¡Descarga La Narrativa Española en el Primer Tercer del Siglo XX: La Generación del 98 y más Apuntes en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! TEMA 1 LA NARRATIVA ESPAÑOLA EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX El final del siglo XIX se caracteriza en España por una profunda crisis en todos los niveles de la vida que culminó con la pérdida de las últimas colonias (Puerto Rico, Cuba y Filipinas) en 1898, hecho que sirve para que los intelectuales, periodistas y escritores decidan reaccionar ante la situación del país. Por este motivo, los escritores se proponen romper con las ideas del Realismo y del Naturalismo del siglo anterior para renovar profundamente los temas y las formas narrativas a través del Modernismo (aunque utiliza preferentemente la poesía como vehículo de expresión) y de la Generación del 98. Más tarde los autores del Novecentismo siguieron esta tendencia de renovación en la prosa. La GENERACIÓN DEL 98, término acuñado por Azorín, es el nombre que recibieron una serie de jóvenes escritores e intelectuales que asumieron como principal preocupación la regeneración política y social de España. Suelen admitirse como autores más relevantes de este grupo a Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Azorín, Ramiro de Maeztu, Antonio Machado y Valle-Inclán. Reciben influencias de filósofos alemanes como Nietzsche o Schopenhauer, se dejan influir por la literatura medieval (El Cid, Berceo, Arcipreste de Hita, Jorge Manrique), por los clásicos (Cervantes, Quevedo, Fray Luis...) o por autores cercanos en el tiempo como Larra. En cuanto a los temas tratados, aunque cada tuvo sus propias preocupaciones, podemos señalar algunas coincidencias en sus obras literarias: + Un cierto pesimismo en sus obras, que desemboca en desengaño y en una actitud idealista y filosófica en lo que cuentan. + El tratamiento de la crisis de España. Todos los escritores del 98 buscan la esencia y el sentido de lo que históricamente significan lo español. + La atención al paisaje de Castilla y a sus habitantes, como un símbolo de la fortaleza y de la espiritualidad del pueblo llano. + La importancia de lo que Unamuno llamó la intrahistoria, es decir, la vida callada de millones de hombres anónimos, sin historia, que son los verdaderos protagonistas de la historia de España, en lugar de la historia de las fechas, datos y conflictos. + Los problemas religiosos y existenciales. Estos autores se preguntan por el sentido de la existencia, el paso del tiempo, la muerte, el destino... y, al no hallar respuestas, padecen una profunda angustia vital. En cuanto a los aspectos formales cabe destacar que: + Como género, prefieren el ensayo y la novela, en donde introdujeron importantes innovaciones como la pérdida de importancia de la historia y del argumento en favor de cómo se cuenta. La novela se centra en el mundo interior del protagonista. La narración no utiliza los capítulos, sino estampas, producto de las percepciones del protagonista. El narrador tiende también a desaparecer, cobrando importancia el diálogo, que sirve como batalla de ideas. + Enel lenguaje literario, se rechaza el estilo de de los románticos y modernistas y se utiliza la precisión, la naturalidad, la sencillez y la preocupación por la expresión correcta. Del mismo modo se recuperan localismos y arcaísmos de las raíces populares en peligro de extinción. Dentro del grupo, nos vamos a centrar en el análisis de los novelistas Azorín, Baroja y Unamuno, ya que Antonio Machado cultivó sobre todo la poesía, Valle-Inclán el teatro, y Maeztu el ensayo. El polémico bilbaíno MIGUEL DE UNAMUNO, catedrático y rector de la universidad de Salamanca, cultivó todos los géneros literarios, y con mayor intensidad el ensayo y la novela. Destaca por el concepto de "intrahistoria", que introduce en su primera novela, Paz en la guerra, y también porque inventó después en su novela bla una nueva técnica narrativa, a la que llamó "nivola", en las que predomina el pensamiento, el diálogo y el monólogo en vez de la narración y la descripción de las novelas tradicionales como medio para indagar en sus problemas a través de sus personajes, como se puede ver en La tía Tula (que trata sobre la soledad y el desamor) o en San Manuel Bueno, mártir (sobre la muerte y la existencia de Dios, uno de sus principales temas). El solitario PÍO BAROJA era un inconformista en desacuerdo con la sociedad de su época defendiendo la acción y la lucha como ideales de la vida, pero sin energías para llevarla a cabo. Sus más de sesenta novelas se caracterizan por la intriga y la aventura, vertiendo en ellas su ideología escéptica (desconfiada) y pesimista a través de personajes descritos con gran realismo y aguda penetración psicológica. Ejemplo de ello son El árbol de la ciencia, La busca o Zalacaín el aventurero. El periodista JOSÉ MARTÍNEZ RUIZ, que utilizó el seudónimo de AZORÍN, se preocupó por el paso del tiempo. Sus ensayos y novelas son estampas en las que escasea la acción, porque le interesa más describir los personajes y el ambiente. Con su estilo puede considerarse el creador de la prosa contemporánea por la sencillez, precisión, minuciosidad y por la utilización de la frase corta. Destacan en su producción obras como Antonio Azorín o La voluntad. Entre los narradores del NOVECENTISMO destacan Ramón Gómez de la Serna, Gabriel Miró, autor de obras llenas de emociones como Las cerezas del cementerio, Nuestro padre san Daniel y El obispo leproso, que reflejan una lucha entre la inocencia y la intolerancia religiosa, y Ramón Pérez de Ayala, que creó una novela experimental, preocupada sobre todo por el tema de la conciencia (Troteras y danzaderas).
