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Orientación Universidad
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LA POESÍA SELECTIVIDAD 2ºBACH, Apuntes de Lengua y Literatura

Apuntes para estudiar selectividad muy resumidos.

Tipo: Apuntes

2019/2020

Subido el 13/10/2020

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¡Descarga LA POESÍA SELECTIVIDAD 2ºBACH y más Apuntes en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! Tema 1: LA POESÍA y Romancero gitano. TEMA 1. LA POESÍA. 1.1.a). Antonio Machado: los grandes temas poéticos. b) La evolución poética de Juan Ramón Jiménez: en busca de la “poesía pura”. 1.2. La Generación del 27: cohesión grupal y nómina de autores. 1.3. La poética de la Generación del 27: entre tradición y vanguardia. 1.4. Trayectoria poética de Federico García Lorca: del neopularismo al surrealismo. 1.5.a) De la poesía existencial y social (Celaya, Hierro y Blas de Otero) al «Grupo poético de los 50». b) La renovación poética: de los «Novísimos» a la «Poesía de la experiencia». 1.1.a) ANTONIO MACHADO: LOS GRANDES TEMAS POÉTICOS. El primer libro de Machado, Soledades, aparece en 1903. En 1907 se publica una edición refundida (el poeta eliminó los poemas modernistas más extremos) y ampliada bajo el título de Soledades. Galerías. Otros poemas. Nos queda una obra alejada del modernismo más brillante y sensorial, que refleja un modernismo más intimista, de tonos grises (heredero del Romanticismo), que tiende al aislamiento, a la melancolía y a la nostalgia, a indagar en el interior. Así, los temas recurrentes son las cuestiones centrales de la condición humana: - El tiempo, el fluir de la vida humana. A Machado le interesa el tiempo en cuanto tiempo vivido, no como mera abstracción. Es la historia individual de cada ser, que pasa pero que permanece en la memoria. La angustia deriva de la contradicción entre no poder ser sino en el tiempo y ser devorado por este. De ahí también esa nostalgia de evocar el pasado. Y, por encima de todo esto, la esperanza de que el poeta pueda, con su intuición creadora, intemporalizar, eternizar en la memoria del poema esos instantes fugaces de su propia historia. - La muerte. Las reflexiones sobre este tema son derivación lógica de sus inquietudes sobre el tiempo, considerado este como el gran exterminador. La muerte se manifiesta de continuo: brevedad e inconsistencia de la vida, decadencia de los hombres, de las cosas y de los elementos de la naturaleza… Su actitud vital ante la muerte nos desvela una gran angustia personal. - El problema de Dios. A veces es evocado con nostalgia de fe perdida, soñado (deseado) más que afirmado. Otras veces nos transmite la búsqueda reflexiva de Dios desde la duda. - Los sueños. El sueño representa, a veces, la única forma de conocimiento. Otras veces, soñar es una manera fugaz y vaga de revivir las emociones de las experiencias pasadas. El objetivo de estos “sueños” es hacer perdurar el pasado: hay modos de escapar del “tictac” del reloj penetrando en un mundo tejido con las sutiles membranas de la memoria, re-cordando (trayendo de nuevo al corazón, según la etimología latina de la palabra —cor, cordis ‘corazón’—).Pero la evocación deliberada del pasado en estado de vigilia es difícil, por lo que oscila entre la esperanza yla desesperación. A estos temaspodemos añadir la infancia perdida y el amor (unas veces idealizado, otras, mustio, muerto —de raíces becquerianas—). Los temas de Soledades… se plasman en una serie de símbolos que repite una y otra vez, a los que el poeta acude por su complejidad semántica (no tienen un significado único y sencillo), por su múltiple poder evocador: 1 Tema 1: LA POESÍA y Romancero gitano. - La tarde. Es el espacio temporal preferido del poeta (junto con expresiones sinónimas:ocaso, sol que muere, crepúsculo, muere el día…). Es el momento propicio para la meditación y, sobre todo, algo con lo que se identifica Machado por las connotaciones de decaimiento, apagamiento, melancolía, premonición de muerte... - Huerto o jardín. Representa la intimidad. También está ligado a lo que evoca la tarde. - Espejo, caminos, galerías, laberintos, criptas. Símbolos del vivir, del devenir, de la búsqueda: el poeta bucea en su alma. - El agua. A partir de distintos elementos acuáticos, crea un símbolo complejo que refleja la antítesis alegría / dolor: fuente (anhelos de vivir, ilusiones), río (el vivir, la vida que fluye hacia la muerte), mar (muerte). En 1912 aparece Campos de Castilla. Machado comentó la importancia de su estancia en Soria entre 1907 y 1912: “Cinco años en la tierra de Soria… orientaron mis ojos y mi corazón hacia lo esencial castellano”. Se hace ya patente la identificación del poeta con el paisaje castellano. Además, él mismo señaló que “ya era muy otra mi ideología”: es palpable la influencia del regeneracionismo de y de sus compañeros de generación (especialmente Unamuno y Azorín) desde el punto de vista ideológico y estético. No se trata de un poemario homogéneo, sino que la temática que aborda Machado es variada: - Amor por la naturaleza(poemas sobre la tierra de Soria y sus gentes): visión lírica del paisaje castellano. El poeta abandona sus galerías interiores y busca su alma en la realidad del paisaje. No se trata de una descripción objetiva, sino que nos proporciona una interpretación del alma de esa tierra en sintonía con su propia alma. Nos pinta una Soria mística, por un lado, y una Soria guerrera, heredera de un glorioso pasado, por otro (“lo místico y lo heroico”, según Pedro Salinas). - Preocupación patriótica(meditaciones sobre Castilla y, por extensión, sobre España): visión crítica de Castilla. Frente a la idealización anterior del paisaje soriano, otro grupo de poemas supone la amarga toma de conciencia ante una situación de inmovilismo y marasmo nacional. Machado da testimonio de la miseria y de la decadencia de España: frente a los esplendores pasados alude al despoblamiento, la desertización, la dureza de la vida, la necesidad de emigrar, las ruinas de los pueblos…, y habla de la apatía de las gentes y de sus miserias morales (codicia, envidia…). - Meditación sobre los enigmas del hombre y del mundo. Esta temática ya estaba en Soledades… y acompañará toda la obra del poeta. Las preocupaciones son las mismas: Dios, la muerte, el tiempo, el vivir como camino, el yo… En la serie de Proverbios y cantares, Machado combina sus preocupaciones filosóficas y existenciales con las formas estróficas populares, todo ello envuelto frecuentemente en una sutil ironía. En 1917, con la aparición de sus Poesías completas, Campos de Castilla experimenta una ampliación que nos permite señalar otros ejes temáticos: crítica a la sociedad andaluza y poemas sobre Leonor. En esta última edición, la visión de España es más crítica, más amarga, más mordaz, pero el poeta también pone su esperanza en el futuro, en una nueva España que nace…, lo que conduce a Machado a un humanismo que le hace confiar plenamente en aquellos que trabajan cada día por su país. En 1924 aparece Nuevas canciones, con otra serie de Proverbios y cantares (más breves y conceptuales) y más canciones de corte popular. Desde entonces, Machado ya no publica ningún poemario, añade poemas a las sucesivas ediciones de sus Poesías completas. La escasa producción de los últimos quince años se agrupa en dos sectores: los poemas recogidos en De un cancionero apócrifo y las Poesías de guerra. 4 Tema 1: LA POESÍA y Romancero gitano. vida y su culto a la amistad es muy importante, una amistad por encima de ideologías políticas y separación por el exilio. Por último, muchos son a la par que poetas, profesores y críticos literarios. Sus maestros son todos los autores de la literatura española, desde la medieval hasta los inmediatamente anteriores a ellos. Los grandes temas que recorren su poesía son "civitas hominem", la naturaleza, el amor y el compromiso. Sus orientaciones estéticas se pueden sintetizar en la unificación y convivencia de lo tradicional y lo vanguardista. Es interesante nombrar algunas pinceladas de los integrantes de la generación y sus obras. Pedro Salinas (1892-1951) fue profesor en diversas universidades (en la de Sevilla tuvo como alumno a Cernuda). Además de poeta, es traductor y ensayista, con prestigiosos títulos sobre la historia de la literatura española. Su poesía, basada en la mirada interior, equilibra sentimiento e inteligencia como una manera de penetrar en la realidad, a través de la autenticidad, la belleza y el ingenio (conceptismo interior). Sus títulos más representativos son La voz a ti debida y Razón de amor. Gerardo Diego (1896 -1987) Como otros miembros de la Generación del 27, Diego fue profesor en varios institutos de Soria, Santander y Madrid. Su poesía se puede dividir en dos vertientes: de vanguardia (Creacionismo y Manual de espumas) y clásica o tradicional (Alondra de verdad). Ejerció un papel impulsor para esta Generación a través de su manifiesto “Antología”. Rafael Alberti (1902-1999) vivió entre dos pasiones: la pintura y la poesía. Cultivó todo tipo de estilos, y en su obra se fundieron múltiples influencias, destacando la perfecta combinación entre lo popular y lo culto. Con su primera obra, Marinero en tierra (1925) obtiene el premio Nacional de Literatura. Luego se adhiere al surrealismo (Sobre los ángeles) y durante la República, Alberti subordinó la creación literaria a la lucha con fines revolucionarios y su poesía se vuelve sencilla y directa. Después volverá a las formas clásicas, como en Retornos de lo vivo lejano, donde evoca la patria perdida. Dámaso Alonso (1898 - 1990) fue profesor universitario y miembro de la Real Academia Española. Recibió el Premio Cervantes y destacó como investigador y estudioso.Como poeta, cuenta con un libro esencial, Hijos de la ira (1944), estremecedora visión existencial de la posguerra, de tono desgarrado y angustioso, pero también de rebelión contra la injusticia y la crueldad. Vicente Aleixandre (1898-1984) se caracteriza por su hondo pesimismo vital. Describe al hombre con dolor y angustia y su ideal es volver a la tierra y fundirse con la naturaleza. Considerado una de las cumbres del surrealismo en España, su poesía se distingue sobre todo por las metáforas visionarias, poderosas imágenes presentadas en largos y cadenciosos versos. Sus títulos más significativos son La destrucción o el amor y Sombra del paraíso. Jorge Guillén (1893-1984) concibió sus obras como una unidad orgánica, a la que tituló Aire nuestro. Se distinguió de sus compañeros de generación por su declarado optimismo, que no le impedía ver las injusticias y miserias de la vida y el mundo. Destacan sus obras Clamor, Final, y especialmenteCántico, considerada por la crítica como una de las obras máximas de la lírica europea del siglo XX. Luis Cernuda (1902-1963) es uno de los escritores que fue reconocido tardíamente. Su poesía se centra en una serie de temas que le obsesionaban: la soledad, la añoranza de un mundo habitable, el ansia de belleza y el amor. Cernuda reunió todas sus obras bajo un título común: La realidad y el deseo, contraste que estará presente en todas sus poesías y que explica el choque ente el anhelo de felicidad y los límites del entorno. Manuel Altolaguirre (1905-1959) destaca por su anhelo de unión con la naturaleza y los temas amorosos. Destaca la obra Las islas invitadas. 5 Tema 1: LA POESÍA y Romancero gitano. 1.3. LA POÉTICA DE LA GENERACIÓN DEL 27: ENTRE TRADICIÓN Y VANGUARDIA. La Generación del 27 cumple con uno de los rasgos característicos de la poesía moderna: la ruptura con sus maestros inmediatamente anteriores para llegar a una verdadera innovación poética. Además, la necesidad de romper con los modelos establecidos es una de las exigencias de los movimientos vanguardistas, que habían imperado unos años antes. El Dadaísmo, el Futurismo o el Creacionismo postulan que el pasado no existe y el Surrealismo, seguido ampliamente por este grupo, incluso propone una auténtica liberación del hombre. Sin embargo, esta voluntad de innovación y de rebeldía encuentra en la poesía tradicional un aliado: paradójicamente, los jóvenes poetas del 27 reivindican a Góngora (cuyo centenario dará nombre al grupo) como ejemplo de poeta revolucionario; muchos de ellos utilizan la copla, el romance y la canción tradicional como ejemplo de purificación del lenguaje poético. Son grandes conocedores de la tradición literaria española: Dámaso Alonso investiga la poesía barroca y recopila romances y canciones populares, Lorca recorre la sierra andaluza con Menéndez Pidal, uno de los grandes folkloristas de la época y Cernuda muestra su admiración por Bécquer. Sus influencias, por tanto, fueron muchas y muy variadas. Los poetas más cercanos son Juan Ramón Jiménez, a quien admiraron por su concepción de poesía como belleza absoluta, Gómez de la Serna, quien asimiló las vanguardias en España, la idea de España de Unamuno y los Machado y el Rubén Darío modernista. Del siglo XIX les llega la influencia de Bécquer. De los siglos XVI y XVII destaca su admiración por Góngora: se pueden apreciar sus huellas en temas, versos o estrofas. Además, algunos de los miembros del grupo realizan estudios sobre Manrique, Garcilaso, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz o Quevedo. Especial interés suscitó Lope de Vega, sobre todo sus poemillas de corte popular. Pero, junto a su estética cultísima, hay en ellos una honda veneración por las formas populares, como los romances y el cancionero. Asombra cómo la asimilación de formas anteriores y su respeto por la tradición no contradice esa inmensa labor suya en la renovación de la lírica española, que les confiere su alto puesto en nuestra literatura y en la mundial. Así, los poetas del 27 comparten una cierta tendencia al equilibrio entre contarios: intelectualidad y sentimentalidad; concepción cuasi-mística de la poesía y lucidez rigurosa en la elaboración del poema; pureza estética y autenticidad humana; lo minoritario y la «inmensa compañía»; lo universal y lo español. En suma, combinan con perfecta maestría la tradición y la vanguardia. La combinación entre clasicismo y vanguardismo queda patente en la evolución del grupo, que también fue aparejada a las circunstancias sociales e históricas de la época y a la propia madurez poética de sus componentes. En la primera etapa (hasta 1927) comienzan los tonos becquerianos o modernistas pero enseguida se dejan influir por las vanguardias deshumanizadas: Pedro Salinas abraza el futurismo en Fábula y signo; Gerardo Diego sigue el Creacionismo en Manual de espumas; Jorge Guillén asimila la aséptica poesía pura de Paul Valéry. Algunos sienten un deseo de perfección formal, por lo que buscan a los clásicos como Góngora: Cal y canto, de Alberti. Juan Ramón Jiménez fue el maestro de la poesía pura o desnuda de artificio que también tendrá eco en esta etapa. Otros como Lorca, Alberti, Diego se dejan llevar por la inspiración popular del Romancero Viejo (Romancero gitano de Lorca, Marinero en tierra de Alberti). En la segunda etapa (de 1927 hasta la Guerra Civil) los autores evolucionan adquiriendo personalidad propia y tendiendo a la rehumanización (poesía impura) y comienza a notarse cierto cansancio del puro formalismo. Pasan a un primer plano los más hondos sentimientos humanos: el amor, el ansia de plenitud, las frustraciones, las inquietudes existenciales o sociales. Un ejemplo es la obra Historia del corazón de Aleixandre. También se utiliza el 6 Tema 1: LA POESÍA y Romancero gitano. surrealismo como procedimiento para liberarse de la represión o de la injusticia: Los placeres prohibidos de Cernuda, Poeta en Nueva York, de Lorca o Sobre los ángeles de Alberti. Al mismo tiempo aparecen los acentos sociales y políticos en la poesía: Alberti, Cernuda o Prados adoptarán una concreta militancia política y de forma más o menos activa, todos se mostrarán partidarios de la República al estallar la guerra. Después de la Guerra Civil comienza la tercera etapa. Lorca ha muerto en 1936; los demás, salvo Aleixandre, Dámaso Alonso y Gerardo Diego, parten a un largo exilio. El grupo se ha dispersado. Cada cual sigue su rumbo, pero ninguno abandonará una poesía entrañablemente humana. En el exilio, hay imprecaciones de los poetas contra los vencedores. Con el tiempo, la nota dominante en ellos será la nostalgia de la patria perdida (Retorno de lo vivo lejano, Alberti). En España, la poesía deriva hacia un humanismo angustiado, de tonos existenciales (poesía desarraigada), cuya muestra más intensa es Hijos de la ira de Dámaso Alonso, de 1944. Aleixandre vivirá en cierta manera el llamado exilio interior, constituyéndose en ejemplo y modelo para poetas posteriores con Sombra del paraíso. La concesión del Premio Nobel en 1977 a este poeta fue la confirmación de la importancia de todo un grupo que ha dado a la lírica española una nueva Edad de Oro. 1.4. TRAYECTORIA POÉTICA DE FEDERICO GARCÍA LORCA: DEL NEOPOPULARISMO AL SURREALISMO. Ente sus compañeros de generación fue el más conocido en vida, tanto por su compleja personalidad, como por el éxito de su obra literaria y actividad social. Las terribles circunstancias de su muerte en agosto de 1936, a comienzos de la Guerra Civil, proyectaron la figura del poeta al exterior y su obra ha conocido gran aceptación entre lectores y estudiosos. La personalidad de Lorca ofrece una doble cara: por un lado, su vitalidad arrolladora, desbordante de simpatía; por otro, un íntimo malestar, un dolor de vivir, un sentimiento de frustración, como anuncio de su trágico destino. En cuanto a sus influencias, García Posada afirma que la obra lorquiana es el resultado de una síntesis plena de vanguardismo y tradición española, tanto popular como culta. También está influido por poesía arábiga clásica culta y popular y por autores de finales del XIX y principios del XX: Bécquer, Darío, Unamuno, Machado o Juan Ramón. En cuanto a lascaracterísticas de su poética, García Lorca se mueve entre dos fuerzas principales, vanguardia y tradición. El malestar y la frustración conviven junto con manifestaciones de creación bulliciosa y alegre. Pero será el tema del destino trágico, la imposibilidad de realización, el elemento que da unidad profunda a su producción poética y también teatral. En cuanto a la evolución de la poesía lorquiana, podemos hablar de manera general de dos grandes etapas: neopopularista y vanguardista, aunque la crítica suele reconocer tres grandes ciclos. En su primera etapa o de juventud destacala aparición de Libro de poemas donde combina el tono alegre e infantil con el tono nostálgico. Expresa la rebeldía del artista contra la norma social y moral. En el libro integra los modelos de Darío, Machado, Juan Ramón y ciertas huellas de la greguería, del ultraísmo y del creacionismo. Domina ya un hondo malestar, evoca con nostalgia su infancia, «paraíso perdido», y frente a su «alma antigua de niño» habla de su «corazón nuevo», dolorido. En estos años comienza a publicar sus primeras Suites, que continuarán a lo largo de su vida y son un testimonio de sus inquietudes humanas y estéticas. En 1927 se abre el ciclo mítico andaluz: Poema del cante jondo es el libro de «la Andalucía del llanto». Lorca expresa su propio dolor de vivir a través de los cantes «hondos» de su tierra. Lorca quiere hacer una obra popular y a la vez estéticamente culta, apartándose del repertorio 9 Tema 1: LA POESÍA y Romancero gitano. que el hombre ha vivido desde la perspectiva existencialista. Por este motivo sus versos pretenden, en cierto modo, ser un “reportaje” de experiencias concretas y reales. Los poemas predican silencio, con trazos desolados y amargos. Más tarde se integrará en la poesía social con Quinta del 42 (1952) o Cuánto sé de mí (1959), libro que de nuevo marca un nuevo giro. A partir de este libro, José Hierro se permitirá caprichos del lenguaje y se adentrará por nuevos caminos poéticos abandonando la austeridad y desprendiéndose del desarraigo, sin dejar de lado una melancolía reposada. Después de estos, se conforma un grupo de poetas, cuyas obras más importantes son escritas ya en los 60, denominado Generación del 50, Generación del medio siglo o Generación de los niños de la guerra, escritores nacidos en torno a los años 20 y que empiezan a publicar una vez se ha superado la Guerra Civil (se conoce cierto aperturismo del régimen franquista), de la que son considerados "hijos": Ángel González, Claudio Rodríguez, Carlos Barral, Francisco Brines, Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente, José Agustín Goytisolo, Antonio Gamoneda, Gloria Fuertes... Debemos ser escépticos con el canon, no obstante, y apostar también por “la rareza” incluyendo a autores como Gabino-Alejandro Carriedo (miembro del Postismo1) y Miguel Labordeta (próximo al círculo postista y atento a todas las expresiones experimentales de su tiempo). Huyen del frío clasicismo de la poesía arraigada y del tono estridente y desgarrado de la literatura existencial y social: buscan una voz personal basada en un lenguaje intimista y cuidado, alejado del coloquialismo de la poesía social. Se recuperan así los tonos becquerianos y machadianos (Machado es el gran referente ético y estético, y gozan especialmente con sus apócrifos, Juan de Mairena y Abel Martín), se reivindica al poco reconocido Luis Cernuda y se reflexiona acerca de la naturaleza de la poesía (la poesía es conocimiento, no comunicación, insistirá Carlos Barral). 1.5.b) LA RENOVACIÓN POÉTICA: DE LOS <<NOVÍSIMOS>> A LA <<POESÍA DE LA EXPERIENCIA>>. La renovación poética que caracteriza la literatura posfranquista no se hace esperar a 1975; la desaparición de la censura no alteró el ahistoricismo que había sido práctica habitual en los más influyentes poetas sesentayochistas. Es más, el proceso de transformación estética que 1 El Postismo fue una vanguardia española que surgió a mediados de los 40. Pese a tu tardía fecha, fue un auténtico movimiento de vanguardia que cumplía con los principales requisitos de estos: manifiestos, revistas y “estrépitos”. Así queda definido el ismo en su Primer Manifiesto, en evidente relación con el Surrealismo: «Es el resultado de un movimiento profundo y semiconfuso de resortes del subconsciente tocados por nosotros en sincronía directa o indirecta (memoria), con elementos sensoriales del mundo exterior, por cuya función o ejercicio, exaltada automáticamente, pero siempre con alegría, queda captada para proporcionar la sensación de belleza o la belleza misma, contenida en normas técnicas rígidamente controladas y de índole tal que ninguna clase de prejuicios o miramientos cívicos, históricos o académicos puedan cohibir el impulso imaginativo». Sobre la palabra situada dentro de la expresividad de la frase, dicen lo siguiente: «el vocablo resulta ser fuerza motora y no tiene únicamente el valor que nos indican en su frialdad el Diccionario y la Gramática, sino aquel que le confiere la situación en la cláusula, por no hablar de aquel otro que nos brinda la palabra con sus raíces ocultas y su poder ascensional (verbigracia: si yo digo: los ojos brillan, me atengo sencillamente al Diccionario y a la Sintaxis; si digo: los ojos brillan como ascuas, hallo una similitud libre; si digo: los ojos lanzan centellas, recurro al lenguaje figurado; si digo: los ojos de cristales encendidos, cometo un lorquismo; si digo: ojos triángulos cortados, resulto pobremente ultraísta; si digo: ojos trenes directos ojo ojo ojo, a lo mejor soy dadaísta, y hasta ahora probablemente no he dicho nada; pero si digo: los ojos lloran, o los ojos de llanto, o sencillamente los ojos cargados de centauros, o mejor aún la mujer llora trompeta (o mejor, cosecha) vaca al diablo -lo cual vale: llora deshecha cara al diablo-, ya he dicho algo». 10 Tema 1: LA POESÍA y Romancero gitano. autoriza a hablar de una poesía sensiblemente diferente de las creaciones de posguerra se sitúa ya en los años 50: algunos críticos, que lo argumentan con solvencia, radican en esta década el origen (tímido, pero ya irreversible) de un proceso de rehabilitación de los códigos de la modernidad que habían sido amputados en 1936. En los 60, el franquismo pierde consistencia como “hábitat cultural” a consecuencia de un incipiente pero imparable proceso de globalización y apertura. La sociedad española gozaba de una ruptura precoz y se sentía viviendo en un “posfranquismo con Franco” y, tal vez como principal consecuencia, esa misma sociedad comenzó a desentenderse de la lucha contra el régimen. Este hecho resultará crucial para nuestros novísimos porque supone la liberación de la escritura de cualquier clase de deber extraestético. A partir de 1967, aparecen diversas antologías que recogen parte de la nueva poesía, pero no logran construir una imagen de la nueva generación ni una propuesta canónica. En 1970, José María Castellet publica la que, para la inmensa mayoría, es la antología generacional por excelencia de los poetas sesentayochistas: Nueve novísimos poetas españoles. Con el término “novísimos”, Castellet pretendió poner nombre a la facción más renovadora de la Generación del 68. El antólogo considera trascendental, además, que los nueve poetas reunidos han nacido a partir de 1939, es decir, no han padecido la experiencia de la guerra, por lo que nada puede despertar en ellos recuerdos personales (circunstancia existencial de trascendentes consecuencias). Castellet también quiere dejar claro que el propósito principal de los autores antologados es contraponerse a la poesía anterior, la “pesadilla estética” del Realismo. Los poetas seleccionados por Castellet se presentan en dos secciones o grupos de edad a los que atribuye actitudes tendenciales netamente diferenciadas: Los seniors, por ser mayores y los más culturalistas (Manuel Vázquez Montalbán, Antonio Martínez Sarrión y José María Álvarez), y La coqueluche, más próximos a la cultura pop y la contracultura, aunque también presentan una marcada vena culturalista (Félix de Azúa, Pere Gimferrer, Vicente Molina Foix, Guillermo Carnero, Ana María Moix y Leopoldo María Panero). Las diferencias entre los poetas sesentayochistas son muy pronunciadas, pero podemos identificar las siguientes características comunes: - Son lectores voraces con sinfín de influencias diferentes que confirman el eclecticismo como uno de sus rasgos y, sobre todo, el intento de conectar la nueva poesía con las corrientes europeas y alejarla de la precariedad cultural de la España franquista. Se recupera a la Generación del 27, el último grupo español apegado a la modernidad y la vanguardia europeas, y no renuncian al Grupo del 50, sobre todo a aquellos que se mantuvieron alejados de la poesía social. Muy importante también es la conexión con la poesía hispanoamericana del momento (Octavio Paz, Oliverio Girondo…) y la recuperación de autores occidentales que se remontan incluso al Modernismo o al Simbolismo, con especial gusto por la literatura y la cultura anglosajonas y francesas del XX. - La realidad inmediata deja de ser el referente del texto (se ha hablado, por ello, de “desrealización”) y el YO desaparece de la esfera del poema, ocultando la emoción directa mediante diversos mecanismos de distanciamiento (dirá Gimferrer: «No sabemos quién narra porque no sabemos quiénes somos…»). El nuevo universo simbólico-mítico del poema se conforma a partir de elementos eruditos procedentes del sistema artístico y literario, de la cultura popular de los mass media (dice Ana María Moix haber «aprendido en libros, tebeos, películas y canciones»), y de épocas del pasado o de lugares caracterizados por su estilización o su exotismo y llenos de prestigio cultural (por ejemplo, Venecia: recibieron el apodo de Escuela de Venecia). El culturalismo será, pues, una de las más inequívocas marcas de la época. - Es innegable la incorporación de elementos de gusto camp (combinación de artificios, 11 Tema 1: LA POESÍA y Romancero gitano. teatralidad, exageración con tintes de ironía, humor y parodia), pues incluye una nueva mitología creada o popularizada en el espacio cultural de los mass media. - El gusto por la alta cultura o por lo camp responden a la misma necesidad: la voluntad generacional de propugnar la autonomía absoluta de la creación artística, de subrayar su carácter ficcional y la existencia paralela de arte y vida como realidades diferentes. El contenido del poema quedaba circunscrito a la ficción en cuanto ficción. La reflexión en el poema sobre el hecho de escribir poesía, o sobre la relación entre autor, texto y público, se conforma como otro de los rasgos principales de la estética novísima (metapoesía). - Es característico de los novísimos un profundo escepticismo epistemológico (relativo a la posibilidad de conocer lo real mediante el hecho poético) casi siempre ligado a un escepticismo de índole moral. Se contempla la incapacidad de la razón racionalista para conocer la realidad individual (de ahí que las palabras, los poemas, remitan a un mundo que no es el de la experiencia o la vivencia). - Todo lo anterior los lleva al último de los rasgos colectivos de los novísimos: la instauración de un sistema expresivo abierto a diferentes formas de irracionalismos. Estos poetas abandonaron el discurso lógico y adoptaron un lenguaje discontinuo, sincopado, elíptico, proclive al quebrantamiento de la sintaxis, a la técnica del collage, a la yuxtaposición caótica… y, a menudo, emparentado con las técnicas surrealistas del empleo de la escritura automática, la imagen visionaria y el gusto por el versículo. En antologías posteriores, a estos nueve novísimos se añadieron nombres importantes como Antonio Colinas, Luis Alberto de Cuenca, Jaime Siles, José Miguel Ullán, Jenaro Talens, Justo Jorge Padrón o Miguel D’Ors, entre otros. Tras la continuación de esta estética en los llamados poetas posnovísimos (como Luis Antonio de Villena) o en el grupo de la poética del silencio (Andrés Sánchez Robayna), en la década de los 80, casi a finales, surge una nueva tendencia estética con planteamientos distintos, que, además, será la que condicione la evolución de la poesía de los 90, invadiendo con éxito el mercado editorial y acaparando los premios literarios. Se utiliza el membrete de poesía de la experiencia para denominar, en un principio, un estilo poético que tímidamente se alejaba de la estética novísima pero, una década después, ya resultaría confuso y ambiguo seguir utilizando esta denominación para agrupar a poetas como Luis Alberto de Cuenca, Luis García Montero, Julio Martínez Mesanza, Felipe Benítez Reyes, Carlos Marzal o Vicente Gallego. El término procede del libro de Robert Langbaum, The Poetry of Experience, dedicado a estudiar el monólogo dramático en la lírica inglesa (el monólogo dramático es un proceso mediante el cual la experiencia que el poema revela está contada por un observador, hablante o personaje que no es necesariamente el poeta; el poeta se encarga de dotar a su personaje de las cualidades necesarias para hacer que el poema le suceda). Es una poesía que habla de lo cotidiano y de la relación personal que el poeta entabla con la realidad más inmediata, extrayendo de ella una experiencia vital que normalmente viene dada en forma autobiográfica, lo cual no implica plena identificación entre el sujeto creador /autor y el sujeto literario. Su estilo se caracteriza por la objetividad y el tono narrativo, y el lenguaje está marcado por los coloquialismos y el tono conversacional. En la poesía de estos años se encuentra una recuperación de lo vital, lo personal y lo emotivo en una clara vocación de rehumanización. 14 Tema 1: LA POESÍA y Romancero gitano. encuentro amoroso desemboca en la frustración, como en "La casada infiel": el mozo se siente deshonroso e incapaz de querer a una adúltera. Diferente caso es el de tres personajes arcángeles mítico-gitanos, que son representantes de tres ciudades andaluzas: San Miguel (Granada); San Rafael (Córdoba); San Gabriel (Sevilla). Los últimos tres romances presentan personajes históricos que sufren un proceso de agitanización: el "Martirio de Santa Olalla" alude al mundo paleocristiano y es el romance de la Andalucía romana. En "Burla de don Pedro a caballo" se presenta el mundo de la Edad Media. "Thamar y Amnón" presenta el mundo bíblico y los amores incestuosos de hija del rey David y su hermanastro. En cuanto al elemento femenino, la mujer del Romancero es una mujer que sueña, que ama, que sufre y que vive intensamente pero que está abocada a un destino claro: a la frustración, a la tragedia y a la muerte. El hombre primitivo impone su masculinidad sobre la mujer, quedando esta como un ser pasivo y subordinado ante el impulso sexual del varón, como ocurre en “Preciosa y el aire”. El viento, símbolo del deseo y del instinto masculino, persigue a la niña gitana. Otras cuatro figuras femeninas representan el sufrimiento, la pena, la frustración. El “Romance sonámbulo” representa la frustración y esterilidad del amor oscuro; “La casada infiel”, el amor carnal, la pasión amorosa; “La monja gitana”, el tema del amor, del deseo erótico; y el “Romance de la pena negra”, la encarnación del dolor, la pena negra de la que no se puede salir, la pena sin remedio, un ansia sin objeto, con la seguridad de que la muerte nos está acechando. En el poema “San Gabriel”, presenta una gitana feliz y «bien honrada», que experimenta la felicidad del goce maternal y el sentido familiar entrañable de los gitanos. La «pena negra» es el personaje principal y que nada tiene que ver esta pena con ningún sentimiento de melancolía ni nostalgia ni aflicción. Es una pena andaluza. Para Lorca el único personaje real del libro es «la pena». En varias ocasiones, Lorca, al hablar de su libro, dice que "no hay más que un solo personaje, la Pena, que se filtra en el tuétano de los huesos y en la savia de los árboles, que es un sentimiento más celeste que terrestre, pena andaluza que es una lucha de la inteligencia amorosa con el misterio que la rodea y no puede comprender". El elemento enfrentado al gitano es la Guardia Civil. Lorca muestra una actitud cercana y benévola hacia los gitanos y de rechazo hacia la Guardia Civil. La Guardia Civil es, pues, al igual que la violencia, la muerte y el erotismo, símbolo y elemento que conforma el mundo lorquiano. Por ejemplo, el “Romance de la Guardia Civil española” es el primer y único romance que tiene como personaje principal a la Guardia Civil, que representa la destrucción y la muerte. Miguel García-Posada cree que este poema representa la represión implacable y que la libertad, la imaginación y el juego son sacrificados por la ley de la civilización siniestra. 3. LOS TEMAS TRÁGICOS En el Romancero gitano aparecen varios temas, aunque todos tienen algo en común: están vertebrados por la idea de la frustración y lo trágico, a través de un espacio mítico, Andalucía, y unos personajes que adquieren categoría y símbolo de la pureza andaluza: los gitanos. El amor, el erotismo y el sexo aparecen desde diferentes perspectivas: amor frustrado, amor ansiado, amor prohibido, amor imposible, amor incestuoso. Todo el libro está creado sobre una realidad amorosa frustrada. Se podría hablar de una dualidad sexo-muerte muy presente en la obra, lo que es símbolo de vida (deseo, pasión, sexo) será precisamente lo que amenaza y anuncia la muerte. La homosexualidad también tiene un papel importante en este contexto porque es un tabú social y una manifestación individual ante una rigidez social representada por la Guardia Civil (en este sentido, es interesante mencionar que Luis Antonio de Villena defiende que esta obra tiene como tema fundamental la exaltación de la sexualidad desde lo 15 Tema 1: LA POESÍA y Romancero gitano. masculino y desde una sensibilidad homoerótica). El poemario es una exaltación de la pasión, de su fuerza, de su arrebatamiento y de la libertad que le acompaña. Todo ello simbolizado en el pueblo primitivo gitano, donde ese sexo y esa libertad se mezclan con la muerte, la magia y la violencia. Los gitanos son pues un símbolo y una figuración –cercana a Lorca– de ese pueblo primitivo, especialmente vinculado además con lo mágico. Así, los elementos primordiales de la obra son sexo, muerte, violencia, onirismo y una consecuente defensa de la libertad, encarnada en quienes viven esa vida ancestral, telúrica y plena. La violenciay la muerte hacia los marginados es un tema que irrumpe continuamente en el paisaje poético lorquiano. Esa violencia física es también violencia represiva contra la ideología cultural. La sangre es la esencia de la vida y su derramamiento es la esencia de la muerte. Por ejemplo, en los romances sobre Antoñito el Camborio, la sangre y la destrucción violenta dominan los versos. La violencia y la muerte individuales desembocan en la destrucción y la muerte colectiva, como en el "Romance de la Guardia Civil española". Los temas del dolor y la frustración se muestran en la oposición recurrente en esta obra: el conflicto entre las instituciones opresivas y el deseo de libertad del individuo. La lucha contra la hegemonía cultural está marcada por el sufrimiento y la frustración. El dolor de los personajes del Romancero manifiesta la opresión y la soledad del individuo. Presenta un mundo donde los personajes van perdiendo su identidad y son despojados de lo material y también se pierden o buscan sin encontrar sentimientos. Nada los ata a este mundo para permanecer en él. El tema del destino trágico aparece bien definido en el libro y centrado en el personaje de la Pena. Protagonista en el "Romance de la pena negra" a través de la gitana Soledad Montoya, resume esa aceptación de la muerte y el dolor trágico. Muchos de los romances se adentran en el mundo de las fuerzas ocultas y del destino trágico del hombre y la muerte aparece como desenlace de una situación marcada por el fatalismo. Por ejemplo, en el "Romance de la luna, luna", la luna es mensajera y símbolo de la muerte. En “Reyerta” la violencia y la muerte están marcadas por el destino fatal. En el “Romance del Emplazado” se presagia el destino trágico de un gitano como algo inevitable. Y en "Romance sonámbulo", ninguno de los protagonistas gitanos puede evitar la muerte que se cierne sobre ellos. El mundo andaluz con los tipos, costumbres y actitudes de los gitanos en su paisaje es el telón de fondo de ese destino trágico. Se inspira en sus propias experiencias y en leyendas de la tierra. El elemento gitano es el común denominador de todo el libro y representa la libertad, la aventura, la fantasía, la ensoñación y lo que está al margen de la ley. Aparece el gitano idealizado, convertido en mito, prototipo de hombre libre que intenta afirmar su individualidad frente al mundo y que sucumbe ante un destino trágico del que no logra escapar. La denuncia social es un tema que está emparejado al del mundo andaluz a través de la figura del gitano y de la Guardia Civil, figuras opuestas que establecen dos extremos del mundo lorquiano. Por otra parte, en "Muerto de amor" se pone de manifiesto la desigualdad social y en "San Miguel" aparece una crítica a la sociedad de Granada. 4. LOS SÍMBOLOS Además de símbolos convencionales consagrados por la tradición cultural, hallamos en el poemario un universo creado mediante símbolos específicos del poeta. La característica fundamental del símbolo es la polivalencia que posee, interrelacionándose unos símbolos con otros. 16 Tema 1: LA POESÍA y Romancero gitano. La presencia de lo gitano encarna el conflicto entre primitivismo y civilización. En este conflicto el gitano fracasa en sus intentos de adaptación a la sociedad y sucumbe a su “ fatum” o destino trágico. Es en sí mismo un símbolo, el símbolo que encarna el conflicto entre el instinto y la sociedad, entre la vida en libertad y la vida sometida a unas normas a las que el gitano, siempre problemático, no se podrá adaptar. Pero existen en el poemario otros símbolos que inciden y ahondan en la sensación más importante que se deriva de la lectura del libro: la muerte. La muerte planea en todos los poemas y los símbolos que se utilizan para aludir a ella son varios: colores como el verde o el negro; sustantivos como la luna o los cuchillos. Si el nombre propio se define como aquel que identifica, esta premisa se cumple plenamente en los nombres que Lorca elige para algunos de sus personajes. Soledad, Amargo... ponen de relieve a través del nombre las sensaciones y los sentimientos que definen al personaje, es decir, el nombre se utiliza como símbolo de lo que es y de lo que siente el personaje. Soledad Montoya tiene nombre propio. Soledad, símbolo de la frustración individual, representa la pena negra de los gitanos. Hallamos en el poemario una predilección por los elementos de la naturaleza. La luna es un elemento trágico que implica presagios funestos que acaban desembocando en la misma muerte. Remiten a la muerte: navajas, adelfas, sangre, cruz, cicuta, ortigas, cuchillos. Como todos los símbolos del libro, el agua también puede relacionarse con la muerte, sobre todo cuando se alude a ella como mar –como sucede en “Romance sonámbulo-; pero es también símbolo de la nueva vida, de la purificación de la vida pasada y entonces aparece como “río”, es decir, símbolo de la fecundidad de la tierra. El viento, que suele aparecer personificado, es un símbolo cargado de sensualidad y erotismo. La rosa es un símbolo de la pasión. El toro simboliza el poder porque es indomable y vive libre, pero también puede expresar la sangre y los malos augurios. El caballo, asociado a la vida errante de los gitanos, es el símbolo animal que más se emplea y se asocia, en general, a la libertad y el vitalismo, aunque dado el matiz personal de la simbología de Lorca, en algunos poemas es más fácil identificarlo con el deseo sexual y la pasión e incluso la muerte. Otro animal que aparece es el pez, que a veces se asocia a lo sexual («en tus pechos altos / hay dos peces que me llaman») o al amanecer («pez de sombra / que abre el camino del alba»). Por otra parte aparecen los símbolos de objetos y materiales. Las tijeras son símbolo de la destrucción y el pozo simboliza la pasión estancada. El espejo puede entenderse como el hogar, la vida sedentaria, y a veces la luna es el gran espejo en que se refleja el mundo. Los metales aluden a una triple gradación que se establece entre luna –por el resplandor- y muerte –por el frío del metal-; mientras que las metonimias con que se nombra el cuerpo humano (pechos, muslos, cintura) remiten en general al erotismo femenino y al poder de seducción que se ejerce sobre lo masculino. Entre los adjetivos destacan con valor simbólico los que expresan colores. Entre ellos los más empleados son: blanco, verde y negro, todos ellos asociados a la muerte, aunque el blanco, en algunos casos alude a la vida eterna. También se asocia a la muerte el color plateado. El rojo, por metonimia, es la sangre; el azul, la pureza o la esperanza; mientras que el amarillo lo mismo puede sugerir malos presagios como ser el color del erotismo o el hastío. Algunas expresiones que también simbolizan la muerte aparecen con cierta frecuencia. Entre ellos: fría plata, verdes barandas, verde pelo... Los caballos negros y las herraduras negras oscilan entre nombrar la muerte y la destrucción. Como un símbolo debe entenderse la personificación de la pena que es la esencia del cante jondo y que es un motivo central en el poemario, pues esta implica el destino trágico a que se ven abocados los personajes. Por eso la pena, una honda pena por el vivir, a pesar de que los
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