Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

Mankiw resumen del libro, Guías, Proyectos, Investigaciones de Macroeconomía

Libro del autor Mankin sobre el tema de macroeconomía

Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones

2023/2024

Subido el 12/01/2024

maria-rivera-osinaga
maria-rivera-osinaga 🇧🇴

1 documento

Vista previa parcial del texto

¡Descarga Mankiw resumen del libro y más Guías, Proyectos, Investigaciones en PDF de Macroeconomía solo en Docsity! Macroeconomía N. Gregory Mankiw 84 edición N. Gregory Mankiw Es catedrático de economía en Harvard University Esquema de la obra Prólogo Primera parte. Introducción Capítulo 1. La ciencia de la macroeco- nomía Capítulo 2. Los datos macroeconó- micos Segunda parte. La teoría clásica: la economía a largo plazo Capítulo 3. La renta nacional: de dónde viene y adónde va Capítulo 4. El sistema monetario: qué es y cómo funciona Capítulo 5. La inflación: sus causas, sus efectos y sus costes sociales Capítulo 6. La economía abierta Capítulo 7. El paro Tercera parte. La teoría del crecimien- to: la economía a muy largo plazo Capítulo 8. El crecimiento económi- co I: la acumulación de capital y el crecimiento de la población Capítulo 9. El crecimiento económi- co II: la tecnología, el análisis empíri- co y la política económica Cuarta parte. La teoría de los ciclos económicos: la economía a corto plazo Capítulo 10. Introducción a las fluc- tuaciones económicas Capítulo 11. La demanda agregada I: construcción del modelo IS-LM Capítulo 12. La demanda agregada II: aplicación del modelo IS-LM Capítulo 13. Reconsideración de la economía abierta: el modelo Mun- dell-Fleming y el sistema de tipos de cambio Capítulo 14. La oferta agregada y la disyuntiva a corto plazo entre la infla- ción y el paro Quinta parte. Temas de teoría ma- croeconómica Capítulo 15. Modelo dinámico de demanda y oferta agregadas Capítulo 16. Comprender la conduc- ta de los consumidores Capítulo 17. La teoría de la inversión Sexta parte. Temas de política ma- croeconómica Capítulo 18. Perspectivas alternativas sobre la política de estabilización Capítulo 19. La deuda pública y los déficit presupuestarios Capítulo 20. El sistema financiero: oportunidades y peligros Epílogo. ¿Qué sabemos, y qué desco- nocemos? Glosario Índice analítico Contenido Prólogo Primera parte. Introducción 1 La ciencia de la macroeconomía 1.1 ¿Qué estudian los macroeconomistas? Caso práctico: Algunas series económicas Series históricas de Estados Unidos El pasado reciente en otros países 1.2 Cómo piensan los economistas La teoría como elaboración de modelos PSI Utilización de funciones para expresar relaciones entre variables El uso de múltiples modelos Los precios: ¿flexibles o rígidos? PSI Los macroeconomistas que han recibido el Premio Nobel El pensamiento microeconómico y los modelos macroeconómicos 1.3 La estructura de este libro 2 Los datos macroeconómicos 2.1 La medición del valor de la actividad económica: el producto interior bruto La renta, el gasto y el flujo circular PSI Stocks y flujos Algunas reglas para calcular el PIB El PIB real y el PIB nominal 13 45 45 47 48 50 52 52 55 57 58 59 61 62 65 67 67 68 70 73 28 / Macroeconomía El deflactor del PIB PSI Dos trucos aritméticos para trabajar con variaciones porcentuales Medidas encadenadas del PIB real Los componentes del gasto PSI ¿Qué es la inversión? Caso práctico El PIB y sus componentes Otros indicadores de la renta El ajuste estacional 2.2 La medición del coste de la vida: el índice de precios de consumo El precio de una cesta de bienes El IPC y el deflactor del PIB ¿Sobrestima el IPC la inflación? Caso práctico El Billion Prices Project 2.3 La medición del paro: la tasa de paro Caso práctico Variaciones de la población activa La encuesta a las empresas de Estados Unidos 2.4 Conclusiones: de las estadísticas económicas a los modelos económicos Segunda parte. La teoría clásica: la economía a largo plazo 3 La renta nacional: de dónde viene y adónde va 3.1 ¿Qué determina la producción total de bienes y servicios? Los factores de producción La función de producción La oferta de bienes y servicios 3.2 ¿Cómo se distribuye la renta nacional entre los factores de producción? Los precios de los factores Las decisiones que ha de tomar la empresa competitiva La demanda de factores de la empresa La distribución de la renta nacional Caso práctico La Peste Negra y los precios de los factores La función de producción Cobb-Douglas PSI La creciente diferencia entre los ricos y los pobres Caso práctico La productividad del trabajo como determinante fundamental de los salarios reales 3.3 ¿Qué determina la demanda de bienes y servicios? El consumo La inversión 75 76 77 77 79 80 81 84 84 85 86 89 90 91 93 94 96 103 105 105 106 107 107 108 109 110 114 116 117 120 122 123 124 125 Contenido / 31 El papel de las exportaciones netas Los flujos internacionales de capitales y la balanza comercial Los flujos internacionales de bienes y de capitales: ejemplo PSI La irrelevancia de los saldos de las balanzas comerciales bilaterales 6.2 El ahorro y la inversión en una pequeña economía abierta La movilidad del capital y el tipo de interés mundial ¿Por qué suponemos que el país es una pequeña economía abierta? El modelo Cómo influye la política económica en la balanza comercial Evaluación de la política económica Caso práctico El déficit comercial de Estados Unidos Caso práctico ¿Por qué no entra capital en los países pobres? 6.3 Los tipos de cambio Tipos de cambio nominales y reales El tipo de cambio real y la balanza comercial Los determinantes del tipo de cambio real Cómo influye la política económica en el tipo de cambio real Efectos de la política comercial Los determinantes del tipo de cambio nominal Caso práctico La inflación y los tipos de cambio nominales El caso especial de la paridad del poder adquisitivo Caso práctico El Big Mac en todo el mundo 6.4 Conclusiones: el ejemplo de Estados Unidos como gran economía abierta Apéndice: la gran economía abierta La salida neta de capital El modelo La política económica en la gran economía abierta Conclusiones 7 El paro 7.1 La pérdida del empleo, la búsqueda de trabajo y la tasa natural de paro 7.2 La búsqueda de empleo y el paro friccional Causas del paro friccional La política económica y el paro friccional Caso práctico El seguro de desempleo y la tasa de creación de empleo 7.3 La rigidez de los salarios reales y el paro estructural 218 220 222 223 224 224 226 226 228 231 233 236 237 237 239 241 242 242 245 246 249 251 253 260 260 263 265 270 273 275 277 277 278 279 280 1 La ciencia de la macroeconomía La ciencia no es más que el refinamiento de reflexiones cotidianas. Albert Einstein Cuando Albert Eistein hizo la observación citada sobre la naturaleza de la ciencia, probablemente se refería a la física, la química y otras ciencias naturales. Pero la afirmación es igualmente cierta cuando se aplica a las ciencias sociales, como la economía. Como persona que participa en la economía y como ciudadano que vive en una democracia, es inevitable que el lector piense en cuestiones económi- cas cuando realiza sus actividades cotidianas o cuando entra en una cabina electo- ral. Pero si es como la mayoría de la gente, sus reflexiones diarias sobre la econo- mía probablemente habrán sido más superficiales que rigurosas (o al menos hasta que asistió a su primer curso de economía). El objetivo de estudiar economía es perfeccionar esas reflexiones. Este libro aspira a ayudarle en ese esfuerzo, centran- do la atención en la parte del campo de la economía llamada macroeconomía, que estudia las fuerzas que influyen en la economía en su conjunto. 1.1 ¿Qué estudian los macroeconomistas? ¿Por qué las rentas han experimentado un rápido crecimiento en los últimos cien años en algunos países mientras que otros siguen sumidos en la pobreza? ¿Por qué algunos países tienen tasas de inflación elevadas mientras que otros mantienen es- tables los precios? ¿Por qué todos los países experimentan recesiones y depresiones –es decir, periodos recurrentes de disminución de las rentas y de aumento del paro– y cómo pueden reducir los gobiernos su frecuencia y su gravedad? La macroecono- mía intenta dar respuesta a estas y otras muchas preguntas relacionadas con ellas. Para apreciar la importancia de la macroeconomía, basta leer el periódico o es- cuchar las noticias. Todos los días podemos ver titulares como «El crecimiento de 46 / Macroeconomía la renta repunta», «El banco central toma medidas para luchar contra la inflación» o «La Bolsa cae ante el temor a una recesión». Aunque estos acontecimientos macroeconómicos parezcan abstractos, influyen en todos los aspectos de nuestra vida. Los ejecutivos de empresa que predicen la demanda de sus productos deben adivinar a qué ritmo aumentará la renta de los consumidores. Los pensionistas que viven de una renta fija se preguntan a qué ritmo subirán los precios. Los recién licenciados universitarios que buscan trabajo confían en que la economía experi- mente una expansión y que las empresas los contraten. Dado que la situación de la economía afecta a todo el mundo, las cuestiones macroeconómicas desempeñan un papel fundamental en los debates políticos. Los votantes son conscientes de cómo marcha la economía y saben que la política del Gobierno puede influir en ella poderosamente. Como consecuencia, la popularidad del Ejecutivo aumenta cuando la economía va bien y disminuye cuando va mal. Las cuestiones macroeconómicas también se encuentran en el centro de la po- lítica mundial y las noticias internacionales están llenas de preguntas macroeconó- micas. ¿Fue una buena idea que una gran parte de Europa adoptara una moneda única? ¿Debe mantener China un tipo de cambio fijo frente al dólar estadouni- dense? ¿Por qué está incurriendo Estados Unidos en grandes déficit comerciales? ¿Cómo pueden mejorar los países pobres su nivel de vida? Cuando se reúnen los líderes mundiales, estos asuntos suelen ocupar un lugar prioritario en su agenda. Aunque la tarea de elaborar la política económica corresponde a los líderes mundiales, la de explicar el funcionamiento de la economía en su conjunto corresponde a los macroeconomistas. Para ello recogen datos sobre las rentas, los precios, el paro y muchas otras variables económicas de diferentes periodos de tiempo y distintos países e intentan entonces formular teorías generales para explicar estos datos. Al igual que los astrónomos que estudian la evolución de las estrellas o los biólogos que estudian la evolución de las especies, los macroecono- mistas no pueden realizar experimentos controlados en un laboratorio, sino que deben utilizar los datos que les da la historia. Los macroeconomistas observan que las economías son diferentes y que cambian con el paso del tiempo. Estas observaciones les permiten tanto elaborar teorías macroeconómicas como reco- ger datos para contrastarlas. La macroeconomía es, sin duda alguna, una ciencia joven e imperfecta. La ca- pacidad del macroeconomista para predecir el rumbo futuro de los acontecimien- tos económicos no es mejor que la del meteorólogo para predecir el tiempo del mes que viene. Pero, como verá el lector, los macroeconomistas saben bastante bien cómo funcionan las economías. Estos conocimientos son útiles tanto para explicar los acontecimientos económicos como para formular la política económica. Cada época tiene sus propios problemas económicos. En la década de 1970, los presidentes Richard Nixon, Gerald Ford y Jimmy Carter pelearon todos ellos en La ciencia de la macroeconomía (c.1) / 49 La figura 1.2 muestra la tasa de inflación de Estados Unidos. Vemos que la in- flación varía significativamente con el paso del tiempo. En la primera mitad del siglo xx, la tasa de inflación solo fue, en promedio, algo superior a cero. Los perio- dos de descenso de los precios, llamados deflación, fueron casi tan frecuentes como los de subida. En cambio, durante los últimos cincuenta años, la inflación ha sido algo normal. El problema se agravó sobre todo a finales de los años setenta, cuan- do los precios subieron persistentemente a una tasa anual cercana al 10 por ciento. En los últimos años, la tasa de inflación ha girado en torno a un 2 o 3 por ciento, lo cual indica que los precios se han mantenido bastante estables. 1900 30 25 20 15 10 5 0 -5 -10 -15 -20 Po rc en ta jeIn fl ac ió n D ef la ci ó n 1910 I Guerra Mundial Gran Depresión II Guerra Mundial Guerra de Corea Guerra de Vietnam Primera crisis de los precios del petróleo Segunda crisis de los precios del petróleo 1920 1930 1940 Año 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010 Ataque terrorista del 11 de septiembre Crisis financiera Figura 1.2. La tasa de inflación de la economía de Estados Unidos. La tasa de in- flación mide la variación porcentual del nivel medio de precios registrada desde el año anterior. Cuando la tasa de inflación es superior a cero, los precios están subiendo. Cuando es inferior, están bajando. Si desciende pero sigue siendo positiva, los precios están subiendo pero a un ritmo más lento. Nota: La tasa de inflación se mide en este gráfico utilizando el deflactor del PIB. Fuente: U. S. Department of Commerce y Economic History Services. La figura 1.3 muestra la tasa de paro de Estados Unidos. Obsérvese que siem- pre hay algún paro en la economía y que, además, aunque la tasa de paro no tiene una tendencia a largo plazo, varía considerablemente de un año a otro. Las recesiones y las depresiones van acompañadas de un nivel de paro excepcio- nalmente elevado. Las tasas más altas se registraron durante la Gran Depresión de los años treinta. La peor recesión económica desde la Gran Depresión se 50 / Macroeconomía registró tras la crisis financiera de 2008–2009, cuando la tasa de paro aumentó considerablemente. Las figuras 1.1, 1.2 y 1.3 ofrecen una visión rápida de la historia de la economía de Estados Unidos. 1900 25 Po rc en ta je d e p ar o 1910 I Guerra Mundial Gran Depresión II Guerra Mundial Guerra de Corea Guerra de Vietnam Primera crisis de los precios del petróleo Segunda crisis de los precios del petróleo 1920 1930 1940 Año 1950 1960 1970 1980 1990 2000 Ataque terrorista del 11 de septiembre Crisis financiera 2010 20 15 10 5 0 Figura 1.3. La tasa de paro de la economía de Estados Unidos. La tasa de paro mide el porcentaje de la población activa que no tiene trabajo. Esta figura muestra que la economía siempre tiene algún paro y que la cantidad fluctúa de un año a otro. Fuente: U. S. Department of Labor y U. S. Bureau of the Census, Historical Statis- tics of the United States: Colonial Times to 1970. El pasado reciente en otros países Los gráficos de la figura 1.4 muestran la evolución hasta 2004 del PIB per cápita, de la inflación y de la tasa de paro en tres países muy diferentes: Japón, España y Venezuela. Se aprecia el crecimiento sostenido del PIB per cápita en Japón y en España, pero no así en Venezuela, que ha venido padeciendo todo tipo de crisis a lo largo de muchos años. El crecimiento de esta variable en Japón es espectacular. En cuanto a la inflación, mientras que Japón consiguió mantener una tasa relativamente baja a lo largo del tiempo (excluyendo los años de la crisis del pe- tróleo), la inflación en España fue más difícil de contener. En Venezuela, se ha disparado y a finales de la década de 1990 era de las más altas de toda Latinoamé- rica, aunque en los últimos años del gráfico se aprecia un descenso, sin alcanzar los niveles de los países desarrollados. La ciencia de la macroeconomía (c.1) / 51 0 5.000 10.000 15.000 20.000 25.000 30.000 España D ó la re s in te rn ac io n al es (a) PIB per cápita en dólares internacionales de 2000 Año 1 9 5 0 1 9 5 2 1 9 5 4 1 9 5 6 1 9 5 8 1 9 6 0 1 9 6 2 1 9 6 4 1 9 6 6 1 9 6 8 1 9 7 0 1 9 7 2 1 9 7 4 1 9 7 6 1 9 7 8 1 9 8 0 1 9 8 2 1 9 8 4 1 9 8 6 1 9 8 8 1 9 9 0 1 9 9 2 1 9 9 4 1 9 9 6 1 9 9 8 2 0 0 0 2 0 0 2 2 0 0 4 Venezuela Japón -20 0 20 40 60 80 100 120 Japón España (b) Inflación Año Po rc en ta je 1 9 6 1 1 9 6 3 1 9 6 5 1 9 6 7 1 9 6 9 1 9 7 1 1 9 7 3 1 9 7 5 1 9 7 7 1 9 7 9 1 9 8 1 1 9 8 3 1 9 8 5 1 9 8 7 1 9 8 9 1 9 9 1 1 9 9 3 1 9 9 5 1 9 9 7 1 9 9 9 2 0 0 1 2 0 0 3 Venezuela 0 5 10 15 20 25 30 (c) Tasa de paro Po rc en ta je 1 9 6 0 1 9 6 2 1 9 6 4 1 9 6 6 1 9 6 8 1 9 7 0 1 9 7 2 1 9 7 4 1 9 7 6 1 9 7 8 1 9 8 0 1 9 8 2 1 9 8 4 1 9 8 6 1 9 8 8 1 9 9 0 1 9 9 2 1 9 9 4 1 9 9 6 1 9 9 8 2 0 0 0 2 0 0 2 2 0 0 4 Japón España Venezuela Figura 1.4. (a) Evolución del PIB per cápita, (b) de la inflación y (c) de la tasa de paro en Japón, España y Venezuela. Fuentes: Augus Maddison, La economía mundial 1820-1992: análisis y estadísticas, OCDE, 1997, FMI e International Financial Statistics. 54 / Macroeconomía midores optan por adquirir otros alimentos y compran menos pizzas. La curva de oferta muestra la relación entre la cantidad ofrecida de pizzas y su precio, mante- niendo constante el precio de los ingredientes. Tiene pendiente positiva porque cuando sube el precio de las pizzas, es más rentable venderlas, lo cual anima a las pizzerías a producir más. El equilibrio del mercado es el precio y la cantidad en los que se cortan las curvas de oferta y demanda. Al precio de equilibrio, los consumi- dores deciden comprar exactamente la cantidad de pizzas que deciden producir las pizzerías. Este modelo del mercado de pizzas tiene dos variables exógenas y dos endóge- nas. Las exógenas son la renta agregada y el precio de los ingredientes. El modelo no intenta explicarlas, sino que las considera dadas (quizá explicadas por otro modelo). Las variables endógenas son el precio de las pizzas y la cantidad inter- cambiada. Estas son las variables que intenta explicar el modelo. El modelo puede utilizarse para mostrar cómo afecta una variación de una de las variables exógenas a ambas variables endógenas. Por ejemplo, si aumenta la renta agregada, también aumenta la demanda de pizzas, como muestra el panel (a) de la figura 1.7. El modelo muestra que tanto el precio de equilibrio como la cantidad Oferta Demanda P re ci o d e la p iz za Cantidad de pizza Precio de equilibrio Cantidad de equilibrio Equilibrio del mercado P Q Figura 1.6. El modelo de oferta y demanda. El modelo económico más famoso es el de la oferta y la demanda de un bien o servicio, en este caso, las pizzas. La curva de demanda es una curva de pendiente negativa que relaciona el precio de las pizzas con la cantidad que demandan los consumidores. La curva de oferta es una curva de pendiente positiva que relaciona el precio de las pizzas con la cantidad que ofrecen las pizzerías. El precio de las pizzas se ajusta hasta que la cantidad ofrecida es igual a la demandada. El punto en el que se cortan las dos curvas es el equilibrio del mercado, que muestra el precio de equilibrio de las pizzas y su cantidad de equilibrio. La ciencia de la macroeconomía (c.1) / 55 PSI. Utilización de funciones para expresar relaciones entre variables Todos los modelos económicos expresan relaciones entre variables econó- micas. A menudo se expresan por medio de funciones. Una función es un concepto matemático que muestra cómo una variable depende de otras. Por ejemplo, en el modelo del mercado de pizzas, decimos que la cantidad demandada de pizzas depende de su precio y de la renta agregada. Para expresarlo, utilizamos la siguiente notación funcional: Qd = D(P, Y). Esta ecuación indica que la cantidad demandada de pizzas, Qd, es una fun- ción de su precio, P, y de la renta agregada, Y. En la notación funcional, la variable que precede al paréntesis representa la función. En este caso, D( ) es la función que expresa cómo las variables entre paréntesis determinan la cantidad demandada de pizzas. Si conociéramos mejor el mercado de pizzas, podríamos dar una fórmu- la numérica de la cantidad demandada de pizzas. Podríamos escribir: Qd = 6.000 – 10P + 2Y. En este caso, la función de demanda es: D(P, Y) = 6.000 – 10P + 2Y. Esta función indica la cantidad demandada de pizzas correspondiente a cualquier precio de las mismas y a cualquier renta agregada. Por ejem- plo, si la renta agregada es igual a 1.000 euros y el precio de las pizzas es de 200 euros, la cantidad demandada de pizzas es igual a 6.000 pizzas; si sube el precio a 300 euros, la cantidad demandada desciende a 5.000 pizzas. La notación funcional nos permite expresar la idea general de que las variables están relacionadas incluso cuando no tenemos suficiente infor- mación para indicar la relación numérica precisa. Por ejemplo, podríamos saber que la cantidad demandada de pizza disminuye cuando sube el precio de 200 euros a 300 euros, pero no cuánto. En este caso, la notación funcio- nal es útil: en la medida en que sepamos que existe una relación entre las variables, podemos expresarla utilizando la notación funcional. 56 / Macroeconomía P re ci o d e la p iz za D2 D1 Q1 Q2 P1 P2 S Cantidad de pizza S2 S1 Q1Q2 P2 P1 D P re ci o d e la p iz za Cantidad de pizza (a) Desplazamiento de la demanda (b) Desplazamiento de la oferta P Q P Q Figura 1.7. Variaciones del equilibrio. En el panel (a), un aumento de la renta agregada provoca un incremento de la demanda de pizzas: a cualquier precio dado, los consumidores ahora quieren comprar más pizzas, lo cual se representa por medio de un desplazamiento de la curva de demanda hacia la derecha de D1 a D2. El mercado se traslada a la nueva intersección de la oferta y la deman- da. El precio de equilibrio sube de P1 a P2 y la cantidad de pizzas de equilibrio aumenta de Q1 a Q2. En el panel (b), una subida de precio de los ingredientes reduce la oferta de pizzas: a cualquier precio dado, las pizzerías observan que la venta de pizzas es menos rentable, por lo que optan por producir menos. Esta decisión se muestra por medio de un desplazamiento de la curva de oferta hacia la izquierda de S1 a S2. El mercado se traslada a la nueva intersección de la oferta y la demanda. El precio de equilibrio sube de P1 a P2 y la cantidad de equilibrio disminuye de Q1 a Q2. La ciencia de la macroeconomía (c.1) / 59 PSI. Los macroeconomistas que han recibido el Premio Nobel Todos los meses de octubre se anuncia el nombre de quien ha obtenido el Premio Nobel de economía. Muchos de los premiados son macroecono- mistas cuyas investigaciones estudiamos en este libro. He aquí unos cuan- tos, junto con algunas de sus propias palabras sobre las razones por las que eligieron su campo de estudio. Milton Friedman (premio Nobel en 1976): «Obtuve la licenciatura en 1932, cuando Estados Unidos se encontraba sumido en la depresión más profunda de toda su historia. El problema predominante en aquella época era la economía. ¿Cómo salir de la depresión? ¿Cómo reducir el paro? ¿Cuál era la explicación de la paradoja de la existencia de grandes necesidades por una parte y de recursos sin utilizar por otra? En esas circunstancias, dedicarse a la economía parecía más relevante para resolver las candentes cuestiones de la época que dedicarse a las matemáticas aplicadas o a las ciencias actuariales». James Tobin (premio Nobel en 1981): «Me atraía este campo por dos ra- zones. Una era que la teoría económica es un fascinante reto intelectual similar a las matemáticas o el ajedrez. Me gustaba la analítica y el razona- miento lógico… La otra razón era la evidente importancia de la economía para comprender y quizá superar la Gran Depresión». Franco Modigliani (premio Nobel en 1985): «Durante un tiempo pensé que debía estudiar medicina porque mi padre era médico… Fui a matricu- larme en medicina, pero ¡cerré los ojos y pensé en la sangre! Me puse pálido solo de pensar en la sangre y decidí que en esas condiciones era mejor que me mantuviera alejado de la medicina… Pensando qué hacer, se me ocurrió realizar algunas actividades de economía. Sabía algo de alemán y me pidie- ron que tradujera del alemán al italiano algunos artículos para una de las asociaciones empresariales. Así fue como comencé a conocer algunos de los problemas económicos que se planteaban en la literatura alemana». Robert Solow (premio Nobel en 1987): «Volví [a la universidad después de estar en el ejército] y casi sin pensarlo, me matriculé para acabar los estudios universitarios de licenciatura. Dadas las circunstancias, tenía que tomar una decisión deprisa y corriendo. Actué sin duda como si estuviera maximizando una suma descontada infinita de utilidades de un periodo, pero eso es indemostrable a juzgar por lo que yo sentía. Para mí era como si estuviera diciéndome a mí mismo: ‘¿Qué más da?’». 60 / Macroeconomía Robert Lucas (premio Nobel en 1995): «En la escuela pública en la que estudié, la ciencia era una lista interminable y no muy bien organizada de cosas que habían descubierto otras personas hacía mucho tiempo. En la universidad, aprendí algunas cosas sobre el proceso de descubrimiento científico, pero lo que aprendí no me llevó a pensar en la posibilidad de dedicarme a ello… Lo que me gustaba estudiar era la política y las cuestio- nes sociales». George Akerlof (premio Nobel en 2001): «Cuando fui a Yale, estaba con- vencido de que quería ser economista o historiador. En realidad, para mí no había ninguna diferencia entre las dos cosas. Si iba a ser historiador, sería historiador económico, y si iba a ser economista, consideraría que la historia era la base de mi análisis económico». Edward Prescott (premio Nobel en 2004): «En mis conversaciones con [mi padre], aprendí mucho de cómo funcionaban las empresas. Esa fue una de las razones por las que me gustó tanto el curso de microeconomía durante el primer año que estuve en Swarthmore College. La teoría de los precios que aprendí en ese curso racionalizaba lo que había aprendido de él sobre el modo de funcionamiento de las empresas. La otra razón fue el libro de texto que se utilizaba en ese curso, Principios de economía de Paul A. Samuel- son. Me encantó la forma en que Samuelson exponía la teoría en su libro, tan simple y tan clara». Edmund Phelps (premio Nobel en 2006): «Como la mayoría de los esta- dounidenses que estudian en la universidad, comencé en Amherst College sin saber lo que iba a estudiar y sin tener ni siquiera un objetivo profesional. Suponía tácitamente que entraría en el mundo de los negocios, del dinero y que haría algo superinteligente. Sin embargo, durante el primer año, me impresionaron Platón, Hume y James. Probablemente me habría decanta- do por la filosofía si no me hubiera engatusado mi padre y me hubiera suplicado que probara a hacer un curso de economía, cosa que hice el se- gundo año… Me impresionó enormemente ver que era posible someter los acontecimientos que había leído en los periódicos a una especie de análisis formal». Si el lector quiere saber más del Premio Nobel y de los premiados, entre en www.nobelprize.org.1 1 Las cinco primeras citas proceden de William Breit y Barry T. Hirsch (comps.), Lives of the Laureates, Cambridge, MA, MIT Press, 2004, 4.ª ed. Las dos siguientes proceden de la página web de los Nobel. La última procede de Arnold Heertje (comp.), The Makers of Modern Economics, Aldershot, U.K., Edward Elgar Publishing, 1995, vol. II. La ciencia de la macroeconomía (c.1) / 61 La aparente rigidez de los precios no significa necesariamente que los mode- los de equilibrio del mercado sean inútiles. Al fin y al cabo, los precios no per- manecen rígidos eternamente; a la larga, se ajustan a las variaciones de la oferta y la demanda. Los modelos de equilibrio del mercado pueden no describir la situación de la economía a cada instante, pero sí describen el equilibrio hacia el que esta tiende lentamente. Por tanto, la mayoría de los macroeconomistas creen que la flexibilidad de los precios es un buen supuesto para estudiar cues- tiones a largo plazo, como el crecimiento del PIB real que observamos de una década a otra. Para estudiar cuestiones a corto plazo, como las fluctuaciones interanuales del PIB real y del paro, el supuesto de la flexibilidad de los precios es menos razonable. En los periodos breves, muchos precios están fijos en unos niveles predeterminados. Por tanto, la mayoría de los macroeconomistas creen que la rigidez de los precios es un supuesto mejor para estudiar la conducta de la eco- nomía a corto plazo. El pensamiento microeconómico y los modelos macroeconómicos La microeconomía es el estudio de cómo toman decisiones los hogares y las empresas y cómo se interrelacionan estos agentes en el mercado. Un principio fundamental de la microeconomía es que los hogares y las empresas optimizan, es decir, hacen todo lo que pueden para sí mismos, dados sus objetivos y las restric- ciones a las que están sometidas. En los modelos microeconómicos, los hogares eligen las compras que maximizan su nivel de satisfacción, que los economistas llaman utilidad, y las empresas toman decisiones de producción para maximizar sus beneficios. Como los acontecimientos que ocurren en el conjunto de la economía son el resultado de la interrelación de muchos hogares y de muchas empresas, la ma- croeconomía y la microeconomía van inextricablemente unidas. Cuando estudia- mos la economía en su conjunto, debemos considerar las decisiones de cada agen- te económico. Por ejemplo, para comprender los determinantes del gasto total de consumo, debemos pensar en una familia que tiene que decidir cuánto va a gastar hoy y cuánto va a ahorrar para el futuro. Para comprender los determinantes del gasto total de inversión, debemos pensar en una empresa que tiene que decidir si debe construir o no una nueva fábrica. Como las variables agregadas son sim- plemente la suma de las que describen muchas decisiones individuales, la teoría macroeconómica se apoya inevitablemente en una base microeconómica. Aunque las decisiones microeconómicas subyacen a los modelos económicos, en muchos de ellos la conducta optimizadora de los hogares y de las empresas está 64 / Macroeconomía Conceptos clave Preguntas de repaso 1. Explique la diferencia entre la macroeconomía y la microeconomía. ¿Qué rela- ción existe entre estos dos campos? 2. ¿Por qué elaboran modelos los economistas? 3. ¿Qué es un modelo de equilibrio del mercado? ¿Cuándo es adecuado el supues- to del equilibrio del mercado? Problemas y aplicaciones 1. ¿Qué cuestiones macroeconómicas han sido noticia últimamente? 2. ¿Cuáles cree usted que son las características distintivas de una ciencia? ¿Posee el estudio de la economía estas características? ¿Cree usted que la macroecono- mía debe denominarse ciencia? ¿Por qué sí o por qué no? 3. Utilice el modelo de oferta y demanda para explicar cómo afectaría un des- censo del precio del yogur congelado al del helado y a la cantidad vendida de helado. Identifique en su explicación las variables exógenas y endógenas. 4. ¿Con qué frecuencia varía el precio que paga por un corte de pelo? ¿Qué impli- ca su respuesta sobre la utilidad de los modelos de equilibrio del mercado para el análisis del mercado de cortes de pelo? Macroeconomía PIB real Inflación y deflación Paro Recesión Depresión Modelos Variables endógenas Variables exógenas Equilibrio del mercado Precios flexibles y rígidos Microeconomía 2 Los datos macroeconómicos Es un error garrafal teorizar antes de tener datos. Sin darse cuenta, uno comienza a forzar los hechos para que encajen en las teorías, en lugar de ser las teorías las que se encajen en los hechos. Sherlock Holmes Los científicos, los economistas y los detectives tienen mucho en común: todos quieren averiguar qué ocurre en el mundo que los rodea. Para ello, se basan en la teoría y la observación. Elaboran teorías en un intento de explicar lo que observan que ocurre. A continuación, pasan a observar más sistemáticamente los hechos para evaluar su validez. Solo cuando son acordes la teoría y los datos, piensan que comprenden la situación. En este capítulo analizamos los tipos de datos que utilizan los economistas para crear y contrastar sus teorías. Una de las fuentes de información sobre lo que ocurre en la economía es la mera observación. Cuando vamos de compras, observamos si los precios están su- biendo o bajando o no han variado. Cuando buscamos trabajo, nos enteramos de si las empresas están contratando o no. Todos los días, cuando realizamos nuestras actividades cotidianas, participamos en algún aspecto de la economía y nos hace- mos una idea de cuál es la situación económica. Hace cien años, los economistas que seguían la economía no tenían mucho más que estas simples observaciones. Con esa información fragmentaria era muy difícil justificar las distintas medidas económicas. Una observación anecdótica de una persona parecía indicar que la economía se movía en una cierta dirección, mientras que una observación casual de otra persona parecía indicar lo contrario. Los economistas de alguna manera tenían que convertir muchas experiencias in- dividuales en un todo coherente. La solución era obvia: como dice un viejo dicho, el plural de «anécdota» es «datos». 66 / Macroeconomía Actualmente, los datos económicos constituyen una fuente sistemática y objeti- va de información y casi todos los días la prensa habla de algún dato estadístico que acaba de hacerse público. La mayoría de estos datos estadísticos son elaborados por los gobiernos. Existen varios organismos oficiales que encuestan a los hogares y las empresas para obtener información sobre su actividad económica: cuánto ganan, qué compran, qué precios cobran, si tienen trabajo o lo están buscando, etc. Basándose en estas encuestas, calculan diversas estadísticas que resumen la si- tuación de la economía. Estas estadísticas son empleadas por los economistas para estudiar la economía y por los responsables de la política económica para vigilar las tendencias y adoptar las medidas oportunas. En este capítulo centramos la atención en los tres indicadores económicos que utilizan más a menudo los economistas y los responsables de la política económica. El producto interior bruto o PIB indica la renta total del país y el gasto total en su producción de bienes y servicios. El índice de precios de consumo o IPC mide el nivel de precios. La tasa de paro nos indica la proporción de trabajadores que están parados. En las páginas siguientes, vemos cómo se calculan estos indicadores y qué información transmiten sobre la situación de la economía. 2.1 La medición del valor de la actividad económica: el producto interior bruto El producto interior bruto o PIB suele considerarse el mejor indicador de los resul- tados de la economía. Muchos institutos estadísticos nacionales calculan este dato cada tres meses. Las principales fuentes en las que se basa el dato son tanto datos administrativos, que son subproductos de funciones de los gobiernos, como la recaudación de impuestos, los programas de educación, la defensa y la regulación, como datos estadísticos, que proceden de encuestas oficiales, por ejemplo, a es- tablecimientos minoristas, empresas manufactureras y explotaciones agrícolas. El objetivo del PIB es resumir todos estos datos en una única cifra que representa el valor monetario de la actividad económica en un determinado periodo de tiempo. Existen dos formas de ver este indicador. Una de ellas es verlo como la renta total de todos los miembros de la economía y la otra es verlo como el gasto total en la producción de bienes y servicios de la economía. Desde cualquiera de los dos puntos de vista, es evidente por qué el PIB es un indicador de los resultados económicos. Mide algo que preocupa a la gente: su renta. Asimismo, una economía que tenga una elevada producción de bienes y servicios puede satisfacer mejor las demandas de los hogares, las empresas y el Estado. ¿Cómo puede medir el PIB tanto la renta de la economía como el gasto en su producción? La razón se halla en que estas dos cantidades son, en realidad, lo mismo: en el caso de la economía en su conjunto, la renta debe ser igual al gasto. Los datos macroeconómicos (c.2) / 69 El circuito interior representa los flujos de pan y trabajo. Los hogares venden su trabajo a las empresas. Estas emplean el trabajo de sus trabajadores para produ- cir pan y lo venden, a su vez, a los hogares. Por tanto, fluye trabajo de los hogares a las empresas y pan de las empresas a los hogares. El circuito exterior representa el flujo correspondiente de euros. Los hogares compran pan a las empresas. Estas utilizan parte de los ingresos derivados de las ventas para pagar los salarios a sus trabajadores y el resto son los beneficios que pertenecen a los propietarios de las empresas (los cuales forman parte, a su vez, del sector de los hogares). Por tanto, fluye gasto en pan de los hogares a las empresas y renta en forma de salarios y beneficios de las empresas a los hogares. El PIB mide el flujo de euros de esta economía. Podemos calcularlo de dos for- mas. El PIB es la renta total derivada de la producción de pan, que es igual a la suma de los salarios y los beneficios, es decir, la mitad superior del flujo circular de euros. El PIB también es el gasto total en compras de pan, es decir, la mitad inferior del flujo circular de euros. Para calcular el PIB, podemos examinar el flujo de euros de las empresas a los hogares o el flujo de euros de los hogares a las empresas. Estas dos maneras de calcular el PIB deben ser iguales porque, según las reglas contables, el gasto de los compradores en productos es renta para los ven- dedores de esos productos. Toda transacción que afecta al gasto debe afectar a la renta y toda transacción que afecta a la renta debe afectar al gasto. Supongamos, por ejemplo, que una empresa produce y vende una barra más de pan a un hogar. Es evidente que esta transacción eleva el gasto total en pan, pero también produce el mismo efecto en la renta total. Si la empresa produce la barra adicional sin con- tratar más trabajo (por ejemplo, mejorando la eficiencia del proceso de produc- ción), los beneficios aumentan. Si la produce contratando más trabajo, los salarios suben. En ambos casos, el gasto y la renta experimentan el mismo aumento. suele ser útil averiguar si las variables son stocks o flujos y si existe alguna rela- ción entre ellas. He aquí algunos ejemplos de stocks y flujos que estudiaremos en futuros capítulos: •฀ La฀riqueza฀de฀una฀persona฀es฀un฀stock;฀su฀renta฀y฀sus฀gastos฀son฀lujos. •฀ El฀número฀de฀parados฀es฀un฀stock;฀el฀de฀personas฀que฀pierden฀el฀empleo฀es฀ un flujo. •฀ La฀cantidad฀de฀capital฀que฀hay฀en฀la฀economía฀es฀un฀stock;฀la฀de฀inversión฀ es un flujo. •฀ La฀deuda฀pública฀es฀un฀stock;฀el฀déicit฀presupuestario฀público฀es฀un฀lujo. 70 / Macroeconomía Algunas reglas para calcular el PIB En una economía que solo produce pan, podemos calcular el PIB sumando el gasto total en pan. Sin embargo, las economías reales comprenden la producción y la venta de un inmenso número de bienes y servicios. Para calcular el PIB de una economía tan compleja, resultará útil contar con una definición más precisa: el producto interior bruto (PIB) es el valor de mercado de todos los bienes y los servicios finales producidos dentro de una economía en un periodo dado de tiempo. Para ver cómo se apli- ca esta definición, examinemos algunas reglas que siguen los economistas para calcular esta cifra. Sumar manzanas y naranjas. La economía de un país produce muchos bienes y servicios distintos: hamburguesas, cortes de pelo, automóviles, ordenadores, etc. El PIB combina el valor de estos bienes y servicios en una única medida. La di- versidad de productos de la economía complica el cálculo del PIB porque cada producto tiene un valor distinto. Supongamos, por ejemplo, que la economía produce cuatro manzanas y tres naranjas. ¿Cómo calculamos el PIB? Podríamos sumar simplemente las manzanas y las naranjas y llegar a la conclusión de que el PIB es igual a siete piezas de fruta. Pero eso solo tendría sentido si pensáramos que las manzanas y las naranjas tienen el mismo valor, lo cual generalmente no es cierto (sería aún más evidente si la economía produjera cuatro melones y tres uvas). Para calcular el valor total de diferentes bienes y servicios, la contabilidad na- cional utiliza precios de mercado porque estos precios reflejan cuánto está dis- puesta a pagar la gente por un bien o un servicio. Así, por ejemplo, si las manzanas cuestan 0,50 euros cada una y las naranjas 1 euro, el PIB es PIB = (Precio de las manzanas 3 Cantidad de manzanas) + (Precio de las naranjas 3 Cantidad de naranjas) = = (0,50 euros 3 4) + (1 euro 3 3) = = 5 euros. El PIB es igual a 5 euros: el valor de todas las manzanas, 2 euros, más el de todas las naranjas, 3 euros. Bienes usados. Cuando la empresa Topps fabrica un juego de cromos de balon- cesto y lo vende a 2 euros, esos 2 euros se suman al PIB del país. Pero ¿qué ocurre cuando un coleccionista vende a otro un cromo raro por 500 euros? Esos 500 euros no forman parte del PIB. El PIB mide el valor de los bienes y servicios produ- cidos corrientemente. La venta de ese cromo refleja la transferencia de un activo, Los datos macroeconómicos (c.2) / 71 no un aumento de la renta de la economía. Por tanto, la venta de bienes usados no se incluye en el PIB. El tratamiento de las existencias. Supongamos que una panificadora contrata tra- bajadores para producir más pan, paga sus salarios y no vende el pan adicional. ¿Cómo afecta esta transacción al PIB? La respuesta depende de lo que ocurra con el pan que no se venda. Suponga- mos, en primer lugar, que se estropea. En este caso, la empresa ha pagado más en salarios, pero no ha recibido ningún ingreso adicional, por lo que sus beneficios disminuyen en la cuantía en que aumentan los salarios. El gasto total de la econo- mía no ha variado porque nadie compra el pan. La renta total tampoco ha variado, aunque se distribuye más en forma de salarios y menos en forma de beneficios. Como la transacción no afecta ni al gasto ni a la renta, no altera el PIB. Supongamos ahora, por el contrario, que el pan se guarda (quizá se congela la masa) para venderlo más tarde. En este caso, la transacción recibe un tratamiento distinto en la contabilidad nacional. Se supone que los propietarios de la empresa han «comprado» el pan para las existencias de esta y el beneficio de la firma no disminuye en los salarios adicionales que ha pagado. Como los mayores salarios pagados a los trabajadores de la empresa elevan la renta total y el aumento del gasto de los propietarios de la compañía en existencias eleva el gasto total, el PIB de la economía aumenta. ¿Qué ocurre más tarde cuando la entidad vende el pan de sus existencias? Este caso se parece mucho al de la venta de un bien usado. Los consumidores de pan realizan un gasto, pero la empresa realiza una desinversión en existencias. Este gasto negativo de la compañía contrarresta el gasto positivo de los consumidores, por lo que la venta de existencias no afecta al PIB. La regla general es que cuando una empresa aumenta sus existencias de bie- nes, esta inversión en existencias se considera un gasto de sus propietarios. Por tanto, la producción para acumular existencias eleva el PIB tanto como la pro- ducción para la venta final. Sin embargo, una venta de existencias es una combi- nación de un gasto positivo (la compra) y un gasto negativo (la desinversión en existencias), por lo que no influye en el PIB. Este tratamiento de las existencias garantiza que el PIB refleja la producción corriente de bienes y servicios de la economía. Los bienes intermedios y el valor añadido. Muchos bienes se producen en varias fases: las materias primas son transformadas en bienes intermedios por una em- presa y vendidos a otra para su transformación final. ¿Cómo debemos tratar esos productos cuando calculamos el PIB? Supongamos, por ejemplo, que un ganade- ro vende 100 gramos de carne de vaca a McDonald’s a 1 euro y McDonald’s nos 74 / Macroeconomía Los economistas llaman PIB nominal al valor de los bienes y servicios expresados a precios corrientes. Obsérvese que el PIB puede aumentar, bien porque suban los precios, bien porque aumenten las cantidades. Es fácil ver que el PIB calculado de esta forma no es un buen indicador del bienestar económico. Es decir, esta medida no refleja exactamente el grado en que la economía puede satisfacer las demandas de los hogares, las empresas y el Estado. Si se duplicaran todos los precios sin que variaran las cantidades, el PIB nominal se duplicaría. Sin embargo, sería engañoso decir que la capacidad de la economía para satisfacer las demandas se ha duplicado, ya que la cantidad de cada bien producido es la misma. Un indicador mejor del bienestar económico anotaría la producción de bienes y servicios de la economía sin dejarse influir por las variaciones de los precios. Para ello, los economistas utilizan el PIB real, que es el valor de los bienes y servicios medido utilizando un conjunto constante de precios. Es decir, el PIB real muestra qué habría ocurrido con el gasto en producción si las cantidades hubieran cam- biado pero los precios no. Para ver cómo se calcula el PIB real, imaginemos que queremos comparar la producción de 2011 con la de años posteriores en nuestra economía de manzanas y naranjas. Podemos comenzar eligiendo un conjunto de precios, llamados precios del año base, como los que estaban vigentes en 2011. A continuación, sumamos los bienes y servicios utilizando estos precios del año base para valorar los diferentes bienes en cada año. El PIB real de 2011 sería: PIB real = (Precio de las manzanas en 2011 3 Cantidad de manzanas en 2011) + (Precio de las naranjas en 2011 3 Cantidad de naranjas en 2011). Asimismo, el PIB real de 2012 sería: PIB real = (Precio de las manzanas en 2011 3 Cantidad de manzanas en 2012) + (Precio de las naranjas en 2011 3 Cantidad de naranjas en 2012). Y el PIB real del año 2013 sería: PIB real = (Precio de las manzanas en 2011 3 Cantidad de manzanas en 2013) + (Precio de las naranjas en 2011 3 Cantidad de naranjas en 2013). Obsérvese que se utilizan los precios de 2011 para calcular el PIB real de los tres años. Como los precios se mantienen constantes, el PIB real solo varía de un año a otro si varían las cantidades producidas. Como la capacidad de una sociedad para satisfacer económicamente a sus miembros depende, en última instancia, Los datos macroeconómicos (c.2) / 75 de las cantidades de bienes y servicios producidos, el PIB real es un indicador del bienestar económico mejor que el PIB nominal. El deflactor del PIB A partir del PIB nominal y del PIB real podemos calcular un tercer indicador, el deflactor del PIB, también llamado deflactor implícito de precios del PIB, que es el co- ciente entre el PIB nominal y el real: PIB nominalDeflactor del PIB = —————–—- . PIB real El deflactor del PIB refleja lo que ocurre con el nivel general de precios en la economía. Para comprenderlo mejor consideremos de nuevo una economía que solo tie- ne un bien: pan. Si P es el precio del pan y Q es la cantidad vendida, el PIB nomi- nal es el número total de euros gastados en pan ese año, P 3 Q. El PIB real es la cantidad de barras de pan producidas ese año multiplicada por el precio del pan vigente en un año base, P base 3 Q. El deflactor del PIB es el precio del pan vigente ese año en relación con el que tenía en el año base, P/P base . La definición del deflactor del PIB nos permite dividir el PIB nominal en dos partes: una mide las cantidades (PIB real) y la otra los precios (el deflactor del PIB). Es decir, PIB nominal = PIB real 3 Deflactor del PIB. El PIB nominal mide el valor monetario corriente de la producción de la economía. El PIB real mide la producción valorada a precios constantes. El deflactor del PIB mide el precio de la producción en relación con el precio que tenía en el año base. Esta ecuación también puede expresarse de la forma siguiente: PIB nominalPIB real = –––––––––––––––––- . Deflactor del PIB De esta forma, se ve de dónde proviene el nombre de deflactor: se emplea para deflactar (es decir, para eliminar la inflación) el PIB nominal y obtener el PIB real. 76 / Macroeconomía PSI. Dos trucos aritméticos para trabajar con variaciones porcentuales En economía, para manipular muchas relaciones, existe un truco aritmético que resulta útil conocer: la variación porcentual de un producto de dos variables es aproximadamente la suma de las variaciones porcentuales de cada una de ellas. Para ver cómo se utiliza este truco, consideremos un ejemplo. Sea P el de- flactor del PIB e Y el PIB real. El PIB nominal es P 3 Y. El truco establece que Variación porcentual de (P 3 Y) ≈ (Variación porcentual de P) + (Variación porcentual de Y). Supongamos, por ejemplo, que en un año cualquiera el PIB real es 100 y el deflactor del PIB es 2; un año más tarde, el PIB real es 103 y el deflactor del PIB es 2,1. Podemos calcular que el PIB real aumentó un 3 por ciento y el deflactor del PIB un 5 por ciento. El PIB nominal aumentó de 200 el primer año a 216,3 el segundo, lo que representa un aumento del 8,15 por ciento. Obsérvese que el crecimiento del PIB nominal (8,15 por ciento) es aproxi- madamente la suma del crecimiento del deflactor del PIB (5 por ciento) y el crecimiento del PIB real (3 por ciento).1 El segundo truco aritmético es un corolario del primero: la variación por- centual de un cociente es aproximadamente la variación porcentual del numerador menos la variación porcentual del denominador. Examinemos, una vez más, un ejemplo. Sea Y el PIB y L la población, de tal manera que Y/L es el PIB per cápita. El segundo truco establece que: Variación porcentual de (Y/L) ≈ (Variación porcentual de Y) – (Variación porcentual de L). Supongamos, por ejemplo, que el primer año, Y es 100.000 y L es 100, por lo que Y/L es 1.000; el segundo año, Y es 110.000 y L es 103, por lo que Y/L es 1.068. Obsérvese que el crecimiento del PIB per cápita (6,8 por ciento) es aproximadamente el crecimiento de la renta (10 por ciento) menos el de la población (3 por ciento). 1 Nota matemática: la demostración de que este truco funciona comienza con la regla de la cadena que procede del cálculo: d(PY) = Y dP + P dY. Ahora dividiendo los dos miembros de esta ecuación por PY, tenemos que: d(PY)/(PY) = dP/P + dY/Y. Obsérvese que los tres términos de esta ecuación son variaciones porcentuales. Los datos macroeconómicos (c.2) / 79 PSI. ¿Qué es la inversión? El modo en que los macroeconomistas emplean algunas palabras familia- res en un sentido nuevo y específico a veces crea confusión a las personas que estudian por primera vez macroeconomía. Un ejemplo es el término inversión. La confusión se debe a que lo que parece una inversión para una persona puede no serlo para la economía en su conjunto. La regla general es que la inversión de la economía no incluye las compras que redistribuyen meramente los activos existentes entre los diferentes individuos. La inver- sión, tal como emplean el término los macroeconomistas, crea un nuevo activo físico, llamado capital, que puede utilizarse en la futura producción. Veamos algunos ejemplos. Supongamos que observamos estos dos acon- tecimientos: •฀ Sánchez฀se฀compra฀un฀palacete฀construido฀hace฀100฀años. •฀ Jiménez฀se฀construye฀una฀vivienda฀nueva. ¿Cuál es la inversión total en este caso? ¿Dos viviendas, una o cero? Un macroeconomista que observe estas dos transacciones solo contabi- lizará como inversión la vivienda de Jiménez. La transacción de Sánchez no ha añadido una nueva vivienda a la economía; solo ha reasignado la ya existente. La compra de Sánchez es una inversión para él, pero es una desin- versión para la persona que ha vendido la vivienda. En cambio, Jiménez ha añadido nueva vivienda a la economía; su nueva casa se contabiliza como una inversión. Consideremos estos otros dos acontecimientos: •฀ Gates฀compra฀a฀Buffett฀acciones฀de฀IBM฀por฀valor฀de฀5฀millones฀de฀dóla- res en la Bolsa de Nueva York. •฀ General฀Motors฀vende฀acciones฀al฀público฀por฀valor฀de฀10฀millones฀de฀dó- lares y utiliza los ingresos para construir una nueva fábrica de automóviles. En este caso, la inversión es de 10 millones de dólares. En la primera tran- sacción, Gates invierte en acciones de IBM y Buffett desinvierte; no hay nin- guna inversión para la economía. En cambio, General Motors emplea parte de la producción de bienes y servicios de la economía para aumentar su stock de capital; por lo tanto, su nueva fábrica se considera una inversión. 80 / Macroeconomía CASO PRÁCTICO El PIB y sus componentes En 2010, el PIB de Estados Unidos fue cercano a 14,5 billones de dólares. Esta cifra es tan alta que resulta casi imposible comprenderla. Podemos entenderla mejor dividiéndola por la población, que era de 309 millones en 2010. De esta forma, obtenemos el PIB per cápita –la cantidad de gasto del estadounidense medio–, que fue igual a 47.050 dólares en 2010. ¿Cómo se utilizó este PIB? El cuadro 2.1 muestra que alrededor de dos ter- cios, es decir, 33.184 dólares per cápita, se gastaron en consumo. La inversión fue de 5.814 dólares per cápita. Las compras del Estado fueron de 9.726 dólares per cápita, de los cuales 2.653 dólares fueron gastados por el Gobierno federal en defensa nacional. El estadounidense medio compró 7.633 dólares de bienes importados de otros países y produjo 5.959 dólares de bienes que se exportaron a otros países. Como el estadounidense medio importó más de lo que exportó, las exportaciones netas fueron negativas. Por otra parte, como el estadounidense medio ganó menos con las ventas a extranjeros de lo que gastó en bienes extranjeros, tuvo que financiar la diferencia pidiendo préstamos a los extranjeros (o en otras palabras, vendiéndoles algunos de sus activos). Por tanto, en 2010 el estadounidense medio pidió presta- dos 1.674 dólares al extranjero. g Cuadro 2.1. El PIB y los componentes del gasto: Estados Unidos, 2010 Total (miles de millones de dólares) Per cápita (dólares) Producto interior bruto 14.527 47.050 Consumo 10.246 33.184 No duraderos 2.302 7.454 Duraderos 1.086 3.516 Servicios 6.859 22.214 Inversión 1.795 5.814 No residencial 1.390 4.502 Residencial 338 1.095 Variación existencias 67 217 Gasto del Gobierno 3.003 9.726 Federal 1.223 3.961 Defensa 819 2.653 No defensa 404 1.307 Estatal y local 1.780 5.765 Exportaciones netas –517 –1.674 Exportaciones 1.840 5.959 Importaciones 2.357 7.633 Fuente: U.S. Department of Commerce. Los datos macroeconómicos (c.2) / 81 En el cuadro 2.2 se observa que, en el caso español, el porcentaje de inversión es mayor que en Estados Unidos, así como los porcentajes de exportaciones e importaciones, lo que indica que España está relativamente más abierta al resto del mundo. Cuadro 2.2. El PIB y sus componentes: España, 2008 Total (miles de millones de euros) Per cápita (euros) Per cápita (%) PIB Consumo privado Inversión Formación bruta de capital fijo Variación de existencias Consumo público Exportaciones netas Exportaciones Importaciones 1.087,8 622,4 316,7 312,0 4,7 212,0 –63,3 288,2 351,5 24.022 13.744 6.994 6.891 103 4.682 –1.397 6.365 7.762 100,0 57,2 29,1 28,7 0,4 19,5 –5,8 26,5 32,3 Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE). Otros indicadores de la renta La contabilidad nacional contiene otros indicadores de la renta cuya definición se aleja algo de la definición del PIB. Es importante conocerlos, porque los econo- mistas y la prensa suelen referirse a ellos. Para ver la relación que existe entre los distintos indicadores de la renta, parti- mos del PIB y lo modificamos de diversas formas. Para calcular el producto nacional bruto (PNB), sumamos al PIB los ingresos de renta de los factores (salarios, benefi- cios y alquileres) procedentes del resto del mundo y restamos los pagos de renta a los factores del resto del mundo: PNB = PIB + Pagos a los factores procedentes del resto del mundo – – Pagos a los factores del resto del mundo. Mientras que el PIB mide la renta total producida en nuestro país, el PNB mide la renta total ganada por los ciudadanos nacionales (los residentes de un país). Por ejemplo, si un residente japonés posee un edificio de apartamentos en Nueva York, la renta procedente de alquileres que percibe forma parte del PIB de Estados Unidos porque esta renta la obtiene en ese país. Pero como esta renta procedente de alquileres es un pago a factores de otro país, no forma parte del PNB de Estados 84 / Macroeconomía El ajuste estacional Dado que el PIB real y los demás indicadores de la renta reflejan cómo está fun- cionando la economía, a los economistas les interesa estudiar las fluctuaciones intertrimestrales de estas variables. Sin embargo, cuando empezamos a estudiarlas, observamos un hecho: todos estos indicadores de la renta muestran una pauta estacional regular. La producción de la economía aumenta durante el año y al- canza un máximo en el cuarto trimestre (octubre, noviembre y diciembre) para disminuir en el primero (enero, febrero y marzo) del siguiente. Estas variaciones estacionales regulares son significativas. Entre el cuarto trimestre y el primero, el PIB real disminuye, en promedio, alrededor de un 8 por ciento.2 No es sorprendente que el PIB real siga un ciclo estacional. Algunas de estas variaciones son atribuibles a cambios en la capacidad de producción de un país: por ejemplo, es más difícil construir viviendas en invierno, cuando hace frío, que en otras estaciones. Por otra parte, la gente tiene gustos estacionales: prefiere determinadas épocas para realizar actividades como irse de vacaciones y hacer compras navideñas. Cuando los economistas estudian las fluctuaciones del PIB real y de otras varia- bles económicas, a menudo quieren eliminar la parte de las fluctuaciones que es atribuible a variaciones estacionales predecibles. El lector observará que la mayoría de las estadísticas económicas que se publican en la prensa están desestacionalizadas. Eso significa que los datos se han ajustado para eliminar las fluctuaciones estaciona- les regulares (los procedimientos estadísticos exactos utilizados son demasiado com- plejos para analizarlos aquí, pero en esencia consisten en restar las variaciones de la renta que son predecibles debido únicamente a la variación estacional). Por tanto, cuando observamos un aumento o una disminución del PIB real o de cualquier otra serie de datos, debemos ir más allá del ciclo estacional para explicarla. 2.2 La medición del coste de la vida: el índice de precios de consumo Hoy no se compra con un euro tanto como se compraba hace veinte años. Ha au- mentado el coste de casi todo. Este incremento del nivel general de precios, deno- minado inflación, es una de las principales preocupaciones de los economistas y de los responsables de la política económica. En capítulos posteriores examinaremos detalladamente sus causas y sus efectos. Aquí veremos cómo miden los economis- tas las variaciones del coste de la vida. 2 Robert B. Barsky y Jeffrey A. Miron, «The Seasonal Cycle and the Business Cycle», Journal of Political Economy, 97, junio 1989, págs. 503–534. Los datos macroeconómicos (c.2) / 85 El precio de una cesta de bienes El indicador más utilizado del nivel de precios es el índice de precios de consu- mo (IPC). En Estados Unidos, el Bureau of Labor Statistics, que forma parte del U.S. Department of Labor, se encarga de calcular el IPC. En Francia, se encarga el Institut National de la Statistique et des Études Économiques (INSÉÉ); en Es- paña, el Instituto Nacional de Estadística (INE); en Perú, el Instituto Nacional de Estadística e Informática; y en Japón, el Japan’s Statistics Bureau. Se comienza calculando los precios de miles de bienes y servicios. Al igual que el PIB convierte las cantidades de muchos bienes y servicios en una única cifra que mide el valor de la producción, el IPC convierte los precios de muchos bienes y servicios en un único índice que mide el nivel general de precios. ¿Cómo deben agregarse los numerosos precios de la economía para obtener un único índice que mida fiablemente el nivel de precios? Se podría calcular sim- plemente una media de todos los precios. Pero este enfoque trataría todos los bie- nes y servicios por igual. Dado que la gente compra más pollo que caviar, el precio del pollo debería tener un peso mayor en el IPC que el del caviar. Los institutos nacionales de estadística ponderan los diferentes artículos calculando el precio de una cesta de bienes y servicios comprados por un consumidor representativo. El IPC es el precio de esta cesta de bienes y servicios en relación con el precio que tenía la misma cesta en un año base. Supongamos, por ejemplo, que el consumidor representativo compra cinco manzanas y dos naranjas al mes. En ese caso, la cesta de bienes está formada por cinco manzanas y dos naranjas y el IPC es (5 3 Precio actual de las manzanas) + (2 3 Precio actual de las naranjas) IPC = —–––––––––———————————————————————————————. (5 3 Precio de las manzanas en 2011) + (2 3 Precio de las naranjas en 2011) En este IPC, 2011 es el año base. El índice indica cuánto cuesta actualmente com- prar cinco manzanas y dos naranjas en relación con lo que costaba comprar esa misma cesta de fruta en 2011. El índice de precios de consumo es el índice de precios más vigilado, pero no el único índice de ese tipo. Otro es el índice de precios al por mayor, que mide el precio de una cesta representativa de bienes comprados por empresas en lugar de consumidores. Además de estos índices generales de precios, los institutos estadísticos calculan índices de precios de determinados tipos de bienes, como los productos alimenticios, la vivienda y la energía. Otro indicador, llamado a veces inflación subyacente, mide la subida del precio de una cesta de consumo que excluye la alimentación y la energía. Como los precios de la alimentación y de la energía son considerablemente volátiles a corto plazo, a veces se considera que la inflación subyacente es un indicador mejor de las tendencias de la inflación. 86 / Macroeconomía El IPC y el deflactor del PIB Antes en este capítulo hemos visto otra medida de los precios, a saber, el deflactor implícito de precios del PIB, que es el cociente entre el PIB nominal y el real. El deflactor del PIB y el IPC suministran una información algo diferente sobre lo que está ocurriendo con el nivel general de precios de la economía. Existen tres diferencias clave entre las dos medidas. En primer lugar, el deflactor del PIB mide los precios de todos los bienes y servi- cios producidos, mientras que el IPC solo mide los precios de los bienes y servicios comprados por los consumidores. Por tanto, una subida del precio de los bie- nes comprados por las empresas o por el Estado se refleja en el deflactor del PIB, pero no en el IPC. En segundo lugar, el deflactor del PIB solo comprende los bienes producidos en el interior. Los bienes importados no forman parte del PIB y no se reflejan en el deflactor del PIB. Por consiguiente, una subida del precio de un Toyota fabricado en Japón y vendido en nuestro país afecta al IPC, porque el Toyota es comprado por los consumidores, pero no afecta al deflactor del PIB. La tercera diferencia y la más sutil se debe a la forma en que los dos indicadores agregan los numerosos precios de la economía. El IPC asigna ponderaciones fijas a los precios de los diferentes bienes, mientras que el deflactor del PIB asigna pon- deraciones variables. En otras palabras, el IPC se calcula utilizando una cesta fija de bienes, mientras que el deflactor del PIB permite que la cesta de bienes varíe con el paso del tiempo a medida que varía la composición del PIB. El ejemplo siguiente muestra en qué se diferencian estos métodos. Supongamos que una gran helada destruye la cosecha de naranjas de un país. La cantidad de naranjas producidas se reduce a cero y el precio de las pocas que quedan en las tiendas sube por las nubes. Como las naranjas ya no forman parte del PIB, la subida de su precio no se refleja en el deflactor del PIB. Pero como el IPC se calcula con una cesta fija de bienes que comprende las naranjas, la subida de su precio provoca una enorme subida del IPC. Los economistas llaman a los índices de precios que tienen una cesta fija de bienes índice de Laspeyres y a los que tienen una cesta variable, índice de Paasche. Los teóricos de la economía han estudiado las propiedades de estos diferentes tipos de índices de precios para averiguar cuál es la mejor medida del coste de la vida. Resulta que ninguno de los dos es claramente superior. Cuando los precios de los diferentes bienes varían en cantidades distintas, el índice de Laspeyres (la cesta es fija) tiende a sobreestimar el incremento del coste de la vida, ya que no tie- ne en cuenta el hecho de que los consumidores tienen la oportunidad de sustituir los bienes más caros por otros más baratos. En cambio, el índice de Paasche (en el que la cesta cambia) tiende a subestimar el aumento del coste de la vida. Aunque tiene en cuenta la sustitución de unos bienes por otros, no refleja la reducción Los datos macroeconómicos (c.2) / 89 ¿Sobrestima el IPC la inflación? El índice de precios de consumo es un indicador de la inflación muy vigilado. Los responsables de la política económica del banco central lo tienen muy presente cuando deciden la política monetaria. Por otra parte, muchas leyes y contratos privados contienen cláusulas de ajuste para tener en cuenta las variaciones del nivel de precios. Por ejemplo, las pensiones se ajustan automá- ticamente todos los años a fin de que la inflación no empeore el nivel de vida de la gente mayor. Como son tantos los elementos que dependen del IPC, es importante asegurar- se de que esta medida del nivel de precios es exacta. Muchos economistas creen que el IPC tiende a sobrestimar la inflación por varias razones. Uno de los problemas es el sesgo de sustitución que ya hemos analizado. Como el IPC mide el precio de una cesta fija de bienes, no refleja la capacidad de los consumidores para sustituir los bienes que se han encarecido por otros cuyo pre- cio relativo ha bajado. Por tanto, cuando varían los precios relativos, el verdadero coste de la vida aumenta menos deprisa que el IPC. El segundo problema es la introducción de nuevos bienes. Cuando se introdu- ce un nuevo bien en el mercado, los consumidores disfrutan de un bienestar ma- yor, porque tienen más productos entre los que elegir. De hecho, la introducción de nuevos bienes aumenta el valor real del euro. Sin embargo, este aumento del poder adquisitivo del euro no se traduce en una reducción del IPC. El tercer problema son los cambios de calidad que no se miden. Cuando una empresa altera la calidad de los bienes que vende, no toda la variación de sus pre- cios refleja el cambio del coste de la vida. Los institutos de estadística hacen todo lo posible por tener en cuenta los cambios que experimenta la calidad de los bienes con el paso del tiempo. Por ejemplo, si Ford aumenta la potencia de un determinado modelo de automóvil de un año a otro, el IPC tiene en cuenta el cambio: el precio del automóvil ajustado para tener en cuenta la calidad no sube tan deprisa como el precio no ajustado. Sin embargo, muchos cambios de calidad, como la comodidad o la seguridad, son difíciles de medir. Si lo normal es que mejore la calidad, pero que esta mejora no se mida (y siempre que los empeora- mientos no medidos no sean de mayor magnitud), el IPC medido aumenta más deprisa de lo que debería. Como consecuencia de estos problemas de medición, algunos economistas han sugerido que se revisen las leyes para reducir el grado de indiciación. Por ejemplo, las pensiones podrían indiciarse con respecto a la inflación del IPC menos un punto. Esa modificación permitiría contrarrestar más o menos estos problemas de medición. Al mismo tiempo, reduciría automáticamente el creci- miento del gasto público. 90 / Macroeconomía En 1995, el Comité de Finanzas del Senado de Estados Unidos encargó a un grupo de economistas el estudio de la magnitud del error de medición del IPC. Según un informe de este grupo, el IPC está sesgado al alza entre 0,8 y 1,6 puntos porcentuales al año; su «mejor estimación» es de 1,1 puntos porcentuales. Este in- forme llevó a introducir algunos cambios en la forma en que se calcula el IPC, por lo que actualmente se piensa que el sesgo es de menos de un punto porcentual. El IPC sigue sobrestimando la inflación, pero no tanto como antes.4 CASO PRÁCTICO El Billion Prices Project El índice de precios de consumo es una cifra que mide el coste total de la vida, pero se basa en miles de precios de bienes y servicios. Para recoger los datos brutos con los que se elabora el índice, cientos de funcionarios van de tienda en tienda todos los meses. Comprueban los precios, los anotan y envían sus informes a una oficina central, en la que se calcula el IPC. Recientemente, un par de economistas del MIT –Alberto Cavallo y Robert Rigobon– han propuesto otro método para realizar esta tarea utilizando los recursos de Internet. En su investigación, llamada Billion Prices Project, Cavallo y Rigobon recogen datos sobre los precios que cobran las tiendas de comercio electrónico. Desde sus despachos situados en Cambridge (Massachusetts) siguen la evolución de alrede- dor de 5 millones de artículos vendidos en 70 países por 300 tiendas de comercio electrónico. A continuación, utilizan estos precios para calcular índices generales de precios de estas 70 economías. Este método tiene ventajas e inconvenientes. Uno de los problemas se halla en que no todos los bienes y los servicios se venden por Internet, por lo que estos nue- vos índices de precios no son tan generales como el IPC. Sin embargo, también tienen algunas ventajas significativas. Como los datos se recogen automáticamente por ordenador, en lugar de depender de numerosos funcionarios, se puede hacer rápidamente. Cavallo y Rigobon publican un índice diario de precios de la eco- nomía de Estados Unidos, por lo que su método puede reflejar las variaciones de la inflación más deprisa que el IPC, que solo se publica mensualmente y con un retraso de varias semanas. La existencia de datos más actualizados debería llevar, en principio, a tomar mejores medidas económicas. 4 Para un análisis más extenso de estas cuestiones, véase Matthew Shapiro y David Wilcox, «Mismeasurement in the Consumer Price Index: An Evaluation», NBER Macroeconomics Annual, 1996, y el simposio sobre «Medición del IPC» en el número de invierno de 1998 de The Journal of Economic Perspectives. Los datos macroeconómicos (c.2) / 91 ¿Qué nos ha enseñado esta nueva fuente de datos? Hasta ahora Cavallo y Rigobon han observado que su índice diario de precios de Estados Unidos coin- cide bastante con el IPC. Es decir, parece que está recogiendo las mismas tenden- cias que los datos oficiales, pero más deprisa. En cambio, en el caso de Argentina estos nuevos datos han mostrado mucha más inflación que las cifras oficiales. Algunos observadores han insinuado que las autoridades argentinas manipu- lan los datos de inflación con el fin de pagar menos a los tenedores de bonos indiciados con respecto a la inflación, acusación que la presidencia del país ha rechazado. Estos nuevos índices de precios electrónicos no pueden demostrar que se manipulan los datos oficiales, pero sí inducen a pensarlo.5 g 2.3 La medición del paro: la tasa de paro Uno de los aspectos del comportamiento de una economía es cómo emplea esta sus recursos. Dado que los trabajadores son su principal recurso, mantenerlos ocupados es un objetivo primordial de los responsables de la política económica. La tasa de paro es el indicador que mide el porcentaje de personas que quieren trabajar y no tienen trabajo. Cada mes o cada trimestre, muchos países elaboran la tasa de paro y otros muchos datos estadísticos que los economistas y los políticos utilizan para vigi- lar la situación del mercado de trabajo. En Estados Unidos, estas estadísticas provie- nen de una encuesta realizada por el U.S. Bureau of Labor Statistics sobre 60.000 ho- gares. En Europa, el Luxembourg Employment Study (LES) recoge y homogeneiza las distintas encuestas de empleo de varios países, principalmente europeos. Entre éstas se encuentra, por ejemplo, la Encuesta de Población Activa, realizada por el Instituto Nacional de Estadística español. Basándose en las respuestas formuladas a las preguntas de la encuesta, se clasifica a cada uno de los miembros de cada hogar en tres categorías que en España se definen de la forma siguiente: •฀ Ocupados: esta categoría comprende las personas que en la semana anterior al momento de la realización de la encuesta trabajaron aunque solo fuera una hora por cuenta ajena, por cuenta propia o como ayuda no remunerada en un negocio de un familiar. También comprende las personas que tenían un empleo del que estaban temporalmente ausentes, por ejemplo, por vacaciones, enfermedad, mal tiempo u otras causas. •฀ Parados: esta categoría comprende las personas que no habiendo trabajado ni siquiera una hora en la semana anterior al momento de la realización de la encuesta estaban buscando activamente empleo, estaban disponibles para tra- 5 Para obtener más información sobre el Billion Prices Project, véase http://bpp.mit.edu/. 94 / Macroeconomía por su participación en la población activa, los hombres y las mujeres desempeñan actualmente un papel más igual en la economía. Este cambio se debe a numerosas razones. En parte, a las nuevas tecnologías aplicadas a los electrodomésticos, como la lavadora, la secadora, el frigorífico, el congelador y el lavavajillas, que han reducido la cantidad de tiempo necesa- ria para realizar las tareas domésticas habituales. Se debe también a un mejor control de la natalidad, que ha reducido el número de hijos que tiene la familia típica, y se debe en parte a los cambios de las actitudes políticas y sociales. Estos fenómenos han tenido todos ellos una profunda repercusión, como lo demues- tran estos datos. Aunque el aumento de la participación de las mujeres en la población activa es fácil de explicar, es posible que la disminución de la participación de los hombres parezca desconcertante. Esta disminución se debe a varias causas. En primer lugar, actualmente los hombres jóvenes permanecen más tiempo estudiando del que emplearon sus padres y sus abuelos. En segundo lugar, hoy los hombres de edad avanzada se jubilan antes y viven más años. En tercer lugar, al haber más mujeres ocupadas, hoy es mayor el número de padres que se quedan en casa cuidando de los hijos. Los estudiantes a tiempo completo, los jubilados y los padres que se que- dan en casa se contabilizan todos ellos como inactivos. Muchos economistas creen que la participación tanto de los hombres como de las mujeres en la población activa va a disminuir gradualmente en las próximas dé- cadas. La razón es demográfica. Actualmente, la gente vive más años y tiene menos hijos que las generaciones anteriores, por lo que las personas de edad avanzada representan una creciente proporción de la población. Como es más frecuente que una creciente proporción de personas de edad avanzada en la población esté jubilada y menos frecuente que participe en la población activa, la tasa de activi- dad tenderá a disminuir. g La encuesta a las empresas de Estados Unidos Cuando el Bureau of Labor Statistic (BLS) hace pública la tasa de paro todos los meses, también da a conocer otros muchos datos estadísticos que describen la si- tuación del mercado de trabajo. Algunos, como la tasa de actividad, proceden de la encuesta de población activa (la Current Population Survey). Sin embargo, otros proceden de una encuesta realizada a unas 160.000 empresas que dan empleo a más de 40 millones de trabajadores. Cuando los titulares de la prensa dicen que la economía creó un determinado número de puestos de trabajo el mes pasado, esa cifra es la variación del número de trabajadores que las empresas declaran que tienen en nómina. Los datos macroeconómicos (c.2) / 95 Como el BLS realiza dos encuestas sobre la situación del mercado de trabajo, calcula dos indicadores del empleo total. Con la encuesta a los hogares, obtiene una estimación del número de personas que declaran que están trabajando. Con la encuesta a las empresas, obtiene una estimación del número de trabajadores que tienen las empresas en su plantilla. Sería de desear que estos dos indicadores del empleo fueran idénticos, pero no es así. Aunque están correlacionados positivamente, pueden divergir, sobre todo cuando se consideran periodos de tiempo breves. A principios de la década de 2000, en que la economía estaba recuperándose de la recesión de 2001, la divergencia fue especialmente significativa. Entre noviembre de 2001 y agosto de 2003, la encuesta mostró una disminución del empleo de un millón, mientras que la encuesta a los hogares mostró un aumento de 1,4 millones. Algunos observa- dores afirmaron que la economía estaba experimentando una «recuperación sin empleo», pero esta descripción solo era válida a partir de los datos de la encuesta a las empresas, no de los datos de la encuesta a los hogares. ¿Por qué son diferentes estos dos indicadores? La explicación se halla en parte en que las encuestas miden cosas distintas. Por ejemplo, una persona que dirige su propio negocio es un trabajador autónomo. La encuesta a los hogares contabiliza a esa persona en la categoría de ocupados, mientras que la encuesta a las empresas no, ya que esa persona no figura en la nómina de ninguna empresa. Por poner otro ejemplo, una persona que tiene dos empleos se contabiliza como una persona ocupada en la encuesta a los hogares, pero se contabiliza dos veces en la encuesta a las empresas, ya que figuraría en la nómina de dos empresas. Otra parte de la divergencia se halla en que las encuestas son imperfectas. Por ejemplo, cuando se crean nuevas empresas, puede pasar algún tiempo hasta que se incluyen en la encuesta. El BLS trata de estimar el empleo de las nuevas empresas, pero el modelo que utiliza para realizar estas estimaciones es una fuente posible de error. La forma en que la encuesta a los hogares extrapola el empleo de los hogares encuestados a toda la población plantea otro problema. Si el BLS utiliza estimacio- nes incorrectas del volumen de población, estos errores se reflejan en sus estima- ciones del empleo de los hogares. Una causa posible de las estimaciones incorrectas de la población son las variaciones de la tasa de inmigración tanto legal como ilegal. En resumen, la divergencia que se observó entre la encuesta a los hogares y la encuesta a las empresas desde 2001 hasta 2003 sigue siendo un misterio. Algunos economistas creen que la encuesta a las empresas es más precisa porque su mues- tra es mayor. Sin embargo, un estudio reciente sugiere que el mejor indicador del empleo es una media de las dos encuestas.6 6 George Perry, «Gauging Employment: Is the Professional Wisdom Wrong?, Brookings Papers on Economic Activity, 2005, 2. 96 / Macroeconomía Más importante que los detalles de estas encuestas o este episodio es, sin em- bargo, la lección más general: todas las estadísticas económicas son imperfectas. Aunque contienen valiosa información sobre lo que ocurre en la economía, todas deben interpretarse con una buena dosis de cautela y algo de escepticismo. 2.4 Conclusiones: de las estadísticas económicas a los modelos económicos Los tres indicadores analizados en este capítulo –el producto interior bruto, el índice de precios de consumo y la tasa de paro– cuantifican los resultados de la economía. Los responsables públicos y privados de tomar decisiones los utilizan para vigilar los cambios de la economía y formular las medidas oportunas. Los economistas los utilizan para elaborar y contrastar teorías sobre el modo de fun- cionamiento de la economía. En los capítulos siguientes, examinamos algunas de estas teorías. Es decir, ela- boramos modelos que explican cómo se determinan estas variables y cómo les afecta la política económica. Una vez que sabemos cómo se miden los resultados económicos, a continuación aprenderemos a explicarlos. Resumen 1. El producto interior bruto (PIB) mide la renta de todos los miembros de la economía y, lo que es lo mismo, el gasto total en su producción de bienes y servicios. 2. El PIB nominal valora los bienes y servicios a precios corrientes. El PIB real los valora a precios constantes. El PIB real solo aumenta cuando ha aumen- tado la cantidad de bienes y servicios, mientras que el PIB nominal puede aumentar, bien porque ha aumentado la producción o porque han subido los precios. 3. El PIB es la suma de cuatro categorías de gasto: consumo, inversión, compras del Estado y exportaciones netas. Esta relación se llama identidad de la conta- bilidad nacional. 4. El índice de precios de consumo (IPC) mide el precio de una cesta fija de bie- nes y servicios comprada por un consumidor representativo en relación con la misma cesta en un año base. Al igual que el deflactor del PIB, que es el cociente entre el PIB nominal y el real, mide el nivel general de precios. 5. La tasa de actividad muestra la proporción de personas que están trabajando o que quieren trabajar. La tasa de paro muestra la proporción de personas a las que les gustaría trabajar y no tienen trabajo. Los datos macroeconómicos (c.2) / 99 c) Calcule el gasto real anual de Avelino en manzanas utilizando el año 1 como año base. ¿Cómo varía entre el año 1 y el 2? d) Calcule el deflactor de precios correspondiente a cada año, definiéndolo como el gasto nominal dividido por el gasto real. ¿Cómo varía entre el año 1 y el 2? e) Suponga que a Avelino le da lo mismo comer manzanas rojas que verdes. ¿Cuánto ha aumentado el verdadero coste de la vida para él? Compare esta respuesta con las que ha dado a las preguntas a) y d). ¿Qué indica este ejem- plo sobre los índices de precios de Laspeyres y Paasche? 8. Indique si es probable que cada uno de los acontecimientos siguientes aumen- te o reduzca el PIB real. Indique en cada caso si cree que lo más probable es que el bienestar económico varíe en el mismo sentido que el PIB real. ¿Por qué sí o por qué no? a) Un temporal de lluvia obliga a Port Aventura a cerrar durante un mes. b) El descubrimiento de una nueva variedad de trigo fácil de cultivar aumenta la cosecha. c) El aumento de la hostilidad entre los sindicatos y los empresarios desenca- dena una oleada de huelgas. d) Las empresas de toda la economía ven disminuir su demanda, por lo que despiden a algunos trabajadores. e) El Parlamento aprueba nuevas leyes relacionadas con el medio ambiente que prohíben a las empresas emplear métodos de producción que sean muy contaminantes. f) Aumenta el número de estudiantes de enseñanza secundaria que abando- nan los estudios para dedicarse a trabajar como repartidores de pizzas. g) Los padres de todo el país reducen su semana laboral para pasar más tiempo con sus hijos. 9. En un discurso pronunciado por el senador Robert Kennedy cuando se presen- tó a las elecciones presidenciales en 1968, afirmó lo siguiente sobre el PIB: «No tiene en cuenta la salud de nuestros hijos, la calidad de su educación o el placer con que juegan. No incluye la belleza de nuestra poesía o la fuerza de nuestros matrimonios, la inteligencia de los debates públicos o la integri- dad de nuestros gobernantes. No mide nuestro coraje, ni nuestra sabiduría ni nuestra dedicación a nuestro país. Lo mide todo, en suma, salvo lo que hace que la vida merezca la pena, y nos puede decir todo sobre América, salvo por qué estamos orgullosos de ser norteamericanos». ¿Tenía razón Robert Kennedy? En caso afirmativo, ¿por qué nos interesa el PIB? Segunda parte La teoría clásica: la economía a largo plazo 3 La renta nacional: de dónde viene y adónde va Tener una elevada renta es la mejor receta que he oído nunca para alcanzar la felicidad. Jane Austen La variable macroeconómica más importante es el producto interior bruto (PIB). Como hemos visto, el PIB mide tanto la producción total de bienes y servicios de un país como su renta total. Para apreciar su importancia, basta con echar una rápida ojeada a los datos internacionales: los países que tienen un elevado nivel de PIB per cápita, en comparación con los más pobres, tienen de todo, desde niños mejor nutridos hasta más ordenadores por hogar. El hecho de que el PIB sea alto no significa que todos los ciudadanos de un país sean felices, pero es, sin duda, la mejor receta que pueden ofrecer los macroeconomistas para alcanzar la felicidad. En este capítulo abordamos cuatro grupos de cuestiones sobre las fuentes y los usos del PIB de un país: •฀ ¿Cuánto฀producen฀las฀empresas฀de฀la฀economía?฀¿Qué฀determina฀la฀renta฀to- tal de un país? •฀ ¿Quién฀ recibe฀ la฀ renta฀ generada฀por฀ la฀ producción?฀ ¿Cuánto฀ se฀destina฀ a฀ remunerar a los trabajadores y cuánto a remunerar a los propietarios de ca- pital? •฀ ¿Quién฀compra฀la฀producción฀de฀la฀economía?฀¿Cuánto฀compran฀los฀hogares฀ para su consumo, cuánto compran los hogares y las empresas para invertir y cuánto compra el Estado con fines públicos? •฀ ¿Qué฀equilibra฀ la฀demanda฀y฀ la฀oferta฀de฀bienes฀y฀servicios?฀¿Qué฀garantiza฀ que el gasto deseado en consumo, inversión y compras del Estado es igual al nivel de producción? 106 / Macroeconomía La barra significa que cada variable está fija en un determinado nivel. En el capí- tulo 8, vemos qué ocurre cuando los factores de producción varían con el paso del tiempo, como sucede en el mundo real. De momento, para simplificar el análisis, suponemos que las cantidades de capital y de trabajo se mantienen fijas. También suponemos que los factores de producción se utilizan plenamente, es decir, que no se despilfarra ningún recurso. Una vez más, en el mundo real, una parte de la población activa está en paro y una parte del capital permanece ociosa. En el capítulo 7 examinamos las causas del paro, pero de momento suponemos que tanto el capital como el trabajo se utilizan plenamente. La función de producción La tecnología de producción de que se dispone determina la cantidad de pro- ducción que se obtiene con una determinada cantidad de capital y de trabajo. Los economistas expresan esta relación por medio de una función de producción. Representando la cantidad de producción por medio del símbolo Y, expresamos la función de producción de la manera siguiente: Y = F(K, L). Esta ecuación indica que la producción es una función de la cantidad de capital y de la de trabajo. La función de producción refleja la tecnología existente para convertir el ca- pital y el trabajo en producción. Si una persona inventa un método mejor para producir un bien, el resultado es un aumento de la producción con las mismas cantidades de capital y de trabajo. Por tanto, el cambio tecnológico altera la fun- ción de producción. Muchas funciones de producción tienen una propiedad llamada rendimien- tos constantes de escala. Una función de producción muestra rendimientos cons- tantes de escala si un aumento de todos los factores de producción en el mismo porcentaje provoca un incremento de la producción del mismo porcentaje. Si la función de producción tiene rendimientos constantes de escala, obtenemos un 10 por ciento más de producción cuando incrementamos un 10 por ciento tanto el capital como el trabajo. En términos matemáticos, una función de producción tiene rendimientos constantes de escala si zY = F(zK, zL), para cualquier número positivo z. Esta ecuación indica que si multiplicamos tanto la cantidad de capital como la de trabajo por un factor z, la producción también se La renta nacional: de dónde viene y adónde va (c.3) / 107 multiplica por z. En el siguiente apartado vemos que el supuesto de los rendimien- tos constantes de escala tiene una importante implicación para la forma en que se distribuye la renta generada por la producción. A modo de ejemplo de función de producción, consideremos la producción de una panadería. La cocina y su equipo es su capital, los trabajadores contratados para hacer el pan son su trabajo y las barras de pan son su producción. La fun- ción de producción de la panadería muestra que el número de barras producidas depende de la cantidad de equipo y del número de trabajadores. Si tiene rendi- mientos constantes de escala, duplicando la cantidad de equipo y el número de trabajadores duplicamos la cantidad de pan producida. La oferta de bienes y servicios Ahora podemos ver que los factores de producción y la función de producción de- terminan conjuntamente la cantidad ofrecida de bienes y servicios, que, a su vez, es igual a la producción de la economía. En términos matemáticos, Y = F(K – , L – ) = Y – . Dado que en este capítulo suponemos que las ofertas de capital y de trabajo y la tecnología son fijas, la producción también es fija (y se encuentra en un ni- vel representado por Y – ). Cuando analicemos el crecimiento económico en los capítulos 8 y 9, veremos que los aumentos del capital y del trabajo y las mejoras de la tecnología de producción provocan el crecimiento de la producción de la economía. 3.2 ¿Cómo se distribuye la renta nacional entre los factores de producción? Como vimos en el capítulo 2, la producción total de una economía es igual a su renta total. Como los factores de producción y la función de producción determi- nan conjuntamente la producción total de bienes y servicios, también determinan la renta nacional. El diagrama del flujo circular de la figura 3.1 muestra que esta renta nacional fluye de las empresas a los hogares a través de los mercados de fac- tores de producción. En este apartado continuamos desarrollando nuestro modelo de la economía viendo cómo funcionan los mercados de factores. Los economistas los estudian desde hace mucho tiempo para comprender la distribución de la renta. Por ejem- plo, Karl Marx, el destacado economista del siglo xix, se dedicó durante mucho 108 / Macroeconomía tiempo a tratar de explicar las rentas del capital y del trabajo. La filosofía política del comunismo se basa, en parte, en la teoría de Marx, hoy desacreditada. Aquí examinamos la teoría moderna de la distribución de la renta nacional entre los factores de producción. Se basa en la idea clásica (del siglo xviii) de que los precios se ajustan para equilibrar la oferta y la demanda, aplicada en este caso a los mercados de factores de producción, y en la idea más reciente (del siglo xix) de que la demanda de cada factor de producción depende de la productividad marginal de ese factor. Esta teoría, llamada teoría neoclásica de la distribución, es aceptada hoy por la mayoría de los economistas, que consideran que es el mejor punto de partida para comprender cómo se distribuye la renta de la economía de las empresas a los hogares. Los precios de los factores La distribución de la renta nacional es determinada por los precios de los factores, que son las cantidades pagadas a los factores de producción. En una economía en la que los dos factores de producción son el capital y el trabajo, los precios de los dos factores son el salario que perciben los trabajadores y el alquiler que obtienen los propietarios de los bienes de capital. Como muestra la figura 3.2, el precio que percibe cada factor de producción por sus servicios depende, a su vez, de la oferta y la demanda de ese factor. Como Figura 3.2. Cómo se remunera a un factor de producción. El precio pagado a un factor de producción depende de la oferta y la demanda de sus servicios. Como hemos supuesto que la oferta es fija, la curva de oferta es vertical. La curva de demanda tiene pendiente negativa. La intersección de la oferta y la demanda determina el precio de equilibrio del factor. Precio de equilibrio del factor Oferta del factor Demanda del factor Cantidad de factor P re ci o d el f ac to r La renta nacional: de dónde viene y adónde va (c.3) / 111 El producto marginal del trabajo. Cuanto más trabajo emplea la empresa, más pro- ducción obtiene. El producto marginal del trabajo (PML) es la cantidad adicional de producción que obtiene la empresa de una unidad adicional de trabajo, man- teniendo fija la cantidad de capital. Podemos expresarlo por medio de la función de producción: PML = F(K, L + 1) – F(K, L). El primer término del segundo miembro es la cantidad de producción obtenida con K unidades de capital y L + 1 unidades de trabajo; el segundo es la cantidad de producción que se obtiene con K unidades de capital y L unidades de trabajo. Esta ecuación establece que el producto marginal del trabajo es la diferencia entre la cantidad de producción obtenida con L + 1 unidades de trabajo y la cantidad producida con L unidades solamente. La mayoría de las funciones de producción tienen la propiedad del producto marginal decreciente: manteniendo fija la cantidad de capital, el producto mar- ginal del trabajo disminuye conforme se incrementa la cantidad de trabajo. Para ver por qué, consideremos, por ejemplo, de nuevo la producción de pan en una panadería. Cuando una panadería contrata más trabajo, produce más pan. El PML es la cantidad de pan adicional producido cuando se contrata una unidad adicio- nal de trabajo. Sin embargo, a medida que se añade más trabajo a una cantidad fija de capital, el PML disminuye. Se producen menos barras adicionales porque los trabajadores son menos productivos cuando la cocina está más abarrotada. En otras palabras, manteniendo fijo el tamaño de la cocina, cada unidad adicional de trabajo añade menos barras a la producción de la panadería. La figura 3.3 representa gráficamente la función de producción. Muestra qué ocurre con la cantidad de producción cuando mantenemos constante la can- tidad de capital y alteramos la de trabajo. Esta figura muestra que el producto marginal del trabajo es la pendiente de la función de producción. A medida que aumenta la cantidad de trabajo, la función de producción es cada vez más plana, lo que indica que el producto marginal es decreciente. Del producto marginal del trabajo a la demanda de trabajo. Cuando la empresa com- petitiva y maximizadora de los beneficios considera la posibilidad de contratar una unidad adicional de trabajo, se pregunta cómo afectaría esa decisión a los benefi- cios. Por tanto, compara el ingreso adicional generado por el aumento de la produc- ción con el coste adicional de la contratación del trabajo adicional. El aumento del ingreso generado por una unidad adicional de trabajo depende de dos variables: el producto marginal del trabajo y el precio del producto. Como una unidad adicio- nal de trabajo produce PML unidades de producción y cada unidad de producción se vende a P euros, el ingreso adicional es P 3 PML. El coste adicional de contratar 112 / Macroeconomía una unidad más de trabajo es el salario W. Por tanto, la variación que experimentan los beneficios contratando una unidad adicional de trabajo es ∆ Beneficios = ∆ Ingreso – ∆ Coste = (P 3 PML) – W. El símbolo ∆ (llamado delta) representa la variación de una variable. Ahora podemos responder a la pregunta que formulamos al comienzo de este apartado: ¿cuánto trabajo contrata la empresa? Su gerente sabe que si el ingreso adicional P 3 PML es superior al salario, W, una unidad adicional de trabajo au- menta los beneficios. Por tanto, el gerente continúa contratando trabajo hasta que la siguiente unidad ya no sea rentable; es decir, hasta que el PML alcance el punto en el que el ingreso adicional sea igual al salario. La demanda de trabajo de la empresa viene determinada por P 3 PML = W. Esta relación podemos expresarla de la forma siguiente: PML = W/P. Figura 3.3. La función de producción. Esta curva muestra que la producción depende del trabajo, y se mantiene constante la cantidad de capital. El produc- to marginal del trabajo, PML, es la variación que experimenta la producción cuando se incrementa la cantidad de trabajo en una unidad. A medida que aumenta la cantidad de trabajo, la función de producción es más plana, lo que indica que el producto marginal es decreciente. P ro d u cc ió n Trabajo PML 1 1. La pendiente de la producción de producción es igual al producto marginal del trabajo PML 1 F(K, L)PML 1 2. A medida que se añade más trabajo, el producto marginal del trabajo disminuye Y L La renta nacional: de dónde viene y adónde va (c.3) / 113 W/P es el salario real; es decir, el pago al trabajo medido en unidades de produc- ción en lugar de euros. Para maximizar los beneficios, la empresa contrata hasta el punto en el que el producto marginal del trabajo es igual al salario real. Por ejemplo, consideremos de nuevo el caso de una panadería. Supongamos que el precio del pan, P, es de 2 euros la barra y que un trabajador gana un salario, W, de 20 euros por hora. El salario real, W/P, es de 10 barras por hora. En este ejemplo, la empresa continúa contratando trabajadores en la medida en que un trabajador adicional produzca al menos 10 barras por hora. Cuando el PML desciende a 10 barras por hora o menos, ya no es rentable contratar más trabajadores. La figura 3.4 muestra que el producto marginal del trabajo depende de la canti- dad de trabajo empleado (manteniendo constante el stock de capital de la empre- sa). Es decir, esta figura representa gráficamente la curva PML. Como el PML disminuye conforme aumenta la cantidad de trabajo, la curva tiene pendiente negativa. Dado un salario real cualquiera, la empresa contrata hasta el punto en el que el PML es igual al salario real. Por tanto, la curva PML también es la curva de demanda de trabajo de la empresa. El producto marginal del capital y la demanda de capital. La empresa decide la cantidad de capital que va a alquilar de la misma forma que decide la de trabajo. El Figura 3.4. La curva de producto marginal del trabajo. El producto marginal del trabajo, PML, depende de la cantidad de trabajo. La curva PML tiene pendiente negativa porque el PML disminuye conforme aumenta L. La empresa contrata trabajo hasta el punto en el que el salario real, W/P, es igual al PML. Por tanto, esta curva también es la curva de demanda de trabajo de la firma. Unidades de trabajo PML, demanda de trabajo U n id ad es d e p ro d u cc ió n Cantidad demandada de trabajo Salario real L Y 116 / Macroeconomía beneficio económico. Sin embargo, en el mundo real la mayoría de las empresas poseen el capital que utilizan en lugar de alquilarlo. Como los propietarios de empresas y los propietarios de capital son las mismas personas, el beneficio eco- nómico y el rendimiento del capital suelen agruparse. Si denominamos beneficio contable a esta otra definición, podemos decir que Beneficio contable = Beneficio económico + (PMK 3 K). Según nuestros supuestos –rendimientos constantes de escala, maximización de los beneficios y competencia–, el beneficio económico es nulo. Si estos supuestos describen aproximadamente el mundo, el «beneficio» en la contabilidad nacional debe ser principalmente el rendimiento del capital. Ahora podemos responder a la pregunta formulada al principio de este capítu- lo sobre la distribución de la renta de la economía de las empresas a los hogares. Cada factor de producción recibe su producto marginal y estas cantidades pagadas a los factores azotan la producción total. La producción total se divide entre las cantida- des pagadas al capital y las cantidades pagadas al trabajo, cantidades que dependen de las productividades marginales. CASO PRÁCTICO La Peste Negra y los precios de los factores Según la teoría neoclásica de la distribución, los precios de los factores de produc- ción son iguales a sus productos marginales. Como estos últimos dependen de las cantidades de factores, una variación de la cantidad de cualquiera de ellos altera los productos marginales de todos. Por lo tanto, una variación de la oferta de un factor altera los precios de equilibrio de los factores y la distribución de la renta. La Europa del siglo xiv ofrece un espeluznante experimento natural para ver cómo afectan las cantidades de factores a sus precios. La aparición de la peste bu- bónica –la Peste Negra– en 1348 redujo la población europea alrededor de un ter- cio en unos pocos años. Como el producto marginal del trabajo aumenta cuando disminuye su cantidad, esta enorme reducción de la población trabajadora elevó el producto marginal del trabajo y los salarios reales de equilibrio (es decir, la eco- nomía se trasladó hacia la izquierda a lo largo de las curvas de las figuras 3.3 y 3.4). Los datos confirman la teoría; los salarios reales se duplicaron aproximadamente durante los años de la peste. Los campesinos que fueron lo bastante afortunados para sobrevivir a la peste disfrutaron de prosperidad económica. La reducción de la población trabajadora provocada por la peste también afectó al rendimiento de la tierra, que era el otro gran factor de producción en la Europa medieval. Al haber menos trabajadores para cultivar la tierra, una unidad adicional La renta nacional: de dónde viene y adónde va (c.3) / 117 de tierra producía menos unidades de producción adicionales, por lo que los alqui- leres de la tierra disminuyeron. Una vez más, se confirma la teoría: los alquileres reales disminuyeron un 50 por ciento o más durante este periodo. Aunque las cla- ses campesinas prosperaron, los terratenientes vieron disminuir su renta.3 g La función de producción Cobb-Douglas ¿Qué función de producción concreta describe la manera en que las economías reales transforman el capital y el trabajo en PIB? La respuesta a esta pregunta fue fruto de la colaboración histórica de un senador estadounidense y un matemático. Paul Douglas fue senador de Estados Unidos por Illinois desde 1949 hasta 1966. En 1927, sin embargo, cuando aún era profesor de economía, observó un hecho sorprendente: la distribución de la renta nacional entre el capital y el trabajo se ha- bía mantenido más o menos constante durante un largo periodo. En otras palabras, a medida que la economía se había vuelto más próspera con el paso del tiempo, la renta de los trabajadores y la renta de los propietarios de capital habían crecido casi exactamente a la misma tasa. Esta observación llevó a Douglas a preguntarse qué condiciones hacían que las participaciones de los factores fueran constantes. Douglas preguntó a Charles Cobb, matemático, si existía una función de pro- ducción que produjera participaciones constantes de los factores si estos siempre ganaban su producto marginal. La función de producción necesitaría tener la pro- piedad de que Renta del capital = PMK 3 K = αY, y Renta del trabajo = PML 3 L = (1 – α)Y, donde α es una constante comprendida entre cero y uno que mide la participa- ción del capital en la renta. Es decir, α determina la proporción de la renta que obtiene el capital y la que obtiene el trabajo. Cobb demostró que la función que tenía esta propiedad era; Y = F(K, L) = AKαL1–α, donde A es un parámetro mayor que cero que mide la productividad de la tec- nología existente. Esta función llegó a conocerse con el nombre de función de producción Cobb-Douglas. 3 Carlo M. Cipolla, «Before the Industrial Revolution»: European Society and Economy, 1000-1700, Nueva York, Norton, 1980, 2.ª ed., págs. 200-202. 118 / Macroeconomía Examinemos más detenidamente algunas propiedades de esta función. En pri- mer lugar, tiene rendimientos constantes de escala. Es decir, si el capital y el tra- bajo se incrementan en la misma proporción, la producción también aumenta en esa proporción.4 A continuación consideramos los productos marginales correspondientes a la función de producción Cobb-Douglas. El producto marginal del trabajo es:5 PML = (1 – α) AKαL–α, y el del capital es: PMK = αAKα–1L1 – α. A partir de estas ecuaciones y recordando que el valor de α se encuentra entre cero y uno, podemos ver qué hace que los productos marginales de los dos factores varíen. Un aumento de la cantidad de capital eleva el PML y reduce el PMK. Asimismo, un aumento de la cantidad de trabajo reduce el PML y eleva el PMK. Un avance tecnológico que aumenta el parámetro A eleva el producto marginal de ambos factores proporcionalmente. Los productos marginales correspondientes a la función de producción Cobb- Douglas también pueden expresarse de la forma siguiente:6 4 Nota matemática: para demostrar que la función de producción Cobb-Douglas tiene rendimien- tos constantes de escala, veamos qué ocurre cuando multiplicamos el capital y el trabajo por una constante z: F(zK, zL) = A(zK)α(zL)1–α. Expandiendo los términos del segundo miembro, F(zK, zL) = AzαKαz1–αL1–α. Reordenando para agrupar los términos similares, obtenemos F(zK, zL) = Azαz1–αKαL1–α. Dado que zαz1–α = z, nuestra función se convierte en F(zK, zL) = zAKαL1–α. Pero AKαL1–α = F(K, L). Por tanto, F(zK, zL) = zF(K, L) = zY. Por tanto, la cantidad de producción Y aumenta en el mismo factor, z, lo que implica que esta fun- ción de producción tiene rendimientos constantes de escala. 5 Nota matemática: para obtener las fórmulas de los productos marginales a partir de la función de producción, se necesita algo de cálculo diferencial. Para hallar el PML, diferenciamos la función de producción con respecto a L multiplicando por el exponente (1 – α) y restando 1 del antiguo exponente para obtener el nuevo, – α. Asimismo, para hallar el PMK, diferenciamos la función de producción con respecto a K. 6 Nota matemática: para verificar estas expresiones de los productos marginales, sustitúyase Y por su valor según la función de producción para demostrar que estas expresiones son equivalentes a las fórmulas anteriores de los productos marginales. La renta nacional: de dónde viene y adónde va (c.3) / 121 Según Goldin y Katz, en los últimos cien años el progreso tecnológico ha sido una fuerza constante, aumentando no solo los niveles medios de vida, sino también la demanda de trabajadores cualificados en relación con los trabajadores no cualificados. Los trabajadores cualificados son necesarios para aplicar y gestionar las nuevas tecnologías, mientras que es más proba- ble que los trabajadores menos cualificados se queden obsoletos. Sin embargo, durante una gran parte del siglo xx, el ritmo de mejora del nivel de estudios de la población fue superior al del cambio tecnológico que privilegia las cualificaciones. En otras palabras, aunque el progreso tecnoló- gico aumentó la demanda de trabajadores cualificados, el sistema educativo aumentó a un ritmo aún más rápido la oferta de esos trabajadores. Como consecuencia, los trabajadores cualificados no se beneficiaron despropor- cionadamente del crecimiento económico. Pero las cosas han cambiado últimamente. En las últimas décadas, el pro- greso tecnológico ha seguido avanzando al mismo ritmo, pero la mejora de los niveles de educación se ha desacelerado. La cohorte de trabajadores na- cidos en 1950 tenía, en promedio, 4,67 años más de estudios que la cohorte nacida en 1900, lo que representa un aumento de 0,93 años de estudios en cada década. En cambio, la cohorte nacida en 1975 solo tenía 0,74 años más de estudios que la nacida en 1950, lo que representa un aumento de 0,30 años solamente por década. Es decir, el ritmo de mejora de los niveles de educación ha caído un 68 por ciento. Como el crecimiento de la oferta de trabajadores cualificados se ha desacelerado, sus salarios han crecido en relación con los salarios de los trabajadores no cualificados. Este hecho es evidente en las estimaciones del rendimiento financiero de la educación realizadas por Goldin y Katz. En 1980, cada año de estudios universitarios elevó el salario de una perso- na un 7,6 por ciento. En 2005, cada año de estudios universitarios rindió un 12,9 por ciento más. Durante este periodo de tiempo, la tasa de rendi- miento de cada año de estudios universitarios aumentó aún más: del 73 al 14,2 por ciento. La consecuencia de este análisis para la política pública es que para in- vertir el aumento de la desigualdad de la renta probablemente será necesa- rio destinar más recursos de la sociedad a la educación (lo que los econo- mistas llaman capital humano). La consecuencia para la toma de decisiones personales es que los estudios de grado y de posgrado son inversiones que merece la pena hacer. 122 / Macroeconomía CASO PRÁCTICO La productividad del trabajo como determinante fundamental de los salarios reales La teoría neoclásica de la distribución nos dice que el salario real W/P es igual al producto marginal del trabajo. La función de producción Cobb-Douglas nos dice que el producto marginal del trabajo es proporcional a la productividad media del trabajo Y/L. Si esta teoría es correcta, el nivel de vida de los trabajadores debería aumentar rápidamente cuando la productividad del trabajo crece a buen ritmo. ¿Es eso cierto? El cuadro 3.1 muestra algunos datos sobre el crecimiento de la productividad y de los salarios reales en la economía de Estados Unidos. Entre 1960 y 2010, la productividad, medida por medio de la producción por hora de trabajo, creció alrededor de un 2,2 por ciento al año. Los salarios reales crecieron un 1,9 por ciento, casi la misma tasa. Con una tasa de crecimiento del 2 por ciento al año, la productividad y los salarios reales se duplican cada treinta y cinco años. Cuadro 3.1 El crecimiento de la productividad del trabajo y de los salarios reales: el caso de Estados Unidos Periodo de tiempo Tasa de crecimiento de la productividad del trabajo (porcentaje) Tasa de crecimiento de los salarios reales (porcentaje) 1960–2010 2,2 1,9 1960–1973 2,9 2,8 1973–1995 1,4 1,2 1995–2010 2,7 2,2 Fuente: Economic Report of the President 2011, cuadro B–49 y actualizaciones de la página web del Departamento de Comercio de Estados Unidos. El crecimiento de la productividad del trabajo es aquí la tasa anualizada de variación de la producción por hora del sector empresarial no agrícola. El crecimiento de los salarios reales es la variación anualizada de la remuneración por hora del sector empresarial no agrícola dividida por el deflactor implícito de precios de ese sector. El crecimiento de la productividad varía con el paso del tiempo. El cuadro muestra los datos de tres periodos más breves en los que la productividad ha evolucionado de forma distinta (en un caso práctico del capítulo 9 se examinan las causas de estas variaciones del crecimiento de la productividad). Alrededor de 1973, la economía de Estados Unidos experimentó una significativa desace- leración del crecimiento de la productividad que duró hasta 1995. La causa de La renta nacional: de dónde viene y adónde va (c.3) / 123 esta desaceleración no se comprende perfectamente, pero la relación entre la productividad y los salarios reales es exactamente la que predice la teoría clásica. La desaceleración del crecimiento de la productividad del 2,9 al 1,4 por ciento al año coincidió con una desaceleración del crecimiento de los salarios reales del 2,8 al 1,2 por ciento al año. El crecimiento de la productividad se recuperó de nuevo hacia 1995 y muchos observadores aclamaron la llegada de la «nueva economía». Esta aceleración de la productividad suele atribuirse a la difusión de los ordenadores y de la tecnología de la información. Como predice la teoría, el crecimiento de los salarios reales también se reanudó. Entre 1995 y 2010, la productividad creció un 2,7 por ciento al año y los salarios reales un 2,2 por ciento al año. La teoría y la historia confirman ambos la existencia de una estrecha relación entre la productividad del trabajo y los salarios reales. Esta lección es la clave para comprender por qué los trabajadores disfrutan hoy de mayor bienestar que los trabajadores de las generaciones anteriores. g 3.3 ¿Qué determina la demanda de bienes y servicios? Hemos visto cuáles son los determinantes del nivel de producción y cómo se repar- te la renta generada por la producción entre los trabajadores y los propietarios de capital. Ahora seguimos nuestro recorrido por el diagrama del flujo circular de la figura 3.1 y vemos cómo se utiliza la producción. En el capítulo 2 identificamos los cuatro componentes del PIB: •฀ el฀consumo฀(C) •฀ la฀inversión฀(I) •฀ las฀compras฀del฀Estado฀(G) •฀ las฀exportaciones฀netas฀(XN). El diagrama del flujo circular solo contiene los tres primeros componentes. De momento, para simplificar el análisis, supondremos que estamos analizando una economía cerrada, es decir, un país que no comercia con otros. Por tanto, las exportaciones netas siempre son cero (en el capítulo 6 analizamos las economías abiertas desde el punto de vista macroeconómico). Una economía cerrada utiliza de tres formas distintas los bienes y servicios que produce. Estos tres componentes del PIB se expresan en la identidad de la contabi- lidad nacional: Y = C + I + G. 126 / Macroeconomía La empresa toma la misma decisión de inversión aun cuando no tenga que pe- dir prestados los 100.000.000 de pesos, sino que use sus propios fondos. Siempre puede depositar este dinero en el banco o en un fondo de inversión y obtener intereses por él. Construir la fábrica es más rentable que depositar el dinero en el banco si y solo si el tipo de interés es inferior al rendimiento del 10 por ciento que genera la fábrica. Una persona que quiera comprar una nueva vivienda ha de tomar una decisión similar. Cuanto más alto sea el tipo de interés, mayor es el coste de un crédito hi- potecario. Un crédito hipotecario de 10.000.000 de pesos cuesta 600.000 al año si el tipo de interés es del 6 por ciento y 800.000 si es del 8 por ciento. A medida que sube el tipo de interés, aumenta el coste de tener una vivienda, por lo que dismi- nuye la demanda de nuevas viviendas. Los economistas, cuando estudian el papel que desempeñan los tipos de in- terés en la economía, distinguen entre el tipo de interés nominal y el real. Esta distinción es relevante cuando está variando el nivel general de precios. El tipo de interés nominal es el tipo de interés que se publica normalmente: es el tipo que pagan los inversores cuando piden un préstamo. El tipo de interés real es el tipo de interés nominal corregido para tener en cuenta los efectos de la inflación. Si el tipo de interés nominal es del 8 por ciento y la tasa de inflación del 3 por ciento, el tipo de interés real es del 5 por ciento. En el capítulo 4, analizamos detallada- mente la relación entre los tipos de interés nominales y reales. Aquí es suficiente Figura 3.7. La función de inversión. La función de inversión relaciona la canti- dad de inversión, I, y el tipo de interés real, r. La inversión depende del tipo de interés real porque el tipo de interés es el coste de los préstamos. La función de inversión tiene pendiente negativa: cuando el tipo de interés sube, disminuye el número de proyectos de inversión rentables. Ti p o d e in te ré s re al Cantidad de inversión Función de inversión, I (r) r I La renta nacional: de dónde viene y adónde va (c.3) / 127 PSI. Los diferentes tipos de interés Si el lector observa la sección financiera de un periódico, verá muchos tipos de interés distintos. En cambio, en este libro solo hablaremos «del» tipo de interés, como si solo hubiera uno en la economía. Solo distinguiremos entre el tipo de interés nominal (que no se ha corregido para tener en cuenta la inflación) y el real (que se ha corregido para tener en cuenta la inflación). Todos los tipos de interés que se publican en la prensa son nominales. ¿Por qué los periódicos publican tantos tipos de interés? Los distintos tipos de interés se diferencian en tres aspectos: •฀ Vencimiento. Algunos préstamos de la economía son para breves periodos de tiempo, incluso un día. Otros llegan a ser para treinta años. El tipo de inte- rés de un préstamo depende de su vencimiento. Los tipos de interés a largo plazo suelen ser, aunque no siempre, más altos que los tipos a corto plazo. •฀ Riesgo crediticio. Cuando un prestamista considera la posibilidad de conceder un préstamo, debe tener en cuenta la probabilidad de que el prestatario no se lo devuelva. La ley permite a los prestatarios no devolver sus préstamos declarándose insolventes. Cuanto mayor es la probabilidad percibida de que no los devuelvan, más alto es el tipo de interés. Como el Estado es el que tiene menos riesgo crediticio, los bonos del Estado tienden a pagar un bajo tipo de interés. En el otro extremo se encuentran las empresas inesta- bles que solo pueden obtener fondos emitiendo bonos basura, cuyo tipo de interés es alto para compensar el elevado riesgo de incumplimiento. •฀ Tratamiento fiscal. Los intereses de los diferentes tipos de bonos están su- jetos a distintos impuestos. Y lo que es más importante, en Estados Uni- dos cuando las administraciones locales emiten bonos, llamados bonos municipales, sus titulares no pagan el impuesto federal sobre la renta por la renta generada por los intereses. Como consecuencia de esta ventaja fiscal, los bonos municipales tienen un tipo de interés más bajo. Cuando el lector observe dos tipos de interés diferentes en el periódico, po- drá explicar casi siempre la diferencia teniendo en cuenta el vencimiento, el riesgo crediticio y el tratamiento fiscal del préstamo. Aunque existen muchos tipos de interés diferentes en la economía, los macroeconomistas suelen prescindir de estas distinciones. Los distintos ti- pos de interés tienden a subir y bajar al unísono. En muchos casos, no nos equivocaremos mucho si suponemos que solo hay un tipo de interés. 128 / Macroeconomía señalar que el tipo de interés real mide el verdadero coste de pedir préstamos y, por lo tanto, determina la cantidad de inversión. Podemos resumir este análisis con una ecuación que relaciona la inversión I con el tipo de interés real r: I = I(r). La figura 3.7 muestra esta función de inversión. Tiene pendiente negativa porque a medida que aumenta el tipo de interés, la cantidad demandada de inversión disminuye. Las compras del Estado Las compras del Estado constituyen el tercer componente de la demanda de bienes y servicios. La Administración central compra cañones, misiles y los servicios de los funcionarios públicos. Las Administraciones locales compran libros para las bibliotecas, construyen escuelas y contratan maestros. Las distin- tas Administraciones públicas construyen carreteras y realizan otras obras pú- blicas. Todas estas transacciones constituyen las compras de bienes y servicios del Estado y representan cerca de un 20 por ciento en Estados Unidos y algo menos en el conjunto de la OCDE. Estas compras no son más que un tipo de gasto público. El otro son las transfe- rencias a los hogares, como la asistencia social destinada a los pobres y las pensio- nes destinadas a los jubilados. Las transferencias, a diferencia de las compras del Estado, no utilizan directamente la producción de bienes y servicios de la econo- mía, por lo que no se incluyen en la variable G. Las transferencias afectan a la demanda de bienes y servicios indirectamente. Son lo contrario de los impuestos: elevan la renta disponible de los hogares, de la misma forma que los impuestos la reducen. Por tanto, un aumento de las trans- ferencias financiadas subiendo los impuestos no altera la renta disponible. Ahora podemos revisar nuestra definición de T que haremos igual a los impuestos menos las transferencias. La renta disponible, Y – T, comprende tanto el efecto negativo de los impuestos como el efecto positivo de las transferencias. Si las compras del Estado son iguales a los impuestos menos las transferencias, G = T y el Estado tiene un presupuesto equilibrado. Si G es superior a T, el Estado in- curre en un déficit presupuestario, que se financia emitiendo deuda pública, es decir, pidiendo préstamos en los mercados financieros. Si G es menor que T, el Estado experimenta un superávit presupuestario, que puede utilizarse para devolver parte de su deuda pendiente. La renta nacional: de dónde viene y adónde va (c.3) / 131 El equilibrio en los mercados financieros: la oferta y la demanda de fondos prestables Como el tipo de interés es el coste de pedir préstamos y el rendimiento de conce- der préstamos en los mercados financieros, podemos comprender mejor el papel que desempeña en la economía analizando los mercados financieros. Para ello, volvemos a formular la identidad de la contabilidad nacional de la forma siguiente: Y – C – G = I. El término Y – C – G es la producción que queda una vez satisfechas las demandas de los consumidores y del Estado; se denomina ahorro nacional o simplemente ahorro (S). De esta forma, la identidad de la contabilidad nacional muestra que el ahorro es igual a la inversión. Para comprender mejor esta identidad, podemos dividir el ahorro nacional en dos partes: una representa el ahorro del sector privado y la otra el ahorro público: S = (Y – T – C) + (T – G) = I. El término (Y – T – C) es la renta disponible menos el consumo, que es el ahorro pri- vado. El término (T – G) son los ingresos del Estado menos el gasto público, que es el ahorro público (si el gasto público es superior a los ingresos del Estado, este incu- rre en un déficit presupuestario y el ahorro público es negativo). El ahorro nacional es la suma del ahorro privado y el ahorro público. El diagrama del flujo circular de la figura 3.1 revela una interpretación de esta ecuación: la ecuación establece que los flujos de entrada en los mercados financieros (ahorro privado y público) y los flujos de salida de los mercados financieros (inversión) deben equilibrarse. Para ver cómo consigue el tipo de interés equilibrar los mercados financieros, introducimos la función de consumo y la de inversión en la identidad de la conta- bilidad nacional: Y – C(Y – T) – G = I(r). A continuación observamos que G y T se fijan por medio de la política económica e Y por medio de los factores de producción y de la función de producción: Y – – C(Y – –T – ) – G – = I(r) S – = I(r). El primer miembro de esta ecuación muestra que el ahorro nacional depende de la renta Y y de las variables de la política fiscal G y T. Cuando los valores de Y, G y T son fijos, el ahorro nacional,S, también es fijo. El segundo miembro de la ecuación muestra que la inversión depende del tipo de interés. 132 / Macroeconomía La figura 3.8 representa gráficamente tanto el ahorro como la inversión en fun- ción del tipo de interés. La función de ahorro es una línea recta vertical, porque en este modelo el ahorro no depende del tipo de interés (aunque más adelante abandonamos este supuesto). La función de inversión tiene pendiente negativa: cuando el tipo de interés baja, más proyectos de inversión son rentables. En un primer vistazo, la figura 3.8 parece ser un gráfico de oferta y demanda de un bien. En realidad, el ahorro y la inversión pueden interpretarse por me- dio de la oferta y la demanda. En este caso, el «bien» son los fondos prestables y su «precio» es el tipo de interés. El ahorro es la oferta de fondos prestables: los hogares prestan sus ahorros a los inversores o los depositan en un banco, el cual concede préstamos con esos fondos. La inversión es la demanda de fondos prestables: los inversores piden préstamos al público directamente vendiendo bonos o indirectamente pidiendo préstamos a los bancos. Dado que la inversión depende del tipo de interés, la cantidad demandada de fondos prestables tam- bién depende del tipo de interés. El tipo de interés se ajusta hasta que la cantidad que las empresas quieren in- vertir es igual a la que los hogares quieren ahorrar. Si el tipo es demasiado bajo, los inversores desean más producción de la economía de la que los hogares quie- ren ahorrar. En otras palabras, la cantidad demandada de préstamos es superior a la ofrecida. Cuando ocurre eso, el tipo de interés sube. En cambio, si el tipo es Figura 3.8. El ahorro, la inversión y el tipo de interés. El tipo de interés se ajusta para equilibrar el ahorro y la inversión. La línea recta vertical representa el aho- rro, es decir, la oferta de préstamos. La línea de pendiente negativa representa la inversión deseada, es decir, la demanda de préstamos. El punto de intersección de estas dos curvas determina el tipo de interés de equilibrio. T ip o d e in te ré s re al S Ahorro, S Inversión, ahorro Inversión deseada, I(r) Tipo de interés de equilibrio r I, S La renta nacional: de dónde viene y adónde va (c.3) / 133 demasiado alto, los hogares quieren ahorrar más de lo que las empresas quieren invertir; como la cantidad ofrecida de préstamos es mayor que la demandada, el tipo de interés baja. El tipo de interés de equilibrio se encuentra en el punto en el que se cortan las dos curvas. Al tipo de interés de equilibrio, el deseo de los hogares de ahorrar es igual al deseo de las empresas de invertir y la cantidad ofrecida de préstamos es igual a la demandada. Las variaciones del ahorro: los efectos de la política fiscal Podemos utilizar nuestro modelo para mostrar cómo la política fiscal afecta a la economía. Cuando el Gobierno altera el gasto público o el nivel de impuesto, afecta a la demanda de producción de bienes y servicios de la economía y altera el ahorro nacional, la inversión y el tipo de interés de equilibrio. Un aumento de las compras del Estado. Consideremos primero el efecto de un incremento de las compras del Estado en la cuantía ∆G. El efecto inmediato es un aumento de la demanda de bienes y servicios de ∆G. Pero como la producción total está fijada por los factores de producción, el incremento de las compras del Estado debe ir acompañado de una disminución de alguna otra categoría de la demanda. Dado que la renta disponible, Y – T, no varía, el consumo C tampoco varía. Por tanto, el incremento de las compras del Estado debe ir acompañado de una reducción equivalente de la inversión. Para que disminuya la inversión, el tipo de interés debe subir. Por tanto, el incremento de las compras del Estado provoca una subida del tipo de interés y una reducción de la inversión. Se dice que las compras del Estado reducen inversión. Para comprender los efectos de un incremento de las compras del Estado, consideremos su influencia en el mercado de fondos prestables. Dado que el incremento de las compras del Estado no va acompañado de una subida de los impuestos, el Estado financia el gasto adicional endeudándose, es decir, redu- ciendo el ahorro público. Como el ahorro privado no varía, este endeudamiento público reduce el ahorro nacional. Como muestra la figura 3.9, una reducción del ahorro nacional se representa por medio de un desplazamiento de la oferta de fondos prestables para inversión hacia la izquierda. Al tipo de interés inicial, la demanda de préstamos es superior a la oferta. El tipo de interés de equilibrio sube hasta el punto en el que la curva de inversión corta a la nueva curva de ahorro. Por tanto, un incremento de las compras del Estado provoca una subida del tipo de interés de r 1 a r 2 .
Docsity logo



Copyright © 2024 Ladybird Srl - Via Leonardo da Vinci 16, 10126, Torino, Italy - VAT 10816460017 - All rights reserved