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La Poesía Elegíaca: Características, Autores y Temas, Apuntes de Latín

Exploración del género poético elegíaco en la literatura griega y romana. Características, autores destacados y temas tratados en las elegías. La poesía elegíaca en la grecia antigua y en roma.

Tipo: Apuntes

2021/2022

Subido el 04/11/2022

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¡Descarga La Poesía Elegíaca: Características, Autores y Temas y más Apuntes en PDF de Latín solo en Docsity! LA POESÍA ELEGÍACA En la primitiva tradición literaria griega, la elegía era un canto de lamento fúnebre que se entonaba con acompañamiento de flauta, es por esto que se le atribuye un carácter melancólico. No obstante, también en algunos líricos griegos ya encontramos elegías de lamento amorosa, con reflexiones sobre la brevedad de la vida y el sufrimiento por el paso de la juventud. Más tarde, los poetas helenísticos, sobre todo Calímaco, continúan con la elegía de carácter amoroso, casi siempre referida al ámbito de la mitología, no era personal. Entre las características están la búsqueda de la felicidad en la vida individual e íntima y la utilización del dístico elegíaco, que está compuesto por un hexámetro y un pentámetro. Además, también predominan los elementos subjetivos y eróticos, ya que la poesía es un proceso de interiorización en el cual siempre hay dolor y desencanto. Los sentimientos del poeta ya no son anécdotas, sino el objeto de la obra en sí. Los temas tratados en las elegías son el amor, que es el elemento central del sentimiento elegíaco y entendido como un mal incurable; además, en la elegía latina el amante se convierte en el esclavo de la amada, cruel y desdeñosa, por la cual padece, y además exaltan su persona hasta el punto de considerarla divina. Es por esto último, el servitium amoris en favor de la amada, que la vida del enamorado se convierte en una militis amoris, es decir, una lucha contra todos los obstáculos para obtener el amor de la amada, que en muchas ocasiones no suele ser correspondido por esta. La poesía elegíaca llegará a su punto más alto en la época de Augusto, con cuatro grandes figuras, entre las que está Cornelio Galo, que fue amigo de Augusto y elevado a las mayores dignidades por este, y que más tarde cayó en desgracia, aún siendo un poeta estimado en su tiempo. Este escribió cuatro libros libros de elegías dedicados a su amada Licoris, de los que solo se conserva un pentámetro. Albio Tibulo, quien fue un caballero romano, de acomodada posición, perteneció al prestigioso círculo de poetas de Mesala. Este no se integró en el círculo de Mecenas y, aunque colaboró con Augusto, siguió manteniendo sus ideas republicanas, razón por la cual no apoyó tanto la política de Augusto como otros poetas. Se le atribuyen dos libros de elegías, bajo el nombre de Corpus Tibullianum. En el primero, Tibulo usa de musa inspiradora a Delia, sobre la cual desarrollará su pasión a lo largo de diez elegías, siendo la tercera, en la que narra con melancolía su deseo de regresar a casa y a los brazos de su amada, la considerada reina de las elegías tibulianas. El segundo libro, con seis elegias, tres de las cuales están dedicadas a Némesis, que era su nueva amante y quien lo hizo sufrir, llevandolo a componer versos doloridos y desgarradores. La elegía número uno de este el segundo libro es considerada una de las mejores, la cual se trata de un himno al campo y a las divinidades campestres, a la vida feliz, sencilla y pacífica de los campesinos. En resumen, se puede decir que los temas que más predominan en este autor son el amor y la naturaleza, la vida campestre y sencilla, que se unen en uno solo: vivier en el campo con la mujer amada. Otro autor destacado es Sexto Propercio, que se dió a conocer con sus elegías y logró acceder al círculo de Mecenas. Escribió cuatro libros de elegías, siendo el primero de ellos, de veintidós elegías, totalmente dedicado a su musa Cintia, una mujer de personalidad variable y tornadiza, muy caprichosa e irascible, aunque muy bella. El amor por ella pasa tanto como por etapas de júbilo como de peleas y reconciliaciones hasta la ruptura final, cosa que no provocó que Propercio dejara de amarla. En el libro dos, que escribe cuando ya se encuentra en el círculo de Mecenas, se abre con una pieza dedicada al ministro de Augusto, que Propercio rechazó escribir como si solo de las gestas heroicas se tratase, ya que se rehusa a escribir cualquier otra cosa que no sea el amor. En su tercer libro, pues, más concretamente en la tercera elegía, afirma que en un sueño se disponia a cantar las gestas de Roma y que Apolo le hizo desistir de la idea, enseñandole que su verdadero camino era la poesía amorosa. En su último libro, muerta ya Cintia, sobre la cual Propercio dijo que era su primer y último amor, vierte su inspiración en la poesía patriótica, en las llamadas Elegías Romanas, con las que colabora en el programa de Augusto; no obstante, también hay en este libro elegías amorosas. El estilo de Propercio es muy personal, una mezcla de pasión y erudición. Las evocaciones mitológicas constantes es encuentran integradas en el desarrollo poético, y con él se da una renovación de la lengua poética, ya que mezcla términos cultos con vocablo coloquial. Aunque su estilo resulte a veces obscuro por las hipérboles y paráfrasis, siempre se muestra vigoroso y expresivo. El último poeta destacado de este género es Ovidio, quien marchó a Roma para estudiar derecho y terminó convirtiendose en poeta, lo cual le trajo gran fama en poco tiempo. Cuando su carrera se encontraba en su apogeo fue desterrado por Augusto a una región bárbara, donde murió. En la mayoría de sus obras participan de más de un género, por lo cual es difícil de clasificar. En cuanto a sus elegías, es menester dividirlas en dos, correspondiendo a momentos y actitudes bien diferenciadas de su vida. Por una parte están las elegías amorosas, que le proporcionaron fama y prestigio en la alta sociedad romana, estás obras son: Amores, en tres libros en los que canta sus amores con diversas damas, aunque sí tiene una musa especial, posiblemente ficticia, a la que llama Corina. Las elegías amorosas de Ovidio son brillantes, llenas de ingenio y de fácil composición, pero superficiales. Otra de sus obras pertenecientes a este grupo es Ars Amandi, en tres libros, que trata sobre técnicas amorosas, siendo los dos primeros dirigidos a los hombres y el tercero a las mujeres. Esta obra, que se hizo famosa rápidamente por su temática, no contribuía precisamente al programa de Augusto, pudiendo ser esto la causa de su destierro. Por otra parte están las elegías del destierro, o dolorosas, en cinco libros, tratando estas siempre de lo mismo: la justificación de sus errores pasados, elogios desmedidos a Augusto, para intentar conseguir levantar el destierro, y fuertes expresiones de dolor y amargura. El dolor que expresan estas elegías hace que los versos sean sinceros y profundos, lo que le faltaba a su producción amorosa. En su obra Epistulae ex Ponto, se expresa lo mismo que en las anteriores pero en forma de carta. El estilo ovidiano es, en resumen, ingenioso y elegante, con una facilidad para componer y una brillantez de expresión asombrosas. Aunque esto no quita que haga uso del retoricismo, que más tarde impregnará toda la poesía romana.
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