Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

El Novecentismo y las Vanguardias: Generación de 1914 y Movimientos Artísticos, Resúmenes de Lengua y Literatura

Modernismo y NovecentismoMovimientos Artísticos EuropeosGeneraciones literarias en España

El documento ofrece una introducción al Novecentismo, una generación literaria y artística española que se sitúa entre el modernismo y la generación del 27. Se destaca su vocación cosmopolita, su interés por la ciencia y la cultura, y su defensa de un arte 'puro'. Además, se mencionan los ensayos de José Ortega y Gasset, Eugenio d’Ors y Gregorio Marañón, y las obras de Ramón Pérez de Ayala, Gabriel Miró y Juan Ramón Jiménez. Se trata de un texto que presenta una visión integral de la generación de 1914 y de los movimientos artísticos que emergieron en Europa durante esa época, como el futurismo, el cubismo, el dadaísmo y el surrealismo.

Qué aprenderás

  • ¿Qué papel desempeñaron los movimientos artísticos europeos en la obra de la generación de 1914?
  • ¿Qué caracteriza a la generación de 1914 en España?
  • ¿Qué obras y autores son representativos de la generación de 1914 en España?

Tipo: Resúmenes

2021/2022

Subido el 12/05/2022

44tatata
44tatata 🇪🇸

1 / 9

Toggle sidebar

Documentos relacionados


Vista previa parcial del texto

¡Descarga El Novecentismo y las Vanguardias: Generación de 1914 y Movimientos Artísticos y más Resúmenes en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! EL NOVECENTISMO Y LAS VANGUARDIAS El novecentismo (traducción española del catalán “noucentisme”, término acuñado por Eugenio d’Ors en 1906) o generación de 1914 ocupa una posición intermedia entre el fin de siglo (modernismo y 98) y la generación del 27. El término “novecentismo” subraya la superación de lo decimonónico, etiqueta en la que se engloba también a la generación anterior. La apelación a 1914, fecha que señala el comienzo de la Primera Guerra Mundial, sugiere su vocación cosmopolita (pese a que España permaneció neutral). En literatura, se trata de un grupo de escritores nacidos hacia 1880, que se dan a conocer en la segunda década del siglo XX. Predominan los intelectuales. Frente al irracionalismo noventayochista, adoptan una actitud racional, rigurosa y disciplinada. Consideran que la ciencia y la cultura son el camino para modernizar España y no dudan en intervenir en política para proponer reformas liberales y progresistas. Su afán intelectual explica el desarrollo que alcanza el ensayo. Coinciden también en la defensa de un arte “puro”, de vocación minoritaria, y en la esmerada elaboración formal (defienden apasionadamente la “obra bien hecha”). Destacan, en el ensayo, José Ortega y Gasset, Eugenio d’Ors (en castellano y en catalán) y Gregorio Marañón; en la novela, Ramón Pérez de Ayala y Gabriel Miró; en la poesía, Juan Ramón Jiménez (que supera su etapa modernista hacia 1916); y, como pionero de la vanguardia, Ramón Gómez de la Serna. La máxima figura intelectual del novecentismo es el filósofo José Ortega y Gasset, dueño de una prosa brillante y expresiva. En su primer libro, Meditaciones del Quijote (1914), aparece la primera formulación de la filosofía de la razón vital o raciovitalismo (con la que pretende lograr una visión integradora que supere tanto el racionalismo como el vitalismo): “Yo soy yo y mi circunstancia”. Podemos destacar los ensayos orteguianos de contenido sociopolítico: España invertebrada (1921), donde señala el proceso de desintegración de nuestro país por la falta de un “sugestivo proyecto de vida en común”, y La rebelión de las masas (1930), donde expone su teoría del corpus social como una unidad dinámica en la que las masas deben someterse a las minorías selectas y defiende, desde concepciones políticas liberales, un proyecto europeísta. La deshumanización del arte (1925) recoge las reflexiones de Ortega sobre estética. Ofrece un diagnóstico del “arte nuevo”, enfocado desde el punto de vista sociológico. Resalta su carácter minoritario, antisentimental, al margen de lo “humano”. Sin ser una defensa de la vanguardia, supuso un espaldarazo para las nuevas expresiones artísticas e influyó en el grupo del 27. Ramón Pérez de Ayala escribe una novela experimental (que da cabida al diálogo teatral o presenta escenas paralelas en doble columna) e intelectual (rica en ideas y muy crítica con la realidad de su tiempo, entre la novela y el ensayo). De la tetralogía autobiográfica, en torno a su alter ego Alberto Díaz de Guzmán, destacan A.M.D.G. (1910), sobre la enseñanza en centros religiosos y Troteras y danzaderas (1913). De su obra posterior, de temática más variada, destacan Belarmino y Apolonio (1921) y Tigre Juan (1926), sobre el viejo concepto de la honra. Gabriel Miró escribe una narrativa impregnada de lirismo, con una prosa de gran riqueza sensorial, llena de matices. Destacan las novelas ambientadas en Oleza (trasunto de Orihuela): Nuestro Padre San Daniel (1921) y El obispo leproso (1926). La obra de Juan Ramón Jiménez, que había participado precozmente en el movimiento modernista, evoluciona hasta alcanzar su madurez poética con el Diario de un poeta recién casado (1917). Culmina un largo proceso de “despojamiento de los ropajes modernistas” para desembocar en la “poesía desnuda”, libre de excesos sentimentales y anecdóticos. Aspira a ser una poesía nacida del conocimiento y orientada hacia la verdad, en sintonía con la visión intelectual propia del novecentismo. A esta fase pertenecen obras fundamentales como Eternidades (1918) o Piedra y cielo (1919). Su poesía de madurez prolonga esta tendencia hasta acercarse a una especie de poesía mística, de trascendencia estética más que religiosa: La estación total (1946), Animal de fondo (1949). La síntesis de su poesía final cristaliza en el poema en prosa Espacio (1943-1953), a modo de monólogo dividido en varios fragmentos donde la palabra fluye libremente, mediante asociaciones inesperadas o la superposición de distintos planos cronológicos y lugares geográficos, para indagar en la conciencia inmortal del poeta. Coincidiendo aproximadamente con la etapa de plenitud de la generación de 1914, surgen en Europa los movimientos de vanguardia, los “ismos”. Se trata de pequeños movimientos que pretenden romper con las formas de expresión artística tradicionales, mayoritariamente aceptadas, e ir por delante de su tiempo. El término “vanguardias” procede del lenguaje bélico (en sentido propio, es la parte del ejército que avanza por delante del grueso de la tropa). En el campo de la literatura y de las artes implica renovación y transgresión, rebeldía y ruptura. Destacan en la literatura europea el futurismo, el expresionismo, el cubismo, el dadaísmo y el surrealismo. El futurismo fue creado en 1909 por F. T. Marinetti. Exalta el dinamismo y todo aquello que, a su juicio, prefigura el mundo futuro. Defiende el progreso científico y técnico, el belicismo, el deporte, la velocidad, el machismo… Desprecia la cultura tradicional, el arte antiguo, los museos y las bibliotecas, porque, como se dice en el célebre Manifiesto, “el arte solo puede ser violencia, crueldad e injusticia”. “Un automóvil rugidor que parece correr sobre la metralla es más bello que la Victoria de Samotracia”. Los textos poéticos de Marinetti renuncian a las convenciones tipográficas y abusan de expresiones inarticuladas y onomatopeyas. Destaca el futurismo ruso con Vladímir Maiakovski: Bofetada al gusto del público (1912), Ciento cincuenta millones (1919-1920), donde exalta al superhombre colectivo. Su poesía se caracteriza por la libre representación gráfico-espacial (sus famosas “escaleras”), una expresión cercana al discurso político, la distorsión sintáctica y la violencia verbal. El expresionismo surge en los países germánicos. Propone una visión crítica de la realidad mediante procedimientos deformantes, cosificadores o caricaturescos. Siguen esta corriente narradores como Franz Kafka (La metamorfosis, 1912) o Alfred Döblin. El esperpento de Valle- Inclán se puede considerar una forma de expresionismo. ANEXO: TEXTOS COMPLEMENTARIOS POEMAS DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ CIELO Te tenía olvidado, cielo, y no eras más que un vago existir de luz, visto ―sin nombre― por mis cansados ojos indolentes. Y aparecías, entre las palabras perezosas y desesperanzadas del viajero, como en breves lagunas repetidas de un paisaje de agua visto en sueños... Hoy te he mirado lentamente, y te has ido elevando hasta tu nombre. Diario de un poeta recién casado (1917) Vino, primero, pura, … Mas se fue desnudando. vestida de inocencia. Y yo le sonreía. Y la amé como un niño. Se quedó con la túnica Luego se fue vistiendo de su inocencia antigua. de no sé qué ropajes. Creí de nuevo en ella. Y la fui odiando, sin saberlo. Y se quitó la túnica, Llegó a ser una reina, y apareció desnuda toda… fastuosa de tesoros… ¡Oh pasión de mi vida, poesía ¡Qué iracundia de yel y sin sentido! desnuda, mía para siempre! Eternidades (1918) EL POEMA ¡No le toques ya más, que así es la rosa! Piedra y cielo (1919) FRAGMENTOS DE ENSAYOS DE JOSÉ ORTEGA Y GASSET 1 En este esencial sentido podemos decir que el particularismo existe hoy en toda España, bien que modulado diversamente según las condiciones de cada región. En Bilbao y Barcelona, que se sentían como las fuerzas económicas mayores de la Península, ha tomado el particularismo un cariz agresivo, expreso y de amplia mus- 5 culatura retórica. En Galicia, tierra habitada por almas rendidas, suspicaces y sin confianza en sí mismas, el particularismo será reentrado, como erupción que no puede brotar, y adoptará la fisonomía de un sordo y humillado resentimiento, de una inerte entrega a la voluntad ajena, en que se libra sin protestas el cuerpo para reservar tanto más la íntima adhesión. 10 No he comprendido nunca por qué preocupa el nacionalismo afirmativo de Cataluña y Vasconia y, en cambio, no causa pavor el nihilismo nacional de Galicia o Sevilla. Esto indica que no se ha percibido aún toda la profundidad del mal y que los patriotas con cabeza de cartón creen resuelto el formidable problema nacional si son derrotados en unas elecciones los señores Sota o Cambó. 15 El propósito de este ensayo es corregir la desviación en la puntería del pensamiento político al uso, que busca el mal radical del catalanismo y bizcaitarrismo en Cataluña y en Vizcaya, cuando no es allí donde se encuentra. ¿Dónde, pues? Para mí esto no ofrece duda: cuando una sociedad se consume víctima del particularismo, puede siempre afirmarse que el primero en mostrarse particularista 20 fue precisamente el Poder central. Y esto es lo que ha pasado en España. Castilla ha hecho a España y Castilla la ha deshecho. José Ortega y Gasset, España invertebrada, 1921 1 A mi juicio, lo característico del arte nuevo, desde el punto de vista sociológico, es que divide al público en estas dos clases de hombres: los que lo entienden y los que no lo entienden. Esto implica que los unos poseen un órgano de comprensión 5 negado, por tanto, a los otros, que son dos variedades distintas de la especie humana. El arte nuevo, por lo visto, no es para todo el mundo, como el romántico, sino que va, desde luego, dirigido a una minoría especialmente dotada. De ahí la irritación que despierta en la masa. Cuando a uno no le gusta 10 una obra de arte, pero la ha comprendido, se siente superior a ella y no ha lugar a la irritación. Mas cuando el disgusto que la obra causa nace de que no se la ha entendido, queda el hombre como humillado, con una oscura conciencia de su inferioridad que necesita compensar mediante la indignada 15 afirmación de sí mismo frente a la obra. El arte joven, con solo presentarse, obliga al buen burgués a sentirse tal y como es: buen burgués, ente incapaz de sacramentos artísticos, ciego y sordo a toda belleza pura. Ahora bien, esto no puede ha- cerse impunemente después de cien años de halago omnímo- 20 do a la masa y apoteosis del “pueblo”. Habituada a pre- dominar en todo, la masa se siente ofendida en sus “derechos del hombre” por el arte nuevo, que es un arte de privilegio, de nobleza de nervios, de aristocracia instintiva. Dondequiera que las jóvenes musas se presentan, la masa las cocea. José Ortega y Gasset, La deshumanización del arte, 1925
Docsity logo



Copyright © 2024 Ladybird Srl - Via Leonardo da Vinci 16, 10126, Torino, Italy - VAT 10816460017 - All rights reserved