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La Tejedora de Sombras de Jorge Volpi, Apuntes de Psicología

Artículo que hace de reseña del libro de Jorge Volpi

Tipo: Apuntes

2018/2019

Subido el 19/11/2019

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galileo-becerril-vargas 🇲🇽

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¡Descarga La Tejedora de Sombras de Jorge Volpi y más Apuntes en PDF de Psicología solo en Docsity! Psicoanálisis y Cultura Comentario de la Tejedora de Sombras de Jorge Volpi Cuentan que cuando un silencio aparecía entre dos era que pasaba un ángel que les robaba la voz. Y hubo tal silencio el día que nos tocaba olvidar que de tal suerte yo todavía no terminé de callar Silvio Rodríguez: Ángel para un final. Del álbum: Tríptio I. Todas las ciudades eran pocas a sus ojos, Ella quiso barcos y él no supo qué pescar Y al final números rojos En la cueva del olvido, Y hubo tanto ruido Que al final llegó el final Joaquín Sabina: Ruido. Del álbum: Esta boca es mía La pertinencia del nombre de la novela corresponde con lo que queda signado en la trama de ésta, por la que le valió a Jorge Volpi el premio Iberoamericano de Narrativa, lo que significa que Christina, la protagonista, es efectivamente una tejedora de sombras en el sentido de que, lo que ella llama el contacto con su inconsciente, que para Volpi, es estar en una especie de trance, de estar en contacto con cierta divinidad permite, en un sentido Jungiano, liberar el alma. Recordemos que el “Psicoanálisis” de Jung se ha conocido en los pasillos psicoanalíticos como un “Psicoanálisis religioso”, debido a los aportes que Jung hiciera retomando concepciones cristianas, hindú, budistas etc. Y que en lo particular no es de mi agrado. Escrito de manera sencilla, en ocasiones con un cierto estilo que me recuerda a García Márquez, con pequeños guiños, y en algunas descripciones; sin frases ornamentadas, describiendo lugares y escenas con la limpidez de cualquier lienzo de Hope. La trama de esta historia es acerca de Christina, mujer educada, con las costumbres y la moral de su época, los años 20; pero con el interdicción que en ese entonces las mujeres sufrían, y que en la actualidad no dista mucho, no era cosa sencilla acceder al conocimiento. Pero ella era la excepción de la regla, mujer educada, ilustrada con el conocimiento de los autores clásicos, Melville, Whitman, Lawrence, Tolstói –un poco como la historia de Rosarios Castellanos en Balún Canán cuando le prohibían el conocimiento y ella se metía a la biblioteca del padre a escondidas–. Había conocido el mundo junto a Will, su esposo, con el que compartía el gusto por los viajes. Ellos se habían conocido en la infancia y desde entonces estaban enamorados, aunque al pasar los años y la vida de matrimonio, el amor se había consumido. Eso permitió que Murray entrara en la vida de Christina dándole a su vida los sobresaltos de la pasión y el deseo que en el matrimonio con Will habían fenecido. Murray era un psicólogo que triunfó en Harvard. Estaba casado con Josephine, más por comodidad que por amor, era heredera de una fortuna prominente, proporcionándole muchas comodidades, entre ellas los viajes por el mundo, vivir en una casa con los lujos “necesarios” y en ocasiones exagerados. El matrimonio había pasado a la monotonía, al desgano, a la simple compañía de dos cuerpos que no esperan nada del otro mas que el silencio. Si tuviéramos que definir a éstos dos matrimonios con dos canciones, diríamos que, el de Christina y Will estaría definido por la canción de Silvio Rodríguez, Ángel para un final. Y la de Murray y Josephine sería la canción de Joaquín Sabina, Ruido, cuyos epígrafes enmarcan este escrito. Éstos matrimonios silenciosos, permitieron que Christina comenzara a dejarse seducir por Murray en uno de los tantos viajes que hicieran en pareja; compartían el mismo gusto por la psicología, por los libros y los viajes. Al mismo tiempo que las pasiones los desbordaban, ella comienza a analizarse con Jung, quien la toma como una brillante paciente, por su inteligencia y por los prolongados trances que le sirvieron a Jung para enriquecer su teoría de los sueños. Una de las interpretaciones que le hiciera Jung le augura que en el futuro nunca tendrá algo serio con Murray, nunca estarán juntos; esta interpretación se vuelve determinante en la vida de Christina. El libro de Volpi trata de los amores imposibles, como el de Murray y Christina, el de los amantes a perpetuidad –parafraseando a Sabines–, de lo engorroso que puede ser el matrimonio si no se encuentra la forma de mantener el deseo. Y no me refiero al deseo sexual, lo que siempre se piensa cuando se habla de deseo y, más aun, cuando se habla de psicoanálisis; sino al deseo que se reaviva con la imposibilidad, con la cercanía de los cuerpos y la forma en la que se alejan, con la sabiduría de que un día se acabará, pero como dice Jim Carrier en la película “Eternal Sunchine of the Spotless Mind” cuando están a punto de borrar los recuerdos más bellos que había vivido con Clementine: mientras eso suceda hay que disfrutarlo.
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