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La realidades sociales y medioambientales: concepto y riesgos, Apuntes de Ciencias Ambientales

Asignatura: Ordenació del territori i medi ambient, Profesor: mara cabrejas, Carrera: Ciències Ambientals, Universidad: UV

Tipo: Apuntes

2012/2013

Subido el 05/05/2013

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¡Descarga La realidades sociales y medioambientales: concepto y riesgos y más Apuntes en PDF de Ciencias Ambientales solo en Docsity! 1.- Criticas al enfoque positivista de la > > ciencia para la comprensión de las realidades sociales y > medioambientales. > > > > > > 2. El "desarrollo sostenible" y > > los diferentes enfoques sobre la sostenibilidad a la que alude. > > > > > > 3.- Estructura social y los nuevos riesgos > > tecnológicos (Ulric Beck). > > > > > > 4.- Desigualdades sociales y acceso > > diferencial a los recursos medioambientales en las sociedades > industrializadas > > y en los llamados países "en desarrollo" y el Tercer Mundo. > > > > > > 5.- Mito moderno del progreso. > > > > > > 6. Percepción social, creencias y actitudes > > ante los problemas medioambientales > > > > > > 7. Fuentes del cambio cultural y fragilidad > > práctica del comportamiento ambientalista > > > > > > 8.- Principio de precaución, participación > > social, ciencia, técnicos y decisiones políticas. > > > > > > 9.- Las relaciones y el difícil y no > > determinado ajuste entre la biosfera y las sociedades humanas > > > > > > 10. Rasgos constitutivos de la biosfera y > > la vida en la Tierra. > > > > > > 11.- Progreso y ciencia, desencantamiento > > del mundo y razón instrumental depredadora > > > > > > 12.- Sociedades arcaicas y modernas, > > diferencias en las relaciones con la naturaleza > > > > > > 13.- La Educación Ambiental y críticas > > ambientalistas al sistema de enseñanza. > > > > > > 14.- Ciencia de la complejidad contra la > > ciencia reduccionista > > > > > > 15. - Éticas medioambientales. > > Respecto a la pregunta 15, se encuentra en el pdf 6, pagina 14. 1.- Criticas al enfoque positivista de la ciencia para la comprensión de las realidades sociales y medioambientales. El Positivismo es una corriente o escuela filosófica que afirma que el único conocimiento auténtico es el conocimiento científico, y que tal conocimiento solamente puede surgir de la afirmación positiva de las teorías a través del método científico. La Sociología y las ciencias sociales se basan fundamentalmente en el enfoque positivista aplicando como objeto de estudio las sociedades humanas. La Sociología de autores como Merton asume una forma de neopositivismo, esto implica la asimilación del carácter acumulativo de la ciencia y la utilización de la racionalidad cognitiva. A su vez acepta la separación de la ciencia como sistema cognitivo y la ciencia como producto de las actividades de los científicos estudiadas por la sociología. Para la filosofía de Merton no existe una conexión entre las teorías científicas y los contextos sociales (separación entre Contexto de la Justificación (interno) y el Contexto del Descubrimiento (externo y sociohistórico). La tarea de la Sociología de la Ciencia será el análisis del Contexto del Descubrimiento mediante el estudio de la comunidad de científicos y con la finalidad de descubrir el ethos o personalidad del campo científico. Reglas fundamentales que desarrolla el positivismo en relación con el conocimiento científico: 1-Cuestiona los planteamientos de las doctrinas metafísicas tradicionales, y con ello contrariamente afirma : que no existe diferencia real entre la esencia y el fenómeno 2- No reconoce realidades no dadas por la experiencia sensible. 3- Negación de los valores cognitivos y de los enunciados que no son cognitivos. 4- Defiende “el cientismo”. El positivismo tradicional se basa, erróneamente, en la existencia de reglas de procedimiento que no percibe una realidad no construida. El método científico se caracteriza por unas exigencias formales, cuestiona la subjetividad intuitiva rompiendo así los antiguos métodos de conocimiento practicados por la filosofía. Las preocupaciones positivistas Sociología defiende la neutralidad valorativa, la observación sistemática, el uso de la estadística, los diseños experimentales o la encuesta como técnica investigadora. Frente al positivismo tradicional sobre el saber científico, responsable de haber configurado nuestras realidades sociales contemporáneas; los debates contemporáneos señalan la necesidad de moderar la confianza excesiva en el principio del método. Esto se traduce en nuestras sociedades como la creencia ciega en la norma y la falta de un método más basados en la observación; por ello por ejemplo ha habido 5 accidentes nucleares en los últimos 45 años cuando los científicos mediante su método científico positivista predijeron como máxima un accidente cada 100 años. Y como esto muchas otras creencias basadas en una norma del trabajo reemplazándolo por energía y capital físico. En resumen todo esto implica una extracción de recursos que genera una emisión de residuos que perjudica al medio ambiente, pero a las empresas privadas y multinacionales esto no les importa ya que prefieren tener un mayor beneficio económico antes que utilizar otras energías limpias que aunque no dan tanto dinero respetan el medio ambiente. El segundo enfoque nos habla de otra variante destacable de esta perspectiva de la economía política del medio ambiente, para la cual los conflictos ambientales se añaden a los relativos a las relaciones de producción, en lugar de simplemente derivarse de los mismos, es decir, que los conflictos ambientales no derivan de las producciones sino que son culpa de las relaciones de producción. En resumen, estos dos enfoques explicativos sitúan al medio ambiente como un conflicto derivado del conflicto económico central, como una especie de segunda contradicción derivada de la lucha de clases y del capitalismo, algo propio de los enfoques marxista, y no sitúan al medio ambiente con carácter propio y básico de toda economía y vida humana. El conflicto ecológico-social se produce cuando se considera que una actividad económica implica una explotación, absoluta o relativa, excesiva de recursos naturales o una excesiva contaminación. Encontramos dos corrientes diferentes: 1. En primer lugar el ecologismo, tiende a minimizar la utilización de recursos. La intensificación y la persistencia del conflicto entre sociedad y medio ambiente se explican por el beneficio económico o la acumulación de capital. Esto requiere un ciclo vicios, empezando por la explotación de recursos naturales para obtener productos y beneficios, para ello se necesita trabajadores que incentiven el desarrollo tecnológico. En resumen todo esto implica una extracción de recursos que genera una emisión de residuos que perjudica al medio ambiente, son las empresas privadas que superponen los beneficios económicos ante el medio ambiente, que casi siempre acaba perjudicado 2. En segundo lugar el productivismo o industrialismo, tiende a maximizar la explotación de los recursos. En esta corriente se entiende que los conflictos ambientales derivan de las relaciones de producción Como conclusión estas dos corrientes explicativas sitúan al medio ambiente como un conflicto derivado del conflicto económico y del capitalismo, y no sitúan al medio ambiente como carácter propio y básico de toda economía y vida humana. 3.- Teoría de sociedad de riesgo de Ulric Beck. Ulrich Beck es un sociólogo, profesor de la Universidad de Múnich y de la London School of Economics. Ulrich Beck define una sociedad de riesgo mundial como un momento histórico en el período moderno en el cual los aspectos sombríos del progreso determinan cada vez más las confrontaciones sociales. Se convierte en motor de la política aquello que al principio no era evidente para nadie: que nos estamos poniendo en peligro nosotros mismos. En otras palabras, esta época pierde sus componentes centrales, provocando una serie de debates, reformulaciones y nuevas estrategias de dominación. Se trataría de una época postindustrial. Los peligros nucleares, el cambio climático, la crisis financiera… siguen en buena parte a esta “sociedad del riesgo”. A diferencia de anteriores riesgos industriales, este tipo de riesgos: • No están delimitados local, temporal ni socialmente. • No son imputables conforme a las actuales normas de causalidad, culpa y responsabilidad. • No son compensables ni asegurables. • Son generados industrialmente, externalizados económicamente, jurídicamente individualizados, técnicamente legitimados y políticamente minimizados. Ulrich Beck toma como hito simbólico el desastre de Chernóbil, el cual muestra simbólicamente el límite de la modernidad. Fukushima no se diferencia de Chernóbil. Se dice que tales destrucciones no han sido causadas por decisiones humanas si no por catástrofes naturales (algo que no ha causado el hombre). Sin embargo, este concepto es erróneo pues, aunque los humanos no tengamos nada que ver con el terremoto o el tsunami, el hecho de construir centrales nucleares en zonas sísmicas sí. Hablamos de “catástrofe natural” en un momento histórico en el que ya no existe algo como una “naturaleza pura” que pueda contraponerse a la técnica y a la sociedad. Desde el siglo XVIII, se había logrado anticipar los riesgos tempranos de la era industrial y poner medidas a tales riesgos (cuerpos de bomberos, atención psicológica y sanitaria…) pero el suceso de Fukushima está provocando el nacimiento de la idea de que no hay institución alguna que esté preparada para la catástrofe nuclear máxima. Sin embargo, sí que hay numerosos agentes que se especializan en la negación de los peligros y el tabú de la infalibilidad. Afortunadamente, los dramáticos acontecimientos de Fukushima echan por tierra el mito de la seguridad de la racionalidad técnica y nos hace asumir los grandes peligros que amenazan la vida de todos. 4.- Desigualdades sociales y acceso diferencial a los recursos Medioambientales en las sociedades industrializadas y en los llamados países "en desarrollo" y el Tercer Mundo. 5.- Desarrollo y modernización de las sociedades y modernización ecológica. Modernización F 0E 0 se refiere sobre todo al tránsito de una sociedad tradicional a una sociedad moderna, así como al resultado de dicha transición. Desarrollo F 0E 0 se ha referido, frecuentemente, a la aceleración del proceso de modernización como efecto de la actuación consciente e intencional de las élites de una sociedad y se ha aplicado sobre todo a los aspectos económicos del proceso. Desarrollo sostenible' y 'modernización ecológica' F 0E 0 son términos que aluden a un intento de revisar y reformular las teorías del desarrollo y la modernización en base a la consideración de los condicionantes y restricciones naturales limitativas impuestas por la biosfera. De la modernización a la modernización ecológica La sociología de la modernización se formuló y desarrolló en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, coincidiendo en el tiempo con la difusión del desarrollo como objetivo para casi todas las sociedades del mundo. Desde entonces, ha sido una referencia básica en los análisis sobre el cambio social, tanto para sus partidarios como para quienes la han criticado. Hacia el final de los ochenta, con el colapso del comunismo soviético, experimentó un cierto renacimiento acentuándose su vinculación con las teorías de la convergencia o de la sociedad industrial y con las del desarrollo. Incluso en el periodo más reciente, sobre diferentes versiones de la idea de un cambio social introducido mediante el prefijo 'post' (postmoderno, postindustrial...), o sobre la síntesis en torno a la idea de globalización de las líneas previamente centradas en la modernización, el desarrollo y la convergencia- el núcleo básico de la concepción de la sociedad moderna ha sido el punto de referencia en los debates sobre el cambio social. Rasgos o características que suelen aducirse para establecer la condición o el grado de modernidad de una sociedad se encuentran los siguientes: (a) Desarrollo de las comunicaciones. La sociedad moderna está altamente comunicada entre todos sus puntos; en ella, el espacio social tiene un bajo nivel de correlación con el espacio geográfico; la circulación de bienes, personas e información es extremadamente rápida, lo cual implica una presencia inmediata del centro en la periferia. Sociedad moderna es, también, aquella en la cual hay medios técnicos de comunicación de masas. (b) Hedonismo, consumismo, secularización, individualismo, autorrealización, acceso a abundante bienes y servicios. El habitante de la sociedad moderna es característicamente individualista, adicto a los derechos, libertades y consumos personales. Por otra parte, este desarrollo individual aparece ligado al acceso abundante a bienes y servicios, bien por la vía del consumo privado bien por la vía de los servicios públicos. Ambos aspectos se conectan, finalmente, con una tendencia a la secularización de los valores, lo que no implica la desaparición de la cultura religiosa, sino sólo la pérdida del monopolio por parte de ésta. (c) Preponderancia de los grupos asociativos. Sin desaparecer, las formas comunitarias de agrupación van perdiendo funciones y significado en la vida de los individuos. Las formas asociativas o secundarias de agrupación pasan a ocupar un lugar preeminente. Los mecanismos de identificación emocional se desplazan a ámbitos más amplios, como la clase social o la nación. (d) Autoridad legalista y racionalidad burocrática. Las formas políticas de la modernidad se caracterizan por la consolidación del Estado, de la forma burocrática de administración del poder y de la referencia a la voluntad popular o nacional como principio de la legitimidad política. "En la esfera política, la una de las cuestiones más debatidas en el contexto que nos ocupa: las relaciones entre el proceso de modernización y el uso de energía y materiales desde los años setenta del siglo pasado, es decir, en la última fase o "fase postindustrial" de la sociedad moderna. En algunas ocasiones, se afirma que el proceso de desarrollo sustentable ha comenzado ya (o está próximo a hacerlo) como resultado de un giro en la dinámica de la modernización. Ese giro, iniciado con la transición a estructuras postindustriales y la puesta en práctica de políticas de medio ambiente por parte de gobiernos y empresas, estaría dando lugar a una nueva fase de la sociedad moderna, cuya señal más visible sería el desacoplamiento entre crecimiento económico y uso de recursos naturales. Estaría así disolviéndose la contraposición entre economía y ecología y abriéndose paso una sociedad a la vez más rica y más desmaterializada. 'Modernización' se refiere sobre todo al tránsito de una sociedad tradicional a una sociedad moderna, así como al resultado de dicha transición. 'Desarrollo' se ha referido, frecuentemente, a la aceleración del proceso de modernización como efecto de la actuación consciente e intencional de las élites de una sociedad y se ha aplicado sobre todo a los aspectos económicos del proceso. 'Desarrollo sostenible' y 'modernización ecológica' son términos que aluden a un intento de revisar y reformular las teorías del desarrollo y la modernización en base a la consideración de los condicionantes y restricciones naturales limitativas impuestas por la biosfera. El concepto de modernización se construye mediante la comparación entre una sociedad tradicional y otra moderna. Modernización es, entonces, el proceso a través del cual se pasa de un estado a otro, supone un antes y un después y una polaridad entre dos tipos básicos de organización social: "¿Qué es un a sociedad moderna? Supongamos que nos encontramos con una sociedad en la que la movilidad vertical es baja, las familias son patriarcales, el número de hijos elevado y la autoridad política se basa en justificaciones tradicionales o carismáticas; no dudaremos en calificarla de no moderna o, haciendo un juicio de valor, de atrasada o «subdesarrollada». Si, por el contrario, encontramos los rasgos opuestos, movilidad vertical alta, familias nucleares, hijos poco numerosos, autoridad política legalista y con pretensiones racionalistas, estaremos seguros de encontrarnos ante una sociedad moderna o «desarrollada»" (Giner,1968:130). La teoría sobre modernización puede diversificarse y hacerse menos lineal, si toma como punto de partida diversos modelos de tradición y establece diversos caminos o vías a la modernidad. Sin embargo, en general, se tiende a sostener que hay en esencia un único modelo de modernidad, que todas las sociedades modernas tienden a homogeneizar sus rasgos estructurales. Rasgos o características que suelen aducirse para establecer la condición o el grado de modernidad de una sociedad se encuentran los siguientes: (a) Desarrollo de las comunicaciones. La sociedad moderna está altamente comunicada entre todos sus puntos; en ella, el espacio social tiene un bajo nivel de correlación con el espacio geográfico; la circulación de bienes, personas e información es extremadamente rápida, lo cual implica una presencia inmediata del centro en la periferia. Sociedad moderna es, también, aquella en la cual hay medios técnicos de comunicación de masas: prensa, radio, televisión, cine, telégrafo, teléfono, télex, internet, etc. (b) Hedonismo, consumismo, secularización, individualismo, autorrealización, acceso a abundante bienes y servicios. El habitante de la sociedad moderna es característicamente individualista, adicto a los derechos, libertades y consumos personales; una cierta forma de hedonismo impregna su comportamiento. El principio de la "auto-realización" en un contexto de relaciones competitivas tiende a convertirse en valor dominante. Por otra parte, este desarrollo individual aparece ligado al acceso abundante a bienes y servicios, bien por la vía del consumo privado bien por la vía de los servicios públicos (considerando que el Estado es responsable de determinadas parcelas del bienestar de los individuos). Ambos aspectos se conectan, finalmente, con una tendencia a la secularización de los valores, lo que no implica la desaparición de la cultura religiosa, sino sólo la pérdida del monopolio por parte de ésta. (c) Preponderancia de los grupos asociativos. Sin desaparecer, las formas comunitarias de agrupación van perdiendo funciones y significado en la vida de los individuos. Así, por ejemplo, si bien la familia continúa siendo un ámbito primordial de relaciones humanas básicas, pierde importancia como espacio de la socialización (a favor de la escuela, los medios de comunicación, etc.) y como unidad económica. Las formas asociativas o secundarias de agrupación (profesionales, sindicales, ideológicas, políticas, etc.) pasan a ocupar un lugar preeminente. Los mecanismos de identificación emocional se desplazan a ámbitos más amplios, como la clase social o la nación. (d) Autoridad legalista y racionalidad burocrática. Las formas políticas de la modernidad se caracterizan por la consolidación del Estado (homogeneización del poder sobre el conjunto del territorio), de la forma burocrática de administración del poder y de la referencia a la voluntad popular o nacional como principio de la legitimidad política (con formas democráticas, populistas o dictatoriales). Un autor relevante en esta corriente ha resumido así este rasgo: "En la esfera política, la modernización se caracterizó, primero, por la creciente extensión del campo territorial y especialmente por la intensificación del poder. Segundo, se caracterizó por la expansión constante del poder potencial a grupos más numerosos de la sociedad. Tercero, las sociedades modernas son democráticas, en cierto sentido, o al menos sociedades populares. Se caracterizan por la decadencia de la legitimación tradicional de los gobernantes y por el establecimiento de algún tipo de responsabilidad ideológica". (e) Industrialización, urbanización. Característica de la sociedad moderna es la preeminencia de las actividades económicas de industria y servicios frente a las del sector primario (agrícolas y extractivas). De hecho, uno de los indicadores más utilizados para describir los procesos de modernización es la evolución sectorial de la población activa. Así mismo, suele considerarse que el proceso de industrialización comporta la concentración de la población en ciudades y, también, la configuración de estructuras sociales y formas de estratificación complejas, basadas en una sofisticada división del trabajo. Ligado a esta dimensión de la modernidad estaría un crecimiento económico sostenido, con una elevada producción por habitante a causa de la innovación tecnológica y de la racionalización. (f) Institucionalización del conflicto y de los cambios en la estructura (Giner 1968:137). Los diversos grupos de intereses son reconocidos e institucionalizados, se establecen normas para dirimir los conflictos y mecanismos de arbitraje y conciliación; el Estado asume funciones de mediación entre los diversos agentes económicos y sociales. Los procesos de reproducción de las estructuras según atribuciones heredadas (élites cerradas, clases altas poco permeables, sistemas educativos muy poco abiertos a estudiantes de extracción popular) van dando paso a procesos basados en el logro, con estructuras de estratificación más abiertas. Hay distinguir la estructura social anterior de la posterior mediante dos conjuntos de atributos dicotómicos: agrario/industrial, rural/urbano, cerrado/abierto, religioso/secular, familia extensa/familia nuclear y otros. La sociología de la modernización ecológica supone que el desarrollo de la sociedad industrial comporta el surgimiento de un nuevo subsistema de la sociedad moderna capaz de servir de contrapeso a los excesos de la expansión económica, introduciendo un nuevo equilibrio. Suele considerar que: - Las políticas de medio ambiente introducidas por los gobiernos. - La búsqueda de eficiencia energético-material por parte de las empresas (sobre todo de las grandes corporaciones transnacionales). - Y la difusión de valores postmaterialistas y de hábitos de "consumo verde" entre las poblaciones son expresiones visibles de la constitución de ese subsistema. Como fundamento material de esos cambios institucionales y culturales acostumbra a aludir a un punto de inflexión más allá del cual el incremento de la riqueza se tornaría independiente del volumen físico de la economía. Y, a menudo, identifica la deriva hacia actividades económicas postindustriales, centradas en la información y los servicios, como manifestación empírica de la mencionada inflexión. La modernización ecológica, al igual que la modernización a secas, tiene una dimensión normativa y una descriptiva. - Formula, por una parte, una propuesta sobre las vías más adecuadas o más fácilmente practicables para aproximarse a un desarrollo sustentable. Por otra parte, interpreta determinados rasgos del cambio social en curso como señales de una efectiva orientación de las cosas en esa dirección. - La parte normativa: el problema de la sustentabilidad se reduce a la búsqueda de un equilibrio razonable entre los tres factores de la pseudoecuación según la cual el impacto ambiental es función de la población, el consumo y las tecnologías. Si se acepta -como suele hacerse ahora- que la presión humana sobre los sistemas naturales o es ya excesiva o puede serlo pronto y que, por lo tanto, la viabilidad de la civilización industrial depende de reducir esa presión, entonces hay tres posibles líneas de actuación: (a) control demográfico (la forma más pacífica y civilizada del cual es una natalidad baja), con el objetivo de disminuir la población; (b) difusión de una cultura de la suficiencia (moderación del impulso adquisitivo, restricción de los deseos extravagantes...), con la finalidad de reducir el consumo; observa los problemas que estamos ocasionando al medio ambiente y ve el ecologismo y los movimientos ecologistas como algo necesario pero a la hora de la practica no se actua coherentemente y se malgastan recursos y energía llevando nuestra sociedad en un modo de vida insostenible. La politica capitalista de las ultimas decadas se ha basado en alcanzar las mas altas cotas de rentabilidad economica, una empresa funciona si es capaz de vender mas. Para ello se externalizan los costes para abaratar los productos, se fomenta la frabicacion de bienes de consumo que sean desechados lo antes posible y se incita a la poblacion a comprar cada vez mas, comprar y desechar eso es la base del consumismo. Esta politica de derroche de bienes no es casualidad, es totalmente intencionada por parte de los grandes capitales para mantener el consumo. Esta es la llamada cultura de la abundancia, en la que vivimos, la que esta causando graves problemas ambientales, problemas muchos irreversibles a estas alturas. Esto sin comentar, que se ha demostrado su nefasta efectividad en cuanto a generacion de riqueza a nivel colectivo, cada vez las desigulaldades sociales aumentan. La cultura de suficiencia contrapone todo este sistema capitalista y difunde que hay que realizar un cambio de mentalidad e intentar optimizar al maximo los recursos de la naturaleza, para ello habria que innovar en nuevas tecnologias que favoreciesen un modelo de vida sostenible y sobre todo realizar el cambiomas importante que es que las personas empiezen a practicar la cultura de la suficiencia y dejar de lado el consumismo en el cual estamos inmersos. 8.- Principio de precaución, participación social, ciencia, técnicos y decisiones políticas. En la sociedad actual se están llevando a cabo unas políticas y proyectos que incrementan tanto los riesgos como los daños ambientales. Ante esta situación debemos establecer una serie de principios o normas que acaben con estas políticas dañinas; para conseguir este fin lo esencial es aplicar a dichas políticas y proyectos, que no respetan a la Madre Naturaleza, “El principio de Precaución”. A medida que se desarrollan las ciudades y sus sectores, también crecen los contaminantes, debido en gran medida a la ignorancia de las consecuencias por parte de la sociedad. Por este motivo debemos aplicar El Principio de Precaución que consiste en realizar unas valoraciones previas a la ejecución de las decisiones, valorando anticipadamente los efectos o consecuencias tanto negativas como positivas para la salud humana, y para los ecosistemas ambientales afectados por dichas actividades. Sin embargo no podemos imponer este principio porque las personas que ostentan el poder no quieren escuchar a los expuestos y afectados por estos daños, es decir, nosotros los ciudadanos. Por lo tanto deberían tenerse en cuenta las valoraciones sobre la realidad socio-ambiental y las intervenciones humanas, antes de priorizar el beneficio y la rentabilidad económica a corto plazo, que es lo que hace la política actual. Hoy por hoy se realizan una serie de informes antes de comenzar el proyecto para dar el visto bueno sin ser en ningún momento comprobados. Estos informes son realizados por los trabajadores de las empresas adjudicadas, a los que nadie controla, de los que nadie comprueba sus afirmaciones y así se desprecian otros saberes públicos y profesionales junto al necesario debate ciudadano, plural y democrático. Para esta gente, lo más importante es obtener beneficio económico de todo lo posible; detrás de cada informe se esconde una larga lista de intereses con el fin de no cuestionar las voluntades políticas. Después de todo esto, podemos decir que la población a la que afectan todas las regulaciones, no puede dar su opinión, eliminando así otras posibles soluciones, otros criterios más valorativos y otros saberes profesionales. La ciudadanía está en situación de rehén ante la actual globalización económica y desarrollo político, que se aventura a empeorar aún más. De esta forma la política desprecia valores como la sensatez, la salud, la convivencia con la naturaleza y el paisaje, la justicia, …. Así que no hay otro medio para establecer El Principio de Precaución, que fomentar los procedimientos democráticos y colectivos para la participación y negociación pública. La Naturaleza no habla por sí sola, y debemos interpretar sus problemas, y desarrollar una serie de prácticas adaptadas a la urgencia ambiental que vivimos mediante informaciones y conclusiones resultantes del debate y la participación pública. Las políticas y proyectos de desarrollo ambientales actuales resultan destructivas, y por ello es necesario el establecimiento de nuevos principios organizativos, legales, políticos y éticos que tengan en cuanta la precaución y la responsabilidad de la acción humana (cuestionar y remodelar). Además de nuevas políticas han de adoptarse criterios prácticos y operativos, como es el Principio de Precaución. El principio de precaución es un concepto que respalda la adopción de medidas protectoras cuando no existe certeza científica de las consecuencias para el medio ambiente de una acción determinada. Fue establecido en la resolución de Niza en el año 2000 por el Consejo europeo. Este principio nos permite actuar ante las posibles amenazas provinientes del desarrollo industrial y tecnológico (insostenibilidad de los nuevos modos de vida). Consiste en la realización de valoraciones previas a las decisiones, y atendiendo y valorando anticipadamente los efectos previsibles o potenciales hacia la salud humana y la de los ecosistemas ambientales afectados por una determinada actividad o proyecto. Es importante también activar nuevos códigos de cautela política y ciudadana sobre el conocimiento de una realidad socioambiental muy compleja, para ello deberían integrarse en las decisiones políticas las incognitas sobre el medioambiente (tanto presentes como futuras). Y hacer participe a la sociedad otorgando una mayor importancia (democracia) a las intervenciones humanas. Otra consecuencia del “no saber” es la importancia que se les da a los argumentos y conclusiones cientificas, a los que no se les hace pasar (ni a los técnicos) por un juicio previo dada la racionalidad (certeza y objetividad científica) establecida de que son verdaderas. Esto provoca que al tratarse de una ciencia tan basada en los datos analiticos no se tenga en cuenta el debate social ni otros saberes que podrían aportarnos informaciones igual de necesarias. De este modo se le da a la ciencia (por parte también de las instituciones públicas y políticos) un reconocimiento incuestionable (superior, completo, neutral y objetivo) que puede obstaculizar otras posibles fórmulas de conocimiento más paticipativas (socialmente). Esto también puede aplicarse a las ideologías e ideas preconcebidas. Los técnicos (científicos y expertos) ocultan bajo todas esas cifras a los verdaderos beneficiarios de sus conclusiones y los intereses que se esconden tras ellos (que normalmente sustentan economicamente el proyecto), observando las cosas y el mundo viviente bajo racionalidades estrechas e interesadas. De este modo se eliminan otras posibles racionalidades valorativas y se excluye la acción cívica colectiva, transformandonos (la politica) así en una ciudadanía rehén. “No hay otro medio para establecer el previsor Principio de Precaución y limitar los daños en lo posible, que el reforzar los procedimientos plurales y multidisciplinares de información, participación y negociación pública en los que pueden participar la diversidad de grupos y personas implicados. “ El problema de este modo de toma de decisiones es que la realidad de la naturaleza y sus problemas y destrucciones debemos interpretarlas social y culturalmente, anticipandonos a las decisiones políticas y técnicas, y transmitiendolas antes (movimiento de la información). Para poder controlar las decisiones sobre el medio ambiente se realizan los llamados Estudios de Impacto Ambiental, pero estos estudios suelen ser iniciativa de la institución (privada o pública) que contratan a sus propios técnicos para realizarlos y por ello carecen de fiabilidad. Por tanto se necesitan nuevas instituciones para interpretar los procesos naturales que no esten sometidas a la euforia del creciente desarrollismo (incluyendo a la política y la nueva mentalidad). Ya que el actual modelo de desarrollo industrial civilizatorio tiene por interés la expansión y conquista de todo el mundo. Por ello es necesario incorporar la perspectiva crítica de una ecología política y de políticas de responsabilidad y precaución, en lugar de limitarnos a los parciales e interesados informes técnicos que preceden a las decisiones políticas. 9.- Relaciones y difícil ajuste entre los sistemas vivientes y las sociedades humanas. Límites de las ciencias sociales y las ciencias físico-naturales en su estudio. El estudio de las relaciones entre medio ambiente y sociedad humana es complejo ya que se halla situado entre las ciencias físico-naturales y las sociales. A causa de esto se plantea el problema de los límites de aplicación de las ciencias. Para poderse solucionar el problema de los límites, la Sociología debería abordar las relaciones entre Sociedad-Medio ambiente y adecuar la lógica de la mente humana y la del medio ambiente biofísico. Los humanos somos los seres más destructivos del planeta, por ello es necesaria una ética medioambiental que ponga límites y auto-restricciones para evitar el saqueo del mundo físico. El proyecto de las ciencias ambientales surge a partir de la necesidad de información provocada por las diferentes respuestas sociales e institucionales ante problemas ambientales. • Aislados. No tiene interacción con el medio ambiente de ningún modo. • Cerrados. Hay transferencia de energía, pero no de materia. • Abiertos. Transferencia de energía y de materia con el medio ambiente. Las sociedades humanas son sistemas abiertos, ya que intercambian energía y materia con el medio ambiente. La Tierra, en cambio, es un sistema cerrado ya que tan sólo intercambia energía sometido al crecimiento de la entropía. Esto supone el hecho de que los límites y escasez de recursos ambientales debe imponer unos límites teóricos y reales al desarrollo de la civilización. Las sociedades son un tipo particular de sistema autoorganizador, ya que se tratan de sistemas abiertos capaces de absorber baja entropía de su medio ambiente y depositar sus residuos de alta entropía, caracterizado por la reflexividad y capacidad de actuar de un modo consciente. El problema de las sociedades actuales es la creencia en que la dependencia respecto a la naturaleza disminuye con el progreso económico y que su habilidad para generar incrementos en información libera a las sociedades de la segunda ley de la termodinámica. La realidad es que se ha reducido la dependencia a las restricciones naturales impuestas de un medio, pero no se ha reducido la dependencia a ese medio. Ya que los sistemas vivos sólo pueden subsistir y evolucionar incrementando la entropía de su ambiente, los sistemas no autoorganizadores no pueden subsistir a menos que estén en interacción con un medio ambiente poseedor de orden y energía accesibles, al cual degradan. El medio ambiente será considerado pues como un conjunto de factores bióticos y abióticos que rodean a un organismo, población o comunidad humana y del que como sistemas abiertos dependen para su supervivencia. En la sociología ambiental se plantea un giro hacia una perspectiva ecocéntrica, opuesta al tradicional punto de vista atropocéntrico. Un punto de vista que suele conectarse con dos creencias: .1 “Exencionalismo”, consiste en pensar que las leyes de la física y de la biología no condicionan la organización y el cambio de las sociedades. .2 “Excepcionalismo” y remite a la emergencia de novedades en la organización que no son observables en otros niveles de la realidad. Las sociedades son sistemas con propiedades emergentes, distintivas y requieren formas particulares para su estudio. La tarea de la sociología es comprender las acciones orientadas por un sentido. La sociología ecológica podría definiste en términos de su interés por examinar las interconexiones entre las condiciones ambientales y el disfrute de la vida. La sostenibilidad medioambiental (visión ecocéntrica) es una combinación sintética de las reglas operacionales para el desarrollo sostenible, mientras que la sostenibilidad social (visión antropocéntrica) alude a los requisitos para que la adecuación de la escala pueda constituirse como un objetivo de la acción social. Hay en general tres clases de novedades para el conocimiento: • Las que pueden predecirse antes de haber sido observadas mediante métodos deductivos. • Las que no pueden ser descritas antes de haber sido observadas pero son permanentes. • Y por último, hay casos en que la permanencia está ausente, no puede predecirse el resultado ni tan si quiera después de haber observado la misma combinación muchas veces. La última está presente tanto en las ciencias de la vida y en las ciencias sociales. Los estados futuros son impredictibles. Esto impide proponer un modelo unificado para el sistema sociedad-medio ambiente. Asimismo se debe insistir en la irreductibilidad de muchos aspectos correspondientes a la parte social en el sistema medio ambiente-sociedad. Las nociones de límite e indeterminación son cruciales en el estudio de las relaciones entre sociedad y medio ambiente. Con la evolución intelectual del humano, su percepción de la naturaleza y el mundo que lo rodea cambia. Así pues el humano entiende que convive con la naturaleza de la que obtiene sus bienes y la cual a de explotar para subsistir. Es en estos primeros momentos cuando la especie humana entra en conflicto, tanto con la naturaleza como con su propia moral, pues a medida que la especie crece en individuos y tecnología también crece la necesidad de obtener mas recurso de la Tierra y eso es un problema lógico. Si la tierra es un sistema cerrado y finito, las necesidades del humano no lo son, mas bien han ido en un aumento logarítmico. Dentro de este debate filosófico y ético, el humano a lo largo de su historia a desarrollado dos posturas, una en al cual entiende que como forma parte de ese todo viviente y que convive con el y la otra contraria en la cual el humanos se considera dueño de los recurso por considerarse un ser superior a la propia naturaleza. La primera de las vertientes esta mas relacionada con etapas primitivas de la humanidad y pueblos que viven en condiciones similares en la actualidad. Esto lleva a unas características en las cuales se identifica a la naturaleza como una deidad y se tiene un fuerte sentimiento de un espíritu ligado a la naturaleza, por lo tanto se llega a una mejor conexión entre el sujeto y el objeto porque se hacen participes el uno del otro al tener un nexo de unión común, también este pensamiento lleva a unas comunidades mas unidas y una menor presencia de individualismos. A partir de aquí se asientan las cuatro características principales: - Todo vinculado con todo, todo repercute en todo (organicismo). - Todo vivo y siente, alma universal (pan-vitalismo). - Todo lleno de seres (pan-psiquismo). - Hay alguien a quien dirigirse (seres vivos, dioses, entes fiscos, Tierra, ….). En ocasiones estas característica todavía se dan de una manera de intentar conectar con los objetos y ser participes de ellos. Por el contrario el pensamiento mas moderno, propio de ciudades “civilizadas”, deja claro que el humano es el dueño de los recursos y como tal puedes disponer de ellos e incluso comerciar. Esto lleva a unas condiciones de insostenibilidad, pues a medida que aumenta la produccion aumenta el consumo y como ya se a dicho al principio los recurso son limitados. La creencia de la superioridad humana sobre la naturaleza crea una serie de pensamientos intrínseco en los individuos, creándose: - Individualismo. Ideales que dan máxima autonomía y libertad al sujeto humano individual. - Predominio del pensamiento y la razón lógica (intelectualismo, egocentrismo). - Radical separación entre Sujeto y Objeto. - Des-identificación respecto a otros seres y entes naturales y la Tierra. - Independencia del medio y contexto ambiental. Orientación del comportamiento hacia el máximo de control, dominación y eficacia (razón instrumental). Este pensamiento “moderno” respecto de la naturaleza, conlleva unas repercusiones en el cambio de pensamiento con respecto a la naturaleza. La primera característica es la tendencia a separar las características de la naturaleza en categorías y observar sus mecanismos individualmente para así poder predecir los acontecimientos y interacciones que puedan suceder. Se genera un fuerte sentimiento de antropocentrismo al creer al humano superior, con lo cual solo se le otorga capacidades espirituales a los humanos y todo lo que no sea humano esta a su servicio y control. El movimiento ideal seria aquel en el que el hombre con el desarrollo de su tecnología moderna sea capaz de adaptarse al medio natural y comprender que el sustento que recibe proviene de la naturaleza y por lo tanto se ha de promover el retorno de los recurso a esta. Así pues una vez visto las relaciones de los sistemas naturales con los humanos nos podemos La visión ecológica del mundo sostiene lo contrario. El rasgo distintivo de la Tierra es un orden deconjunto que sólo puede mantenerse si todos los procesos vitales dentro de ella se sujetan a estrictas leyes o arestricciones, sean autoimpuestas o sean impuestas por los sistemas más amplios de los que forman parte y que constituyen la jerarquía y trama del mundo vivo. Ningún proceso de la vida es comprensible bajo los reducidos términos de información con que ha sido programado, debido a que el contexto y los sistemas mayores de los que forma parte, constituyen el medio ambiente con el que interactúa constantemente y del que proviene gran parte de la información que necesita para su desarrollo. Cuanto más difiere el medio ambiente de los seres vivos de aquél en el cual han evolucionado, sus comportamientos tenderán a ser más inadaptados y su supervivencia más problemática. Un nuevo paradigma interdisciplinar, sistémico y sintético del pensamiento ecológico o de las ciencias ambientales refleja mejor los valores reales de la biosfera, y con ello puede estar mejor preparado para su comprensión. Los sistemas vivos despliegan toda clase de cualidades que aparecen más desarrolladas a medida que ascendemos de las formas simples de vida a las más complejas, tales como los animales humanos y sus sociedades. La variedad y exotismo de estas cualidades no aparece con el estudio y disección de las partes constitutivas del sistema, sino sólo cuando lo observamos como un todo, es entonces cuando se torna visible la coordinación de las partes con el todo y la dinámica de cambio y novedad creativa de sus características y potencialidades. El hecho es que los sistemas vivos no sólo cooperan entre ellos, sino también con el todo. Es decir, solamente desde una perspectiva holística y sistémica, contraria el reduccionismo mecanicista de la ciencia y de las políticas dominantes, se evidencia que los sistemas vivos son homeotélicos y buscan mantener el orden crítico o la estabilidad del todo. Si tratamos de comprender lo simple en términos de lo complejo y el conjunto, y no al revés, tal vez nos acercaríamos a entender mejor nuestra relación con el mundo vivo. La biosfera es el conjunto de todos los ecosistemas existentes en la Tierra, es decir, de todos los seres vivos junto con el medio en el que viven. Se caracteriza por su complejidad, sus principios generativos de creación y autopoiesis1, su existencia imbricada en el espacio-tiempo, su naturaleza cooperativa, autoreguladora y homeotélica2, su dinamismo e intencionalidad y por su atención al mantenimiento de los sistemas mayores de los que forman parte que resulta esencial para la preservación de su propia integridad y estabilidad. Estos son los rasgos constitutivos de una biosfera en la nosotros, como seres vivos, formamos parte de ella, de forma que mantenemos una relación con el resto de los elementos que también la componen. Así, la manera en que nos relacionemos, cooperemos y obremos determinará nuestra vida en la Tierra y la del resto de elementos naturales. Las sociedades humanas al igual que cualquier otro sistema vivo son sistemas abiertos debido a que se dan intercambios e interacción con la energía y la materia del mundo viviente, pero la Tierra tiene las características de un sistema cerrado ya que el intercambio de masa con el exterior es muy pequeño. Por ello, la relación entre sociedad y naturaleza es la de un sistema abierto cuyo medio ambiente es un sistema cerrado, algo a tener en cuenta a la hora de valorar el hecho de que los límites y escasez de materiales o recursos ambientales puede o debe imponer unos límites teóricos y reales al desarrollo de una civilización. Una civilización en la que nuestras formas de organización y vida en sociedad han hecho que seamos los seres más destructores de este planeta limitado y frágil en sus recursos y complejos metabolismos de vida, y en el que hay un exceso de población, un exceso de recursos vivos consumidos y de una tecnología productiva destructora del medio vivo. El impacto producido por las actividades sociales sobre el medio ambiente es el resultado de tres factores, la población (número de individuos que la componen), la riqueza y la tecnología (de destrucción medio ambiental)), así la relación sociedad-naturaleza se entiende como un proceso de interacciones entre la organización social, la tecnología, el conocimiento, los valores y el medio ambiente en el que todo está relacionado con todo lo demás, en el que nada es independiente. Se basa en el concepto de coevolución3 dado que las sociedades humanas son una parte de la biosfera que se organiza y cambia según principios particulares. A pesar de esta clara relación, en nuestras sociedades predomina una percepción antropocéntrica en la que el medio biofísico se percibe como un aparato con leyes mecánicas y lineales de funcionamiento controlable y dirigible por los seres humanos, cuando el medio ambiente ha de ser considerado como el entorno natural de las sociedades humanas del que dependemos. Como vemos, existe una difícil convivencia entre el mundo social y el mundo natural que se expresa en la acelerada destrucción y desestabilización de los ecosistemas terrestres y a consecuencia del desarrollo y la modernización industrial. Las comunidades ecológicas (ecosistemas) y las humanas se consideran sistemas vivos que exhiben los mismos principios de organización. Todos los miembros de una comunidad ecológica se hayan interconectados en una red de relaciones que no son lineales de modo que cualquier perturbación no tendría un único efecto, sino que afectaría a todo el conjunto. Otro de los rasgos de los ecosistemas es la naturaleza cíclica de los procesos ecológicos donde todos sus organismos producen desechos que constituyen alimento para otras especies, de modo que el sistema como un todo no produce desperdicios. También la asociación constituye una característica esencial pues en ella todos los miembros cambian, aprenden y coevolucionan. Por último, la flexibilidad de un ecosistema es consecuencia de sus múltiples bucles de retroalimentación4 que tienden a restablecer el equilibrio del sistema cada vez que se produce una desviación. Las condiciones del medio cambian sin cesar y el efecto final es una constante fluctuación, pero existe el peligro de que todo el sistema se colapse y no sea capaz de seguir manteniendo ese equilibrio. Antes las urgencias ecológicas del momento, se necesitan comprender e hacer nuestras las interdependencias entre los constituyentes de la biosfera con la finalidad de compatibilizar y someter la vida de las sociedades humanas a la capacidad de la Tierra para sostener la vida. Comprender la ecosfera5 y sus sistemas naturales equivale a desentrañar sus leyes de la naturaleza. Un rasgo general de las mismas es que están sujetas a limitaciones que aseguran comportamientos acordes con el mantenimiento de la exosfera o vida natural. Cuando estas leyes son violadas re reduce la estabilidad y aumenta la degradación de la jerarquía de los sistemas naturales; por ello, los seres vivos que la componen deben respetar la jerarquía de las leyes de la naturaleza. El descalabro sobre la biosfera ejercido por la civilización industrial se debe a su inobservancia de dichas leyes necesarias para el mantenimiento de la integridad y estabilidad de los sistemas sociales y naturales de los que formamos parte. Estos principios de sabiduría ecológica son incompatibles con el reduccionismo mecanicista de la heredada ciencia moderna según la cual los sistemas naturales no son más que la suma de sus partes constituyentes y descomponibles y, por lo tanto, carece de identidad, integridad y estabilidad en su conjunto. El rasgo distintivo de la Madre Tierra es un orden de conjunto que sólo puede mantenerse si todos los procesos vitales dentro de ella se sujetan a estrictas leyes o a restricciones, sean autoimpuestas o sean impuestas por los sistemas más amplios de los que forman parte y que constituyen la jerarquía y trama del mundo vivo. Ningún proceso de la vida es comprensible bajo los reducidos términos de información con que ha sido programado debido a que los sistemas mayores de los que forma parte, constituyen el medio ambiente con el que interactúa constantemente y del que proviene gran parte de la información que necesita para su desarrollo. La variedad de cualidades de los sistemas vivos no aparecen con el estudio de las partes constituyentes del sistema, sino cuando lo observamos como un todo, es entonces cuando se torna visible la coordinación de las partes con el todo. El hecho es que los sistemas vivos no sólo cooperan entre ellos, sino también con el todo, es decir, solamente desde una perspectiva holística6 y sistémica se evidencia que los sistemas vivos son homeotélicos2 y buscan mantener la estabilidad del todo. Si tratamos de comprender lo simple en términos de lo complejo y el conjunto, y no al revés, nos acercaríamos a entender mejor nuestra traumática relación con el mundo vivo. Así pues, la biosfera es el conjunto de todos los ecosistemas que existen en la Tierra, y nosotros como seres vivos formamos parte de ella y debido a los rasgos que la constituyen y que ya hemos mencionado, nos relacionamos con el resto de elementos. Por ello, nuestra forma de actuar y de tratar el medio ambiente desde una visión antropocéntrica y como si este careciera de valor, determinará nuestra vida en la Tierra, pues dependemos y mantenemos una total relación con el ecosistema de forma que si conseguimos destruir el equilibrio que este es capaz de conseguir, no solo nos veremos afectados nosotros, sino también el resto de seres que dependen de nosotros y que nosotros dependemos de ellos, porque no somos partes individuales, somos un todo en la vida en la Tierra. tiene la idea del tener y tener más, sin pararnos a pensar como afecta esto al sistema terrestre, en cambio la sostenibilidad busca la cooperación entre nosotros, y la participación colectiva e integrada de todas las partes de la Tierra. Se pretende una desglobalización y así no seguir incrementando la degradación que nosotros, los humanos, hemos acelerado e incrementado en el planeta. Sin embargo, la sosteniblidad hace una crítica a la idea del “desarrollo sostenible” porque es auto-contradictoria, pues solo es posible llegar al “desarrollo sostenible” mediante el depósito de consumo de los recursos naturales limitados, siempre con el control de la población y desarrollando unas energías y tecnologías verdes totalmente. 13.-El paradigma de la excepcionalidad humana (PHE) versus paradigma ecológico. Nos encontramos frente a dos ideas diferentes sobre la visión y percepción que tienen sobre el planeta. El paradigma de la excepcionalidad humana es un pensamiento que está ligado a un optimismo y ceguera humanista que cree que los cambios científico- técnicos aumentan la productividad, y que las bases de los recursos naturales que tenemos en nuestro entorno son ilimitados y que pueden utilizarse de manera indefinida. Piensa en un ambiente biofísico irrelevante. Se empeña completamente en que tiene que intentar modelar la naturaleza y los recursos a su antojo, porque más que nada, se cree que tiene derecho a hacerlo. Es completamente una visión antropocéntrica, tanto el sujeto como objeto de ética es el ser humano. Reconoce unas relaciones locales, relaciones intermedias que superarían a las de estado y a las internacionales, se basa completamente en el presente y no en el futuro, la ciencia está vista de forma neutral tanto en valores morales como sociales, por tanto la tecnología la ven también de forma neutral y bajo una racionalidad instrumental. Tienen un pensamiento moderno que vive en relación lineal con la naturaleza. Los seres humanos tienen una herencia singular, única y superior. Genéticamente es muy distinto a las otras especies y creen que son los únicos y principales entre las criaturas vivas de la tierra. Su dinámica y acción no son predecibles ni determinísticas, ni mecánicas, ni universales, y tampoco son genéticas, ni instintivas. Las causas de la sociedad humana son históricas y sociales. Los determinantes de las causas de los hechos sociales son los factores sociales y culturales, muchas de las diferencias humanas son socialmente inducidas y no son innatas de cada uno, por ello, pueden ser fácilmente alteradas con la eliminación de las diferencias no convenientes. El paradigma ecológico por contra, es un pensamiento que está ligado como origen y fuente del consenso ambientalista, es decir, es un pensamiento no moderno, ecológico. Es básicamente independiente de la evolución de otros componentes de los sistemas de creencias y valores. Trata por tanto de la idea de que los seres humanos sólo somos una especie entre muchas que hay. Son conscientes de que el mundo que nos rodea es finito, frágil y complejamente autoproducido sistemáticamente y que tiene límites físicos y biológicos que condicionan el crecimiento económico, el progreso social y múltiples fenómenos y desarrollos humanos. Los fenómenos son socio-naturales y no están influidos sólo por factores sociales y culturales como en el PEH sino que también hay físico-naturales. Se ha elaborado una escala para medir la influencia en la sociedad de las dos visiones del mundo paradigmáticas, se cree que aplicándola, pueden captarse las creencias primitivas acerca de la naturaleza y de la relación de la humanidad con ella. Se presentan 5 facetas básicas en esta escala: la realidad de los límites de crecimiento, en antiantropocentrismo, fragilidad del equilibrio ecológico, rechazo del exencionalismo humano y la posibilidad de crisis ecológica. Por todo esto, la utilización del término paradigma sugiere que el cambio cultural orientado a más sostenibilidad depende de la difusión social de la información científica acerca de la crisis medioambiental y de la revisión teórica a ella asociada. Los conocimientos desarrollados por el pensamiento ecológico podrían ayudar a las concreciones prácticas con que se tendrá que enfrentarse un conocimiento y una praxis no antropocéntrica en sus conflictos con los proyectos de modernización dominates. En conclusión, el PHE es una cultura acumulativa, en el que el progreso se basa en el tecno-optimismo y tanto sus principios como sus ideas son antropocéntricos, mientras que el NEP y sus principios son biocéntricos. 14.- Antropocentrismo y racionalidad instrumental. Negación de la dignidad y protección de la naturaleza en la ciencia, la técnica y la ética moderna. En la antigüedad se creía que el hombre era el centro del mundo, el protagonista central, un ser autónomo e inteligente y soberano dueño no solo de su destino sino también del de las cosas y del mundo que le rodea. Esta manera de ver el hombre como ser superior ante todo se denomina antropocentrismo. El antropocentrismo es una doctrina que supone que el hombre es el centro de todas las cosas, el fin absoluto de la naturaleza y el punto de referencia de todas las cosas, concibe a la naturaleza como un simple recurso al servicio de los humanos, como una materia inerte. La ética occidental en las sociedades occidentales, donde se da el antropocentrismo, proclama al hombre sujeto y objeto exclusivo de la acción moral y solo está centrada en el reconocimiento de las relaciones locales y del presente en la microesfera (sujeto, familia, etc.) y en la mesosfera (estado- nación y sus relaciones) pero olvida la macrosfera y el futuro (condiciones globales futuras de la vida humana en el limitado planeta), es decir, en el antropocentrismo solo existe el presente no el futuro. Desde siempre los humanos ejercen su poder y dominio sobre la naturaleza mediante la técnica. Esta desarrolla herramientas que hacen posible el casi total dominio y uso del mundo natural. El tipo de razón que regula las relaciones entre los humanos y la naturaleza es la razón instrumental, cuya orientación central es la adaptación de lo medios a los fines buscados y a la obtención de resultados quedando relegados a un segundo plano los valores morales. Esta racionalidad instrumenta está presente en el mundo occidental y conlleva un vaciamiento nihilista de valores. De esta manera, nuestro mundo se configura progresivamente como un mundo artificialmente producido, en el que el mundo natural es desplazado por cosas, artefactos, basuras, etc. Como se ha dicho, en el antropocentrismo la naturaleza carece de dignidad propia para la cultura occidental y por tanto carecería de valores y de derechos; se explota, manipula sin obtener aprecio y protección por si misma y es devaluada frente a las producciones “superiores” de la cultura humana y la ciencia. De esta manera la naturaleza aparece como subordinada, dominada, interiorizada y demonizada. En el mundo de las ciencias físico-naturales no hay indicaciones sobre los valores y el deber ser para no incurrir en la falacia naturalista, lo que amenaza con reducir la ética a mera subjetividad y emotividad de los seres humanos y pasa a un papel muy secundario. La nueva ciencia prescinde de condicionamientos de orden subjetivo y valorativo, sociales, éticos, religiosos, metafísicos, etc. que antiguamente unían el saber con la felicidad y la buena vida a cambio de basarse en una objetividad neutra y amoral basada en las explicaciones causales de los fenómenos naturales y en la verificación empírica de los enunciados y racionalizaciones mediante la formalización matemática del mundo para su dominio y control práctico y experimental. Esta nueva ciencia relega la naturaleza al mundo de los fenómenos cuantificables y manipulables al tiempo que le niega todo ser y valor intrínseco, dignidad y derechos. La misma ciencia deviene tecnología y simple instrumento desconectado de la cosa en sí en donde desaparece la perspectiva ético-existencial y valorativa, de esta manera aparecen unas nuevas relaciones de poder y sometimiento experimentándose el mundo natural como artificial y como una simple maquinaria inerte y descomponible y a recursos naturales para fines exclusivamente humanos. La relevancia ética se desentiende de los valores de las cosas y los fenómenos en sí mismos y es recluida en la esfera de los humanos y de sus decisiones. Consecuentemente el mundo de los valores de la naturaleza queda cada vez más confinado a la esfera separada y privada de la subjetividad, la individualidad y las relaciones humanas. 15. - Éticas medioambientales y restitución de la dignidad y los derechos de la naturaleza frente a las éticas antropocéntricas.
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