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Analysis of Renewable Energy Sources: Solar and Wind - Prof. Fernández Dols, Ejercicios de Psicología

Sustainable DevelopmentRenewable EnergyClimate ChangeGreenhouse Gas Emissions

An in-depth analysis of renewable energy sources, focusing on solar and wind energy. It covers the basics of solar and wind energy, their advantages and disadvantages, and the current state of technology. The document also discusses the challenges and opportunities in the renewable energy sector.

Qué aprenderás

  • What are the challenges associated with implementing CCS technology?
  • What is Carbon Capture and Storage (CCS) technology?
  • How does CCS technology impact the energy sector and the environment?
  • What are the different types of Carbon Capture and Storage?
  • What are the benefits of using CCS technology for climate change mitigation?

Tipo: Ejercicios

2017/2018

Subido el 16/05/2018

lulucarcas
lulucarcas 🇪🇸

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¡Descarga Analysis of Renewable Energy Sources: Solar and Wind - Prof. Fernández Dols y más Ejercicios en PDF de Psicología solo en Docsity! 2 e —T o iOS Las raíces de los prejuicio . i ias r de las diferenc ¡ mtes. Pueden surgir C€ tener “uicios surgen de diversas fue: ; icar y man os prejuicios se A de los deseos de las personas de justi£ Y» estrOS de estatus social y dersobre el regazo em estas diferencias. También sas diferencias importantes entre iali explicándo: = padres cuando nos socializan exp. iones sociales pueden desempenar las personas. Finalmente, nuestras institucic ? . 1 mo puede la función de mantener y respaldar los prejuicios. Analice primero cómo p un prejuicio defender la autoestima y la posición social. E UENTES SOCIALES DE LOS PREJUICIOS Desigualdad del estatus Un principio que conviene recordar: la desigualdad del estatus genera prejuicios. Los amos veían a los esclavos como vagos, irresponsables y carentes de ambi- ción, justo los rasgos que justifican la esclavitud. Los historiadores debaten las fuerzas que generan las diferencias de estatus. Pero, una vez que existen esas desigualdades, los prejuicios ayudan a justificar la superioridad económica y social de aquellos que tienen riqueza y poder. Dígame cuáles son las relaciones económicas entre dos grupos y le predeciré las actitudes entre los grupos. Los estereotipos racionalizan las desigualdades de estatus (Yzerbyt et al., 1997). En época de conflictos; las actitudes se ajustan fácilmente a la conducta. : La gente suele ver a sus enemigos como infrahumanos y los despersonaliza con etiquetas, Durante la Segunda Guerra Mundial, los japoneses pasaron a ser dos japos». Cuando se acabó la guerra, se convirtieron en «los inteligentes z trabajadores japoneses». Las actitudes son sorprendentemente adaptables. a señalado en módulos anteriores, los Actos crueles generan acti- : 249 Scanned by CamScanner 250 Parte CUATRO Relaciones sociales Los estereotipos de género también ayudan a racionalizar los papeles de énero. Tras estudiar estos estereotipos en todo el mundo, John Williams y Deborah Best (1990b) señalaron que si las mujeres proporcionan la mayor parte de las atenciones a los niños pequeños, resulta tranquilizador pensar que las mujeres tienen un talante naturalmente afectuoso. Si los hombres dirigen Jos negocios, cazan y luchan en las guerras, resulta reconfortante suponer que los hombres son agresivos, independientes y aventureros. En los experimentos, la gente perci- be a los miembros de grupos desconocidos como personas que tienen los rasgos que se ajustan a sus papeles (Hoffman y Hurst, 1990). Impacto de la discriminación: la profecía que se cumple a sí misma incidir con la jerarquía social, no sólo como una racio- Las actitudes pueden co! mbién porque la discriminación afecta asus ví nalización de ella, sino ta: rep +, «se puede amartillar, amar- / «La propia reputación», escribió Gordon Allpor: tillar y amartillar en la cabeza sin que le ocurra algo a la personalidad» (1958, pág. 139). Si pudiéramos chasquear los dedos y acabar con toda la discrimi- nación, resultaría ingenuo afirmar a continuación: «¡Los tiempos difíciles han pasado, compañeros! Ahora pueden ponerse un traje de chaqueta y convertirse en ejecutivos y profesionales con cartera», Cuando. se-acaba la opresión, sus efectos permanecen, como, una resaca social. En The Nature of Prejudice, Allport clasificó 15 posibles efectos de la victi- mización. Allport consideraba que estas reacciones se podían reducir a dos tipos básicos: aquellos que implican culparse a uno mismo (retirada, auto-odio, agresión contra el grupo propio) y los que implican culpar a causas externas (tomar represalias, sospechar de los demás, tener un mayor orgullo del grupo). Si los resultados netos son negativos (por ejemplo, mayores tasas de delincuen- cia) la gente puede utilizarlos para justificar la discriminación que ayuda a mantenerlos: «Si dejamos que esa gente venga a vivir a nuestros agradables vecindarios, el valor de nuestras propiedades se desmoronará». ¿Afecta la discriminación a sus víctimas de esta manera? Tenemos que tener cuidado para no exagerar esta cuestión. El espíritu y el estilo de la cultura negra es, para muchos, una herencia de la que sentirse orgullosos, y no sólo una res- puesta ala victimización (Jones, 2004). Así pues, mientras que los jóvenes blancos están aprendiendo a restar importancia a las diferencias étnicas y a evitar los estereotipos, los jóvenes afroamericanos «están asumiendo cada vez más un orgullo por su origen étnico y valorando positivamente las diferencias étnicas», señalaron Charles Judd y sus co-investigadores (1995). Las diferencias culturales . ho tienen por qué implicar déficits sociales, :1 ¿No obstante, las creencias sociales pueden confirmarse a sí mismas, tal y como queda demostrado en un par de inteligentes experimentos realizados . -por:Carl Word, Mark Zanna y Joel Cooper (1974). En el primer experimento, - hombres. blancos de la Universidad de Princeton entrevistaron a ayudantes :.+de investigación, blancos y negros, que actuaban como solicitantes de empleo. Cuando: el solicitante era.negro, los entrevistadores se sentaron mucho más lejos, teriinaron-la entrevista en la cuarta parte del tiempo y cometieron un 50 por ciento más de errores al hablar que cuando el solicitante era blanco. y EPS AAN IÓN reis Scanned by CamScanner | módulo 23 Las ralces ue ss Déficits de rendi (Una estudiar en un examen d Amenaza del estereotipo MY Estereotipos culturales > spender (Alas mujeres nod? (Una estudiante Da cas les dan bien un examen de mal las matemáticas) Desidentificación del dominio estereotipado (Las matemáticas NO son importantes para Mi futuro) FIGURA 23-2 ar un estereotipo negativo puede Amenaza del estereotipo. La producir déficits de rendimien' amenaza de tener que afront to y desidentificación. sido elegidos por su competencia (Brown et al., 2000). Por tanto, es mejor retar a los alumnos para que crean en su potencial, observa Steele. . Pero, ¿cómo mina el rendimiento la amenaza del estereotipo? Una ruta es la cognitiva, La amenaza del estereotipo distrae: el esfuerzo que hace fal- ta para ignorar sus implicaciones incrementa la exigencia mental y reduce la memoria áctiva (Croizet et al., 2004; Schmader y Johns, 2003; Steele et al., 2002). Otro efecto es el motivacional: la preocupación por los errores bajo la amenaza del estereotipo puede dificultar el rendimiento del individuo (Keller y Dauenheimer, 2003; Seibt y Forster, 2004), y la estimulación fisiológica que acompaña a la amenaza del estereotipo puede dificultar el rendimiento en, pruebas difíciles (Ben-Zeev, Fein e Inszlicht, 2004; O'Brien y Crandall, 2003) (recuerde del Módulo 17 el efecto de la estimulación proveniente de los demás: la presencia de otros tiende a reforzar el rendimiento en las tareas fáciles y perjudicarlo en las difíciles). Si la amenaza del estereotipo puede reducir el rendimiento, ¿podría un estereotipo positivo mejorarlo? Margaret Shih, Todd Pittinsky y Nalini Ambady (1999) confirmaron esta posibilidad. Cuando se planteó a mujeres asiático-ame- ricanas preguntas biográficas que les recordaban su identidad de género antes de someterse a un examen de matemáticas, su rendimiento se desplomó (com- parado con el de un grupo de control). Cuando se les recordó de forma análoga a. asiática, su rendimiento aumentó. Los estereotipos negativos o y, al parecer, los estereotipos positivos lo promueven. DENTIDAD SOCIAL Los seres humanos son una especie social. Nuestra historia ancestral nos pre-'. pora a alimentarnos y protegernos (a vivir) en grupos. Los seres humañios'se E egran por sus grupos, matan por sus grupos, mueren por sus grupos: Y noes sorprendente que también nos definamos en función de nuestros grupos, señalan Scanned by CamScanner 254 Parte CUATRO Relaciones sociales los psicólogos sociales australianos John Turner (1981, 1987, 1991, 2001), Michael Hogg (1992, 1996, 2003) y sus colegas. El autoconcepto (nuestro sentido de quié- nes somos), incluye, no sólo una identidad personal (nuestro sentido de nuestras características y actitudes personales) sino también una identidad sacial. Fiona se identifica como una mujer, australiana, laborista, estudiante de la Universidad de Nueva Gales del Sur, miembro de la familia MacDonald. Llevamos esas iden- tidades sociales como cartas, que jugamos cuando resulta pertinente, Cuando trabajó con el difunto psicólogo social británico Henri Tajfel, Turner propuso la teoría de la identidad social. Turner y Tajfel observaron lo siguiente: + Categorizamos: Nos resulta útil ubicar a la gente, incluyendo a nosotros mismos, en categorías. El definir a una persona como hindú, escocés o conductor de autobús es un atajo para decir otras cosas sobre esa persona. e Identifícamos: Nos asociamos con determinados grupos (nuestros endogrupos) y logramos autoestima al hacerlo. e Comparamos: Comparamos nuestros grupos con otros grupos (exogrupos) con un sesgo favorable hacia nuestro propio grupo. Nos evaluamos, en parte, en función de los grupos a los que pertenecemos. El tener un sentido de «nos-otros» refuerza nuestros autoconceptos. Nos hace sentir bien. Buscamos, no sólo respeto por nosotros mismos, sino.también.orgu- llo en nuestros grupos (Smith y Tyler, 1997). Además, el considerar a nuestros grupos como superiores nos ayuda a sentirnos aún mejor. Es cómo si todos pensáramos «Soy un X (su grupo). X es bueno. Por tanto, yo soy bueno». Cuando carece de una identidad personal positiva, la gente suele buscar la autoestima identificándose con un grupo. Así pues, muchos jóvenes en- cuentran orgullo, poder e identidad, uniéndose a bandas callejeras. Muchos patriotas se definen a partir de su identidad nacional (Staub, 1997). Y mucha gente que se siente perdida encuentra su identidad asociándose con nuevos movimientos religiosos, grupos de autoayuda o los clubes que se forman en las residencias universitarias. Sesgo endogrupal La definición grupal de quién es usted (su raza, religión, género, nivel de es- tudios) implica una definición de quién no es usted, El círculo que incluye a «nosotros» (el endogrupo) excluye a «ellos» (el exogrupo). Así pues, la mera ex- periencia de estar integrados en grupos puede promover un sesgo endogrupal. Pregúntele a los niños, «¿quiénes son mejores, los niños de tu colegio o los niños de [otro colegio cercano]?» Todos dirán que su propio colegio tiene los mejores niños. Para los adultos también, cuanto más cerca está de casa, mejor parece - todo. Más del 80 por ciento, tanto de los blancos como de los negros, afirma que «+= las relaciones raciales son generalmente buenas en su vecindario, pero menos sE de ún' 60 por ciento considera que las relaciones sean generalmente buenas en únto de Estados Unidos (Sack y Elder, 2000). En un experimento de : laboratorio; el mero hecho de compartir el mismo cumpleaños con una persona Scanned by CamScanner Módulo 23 Las raíces de los prejuicios peración (Miller ct al., 1998). El sesgo endogrupal es un eje toconcepto positivo. Somos tan conscientes del grupo que, cualquier excusa para pensar en nosotros mismos como un $ ) E y mostraremos el sesgo endogrupal. La gente se agrupa en grupos definidos por nada más que el último dígito de su número del carné de conducir y siente tener cierto parecido con sus compañeros de número. En una serie de experimentos, Tajfel y Michael Billig (1974; Tajfel, 1970, 1981, 1982) descubrieron lo poco que hace falta para provocar un favoritismo hacia nosotros y falta de equidad hacia ellos. En un estudio, Tajfel y Billig pidieron a adolescentes británicos que evalua- ran cuadros abstractos modernos y después les dijeron que ellos y algunos otros habían preferido las obras de Paul Klee a las de Wassily Kandinsky. Finalmente, sin llegar a conocer jamás a los demás miembros desu grupo, los adolescentes dividieron cierta cantidad de dinero entre los miembros de ambos grupos. En éste y otros experimentos, la definición de grupos, incluso de esta forma trivial, producía un favoritismo hacia el endogrupo. David Wilder (1981) resu- mía el resultado habitual: «Cuando se da la oportunidad de dividir 15 puntos (canjeables por dinero), los sujetos solían conceder nueve o diez puntos a su propio grupo y cinco o seis puntos al otro». Este sesgo se produce en ambos ¡ sexos y con individuos de todas las edades y nacionalidades, aunque sobre todo ! entre individuos provenientes de culturas individualistas (Gudykunst, 1989) 1 (los individuos provenientes de culturas comunales se identifican más con 1 todos sus iguales y, por tanto, tratan atodos de una forma más equitativa). | También somos más proclives al sesgo endogrupal cuando nuestro grupo | es pequeño y tiene un menor estatus que el exogrupo (Ellemers ef al., 1997; Mullen et al., 1992). Cuando formamos parte de un grupo pequeño rodeado por un grupo mayor, también somos conscientes de nuestra pertenencia a nuestro grupo; cuando nuestro endogrupo es el mayoritario, pensamos menos en él. Ser un estudiante extranjero, homosexual o lesbiana, o pertenecer a una raza o género minoritario en una reunión social, hace que uno sienta su identidad social con más agudeza y reaccione en consecuencia. Incluso la creación de grupos aleatorios sin base lógica (por ejemplo, sim- plemente creando un grupo X y otro Y tirando una moneda al aire) producirá cierto sesgo endogrupal (Billig y Tajfel, 1973; Brewer-y Silver, 1978; Locksley et al, 1980). En la novela Slapstick de Kart Vonnegut, las computadoras dieron a todo el mundo un nuevo segundo nombre; todos los «Narcisos-11» sintieron unidad entre sí y distancia de los «Frambuesa-13». El sesgo en beneficio propio (Módulo 4) actúa de nuevo, permitiendo a la gente lograr una identidad social más positiva: «Nosotros» somos mejores que «ellos», ¡incluso cuando «noso- tros» y «ellos» se definen al azar! mplo más de la búsqueda humana de un au- cuando se nos da 3 | genera suficiente afecto como para provocar una mayor C00) | rupo, lo haremos, 1 E Conformidad Una vez creados, los prejuicios se mantienen fundamentalmente por la inercia. Si el prejuicio está“aceptado socialmenté, mucha gente seguirá el camino de la resistencia mínima y aceptará la modá. Actuará, no tanto por una necesidad de. odiar, sino por una necesidad de gustar y ser aceptada. - AS Scanned by CamScanner mayor estatus (Crocker et al, 1987). Tal vez aquellas personas cuyo estatus está garantizado tienen una menor necesidad de sentirse superiores. Pero hay otros factores relacionados con un estatus bajo que también po- drían explicar los prejuicios. Imagine que es usted uno de los estudiantes de la Universidad Estatal de Arizona que participó en un experimento realizado por Robert Cialdini y Kenneth Richardson (1980). Va andando solo por el cam- pus. Alguien se le acerca y le pide que le ayude respondiendo a una encuesta de cinco minutos. Acepta. Después de que el investigador le someta a un breve «examen de creatividad» le desanima dándole la noticia de que «ha obtenido una puntuación relativamente baja en el examen». El investigador culmina a continuación la encuesta haciéndole algunas preguntas de evaluación sobre, O bien su Universidad, o su rival tradicional, la Universidad de Arizona. ¿Cree usted que su sentimiento de fracaso afectará a su evaluación de cualquiera de las universidades? En comparación con aquellos que estaban en un grupo de control a los que no se había amenazado su autoestima, los estudiantes que tenían un sentimiento de fracaso otorgaron una mayor valoración a su propia universidad y una inferior a la rival. Aparentemente, la aserción de la identidad social propia presumiendo del propio grupo y denigrando a los grupos externos puede aumentar el ego propio. James Meindl y Melvin Lerner (1984) concluyeron que una. experiencia humillante (tirar al suelo accidentalmente un paquete de importantes tarjetas informáticas de un individuo) hacía que los estudiantes canadienses anglo- sajones expresaran una mayor hostilidad hacia los canadienses francófonos. Y Teresa Amabile y Ann Glazebrook (1982) concluyeron que los hombres del Dartmouth College a quienes se había hecho sentirse inseguros juzgaron con más dureza el trabajo de los demás. La personalidad autoritaria En la década de 1940, los investigadores de la Universidad de California en Berkeley (dos de los cuales habían huido de la Alemania nazi) se dispusieron a realizar una urgente misión de investigación: revelar las raíces psicológicas del antisemitismo tan venenoso que había provocado la matanza de millones de judíos y había convertido a muchos millones de europeos en espectadores indiferentes. En los estudios realizados con adultos estadounidenses, Theodor Adorno y sus colegas (1950) descubrieron que la hostilidad hacia los judíos solía coexistir con la hostilidad hacia otrás minorías. Parece que los prejuicios son menos una actitud específica de un grupo que una forma de pensar so- bre los que son diferentes. Además, estos individuos críticos, etnocéntricos, .. compartían tendencias autoritarias: una intolerancia hacia la debilidad, una +. actitud punitiva y un respeto sumiso hacia las autoridades de sus endogrupos, «:"tal y como quedaba reflejado por su acuerdo con declaraciones del tipo «la : obediencia y el respeto hacia la autoridad son las virtudes más importantes qué tendrían que aprender los niños». se ts Enrsu niñez, la gente autoritaria suele haber recibido una disciplina dura. Su- == puestamente, esto les hace reprimir sus hostilidades e impulsos y «proyectarlos» +: hacialós grupos externos. La inseguridad de los niños autoritarios parece predis- «:ponetlos hácia una preocupación excesiva por el poder y el estatus, y una forma inflexible: de pénsar en lo correcto y lo incorrecto que hace que sea difícil tolerar Scanned by CamScanner o e enviiladad. Por o, estas Personas tienden a ser sumisas con aquellos que L pe re ellos y agresivas o punitivas con los que están debajo. mo a AaleS criticaron la investigación por centrarse en el autoritaris- su principal co nd ar el autoritarismo dogmático de izquierdas. Aún así, veces en len A n ha sobrevivido: las tendencias autoritarias, reflejadas a económica y de a Pri surgen durante momentos de amenaza, de recesión contemporinca ¡ xt nencia social Moty et al., 1991; Sales, 1973). En la Rusia o o , LOS individuos que tienen una elevada puntuación en autorita- an tendido a respaldar el regreso de la ideología marxista-leninista ya oponerse a las reformas democráticas (McParland et al., 1992, 1996). Además, los estudios contemporáneos sobre los autoritarios de derechas, realizados por el psicólogo Bob Altemeyer (1988, 1992) de la Universidad de Manitoba, confirman que hay individuos cuyos temores y hostilidades se “hacen patentes en forma de prejuicios. Los sentimientos de una superioridad moral pueden ir de la mano de la brutalidad hacia aquellos que se perciben como inferiores. Las distintas formas de prejuicios (hacia los negros, homosexuales y lesbia- Nas, mujeres, mayores, obesos, víctimas del SIDA, sin techo) tienden a coexistir en los mismos individuos (Bierly, 1985; Crandall, 1994; Peterson et al., 1993; Snyder e Ickes, 1985). Como concluye Altemeyer, los autoritarios de derechas tienden a ser «intolerantes de la igualdad de oportunidades». Resulta particularmente sorprendente la gente que tiene una elevada orientación hacia la dominancia social y una elevada personalidad autorita- ria. Altemeyer (2004) informa que estos «doblemente altos» se encuentran, sin que resulte sorprendente, '«entre los individuos que más prejuicios tienen de nuestra sociedad». Lo que tal vez resulte más sorprendente y preocupante es que parecen tener las peores cualidades de cada tipo de personalidad, bus- cando mejorar su estatus con frecuencia de forma manipuladora al tiempo que son dogmáticos y etnocéntricos. Altemeyer afirma que, aunque su núme- ro es relativamente reducido, tienen una predisposición a ser los líderes de los grupos xenófobos. FUENTES COGNITIVAS DE LOS PREJUICIOS Muchas de las explicaciones que se han dado hasta ahora de los prejuicios podrían haber sido redactadas en la década de 1960, pero no las que siguen. Esta nueva visión de los prejuicios, alimentada en la década de 1990 por más de 2.100 artículos sobre los estereotipos, aplica la nueva investigación sobre el pensamiento social. La cuestión básica es la siguiente: las creenci estereotí- picas y las actitud ejuiciosas existen, no sólo debido al condicionamiento social y porque e la gente desplace sus hostilidades, sino también de los procesos de pensamiento normales. Muchos este-. de la máquinaria de.la bproductos de nuestra, subproductos: de “como. subproductos iento reotipos surgen menos de la'málicia de”torazón que mente. Al ¡guál que las ilusiones perceptivas, que son Su maña para interpretar el mundo, los estereotipos ; pueden se cómo .simplificamos nuestros complejos mundos. $ 5 0 Scanned by CamScanner Parte CUATRO Relaciones sociales Categorización Una forma que tenemos de simplificar nue: organizar <l mundo agrupando a los objetos 2000). Un biólogo clasifica las ana y losa las personas. Una vez que lo ha hecho, puede pen zi > oría dad Si los individuos eun grupo comparten ciertos parecidos (si a de los de los miembros de la asociación MENSA son inteligentes, la mayoría Suede jugadores de baloncesto son altos) el conocer a qué grupo per E al. 1998). proporcionar una información útil con un mínimo esfuerzo Ma tenida Los estereotipos ofrecen, a veces, «una tasa ventajosa de información as respecto al esfuerzo dedicado» (Sherman et al., 1998). Los inspectores de Si os y el personal de seguridad de los aviones reciben pues «perfiles» de indivi sospechosos (Kraut y Poe, 1980). . . Nos resulta especialmente fácil y eficiente recurrir a los estereotipos Cuan- stro entorn en grupos (Mac nimales. Un ser pensar sobre el! rae y Bodenhausen, humano clasifica a las con más facili- do estamos: + presionados por el tiempo (Kaplan et al., 1993), + preocupados (Gilbert y Hixon, 1991), + cansados (Bodenhausen, 1990), estimulados emocionalmente (Esses et al., 1993b, Stroessner y Mackie, 1993), y somos demasiado jóvenes como para apreciar la diversidad (Biernat, 1991). La etnia y el sexo son, en nuestro mundo actual, formas poderosas de cate- gorizar a la gente. Imagine a Tom, un agente inmobiliario afroamericano de 45 años de Nueva Orleáns. Sospecho que su imagen de «hombre negro» predomi- na sobre las categorías de «edad media», «profesional» y «estadounidense del Sur». Además, cuando se muestran fotografías de negros a individuos blancos, nuestros cerebros responden de manera distinta, una décima de segundo (Ito y Urland, 2003). Los experimentos ponen de relieve nuestra categorización instantánea de la gente en función de la raza. De manera muy parecida a la forma en que organi- zamos lo que de hecho es un espectro continuo de colores en lo que percibimos como colores distintos, tampoco podemos resistirnos a categorizar a la gente en grupos. Etiquetamos a gente de una procedencia histórica muy diversa como, sencillamente, «negros» o «blancos», como si esas categorías fueran blanco y negro. Cuando los individuos observan a distintas personas haciendo decla- raciones, suelen olvidar quién dijo qué y, sin embargo, recuerdan la raza de la - Persona que hizo cada declaración (Hewstone et al., 1991; Stroessner et al., 1990; Jaylor et al, 1978). En sí_esa categorización no es un prejuicio, pero sí que pro- + Porciona una base para los prejuicios, Similitudes y diferencias percibidas Págese una imagen de los siguientes objetos: manzanas, sillas, lápices. Existe una fuerte tendencia a ver los objetos pertenecientes a un mismo grupo como más uniformes de lo que realmente son. ¿Eran sus manzanas rojas? Scanned by CamScanner Módulo 23 Las raíces de los prejuicios 263 observaran un vídeo de un hombre leyendo. Los estudiantes prestaron una mayor atención cuando se les hizo pensar que era una persona fuera de lo habitual: un paciente de cáncer, un homosexual o un millonario. Detectaron características que otros espectadores ignoraron, y su valoración de la persona fue más extrema. Aquellos que pensaban que el hombre era un paciente de cáncer observaron rasgos faciales y movimientos corporales distintivos y, por tanto, percibieron que era mucho más «distinto de la mayoría de la gente» que otros espectadores. La atención adicional que prestamos a la gente di- ferente crea una ilusión de que difiere de los demás en un mayor grado del que realmente difiere. Si la gente pensara que tiene una inteligencia de un genio, probablemente se daría cuenta de cosas sobre usted que, de lo contrario, pasarían desapercibidas. Cuando están rodeados de blancos, los negros detectan a veces que la gen- te reacciona ante su diferencia. Muchos refieren que se les observa o mira de reojo, que son objeto de comentarios insensibles y que reciben un mal servicio (Swim et al., 1998). A veces, percibimos incorrectamente que los demás están reaccionando a nuestras diferencias. En el Dartmouth College, los investiga- dores Robert Keck y Angelo Strenta (1980) descubrieron que así era cuando pidieron a mujeres estudiantes que sintieran que estaban desfiguradas. Las mujeres creían que el objetivo del experimento era valorar cómo reaccionaría una persona ante una cicatriz en la cara creada con maquillaje teatral; la cica- triz estaba en la mejilla derecha, recorriendo desde la oreja hasta la boca. De hecho, el objetivo era ver cómo percibían las propias mujeres, cuando se las hacía sentirse distintas, la conducta de los demás hacia ellas. Tras aplicar el maquillaje, el experimentador daba a cada mujer un pequeño espejo de mano para que pudiera ver la cicatriz de apariencia real. Cuando devolvía el espejo, el experimentador aplicaba una «crema hidratante» para «impedir que el ma- quillaje se resquebrajara». Lo que realmente hacía la «crema hidratante» era quitar la cicatriz. La siguiente escena resultó reveladora. Una joven mujer, que era extrema- damente consciente de su propia apariencia sobre su supuesta cara desfigu- rada, habló con otra mujer que no veía tal desfiguración y no sabía nada de lo que había ocurrido antes. Si alguna vez se ha sentido tan consciente de sí mismo como esta mujer (tal vez por una incapacidad física, un problema de acné o simplemente, un mal peinado) tal vez pueda simpatizar con esta mujer consciente de su propia apariencia. En comparación con las mujeres a las que se las hizo creer que sus compañeras de conversación sólo creían que tenía una alergia, las mujeres «desfiguradas» fueron extremadamente sensibles a la for- ma en que sus compañeras de conversación las miraban. Consideraron que sus compañeras estaban más tensas, distantes y condescendientes. Conscientes de sí mismas por su supuesta diferencia, las mujeres «desfiguradas» interpretaron incorrectamente las peculiares formas de comportarse y los comentarios que, en otra situación, no hubieran constatado. Casos vividos : tes también utilizan casos distintivos como un atajo para juzgar alos grupos ¿Son los negros buenos atletas? «Bueno, ahí están Venus y Serena Williams, y Shaquille O'Neal. Sí, yo diría que sí». Observe el proceso de: Scanned by CamScanner 264 Parte CUATRO Relaciones sociales nos + Otros 051% Población estadounidense Población estadounidense percibida 1990 real FIGURA 23-3 a Sobrestimación de las poblaciones minoritarias. Fuente: Encuesta Gallup 1990 (Gates, 1993). pensamiento que actúa aquí: dada una experiencia limitada con Doe grupo social, recordamos ejemplos de él mismo y generalizamos ap h os ne- (Sherman, 1996). Además, si nos encontramos con ejemplos de eo p nos gativos (por ejemplo, un negro agresivo) se resaltan los estereotipos, o que lleva a minimizar el contacto con el grupo (Hendersen-King y Nisbett, 1996). La generalización a partir_de.. casos únicos.puede provocar probl mas. Los casos vívidos, aunque más disponibles en nuestra memoria, apenas s representativos del grupo global. Los atletas excepcionales, aunque distintivos y memorables, no son la mejor base para juzgar la distribución de los talentos atléticos en todo un grupo. o Aquellos que se encuentran en minoría numérica, al ser más distintivos, también pueden ser sobrestimados numéricamente por la mayoría. ¿Qué pro- Porción de la población de su país cree usted que es musulmana? La gente en países no musulmanes suele sobreestimar esta proporción. Por ejemplo, en Estados Unidos menos del 0,5 por ciento de la población se declaró musulmán en 2002 en una encuesta del grupo Gallup (Strausberg, 2003). O considere el informe de una encuesta Gallup de 1993 que afirma que el estadounidense medio subestima en gran medida el porcentaje de Población de negros e hispanos en Estados Unidos (Figura 23-3). Una encuesta Gallup (Robinson, 2002). Repetidas encuestas sugieren que ap tres o cuatro por ciento de los varones y el uno o dos tienen una orientación homosexual (National Center for Health Statistics, 1991; Smith, 1998; Traman, 2002). «.*Myron Rothbart y sus cole distintivos fomentar también los estereotipos. Pidieron a versidad de Oregón que vieran 50 diapositivas, altura de un hombre. Á un grupo de estudiantes s que medían algo más de 1,90 metros (hasta 2), . diez hombres que medían estudiantes de la Uni- mostrándose en cada una la e le presentaron diez hombres Pl de de A otro grupo se le presentaron 2ombres que '1 mucho más de 1,90 (hasta 2,20). Cuando osterior- me mente se les Pidió que dijeran cuántos hombres medían más de 190, aquellos y Scanned by CamScanner Módulo 23 1 Las raíces de 105 prejunroo , indivi ente altos recordaron un 5 por don en o e icron pios de hombres extremadamente res cda A 50 por ciento de más. En un experimento de seguimiento, Tos studia tes eron descripciones de las acciones de 50 hombres, diez delos a SS! er cometido, o bien delitos no violentos, como hurtos, oie de tos Fiolentos, como violaciones. De aquellos a los que se mostró la lista i ú tos violentos. i i ayoría sobrestimó el número de ac der acaparar lo ón de los casos distintivos y extremos ayuda a El poder acaparar la atención de los 5 [ S So explicar Por qué los individuos de clase media exageran tanto las nos entre ellos y las clases inferiores. Cuanto menos sabemos de un g - , 380. En vemos influidos por unos pocos casos vividos (Quaftrone y Jon > ' ce contra de los estereotipos de la gente que vive de la asistencia social y pe un automóvil de lujo, la gente que vive en la pobreza suele compartir as Pp raciones de la clase media y preferiría ganarse el pan por sí misma que aceptar los subsidios públicos (Cook y Curtin, 1987). Atribución: ¿es un mundo justo? Al explicar las acciones de los demás, cometemos frecuentemente el error fun- damental aa atril tanto su conducta a sus disposiciones internas que restamos importancia á potentes factores situacionales. El error se produce, en parte, porque nuestra atención se centra en las personas y no en la situación. La raza o el sexo de una persona es un elemento vívido y recibe nues- tra atención; las fuerzas situacionales que actúan sobre esa persona suelen ser menos visibles, Con frecuencia se solía ignorar la esclavitud como explicación de la conducta de un esclavo; por el contrario, se atribuía esa conducta al propio carácter del esclavo. Hasta hace poco, lo mismo sucedía cuando se explicaban las diferencias percibidas entre hombres y mujeres. Debido a que era difícil ver las restricciones del papel del género, atribuíamos la conducta de hombres y mujeres tan sólo a sus disposiciones innatas. Cuanto más asume la gente que es son sus estereotipos En una serie de experimentos realizados en las universidades de Waterloo. y Kentucky, Melvin Lerner (Lerner, 1980; Lerner y Miller, 1978) se descubrió que la mera observación de la victimización de otra persona inocente basta para ue l parezca menos merecedora. Imagine que usted, junto con otros individuos, está participando en uno de los estudios de Lerner, supuestamente, sobre la percepción de pistas emocionales (Lerner y Simmons, 1966). Uno de los participantes, un cómplice, es elegido al azar para realizar una prueba de me- moria. Esta persona recibe descargas dolorosas cada vez que da una respuesta incorrecta. Usted y los demás anotan sus respuestas emocionales. Tras observar a la víctima recibir estas descargas aparentemente dolo- rosas, el experimentador le pide que la evalúe. ¿Cómo reaccionaría? ¿Con simpatía compasiva? Podríamos esperar que fuera así. Como escribió Ralph Waldo Emerson, «no se puede deshonrar al mártir». Por el contrario, Jos experimentos revelaron que se puede deshonrar a los mártires. Cuando : o observadores no tenían forma alguna de cambiar el sino de la víctima. os. rechazarla y devaluarla. Juvenal, el autor satírico romano, anticipa Scanned by CamScanner
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