Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

pedagogía educación no formal, Resúmenes de Pedagogía

pedagogía educación no formal pedagogía educación no formal

Tipo: Resúmenes

2018/2019

Subido el 22/05/2023

amira-villanueva
amira-villanueva 🇦🇷

1 / 34

Toggle sidebar

Documentos relacionados


Vista previa parcial del texto

¡Descarga pedagogía educación no formal y más Resúmenes en PDF de Pedagogía solo en Docsity! EDUCACIÓN FORMAL Y EDUCACIÓN NO FORMAL: ACORTANDO LAS DISTANCIAS. ANDREA LLEBRÉS COLADO RESUMEN La sociedad actual cada vez es más plural y la educación debe estar preparada para adaptarse a las necesidades individuales. En esta línea se convierte en esencial la aceptación y promoción de nuevos espacios y tiempos en los que educar a través de otros recursos como el juego o el aprendizaje en valores sea posible. Los términos Educación Formal y Educación No Formal se muestran como una dualidad educativa difícil de acotar y definir. Sin embargo, el objetivo debería ser poder extraer de cada contexto lo más positivo para unificar logros. En el presente trabajo, se hace un recorrido tanto conceptual como experiencial de los diferentes entornos educativos que aportan en la vida de cada individuo, para poder concluir con las ventajas e inconvenientes de cada uno, y la forma de poder aunar ambas opciones, totalmente válidas las dos. Para ello, se acude a una serie de experiencias reales, en colegios, en centros de aprendizaje o simplemente en metodologías, que ponen en práctica esta significativa combinación. PALABRAS CLAVE Educación No Formal, Educación Formal, Ocio Educativo, Tiempo Libre. RESUM La societat actual cada vegada és més plural i l'educació ha d'estar preparada per adaptar-se a les necessitats individuals. En aquesta línia esdevé essencial l'acceptació i promoció de nous espais i temps en què educar a través d'altres recursos com el joc o l'aprenentatge en valors sigui possible. quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 1 Els termes Educació Formal i Educació No Formal es mostren com una dualitat educativa difícil d'acotar i definir. No obstant això, l'objectiu hauria de ser poder extreure de cada context el més positiu per unificar èxits. En el present treball, es fa un recorregut tant conceptual com experiencial dels diferents entorns educatius que aporten a la vida de cada individu, per poder concloure amb els avantatges i inconvenients de cada un, i la forma de poder unir les dues opcions, totalment vàlides les dues. Per a això, es va a una sèrie d'experiències reals, en col·legis, en centres d'aprenentatge o simplement en metodologies, que posen en pràctica aquesta significativa combinació. PARAULES CLAU Educació No Formal, Educació Formal, Oci Educatiu, Temps Lliure. 1. Introducción Vivir en sociedad comporta que los individuos que pertenecen a cada comunidad, de manera inconsciente, aprenden los rasgos más característicos de su cultura, a través de las relaciones personales y también de las instituciones con fines educativos. En este sentido, no solo se habla de la escuela, sino que también se deben tener en cuenta “un cúmulo de espacios, procesos, instituciones…” que se producen fuera de las paredes del centro escolar o dentro, pero en tiempos no escolares, que también tienen su función educadora y a su vez ayudan a establecer la propia cultura e incluso la propia personalidad (Pacheco, 2007, p. 1). En este sentido, actualmente, son varios los estudios que han tratado de delimitar esos espacios y tiempos en los que se da un aprendizaje, diferenciando entre los términos ya socialmente reconocidos, “educación formal” y “educación no formal”. Trilla (2004), explica en su artículo La educación no formal y la ciudad educadora, el origen histórico de la consideración de la educación no formal como otro agente fundamental en la educación del individuo. El autor realiza un extenso, pero claro recorrido de como la escuela, a mediados del siglo pasado, comienza a perder valor y surgen un gran número de teóricos dispuestos a mostrar la peor cara de la educación formal o escolar. La educación formal se vislumbra como una institución insuficiente, de escasa calidad, y también desde algunos puntos de vista más extremos, quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 2 CRITERIOS Educación informal Educación no formal Educación formal Estructuración No existe una estructuración. Estructuración muy alta. Jerárquicamente estructurada (niveles o ciclos). Universalidad 100%. Afecta a toda la población. Todas las personas reciben educación no formal pero no todas comparten las mismas situaciones educativas. Es universal en un determinado período de tiempo y determinado grupo de la población. Duración Ilimitada. Se da durante toda la vida. Limitada. Solo mientras dure el programa. Limitada. Durante los años de obligatoriedad, al menos. Institución No está institucionalizada, puede darse en cualquier lugar. 50% de institucionalidad. Puede o no darse en instituciones regladas. Altamente institucionalizada. Centros educativos. Tabla 1. Criterios clave de diferenciación entre educación formal, no formal e informal. Elaboración propia a partir de Vázquez (1998). Educación informal El primero de los términos que vamos a definir se trata de la educación informal o como otros autores la denominan, “asistemática, incidental, difusa…” (Vázquez, 1998, p. 17). Quizá es uno de los conceptos que menos controversia genere, ya que la mayoría de los autores están de acuerdo en su concepción. Así pues, para enunciar una definición clara, es preciso apoyarse en los primeros autores que establecieron dichos términos. Coombs, Prosser y Ahmed (1973) establecen que la educación informal es un proceso que se desarrolla a lo largo de la vida mediante el cual las personas adquieren habilidades y conocimientos a partir de las vivencias diarias. quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 5 En otras palabras, la autora Herrera (2006), especifica que la educación informal es aquella que las personas viven y experimentan a lo largo de toda su vida. Son esos aprendizajes que se dan de manera inconsciente, sin pensarlo ni planificarlo, y que tienen su origen en el entorno de cada individuo, como la familia, los amigos o incluso los medios de comunicación. No obstante, en este punto, cabe resaltar un pequeño matiz que erróneamente se ha expuesto como uno de los signos inequívocos de educación informal. En muchas investigaciones, la educación informal ha sido caracterizada como un proceso no intencionado, sin embargo, el autor Trilla (1993) se posiciona contrario a esta teoría, pues argumenta que, en ciertas ocasiones informales, aún no haciendo uso de metodologías específicas, los organizadores de esa educación informal sí tienen intención de educar. Para ello pone el ejemplo de la familia, y es que, a pesar de su carácter informal, muchas veces lo que los padres quieren enseñar a los hijos sí es intencionado. Desde un punto de vista diferente, Colom (2005) añade que la educación informal es “lo desconocido pedagógico”, es decir, la educación informal es aquella que se practica sin previa planificación, sin una intención educativa ni una metodología específica. Es más, tal y como afirma el autor, si las personas conocieran las metodologías adecuadas para influir educativamente en contextos informales, no habría educación informal. En definitiva, algunos ejemplos de esta situación educativa podrían ser las reuniones en las asociaciones de vecinos de un barrio, una fiesta popular, una manifestación, o una comida familiar, entre otros (Trilla, 1988). Educación formal En este caso, el foco se sitúa ante el término más reconocido en la literatura específica y del que se posee más conocimiento. Y de la misma forma que con el término anterior, es necesario partir de la definición que otorgan los autores pioneros en el campo. Coombs, Prosser y Ahmed (1973), establecen que la educación formal se trata de la educación más jerarquizada, la que tiene una estructura fija y es más puramente educativa, aquella que se desarrolla en escuelas, institutos y universidades. Desde la perspectiva de Colom (2005), la educación formal se refiere a la sistematización educativa por parte del Estado, es decir, es “aquella que concluye con titulaciones reconocidas y otorgadas según las leyes educativas promulgadas por los Estados, desde los diplomas de enseñanza primaria o básica hasta la titulación de doctor” (p. 11). quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 6 Otro aspecto que la autora Herrera (2006) también destaca guarda relación con los profesionales que se dedican a la educación formal. En este caso, son personas preparadas para la educación, a las que se les retribuye por ello y que han sido formadas en unos contenidos específicos, es decir, el profesorado. Sin embargo y como se verá un poco más adelante, no cabe confundir espacios en la definición de la educación formal o la que a continuación se detallará, la educación no formal. Si bien es cierto, la educación formal se desarrolla en escuelas, en universidades o en institutos, pero se trata entonces de espacios formales, no de situaciones formales, ya que, por ejemplo, las asociaciones cívicas y las instituciones culturales también son espacios formales pero el aprendizaje que en ellos se desarrolla es no formal (Viché, 2020). Educación no formal Además de los dos anteriores, el tercer término en discordia se trata de la educación no formal, un concepto que se ha ido fraguando con los años y del que muchos autores han querido tomar partida. De esta forma, se pueden encontrar definiciones ofrecidas tanto por autores internacionales, como por autores españoles. En el primer caso, y como en los dos anteriores, Coombs, Prosser y Ahmed (1973) definen inicialmente este concepto como “cualquier actividad educativa organizada fuera del sistema formal establecido —tanto si opera independientemente o como una importante parte de una actividad más amplia— que está orientada a servir a usuarios y objetivos de aprendizaje identificables” (p. 11). Pero, además de la definición ofrecida por los autores precursores de los términos, también es preciso mencionar la definición que da uno de los organismos más relevantes en educación, la UNESCO. Según esta organización, la educación no formal tiene como principal objetivo poder proporcionar un aprendizaje de calidad a aquellas personas que no pueden permitirse la educación formal (UNESCO, 2006). Sin embargo, muchos otros autores han optado por descripciones diferentes del término. Por ejemplo, bajo la perspectiva de Colom (2005), la educación no formal se identifica con aquella que es propia de una sociedad o aquella que promulgan los medios de comunicación, es decir, una modalidad “educativa no convencional” (p. 10). Desde otro punto de vista, y de acuerdo con el autor Pacheco (2007), la educación no formal, quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 7 2.2. La educación formal y no formal: recorrido histórico, características y puntos de encuentro. Para comprender en profundidad el significado del término de educación no formal y todo lo que ha supuesto con el paso de los años, es fundamental partir del inicio, de los orígenes de este concepto. Según el autor Luque (1997), la educación no formal surge alrededor de los años 60 con el objetivo de “dar respuestas extraescolares para atender a una gran variedad de demandas educativas existentes” (p. 313). Es decir, la escuela ya no era suficiente en sí misma, necesitaba de otras instituciones que tuvieran un carácter educativo para poder garantizar una educación de calidad e integral en los individuos. Y así es como se relata en el informe del Instituto Internacional de Planeación de la Educación dirigido por Philip H. Coombs, autor también del señalado escrito La Crisis Mundial de la Educación (1971), en el que se demuestra la necesidad de que la educación no formal también tome partida en la enseñanza (Pacheco, 2007). En definitiva, la escuela “ya no se puede considerar como un monopolio” (Luque, 1997, p. 314). Además de lo anterior, los cambios en la sociedad y las nuevas metodologías y modelos educativos emergentes han propiciado una “revalorización de los programas de educación no formal” (Luque, 1997, p. 314). De la misma forma, el crecimiento de numerosos movimientos juveniles y sociales ha colaborado a una mejor valoración del aporte educativo de las entidades de educación no formal. Hablamos aquí de “los países nórdicos con los movimientos naturistas; Alemania, con los grupos excursionistas como el wandervogel; e Inglaterra, con el movimiento scout (…). En España, destaca la Institución Libre de Enseñanza como entidad pionera en la realización de colonias de vacaciones” (Tejedor, 2001). Como consecuencia al éxito de estas instituciones no formales, muchos son los autores que han intentado comparar las distintas situaciones educativas para poder establecer cuál es la mejor modalidad para el aprendizaje. Sin embargo, hay algo que es fundamental desmitificar y que el autor Colom (2005) describe a la perfección: la educación no formal no nace como una posición contraria a la escuela, a la educación formal, sino que pretende ser un “continuum de la educación formal”, es decir, una complementariedad, una continuidad, que satisfaga “una necesidad plural y permanente” (p. 12). Es decir, no existe una por encima de la otra, sino que ambas se complementan. En este punto, también es importante destacar la perspectiva de Thomas La Belle (1976) quien pone quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 10 de manifiesto la necesidad de considerar cada una de las modalidades interconectadas con las otras, y no como estilos totalmente diferentes e inconexos, pues en muchas ocasiones, se dan características de informalidad en situaciones no formales (conversaciones en acampadas sin previa intencionalidad educativa), o características formales en modalidades no formales (entrega de un diploma). En definitiva, educación formal y no formal, tienen la finalidad de poder ampliar todo lo aprendido e interiorizado en situaciones informales de la vida diaria y perfeccionar el proceso de aprendizaje de los individuos, ya que, es evidente que el aprendizaje informal ocurre cada día, pero, la educación formal y no formal pueden cooperar en que ese aprendizaje sea más profundo y significativo (Pastor, 2001). La pregunta que surge entonces es, ¿en qué posición se encuentra la escuela en todo esto? ¿Cuál es el papel de los centros educativos? Resulta evidente que el ocio está al alcance de cada individuo independientemente de la edad que tenga, pero es innegable considerar a los niños y jóvenes como los mayores destinatarios del ocio actual. Es por ello por lo que la escuela se convierte en un actor decisivo en la atención al tiempo libre y al ocio. Es esencial transmitir al alumnado, desde la etapa de Educación Infantil, la importancia de hacer un buen uso de su tiempo libre, de manera que este pueda enriquecerles como personas y ser un tiempo también educativo y de aprendizaje (Sarrate, 2008). Para ello, el primer paso es conocer los intereses y las actividades de ocio más habituales que realiza el alumnado, de manera que el profesorado pueda orientarles o reconducir aquellas actividades que pueden desembocar en problemas de conducta o a la hora de relacionarse con los demás. Asimismo, es preciso ser conscientes de que el ocio tal y como es conocido ha ido evolucionando y adaptándose a la sociedad, estableciendo en primera línea de actividades, aquellas relacionadas con las nuevas tecnologías. De modo que la escuela tendrá que ser partícipe también de esa realidad y sumarse a las tendencias, pero siempre desde una perspectiva educativa que ofrezca al alumnado distintas posibilidades (Sarrate, 2008). La misma autora propone dos factores de gran relevancia en la aplicación de ese ocio educativo en el contexto escolar: “la intervención socioeducativa y el profesional responsable de la misma” (Sarrate, 2008, p. 58). Con respecto al primer factor, la intervención socioeducativa, es fundamental tener en cuenta en su aplicación: quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 11 - Los principios que rigen esa intervención: trato personalizado, trabajo de los valores, capacidad de poder elegir libremente la actividad… - Los modelos existentes en los que puede basarse: intervención incluida en el currículo educativo o intervención centrada en la actividad y de duración más corta. - Los espacios en los que se desarrolla: actividades extraescolares, excursiones, patio escolar… En cuanto al segundo factor, los profesionales que se encargan de esa intervención socioeducativa, Sarrate (2008) opta por centrarse en los educadores sociales, a quiénes considera uno de los agentes principales en la promoción del ocio educativo en el centro escolar. Y es que, como afirma la autora, cada vez más son las escuelas que han decidido incluir en sus equipos de trabajo a educadores sociales que puedan intervenir en los momentos de tiempo libre y que también pueda ofrecer ayuda en la planificación de actividades extraescolares o complementarias como las salidas. Estas acciones y colaboración por parte de los educadores sociales se convierten en necesarias porque, como afirma Luque (1997), existe un gran número de actividades de diversa índole en el contexto de la educación no formal, por ello, en ocasiones es difícil que sus destinatarios u organizadores se den cuenta de que están poniendo en práctica dichas situaciones educativas. Para ello, el autor dispone cuatro rasgos esenciales y que son comunes a todos los programas y actividades de educación no formal: - Los programas y actividades se desarrollan siguiendo estructuras diferentes a las de la educación formal, evitando la burocracia y formalidad de estos. - Poseen sus propias auditorías particulares. - Nacen con el objetivo de paliar una necesidad o interés de un subgrupo de la sociedad en concreto. - “Cada programa individual de educación no formal puede ser examinado como “un sistema” en sí mismo, o mejor aún, como “el subsistema” educacional de una actividad social más amplia” (p. 315). Además de lo expuesto anteriormente por Luque (1997), otros autores como Pacheco (2017) establecen los distintos ámbitos en los que se encuentra la educación no formal: • Relacionados con la educación formal: actividades y recursos diseñados para la escuela que tienen su origen en otras instituciones ajenas al sistema formal como extraescolares o programas no quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 12 “centros de interés” (Trilla, 2012). El segundo ejemplo del que el autor habla es el Escultismo, que en palabras de Trilla (2012) se refiere a “las entidades que implican un compromiso de asistencia regular y continuado durante todo el año (…), y que desarrollan su acción educativa sin especializarse en un tipo determinado de tiempo libre” (p. 35). En este sentido, se muestra un ejemplo concreto de entidad en la educación en el tiempo libre que tienen unas características comunes y que ha sido de un gran renombre en el campo. En definitiva, de estos discursos es fundamental resaltar algo que el autor deja por escrito y que se trata de una afirmación que se ha recalcado a lo largo de este trabajo, “el trasvase de prácticas y discursos metodológicos entre los diferentes sectores y subsectores educativos ha sido, pues, constante” (Trilla, 2012, p. 35). Discursos de fundamentación y contextualizadores Trilla (2012) hace referencia a aquellas aportaciones a la educación en el tiempo libre provenientes de otras disciplinas como la sociología o la psicología. Con respecto a la primera disciplina, el autor concluye que la sociología ha colaborado en conceptualizar, contextualizar y justificar las intervenciones educativas en el tiempo libre. Esta justificación, se basa en, por un lado, el hecho de que el ámbito del tiempo libre en sí es lo suficientemente amplio como para recibir intervenciones educativas; y, por otro lado, el caso de que una intervención educativa es necesaria en el momento en el que se identifican carencias en ese tiempo libre, ya que, si el ocio fuera siempre positivo, no haría falta ningún tipo de intervención educativa (Trilla, 2012). Ahora, de la psicología, se puede extraer que ha contribuido a la educación en el tiempo libre con unas bases psicológicas procedentes de diversas disciplinas como la psicología de la educación o la psicología social, con, por ejemplo, las dinámicas de grupo (Trilla, 2012). Discursos ideológicos El tercero de los conjuntos hace referencia al por qué de la educación en el tiempo libre, es decir, se trata de los objetivos y las razones que han movido durante años a las asociaciones o centros juveniles a una educación del ocio. Trilla (2012) afirma que existen tanto diferencias como similitudes en estas ideologías. Es evidente, que hay asociaciones que son de carácter religioso y quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 15 otras que se declaran laicas, así como entidades que orientan su actividad hacia un determinado modelo de sociedad, sin embargo, Trilla (2012) argumenta que las semejanzas que existen entre estas instituciones de tiempo libre son mayores y de mayor relevancia: “se apuesta por el desarrollo integral de las personas, por su dignidad, por la formación de individuos activos, críticos, participativos y comprometidos con la mejora o transformación social” (p. 39). Discursos de legitimación conceptual y académica En este bloque cabe mencionar aquellos aspectos más academicistas, es decir, todo lo relacionado con las carreras universitarias que colaboran en dar voz a la educación en el tiempo libre, así como revalorizan el campo de la educación no formal (Trilla, 2012). Tal y como el autor explicita, la introducción de asignaturas sobre la educación en el tiempo libre “aportan un mayor rigor teórico, contribuyen a sistematizar y ordenar el ámbito, ayudan a prestigiar determinadas acciones educativas hasta entonces menospreciadas o no suficientemente valoradas…” (Trilla, 2012, p. 41). Llegados a este punto, es conveniente resumir todo lo que se ha ido explicando con antelación. Para ello, a continuación, se muestra una tabla resumen en la que se exponen las características de ambos contextos educativos. La tabla original es del autor Luque (1997), pero a esta se le han sumado las características de la educación formal. quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 16 Tabla 3. Características de la Educación Formal y la Educación No Formal. CARACTERÍSTICAS EDUCACIÓN FORMAL EDUCACIÓN NO FORMAL Objetivos Objetivos mayormente didácticos. Proceso intencionalmente educativo. Proceso intencionalmente educativo. Responde a necesidades básicas educativas. Destinatarios Toda la población en edad de escolarización. Grupos o subgrupos concretos de población. Mucha diversidad en función de las necesidades. Temporalización de actividades Duración de un curso académico (normalmente, septiembre-junio). Horario fijo y no cambiante. Suelen ser de corta duración. Buscan el efecto a corto plazo. No hay un horario estricto. Espacios de acción Escolar, en las escuelas o centros educativos (institutos, universidades…). Rol educativo por excelencia: profesor. Extraescolar y de ámbito local. Mayor diversidad y versatilidad de espacios. Numerosos roles educativos. Tipo de aprendizajes Contenidos marcados por un currículum común a todos los centros educativos. Aprendizajes significativos. Encaminados a la obtención de un título. Contenidos básicos: habilidades, destrezas… Aprendizajes funcionales, aplicados a la vida diaria. Normalmente relacionados con objetivos sociales. Grados de institucionalización Contexto puramente institucionalizado. Contexto centralizado. Es una actividad organizada pero no institucionalizada. Menor grado de centralización. Elaboración propia a partir de Luque (1997). quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 17 así como otra serie de valores y métodos que pueden beneficiar en gran medida al profesorado de educación secundaria: el trabajo cooperativo, la educación a través del juego, la educación para la participación ciudadana o la educación para el desarrollo, la paz y la educación ambiental. Y quizá, en este punto es donde puede llamar la atención la gran distancia que existe entre el profesorado de la educación formal y el profesional de las entidades de educación no formal. En un estudio realizado por González y Campos (2011), se observa la posible coordinación existente entre la asignatura de educación física de diferentes centros educativos tanto públicos como privados, con las actividades físico-deportivas extraescolares de dichos centros. Los resultados obtenidos a partir de encuestas muestran que es más probable la coordinación en centros de carácter privado que en centros de titularidad pública, ya que algunos de los motivos son que los propios profesores de educación física son los encargados de las actividades extraescolares, o incluso los coordinadores de estas. En cambio, en los colegios públicos, las razones por las que existe esta coordinación, que es escasa (12%), son por meros aspectos organizativos. No obstante, y a pesar de que entre todos los centros encuestados casi no superan la mitad del porcentaje en cuanto a coordinación, un gran número de profesores de actividades extraescolares encuestados (66%) opina que sería muy positivo que existiera esa coordinación, aunque para ello deberían plantearse nuevos objetivos comunes que siguieran una misma línea educativa. Con todo lo visto anteriormente, el objetivo principal es mostrar como afirma Colom (2005) que desde hace ya unos años se ha producido una “ósmosis pedagógica entre ambos tipos de educación” (p. 15). Y es que la educación no formal era la encargada de la enseñanza en temáticas como educación ambiental, la educación para la igualdad de sexos… sin embargo, la escuela se ha apropiado de estos contenidos considerándolos ya parte de su patrimonio educativo e incluso incluyendo algunos de ellos en el currículum educativo. A su vez, las actividades de educación no formal también han ido ocupando espacios de la educación formal como es el caso de las actividades extraescolares que se llevan a cabo en las propias escuelas o centros educativos (Colom, 2005). quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 20 2.3. La educación no formal en la legislación española Anteriormente, se han podido conocer en mayor detalle los conceptos que nos atañen, así como los distintos puntos de vista ofrecidos por una gran cantidad de autores. Sin embargo, a pesar de la cantidad de literatura específica disponible, actualmente, no hay ningún documento que pueda establecer de una forma más directa y precisa la relevancia de la educación no formal y su complementariedad con la educación formal, que la ley educativa y las respectivas leyes de educación de las Comunidades Autónomas. Si hacemos un repaso por las diferentes leyes vigentes en materia educativa, se observa con claridad la gran ausencia de referencias a la educación no formal. Es más, únicamente una comunidad autónoma, posee una ley específica para la educación en el tiempo libre. En el resto de los casos, se menciona a rasgos muy generales la inclusión en el currículum de algunos contenidos que trabajan la responsabilidad del alumnado en el tiempo libre o las actividades que pueden realizarse. Pero, no se llevan a cabo acciones desde la propia escuela para acompañar a ese alumnado en el tiempo libre o de ocio. Así pues, por ejemplo, desde las comunidades autónomas de Castilla la Mancha y Andalucía y sus respectivas leyes educativas, únicamente se contempla la apertura de los centros educativos, es decir, de los espacios de las escuelas, para su uso en actividades fuera del horario lectivo. No obstante, este gesto, es importante reconocer que ayuda al fomento de un uso positivo del tiempo libre y una “mayor rentabilidad social y educativa” (BOJA, núm. 252, 2007, p. 32) de los espacios de los centros docentes. Si en cambio, tenemos en cuenta la legislación actual de Cataluña, no encontramos una ley específica destinada a la educación en el tiempo libre, pero si que hay un mayor avance con respecto a las comunidades anteriores. En su Ley 12/2009, de 10 de julio, de Educación, y concretamente en el Capítulo VI, se centran en la educación en el tiempo libre, estableciendo 3 artículos con los que se acerca un poco más la educación no formal a los contextos formales. Los artículos 39, 40 y 41, pretenden ser una referencia y un impulso a los centros educativos y ayuntamientos de la comunidad autónoma a articular diferentes actividades de manera conjunta con las asociaciones de tiempo libre. Para ello, la ley establece que el propio gobierno es el que debe garantizar unas condiciones mínimas para que se de ese convenio entre asociaciones sin ánimo de lucro y colegios públicos. En este punto, es necesario resaltar, que, en dicha ley educativa, se visualiza a las asociaciones de tiempo libre como parte de la comunidad educativa lo que favorece quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 21 considerablemente a los animadores, considerándoles agentes educativos. En el caso de la comunidad autónoma de Cantabria, como decíamos anteriormente, debe ser reconocida como la única comunidad que ofrece una ley educativa, la Ley 4/2010, de 6 de julio, de educación en el tiempo libre, que tiene en cuenta la necesidad y el valor del ocio educativo. Según afirma la ley, es esencial “considerar de carácter educativo todas las acciones enmarcadas dentro del tiempo libre (…). Deberán tener como finalidad potenciar el desarrollo integral de las personas” (BOCT, núm. 135, 2010, p. 2). En esta línea, la ley se compone de cinco títulos entre los que se diferencian la gestión y organización de las actividades de tiempo libre; quién se encarga de coordinarlas y cuáles son las competencias que pertenecen al Gobierno de Cantabria, cuáles a la Consejería y cuáles a los diferentes Consejos de la juventud. También, se establecen las actividades que se incluyen dentro del tiempo libre y qué requisitos deben cumplir para ser consideradas aptas. Igualmente, la ley habla de la formación que necesitan los responsables del tiempo libre, dónde poder realizar esas formaciones y qué títulos se obtienen. Y además de lo anterior, también se informa de las instalaciones que están disponibles para las actividades en el tiempo libre y de la Inspección. Para finalizar el recorrido por la legislación educativa en el territorio español con referencia a la educación en el tiempo libre, resulta conveniente mirar en profundidad nuestro entorno más cercano, es decir, las leyes vigentes o decretos que existen en la Comunidad Valenciana (CV). Actualmente, no existe ninguna referencia a la educación en el tiempo libre en la normativa educativa de nuestra comunidad. En el currículum solo se menciona el tiempo libre cuando hablamos de nociones de vocabulario en otros idiomas. Si bien es cierto, como en todas las comunidades autónomas, la Comunidad Valenciana dispone de un organismo dedicado a la juventud, el Institut Valencià de la Joventut (IVAJ), que es el encargado de, entre otras, la regulación de la formación y la expedición de titulaciones de los animadores del tiempo libre en la CV. Además, gracias a estos organismos, actualmente disponemos de una normativa, la Ley 15/2017, de 10 de noviembre de la Generalitat, de políticas integrales de juventud, en la que se recoge todo aquello relacionado con la educación no formal en la CV, y además se propone en su artículo 44, una “Xarxa Valenciana d’oci educatiu” que ofrece servicios y espacios para la realización de actividades de tiempo libre. Además, al finalizar el artículo, se establece como principio que “el Institut Valencià de la Joventut promoverá, junto con la conselleria responsable de educación, quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 22 Una educación que valore y reconozca la profesión En primer lugar, los CEMÉA (2013) vislumbran la importancia de reconsiderar la pedagogía actual, la forma de enseñar. Para ello es necesario hacerse preguntas que puedan aclarar qué necesita el alumnado, ya que la enseñanza tradicional en la que un adulto transmite conocimientos al alumno/a “rara vez es la forma más relevante para el aprendizaje” (p. 15). Por otro lado, se considera el desarrollo de proyectos educativos en los que los centros tengan una mayor autonomía educativa y organizativa que garantice que todo el alumnado reciba la misma educación de calidad sea en la escuela que sea. Esto también significa que la persona al cargo de la dirección del centro educativo debe asumir la responsabilidad de crear un clima adecuado en el colegio, que involucre a todos los agentes que participan del aprendizaje, tanto el personal docente como el no docente. Y en este punto es donde entra en juego la formación. Es preciso que se forme a los maestros y profesionales de la educación como los animadores o profesores de extraescolares “en el trabajo en equipo, en la cooperación, en la evaluación autocrítica, en la gestión de proyectos…” (CEMÉA, 2013, p. 17). Y sobre todo ello, son necesarios unos valores que guíen y que sean la base entre todos los actores y todos los espacios (recreo, comedor…). Por ello los CEMÉA disponen de cursos de capacitación conjunta para educadores, animadores, maestros, trabajadores escolares…, de manera que estos puedan trabajar de manera cruzada. Al final, lo que los CEMÉA (2013) pretenden mostrar es la necesidad de que los niños/as tengan puntos de referencia en adultos diferentes, es decir, no solo en sus padres o sus profesores, sino también en otras personas como los animadores. Una educación global Bajo este principio, los CEMÉA (2013) tienen como finalidad “repensar los lugares y los tiempos de educación” (p. 20). En esta línea, es vital tener en cuenta cada uno de los espacios donde el niño/a pasa su tiempo, un tiempo que sigue siendo válido, aunque no sea en espacios escolares. El aprendizaje es una actividad compleja que requiere dar tiempo al alumno para la asimilación de contenidos, de valores… Así pues, todos los tiempos son importantes, por ello debemos pensar en los tiempos extracurriculares como momentos de aprendizaje donde los jóvenes también pueden descubrirse y fortalecerse. Es aquí donde reside la importancia del tiempo libre, es un tiempo que quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 25 ayuda el joven a encontrarse a sí mismo y a aprender a ser independiente, acortando, una vez más, las distancias entre la educación formal y no formal. Y es que, como afirma la CEMÉA (2013), “no existe una educación que enseña la escuela, otra que enseña la familia, otra la ciudad…la educación debe ser global y coherente entre todos los actores” (p. 22). Al final, el Estado debe ser el responsable de crear una “política pública y extracurricular” que no se centre en espacios de apoyo y refuerzo educativo únicamente para alumnado con NEAE, sino que ofrezca espacios que el alumnado no pueda encontrar dentro de la escuela, pero que sean complementarios a esta, sin caer en problemas de legitimidad de los docentes (CEMÉA, 2013). 2.4.2. Horizonte 2020. Jesuitas. El autor Gonzalo (2015) expone con claridad como, actualmente, existe una gran “necesidad de un nuevo espacio físico con una organización flexible y con un nuevo modelo de gestión del tiempo” (p. 7). En los centros educativos de la compañía de Jesús, en estos últimos años se había observado que tanto los procesos de enseñanza en las escuelas, así como el mismo modelo educativo tradicional y los fines hacia los que se orientaba resultaban ya ineficaces para los tiempos en los que se encontraban. Así pues, los Jesuitas eran conscientes de que el alumnado no aprendía tanto como se deseaba o que al menos los aprendizajes que se adquirían eran poco efímeros y superficiales, poco relacionados con el mundo en el que vivían. Y fue este mismo panorama social y profesional, acompañado siempre de un estilo ignaciano, lo que llevó al colegio Inmaculada Jesuitas a revisar en profundidad el modelo pedagógico actual del que se disponía. De esta manera se intentó afrontar un cambio que, fundamentado de manera teórica y empírica, los llevara a crear una nueva escuela más adaptada a las nuevas necesidades del S.XXI. De la lectura de los cuadernos en los que los Jesuitas explican detalladamente su nuevo proyecto, Horizonte 2020, podemos extraer, en primer lugar, que nace de la participación y la aportación de todos los miembros de la comunidad educativa, teniendo en cuenta también a aquel personal o educadores que trabajan fuera del contexto escolar. No obstante, en su análisis se pondrá el foco sobre la situación educativa escolar. Ellos mismos, desde la Fundación Jesuïtes Educació (2017) definen su proyecto haciendo énfasis en quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 26 un “proyecto humanizador, nuestra cultura organizativa, acompañamiento, sostenibilidad, evaluación y modelo educativo” (p.2). En primer lugar, proyecto humanizador por su capacidad de potenciar lo mejor de cada individuo, por valorar a las personas y por permitir que cada persona se desarrolle en todas las facetas de su vida. En segundo lugar, la cultura organizativa de la que hablan hace referencia a cuatro ejes fundamentales: pedagogía-evangelización, proyecto, participación y personas. El acompañamiento, por otro lado, es otro de los rasgos de este nuevo proyecto, que como bien indica la palabra se centra en las relaciones interpersonales, en crear vínculos entre las personas para que se acompañen en el proceso. El buen trabajo en equipo cobra, en este sentido, una importancia vital. Y a su vez lo hace el diálogo y la comunicación eficaz. En cuanto a la cultura de la sostenibilidad, tan actual en estos tiempos, es otro de los pilares del Horizonte 2020, a través de unos objetivos marcados, concretos, medibles y evaluables. Y como en todo proyecto, es esencial conocer la opinión de los participantes, es decir, la evaluación, que, en este caso, se realiza a través de, entre otras, la Encuesta de clima laboral, en la que los resultados han sido bastante exitosos. Finalmente, el modelo educativo que defienden se traduce en una “escuela avanzada, inclusiva y evangelizadora” (Jesuïtes Educació, 2017, p. 14). No obstante, en este análisis del proyecto Horizonte 2020 se quiere poner el foco en aquellos aspectos de los que se puede extraer algún aspecto positivo de cara al estudio que se está llevando a cabo. Por lo tanto, uno de los cambios más significativos que los Jesuitas han adoptado y que es uno de los factores que más se ha resaltado a lo largo de la investigación tiene que ver con los espacios físicos donde se lleva a cabo la actividad. Los Jesuitas se preguntan si todos los espacios pueden ser educativos a la vez que generar alegría o recreación, se interrogan “¿los pasillos pueden servir para algo más que para ir de un lugar a otro?”. Es decir, contemplan como un componente esencial en el cambio del modelo educativo una transformación de los espacios, de manera que estos se conviertan en lugares en los que, aún no estando previamente pensados para educar, también puedan ser educativos. Y lo mismo ocurre con los tiempos, como ese el caso de la hora de comer o los patios, en los que también consideran se debe crear un ambiente recreativo a la vez que educativo. Sin embargo, lo más importante es que no se quedan ahí, sino que avanzan un poco más, tanto en espacios como en tiempos. Los espacios son transformados a través de aulas más polivalentes, en las que se junta un mayor número de alumnado quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 27 3. Referencias Cabrera Morgan, L. (2017). La investigación-acción: una propuesta para la formación y titulación en las carreras de Educación Inicial y Primaria de una institución de educación superior privada de Lima. Educación, 26(51), 137-157. Caride, J. A. (2004). No hi ha educació no formal. Educació social. Revista d'intervenció socioeducativa, 28, 6-8. Caride, J. A., & Vieites, M. F. (2018). De la educación social a la animación teatral. España: Ediciones Trea. CEMÉA (2013). Projet pour l’école. Document reperes & actions, 1-32. Colom, A. J. (2005). Continuidad y complementariedad entre la educación formal y no formal. Revista de educación, 338, 9-22. Colom, A. J., et al. (2001). Calidad de vida, ambiente y educación. En G. Vázquez, Educación y calidad de vida (pp. 1-37). Madrid: Complutense. Colom, A. J. (2000). Desarrollo sostenible y educación para el desarrollo. Barcelona: Octaedro. Coombs, P. H. (1985) La crisis mundial de la educación. Perspectivas actuales. Madrid: Santillana. Coombs, P. H., y Ahmed, M. (1975). La lucha contra la pobreza rural. El aporte de la educación no formal. Madrid: Tecnos. Coombs, P. H., Prosser, R. C. y Ahmed, M. (1973). New Paths to Learning for Rural Children and Youth. Nueva York: International Council for Educational Development. Constitución Española (1978). Boletín Oficial del Estado, 29 de diciembre de 1978, núm. 311, pp. 29313 a 29424. Disponible en https://www.boe.es/boe/dias/1978/12/29/pdfs/A29313-29424.pdf Dealbert, E. C., & Dealbert, A. C. (2006). Educar en el medio residencial: una forma de educación social. Revista de estudios de juventud, 74, 131-147. quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 30 Domínguez Rodríguez, F. J. (2017). Calidad educativa en Comunidades de Aprendizaje: Participación de familiares y voluntariado. Revista Educación, Política y Sociedad, 2(2), 81- 109. Domínguez, F. J. (2012). Participación y compromiso de familiares, voluntarios y alumnado ayudante en comunidades de aprendizaje. Una experiencia en educación de adultos. En N. De Alba, F. García y A. Santiesteban (Eds.), Educar para la participación ciudadana en la enseñanza de las Ciencias Sociales (pp. 105-112). Madrid: Díada Editora. España. Ley 17/2007, de 10 de diciembre, de educación en Andalucía. Boletín oficial de la Junta de Andalucía, 26 de diciembre de 2007, núm. 252, pp. 5-36. Disponible en https://www.juntadeandalucia.es/boja/2007/252/boletin.252.pdf España. Ley 12/2009, de 10 de julio, de Educación. Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya, 16 de julio de 2009, núm. 5422, pp. 56589-56682. Disponible en https://portaldogc.gencat.cat/utilsEADOP/PDF/5422/950600.pdf España. Ley 4/2010, de 6 de julio, de educación en el tiempo libre. Boletín Oficial de Cantabria, 14 de julio de 2010, núm. 135, pp. 24754-24768. Disponible en https://boc.cantabria.es/boces/verAnuncioAction.do?idAnuBlob=179377 España. Ley 15/2017, de 10 de noviembre, de políticas integrales de juventud. Diari Oficial de la Generalitat Valenciana, 13 de noviembre de 2017, núm. 8168, pp. 40569-40590. Disponible en http://www.dogv.gva.es/datos/2017/11/13/pdf/2017_10179.pdf Fanger, E. (1999). El tiempo libre y la autonomía: una propuesta. La ventana, 9, 83-105. Furter, P. (1983). Les espaces de la formation. Lausanne: PPR. Gallego, U. M. (1987). Educación y tiempo libre: aportaciones del sistema educativo de Don Bosco a la cultura del ocio. Revista Española de Pedagogía, 45(177), 411429. Gómez Palacios, J. J. (2013). Las cosas de Don Bosco. Madrid: Editorial CCS. Gómez Palacios, J. J. (2001). De la ocupación del tiempo libre a la animación socioeducativa. Revista Misión Joven, 294-295. quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 31 Gómez Palacios, J. J. (s.f.). Los “no lugares”. Revista Misión Joven, Estudios, 419. González-Torres, M. C. (2003). Claves para favorecer la motivación de los profesores ante los retos educativos actuales. ESE, 5, 61-83. González, M. D., y Campos, A. (2011). Coordinación entre la materia de educación física y las actividades físico-deportivas extraescolares. Contextos educativos, 14, 31- 47. Gonzalo, N. (2015). Horitzó 2020. Crear una nueva escuela y hacerlo todos juntos. Padres y Maestros, 362, 6-14. Herrera, M. M. (2006). La educación no formal en España. Revista de estudios de juventud, 74, 11- 29. Jover, D. (2006). Formación e inserción socio-laboral. Revista de estudios de juventud, 74, 95-114. La Belle, T. (1976). Nonformal Education and Social Change in Latin America. Los Angeles: UCLA Latin American Center Publications. Luque, P. A. (1997). Educación no formal. Un acercamiento a otras instituciones educativas. Pedagogía social: Revista Interuniversitaria, 15-16, 313-320. Martín, R. B. (s. f.). Contextos de aprendizaje: formales, no formales e informales. Recuperado de: http://www.ehu.eus/ikastorratza/12_alea/contextos.pdf Mendía, R. (s.f.). Aprendizaje y servicio solidario: experiencias prácticas (Mesa redonda). Fundación Zerbikas. Orbegoso, A. (2016). La motivación intrínseca según Ryan & Deci y algunas recomendaciones para maestros. Educare, Revista Científica de Educação, 2(1), 75-93. Pacheco, M. (2007). Educación no Formal. Concepto básico en Educación Ambiental. Gabinete de educación ambiental y divulgación de la ciencia. Recuperado de http://comenio. files. wordpress. com/2007/08/noformal.pdf. Pastor Homs, M. I. (2001). Orígenes y evolución del concepto de educación no formal. Revista española de pedagogía, 59(220), 525-544. Sarrate Capdevila, M. L. (2008). Ocio y tiempo libre en los centros educativos. Bordón, 60(4), 51- 61. quadernsanimacio.net ISSN: 1698-4404 nº 33; Enero de 2021 Educación Formal y Educación No Formal. Acortando las distancias Copyleft: Andrea Llebrés Colado 32
Docsity logo



Copyright © 2024 Ladybird Srl - Via Leonardo da Vinci 16, 10126, Torino, Italy - VAT 10816460017 - All rights reserved