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Valores Eternos: Basándonos en el Evangelio de Jesucristo, Apuntes de Materiales

Valores y creenciasTeologíaÉticaFilosofía de la religión

Este documento ofrece una introducción a los valores eternos basados en el evangelio de Jesucristo. El texto enfatiza la importancia de establecer nuestros valores en las enseñanzas de Jesucristo y los profetas, y cómo estos valores nos guiarán a vivir vidas cristianas. Se abordan preguntas vitales sobre cómo el conocimiento de que Jesucristo es el Hijo de Dios y la visión que tuvo José Smith de Dios y su Hijo pueden dar una perspectiva eterna a nuestros valores.

Qué aprenderás

  • ¿Cómo puede el conocimiento de que Jesucristo es el Hijo de Dios dar una perspectiva eterna a nuestros valores?
  • ¿Cómo podemos basarnos en los principios del evangelio para establecer valores sólidos en nuestra vida?
  • ¿Cómo puede la visión que tuvo el profeta José Smith del Padre y del Hijo ayudarnos a comprender los preceptos eternos?

Tipo: Apuntes

2021/2022

Subido el 10/10/2022

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¡Descarga Valores Eternos: Basándonos en el Evangelio de Jesucristo y más Apuntes en PDF de Materiales solo en Docsity! Instrucción sobre el H ogar y la Familia Los valores eternos "Y he aquí, os digo que [Dios] no cambia; si así fuese, dejaría de ser Dios; y él no cesa de ser Dios" (Mormón 9:19). Debemos basar nuestros valores en el evangelio de Jesucristo. Introducción Nuestro código de valores éticos determina la importancia que asignamos a todo en la vida. Define nuestras actitudes y hechos con relación a la familia, a los amigos y a nuestros bienes materiales, a las actividades en la Iglesia y a todos los demás aspectos de la vida. La hermana Barbara Winder dijo: "Nuestros valores influyen en todo lo que hacemos, ya sea en lo que hacemos cón nuestro tiempo y energía, con nuestros bienes y en la manera de relacionarnos con los demás. En resumen, dan. dirección a nuestra vida . . . "Todos los días nos enfrentamos a circunstancias y decisiones que ponen a prueba nuestros valores personales y nos hacen tomar decisiones que o fortalecerán o debilitarán dichos valores; es por esto que debemos evaluar bien todo lo que influye en nuestras creencias y m etas" ("Righteous Standard", discurso pronunciado en la Universidad Brigham Young, 12 de nov. de 1985). Las normas inestables y transitorias del mundo o las normas inmutables y eternas del Señor pueden determinar nuestros valores. Debido a que a veces no nos mantenemos firmes en lo que nos ha enseñado Cristo, nos vemos sujetos a la incertidumbre, a la confusión y al error. A menudo nos dejamos influir por las filosofías cambiantes de los hombres y nos sentimos perplejos ante estos valores diversos e inseguros. El élder Royden G. Derrick explicó lo siguiente: "[El Señor] dice, hablando de la humanidad: 'No buscan al Señor para establecer su justicia, antes todo hombre anda por su propio camino' [D. y C. 1:16]. Y eso es muy cierto. Cuando todos determinan por sí mismos lo que es correcto y lo que es 193 2 incorrecto, tenemos tantos valores que no es posible ser uno, como Jesucristo nos mandó que fuéramos . . . "¿Cuántas personas hay en el mundo que tratan de establecer sus propias reglas y valores y definir lo que es correcto y lo que es incorrecto con respecto a la verdadera filosofía y evangelio del Señor Jesucristo?" ("The True Value System ", en Devotional Speeches o f the Year, 1979 [Provo: Brigham Young University Press, 1980], pág. 111.) Esta multiplicidad de filosofías y valores mundanos indudablemente son una fuente de confusión en nuestra vida y por esto es que debemos aprender a distinguir el bien del mal. Aunque en el mundo hay personas e ideologías que pueden afectar nuestro modo de pensar, en realidad cada persona es responsable de mantenerse firme en sus creencias. Los valores eternos no cambian A pesar de las influencias del mundo, nosotros, como Santos de los Ultimos Días, debemos comprender que si escogemos valores que van de acuerdo con el evangelio de Jesucristo, tendremos para nuestra vida un fundamento seguro de valores eternos e inmutables. Todos sabemos que en la construcción de edificios es esencial contar con cimientos sólidos para que estos edificios sean estables. En la antigüedad se usaban grandes piedras para dar la estabilidad necesaria. Las que se usaban para unir las esquinas se llamaban piedras angulares, las cuales brindaban apoyo adicional. El presidente Gordon B. Hinckley explicó que la Iglesia está edificada sobre piedras angulares sólidas: "Existen piedras angulares básicas sobre las cuales se ha edificado esta gran Iglesia de los últimos días, construida de una manera bien coordinada . . . "Estos grandes dones divinos son las piedras angulares firmes que afianzan La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, así como también los testimonios y convicciones personales de sus miembros: (1) la realidad y divinidad del Señor Jesucristo como el Hijo de Dios; (2) la visión sublime del Padre y el Hijo que recibió el profeta José Smith, la cual introdujo la dispensación del cumplimiento de los tiempos; (3) el Libro de Mormón como la palabra de Dios, el cual declara la divinidad del Salvador; y (4) el Sacerdocio de Dios divinamente 194 Instrucción sobre el Hogar y la Familia Lección 2 Debemos preguntarnos cómo aplicaremos a nuestra vida los principios que hemos aprendido. El élder M. Russell Ballard preguntó: "¿Habéis establecido lo que debe ser de más importancia en la vida? ¿Está claramente definida en vuestra mente? ¿Estaba claro cuando os levantasteis esta mañana, y estará claro todas las mañanas? . . . " . . . En estos momentos nos vemos frente a la disyuntiva: '¿Vale la pena?' ¿Vale la pena guardar todos los mandamientos? ¿Vale la pena conservarnos moralmente limpios? ¿Vale la pena vivir la Palabra de Sabiduría? ¿Vale la pena ser honrados en el trabajo . . . y en todos nuestros tratos? ¿Vale la pena pagar diezmos y ofrendas? ¿Vale la pena servir fielmente dondequiera que se nos llame a hacerlo?" El élder Ballard nos proporciona también una respuesta franca a estas preguntas: "Cuando comprendemos unos cuantos conceptos que el Señor nos ha dado en las Escrituras, podemos fácilmente llegar a la conclusión: 'Sí, vale la pena' . . . "A cada momento del día nos vemos en la necesidad de tomar decisiones basadas en la capacitación que hayamos recibido en nuestro hogar y en la Iglesia. Las normas son claras y nuestra visión debe concentrarse en la meta a largo alcance de ser merecedores de heredar el grado más alto de gloria en el reino celestial." ("Is It Worth It?", New Era, junio de 1984, págs. 3 9 -4 0 .) Una hermana hizo algunas preguntas acerca de lo que debe ser de más importancia en la vida: "Al mirarnos a nosotros mismos, entonces, ¿qué debemos poner en primer lugar? No es lo que se menciona con tanta frecuencia en la actualidad, o sea: ¿Debo correr tres kilómetros al día? ¿Soy un ama de casa perfecta? ¿Debo tener una profesión u oficio? ¿Estoy realmente satisfecho con mi vida? Todo eso realmente es secundario, ya que lo más importante debe ser: ¿Sé que Jesús es el Cristo, el Hijo literal de Dios? ¿Creo en los profetas vivientes y sigo sus instrucciones? ¿Cómo respondo ante las oportunidades de la vida diaria? ¿Me esfuerzo usualmente por complacer al Señor, a otras personas o a mí mismo?" (Sydney Smith Reynolds, "Teaching Values— A M other's Commission", Ensign, marzo de 1984, pág. 22.) El élder Boyd K. Packer dijo: "Nuestra vida se compone de las miles de decisiones que tomamos a diario. A lo largo de los 197 años estas pequeñas decisiones formarán una unidad y darán muestras claras de cuáles son las cosas que valoramos" ("La decisión más im portante", Liahona, febrero de 1981, pág. 39). No nos es posible anticipar todas las situaciones difíciles que indudablemente tendremos que enfrentar en algún momento de nuestra vida, pero si nos dejamos guiar por lo que nos enseña el evangelio, será más fácil saber qué hacer cuando llegue ese momento. Puede ser difícil saber qué curso seguir cuando surjan tiempos de adversidad, por ejemplo, el desánimo, el rechazo, el fracaso, los accidentes, la enfermedad, el abuso, el desempleo, la discordia en la familia u otros tipos de contención y disputas, pérdidas financieras, cambios en los planes o la muerte de seres queridos. Puede ser difícil saber dar de nosotros para ayudar a alguien que esté pasando por dificultades, como por ejemplo, saber dar de nuestro tiempo, de nuestros talentos y energía y de nuestros medios bajo circunstancias que quizás sean inconvenientes o aparentem ente imposibles y que no ofrezcan ninguna aparente recompensa o satisfacción. No todas nuestras decisiones tendrán que ver con la adversidad y las pruebas, pero la mayoría de nosotras pasaremos por situaciones difíciles que pondrán a prueba nuestros valores. Las pautas que nos da el evangelio nos ayudarán a enfrentar los obstáculos que presentan dichas pruebas. Cuando seguimos estas pautas, ponemos de manifiesto nuestros valores eternos, por ejemplo, en la forma de comenzar cada día, de relacionarnos con los miembros de nuestra familia y con nuestros amigos, de cuidar de nuestros cuerpos y de cumplir con nuestras responsabilidades en el hogar y en el trabajo. También ponemos de manifiesto estos valores eternos en la manera de escoger a nuestras amistades, de usar nuestro tiempo libre, de gastar el dinero, de usar y cuidar de nuestros bienes, de respetar la ley y la autoridad civil, de observar el día de reposo, de servir en la Iglesia y en otras partes. Cuando nuestros pensamientos y acciones diarios se basan en valores eternos, enriquecemos la vida de muchas personas y progresamos hacia metas eternas. 198 Instrucción sobre el Hogar y la Familia Lección 2 Los valores eternos nos permiten ser más semejantes a Cristo Cuando permitimos que los valores eternos influyan en nuestra vida, estamos viviendo de acuerdo con el modelo establecido por el Salvador. El élder William R. Bradford dijo: "El Maestro ha establecido un modelo en todas las cosas, y ha llamado a todo ser humano para que se rija por él. " 'En verdad, en verdad os digo que éste es mi evangelio; y vosotros sabéis las cosas que tenéis que hacer en mi iglesia; pues las obras que me habéis visto hacer, esas mismas haréis, porque aquello que me habéis visto hacer, vosotros haréis' [3 Nefi 27:21, 27]." ("Sigamos a Cristo", Liahona, agosto de 1976, pág. 90.) El élder Mark E. Petersen también nos exhortó a modelar nuestra vida de acuerdo con la del Salvador: "El propósito total de la salvación es convertirnos en seres semejantes al Salvador en palabra, pensamiento y hecho. Podemos medir nuestro progreso simplemente determinando cuánto nos asemejamos a Cristo. Si no nos aproximamos más a su ejemplo en nuestro diario vivir, no estamos avanzando hacia la salvación como deberíamos. "El ser como Cristo requiere un crecimiento espiritual diario. Así como una flor es el resultado de una semilla, una persona adulta es el resultado del desarrollo de una criatura pequeña. Por lo tanto, podemos también madurar espiritualmente a diario, hasta llegar a poseer, con el tiempo, una personalidad sem ejante a la de Cristo . . . "Jesús, el Salvador, es el ejemplo supremo de cómo debe ascender nuestra alma. " '¿Qué clase de hombres habéis de ser?' preguntó El, y luego respondió: 'En verdad os digo, aun como yo soy' (3 Nefi 27:27). "El ser como El no es algo que podamos alcanzar de la noche a la mañana, sino más bien un proceso eterno. Cada hora, cada día de nuestra vida, debemos procurar ser como El." ("Creyentes y hacedores", Liahona, enero de 1983, págs. 25, 26.) La exhortación que se nos da de modelar nuestra vida de acuerdo con la del Salvador realmente es un proceso que requiere toda la vida. Requiere que nos esforcemos por llegar a 199
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