Parafílias, una descripción de estas., Monografías, Ensayos de Psicología

¡Descarga Parafílias, una descripción de estas. y más Monografías, Ensayos en PDF de Psicología solo en Docsity! ESCUELA DE PSICOLOGÍA “Parafilias” Prof. Patricia Gonzalez. Sexualidad VII Semestre Vespertino Luis Flores Carolina Hernández Gonzalo Méndez Fernanda Quinteros Mayo – 2020 Introducción De acuerdo a lo extraido del DSM- V, acerca de la parafilia este dice lo siguiente: “el término parafilia, denota cualquier interés sexual intenso y persistente distinto del interés sexual por la estimulación genital o las caricias preliminares dentro de relaciones humanas consentidas y con parejas físicamente maduras y fenotípicamente normales” y “el término parafilia puede ser definido como cualquier interés sexual mayor o igual a los intereses sexuales normofílicos.” Las conductas sexuales raras o inusuales son consideradas anormales o desviadas. Se tiende a considerar conductas sexuales anormales o desviadas, por ejemplo, cuando están en contra de nuestros valores religiosos, cuando a la mayoría nos resultan desagradables o cuando parecen inexplicables. Las conductas que van en contra de los valores religiosos de alguien pueden ser bastante comunes, pero esa persona las etiqueta de desviadas porque se alejan de lo que a esa persona se le ha hecho creer que es normal. Comprendiendo que aún hoy la sexualidad, su práctica, su discusión y debate siguen siendo temas tabús, es comprensible que se ignoren y se consideren ciertas prácticas que rompan los límites establecidos socialmente como inapropiadas, algo vergonzoso, y hasta anormal. Sin embargo, estas fronteras son parte de una cultura, lo que consideramos inapropiado nosotros, no lo es en otro contexto cultural. No obstante, las parafilias, van más allá de estas fronteras sociales y culturales, y en algunos niveles, en la denigración y flagelación de un tercero. Por lo mismo, este tema se debe tratar con pinzas, mucho cuidado y delicadeza, ya que se encuentra en medio de la delgada línea de lo prohibido. En nuestra cultura, las prácticas sexuales como el sexo oral y la masturbación fueron consideradas alguna vez desviadas o anormales. Sin embargo, hoy son practicadas tan ampliamente que pocas personas podrían etiquetarlas como desviadas. Frente a esto, nacen espontáneamente las siguientes preguntas, ¿qué es lo debido, lo permisible, hasta donde llega el límite y cuando sabemos que este ya se rompió?, ¿qué papel juegan la cultura, la creencias y valores? ¿esta línea limitante es real, psicológica o social? Tipos de parafilias El fetichismo En este caso la «magia» reside en la habilidad de un objeto para excitar sexualmente a una persona. En el fetichismo, un objeto inanimado provoca la excitación sexual. Las prendas de ropa y los objetos hechos de goma, cuero, seda o piel están entre los objetos fetiches más comunes. El fetichista puede actuar cediendo a sus impulsos para mantener una conducta fetichista, como masturbarse acariciando un objeto o fantasear sobre él, o puede sentirse angustiado por esos impulsos o fantasías, y no actuar sirviéndose de ellos. Sin embargo, algunos parcialitas llegan a tocar alguna parte del cuerpo de una mujer en público y algunos fetichistas cometen hurtos para adquirir los objetos fetiche. El fetichismo, con alguna frecuencia, parece incluir travestismo. El travestismo El travestismo puede considerarse un tipo de fetichismo. Casi todos los travestis son hombres. El travestismo se ha descrito entre hombres gays y heterosexuales. El travestismo se puede solapar con el transexualismo, pero no es exactamente lo mismo. En primer lugar, advirtamos que algunos travestis y algunos transexuales parecen estar motivados por la autoginefilia, una condición en la cual el individuo se estimula sexualmente por la fantasía de que su propio cuerpo es femenino. Pero existen diferencias entre los travestis y los transexuales. Pero muchos travestis tienen identidades de género masculino y no desean cambiar su sexo anatómico. Sin embargo, algunos travestis son gays o muestran algunos aspectos de una identidad de género femenina. Como el fetichismo en general, los orígenes del travestismo permanecen oscuros. Las evidencias de anomalías biológicas hormonales y neurológicas en el travestismo son desiguales. Algunos investigadores informan que los travestis, con más frecuencia que la población en general, son los primogénitos o los hijos únicos. Los travestis informan también de relaciones más cercanas con sus madres que con sus padres. Las conductas travestis pueden variar desde llevar en la intimidad una sola prenda de lencería femenina, hasta lucir vestidos, pelucas, maquillaje y maneras femeninas en un club de travestis. El exhibicionismo Si el fetichismo a menudo no tiene víctimas, no puede decirse lo mismo del exhibicionismo. Los exhibicionistas son casi siempre hombres. Lo que conocemos de los exhibicionistas, como sucede con la mayoría de las otras personas con parafilias, se desprende casi enteramente de estudios realizados con hombres que han sido detenidos o tratados por profesionales de la salud mental. Dicho conocimiento puede proporcionar una imagen sesgada de los exhibicionistas, porque son relativamente pocos los incidentes denunciados que acaban en detención y condena. Las características de la mayoría de los exhibicionistas pueden diferir de aquellas personas que se han podido estudiar. La frecuencia del exhibicionismo en la población en general es desconocida, pero en un estudio entre 846 mujeres universitarias de nueve universidades estadounidenses, elegidas al azar, se descubrió que el exhibicionismo está bastante extendido. Un tercio de las mujeres dijeron que habían sido testigos de un acto de exhibicionismo. La definición clínica del exhibicionismo implica la exposición ante un extraño, pero cerca de un tercio de los incidentes entre las mujeres universitarias fueron cometidos por conocidos, familiares o «buenos amigos». Los exhibicionistas que son socialmente tímidos o inadaptados pueden emplear el exhibicionismo como un sustituto de las relaciones íntimas que no pueden desarrollar. Las víctimas preferidas son típicamente chicas o mujeres jóvenes. El exhibicionista típico conduce o camina delante de un extraño y le muestra su pene. Después de que su víctima haya mostrado temor, disgusto, confusión o sorpresa, un exhibicionista típico se cubrirá y huirá. Algunos exhibicionistas eyaculan durante el acto. Los exhibicionistas y algunas otras personas con parafilias pueden experimentar que el riesgo de ser detenidos eleva su respuesta erótica, porque ello precipita un aumento de las hormonas del estrés, que son químicamente similares a la testosterona. Las definiciones de exhibicionismo también traen a colación el problema de las fronteras entre conducta normal y anormal. En cualquier caso, los strippers y los nudistas no se exhiben ante otros de manera inesperada, así que estas conductas no son consideradas como exhibicionistas. Las llamadas telefónicas obscenas Como los exhibicionistas, los que realizan llamadas telefónicas obscenas buscan excitarse sexualmente conmocionando a sus víctimas. Relativamente pocas son las mujeres que realizan llamadas telefónicas obscenas. Por contraste, los hombres que realizan llamadas telefónicas obscenas están motivados, por lo general, por un deseo de excitación sexual, y normalmente eligen a sus víctimas aleatoriamente, de la guía telefónica o marcando al azar. La mayoría de los que realizan llamadas telefónicas obscenas también mantienen otros actos parafílicos, especialmente el voyeurismo y el exhibicionismo. Existen muchos patrones de llamadas telefónicas obscenas. Típicamente, la persona que realiza llamadas telefónicas obscenas es un hombre heterosexual, socialmente inadaptado, que tiene dificultades para establecer relaciones íntimas con las mujeres. Las llamadas telefónicas obscenas son ilegales, pero hasta ahora ha resultado difícil para las autoridades perseguir a los responsables. El seguimiento de las llamadas puede ayudar a la policía a seguir la pista de los que realizan este tipo de llamadas. El voyerismo El voyerismo implica impulsos fuertes y repetitivos por observar a personas desconocidas que no sospechan nada y que están desnudas, desnudándose o manteniendo relaciones sexuales. El voyeur se excita sexualmente observando, y típicamente no busca relaciones sexuales con la «víctima». Las personas a quienes observan no son desconocidos a los que pillan desprevenidos. Es normal para los hombres y para las mujeres estimularse sexualmente con la visión de otras personas que están desnudas, desnudándose o manteniendo relaciones sexuales. Las mujeres que acuden a los clubes de strippers también disfrutan con las relaciones de camaradería con sus amigas y con otras mujeres. Pero los verdaderos voyeurs desean espiar a extraños que no lo sospechan. Los voyeurs también son conocidos como «espías furtivos» o «espías Tom». Los voyeurs, a menudo, se colocan en situaciones comprometidas en las cuales corren el riesgo de ser descubiertos. Parte de la excitación sexual parece residir en el riesgo que corren los voyeurs. La necesidad del riesgo puede explicar por qué los voyeurs no frecuentan las playas, donde que hagan sufrir a sus parejas sexuales. Algunos sádicos causan dolor o humillación a parejas dispuestas, como prostitutas o masoquistas sexuales. Sadomasoquismo. El sadomasoquismo implica interacciones sexuales gratificantes mutuas entre parejas con consentimiento. Las parejas pueden incorporar formas ligeras o leves de S&M en sus relaciones amorosas de vez en cuando, como juegos leves de dominación y sumisión o ataduras físicas suaves. Tampoco es infrecuente para los amantes arañar o morder a sus parejas para aumentar su excitación mutua durante el coito. Aunque reconocía los peligros de su conducta sexual y se sentía de alguna manera avergonzada por ello, no estaba segura de querer recibir tratamiento por el placer que le proporcionaba. En un tipo de subcultura, el sadomasoquismo es la forma de satisfacción sexual preferida o incluso la exclusiva. Los que practican el sadomasoquismo a menudo mantienen rituales altamente elaborados que implican dominación y sumisión. En el juego de «amo y esclavo», el sádico lleva al masoquista con una correa. El masoquista realiza actos degradantes o serviles. El dolor también se puede usar simbólicamente, como cuando un sádico utiliza una inofensiva pala de goma blanda para azotar al masoquista. Las formas extremas de dolor, como la tortura o los golpes severos, son raramente informadas por los sadomasoquistas. Los masoquistas pueden buscar dolor, pero normalmente evitan los daños serios y las parejas peligrosas. Pueden asumir bien el rol masoquista o bien el rol sádico, o pueden alternar los roles dependiendo del guión sexual. Las personas que buscan la excitación sexual actuando en ambos roles, sádico y masoquista, se conocen como sadomasoquistas. En las relaciones heterosexuales las parejas pueden intercambiar los papeles tradicionales de género. El hombre puede asumir el rol sumiso o masoquista y la mujer puede tomar el rol dominante o sádico. Sin embargo, el dolor intenso suele reducir, más que incrementar, la excitación sexual. Sin embargo, esta teoría falla al explicar el atractivo erótico de los encuentros sadomasoquistas, que implican dolor mínimo o simbólico, y tampoco explica el atractivo erótico de los sádicos que infligen dolor. Sean cuales sean las causas, las raíces del masoquismo y del sadismo sexual aparentemente están en la infancia. La conducta sadomasoquista, por lo común, comienza en los primeros años de la edad adulta, pero las fantasías sadomasoquistas probablemente han estado presentes durante la infancia. El froteurismo Algunas personas que utilizan el metro son víctimas de los rateros. Algunas mujeres que utilizan el metro son víctimas de los sobones. Como ocurre con otras parafilias, el diagnóstico de froteurismo requiere, o bien la necesidad de actuar bajo estos impulsos o bien el sentirse angustiado por ellos. El froteurismo se ha informado solo entre los hombres. La mayoría de los actos de froteurismo tienen lugar en lugares abarrotados, como autobuses, metros o ascensores. El hombre encuentra el roce o el tocamiento, no la naturaleza coactiva del acto, estimulante sexualmente. Mientras se roza contra una mujer, el hombre fantasea con una relación sexual afectiva y consensuada con ella. Es común que posteriormente estos hombres incorporen imágenes de sus actos de froteurismo en sus fantasías masturbatorias. El froteurismo también puede ser tan breve y furtivo que la mujer puede no darse cuenta de que ha ocurrido. De este modo, las personas que cometen actos de froteurismo tienen pocas oportunidades de ser sorprendidas. Seleccionaba como objetivo una mujer de unos veintitantos, cuando ella entraba en la estación del metro. En ningún momento dedicó un pensamiento hacia los sentimientos de sus víctimas por lo que había hecho con ellas. Aunque estaba casado con la misma mujer durante 25 años, parece ser bastante incompetente e inseguro socialmente, especialmente con las mujeres. Aunque esta persona estaba casada, muchas personas que cometen froteurismo tienen dificultades para establecer relaciones con mujeres y están condicionados por temores de rechazo. El froteurismo proporciona contacto sexual en un contexto relativamente no amenazador. Zoofilia. Una persona con zoofilia experimenta impulsos repetidos e intensos, y fantasías relacionadas, que conllevan contacto sexual con animales. Un niño o un adolescente que muestren excitación sexual durante un episodio ocasional de juego rudo con una mascota familiar no están manifestando zoofilia. El término bestialismo se aplica al contacto sexual real con un animal. El contacto sexual con animales, en la mitología y en la realidad, tiene una larga historia. En el Antiguo Testamento se pone en palabras de Dios que llevará a la muerte a aquellos que tengan relaciones sexuales con animales. Aunque la frecuencia de la zoofilia entre la población en general es desconocida, Kinsey y sus colegas encontraron que cerca del 8 por ciento de los hombres y del 3 por ciento o 4 por ciento de las mujeres entrevistadas admitieron contactos sexuales con animales. Los hombres más a menudo tuvieron contacto sexual con animales de granja, como terneras y ovejas. Los hombres con mayor frecuencia se masturbaban o copulaban con los animales. Las personas de ambos géneros dijeron animar a los animales para que les lamieran los genitales. Comparados con solo unos pocos chicos urbanos, el 17 por ciento de los chicos rurales habían alcanzado el orgasmo, en algún momento, a través del contacto sexual con perros, vacas y cabras. Incluso, los adultos a veces mantienen contactos sexuales con animales, por lo general por la curiosidad o la novedad, o para desahogarse sexualmente, cuando no están disponibles parejas humanas. En la necrofilia, una parafilia rara, una persona desea actividad sexual con cadáveres. En la necrofilia regular, la persona tiene actividad Klismafilia Parafilia en la cual la excitación sexual se consigue con el uso de enemas. Coprofilia Parafilia en la cual la excitación sexual se consigue en conexión con las heces. (Del griego copros, que significa «excremento».) Urofilia Parafilia en la cual la excitación sexual está asociada con la orina. Pedofilia La pedofilia es considerada una parafilia, sin embargo, como causa daño a terceros se considera un trastorno. La pedofilia es mucho más frecuente en varones que en mujeres, y generalmente va acompañado de un trastorno de personalidad antisocial. Parafilias Mayores TRASTORNO PARAFÍLICO DESCRIPCIÓN Exhibicionismo Exposición de los propios genitales a una persona extraña. Fetichismo El uso de objetos no animados para lograr la excitación sexual Frotteurismo El contacto y el roce con una persona en contra de su voluntad. Masoquismo Sexual Someterse voluntariamente a humillación y abuso sexual. ¨Pedofilia Participación en actividades sexuales con niños pre púberes. Sadismo Sexual Perpetrar actos sexuales abusivos o humillantes para otra persona. Travestismo Vestirse con ropas del otro sexo. Voyeurismo Observar ocultamente a personas en actividades íntimas. Parafilias menores TRASTORNO PARAFÍLICO DESCRIPCIÓN Acrotomofilia Excitación sexual al ver un miembro (pierna/brazo) amputado Adolescentilismo Excitación por imitar los manerismos adolescentes Andromimetofilia Mujer que se excita por imitar a un hombre Apotemnofilia Excitación por sufrir la amputación de miembros del cuerpo Asfixiofilia Excitación sexual por estrangulamiento Autagonistofilia Excitación por ser observado desnudo Autasasinofilia Excitación por ser expuesto a peligros mortales Autonepiofilia Véase “infantilismo” Bestiafilia Mantener relaciones sexuales con animales Biastofilia Excitación por la idea de ser violado Cataterofilia Excitación por la inserción de un catéter Cleptofilia Excitación sexual por robar Clismafilia Excitación sexual por recibir enemas Coprofilia Excitación por ser ensuciado con heces humanas Coprofagía Excitación por ingerir heces humanas Erotofonofilia Excitación por atentar contra la vida de otro Formicofilia Excitación por tener insectos en contacto con los genitales Gerontofilia Excitación ante personas notablemente mayores que uno mismo Ginemimetofilia Excitación por ver a un hombre imitar a una mujer Hibristofilia Excitación por tener relaciones sexuales con un criminal Hipoxfilia Véase “asfixiofilia” Infantilismo Excitación por vestirse y comportarse como un niño Misofilia Excitación por suciedad (tierra, polvo, lodo, etc.) Mixofilia Excitación por ver a uno mismo o a su compañero en coito Morfofilia Excitación por un tipo de cuerpo (enano, obeso, bajo, etc.) Narratofilia Excitación sexual por narrativas obscenas Necrofilia Interés en mantener relaciones sexuales con cadáveres Olfactofilia Excitación por olores corporales (secreciones vaginales, etc.) Pictofilia Excitación por pornografía Somnofilia Interés en mantener relaciones sexuales con personas inconscientes Stigmatofilia Excitación por tatuajes Telefonicofilia Excitación por conversaciones indecentes por teléfono Urofilia Excitación por orinar sobre otra persona, o viceversa Zoofilia Excitación por actuar como un animal (ladrar, llevar correa)