días más tarde, Tomás observa que han desaparecido objetos que antes estaban en la habitación (las revistas, la lámpara de techo, la pantalla de pared). Uno de sus compañeros intenta explicarle que los objetos que él creía ver no estaban allí realmente, y se lo explica con mucho tacto para que Tomás se dé cuenta, de forma no traumática, del lugar en que está y recuerde cuál es el motivo de su estancia allí. Asel, como han pasado tres días desde el descubrimiento del cadáver y no han sido trasladados abajo, sospecha de alguna maniobra a sus espaldas. Llegan el encargado y su ayudante y se llevan a Tulio, tras ordenarle que recoja todas sus cosas (“salga con todo lo que tenga”). Ante la ingenuidad de Tomás, que cree que lo cambian de habitación, Lino le descubre que lo van a matar al amanecer, lo mismo que harán con todos ellos. Se acuestan, y Tomás recibe la visita de Berta. Como sus compañeros lo oyen hablar en voz alta, él jura que está hablando con su novia, que se ha escondido tras la cortina. Al final asume que no recibe visitas suyas sino que se trata de imaginaciones. Con la ayuda de Asel, recuerda que se encuentran en esta habitación (realmente una celda) porque fue capturado distribuyendo octavillas y, al ser torturado, delató a los responsables de su organización clandestina (parte segunda I). Tomás recuerda también que, al verse en prisión, intentó suicidarse, pero Asel lo evitó. A partir de ahí empezó a soñar despierto forjando en su mente una situación ideal que nada tiene que ver con la realidad. En este punto llaman al locutorio a Max, y todos creen que está pasando información a los carceleros acerca del plan de fuga ideado por Asel. Vuelven los guardianes y se llevan a Asel, sin recoger sus cosas. Asel sabe que esto significa que lo torturarán para hacerlo hablar, y como teme no resistir, se suicida tirándose por la barandilla del corredor. Entonces Lino, aprovechando el desconcierto de los guardianes, arroja también a Max por la barandilla. Sólo quedan con vida Tomás y Lino. Los encargados les ordenan que recojan sus cosas y se los llevan, no se sabe si al paredón o a las celdas de castigo del sótano, desde donde podrán llevar a cabo el plan de fuga ideado por Asel (parte segunda II). TEMAS a. La condición y sentido de la existencia humana: El drama es una dura reflexión sobre la condición humana. Se proyecta sobre los espectadores para implicarlos a todos y convertirlos en personajes: todos somos prisioneros. La metáfora escénica que equipara la prisión a un agradable centro de estudios trasciende la circunstancia concreta de la obra y se amplía a dimensiones que incumben en general a la vida del hombre contemporáneo. 5 LUGAR, TIEMPO Y ACCIÓN Espacio Varía en su configuración por su transformación paulatina, pero en realidad es siempre el mismo y existe unidad de lugar. Interesa por su valor de espacio simbólico. La acción se desarrolla “en un país desconocido”, según se dice en la página de reparto de la obra. Buero quiere que la acción transcurra en un lugar indeterminado, que puede ser cualquier país y en cualquier época, donde se haya sufrido en el pasado (o se sufra en el presente) persecución política, represión policial y cárcel por motivos de ideas. El espectador de este modo se siente conmovido por la situación al comprenderla como posible siempre entre los seres humanos, por encima de regímenes, por encima de civilizaciones. Lo más interesante del espacio es cómo se configura el propio espacio escénico, partiendo de la idílica Fundación inicial, para llegar a la prisión en que la obra se desarrolla. El espacio va cambiando delante del espectador y del propio protagonista, que sufren un “engaño”, pues están viendo al principio un espacio que no es real sino el producto de una mente enajenada: los elementos reales de la escenografía son muy pocos y en realidad solo los vemos cuando van desapareciendo los otros (la vajilla, los libros de arte, el teléfono…). Estamos, pues, ante dos escenarios superpuestos, el segundo de los cuales aflora cuando desaparece el primero. El espectador es engañado, aunque desde el principio hay elementos que desentonan y, aun creyendo que el espacio es una fundación, sentimos vagamente que hay algo “raro”. Tiempo Al analizar el concepto de tiempo en La Fundación hay que referirse a tres dimensiones diferentes: el tiempo histórico en que la obra transcurre, el tiempo dramático de la pieza y el tiempo metafísico de la pieza, en el que confluyen pasado, presente y futuro. En cuanto al tiempo histórico, la obra fue escrita en los primeros años setenta. Los hechos aludidos en la obra no parecen, sin embargo, haber sucedido en esos años concretos. La obra no sucede en un tiempo concreto. La no concreción espacio- temporal es totalmente intencionada y persigue la vigencia de la lección ética, social y metafísica contenida en el drama. El tiempo dramático transcurre, sin saltos cronológicos, en pocos días. La primera parte (dos cuadros), en un solo día, durante el que Tomás está encargado de la limpieza de la celda; por las alusiones que se hacen, se deduce que el que para Tomás es un enfermo lleva varios días muerto, pues el olor que su cuerpo despide es ya insoportable y su ración se la han repartido varias veces. La segunda parte (otros dos cuadros) se desarrolla tres días después y transcurre en dos días. Toda la obra comprende un lapso de cuatro días, o muy pocos más. En La Fundación los hechos suceden in medias res: cuando la obra comienza, los personajes se hallan en una situación determinada a consecuencia de acciones que han sucedido en el inmediato pasado. En cuanto al tiempo metafísico, Buero plantea en esta obra la teoría del eterno retorno. Cuando al final del drama, el Encargado, con su más obsequiosa sonrisa, invita a entrar en el aposento a nuevos visitantes, el engaño de la Fundación vuelve a empezar en un eterno retorno imparable. Acción La Fundación no incluye muchas peripecias, pues es ante todo un drama de situación. Durante la primera parte y casi todo el primer cuadro de la segunda, el centro de atención está constituido por el progresivo desmoronamiento del mundo inventado por Tomás y su sustitución por el real. Hay 6 varios momentos de tensión entre los presos, pero los instantes más dramáticos son el descubrimiento del cadáver por los carceleros y, sobre todo, la salida de Tulio hacia la ejecución. Existe otra acción, que podemos considerar secundaria y que permanece soterrada durante los tres primeros cuadros y solo emerge con claridad en el último. El plan de Asel para ser enviados a la celda de castigo e intentar desde allí la huida. Los momentos de mayor acción externa e intensidad dramática se producen, así, en el último cuadro con el descubrimiento de la traición de Max y la muerte de este y de Asel. Se trata, pues, de una estructura hábilmente graduada para compensar el estatismo de la acción principal, predominante al principio, con el mayor dinamismo que proporciona al final la acción secundaria. ANÁLISIS DE LOS PERSONAJES Dada la concentración espacial y el limitado número de personajes que coexisten, la mayor parte del tiempo coinciden en la escena los cinco prisioneros juntos. Las únicas alternativas están producidas por la salida de alguno para ir a locutorios o por la irrupción de las figuras imaginadas por Tomás o la de los carceleros, que para él serán en principio el Encargado de la Fundación y sus ayudantes. Tomás, el protagonista trastornado, ha transformado la realidad para poder soportarla. Su mente está librando una batalla, ayudada por el auxilio que representa la actitud de sus compañeros, en la que la realidad va penetrando entre las grietas que aparecen en la Fundación imaginada. Su locura, nacida como coartada ante el miedo por su situación y la vergüenza de haber sido débil y delatado a los compañeros, se alimenta también por su imaginación, pues él aspiraba a ser escritor. Al final de la obra asume el papel desempeñado por Asel y repite sus ideas, aceptando luchar por un cambio “que despertará toda la grandeza de los hombres”. Se atreve también a pensar en el futuro, un mañana en el que las atrocidades no existan. Es Tomás, sin duda, el que soporta en su personalidad cambiante, todo el peso de la obra y, gracias a él y a su proceso de desalucinación, es como los espectadores y lectores llegan a conocer el significado pleno del drama. Justamente, Tomás jamás abandona la escena, lo cual, además de ser muy llamativo e insólito, tiene un significado especial. Tulio, fotógrafo, es el compañero de celda menos dispuesto a seguirle la corriente al protagonista. Se muestra muy impaciente ante la continua falta de adecuación entre lo que Tomás dice y la situación real. Será el que más contribuya a acelerar la vuelta del protagonista al mundo real y complementa la figura y la labor de Asel. Es el personaje que provoca más rupturas entre el mundo real y el transformado o fingido por sus compañeros. El punto culminante de este proceso es cuando Tulio finge hacer una foto del grupo utilizando como cámara de fotos un vaso de aluminio, y Tomás lo reconoce como lo que es. Asel, ingeniero, es el más maduro y reflexivo; es tolerante y comprensivo. Utiliza todos los medios a su alcance para salvar situaciones difíciles y para modificar la situación en que se hallan él y sus compañeros: hace pasar por enfermo al muerto para recibir su comida y lograr el traslado de todos al sótano, donde están las celdas de castigo. Desde allí piensa llevar a cabo su plan de fuga. Cuando, tras el chivatazo de Max, es llamado a declarar, prefiere suicidarse antes que delatar a sus compañeros sobre el plan de fuga y así posibilita el futuro para ellos. Max, tenedor de libros, es el delator. Comete su traición a cambio de fáciles compensaciones. Lino, tornero, es un joven impetuoso y desdeña la prudencia. Se contrapone a la figura de Asel. Tan pronto como descubre que Max es un soplón, quiere desenmascararlo y anularlo. Pero, al 7 obrar así, se equipara, sin darse cuenta, a los carceleros. Su interrogatorio al espía lo iguala a ellos y Max, espantado, pide auxilio. Lino se ha convertido momentáneamente en alguien más temible que los mismos agentes de la represión. Berta, la novia de Tomás, es fruto de la alucinación de este. Solo existe en su imaginación, aunque él tenga en su vida real una novia. Es un desdoblamiento de su personalidad. Todo lo que expresa es lo que Tomás empieza a intuir o a temer de modo que, cuando en dos ocasiones, al comienzo de la obra, exclama: “Aborrezco La Fundación”, en realidad está manifestando el rechazo subconsciente del protagonista a la ficción que su mente ha creado. Igualmente, a través de Berta se van filtrando fragmentos de la realidad que él conoce pero preferiría ignorar. Hombre: Está muerto antes del comienzo de la obra y este es el motivo del extraño olor que invade la habitación. Tomás lo cree enfermo y a veces lo oye hablar. Además de los personajes centrales del drama, hay otros que, solamente aludidos, abren la cerrada perspectiva de la celda a un horizonte más amplio de solidaridad humana. Son los “compañeros a toda prueba” que se arriesgarán para que desde el sótano puedan cavar el túnel hacia la libertad o los “barrenderos de la galería” que diseminarán la tierra, “porque son compañeros”, o el “cojo de la celda de enfrente”. Esa colectividad que está en el fondo se hará presente en escena cuando un “coro de voces” grite al unísono “Asesinos”, como última despedida a Asel, a la vez que revela de qué modo la situación que afecta a los cinco protagonistas trasciende sus casos personales y se convierte en testimonio de una represión generalizada. SIGNIFICADO La Fundación se ha relacionado con la biografía de Buero Vallejo, pues él mismo estuvo condenado a muerte tras la Guerra Civil. Aunque el dramaturgo nunca negó la influencia de esta circunstancia en la obra, prefirió destacar su dimensión simbólica, que rebasa la anécdota concreta y permite que siga interesando al lector-espectador de hoy. La Fundación simboliza la sociedad contemporánea como conjunto de sistemas que producen la anulación de la personalidad individual, la ceguera mental y la alienación. Y lo más grave es que tras esta Fundación siempre habrá otras. Cuadro: En el teatro, división de un acto. Entre los cuadros suele haber cambios de decorado. Acto: Cada una de las partes en que se divide la obra teatral, separada de las demás por un descanso.
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