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El Romanticismo en España: Orígenes y Polémicas en la Prensa, Apuntes de Periodismo

El inicio del romanticismo en españa a través de la entrada de los cien mil hijos de san luis y la influencia de las polémicas entre böhl de faber y joaquín mora en el diario gaditano. Además, se mencionan las influencias extranjeras, como las novelas de víctor hugo, alejandro dumas y walter scott, y la transformación de la prensa en españa durante este período.

Tipo: Apuntes

2013/2014

Subido el 31/01/2014

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¡Descarga El Romanticismo en España: Orígenes y Polémicas en la Prensa y más Apuntes en PDF de Periodismo solo en Docsity! TEMA 2 – SIGLO XIX (I) ROMANTICISMO 1. Introducción Con la muerte de Carlos IV en 1808, se pone fin a la Ilustración y se produce un gran desprestigio de la monarquía borbónica. Las abdicaciones de Bayona sitúan en el trono español a José Bonaparte, lo que ocasiona el comienzo de la Guerra de la Independencia (1808-1814). En este tiempo nace la Constitución de 1812. Llamada también “la Pepa”, es una constitución donde afloran los matices liberales de la época y el intento de imponer una monarquía de corte liberal (todo lo contrario a la anterior). Con la entrada de Fernando VII en el país se lleva a cabo una restauración de las leyes absolutistas por las que se regía la sociedad en el período anterior. Así, todas las personas que participaron de alguna manera para promover esa sociedad liberal tuvieron que huir del país, perseguidos por un monarca que no perdonaba ningún pensamiento liberal. Paralelamente, se empezaban a dar los primeros brotes del independentismo americano. Entre 1814 y 1820 se da el período absolutista (de Fernando VII) que restablece todo el Antiguo Régimen (privilegios de la nobleza, restablecimiento del tribunal de la Inquisición,...). Entre 1820 y 1823 asistimos al Trienio Constitucional o Liberal. Con la entrada de Riego y el movimiento liberal, al rey no le queda otra opción que ceder. Se establece la libertad de imprenta, se reduce el diezmo, se entregan tierras a los campesinos, el tribunal de la Inquisición vuelve a perder todo el poder. Este periodo termina con la entrada en España de los Cien Mil Hijos de San Luis, ejército formado por una alianza de todos los países europeos absolutistas para preservar el Antiguo Régimen. El siguiente periodo abarca desde 1823 a 1833 y se denomina Década Ominosa o Absolutista. Se persigue de nuevo a los liberales, y debido a ello se crean sociedades secretas con tal fin (como la de El Ángel Exterminador). Personas como el Duque de Rivas fueron condenados a muerte, lo que les llevó al exilio. Antonio Buero Vallejo muestra en su obra El Sueño de la Razón, con Goya como personaje central, todo lo ocurrido en esta época. En América, los independentistas están organizados al mando de José Martí y de Simón Bolívar. En 1832, durante una grave enfermedad del rey, cortesanos carlistas convencen al ministro Francisco Tadeo Calomarde para que Fernando VII firme un decreto derogatorio de la Pragmática Sanción, que dejaba otra vez en vigor la Ley Sálica (el heredero debe ser el varón). Con la mejoría de salud del rey, el gobierno, dirigido por Francisco Cea Bermúdez, pone de nuevo en vigor la Pragmática. De este modo, a la muerte del soberano, acaecida el 29 de septiembre de 1833, queda como heredera su primogénita Isabel, que reinaría con el nombre de Isabel II. Para llegar a esto fue necesaria una guerra civil donde los carlistas (partidarios de que el infante Don Carlos fuera rey) e isabelinos (partidarios de Isabel) luchan por el trono (venciendo los isabelinos) y con el gobierno de ésta, bajo la regencia de su madre, María Cristina (1833-1840). La madre decreta una amnistía para que los exiliados vuelvan a España (entre liberales y afrancesados, unos 20.000), lo que supone el inicio del romanticismo en España. A parte de la llegada de los exiliados, dos de las influencias más importantes del romanticismo en España fueron: • Las polémicas entre Böhl de Faber y Joaquín Mora entre 1812 y 1813 en El Diario Gaditano. La creación en Cataluña de El Europeo, periódico en el que participaba Bonaventura Carles Aribau y Ramón López Soler, junto con varios extranjeros. Y donde eran publicadas sus ideas románticas. Con el romanticismo surge también la defensa de la tradición cultural: se entiende que la cultura representa el alma del pueblo y lleva al pueblo a reivindicar el asunto de las lenguas perdidas. También tienen su aportación los exiliados durante el período de mandato de Fernando VII, que vuelven de lugares donde el romanticismo ya estaba totalmente formado, y a su vuelta a España introducen esas ideas en el país. Además de la aparición de publicaciones como La Renaixença o El Vapor. Con Isabel II empezará un ciclo de la monarquía en el que tienen su lugar los partidos políticos, es decir, una época más parlamentaria. Antes, Baldomero Espartero pone fin a la guerra carlista y aparta a María Cristina de la regencia (1840-1843). Con la coronación de Isabel II (1843-1868), presenciamos la consolidación de la burguesía en España. El sexenio Democrático se prolonga desde 1868 hasta 1874. Comienza con la revolución del 68, que obliga al exilio de Isabel II. Ante la ausencia de monarca, se encarga de la regencia el general Serrano (1868-1870), hasta que se produce el intento de restauración de la monarquía con Amadeo de Saboya (1871-1873). Su renuncia provoca la proclamación de la Iª República (1873-1874) hasta que la restauración, protagonizada por el hijo de Isabel II, Alfonso XII (1875-1885), se produce. Tras éste, se sitúa como regente la reina María Cristina (1885-1902) y, ya mayor de edad, reina Alfonso XIII (1902-1923). Con la llegada de María Cristina asistimos al fenómeno del turnismo de Cánovas y Sagasta (1885-1902), época de gran estabilidad. En medio, la crisis de 1898, producida por la pérdida de las últimas colonias españolas. El movimiento regeneracionista del 98 arranca con Joaquín Costa (aunque ya en el 68 se abundaba en la imagen de la situación crítica del país) y conoce figuras literarias como Baroja y Machado. 2. Características del Romanticismo 1. Fue una reacción contra el clasicismo anterior. 2. La Ilustración había hecho elogio de la razón, mientras que el romanticismo elogió las capacidades no racionales del ser humano (no el irracionalismo). Sus conceptos claves son la imaginación y la fantasía. El romanticismo supone un movimiento revolucionario para la época. 3. En el siglo XVIII se capta la realidad mientras que el romanticismo es irreal, en forma y en fondo (el personaje de Don Álvaro resulta increíble). Huye del presente (evasión) y se ponen de moda las distintas formas de fugarse hacia el pasado (la Edad Media, el arte gótico) y también a un mundo futuro, de ensoñaciones y de ambientes exóticos y fuera de la civilización (España sigue siendo exótica). El subjetivismo es un elemento fundamental y la pasión es una fuerza superior a la razón. 4. España es un país de moda para los románticos (gitanos, moros, flamenco,...) 5. El romanticismo es desarraigado y rebelde, no cree en los valores absolutos y todo ello se verá reflejado en el interés por los personajes antisociales (mendigos, piratas,...). El romanticismo no parte del individuo, sino de lo que representa: el arquetipo. La rebeldía es ruptura, pero los románticos tienen formación clásica, con lo que sus réditos los recoge la generación del 27 en todo su esplendor (sonetos alejandrinos y otras rupturas). 6. Individualismo del escritor. La visión del mundo como desgarramiento. Ve el mundo como algo preso de conflicto y pone en cuestión los antónimos sociedad-soledad, revolución-traición,... entendiendo que ambos polos son posibles. El escritor romántico no cree en las academias y frecuenta más los salones (especialmente, los de damas). 7. Tuvo dos tendencias: una conservadora, frente a una liberal. Pero ambas anuncian el principio de la modernidad, el final del absolutismo, la filosofía idealista. 3. Características formales del romanticismo • Las reglas artísticas son consideradas antiartísticas (contra normas) y los temas del XVIII fotografía a la revista. Uno de los principales objetivos de Mesonero con el Semanario fue abaratar la fabricación de periódicos para permitir que llegaran a un mayor número de intelectuales. Por último cabe señalar la creación de la prensa satírica romántica, principalmente a través de la creación de caricaturas de personajes o acontecimientos políticos que fue otra vía de afianzamiento de la ilustración en prensa. Periódicos satíricos: El Jorobado (1836), Fray Gerundio (1837), El Tio Fidel (1843), La Guindilla (1842) o El Dómine Lucas (1844) • Desarrollo de la prensa local: La prensa local demostraba una falta de originalidad y de subordinación técnica al seguir las formas de creación madrileñas que, a su vez, seguían las posturas francesas, inglesas e italianas. Sin embargo, lo que tuvo a su favor fue el desarrollo cultural en unos ámbitos muy empobrecidos. Además de Madrid como modelo, se empieza a desarrollar una prensa barcelonesa y sevillana. La barcelonesa tuvo un significativo desarrollo principalmente a partir del segundo tercio de siglo, que en algunos casos llegó a ser más original que la prensa de Madrid, por ejemplo El Propagador de la Libertad (1836-1838). En el caso de Andalucía, además de recoger las polémicas calderonianas en El Mercurio Gaditano en las polémicas de Böhl de Faber. Además de éste El Cisne (Sevilla, 1838), La Revista Gaditana (Cádiz, 1839), La Alhambra (1839), son algunos modelos de prensa que empiezan a tener un papel significativo en la literatura. • Proceso de especialización de la prensa: Entre otros tipos del periódicos aparece por primera vez una prensa femenina dirigida y escrita, en muchos casos, por mujeres, como por ejemplo Gertrudis Gómez de Avellaneda que dirigió el periódico La Gaceta de las Mujeres de 1845, Ángela Grassi y Joaquina Valmaseda con El Correo de la Moda, Pilar Sinvés El Ángel del Hogar de 1846 y Faustina Sáez de Melgar creadora de La Violeta de 1862. El Artista aparece por primera vez el 4 de enero 1835 y llega hasta 1836 y es de gran importancia en la batalla por el romanticismo. Estuvo dirigido por Eugenio de Ochoa, poeta, y contó con las colaboraciones del pintor Federico Madrazo, además de las de Espronceda, Ventura de la Vega y Nicómedes Pastor Díaz. Incluía traducciones o imitaciones románticas de Byron y Víctor Hugo, así como ensayos o reseñas de obras a favor del romanticismo. 8. El debate sobre el romanticismo en prensa. Las revistas literarias La prensa presenta de modo característico, en la época del romanticismo, el principio del debate sobre este movimiento literario. El romanticismo desarrollará su propia prensa, plasmando las ideas románticas y su expresión gráfica y literaria (la palabra literatura ya tiene el significado que hoy posee) en revistas de gran interés. La imagen cobra también importancia: las ilustraciones acompañan al texto creando una combinación única. En las revistas aparecen textos de creación y ensayos decisivos sobre el romanticismo. También se utilizaban las revistas como recepción de obras dramáticas y, por último, en reseñas críticas de las obras de creación y de estudio (cartelera y críticas). El estudio de la prensa en el romanticismo supone un elemento insustituible para intentar conocer la historia del romanticismo en España. La época se inicia con la difusión en fecha temprana del romanticismo schlegeliano (de los hermanos Schlegel) que, en líneas generales, prevalece hasta el final del movimiento (Hermanos Schlegel, Curso de literatura dramática). Hay tres focos de introducción del romanticismo en España: 1. El modelo importado por los emigrantes liberales de Inglaterra, principalmente. 2. Cádiz, representado por Böhl de Faber. 3. Cataluña, a partir de la creación del periódico El Europeo. Además, hay que considerar a Blanco White como precursor del romanticismo con un artículo titulado “Defensa del romanticismo”. Las causas históricas de la implantación tardía del Romanticismo en España hay que buscarlas en la situación política. Al regresar Fernando VII, los escritores “progresistas” huyen del país. En el periodo absolutista vuelve la férrea censura tanto en prensa como en literatura, que también llega a la Universidad (la Universidad pública cierra). Esta situación finaliza con la muerte del rey, en 1833. 9. Las polémicas de Böhl de Faber y J. J. Mora Juan Nicolás Böhl de Faber (1770-1836), en el número 121 de El Mercurio Gaditano del 16/09/1814, publicó un artículo titulado “Reflexiones de Schlegel sobre el teatro traducidas del alemán de A. W. Schlegel por un apasionado de la nación española”. En él, Böhl de Faber extractaba y traducía adaptando los fragmentos del Curso de Literatura dramática dado en Viena en 1808 por August Wilheim Schlegel y publicado entre 1809 y 1811, que abarcaba desde el teatro griego al contemporáneo haciendo grandes elogios al teatro de Shakespeare y al español del XVII (Calderón, especialmente). La novedad de su planteamiento hizo que tuviera inmediata repercusión en toda Europa, siendo combatido especialmente en Francia y en Italia. Böhl de Faber había pasado varios años, desde 1806 a 1813, en Alemania. Pretendía con esta publicación informar de los estudios de Schlegel, especialmente en lo que dedicaba a la Literatura española. A pesar de las deficiencias y lo fragmentario de la traducción, en ella se daba noticia de elementos esenciales del romanticismo. Tal y como se concebía en los círculos relacionados con los hermanos Schlegel. Entre los principios que defendía se encuentra: 1. Diferencia entre Literatura antigua clásica y la moderna, que comienza en Europa con las lenguas romances en la Edad Media. Esta sería la Literatura romántica o romanesca, que se desarrolla en los siglos siguientes. 2. Se resumen las ideas fundamentales románticas sobre la forma orgánica de la poesía moderna, libre, por ello, de las reglas de la perceptiva clásica y capaz de alcanzar las zonas profundas de la realidad. Los dos géneros principales son poesía y prosa. El artículo de Böhl de Faber fue contestado en sentido clasicista a los pocos días en el número 127 del mismo periódico del 22/09/1814 por José Joaquín Mora (1783-1864). Mora había tenido amistad con el matrimonio Böhl de Faber y firmó como Mirtilo Gaditano, anunciando una reputación más extensa de las teorías expuestas por Böhl de Faber, que consideraba peligrosas en el orden moral y en el literario. La consideración de Mora sobre la actitud elogiosa de Schlegel hacia Calderón era “la perversión más completa del gusto” (especialmente debido a sus autos sacramentales). Mora interpreta las nuevas tendencias románticas europeas como una lucha contra los clásicos y considera deber de todo escritor consciente salir al paso de estas ideas subversivas. Böhl de Faber, a su vez, contestó al artículo de Mora en el número 129 del 24/09/1814. Aparte de algunas precisiones menores, terminaba exponiendo la razón de fondo de la cuestión. Después de los primeros artículos en El Mercurio Gaditano, la polémica siguió en prensa y por medio de la publicación de folletos. El último artículo de Mora fue el 8/10/1814, pero publicó también en La Crónica Científica y Literaria el 1/04/1817 (Madrid). Böhl de Faber y su mujer, Francisca Javiera Larrea (“Frasquita”, de peor talante que su marido) publicaron conjuntamente varios artículos en El Diario Mercantil de Cádiz sobre el tema. A partir de la polémica intervendrán otros escritores como Antonio Alcalá Galiano (1789-1865), a favor de Mora. En 1820, Böhl de Faber reunió sus escritos con algunas modificaciones y los publicó en Cádiz en un volumen titulado Vindicaciones de Calderón y del teatro antiguo español contra los afrancesados en Literatura. Conocía la Literatura de la Ilustración y reconocía que esa literatura representaba ya un mundo pasado después de la Revolución Francesa y las guerras napoleónicas. Las corrientes filosóficas y literarias que nacen a raíz de estos cambios generaban un nuevo tipo de literatura. En 1811, Böhl de Faber había publicado un artículo sobre “la poesía inglesa actual” en la que destacaba Walter Scott (otro de los grandes escritores con influencia en España). En el mismo artículo hacía referencia a escritores alemanes contemporáneos como Goethe, Schiller y los hermanos Schlegel, destacando la importancia del pueblo y de la poesía tradicional popular, que había sido la base para los estudios de los hermanos Schlegel. Böhl de Faber publicó una antología de poesía popular española siguiendo las ideas románticas: Floresta de rimas antiguas y castellanas (1825). Igualmente, publicó en 1832 Teatro español anterior a Lope de Vega. Tradujo los dos primeros capítulos del Curso de Literatura dramática de Schlegel sobre la estética del romanticismo en general. 10. El romanticismo en la emigración Es necesario distinguir entre emigrantes y afrancesados (el concepto de exiliado no existe, la gente se va). Los afrancesados y los emigrantes son indultados con la llegada al trono de Isabel II. José Joaquín Mora, Antonio Alcalá Galiano, Francisco Martínez de la Rosa o Ángel Saavedra (cuando aún no es Duque de Rivas) salieron de España huyendo de la persecución política por el nuevo período absolutista de Fernando VII. La emigración se produce de forma distinta en Inglaterra y en Francia. Hasta la revolución de julio de 1830 en Francia no hay contacto directo entre intelectuales españoles y franceses. En ese año se estrena en Francia entre otras obras La Conjuración de Venecia y Abén Humeya, dramas de Martínez de la Rosa. Esto determinó el romanticismo que llegó después a España. La mayoría de los escritores liberales españoles se dirigieron principalmente a Inglaterra, cuyo gobierno los admitía sin las dificultades que encontraban en Francia. Dentro de Londres se crea una barriada de españoles. Hubo una intensa actividad en Londres. Entre la prensa a destacar está un periódico dirigido por Mora, un almanaque literario que se regalaba por navidad editado por Ackermann, cuyo título era No me olvides, de 1824 a 1829. Los cuatro primeros números son de Mora, con algunos poemas propios (dos de los romances granadinos compuestos en 1813). Otro de los intelectuales escritores fue Blanco White, que reseñó en Variedades el almanaque de Mora. Muchos de estos escritores cambiaron durante el exilio los planteamientos clasicistas y se impregnaron de las nuevas corrientes románticas. Alcalá Galiano fue uno de los últimos en volver a España junto a Saavedra, que tuvo mejor suerte que otros en Londres (ocupó en 1828 la cátedra de español en la universidad, donde se plantea como defensor de las ideas románticas, sobre todo del romanticismo alemán). La emigración liberal española interesó a los círculos franceses. Aunque no se trata de publicaciones propiamente, Alberto Lista y Sebastián de Miñano colaboraron con Félix José Reinoso desde Madrid y publicaron La Gaceta de Bayona, que se trae a España posteriormente como Estafeta de San Sebastián. 11. Costumbrismo romántico Nace y se desarrolla unido al periodismo. Ya existía un fuerte elemento costumbrista en la literatura barroca que será asimilado por los autores de siglo XIX. También hay una fuerte devoción hacia Cervantes. Ya Mesonero lo reflejaba unido a la influencia de los autores costumbristas barrocos. Cita frecuentemente a sus autores preferidos del siglo de oro: Argensola, Tirso de Molina o Pérez de Guevara. Hay una asimilación de la técnica literaria de los autores del barroco, de los modos de expresión y del estilo. Hay una común intención de ofrece convencionalmente, y dentro de algunos sistemas literarios preestablecidos, un retrato de la vida cotidiana en sus aspectos sociales. Eludiendo la descripción de paisajes sobre los urbanos, como productos estos de otra realidad social.
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