Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

La Filosofía de los Sofistas y Sócrates: Un Giro en la Pensamiento Griego, Apuntes de Historia de la Filosofía

En el siglo v a.c., los sofistas marcaron un giro en el pensamiento griego, pasando de la preocupación por la naturaleza a la vida humana y su rol en la ciudad. Sócrates, nacido durante este período, adoptó una actitud diferente a los sofistas, enfatizando el bien común y la justicia. Atenas, gobernada por pericles, experimentó un esplendor cultural y político, pero su deseo de imperialismo condujo a la guerra del peloponeso y la decadencia de valores. Los sofistas, profesores extranjeros, llegaron a atenas para enseñar y triunfar en la asamblea mediante el buen hablar. Sócrates, sin embargo, se distinguió por su compromiso con el bien común y la justicia. Los sofistas se caracterizaron por el relativismo subjetivista y ético, rechazando las leyes convencionales y exaltando la 'ley de la naturaleza'. Sócrates, por otro lado, defendió el intelectualismo moral y la mayéutica, buscando la verdad universal a través del diálogo.

Tipo: Apuntes

2022/2023

Subido el 02/01/2024

inkairustasalles
inkairustasalles 🇪🇸

4 documentos

1 / 5

Toggle sidebar

Vista previa parcial del texto

¡Descarga La Filosofía de los Sofistas y Sócrates: Un Giro en la Pensamiento Griego y más Apuntes en PDF de Historia de la Filosofía solo en Docsity! 1 UNIDAD 2. LA SOFÍSTICA Y SÓCRATES. “Hay muchas cosas misteriosas en el mundo, pero ninguna tan misteriosa como el hombre” (Sófocles) En la segunda mitad del siglo V a.C. se da con los sofistas un auténtico giro en el pensamiento. Los presocráticos se habían preocupado sobre todo por el problema de la naturaleza, sin embargo ahora lo que interesa a los sofistas es el hombre y su vida en la ciudad, su vida “política”, prescindiendo de la cosmología. Con ellos se da pues un giro antropológico. Podemos decir que se inicia así en la filosofía un periodo humanista, centrado en los aspectos que hoy denominamos “cultura”: ética, política, retórica, conocimiento, educación, etc. Las circunstancias socio-políticas por las que atraviesan los griegos son las causantes, en gran medida, de este cambio de actitud en la filosofía griega de mediados del siglo V. CONTEXTO HISTÓRICO: CRISIS DE LA DEMOCRACIA A finales del siglo VI a.C., tras una serie de luchas sangrientas entre los diversos estratos sociales, bajo el impulso de reformadores como Dracón, Solón, Clístenes... Atenas logró definir un régimen original: la democracia. Frente a la aristocracia, en la que la decisión de los asuntos de la ciudad está en manos de los nobles, de los ricos, de lo poderosos, ahora el poder de decisión estará en el Demos, en el pueblo, en las pequeñas gentes. Todos son iguales ante la ley. La dirección de los asuntos políticos concierne a todos los ciudadanos. Tras la victoria de los griegos sobre los persas, se asienta definitivamente el régimen democrático con Pericles. Los primeros años de la vida de Sócrates coinciden con el esplendor de la Atenas de Pericles. Éste logra un gobierno político estable, florece el comercio, mejora la vida de artesanos y agricultores, las artes llegan a su punto culminante, se construye el Partenón... Tras la muerte de Pericles, Atenas reanuda su política expansionista y obliga a las otras ciudades griegas a seguir en la liga o Confederación de Delos (formada en las Guerras Médicas para evitar posibles ataques de los persas y controlada por Atenas), lo cual será la ruina de Atenas. Estos deseos de imperialismo crearán numerosos enfrentamientos con su rival Esparta (paradigma del Estado totalitario), lo que desembocará en la Guerra del Peloponeso (Atenas contra Esparta). La guerra externa se complica con la guerra civil. Declarada la guerra contra Esparta en el 341, durante treinta años irá minando la estabilidad de Atenas. La democracia, fuerte con Pericles, se derrumbará. La destrucción de la muralla de Atenas, el exilio, la muerte, la implantación de un gobierno oligárquico (los Treinta Tiranos), los enfrentamientos entre los propios ciudadanos atenienses, hará mella en este pueblo con la consiguiente crisis de valores. En este contexto hay que situar a los sofistas, profesores extranjeros que solían ir a Atenas a propagar sus enseñanzas. En la Atenas democrática, la única manera de obtener influencia política consistía en triunfar en la asamblea, para lo que se necesitaba un buen dominio del lenguaje: había que hablar bien y argumentar bien, es decir, persuasivamente. Precisamente eso –el arte de la argumentación, es decir, de la oratoria, es lo que enseñaban los sofistas, eminentes profesores de retórica. Había muchos jóvenes acomodados que los seguían y estaban dispuestos a pagar lo que les pidieran con tal de adquirir esos conocimientos que los harían triunfar en política. Sócrates adoptará una actitud muy distinta a la de sus contemporáneos los sofistas, a los que reprocha que se preocupen más por el buen hablar y por hacer triunfar sus intereses en 2 la Asamblea que por el bien común y la justicia. De hecho, en muchos diálogos de Platón aparecerá un sofista (que saldrá generalmente vencido por Sócrates), iniciándose así una tradición que verá en los sofistas falsos filósofos, que se valen de argumentos falaces (sofismas) para engañar (así, el término “sofista”, que en principio equivale a sabio, sophós, termina por adquirir un matiz peyorativo). Pues bien, poco a poco triunfa en Atenas la reacción tradicional que, ante las numerosas guerras y revoluciones, ante la humillación por la derrota sufrida, los errores cometidos por los políticos, etc., hace surgir el odio hacia los oradores, filósofos y extranjeros instalados en Atenas, a los que se acusa de acabar con los valores y creencias de la comunidad. Y el pueblo mezcla en su reprobación a los sofistas y a Sócrates. No deja de ser extraño y paradójico que Sócrates fuese condenado por la democracia restaurada. Quizá su actitud ambigua y sus críticas a la democracia, influyeran en el fin de su vida. 1. CARACTERÍSTICAS DE LOS SOFISTAS Los sofistas no formaron escuela pero sí que compartían una serie de rasgos. Veamos cuáles fueron algunas de las características más destacables de la sofística: 1.- Relativismo subjetivista: Protágoras afirmó que “el ser humano es la medida de todas las cosas”, es decir, que cada individuo percibe las cosas de un modo distinto siendo igualmente válidas todas las opiniones. No hay por tanto una verdad absoluta y no hay pues un criterio objetivo para distinguir la verdad del error. 2.- Relativismo ético: además de un relativismo subjetivista, los sofistas defendieron un relativismo ético, según el cual valores como “justo o injusto”, “bueno o malo”, no son nada por sí mismos: si a uno le parece que algo es justo, lo es para él, y en ese sentido su opinión es tan verdadera como la de cualquier otro. Por eso la retórica se convierte en un aspecto esencial de la enseñanza de los sofistas: lo importante es la persuasión, el saber presentar un argumento de tal manera que, aunque en principio parezca débil, se convierta en fuerte y sea aceptado por los demás. Contra este relativismo ético arremetieron duramente Sócrates y Platón. 3.- Escepticismo: los sofistas rechazaron todo dogmatismo filosófico, adoptando una postura escéptica ante el problema de la verdad. Renuncian pues a toda suerte de validez general: no existe conocimiento universalmente válido. Así, para Protágoras, la única fuente de conocimiento es la percepción, no puede haber conocimiento alguno del ser. El hombre conoce las cosas no como son en sí mismas sino como son para él, como se le aparecen en el momento de la percepción. Gorgias, por su parte, caricaturizó y redujo al absurdo los razonamientos de Parménides y su escuela. La manera de hacerlo fue afirmando lo siguiente: “primero, que nada existe, segundo, que si existiese algo, no podría ser conocido, y tercero, que si pudiese ser conocido no podría ser comunicado ni explicado a los demás”. 4.- Agnosticismo y ateísmo: El escepticismo de los sofistas afecta también a la religión. Protágoras criticó los usos y ritos religiosos y se declaraba agnóstico: “de los dioses no puedo saber si existen o si no existen” (a pesar de todo, tuvo que escapar de Atenas por ser acusado de ateísmo); otros sofistas, sin embargo, eran francamente ateos. Interesante es la opinión de Critias que sostenía que los dioses habían sido inventados por un astuto legislador a fin de inducir a los ciudadanos a cumplir las leyes aun cuando nadie los vigilara. Este escepticismo frente a la religión despertó desde el principio la antipatía de los tradicionalistas, que acabaron considerando a los sofistas como corruptores de la juventud y como responsables de la decadencia moral de Atenas. 5.- Naturaleza y convención: los sofistas, a raíz de sus numerosos viajes por Grecia comprueban que cada ciudad o pueblo posee leyes y normas morales distintas. Esto los hace
Docsity logo



Copyright © 2024 Ladybird Srl - Via Leonardo da Vinci 16, 10126, Torino, Italy - VAT 10816460017 - All rights reserved