¡Descarga los arboles mueren de pie y más Monografías, Ensayos en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! Isabel: ¿Hay alguna esperanza de que Mauricio no venga? Mauricio: Ninguna. Ya no hay nada que hacer al respecto. Isabel: La verdad, te desconozco, hace unos días me decías que había que ayudar a Balboa y ¿ahora te vas a sentar a ver como todo nuestro trabajo se va a la mierda? Mauricio: No podemos hacer nada, él es el verdadero Mauricio y nosotros somos unos simples actores. Isabel: Podemos contarle la verdad a la abuela. Mauricio: No podría, después de todo lo que hizo esa mujer por nosotros, no podría mirarla a los ojos y decirle que todo esto es una farsa. Isabel: Ojalá o fuera una farsa. Mauricio: ¿Qué queres decir con eso? Isabel: Es la primera vez que siento que tengo una familia. Mauricio: … Isabel: Mira vamos hablar de igual a igual. Te voy a contar mi historia para que entiendas. Un día una mujer que estaba sola fue sacada de su mundo y llevada a uno maravilloso en el cual tenía todo lo que soñó: una familia, un marido, una casa… pero todo era una farsa. Yo no sabía medir y me entregue demasiado a esa historia. Sentía que era mi propia vida y era feliz. Mauricio: ¿Por qué pensas que esa es solo tu historia? ¿No puede ser de los dos? Isabel: No entiendo. Mauricio: Sí, me pasa lo mismo que a vos, yo también estoy enamorado de vos. (Mauricio e Isabel se abrazan, tocan el timbre e Isabel a abrir la puerta). Otro: Mi falsa esposa ¿no? Isabel: Sí, soy yo. Otro: Mucho gusto. (estrechan las manos). Otro: Vengo a buscar lo mío ¿Tienen la plata? Isabel: Sos un caradura ¿Le vas hacer esto a tu propia familia? Otro: Denme la plata o entro y cuento todo. Isabel: Es imposible conseguir toda esa plata en una noche. Otro: Listo ahora vamos a ver si es imposible. ¡abuela… abuela! Abuela: ¿Qué está pasando acá? Isabel: Abuela … Abuela: ¿Es el mismo hombre que vino anoche? Isabel: Solo venía a despedirse ¿No es así señor? Otro: No vine para irme con las manos vacías Isabel: No lo escuche abuela. Abuela: Isabel déjanos solos. Isabel: Pero … Abuela ¡Basta Isabel! Vete del jardín y déjanos solos y no vuelvas hasta que te llame. (Isabel se va). Abuela: ¿Queres sentarte? Otro: No gracias, así estoy bien. Abuela: ¿Y de dónde dijiste que venias? Otro: De Canadá. Abuela: Hermoso país. Mi nieto también viene de allá ¿Lo conoce? Otro: Mucho más de lo que usted cree. Abuela: ¿A sí? Otro: Conozco el cuento completo, pelo lo que no entiendo es como pudo creérselo durante tantos años. Abuela: ¿Qué queres decir con eso? Otro: ¿Nunca sospecho de las cartas? Abuela: ¿Vos decís que las cartas son falsas? Otro: ¡Todo! ¡las cartas, la historia su nieto! ¿Acaso usted es ciega o está jugando a cerrar los ojos? Abuela: Se perfectamente que todo esto es mentira. Cuando obligue al abuelo a que me diga la verdad, no lo podía creer, lo que acabo de hacer fue ponerte a prueba para ver si tenías un poco de vergüenza y pedias perdón, pero veo que me equivoque y por eso te pido que te vallas de mi casa. Otro: Pero soy tu nieto ¿Vas a dejar que me maten tan fácilmente? Abuela: No te voy a dar ni un solo centavo así que te pido que te vallas de mi casa. Otro: Si me matan va a ser tu culpa. Abuela: ¡Fuera de mi casa cobarde! (se va el otro y entra Balboa). Balboa: Mi pobre Eugenia … te dije que esto iba a ser mucho para vos. Abuela: El dolor ya paso. Los muchachos no pueden enterarse de esto. Balboa: ¿No se los vas a decir? Abuela: A ellos dos yo les debo los mejores días de mi vida y por eso no le voy a decir. Abuela: ¡Mauricio! ¡Isabel! Isabel: ¿Ya se fue ese hombre?
