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Orientación Universidad
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Literatura Siglo XVIII, Apuntes de Literatura

Asignatura: Literatura aplicada a los Medios de Comunicacion, Profesor: , Carrera: Periodismo, Universidad: UCM

Tipo: Apuntes

2014/2015
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Subido el 29/07/2015

miguemartinez09
miguemartinez09 🇪🇸

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¡Descarga Literatura Siglo XVIII y más Apuntes en PDF de Literatura solo en Docsity! LA LITERATURA ESPAÑOLA Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Profesor: Dr. Antonio Arroyo Almaraz Dpto. Filología Española III 1.- LA ÉPOCA DE LA ILUSTRACIÓN • 1. La época de la Ilustración - Introducción - Clasicismo - Corrientes estéticas del XVIII - Conceptos básicos ilustrados - Cultura popular e ilustración - Literatura y periodismo en el XVIII • 2. La creación literaria en la prensa del XVIII - El periodismo como nuevo vehículo en la creación literaria - Poética, de Luzán - Los difusos contornos del ensayo - Las sátiras - José Cadalso 1.1.- INTRODUCCIÓN • 1700: muerte Carlos II, guerra de Sucesión. Final de los Austrias y el principio de los Borbones, lo cual implicó un cambio en el modelo de Estado. La sociedad del XVIII presentó un alto índice a analfabetos, entre un 80 y un 90%. El escritor no vive de su obra –aunque los derechos de autor se reconocerán durante el reinado de Carlos III (desde este momento se habla de Ilustración) y su ley de imprenta-. Los que tienen acceso a la cultura fueron principalmente clérigos, militares y nobleza; por tanto, fue muy importante el mecenazgo para la literatura. • En literatura, el siglo de Oro acaba en 1681 con la muerte de Calderón; sin embargo el Barroco entra en periodo de agotamiento penetrando hasta el primer tercio del XVIII, aunque sufre un proceso de afrancesamiento (también es importante la presencia italiana). Es en 1726 cuando se publica el primer tomo de Teatro Crítico Universal, de Feijoo. Este año supone el comienzo de la Ilustración en literatura, junto a 1737, cuando ve la luz la Poética de Luzán. Se establece un cambio con respecto al Barroco y surgen dos elementos que se superponen: gusto por lo conocido y deseo de renovación. El fin de esta etapa se da en 1808 (Guerra de Independencia), pese a ello las tragedias neoclásicas se continuaron a los largo del primer tercio del siglo XIX; sirvan como ejemplo Doña Blanca de Castilla, Lanuza… del Duque de Rivas. Los frutos literarios más importantes de la Ilustración llegan al final, con El sí de las niñas (Moratín), estrenada en 1805 y publicada en 1806, aunque fue escrita antes. Desde el punto de vista de una valoración general de la creación literaria, el XVIII es para España poco original. Se importa más que se exporta, por tanto, está marcado por el signo de lo extranjero. Se prefiere a Voltaire más que a Jovellanos, que sería su alter ego. Además, la literatura española va a remolque de la europea. Los autores españoles son epígonos de la literatura del siglo anterior. Torres Villarroel es epígono de Quevedo (en Sueños imagina un encuentro con Quevedo) y el padre Isla, de Cervantes. El género que más se desarrolla es el ensayo, a través del cual se refleja mejor la ideología ilustrada (también “siglo de las luces” o “iluminismo”). Feijoo, Jovellanos y Cadalso son los más representativos. A esto hay que añadirle la imagen que representa España para Europa. España es un país del Sur, exótico, y recibe muchas visitas turísticas. España está anclada en otro tiempo y se esfuerza por modernizarse. Escritores ingleses y alemanes, principalmente, lo reflejarán en libros de viajes. • La prensa en España sigue en parte los modelos extranjeros (Inglaterra, Francia, Países Bajos...). El inicio del XVIII se produce en 1737 con la publicación del Diario de los Literatos de España (1737-1742), de carácter más didáctico que informativo (típico del XVIII). • En 1745 comienza el reinado de Fernando VI que dará paso en 1759 al de Carlos III. A partir de entonces van a empezar a brotar gran número de estallidos. El reinado de Carlos III se divide en dos partes: • En cuanto “literatos”, Corominas explica que “letra” se introduce en España hacia 1140, del latín “littera”, pero se usaba en la acepción de “letra de cambio”. Hacia 1547 es imitado del italiano “lettera” con el sentido de “carta misiva”. La palabra “literario” se introduce en 1615. Hacia 1438, “literato” y hacia 1490, “literatura”. El término “literatura” en el XVIII tiene el valor de “cultura”, lo escrito en general. “Literatura” representa la totalidad del saber, conjunto de ciencias y de letras. En el sentido actual se habla de literatura de ficción, de obras de creación con finalidad estética y también tiene relación con la prensa. Según el DRAE, “literatura” procede de “litteratura”, del latín, definido como “arte que emplea como instrumento la palabra”. Comprende no sólo las producciones poéticas sino también “las obras en que caben elementos estéticos como las oratorias, historias y didácticas”. • Hasta 1775 las ideas ilustradas son poco conocidas, pero ya hay algunos personajes de renombre como Pablo de Olavide, que tuvo mucha importancia por su promoción de traducciones de obras francesas e inglesas. Otro autor importante que intentó combinar la tradición barroca con las ideas ilustradas fue Nicolás Fernández de Moratín. Vicente García de la Huerta escribió La Raquel con el propósito de demostrar que era capaz de escribir una obra trágica clásica que se convirtió en la mejor obra española del siglo XVIII en este estilo. También destacó Ramón de la Cruz, considerado un autor muy castizo y famoso por sus sainetes, que eran adaptaciones de obras italianas. La prensa, los papeles periódicos, alcanzaron durante este periodo mucha divulgación, fue una de las grandes innovaciones. La España del XVIII comenzó a usar la prensa para la difusión de las nuevas ideas de cultura y progreso, que ya se habían extendido por Europa. Esta idea está justificada a través de un autor de la época: Juan Sempere Guarinos, autor de Ensayo de una biblioteca de los mejores escritores del reino de Carlos III. En esta obra se queja de que los grandes textos los leen muy pocos y de que al vulgo sólo le gusta la lectura de papeles ligeros que lo entretengan con la novedad y no los fastidien con largos razonamientos. Por tanto, son más convenientes las obras periódicas, a las que hay que añadir su poco precio y el gusto de satisfacer la curiosidad con las noticias. Destacan varios tipos de periódicos: los didácticos-antológicos que incluían textos literarios de creación, como el Cajón de Sastre Literario(1760-1761) , de Nifo. Los que seguían el modelo del The Spectator inglés, de Addison, que consistían en ensayos críticos sobre la sociedad y las costumbres; en ocasiones presentaban estructuras de ficción como una tertulia en la que los participantes van relatando las noticias, historias y cuentos, unos a otros, como El Pensador (1762), de José Clavijo y Fajardo. Otro tipo de prensa incluía textos literarios como poesías y no sólo de autores importantes, sino también de los lectores. Entre los escritores de periódicos tenemos a Nifo, que promovió muchos periódicos como el Novelero de los Estrados, que incluía novelas y textos literarios cortos. También incluyó traducciones de autores franceses de la época como Marmontel. También fue importante El escritor sin título (1763-1764), de Romeo y Tapia. • A partir de 1775 comienza a actuar una 2ª generación. Muchas veces serán los mismos autores con un cambio de estilo. El más importante fue José de Cadalso, autor de las Cartas Marruecas. La primera publicación de Cadalso en prensa se publicó después de su muerte en El Correo de Madrid. Los periódicos van a seguir una periodicidad y la obra no sale completa, sino que se publica por entregas. Otros autores son Jovellanos y Tomás de Iriarte, que escriben ya plenamente dentro de las ideas ilustradas. En prensa, esta época es dominada por El Censor (1781-1788), que tenía un estilo parecido a El Pensador, con ensayos, etc. También incluye textos literarios, como algunos de Jovellanos (sátiras en contra de la mala educación de la nobleza) y Meléndez Valdés. Otra publicación periódica importante es el Memorial Literario, que se asemeja a las actuales revistas literarias. Duró hasta 1791, pues se prohibieron todos los periódicos, excepto La Gaceta de Madrid y el Diario de Madrid, periódico de carácter general que fundamentalmente incluía Publicada en forma de diccionario pretendió ser el compendio del saber de la época y en ella colaboraron muchos de los pensadores más relevantes del momento. Tuvo una gran repercusión social. Los principios ilustrados empezaron a tener repercusión en la vida social con la propagación de ideas como: La eliminación de la esclavitud, la servidumbre y la tortura. Condena de la guerra. Tolerancia religiosa. Libertad económica. Supresión de los privilegios de nacimiento en nombre de la igualdad de derechos. Extensión de la enseñanza]. • Campo estético. Se vuelve la mirada al clasicismo francés y a los modelos clásicos grecolatinos (de ahí “neoclasicismo”). Ahora bien, las ideas estéticas deben estar sujetas a la razón y obedecer los principios de ordenación lógica. • Consolidación del libro como vehículo de la cultura moderna. El autor, como tal, buscará desde este mundo su hueco en la sociedad. Con la consolidación de la imprenta se configura el papel del escritor y socialmente se empieza a valorarlo. • Frasquita Larrea: 1.5.- CULTURA POPULAR E ILUSTRACIÓN • Los Austrias se mezclaban con el pueblo frente a los Borbones franceses, que apenas tienen contacto con él. Y, además, traían muchos ministros extranjeros (su personalidad denota personas muy ensimismadas y cerradas). Se produce una tensión entre intelectuales y el pueblo, en el sentido en que los intelectuales reniegan de todo contacto con lo popular. Los grandes escritores valorados son Calderón, Lope y Tirso. Opuesto a esto, los gustos populares, que se reflejan en el gusto por el entremés, la representación de jácaras, etc. La tensión entre lo intelectual y lo popular se hace patente. En 1765 se prohíben los autos sacramentales y los entremeses. También se prohíben los carnavales por motivos de utilidad, moral y progreso. Se reforman las fiestas. En 1766 se prescinde del uso de la capa y de cierta ropa cuya finalidad era aleccionadora y progresista (Esquilache). Sin embargo, una serie de escritores entroncan con lo popular como Torres Villarroel, el padre Isla, Ramón de la Cruz (se opone a lo extranjero); también Goya (pintor de la corte y de lo popular, padre del esperpento (“lo grotesco”) Falleció en 1788. Entroncan con lo carnavalesco [metáfora de lo carnavalesco. Bajtín ve en el carnaval la presencia más clara de lo natural (frente a lo racional)]. El escritor contemporáneo que mejor captó esta tensión entre intelectuales y pueblo fue Buero Vallejo en Un soñador para un pueblo. • En el XVIII desaparece el concepto del honor que fue tan significativo en el siglo anterior. Esto permitió el desarrollo de un tipo de literatura más popular como las sátiras políticas (a finales del XVII, sobre todo con Carlos IV y Godoy). También formó parte de estas poesías una corriente antifrancesa por los ministros de los Borbones (por el poder que tenían), contra Fernando VI (por su debilidad) y contra Godoy, a quien el pueblo odiaba. • En segundo lugar, se desarrolla una poesía erótica, que tiene su tradición desde la Edad Media y se desarrolla paralela al Rococó (La corte de las putas, de Moratín padre; El jardín de Venus, de Samaniego). En definitiva, hay una corriente de libertinaje que se ve a través del cortejo y del adulterio casi institucionalizado. Como ejemplo, la relación de Godoy y María Luisa de Parma. También hay mujeres animadoras de la vida cultural del XVIII. Por ejemplo, la condesa de Zúñiga, fundadora de la Academia del Buen Gusto, que organizaba saraos y fiestas. • Hay un tipo de hombre que se pone de moda en el XVIII: el petimetre. Es un personaje masculino, afeminado en sus ademanes y vestimenta. Se opone al majo, que es de los barrios populares, machista, más viril, castizo y que prefiere la barbarie a la civilización del petimetre. El majo será el modelo de chulo del XIX. El “manolo”, por último, es el personaje de la cárcel, más lumpen, el proxeneta. • Se impone en estos modelos el del majo/a, especialmente por el teatro y la duquesa de Alba (retratada en la película de Bigas Luna, Volavérunt), que impone una línea popular en la vida nobiliaria. Por tanto, la gente fina se empapa de las costumbres de las majas. • En tercer lugar, la literatura de cordel o de romance de ciegos, llamados así porque eran ellos quienes los vendían, colgados en cordeles. Es una literatura populista cuyo transmisor es el ciego. En esencia, este tipo de literatura reflejó las pasiones más bajas o el amor llevado a la tragedia. Entre los temas fundamentales: los siete pecados capitales, objeto de burla y sátira y el amor, carnalísimo: hembra y macho, la casada, la solterona, la vieja. Hubo una condena general contra la literatura de cordel por considerarla una producción de mal gusto y de gran depravación moral. • El estilo de los romances es semiculto. Siempre aparece el lugar y el tiempo exacto de los hechos relatados y estos romances se oponen al romancero tradicional en: • El de ciegos tiene una extensión muy abundante. • Se cuenta todo. El tradicional no tiene desenlace, sin embargo, y elimina lo innecesario con el propósito de sugerir. • El tradicional es oral y procede de la tradición. Características del romance de ciegos • Se muestra una historia completa, dialogada, con una acción inmediata y situada al margen de la moral tradicional. Fueron romances muy tremendistas (raíz recuperada por Cela en La familia de Pascual Duarte). • No cuestionan el sistema dominante, aunque es un tipo de literatura rechazada por las clases altas tanto del XVIII como del XIX. • Los romances siguen un orden lógico temporal. No suelen darse encabalgamientos y escasean los recursos estilísticos. Suelen tener una larga introducción y se presenta la historia como verídica. La situación geográfica es muy precisa, no así la temporal. Julio Caro Baroja hizo una recopilación de estos romances. Los dividió por temas, estableciendo veintitrés categorías distintas (romances históricos, caballerescos,…) También los dividió en prosa y verso. • Lo andalucista es un rasgo muy característico y reflejan recurrentemente la España de pandereta. Hay un narrador, que hace la introducción y comunica una moraleja y abundan los arquetipos (el corregidor, el alcalde,…) o “actantes” (llamados así por Catalá). • El nivel de fábula lleva un orden lógico, mientras que el nivel de intriga lleva un orden distinto. • No todos, pero los romances van acompañados de una ilustración o de varias (recuerdan las Aleluyas griegas). • Estos romances influirán en la literatura culta del XVIII, especialmente en Cadalso y sus Noches lúgubres, obra de carácter autobiográfico. 1.6.-LITERATURA Y PERIODISMO EN EL XVIII • La prensa española, con la europea como constante punto de referencia, se configuró como cauce ideal para las ideas y temas de la Ilustración. Sobre todo en torno a la educación, al cosmopolitismo, a llevar a cabo esas actuaciones a favor del progreso de las luces, a la creación de un estilo sin afectación, etc. • La prensa aparece como prácticamente privativa de la minoría ilustrada. Estos temas se van desarrollando a los largo de tres grandes etapas que coinciden con periodos importantes de la Historia general: • 1737-1750. Periodo de la Ilustración. En 1737 se presenta el periódico Diario de los Literatos de España. • 1750-1791. Reinado de Carlos III. Destaca El Pensador (1750-1770). El Censor es dominante de 1770 a 1791 debido a un periodo de censura (la Revolución Francesa estalla en 1789) del que sobreviven La Gaceta y El Diario de Madrid. • 1791-1808. Hasta la guerra de Independencia y el fin de la Ilustración cambia el carácter de la prensa. A partir de ahora surge el Romanticismo con la polémica, especialmente sostenida a través de la prensa, entre Böhl de Faber y José Joaquín de Mora (1814). La polémica aparece casi como subgénero literario en un nuevo medio que es el periódico, al servicio de la Literatura. 1.6.1.- DIARIO DE LOS LITERATOS DE ESPAÑA (1737) • Apareció coincidiendo con la Poética de Luzán y siguió editándose durante un lustro, al estilo del Journal des Savants. Este periódico dio a conocer resúmenes, ensayos críticos, publicaciones científicas y literarias de gran importancia en el momento. Menéndez Pelayo consideró a los editores como herederos de Feijoo (del XVIII, pero Barroco). En el Diario de los Literatos se publicó la sátira “Contra los malos escritores” (1742), de José Gerardo Hervás. Se ve la influencia de la Ilustración, pero se observan múltiples giros franceses (tendencia arrastrada hasta ahora). Las sátiras fueron muy famosas en el XVIII (destaca Moratín). • En periódicos y revistas se publican poesías y obras narrativas que aparecen especialmente vinculadas al nuevo cauce de la prensa. Lo condiciona en cuanto al espacio, en cuanto al estilo (por el público al que va destinado) y a la periodicidad (era necesario escribir por unidades, de modo que se termina una parte un día para continuar al siguiente). La prensa proporciona a la literatura popularidad y rapidez de difusión. • En un contexto de actualidad y variedad de noticias se favorece el vínculo actual de la literatura con las ideas, la política y la sociedad. • El tercer elemento es la difusión y contraste de las ideas literarias en la prensa a través de polémicas, reseñas, estudios críticos, intervención directa de los lectores en carta, etc. 1.6.2.- PERIODISMO IMPREGNADO DE LITERATURA • La época de la Ilustración es el momento inicial del gran desarrollo de la prensa. En esta búsqueda de la propia definición, los razonables ilustrados dan muestra de mucha imaginación haciendo unos periódicos muy creativos sumamente literaturizados en muchos casos. • Periódico como obra de ficción. - El hilo conductor de un número al siguiente viene dado por un personaje ficticio que contempla, piensa, censura,... de donde proceden muchos de los títulos. - Un grupo de personajes enmarcados en reuniones, tertulias, intercambios epistolares y otros tipos de comunicación. Como ejemplo de periódicos: El Pensador, El Censor, El Duende Especulativo. - Como género epistolar: El Corresponsal del Censor. - La narración de un suceso o anécdota, donde se hace la exposición de un tema relacionado: El Correo de Madrid o de los Ciegos, El Tío Tremendo y los Críticos del Malecón (1812-1814), en el que las noticias se daban a través de la ficción de una tertulia entre personajes del malecón de Sevilla. • Libros que se construyen como periódico. El Café (1792), de Alejandro Moya. El libro se estructura como un café y en lugar de capítulos tiene mesas. No tiene argumento y su materia es tan variada como la de un periódico: sucesos, anécdotas, fragmentos literarios. Se distribuyen en lo que hablan los asistentes de las mesas formando cada conversación algo similar a los distintos capítulos de un libro. • Prensa literaria especializada. El Poeta, de Nicolás Fernández de Moratín (padre de Leandro). • Cervantismo dieciochesco, de gran importancia en el campo de la edición. Las novelas se construyen al modo del Quijote, como Fray Gerundio de Campazas, alias Zote, del padre Isla (este título fue utilizado después como seudónimo por parte de escritores del XIX) y Vida y empresas literarias del ingeniosísimo caballero Don Quijote de la Manchuela (1767), de Cristóbal Nazarena, seudónimo de Donato de Arenzana. El cervantismo también se da en prensa y sirvió en la configuración del periódico El Belianís Literario (1765). El autor es López de Sedano, que firmaba como Patricio Bueno de Castilla y a lo que añadía “para defender a los escritores desamparados y doncellas menesterosas”. • En el XVIII se veía a Don Quijote como loco que hacía travesuras inusuales y no se vislumbraba más allá de la comedia. Es en el Romanticismo, sobre todo por parte del Romanticismo alemán, cuando se ve el imaginario colectivo de la cultura española (la cultura es la esencia de un pueblo) reflejado en el personaje. 1.6.3.- CONEXIÓN DEL PERIODISMO CON OTROS ÁMBITOS • El periodismo contempla dos dimensiones: ✓ Como transmisor de ideas y de enfrentamiento (polémicas). ✓ Como espacio de traducción y de vinculación con la literatura europea. 2.2.- POÉTICA, DE LUZÁN • El libro, que trata sobre teoría estética-literaria, fue durante años el norte de los escritores. Estos se esforzaban por recuperar para la Literatura no sólo los valores clásicos (dando lugar a un nuevo clasicismo que buscaba sus modelos en la antigüedad grecolatina), sino también en los autores españoles de la Edad de Oro (siglos XVI y XVII). • El espíritu de El Diario de los Literatos era el mismo que alentaba la Poética de Luzán. Se puso de manifiesto en la reseña que de ésta se hizo en sus páginas y la inclusión, en 1741, de una sátira en tercetos titulada “Sátira en tercetos contra los malos escritores de este siglo”, firmada con el seudónimo de Jorge Pitillas (se cree que es el padre Isla). • Ser sátiro Quijote • Contra todo escritor follón y alegre • El divino viajero • El que se fue al Parnaso, piano, piano • A cerner escritores en su harrero. • Enuncia las deficiencias capitales de la creación literaria. Sobre el tema, escribió Juan Pablo Forner “Sátira contra los vicios introducidos en la poesía castellana” (1761), poema con el que ganó el concurso de la RAE. 2.3.- EL ENSAYO Y SUS CONTORNOS • El ensayo es una modalidad literaria más propiamente dieciochesca y la prensa jugó un papel muy importante. Sus orígenes se localizan en los Essais de Montaigne. En cuanto a los precedentes en España, tenemos a Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764), autor de Teatro crítico universal o discursos varios en todo género de materias para desengaño de errores comunes. Feijoo preparó el terreno a los nuevos periodistas. Su finalidad era crítica: combatir y desenmascarar los errores comunes para abrir horizontes a las mentes. • El término ensayo, con el sentido que tiene actualmente, no lo recogió el DRAE hasta 1869. Por tanto, variaban los términos para referirse a una misma realidad. Quevedo los llamaba discursos y así también apareció en El Censor y en El Pensador. Éste último los llamó pensamientos y oraciones. • Entre los muchos ensayos que se escriben en el XVIII hay que destacar el del padre Martín Martesino, “El por qué sí y el por qué no, satisfacción crítico-apolegética de su conducta: por qué sí vive siempre tan retirado y por qué no se pone al oficio de escritor”. Fue publicado en el tomo VI del Semanario Erudito (1787). Su nombre es anagrama: su verdadero autor es Martín Sarmiento (1695-1771). • El XVIII es un siglo de controversia y de polémica. Aparecen muchos escritos apolegéticos y satíricos publicados en folletos de forma independiente o en las páginas de los periódicos. Una de las polémicas más célebres fue el artículo de Nicolás Masón sobre “España en la Enciclopedia Metódica francesa” (1782). Se pregunta, de forma insolente, qué debe Europa a España y qué había hecho España por el resto del mundo a lo largo de los siglos. En España suscitó una serie de escritos apolegéticos. El más conocido fue un artículo de Juan Pablo Forner (1756-1797) cuyo título fue “Oración apolegética por la España y su mérito literario”. Se publicó en El Correo de Madrid o de los Ciegos. El artículo es un alarde de patriotismo y vindicación de España frente a las acusaciones vertidas por Masón. Parece ser que detrás de Forner estaba Floridablanca, que le sugirió que lo escribiera. Otros escritos satíricos de Forner son “El asno erudito y los gramáticos, historia chinesca”, sátira contra Iriarte; “La corneja sin plumas”, sátira contra Vargas Ponce, y otras más. 2.4.- LAS SÁTIRAS • Las sátiras, en prosa o en verso, encontraron en los periódicos un vehículo especial, apto por la prontitud de su publicación. Jovellanos es autor de la convención “ánimo, amigos, nadie tema, nadie, su punzante aguijón, que yo persigo en mi sátira al vicio, no al vicioso”. • Periódicos como El Pensador, El Censor y Memorial Literario se ocuparon de este tipo de sátiras. El Censor publicó dos de Melchor Gaspar de Jovellanos (1744-1811), sátiras que recogen lo mejor de su poesía. Su título general era “A Ernesto”. La primera apareció sin título y anónima y se la conoce como “Sátira contra las malas costumbres de las mujeres nobles” (1786). La segunda, de 1787, se titula “Sátira sobre la mala educación de la nobleza”, de la que muchos se sintieron aludidos. El tema de la decadencia de los nobles, de su degradación personal y de la corrupción de las costumbres en general, ocupó con frecuencia las plumas de los ilustrados. • Una tercera sátira de Jovellanos, de menor interés literario, fue publicada en El Diario de Madrid en 1797: “Memoria para el arreglo de la policía, espectáculos y diversiones públicas y sobre su origen en España”. 2.5.- JOSÉ CADALSO (1741-1782): CARTAS MARRUECAS • Sus dos principales obras son Cartas marruecas y Noches lúgubres, ésta última, novela dialogada de carácter autobiográfico. La ficción epistolar era frecuente en el XVIII, sobre todo en la prensa, sirviendo de excusa, a veces, para un contenido de tipo ensayístico por lo que comportaba de estilo llano, tono conversacional, de opinión y no dogmático, divulgativo y porque daba cabida a todo tipo de materias. La forma epistolar implica la primera persona narrativa, sea real o ficticia, y era la preferida para relatar una experiencia muy dieciochesca como era la del viaje. Así apareció la literatura de viajes en prensa. Juan Meléndez Valdés llegó a escribir una cuyo título era Cartas turcas, hoy perdidas en su mayoría, con la intención, según él mismo declaró, de continuar y completar las de Cadalso. • Centrándonos en las de Cadalso, la primera la publicó el 10 de diciembre de 1787 en El Diario de Madrid; la segunda, en El Correo de Madrid o de los Ciegos, el 19 de diciembre. Buena parte de la obra circuló de forma manuscrita por Madrid. Después, entre febrero y julio de 1789, se publicó por entregas la obra entera en El Correo, menos las cartas LV, LXXXIII, la protesta final y el índice. • Las Cartas marruecas están basadas en un suceso real que había ocurrido no hacía mucho tiempo y que apareció en prensa. Se trata de la visita a España de un embajador de Marruecos, Sidi Hamet Al Gazzali, y conocido como el Gazel.
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