¡Descarga Mirada a la infancia de un homicida y más Monografías, Ensayos en PDF de Ética solo en Docsity! Mirada a la infancia de un asesino. Danna Saldarriaga Introducción El asesino en serie no es una persona que inherentemente tiene en su naturaleza y pensamientos intenciones violentas, destructivas o antisociales. Su comportamiento es similar a un caldo de cultivo: inicia con una historia traumática, y a esta se le suma factores sociales, comportamentales, biológicos y psicológicos. En lo concerniente a este enfoque, la visión psicológica de la infancia del niño será tratada desde un factor familiar y uno contextual de la infancia. Tesis Así pues, desde el factor psicológico, la infancia es fundamental, en tanto esta etapa es esencial para el correcto desarrollo de la salud física y, sobre todo mental, del futuro adulto. El desenvolvimiento del niño en su adultez se verá marcada por la formación de un apego saludable entre el niño y su progenitor o cuidador; si el niño no es capaz de formar un apego por abandono psicológico o físico, o desarrolla un tipo de apego basado en el abuso, este no tendrá una visión de seguridad y justicia frente al mundo, y en suma, tendera a tener trastornos psicológicos o comportamentales de inadaptación social y desconfianza. A largo plazo, esta desembocadura llevará consigo respuestas violentas e impulsivas del adulto. Argumento de hecho Dicho lo anterior, el abuso en la niñez es el principal factor que conlleva un alto riesgo de desencadenar un trastorno psicológico en la adultez. El maltrato desencadena un trauma de alto impacto psicológico que provoca un daño cerebral, cambia la estructura funcional del mismo, y por ende, hace que los infantes maltratados tiendan a tener hasta 15 veces más probabilidad de desarrollar trastornos como psicosis, esquizofrenia, trastorno bipolar, pero especialmente: trastorno límite de personalidad. Argumento de autoridad Asimismo, la falta de un apego por abandono y por ende el vacío de una visión del mundo, da rienda a un patrón comportamental que sigue el niño vulnerado. Según Gianfranco Pallanca, sexólogo (1984), el niño pasará por tres fases típicas de un asesino: primero, se aislará socialmente con tal de protegerse y esconder su angustia, seguidamente tendrá una remoción, donde las angustias se creerán ya olvidadas, pero siguen ahí, y por último, la proyección, cuando busca algún tipo de válvula de escape para sus angustias normalmente dándoselas a otras personas de manera violenta, y repitiendo el ciclo de alivio. Argumento de ejemplificación Como ejemplo de lo anterior, respecto al patrón comportamental, en el mundo de la criminología se habla de Luigi Chiatti, asesino de infantes en Italia, que, en una entrevista, aseguro: “Mi padre siempre era ausente. Su mundo era el trabajo… Cuando comía miraba la televisión, y luego se cerraba en el estudio… Yo muchas veces intenté hablarle, pero no hablaba. Entonces me salvaba mi madre, con la cual al principio hablaba. Pero luego se acabó con ella también.”. Lo anterior, evidenciando el abandono psicológico, desencadena, según el mismo Chiatti en: “De niño no tenía este encierre hacia los demás, luego empezó, antes con mis padres y luego con todo el ambiente.” (aislamiento).
