¡Descarga La Generación del 98: Baroja, Unamuno y Azorín. y más Apuntes en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! TEMA 2. LA NOVELA EN LA GENERACIÓN DEL 98: BAROJA, UNAMUNO Y AZORÍN 1. La generación del 98: concepto, características generales y nómina de autores La denominación generación del 98 se divulga hacia 1913, a partir de unos artículos de Azorín y de Ortega y Gasset. Con ella se aludía a una serie de escritores que, en su juventud, habían expresado un profundo desagrado ante la sociedad de la Restauración y proclamado la necesidad de cambios sociales, culturales y estéticos. Según el propio Azorín, el grupo lo conformaban los siguientes escritores: Ramiro de Maeztu, Azorín, Pío Baroja, Miguel de Unamuno, Ramón Mª del Valle-Inclán, Rubén Darío y Jacinto Benavente (la crítica, finalmente, excluyó a estos dos últimos). Pedro Salinas, en cambio, lo redujo a cinco nombres: Azorín, Baroja, Maeztu, Machado y Unamuno. Lo que sí se admite es la existencia de un grupo inicial, que se conoce como Grupo de los Tres: Azorín, Baroja y Maeztu. Por todo ello, cabe apuntar como señas de identidad del 98 las siguientes: a) Sus antecedentes, por la actitud crítica ante la realidad de su tiempo, se encuentran en pensadores más que en corrientes literarias, como los regeneracionistas de finales del XIX y los krausistas. b) En cuanto a la trayectoria, uno de los rasgos del grupo es la evolución desde posiciones juveniles radicales hacia otras conservadoras en su madurez, espiritualistas o nostálgicas. c) Algunos temas, motivos o rasgos formales compartidos por los autores de esta generación son la angustia existencial y el tema de Dios, el problema de España, el primitivismo, el subjetivismo y la voluntad de renovación formal. d) La preocupación por la decadencia del país, agudizada tras el Desastre del 98 y que conecta con el regeneracionismo del Joaquín Costa, presenta dos enfoques: La reflexión sobre la identidad de España. Para los autores del 98, es preciso recuperar los valores que constituyen la identidad española: la austeridad, la nobleza, la espiritualidad o la entereza en la adversidad, que se encarna en el paisaje castellano; y el idealismo o desdén hacia la razón, que caracterizan a personajes de la tradición literaria, como don Quijote. Otros, como la pereza, la envidia o la religiosidad tradicional, deben ser erradicados. La crítica social. Se incide en aspectos como el caciquismo, el poder de la Iglesia, el subdesarrollo económico, la brutalidad de las fuerzas del orden, el militarismo o la necesidad de una reforma agraria. 2. La novela a comienzos de siglo El año 1902 fue capital en la reforma de la novela española. Coinciden títulos esenciales de autores esenciales: Camino de perfección de Baroja, Sonata de otoño de Valle-Inclán, Amor y pedagogía de Unamuno y La voluntad de Azorín. En estas obras aparecen ya las características definitorias de la nueva novelas: la introspección (los protagonistas son personajes masculinos abúlicos y desorientados, sumidos en una crisis vital y cuyo conflicto interior constituye el eje del relato), el simbolismo (los personajes son expresión de la crisis de la sociedad burguesa y de la decadencia de España), el predominio de la reflexión frente al componente narrativo, la tendencia a un relato fragmentario y desestructurado, y la voluntad de renovación estilística. 2.1. Pío Baroja (1872-1956) Pío Baroja escribió multitud de cuentos, memorias y algunos ensayos, pero ocupa un lugar señero en la literatura castellana por sus novelas, que lo convierten para muchos críticos en el mejor novelista de su generación. En cuanto a las características temáticas y formales de sus novelas, hay que señalar que los personajes barojianos suelen ser seres asociales o rebeldes, y se clasifican en dos grupos: por un lado, hombres de acción, que luchan por escapar de la mediocridad cotidiana; por otra, seres desorientados y abúlicos, incapaces de actuar. Dado que unos y otros acaban fracasando, parece apostarse por la ataraxia (abstención de actuar) como única salida para evitar el sufrimiento que acarrea cualquier intento por cambiar las cosas. Entre los ambientes que son telón de fondo de los acontecimientos predominan los suburbiales, donde los humildes han de luchar contra todo tipo de dificultades. Ingredientes tan diversos se plasman con un estilo sencillo, vivo y antirretórico hasta el aparente descuido. También hay que destacar como rasgo esencial de la novelística barojiana su pesimismo existencial, su falta de confianza en el hombre y en el futuro, por más que algunos personajes luchen para acabar fracasando de manera irremediable. Sus obras las clasificó en trilogías, lo cual no implica que los tres títulos comprendidos en cada una tengan siempre una estrecha relación: La lucha por la vida, de la que podemos destacar La busca; la Tierra vasca está formada, entre otras, por Zalacaín el aventurero; La raza, compuesta entre otras obras por El árbol de la ciencia, un relato muy importante porque en él se reflejan las inquietudes existenciales del autor a través del protagonista, Andrés Hurtado, con quien presenta notables coincidencias y La vida fantástica, en la que podemos destacar la novela Camino de perfección. 2.2. Miguel de Unamuno Unamuno abarcó todos los géneros literarios y nos legó una obra que muestra una gran unidad por la insistencia en ciertos temas y el uso de un estilo vehemente, directo y lleno de paradojas, oponiéndose así a los planteamientos realistas de la novela decimonónica. La temática que aborda es fiel reflejo de sus inquietudes: al principio, en consonancia con las tesis regeneracionistas, se ocupa del tema de España y se aproxima a
