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MEDEA DE EURIPIDES un libro de la sociedad griega , Guías, Proyectos, Investigaciones de Lengua y Literatura

"Medea" es una tragedia griega escrita por Eurípides que narra la historia de Medea, una mujer que traicionada por su esposo, Jason, busca venganza. Los temas principales incluyen la traición, el amor, la venganza, el poder y la injusticia. La obra aborda la lucha interna de Medea entre su deseo de venganza y su amor por sus hijos, así como la posición de la mujer en la sociedad griega antigua. Eurípides explora la complejidad de las emociones humanas, la traición conyugal y el conflicto entre el deseo de venganza y la compasión. La obra plantea preguntas sobre la moralidad y la justicia.

Tipo: Guías, Proyectos, Investigaciones

2022/2023

Subido el 22/04/2024

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¡Descarga MEDEA DE EURIPIDES un libro de la sociedad griega y más Guías, Proyectos, Investigaciones en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! 196 EURÍPIDES / MEDEA  Texto griego de D. J. MASTRONARDE, Cambridge University Press, Cambridge, 2002 Traducción y notas de MARCELA CORIA 197 Nota preliminar Esta traducción se basa en el texto establecido por MASTRONARDE (2002), con el que se han cotejado sobre todo las ediciones de PAGE (1938), DIGGLE (1984) y VAN LOOY (1992), entre otras citadas en la Bibliografía de esta tesis. Los lugares en que nos apartamos del texto de Mastronarde y los que presentan problemas textuales se puntualizan en nota al pie de página. Para la redacción de las notas al pie se han utilizado en gran parte estas mismas ediciones, además de estudios específicos, citados ya en el corpus de la tesis, y libros de consulta habituales. Estas notas no pretenden ser eruditas ni dar cuenta de toda la bibliografía existente sobre cada una de las cuestiones suscitadas por el texto, como tampoco señalar cuestiones que fácilmente puede inferir el lector a partir del texto mismo, sino ser una guía para él, necesaria, creemos, en un texto de esta naturaleza. Por lo tanto, el lector interesado en profundizar en aspectos relacionados tanto con el texto griego como con la interpretación, sobre todo de los pasajes especialmente difíciles, puede recurrir a las ediciones mencionadas o a los estudios especializados citados. En la presente versión hemos procurado traducir cada verso en una línea, siempre y cuando esa modalidad no transgrediera los límites de la comprensibilidad y las normas de la sintaxis española. Las intervenciones del Coro se indican de modo que puedan ser distinguidas visualmente, con una sangría mayor. Las estrofas y antistrofas se señalan tal como están en el texto griego. La numeración de los versos respeta la edición de Mastronarde, por lo que a veces no hay coincidencia entre el número indicado y la cantidad de versos ‘reales’. La adjudicación de los parlamentos también responde a la edición de Mastronarde. Dado que se trata de una obra cuya representación, en realidad, sólo podemos imaginar, hemos evitado profundizar, como hacen algunos editores y traductores, en las indicaciones escénicas, particularmente en las situaciones en las que el diálogo mismo provee la información necesaria para la comprensión. Naturalmente, en su origen, la tragedia fue concebida no para la lectura sino para la representación, con variados y equilibrados elementos rítmicos, métricos y musicales que palidecen no sólo en el texto escrito sino, aún más, en la traducción, que muchas veces no deja traslucir toda la riqueza de la lengua griega. De todos modos, confiamos en que esta nueva traducción de Medea constituya un aporte al estudio de ese texto en lengua española y esperamos que acerque al público esta obra, siempre actual y prácticamente la más célebre de Eurípides. 200 PRÓLOGO          (Corinto. En la escena, la casa de Medea, con una puerta. La Nodriza sale de la casa y entra en escena.) NODRIZA 1 ¡Ah!, si la nave Argo1 no hubiera atravesado en vuelo las sombrías Simplégades,2 hacia la tierra de los colcos,3 ni en los valles del Pelión4 hubiera caído nunca el pino cortado, para dotar de remos las manos 5 de los varones excelentes5 que el vellocino de oro6 para Pelias7 fueron a buscar. Pues mi señora Medea no habría navegado hasta los muros del país de Yolco,8 herida en el corazón por el amor a Jasón, 1 Nave en la que Jasón y sus compañeros, los “argonautas”, se embarcaron hacia la Cólquide en busca del vellocino de oro. El nombre de la nave se debe a su constructor, Argo, o bien al término argós, que significa “rápido”, “veloz”. 2 Las Simplégades (de sympléssein, “chocar entre sí”), también llamadas “Cineas” por su color oscuro, debían ser dos pequeñas islas rocosas situadas en el estrecho del Bósforo, en la entrada del Ponto Euxino (Mar Negro). Representaban un serio peligro para los navegantes. En la tradición mítica, estas rocas chocaban entre sí, hasta que la nave Argo logró atravesarlas (ver Píndaro, Píticas, IV.210-211. 3 La Cólquide, en el extremo sudoriental del Ponto Euxino (Mar Negro), al pie del Cáucaso (hoy, Georgia). El rey del país era Eetes, padre de Medea. 4 Monte de Tesalia, frente al golfo Pegáseo (hoy, golfo de Volo), de donde, según el mito, se habría extraído la madera para la construcción de la nave Argo y de los remos, y de donde, también, había partido la nave hacia la Cólquide. 5 La tripulación de la Argo estaba formada por unos cincuenta héroes. Para dos listas distintas de ellos, ver Apolodoro, Biblioteca, I.9,16s. y Apolonio de Rodas, Argonáuticas, I.20-228. 6 Frixo y su hermana Hele, hijos de Atamante (rey de Beocia) y su primera esposa, Nefele, huían del ardid de la segunda esposa del rey, Ino (ver nota al v. 1285). Para salvarlos, Nefele les dio un carnero alado cuya piel era enteramente de oro. En su vuelo, Hele cayó al mar (llamado desde entonces “Helesponto”), pero Frixo logró llegar a la Cólquide. El rey Eetes lo recibió y le dio a su hija Calcíope en matrimonio. En agradecimiento, Frixo sacrificó el carnero a Zeus y ofreció el vellón al rey, quien lo consagró a Ares y lo colocó, custodiado por un dragón que nunca dormía (v. 480), en una encina de un bosque del dios. 7 Hermano de Esón y por lo tanto tío de Jasón, usurpó el trono de Yolco, que correspondía a su hermano. Cuando Jasón, ya adulto, lo reclamó, Pelias lo envió a buscar el vellocino de oro a la Cólquide, empresa de la que no esperaba que Jasón saliera con vida. Ver y Hesíodo, Teogonía, 994-996 y Píndaro, Píticas, IV.156-168. 8 Patria de Jasón, una de las cuatro comarcas en las que se dividía Tesalia, cerca de la actual Volo. Estaba situada en la costa meridional de esta región. 201                 ni, luego de persuadir a las hijas de Pelias de matar 10 a su padre,9 habitaría esta tierra corintia10 con su esposo y sus hijos, agradando en verdad a los ciudadanos a cuya tierra había llegado exiliada,11 coincidente en todo con Jasón. Suprema salvación es ésta: 15 cuando la mujer no está en desacuerdo con el marido. Ahora, en cambio, todo es hostilidad, y los vínculos con los seres más queridos están [enfermos. Pues luego de haber traicionado a sus propios hijos y a mi señora, Jasón se tiende en regio lecho tras haber desposado a la hija de Creonte, que reina sobre esta tierra.12 20 Y la infeliz Medea, deshonrada, proclama a gritos los juramentos, invoca la diestra, suprema garantía, y pone a los dioses por testigos de qué recompensa, a cambio, recibe de Jasón.13 9 Medea convenció a las hijas de Pelias (ver vv. 486-487 y 507-508), usurpador del trono que le correspondía a Jasón, de que poseía la habilidad necesaria para rejuvenecer a su padre, quien comenzaba ya a ser anciano. Pero primero debían descuartizarlo, y Pelias, naturalmente, murió. Las hijas, horrorizadas, se desterraron voluntariamente de Yolco, y Medea y Jasón huyeron de allí hacia Corinto. Éste, aparentemente, era el tema de la tragedia perdida Las Pelíadas, del mismo Eurípides, representada en 455 a.C. 10 Corinto, en el Peloponeso, está situada en el istmo del mismo nombre, que une el Peloponeso con la Grecia continental. 11 Según el escolio a Píndaro, Olímpicas, XIII.74, con sus artes mágicas Medea salvó a los corintios de una hambruna, y obtuvo de ellos su gratitud. 12 Creonte, rey de Corinto; no debe confundirse con su homónimo tebano, hermano de Yocasta. La hija de Creonte, que no aparecerá en escena en esta tragedia, era llamada Glauce o Creusa. 13 Para sellar un juramento, las partes involucradas se estrechaban la mano derecha, garantía de cumplimiento de lo pactado. Medea recuerda el momento en que Jasón, diez años atrás, le juró que la tomaría por esposa si ésta lo ayudaba a hacerse con el vellocino de oro. 202                     Yace sin alimento, abandonando su cuerpo a los dolores, 25 consumiéndose todo el tiempo entre lágrimas desde que se enteró de que ha sufrido injusticia de parte de su marido, y no alza la mirada ni aparta del suelo su rostro. Como una roca o una marina ola, así escucha a los seres queridos cuando intentan calmarla. 30 Si alguna vez vuelve su blanquísimo cuello, llora para sí a su padre querido,14 su tierra y su casa, a los que traicionó al marcharse con un hombre que ahora la ha deshonrado. Ha aprendido de su infortunio, la desdichada, 35 lo que significa no abandonar la tierra patria. Odia a sus hijos y no se alegra al verlos. Temo que planee algo inesperado, [pues violento es su ánimo, y no tolerará ser maltratada. Yo la conozco, y tengo miedo 40 de que se hunda un afilado cuchillo en el hígado,15 luego de entrar silenciosamente en la habitación donde está tendido su lecho, o que mate al rey y al que se ha desposado,]16   14 Eetes, rey de la Cólquide, a quien Medea traicionó al ayudar a Jasón a obtener el vellocino de oro. 15 El hígado era considerado por los griegos como sede de la vida. 16 Mastronarde propone eliminar sólo los vv. 38-42 a diferencia de Diggle, quien elimina incluso el v. 43. El v. 41 es idéntico al v. 380. 205                 Creonte. Si realmente es cierta esta noticia, no lo sé. Pero quisiera que no fuese así. NODRIZA ¿Y Jasón tolerará que sus hijos 75 padezcan esto, aunque tenga discrepancias con la madre? PEDAGOGO Los parentescos antiguos se abandonan por los nuevos, y él ya no es querido para esta casa. NODRIZA Entonces estamos perdidos, si añadimos un nuevo mal al antiguo, antes de haberse superado éste. PEDAGOGO 80 Pero tú, ya que no es el momento oportuno para que lo sepa la señora, permanece tranquila y calla. NODRIZA ¡Oh hijos! ¿Escucháis cómo se comporta vuestro padre con vosotros? Que muera él… no, pues es mi señor, pero se muestra cruel para con sus seres queridos. PEDAGOGO 85 ¿Quién entre los mortales no lo es? ¿Ahora te das cuenta de esto: de que cada cual se ama más a sí mismo que al prójimo, 206                    [unos con justicia, pero otros por lucro,]20 cuando a estos niños, a causa del nuevo lecho, el padre no los quiere? NODRIZA Entrad a casa, hijos, será lo mejor.21 90 Tú mantenlos apartados lo más posible y no los acerques a su abatida madre; ya la he visto dirigirles una mirada salvaje, de toro, como si quisiera hacerles algo. No cesará en su cólera, lo sé bien, antes de haberla lanzado contra alguien. 95 Que por lo menos obre en contra de sus enemigos, y no de sus seres queridos. MEDEA (Desde dentro.) ¡Ay! Desventurada de mí, infeliz por mis pesares. ¡Ay de mí! ¡Ay de mí! ¿Cómo podría morir? NODRIZA Esto es lo que decía, queridos niños. Vuestra madre agita su corazón, agita su cólera. 100 Entrad de prisa en la casa, y no os pongáis al alcance de su vista 20 Para Mastronarde, este verso debilita la fuerza retórica universal y necesaria del v. 86, y oscurece la conexión entre los vv. 86 y 88. Probablemente, se trata de un agregado a partir de una cita marginal. 21 De acuerdo con Mastronarde, los niños cumplen esta orden muy gradualmente, ya que no entran de manera definitiva hasta poco después del v. 105. 207                   ni os acerquéis a ella; por el contrario, tened cuidado de su carácter salvaje y de la naturaleza feroz, propia de su espíritu arrogante. 105 Marchad ahora, corred adentro lo más rápidamente posible. (El Pedagogo y los niños entran en la casa.) Está claro que comienza a elevarse una nube de lamentos que rápidamente arderá con mayor ímpetu. ¿Qué irá a hacer un ser, orgulloso y difícil de apaciguar, 110 una vez mordido por las desgracias?22 MEDEA ¡Ay, ay! He padecido, infortunada, he padecido penas dignas de profundos lamentos. ¡Oh malditos hijos de una madre aborrecible!, muráis con vuestro padre, y toda la casa caiga en ruinas. NODRIZA 115 ¡Ay de mí! ¡Ay de mí! ¡Ay, infortunada! ¿Por qué para ti del error de su padre los hijos tienen parte? ¿Por qué los detestas? ¡Ay de mí! Niños, qué dolor tan grande tengo de que os suceda algo. 22 El verbo “morder” (dáknein) es frecuentemente utilizado en la tragedia (en ésta, ver vv. 817, 1345 y 1370) para indicar un agudo sentimiento de cólera o dolor interior. 210              ¡Oh, oh! Que en la muerte pueda disolverme, abandonando esta vida aborrecible. CORO Estrofa ¿Escuchas, oh Zeus, y Tierra, y luz, qué sonido la desdichada 150 esposa entona? ¿Qué es ese deseo del horrendo lecho,23 oh insensata? ¿Apresurarás el término de la muerte? No implores esto. 155 Y si tu esposo honra un nuevo lecho, no te irrites con él por eso: Zeus te defenderá.24 No te 158-9 consumas en exceso gimiendo por tu esposo. 23 Seguimos aquí, como Mastronarde, Page y la mayoría de los intérpretes modernos, la corrección de Elsmley, que lee áplatos/ ápletos (contra áplastos/áplestos de la tradición manuscrita). El sintagma áplatos koíte tiene una doble valencia, ya que puede referir al lecho nupcial (el matrimonio) o a la tumba (la muerte; de hecho, el Coro se lamenta del deseo de muerte de Medea). Se alude así a una constante en la mitología y la tragedia griega: la muerte como matrimonio con Hades, dios de los muertos; piénsese en el mito del rapto de Perséfone, hija de Deméter, por parte de su tío Hades y, en la tragedia, en Antígona de Sófocles o en Ifigenia en Áulide de Eurípides. Tanto el matrimonio como la muerte son ritos de pasaje que suponen la ruptura de la persona con su estatuto religioso y social anterior; el uso de un vocabulario ambiguo contribuye, como puede verse en este caso, a la asociación simbólica de ambos. 24 Zeus en tanto “guardián de los juramentos”, como dirá la Nodriza (vv. 169-170) 211               MEDEA 160 ¡Oh poderoso Zeus y venerable Temis!25 ¿Veis lo que padezco, después de con grandes juramentos ligarme a un odioso esposo? Pueda yo ver algún día a él y a su esposa aniquilados junto con su morada, 165 ya que se atrevieron a hacerme tal injusticia primero.26 ¡Oh padre, oh ciudad!, de vosotros me alejé de manera infame, luego de haber matado a mi hermano.27 NODRIZA ¿Oís las cosas que dice y cómo invoca a Temis, protectora de las promesas, y a Zeus, que de los juramentos 170 es considerado guardián entre los mortales? No es posible que con algo insignificante mi señora aplaque su cólera.   25 En el v. 160, Mastronarde, Van Looy y Page aceptan la lectura de los códices, pero la traducción, en cambio, sigue la conjetura de Weil ô megále Zeû kaì Thémi pótnia, aceptada por Méridier. La conjetura otorga sentido al v. 169 y suprime la contradicción entre los vv. 160 y 169, que ya había sido motivo de controversia entre los antiguos, dado que es incomprensible que la Nodriza en el v. 169 diga que Medea invoca a Zeus y Temis cuando en el v. 160 Medea ha nombrado explícitamente, según la lectura de los códices, a Temis y Ártemis. Ver también v. 208. Zeus es tamías de los juramentos (v. 170), y Temis, hija de Urano y Gea, y segunda esposa de Zeus es la diosa de la Ley y la Justicia; por eso se la invoca como defensora y custodia de los juramentos (cf. también vv. 169 y 208 y nota al verso 208). 26 Ya desde los poemas homéricos, es una constante en la poesía griega el principio según el cual alguien que ha sido agraviado (adikeîn) tiene legítimo derecho de infligir sobre su agresor un agravio equivalente al que ha recibido (antadikeîn). Ver Homero, Ilíada, III.51 y 351 y VI.82; Odisea, I.295 y VI.184-5; Esquilo, Coéforas, 109, 121 y 144; Sófocles, Electra, 178; Áyax, 79 y 678; Antígona, 647. 27 Apsirto, a quien Medea despedazó para retrasar la persecución de Eetes, en su huida de la Cólquide con Jasón. Ver v. 1344. 212                  CORO Antistrofa ¿Cómo lograr que se acerque a nuestra mirada y el sonido de las palabras que le han dicho 175 acoja favorablemente, por si depone la ira que la aflige y la resolución de su mente? Que mi buena voluntad de ningún modo les falte a mis seres queridos. 180 Ve, pues, y tráela aquí, afuera de la casa. Dile que también aquí hay amigas, apresúrate antes de que haga algún daño a los de dentro, pues su dolor irrumpe con violenta intensidad. NODRIZA Lo haré, si bien temo no poder persuadir 185 a mi señora; te concederé la benevolencia de mi esfuerzo. Sin embargo, una mirada de leona recién parida, parecida a la de un toro, dirige a los criados cuando alguien se le acerca para proferir una palabra.   215 PRIMER EPISODIO                 (Medea sale de la casa y entra en escena.) MEDEA Mujeres corintias, he salido del palacio 215 para que nada me reprochéis; sé que muchos mortales son altivos, unos, lejos de las miradas, otros, entre la gente, y que los que buscan la tranquilidad30 adquieren una mala reputación de indolencia. Pues no existe la justicia en los ojos de los mortales, 220 quienes, antes de haber conocido con certeza la índole de un hombre, lo odian con sólo haberlo mirado, sin que hayan sido agraviados en ningún modo. Es necesario que el extranjero esté en muy buenas relaciones con la ciudad; no alabo al que, orgulloso, se muestra áspero con los conciudadanos a causa de su necedad. 225 Pero a mí, en verdad, esta situación imprevista que me ha sobrevenido me ha destruido la vida. Estoy perdida, y, abandonada la alegría de la vida, deseo morir, amigas. Porque él, mi esposo, que era todo para mí, lo sé bien, se ha convertido en el peor de los hombres.   30 El término “tranquilidad” (hesykhía) se refiere a la falta de actividad pública. En el marco del ideal democrático de la Atenas del siglo V a.C., este concepto era considerado negativamente, ya que se lo entendía como una inactividad que de alguna manera atentaba contra las funciones colectivas de la democracia y el imperio ateniense. 216                230 De todos los seres vivos y que tienen entendimiento las mujeres somos la criatura más desventurada. En primer lugar, es preciso que con grandes riquezas nos procuremos31 un esposo y consigamos un amo de nuestro cuerpo: esta desdicha es más dolorosa aún que la otra. 235 Y el riesgo mayor consiste en esto: si se consigue un esposo malo o uno bueno, porque las separaciones no aportan buena reputación a las mujeres, y no es posible rechazar al esposo.32 Además, cuando una ha llegado a establecerse entre nuevas costumbres y leyes, es necesario que sea adivina, sin haberlo aprendido en casa,33 240 para saber con qué clase de compañero de lecho ella tendrá que tratar. Y si, en el caso de que tengamos éxito en esto, nuestro esposo convive con nosotras sin conducir el yugo por la fuerza, nuestra vida es envidiable. Pero si no, es preciso morir.     31 Literalmente, “compremos” (príasthai). La referencia es a la dote que el padre de la esposa debía entregar al yerno, según la costumbre en la sociedad ateniense del siglo V a.C. Nótese que esto no sucedió en el caso de Medea, quien huyó con Jasón traicionando a su padre. Ella misma se entregó en matrimonio, estrechando la diestra de Jasón (v. 21; ver v. 496). 32 Legalmente, sin embargo, era posible que una mujer solicitara el divorcio (cf. Demóstenes, Contra Onétor). Para hacerlo, podía presentarse ella misma ante el arconte, pero en general un pariente de sexo masculino la representaba. Socialmente, en cambio, el divorcio, como dice Medea, suponía una deshonra para la mujer, sujeta a los rumores generados por el doble estándar sexual de la sociedad griega. En la realidad, por lo tanto, sucedía muy poco frecuentemente que una mujer se divorciara de su marido. Cf. por ejemplo Plutarco, Alcibíades, 8; Pseudo- Andócides, Contra Alcibíades, 14. MASTRONARDE (2002: 211) interpreta que el sentido de la frase “rechazar al esposo” (anénasthai pósin) consiste en negarle sus derechos maritales a tener relaciones sexuales. 33 Para el gran contraste existente entre la vida de una muchacha soltera, sin preocupaciones, en la casa de su padre, y la de una mujer casada, ver Sófocles, Traquinias, 141-152. 217                 Un hombre, cuando se hastía de vivir con los de dentro, 245 se marcha afuera y libra su corazón del fastidio34 [luego de dirigirse a casa de un amigo o de alguien de su edad].35 Para nosotras, en cambio, es forzoso dirigir la vista a una única persona. Dicen que vivimos una vida carente de peligros, en casa, mientras ellos luchan con la lanza. 250 Necios. Tres veces junto al escudo quisiera yo permanecer de pie,36 antes que dar a luz una sola vez. Pero este argumento no vale igual para ti que para mí.37 Tú tienes esta ciudad y la casa de tu padre, y el disfrute de la vida, y la compañía de tus seres queridos; 255 yo, en cambio, sola y sin ciudad, soy ultrajada38 por mi marido, traída como botín desde una tierra bárbara,39 sin madre, sin hermano, sin pariente hacia donde salir, cambiando de fondeadero, de este infortunio. 34 Literalmente, “náusea” (áse), término con connotaciones médicas, raro en la literatura. 35 El v. 246 fue eliminado ya por Wilamowitz, dado que restringe sólo a dos las posibilidades del varón de encontrar alivio fuera de casa. Los estudiosos coinciden en que la lectura transmitida es un fenómeno muy raro en un verso de tragedia. 36 Al modo de los hoplitas, que formaban una barrera continua con sus escudos, uno al lado del otro. 37 Las corintias y Medea comparten su condición genérica, pero, a diferencia de ellas, Medea es extranjera. Hay aquí una probable referencia a la difícil situación de muchas mujeres extranjeras que fueron repudiadas por sus maridos como consecuencia de la ley del 451-450 a.C. contra los matrimonios mixtos. 38 En griego, hybrízomai. En vos pasiva, este verbo sugiere una falta de reconocimiento del status del hablante, es decir, ser tratado como alguien insignificante por otro que tiene una valoración demasiado alta de su propio status o de su fuerza. 39 Probable referencia a la versión del mito que recoge Herodoto (I.2,2), según la cual Medea fue raptada por los Argonautas. 220                 Oigo que profieres amenazas, según me han dicho:42 que contra el que dio en matrimonio a la hija, el esposo y la esposa harás algo. Por tanto, antes de que suceda esto, tomaré precaución. 290 Es mejor para mí hacerme odioso para ti ahora, mujer, que lamentarme después por haber sido débil. MEDEA ¡Ay, ay! No ahora por primera vez, sino muchas veces, Creonte, me perjudicó mi fama y me causó grandes males. El hombre sensato por naturaleza no debe jamás 295 brindar a sus hijos una educación que los haga sabios más allá de la medida. Pues además de ganarse la acusación de indolencia, se procuran una hostil envidia de parte de los ciudadanos. Porque si ofreces nuevos saberes a los ignorantes, parecerás un inepto y no un sabio; 300 pero si, por el contrario, a los que tienen fama de saber mucho te consideran superior, resultarás molesto en la ciudad.43 42 Creonte seguramente se refiere a sucesos anteriores al comienzo de la tragedia, pero conocidos por el público, a pesar de que los vv. 42 y 262 deban ser eliminados, como se ha dicho. 43 Probable referencia al problemático lugar de los intelectuales en la sociedad de la época, en tanto portadores de nuevos saberes muchas veces considerados peligrosos, inútiles o dañinos para la ciudad. 221                      Yo misma participo de esta suerte, pues, siendo sabia, para algunos soy objeto de envidia, [para otros, apacible, para otros, de carácter opuesto],44 305 para otros, a su vez, hostil. Sin embargo, no soy sabia en demasía. Ahora bien, tú me temes: ¿qué inconveniente podrías padecer? No tiembles, Creonte; no estoy en una condición tal como para cometer una falta contra los soberanos. Tú, ¿en qué me has agraviado? Entregaste a tu hija 310 a quien tu ánimo te indujo. Pero a mi esposo lo odio. Tú, creo, lo hiciste pensando con prudencia. Y no tengo envidia de que tus cosas marchen bien. Celebrad las bodas, que os vaya bien. Pero esta tierra dejadme habitar, pues incluso habiendo padecido injusticia, 315 callaré, vencida por los que son más poderosos. CREONTE Dices palabras dulces de oír, pero dentro de tu corazón tengo temor de que medites algún daño contra mí. Menos que antes confío en ti. Porque una mujer airada, así como un varón, 320 es más fácil de vigilar que un sabio silencioso. 44 No vemos motivos fuertes para la eliminación del v. 304, aceptada por Mastronarde. La semejanza con el v. 808 es sólo parcial. Entre las dos alternativas que presenta este verso, en el 808 Medea, ya en otra situación, se decidirá. 222             ¡Vamos! Sal lo antes posible, no digas nada más. Que esto está decidido, y no tienes recursos para permanecer entre nosotros, puesto que me eres hostil. MEDEA ¡No, por tus rodillas y por la joven desposada!45 CREONTE 325 Desperdicias palabras, jamás me persuadirás. MEDEA ¿Pero me desterrarás y no respetarás para nada mis súplicas? CREONTE En verdad, no te amo más a ti que a mi casa. MEDEA ¡Oh patria! Cómo te recuerdo intensamente, ahora. CREONTE Después de los hijos, para mí es lo más querido. MEDEA 330 ¡Ay, ay! ¡Amores! Qué gran desdicha sois para los mortales. CREONTE Según cómo se den las circunstancias, creo. 45 Para la mención de las rodillas como parte del ritual de la súplica, ver nota al v. 65. 225                     Cómo un dios te condujo hacia una ola intransitable de males, Medea. MEDEA Las cosas van mal, en todo sentido. ¿Quién lo negará? 365 Pero esto no termina así, jamás lo penséis. Pruebas hay todavía para los recién desposados, y para quien ha hecho el vínculo, no pequeñas fatigas. ¿Piensas, quizás, que yo hubiera adulado a éste si no fuera para obtener algún provecho o tenderle una trampa? 370 Ni siquiera le hubiera dirigido la palabra, ni lo hubiera tocado con mis manos. Y él ha llegado a tal insensatez que, aunque le era posible destruir mis planes expulsándome del país, me concedió permanecer durante este día, en el cual a tres de mis enemigos en cadáveres 375 convertiré: al padre, a la hija y a mi esposo. Y aunque dispongo de muchas vías de muerte para ellos, no sé de cuál echaré mano primero, amigas: ¿incendiaré la morada nupcial o les traspasaré el hígado con un afilado cuchillo, 380 luego de introducirme silenciosamente en el palacio, donde está tendido el lecho? 49 49 Nótese que los vv. 379-380 son casi idénticos a los vv. 40-41, que, como se ha dicho, son allí espurios. Aquí son coherentes con el sentido del pasaje. 226                 Pero una sola cosa me sería adversa: si soy atrapada al penetrar en el palacio y poner en práctica lo que he tramado, muerta me convertiré en objeto de risa para mis enemigos.50 La mejor vía es la directa, en la cual 385 soy especialmente sabia: matarlos con venenos.51 Muy bien. Ya están muertos. ¿Qué ciudad me recibirá? ¿Qué extranjero, ofreciéndome su tierra como asilo inviolable y una morada segura, protegerá mi cuerpo?52 Ninguno. Pues bien, ya que permanezco todavía por un breve tiempo, 390 si aparece algún valuarte seguro para mí, me abocaré a esta matanza con dolo y en silencio. Pero si una desventura irreparable me compele, tomando el puñal yo misma, aunque haya de morir, los mataré, y llegaré al extremo de la audacia. 50 El temor a la risa de los enemigos es una constante entre los héroes masculinos, en el contexto de una sociedad agonal en la que era fundamental el reconocimiento del propio honor o timé. Ver por ejemplo Sófocles, Áyax, 79, 303 y 367. El mismo temor de Medea se repetirá más adelante (vv. 404-406, 782, 794-797, 1049-1050, 1354-1355 y 1362), demostrando en qué medida la heroína sostiene un código heroico masculino. 51 Medea es sobrina de la maga Circe, célebre por convertir en animales a los marineros que acompañaban a Odiseo en su regreso a Ítaca. En la cosmovisión griega, la habilidad en el uso de drogas y venenos estaba asociado con las mujeres más que con los varones. 52 En general, el extranjero que llegaba a una ciudad no tenía derechos a menos que fuera a través de un huésped local o bien por el consentimiento de las autoridades locales. 227                   395 Pues, ¡por la señora a quien yo venero más que a todas y elegí como colaboradora, Hécate,53 que habita en los recodos de mi hogar!,54 ninguno de ellos se saldrá con la suya haciendo sufrir a mi corazón. Por el contrario: amargas y luctuosas tornaré yo sus bodas, 400 y amargos también su vínculo y mi expulsión de esta tierra. Vamos, pues. No escatimes nada de lo que conoces, Medea, al hacer tus planes y maquinarlos hábilmente. Deslízate hacia el acto terrible: ahora se pone a prueba tu valentía. Ves lo que padeces.55 No debes exponerte a la risa 405 por las bodas de Jasón con la estirpe de Sísifo,56 tú que has nacido de padre noble y del Sol57 y sabes cómo hacerlo. Además, hemos nacido mujeres, tan incapaces para el bien 409 pero tan sabias artífices de todos los males. 53 Divinidad asociada a la luna, las encrucijadas y el mundo de los muertos, e identificada a veces con otras divinidades subterráneas. Conocedora de artes mágicas, protegía a las hechiceras, y de allí que Medea la mencione. Según Diodoro de Sicilia (IV.45, 1-3), era la madre de Medea. Se la invocaba en rituales mágicos. Ésta es la única mención de Hécate en la obra, lo que demuestra la falta de énfasis, por parte del poeta (a diferencia de Séneca), en las artes mágicas de la protagonista. 54 El culto a Hécate se realizaba, en general, en las calles y los cruces de caminos, no en el hogar. Esta afirmación de Medea supone una relación especial con esta divinidad y, probablemente también, una violación a la norma. 55 Frase enunciativa, y no exclamativa. Medea conoce bien su situación. 56 Hijo de Eolo y mítico fundador de Corinto, por eso de su estirpe son Creonte y su hija. Paradigma del hombre astuto y muy diestro en engaños, de allí que probablemente haya una alusión aquí a Jasón. Fue castigado por Zeus, en el Hades, a hacer rodar hasta la cima de una montaña una enorme piedra que luego caía, una y otra vez. Su mención tiene aquí un valor peyorativo. 57 Eetes, padre de Medea, era hijo de Helios (el Sol). Medea señala, así, la diferencia entre su estirpe y la de la nueva esposa de Jasón. 230 SEGUNDO EPISODIO                     (Entra Jasón.) JASÓN No ahora por primera vez, sino muchas veces, he advertido que la ira violenta es un mal irreparable. Aunque te era posible habitar esta tierra y esta casa si sobrellevabas dócilmente las resoluciones de los más poderosos, 450 a causa de tus necias palabras serás expulsada del país. No me importa: no ceses jamás de decir que Jasón es el hombre más malvado. En cuanto a lo que has dicho contra los soberanos, piensa que el verte castigada sólo con el destierro es buena ganancia. 455 Yo, por mi parte, siempre la ira del rey enfurecido intentaba mitigar y deseaba que te quedaras; pero tú no abandonabas tu necedad, hablando siempre mal del soberano. Por eso serás expulsada del país. Sin embargo, puesto que no por eso he renunciado a mis seres queridos, 460 he venido, velando por tu situación, mujer, para que no seas desterrada sin recursos, con los hijos, ni te falte nada. Males sin tasa arrastra el destierro consigo. Y aunque tú me odies, no podría jamás tener malos sentimientos hacia ti. 231                MEDEA 465 ¡Oh, el más malvado –éste es el mayor insulto que con la lengua puedo decirte contra tu cobardía–! ¿Has venido a mí, has venido, el más aborrecible de los dioses, de mí y de todo el género humano?66 No es audacia ni valentía 470 mirar de frente a los seres queridos después de haberlos dañado, sino el mayor de todos los vicios humanos: la falta de pudor. Pero hiciste bien en venir, pues yo, insultándote, daré alivio a mi alma, y tú, escuchándome, sufrirás. 475 Comenzaré a hablar diciendo primero lo primero. Te salvé, como saben cuantos helenos se embarcaron contigo en la misma nave Argo, cuando fuiste enviado a uncir al yugo los toros que exhalaban fuego y sembrar el campo mortífero.67 66 Verso idéntico al 1324, probablemente un agregado de un actor. 67 En la Cólquide, para obtener el vellocino de oro, Jasón debía superar tres difíciles pruebas impuestas por el rey Eetes: debía poner el yugo a dos feroces toros de pezuñas de bronce que despedían fuego por sus ollares; luego, con los toros uncidos al arado, sembrar los dientes del dragón de Ares que habían quedado luego de que Cadmo, fundador y rey de Tebas, los había sembrado, y, por último, dormir al dragón (o serpiente) insomne que custodiaba el vellocino. Medea, enamorada del extranjero, utilizando sus artes mágicas, le dio un bálsamo que hacía invulnerables su cuerpo y su escudo al fuego y al bronce de los toros, le reveló cómo había hecho Cadmo para vencer a los “hombres sembrados”, y con sus fármacos hizo dormir (o mató, según las diferentes versiones) al dragón. Jasón logró, de este modo, superar las tres pruebas sano y salvo. 232                    480 Y luego de matar al dragón68 que, rodeándolo, el vellocino de oro con sus múltiples espiras protegía insomne, elevé para ti luz salvadora. Yo misma, después de traicionar a mi padre y a mi casa, vine contigo a Yolco, al pie del Pelión, 485 con más ardor que sabiduría. Hice matar a Pelias de la manera más dolorosa: a manos de sus propias hijas, y destruí toda su casa.69 Y después de haber recibido de mí estos beneficios, ¡oh, el más malvado de los hombres!, me has traicionado y te has procurado un nuevo lecho, 490 aunque tenías hijos. Pues si no hubieras tenido descendencia aún, te sería perdonable que hubieras deseado este lecho. En cambio, la garantía de los juramentos se ha desvanecido, y no alcanzo a comprender si piensas que los dioses de entonces no tienen ya poder o que ahora nuevas leyes se han establecido entre los hombres, 495 porque eres conciente de que eres perjuro para conmigo. ¡Oh, mano derecha, que tantas veces tú tomabas, y estas rodillas mías, cómo en vano fuimos tocadas por un hombre pérfido, cómo erramos en nuestras esperanzas!70 68 O “serpiente”, drákon. 69 En efecto, Medea destruyó la casa de Pelias, al lograr que sus hijas lo asesinaran. Ver nota al v. 10. 70 Para la mención de la “mano derecha”, ver nota al v. 23. La mención de las rodillas indica que Jasón se comportó ante Medea como un suplicante cuando le pidió su ayuda para obtener el vellocino de oro (ver nota al v. 65). 235                     En primer lugar, tierra helena en lugar de suelo bárbaro habitas; conoces la justicia y puedes servirte de las leyes y no de la fuerza. Además, todos los helenos se enteraron de que eres sabia75 540 y adquiriste renombre; si habitaras en los lejanos confines de la tierra, no se hablaría de ti. No tenga yo oro en mi casa ni pueda entonar un canto más bello que el de Orfeo,76 si no puedo obtener una suerte insigne. 545 Esto es lo que tenía para decirte acerca de mis esfuerzos; tú propusiste esta disputa de palabras. En cuanto a lo que me echaste en cara con respecto a mis regias bodas, demostraré que he sido, primero, sabio, luego, prudente, y, por último, un gran amigo para ti 550 y para mis hijos. Mantente tranquila.77 Después de que vine aquí desde la tierra de Yolco, arrastrando conmigo tantas desgracias irreparables, ¿qué solución más feliz podría haber hallado que ésta: tomar por esposa a la hija de un rey, yo, un desterrado? 75 Nótese que Medea ya ha explicado las desventajas de su fama de sabia (vv. 292-305). 76 Hijo de la musa Calíope, este mítico músico y poeta tenía el poder de mover las piedras y aplacar a las bestias salvajes con su canto y su lira. Como señala Mastronarde, hay cierta ironía en la mención de Orfeo, célebre por su fidelidad a su esposa Eurídice. 77 Probablemente, Medea habría hecho aquí algún gesto que indicaría su voluntad de interrumpir a Jasón. 236                     555 No fue por el motivo que te atormenta, porque aborreciera tu lecho, herido por el deseo de una nueva esposa, ni porque tuviera prisa en contender por una numerosa prole, pues los hijos que ya han nacido son suficientes, y no me quejo, sino para que –esto es lo más importante– viviéramos bien 560 y no careciéramos de nada, sabiendo que al pobre lo evitan todos, incluso el amigo, y pudiera criar a mis hijos de un modo digno de mi linaje, y luego de engendrar hermanos para los hijos nacidos de ti, ponerlos en el mismo rango, y así, unidas las estirpes, 565 pudiera ser feliz.78 Pues tú, ¿qué necesidad tienes de otros hijos? A mí, en cambio, me resulta beneficioso ayudar a los hijos que han de nacer con los que ya viven. ¿Acaso ha sido una mala decisión? Ni siquiera tú lo dirías, si no te atormentara pensar en el lecho. Las mujeres habéis llegado a tal punto que si os va bien 570 en el lecho nupcial, pensáis que lo tenéis todo, pero si surge alguna desdicha en relación con el lecho, lo mejor y lo más hermoso lo consideráis como lo más hostil. Sería necesario que de alguna otra manera los mortales pudieran engendrar hijos, y que no existiera la estirpe de las mujeres; 78 A diferencia de Page (eudaimonoîmen, en plural), preferimos la lectura de Mastronarde (eudaimonoíen, en singular) que pone de manifiesto, de una manera mucho más explícita, el egoísmo de Jasón. De todos modos, sería muy difícil saber cuál sería el lugar de Medea en ese plural de eudaimonoîmen. 237                 575 así, no habría ningún mal para los hombres. CORIFEO Jasón, has ornado bien tus argumentos; no obstante, hablaré en contra de tu manera de pensar: me parece que no has actuado con justicia al traicionar a tu mujer. MEDEA Sin duda, en muchas cosas soy diferente de la mayoría de los mortales. 580 Para mí, quien es hábil al hablar pero es injusto, merece la sanción más severa, pues vanagloriándose de vestir bien la injusticia con su lengua se atreve a hacer cualquier maldad, pero no es verdaderamente sabio.79 Como tú; no te muestres ante mí decoroso y 585 elocuente, pues una sola palabra te derribará. Hubieras debido, si no hubieras sido un malvado, contraer este matrimonio tras haberme persuadido, pero no guardando silencio ante tus seres queridos. JASÓN Sin duda estupendamente habrías colaborado tú en este proyecto si te hubiera revelado mi boda; tú, que ni siquiera ahora 590 te resignas a deponer la intensa cólera de tu corazón. 79 Nótese la crítica a la cultura retórica y sofística de la época. Para una observación análoga, ver Eurípides, Hipólito, vv. 486-489. 240         JASÓN Entonces pongo a las divinidades por testigos 620 de que en todo quiero socorrerte a ti y a los niños. Mas a ti no te son gratos estos beneficios, sino que, por soberbia, rechazas a los seres queridos. Por eso sufrirás más. (Sale Jasón.) MEDEA Márchate, pues el deseo de la joven recién casada se apodera de ti si te demoras lejos del palacio. 625 Disfruta de tus bodas; pero quizás –y sea dicho con el favor divino–83 contraes un matrimonio tal que te lamentarás de él. 83 Nótese lo sorprendente que resulta la mención “pía” de los dioses por parte de Medea cuando en realidad se está refiriendo, aunque Jasón no lo sabe, al asesinato de sus hijos, un acto “impío” (v. 1383), como dirá el Coro. Podría verse aquí la confianza de Medea en la complicidad de los dioses en su venganza. También se pone de relieve el poder profético de Medea, que llegará a su máxima expresión en el éxodo. 241 SEGUNDO ESTÁSIMO             CORO Estrofa 1 627-8 Los amores que sobrepasan la medida ni buena fama 629-30 ni virtud conceden a los mortales. Pero si con mesura llega 631-2 Cipris, ninguna otra diosa es tan grata. 633-4 Nunca, ¡oh Señora!, contra mí dispares, de tu arco de oro, 635 tras ungirlo de deseo, el inevitable dardo.84 Antistrofa 1 636-7 Que me ame la moderación, el más bello regalo de los dioses; 638-9 jamás enojosas iras ni insaciables disputas, 640-1 turbando mi corazón por otros lechos, 642-3 me cause la terrible Cipris, sino que, respetando las uniones sin litigio, discierna sagaz los lechos de las mujeres.           84 El dardo y el arco, que aparecían antes como atributos de Eros (vv. 530-531), son asociados aquí a su madre Afrodita (Cipris). La fuerza destructiva y violenta de Eros y Afrodita es un lugar común en la tragedia; ver por ejemplo Sófocles, Traquinias, vv. 497-530, Antígona, vv. 781-800, Eurípides, Hipólito, vv. 525-564 e Ifigenia en Áulide, vv. 543-589. 242                  Estrofa 2 645 ¡Oh patria! ¡Oh casa! Que nunca me encuentre privada de ciudad, 647-8 con una vida de carencias, difícil de sobrellevar, el más lamentable de los sufrimientos. 650 Que por la muerte, por la muerte sea abatida antes de vivir ese día: pues de las penas, ninguna es mayor que ser privada de la tierra patria. Antistrofa 2 Lo he visto, no por haberlo escuchado de otros 655 digo estas palabras: 656-7 ni la ciudad ni ninguno de tus seres queridos se compadecerá de ti, que sufres el más terrible de los padecimientos. Perezca el ingrato que no puede 660 honrar a sus seres queridos después de haber abierto la llave de un corazón puro. Jamás éste será mi amigo. 245           MEDEA Y a ti, ¿qué necesidad te mueve a navegar hacia esta tierra?89 EGEO Hay un tal Piteo, soberano de la tierra de Trecén.90 MEDEA Hijo de Pélope, muy piadoso, según dicen. EGEO 685 A él quiero hacerle saber el vaticinio del dios. MEDEA Es un sabio varón, y experimentado en estas cosas. EGEO Y para mí el más querido de todos mis aliados. MEDEA Que tengas buena fortuna y obtengas lo que deseas. EGEO ¿Por qué tu mirada y tu cuerpo están consumidos de esa manera? MEDEA 690 Egeo, mi esposo es el hombre más malvado de todos. EGEO ¿Qué dices? Cuéntame claramente tus aflicciones.   89 El término nautoleîs, “navegar”, sugiere que Egeo llegó a Corinto por mar, como era usual para quien llegaba hasta Corinto desde Delfos. 90 Piteo, célebre por su habilidad para interpretar oráculos y por su piedad, es el padre de Etra (Plutarco, Teseo, 3, 2- 5). Como dirá Medea en el verso siguiente, Piteo es hijo de Pélope. Ver Eurípides, Hipólito, v. 11. 246            MEDEA Jasón me hace injusticia aunque ningún daño ha recibido de mi parte. EGEO ¿Qué ha hecho? Dímelo más claramente. MEDEA Tiene a otra mujer como señora de la casa, por encima de mí. EGEO 695 ¿A esta acción tan vergonzosa se ha atrevido? MEDEA Sábelo bien. Somos despreciados los que antes éramos queridos. EGEO ¿Porque se enamoró de otra o porque aborrece tu lecho? MEDEA Por un intenso amor, sí. No fue fiel a sus seres queridos. EGEO Pues que se vaya, si realmente, como dices, es malvado. MEDEA 700 Se ha enamorado de un parentesco con reyes. EGEO ¿Quién le otorga a su hija? Concluye tu relato. MEDEA Creonte, que reina sobre esta tierra corintia. 247                 EGEO En verdad, mujer, es comprensible tu dolor. MEDEA Estoy destruida. Y además, soy expulsada de esta tierra. EGEO 705 ¿Por quién? Nueva es esta otra desgracia que refieres. MEDEA Creonte me expulsa, desterrada de tierra corintia. EGEO ¿Y lo permite Jasón? Tampoco esto apruebo. MEDEA No de palabra, pero prefiere tolerarlo. Te imploro, pues, por esta tu barbilla 710 y por tus rodillas, te suplico, compadécete, compadécete de mí, desdichada, y no permitas que vaya sola al destierro, recíbeme en tu país y en tu casa, junto al hogar. Pueda así realizarse, por voluntad de los dioses, 715 tu deseo de hijos, y tú mismo mueras dichoso. No sabes qué tesoro has encontrado aquí; te libraré de estar sin hijos y una prole de niños haré que engendres: tales fármacos conozco. 250             EGEO Juro por la Tierra, por la resplandeciente luz del Sol y por los dioses todos observar lo que te escucho decir. MEDEA Es suficiente. ¿Qué sanción deberías sufrir si no observas este juramento? EGEO 755 La que les cabe a los impíos entre los mortales.93 MEDEA Márchate contento, pues todo va bien. Yo llegaré a tu ciudad lo antes posible, luego de llevar a cabo lo que planeo y lograr lo que deseo. (Sale Egeo.) CORIFEO Que el hijo de Maya, Señor que guía por los caminos,94 760 te conduzca a tu casa y que aquello en lo que pones tu empeño y tus pensamientos puedas lograr, porque como un hombre noble, Egeo, te has mostrado ante mí. 93 El perjurio era severamente castigado por los dioses; por ejemplo, con la persecución de las Erinias, divinidades vengadoras de los crímenes de sangre y del perjurio, nacidas de Gea y la sangre de Urano, cuando ésta se derramó por la castración que le infligió su hijo Crono. Ver Hesíodo, Teogonía, 156-190 y Apolodoro, Bilbioteca, I.1,4. Medea será asimilada por el Coro a una Erinia en los vv. 1258-1260. 94 Hermes, mensajero de los dioses, que acompañaba a los viajeros en la tierra y a los muertos en el Hades. 251                 MEDEA ¡Oh Zeus, oh Justicia hija de Zeus,95 oh luz del Sol! 765 Ahora, amigas, en gloriosa vencedora sobre mis enemigos me convertiré, y ya estoy en camino. Ahora hay esperanza de que mis enemigos paguen la pena, pues este hombre, cuando estaba entre las mayores dificultades, aparece como puerto para mis propósitos. 770 De él ataré las amarras de popa de mi navío, cuando haya llegado a la ciudad y la fortaleza de Palas.96 Y ahora todos mis planes te diré; acepta mis palabras, aunque no te sean placenteras. Enviaré a alguno de mis sirvientes a que pida a Jasón 775 que se presente ante mi vista. Y cuando haya llegado, le diré dulces palabras: que estoy de acuerdo con él, que está bien la boda real que logró traicionándome, que eso es lo conveniente y una buena decisión. 95 Según una tradición, la Justicia era llamada “hija de Zeus” en tanto Zeus era garante de la justicia. La invocación que contiene este verso recuerda la de los vv. 148 y 160 y sugiere que la venganza de Medea es avalada por los dioses. 96 Es decir, a Atenas, ciudad consagrada a Atenea. Palas es un epíteto de esta Diosa. 252                    780 Le pediré que mis hijos se queden, no para abandonarlos en tierra hostil, [y que mis hijos sean ultrajados por mis enemigos,]97 sino para matar con ardides a la hija del rey. De hecho, los enviaré con regalos en sus manos, 785 [para que se los lleven a la novia, y ella no los destierre de este país:]98 un fino peplo y una diadema de oro.99 Cuando ella tome las prendas y las vista sobre el cuerpo, perecerá horriblemente, y también todo aquel que toque a la joven. Con tales venenos untaré los regalos. 790 Aquí, sin embargo, pongo fin a este discurso y lloro por lo que deberé realizar después: matar a mis hijos. Nadie me los arrebatará. Después de aniquilar toda la casa de Jasón, 795 saldré de esta tierra, escapando del crimen de mis queridísimos hijos, luego de atreverme a la acción más impía. 97 Verso eliminado por Brunk. Es similar a los vv. 1060-1061, contiene una repetición innecesaria de paîdas toùs emoús (“mis hijos”) y desdibuja el contraste entre los vv. 781 y 783. 98 Verso con una sintaxis atípica, considerado interpolado y eliminado por Valckenaer. De acuerdo con Mastronarde, en el origen de este verso podría estar la intención de nombrar explícitamente a la nueva esposa de Jasón como receptora de los regalos, si bien esto queda claro por su mención en el v. 783 y por la descripción de los regalos en el v. 786, lo cual no permite un error de interpretación del participio laboûsa del v. 787. 99 Verso idéntico al v. 949, lo cual podría sugerir que no es auténtico en uno de los dos pasajes. Aquí es necesario para especificar cuáles son los regalos y así hacer inteligible el v. 787. 255 TERCER ESTÁSIMO                 CORO Estrofa 1 Felices desde antiguo los hijos de Erecteo,103 825 hijos de los dioses bienaventurados 826-7 y de una tierra sagrada y nunca devastada, nutridos 828-9 con la sabiduría más ilustre, avanzando siempre 830-1 con delicado paso a través del brillantísimo éter, donde se dice 832-3 que una vez las sagradas Piérides, las nueve Musas, engendraron a la rubia Armonía.104 Antistrofa 1 835 Y de las corrientes del Cefiso105 de bello fluir –se dice– Cipris sustrajo, para escanciar 837-8 su tierra, templadas brisas 839-40 de dulce soplo; ceñida siempre 841-2 en sus largos cabellos la fragante corona de flores rosáceas, 843-4 junto a la Sabiduría manda sentarse a los Amores, 845 auxiliares de toda virtud. 103 Es decir, los atenienses. Erecteo es un mítico rey de Atenas, nacido de la Tierra, es decir, “autóctono”. Su figura se confunde con la de Erictonio, hijo de Hefesto y de la Tierra. Los atenienses reivindicaban para sí la autoctonía, lo cual les permitía afirmar su superioridad sobre los demás griegos, que habían experimentado migraciones. 104 La mención de Armonía, hija de Zeus o de Ares, según las diferentes versiones, tiene aquí un valor simbólico, y se asocia a las Musas y al desarrollo de las artes y las ciencias (la “sabiduría más ilustre”, kleinotáte sophía) en Atenas. “Piérides” es un epíteto de las Musas (por Pieria, en Tracia, donde, según el mito, nueve muchachas quisieron rivalizar en el canto con las Musas pero fueron vencidas por éstas y transformadas en aves). 105 Río de Atenas. 256                Estrofa 2 ¿Cómo, entonces, la ciudad de los sagrados ríos,106 y la tierra que a los seres queridos acoge, te hospedará a ti, asesina de tus hijos, 850 impía, junto a los demás? Considera el golpe que vas a asestar a tus hijos. Considera con qué crimen cargarás. Por tus rodillas, tanto, tanto te lo suplicamos: 855 no mates a tus hijos. Antistrofa 2 ¿De dónde sacarás el valor en tu mente, en tu mano107 o en tu corazón, para llevar a cabo este acto espantosamente audaz? 106 El Cefiso y el Iliso, ríos de Atenas. 107 Texto corrupto. Igualmente, es claro el sentido. 257       860 ¿Cómo, dirigiendo la mirada a tus hijos, sin lágrimas su destino de muerte realizarás? No podrás, cuando tus hijos caigan suplicantes, teñir tu mano de sangre 865 con ánimo temerario. 260                  Tomad su mano derecha.110 ¡Ay de mí! 900 Cómo advierto ya las desgracias ocultas. ¿Acaso, oh hijos, así, si vivís mucho tiempo, extenderéis vuestros queridos brazos? ¡Desdichada de mí! Qué propensa estoy a las lágrimas, y qué llena de temor. En el instante en que acabé la disputa con vuestro padre, 905 este tierno rostro he cubierto de lágrimas. CORIFEO También desde mis ojos se precipita copioso llanto. Que un mal mayor no sobrepase al presente. JASÓN Alabo esta actitud, mujer, y no te reprocho la anterior, pues es natural que el linaje de las mujeres se encolerice 910 contra el marido cuando éste contrae subrepticiamente nuevas bodas.111 Pero tu corazón ha cambiado para mejor, y has llegado a reconocer, con el tiempo, la decisión vencedora. Esta acción es propia de una mujer sensata. (A los niños.) Y a vosotros, hijos, no irreflexivamente, vuestro padre 915 os ha procurado, con la ayuda de los dioses, una gran seguridad. 110 En señal de vínculo afectivo y amistoso. Nótese que se trata de la misma mano que Jasón estrechó con Medea en el inusual rito matrimonial que los unió, y que éste ha traicionado. 111 Texto corrupto. Jasón adopta aquí el punto de vista de la mujer airada. 261               Pienso que vosotros, de esta tierra corintia, algún día seréis los primeros, junto con vuestros hermanos. Creced. Y de lo demás se ocupará vuestro padre y el dios que sea propicio. 920 Pueda yo veros llegar vigorosos al culmen de la juventud más poderosos que mis enemigos. (A Medea.) Y tú, ¿por qué humedeces tus pupilas con copiosas lágrimas volviendo hacia atrás tu blanca mejilla? ¿No aceptas gustosa estas palabras mías? MEDEA 925 No es nada. Pensaba en estos niños. JASÓN Anímate entonces, porque yo arreglaré todo para ellos. MEDEA Lo haré. No dudaré de tus palabras; es que la mujer es mujer y por naturaleza está inclinada a las lágrimas. JASÓN ¿Por qué, entonces, te lamentas tanto por estos niños? 262      (  )         MEDEA 930 Yo los parí, y cuando deseabas que los niños vivieran, me penetró la pena de si eso ocurriría. Pero en cuanto a las razones por las cuales has venido a hablar conmigo, unas ya están dichas, y otras yo te las recordaré. Puesto que a los reyes de esta tierra les parece bien desterrarme, 935 (y esto es lo mejor para mí, lo sé bien: no vivir aquí como un obstáculo para ti ni para los soberanos de este país, pues parece que soy enemiga de su casa) yo me marcharé de esta tierra, al exilio, pero para que los niños puedan ser criados por ti, 940 pídele a Creonte que no los destierre de este país. JASÓN No sé si podré convencerlo, pero es necesario intentarlo. MEDEA Tú, entonces, ordénale a tu esposa que le implore a su padre que no destierre a los niños de esta tierra. JASÓN Sí, y creo que la persuadiré, 945 si realmente es una mujer como las demás.112 112 Algunos manuscritos incluyen este verso como el segundo de la respuesta de Jasón, y otros, como el primero de la respuesta siguiente de Medea. 265 CUARTO ESTÁSIMO               CORO Estrofa 1 976 Ahora ya no tengo esperanzas de que los niños vivan, ya no. Se acercan hacia la muerte. Aceptará la esposa la ruina en forma de dorada corona, la aceptará, la infeliz. 980-1 Y alrededor de sus rubios cabellos colocará los ornamentos de Hades con sus propias manos. Antistrofa 1 El encanto y el divino esplendor la inducirán a ceñirse el peplo y la corona cincelada en oro, 985 y junto a los muertos se vestirá de novia.116 Caerá en tal trampa, 987-8 y en su destino de muerte, infeliz. Su ruina 989 no podrá evitar. 116 La imagen alude a la idea de la muerte de una joven soltera como matrimonio con la muerte; ver Sófocles, Antígona, v. 654. 266            Estrofa 2 990-1 Y tú, oh desdichado, oh infausto esposo, pariente de reyes, sin darte cuenta, la vida de tus hijos conduces a la ruina, y a tu esposa hacia una muerte horrible. 995 Infeliz, qué lejos estás de tu destino.117 Antistrofa 2 996-7 Lamento tu dolor, oh desdichada madre de tus hijos, a los que matarás a causa del lecho nupcial, 1000 que abandonó contra las normas tu marido para unirse con otra esposa. 117 Es decir, “qué lejos estás de comprender lo que va a suceder.” 267 QUINTO EPISODIO              (Entran el Pedagogo y los niños.) PEDAGOGO Señora, estos niños tuyos han sido liberados del destierro, y la esposa regia en sus manos aceptó gustosa los regalos. Por ese lado, hay paz para tus hijos. ¡Vamos! 1005 ¿Por qué estás abatida cuando la fortuna te es favorable? [¿Por qué has vuelto hacia atrás tu mejilla y no recibes gustosa estas palabras mías?]118 MEDEA ¡Ay, ay! PEDAGOGO Eso no es acorde con lo que te ha sido anunciado. MEDEA ¡Ay, ay, una vez más! PEDAGOGO ¿Acaso estoy anunciando alguna desgracia 1010 sin saberlo, y estaba equivocado al pensar que era una buena noticia? MEDEA Has anunciado lo que has anunciado. No te lo reprocho. 118 Los vv. 1006-1007 han sido suprimidos por Valckenaer y otros editores, por considerarlos una interpolación debido a su gran semejanza con los vv. 923-924. 270                  ¿Por qué me mostráis vuestra última sonrisa? ¡Ay, ay! ¿Qué debo hacer? Desfallece mi corazón, mujeres, ahora que he visto la luminosa mirada de mis hijos. No podría: adiós a mis proyectos 1045 anteriores. Llevaré a mis hijos fuera de esta tierra. ¿Por qué debería, por hacer sufrir al padre con la desgracia de éstos, procurarme yo misma sufrimientos dos veces más grandes? No, en absoluto. Adiós a mis proyectos. Pero ¿qué me sucede? ¿Quiero merecer la risa de mis enemigos, 1050 dejándolos impunes? Debo atreverme. Qué cobardía la mía, aceptar blandas palabras en mi ánimo. Id, hijos, hacia la casa. (Los niños entran en la casa.)123 Y a quien no le sea lícito estar presente en mi sacrificio, 1055 que se ocupe.124 No haré temblar mi mano. ¡Ay, ay! No, ánimo mío,125 no lo hagas, 123 La realización escénica de esta orden es discutida por los estudiosos, ya que en los vv. 1069 ss. ciertamente los niños están presentes. Sería poco razonable que Medea emitiera los versos que siguen, sobre todo los vv. 1054 (el “sacrificio”), 1059-1061 y los dudosos vv. 1062-1063 en presencia de ellos. 124 O sea, que se retire. El asesinato de los niños es, para Medea, un sacrificio (thŷma). De allí que utilice las palabras que el oficiante pronunciaba usualmente en estos ritos, antes de proceder al sacrificio, para que se retiraran quienes, por impureza, no debían estar presentes. 125 El apóstrofe al ánimo (thymós) es un lugar común en la tradición poética, ya desde Homero (Odisea, XX.18). 271                 déjalos, desdichado,126 exime a tus hijos. Viviendo allí127 contigo, te darán alegría. Por los infernales espíritus vengadores del Hades,128 1060 jamás, para que sean ultrajados por mis enemigos, abandonaré a mis hijos.129 [De todas formas es preciso que mueran, y ya que es necesario, los mataré yo, que los di a luz.]130 Está totalmente resuelto, y no podrá evitarse. 1065 Ya sobre su cabeza está la diadema y con el peplo la esposa regia perece, lo sé bien. Vamos, transitaré por el camino más doloroso, y a éstos los enviaré por un camino todavía más doloroso. Quiero saludar a mis hijos. (Los niños salen de la casa y entran en escena.) Dad, oh hijos, 1070 dad la mano derecha a vuestra madre, para que pueda besarla. ¡Oh mano queridísima, boca queridísima para mí, figura y noble rostro de mis hijos! 126 El vocativo tálan no se refiere a Medea sino a thymé, su “ánimo”, dado que tálan es un adjetivo de género masculino, como thymós. 127 En Atenas. 128 Los alástores eran genios vengadores que castigaban los delitos; también se llamaba así a las Erinias. 129 Medea tiene en mente aquí la venganza de los corintios contra sus hijos, quienes han llevado los fatales regalos a la princesa. 130 Algunos editores, entre los cuales se encuentra Mastronarde, eliminan los vv. 1062-1063 debido a que son idénticos a los vv. 1240-1241. 272                ()  Que seáis felices ambos, pero allá. Lo que había aquí, vuestro padre os lo ha quitado. ¡Oh dulce contacto, 1075 delicada piel y dulcísimo aliento de mis hijos! Alejaos, alejaos. Ya no puedo miraros,131 pues estoy vencida por las desgracias. (Los niños entran en la casa.) Y comprendo qué daño estoy por hacer, pero quien domina mis deliberaciones es el ánimo, 1080 que es causa de las mayores desgracias para los hombres. CORIFEO Muchas veces ya por muy sutiles palabras he transitado, y he asistido a disputas mayores que las que a la estirpe de las mujeres conviene indagar. 1085 Pero también para nosotras hay una musa que confraterniza con nosotras en lo que atañe a la sabiduría, no con todas, pero un pequeño número de mujeres (entre muchas, podrías encontrar una tal vez)132 no es ajeno a las musas. 131 Texto inseguro, por la construcción anómala de prosblépein con complemento preposicional (pròs sphâs) en lugar de un acusativo objeto directo. 132 Texto dudoso. 275                 MENSAJERO 1125 Acaban de perecer la joven princesa y Creonte, su padre, por causa de tus venenos. MEDEA Has pronunciado un hermosísimo mensaje, y entre mis bienhechores y amigos estarás ya de ahora en adelante. MENSAJERO ¿Qué dices? ¿Estás en tu sano juicio y no deliras, mujer, 1130 tú, que luego de haber ultrajado la morada de los reyes, gozas oyendo estas palabras sin sentir temor? MEDEA También yo tengo algo que responder a tus palabras. Pero no te apresures, amigo, y habla. ¿Cómo perecieron? Pues doblemente 1135 me alegrarías si han muerto de manera horrible. MENSAJERO Cuando tus hijos, doble prole, llegaron con su padre y entraron en la morada nupcial, nos alegramos los siervos, que sufríamos con tus desgracias. Inmediatamente llegó a nuestros oídos un fuerte rumor 1140 de que tú y tu esposo habíais concluido vuestra disputa anterior. 276                       Uno besó la mano de los niños, otro sus rubias cabezas, y yo mismo, con alegría, acompañé a tus hijos a las habitaciones de las mujeres. La señora a la que ahora honramos en lugar de a ti, 1145 antes de que viera a tus dos hijos, dirigía su ardiente mirada hacia Jasón. De inmediato veló sus ojos y volvió hacia atrás su blanca mejilla, disgustada por el ingreso de tus hijos. Pero tu esposo 1150 hacía que se depusieran el enojo y la cólera de la joven diciéndole: “No seas hostil con mis seres queridos, apacigua tu ira y vuelve de nuevo tu cabeza, considerando queridos a quienes así los considera tu esposo. Recibe los regalos y suplica a tu padre 1155 que libere del destierro a estos niños, hazlo por mí.” Ella, cuando vio los ornamentos, no se resistió, sino que le concedió todo a su esposo, y antes de que del palacio estuvieran muy alejados el padre y tus hijos, tomó el bordado peplo y se revistió, 1160 y ciñendo la dorada diadema alrededor de sus rizos, se adornó el cabello frente a un reluciente espejo, sonriendo a la imagen sin vida de su cuerpo. 277                   Y después, levantándose del trono, recorría las habitaciones, caminando graciosamente con su blanquísimo pie, 1165 alegre con los regalos, una y otra vez dirigiendo la mirada hacia su talón erguido. Lo que vino después fue un espectáculo espantoso de ver: muta de color, camina oblicua hacia atrás, tiemblan sus miembros, y alcanza 1170 a arrojarse sobre el trono, a tiempo para no caer por tierra. Y una anciana de entre los sirvientes, pensando quizás que le había sobrevenido el furor de Pan135 o de algún otro dios,136 comenzó a gritar, antes de ver que por su boca corría una espuma blanca, y que fuera de las órbitas 1175 sus pupilas se revolvían, y que ya no había sangre en su cuerpo. Después, en contrapunto a su grito, emitió un profundo gemido. Inmediatamente, una doncella hacia la habitación de su padre se precipitó, otra, hacia el reciente esposo, para anunciar el infortunio de la esposa. Toda 1180 la casa resonaba en apretadas corridas. 135 Pan es un dios de los rebaños y de los pastores. Se lo representa como mitad hombre y mitad animal. Se decía que provocaba miedo y horror a los hombres, además de súbitos ataques y perturbaciones mentales. Por eso la anciana atribuye a Pan la desgracia de la princesa. 136 Por posesión divina. 280                 1220 Uno junto a otro, yacen muertos la hija y el anciano padre: infortunio que mueve al llanto.140 Y que lo que a ti concierne esté lejos de mi discurso, pues tú misma sabrás cómo escapar del castigo. Pienso, y no ahora por primera vez, que los asuntos humanos son una sombra, 1225 y sin miedo diría que aquellos mortales que parecen ser sabios e indagadores de razones merecen la más grave acusación de locura.141 Pues ninguno de los mortales es feliz: cuando fluye la prosperidad, uno puede ser más afortunado 1230 que otro, pero no feliz.142 (Sale el Mensajero.) CORIFEO Parece que la divinidad, en este día, muchos males, con justicia, promueve contra Jasón. [¡Oh desdichada! Cómo lamentamos tu infortunio, hija de Creonte, tú que hacia la mansión de Hades 1235 te marchas por causa de tus bodas con Jasón.]143 140 Texto dudoso. 141 Probable alusión polémica de Eurípides a los sofistas. 142 La diferencia establecida por el mensajero es entre eutykhés, “afortunado”, y eudaímon, “feliz”. La eutykhía o “buena fortuna” se refiere a datos ‘objetivos’ como la salud, la riqueza, el éxito; la eudaimonía, en cambio, alude a la felicidad interior, espiritual. 143 La eliminación de los vv. 1233-1235, propuesta por Weil y aceptada por Mastronarde, no resulta muy convincente, ya que es bastante lógico que las mujeres corintias se lamenten por la muerte de la princesa. 281                MEDEA Amigas, mi acción está decidida: lo antes posible, matar a mis hijos y marcharme de esta tierra, y no, por actuar con lentitud, entregar los niños a otra mano más hostil para que los asesine. 1240 De todas formas es preciso que mueran, y ya que es necesario, los mataré yo, que los di a luz.144 Vamos, vamos, ponte las armas, corazón. ¿Por qué vacilo en hacer un daño terrible pero necesario? ¡Vamos! ¡Oh desdichada mano mía, toma el puñal, 1245 tómalo, deslízate hacia la triste línea de partida de tu vida,145 no te acobardes y no te acuerdes de tus hijos, de que te son queridísimos, de que los pariste. Al menos por este breve día, olvídate de tus hijos y luego llora. Aunque los vas a matar, 1250 ellos te fueron queridos; y yo soy una mujer desventurada. (Sale Medea.) 144 Como se ha mencionado en la nota al v. 1063, los vv. 1240-1241 son idénticos al par 1062-1063. Aquí, se integran mejor al contexto. 145 Imagen del ámbito de las carreras; los balbîdes indican los dos puntos extremos, el de partida y el de llegada, de una carrera. Medea se refiere a la vida dolorosa que, privada de sus hijos, comenzará a vivir. 282 QUINTO ESTÁSIMO                CORO Estrofa 1 ¡Ah, Tierra y radiante rayo del Sol! Mirad aquí abajo, mirad a esta mujer funesta, antes de que su sanguinaria mano filicida lance contra sus hijos. 1255 De tu áureo linaje germinaron, y que la sangre de un dios sea vertida insensatamente por obra de los hombres es pavoroso. Vamos, oh luz divina,146 detenla, aplácala, aleja de la casa a la funesta y 1260 sanguinaria Erinia enviada por los genios vengadores.147 Antistrofa 1 En vano se escurrieron las fatigas por tus hijos. En vano, ¡ay!, pariste amada prole, oh tú, que dejaste atrás de las sombrías rocas Simplégades el inhospitalario estrecho.148 146 Literalmente, “hija de Zeus” (diogenés), o bien porque Helios se identifica con Apolo, hijo de Zeus y Leto, o bien porque el brillo del cielo es una manifestación de Zeus. 147 Texto corrupto. Si bien la frase está entre cruces en la edición de Mastronarde, no parece que deba excluirse, dada la pertinencia de la mención de los genios vengadores de la estirpe en el caso del filicidio que Medea va a ejecutar. Ver nota al v. 755. 148 Para las Simplégades, ver nota al v. 2. La mención del estrecho del Bósforo hace referencia a la condición de extranjera de Medea y al carácter étnicamente mixto de su unión con Jasón. 285    a    1290 ¿Qué podría suceder que fuera todavía más terrible? ¡Oh lecho de las mujeres, 1292 colmado de penas, cuántas desgracias a los mortales 1292a has causado ya! 286 ÉXODO                 (Entra Jasón.) JASÓN Mujeres que estáis aquí junto a esta casa, ¿acaso está dentro la que estas desgracias ha causado, 1295 Medea, o se ha ido huyendo? Deberá esconderse debajo de la tierra o elevar, alado, su cuerpo hacia la profundidad del éter, para no pagar su pena a la morada de los soberanos. Luego de matar a los reyes de esta tierra, ¿espera 1300 escapar impune de esta casa? Pero no me preocupo por ella como por mis hijos. Aquellos a quienes hizo daño, se lo harán a ella; yo he venido para salvar la vida de mis hijos, no sea que mis parientes obren en contra de mi prole 1305 para vengarse del impío crimen perpetrado por la madre. CORO ¡Oh infortunado! No sabes a qué colmo de desgracias has llegado, Jasón. Si no, no habrías pronunciado estas palabras. JASÓN ¿Qué ocurre? ¿Acaso también a mí quiere matarme? 287             CORO Tus hijos están muertos, por mano de su madre. JASÓN 1310 ¡Ay de mí! ¿Qué dices? Cómo me has destruido, mujer. CORO Tus hijos ya no existen: entiéndelo. JASÓN ¿Dónde los mató? ¿Dentro o fuera de la casa? CORO Si abres las puertas verás el asesinato de tus hijos. JASÓN Retirad los cerrojos lo más rápido posible, sirvientes, 1315 soltad las junturas, para que vea mi doble desgracia: a los que murieron y a la que haré pagar su pena.152 (Aparece Medea en un carro, sobre la casa, con los cadáveres de los niños.)153 MEDEA ¿Por qué agitas e intentas desquiciar estas puertas, buscando a los muertos y a mí que los he matado? Desiste de este esfuerzo. Si me necesitas a mí, 1320 habla si lo deseas, pero nunca me rozarás con tu mano. 152 El v. 1316 es eliminado por algunos editores, pero tiene perfecto sentido en el contexto, a pesar de cierta anomalía sintáctica que puede explicarse por la fuerte emoción que experimenta Jasón. 153 La mekhané, especie de grúa que se utilizaba en el teatro ateniense para la aparición de los dioses, sostiene, en la parte alta de la escena, el carro de Medea. De ahora en más, Medea hablará desde allí, desde el lugar reservado a las divinidades, asumiendo el papel de una dea ex machina. 290             Por eso, llámame incluso leona, si quieres, y Escila que habita en la región tirrena. 1360 Te devolví el ataque en el corazón, como debía. JASÓN También tú sufres y compartes mis desgracias. MEDEA Sábelo bien: el dolor se alivia si tú no puedes reírte de mí. JASÓN ¡Oh hijos, qué madre malvada tuvisteis! MEDEA ¡Oh hijos, cómo perecisteis por una locura paterna! JASÓN 1365 Ciertamente no los aniquiló mi mano derecha. MEDEA No, sino tu ultraje y tu reciente boda. JASÓN ¿Y a causa del lecho consideraste justo matarlos?158 MEDEA ¿Piensas que eso es pequeño sufrimiento para una mujer? JASÓN Sí, al menos para la que es sensata. Para ti, en cambio, todo es un mal. 158 Nótese cómo Jasón insiste en reducir la motivación de Medea a los celos, al componente sexual, a pesar de que Medea no ha hablado nunca de esto, sino que ha hecho hincapié en la reciprocidad, el honor y la justicia divina (vv. 1352-1355). 291            MEDEA 1370 Ellos ya no existen; esto en verdad te morderá. JASÓN Existen, ¡ay de mí!, los genios vengadores contra tu cabeza.159 MEDEA Saben los dioses quién comenzó esta calamidad. JASÓN Saben, sin duda, de tu mente abominable. MEDEA Ódiame. Yo aborrezco tu áspera voz. JASÓN 1375 Y yo la tuya. Más fácil será la separación. MEDEA ¿Cómo, pues? ¿Qué debo hacer? Pues yo también la deseo mucho. JASÓN Permíteme sepultar a estos muertos y llorarlos. MEDEA No, ya que yo los sepultaré con mi propia mano, llevándolos al santuario de Hera, la diosa Acrea,160 1380 para que ninguno de mis enemigos los ultraje 159 Los miástores son, como los alástores(ver nota al v. 1059), divinidades infernales que perseguían a quienes habían cometido asesinato. La etimología de este término lo relaciona con la contaminación producida por el homicidio. 160 Acrea (“que habita en las alturas”) es un epíteto de Hera. Para algunos críticos, este santuario estaba ubicado en la acrópolis de Corinto. 292               profanando sus tumbas. Y en esta tierra de Sísifo solemne festividad y ritos instituiré de ahora en adelante en expiación de este crimen impío.161 Yo me iré a la tierra de Erecteo, 1385 para vivir con Egeo, hijo de Pandión. Tú, miserable, morirás miserablemente, como es justo, herido en la cabeza por un resto de la Argo,162 viendo los amargos resultados de nuestra boda. JASÓN Que te aniquile la Erinia de tus hijos, 1390 y la Justicia sanguinaria. MEDEA ¿Qué dios o divinidad te escucha a ti, perjuro y engañador de huéspedes? JASÓN ¡Ah, ah! ¡Abominable, asesina de tus hijos! MEDEA Ve al palacio y sepulta a tu esposa. 161 Anualmente, se celebraban en Corinto, en honor de Hera, festividades en las cuales siete muchachos y siete muchachas de noble linaje eran llevados al santuario de la diosa. Allí, por el período de un año, debían realizar sacrificios expiatorios. Es curioso que sea Medea la autora del “crimen impío” pero que sean los corintios quienes deban expiarlo. Probablemente, el ritual haría referencia al asesinato de los niños a manos de los corintios. 162 Según una versión del mito, Jasón muere a causa de un fragmento de la nave Argo, que golpeó su cabeza mientras dormía.
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