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poemas de Lorca comentados, Apuntes de Lengua y Literatura

poemas comentados de Lorca completos

Tipo: Apuntes

2020/2021
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Subido el 13/12/2021

mayy.ree
mayy.ree 🇪🇸

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¡Descarga poemas de Lorca comentados y más Apuntes en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! Poemas Lorca Del verso hondo al amor oscuro La lagarto está El lagarto está llorando La lagarta está llorando. El lagarto y la lagarta con delantalitos blancos. Han perdido sin querer su anillo de desposados. ¡Ay, su anillito de plomo, ay, su anillito plomado! Un cielo grande y sin gente monta en su globo a los pájaros. llorando El sol, capitán redondo, lleva un chaleco de raso. ¡Miradlos qué viejos son! Qué viejos son los lagartos! ¡Ay como lloran y lloran, ¡ay!, ¡ay!, como estan llorando! Canción del jinete * Poema perteneciente al libro Canciones. * Explicación: * Estamos ante un diálogo ficticio entre el sujeto lírico y el caballo. * El poema está escrito en tercerillos (versos hexasílabos con rima asonante en los impares) y dos estribillos formados por pareados anisosilábicos. * En la primera estrofa destacan varios elementos poéticos: los símbolos de la luna y de los bandoleros: la alusión se impregna de misterio y de presagios de fatalidad o muerte desde el principio. * El encabalgamiento métrico de breve versos imprime rapidez y nerviosismo a los sucesos. * El estribillo se completa con una interrogación retórica recurriendo al tópico del Ubi sunt?. Es el estribillo el que desenmascara la situación: el jinete va muerto sobre la cabalgadura. Se impone la poesía simbolista e impresionista con ráfagas de plasticidad visual y emotiva muy sugerente. * Esta estrofa se inicia con una reticencia (puntos suspensivos), que enlaza con la primera. Las espuelas son descritas como duras (casi una personificación) y el bandolero se convierte en bandido inmóvil (muerto). * Segunda fórmula del estribillo: el caballito negro ahora se describe como frío, contaminado por el efecto de la muerte de su jinete; y la interrogación pasa a ser una exclamación de significado exultante de exaltación de la muerte: la herida del cuchillo mortal huele meliorativamente a flor: se dignifica la muerte del bandido. + Sierra Morena es una metonimia (se refiere al jinete), que es el lugar dignificado del bandolerismo andaluz. * El último tercerillo repite los vv.1-5 (en el v21). * El conciso y denso poema queda reducido: ha habido una muerte pero desconocemos los motivos y los detalles. * Es un adelanto de la pena andaluza. El v.21 irrumpe con un sintagma exclamativo, ¡un grito!; parece una especie de liberación de la tragedia. Cierre del poema: El caballo retoma el privilegio del protagonismo poemático: es el dueño del destino del hombre. Despedida Si muero, dejad el balcón abierto. El niño come naranjas. (desde mi balcón lo veo). El segador siega el trigo. (desde mi balcón lo siento) ¡Si muero, dejad el balcón abierto! Suicidio (Quizá fue por no saberte la geometría) El jovencito se olvidaba. eran las diez de la mañana. + . Vió, sin duda, como le miraba el reloj detenido en su caja. Su corazón de ¡ba llenando de alas rotas y flores de trapo. Vió su sombra tendida y quieta en el blanco diván de seda. Notó que ya no le quedaba en la boca más que una palabra. . os bre Y el joven rígido, geométrico, con un hacha rompió el espejo. Y, al quitarse los guantes, caía, de sus manos, suave ceniza. Al romperlo, un gran chorro de sombra inundó la quimérica alcoba. Por el balcón se veía una torre. Él se sintió balcón y torre. * Una narrador en tercera persona relata el proceso de abandono de un joven solitario en su dormitorio. * Presenciamos el misterioso simbolista y casi surrealista ambiente que envuelve una muerte (suicidio) que se vincula con el mito Narciso. * La frustración inclina a la negacion del ser propio, a la negación de la vida, a la muerte. * El poema no se refiere a autor, pero sí a la imaginaria circunstancia de otro personaje. * El tema central es la inclinación a la muerte propia, provocada por la frustración que destruye proyectos y deseos. * Probablemente, este poema a tenor del subtítulo, se concibió años después sobre el recuerdo de la experiencia escolar del propio Lorca, aunque no le atribuyamos a él como protagonista lírico del poema. * El inicio con un diminutivo (jovencito) marca un contraste con la dureza del asunto tratado. Se destaca la intimidad del joven en soledad: abandonado. * La frustración por no alcanzar algo lo hunde en la desesperación. Hallamos las metáforas alas rotas (falta de libertad) y flores de trapo (naturaleza falsa). * El poema está compuesto de nueve pareados eneasílabos (y algún decasílabo), con rima asonante variable, salvo en el dístico que repite la palabra torre. * El personaje lírico se siente observado por el reloj (el tiempo) como si fuese observado por el reflejo del agua de Narciso. * Hay una disociación de la realidad por parte del personaje: presencia su propia muerte. Se presenta la escena de la muerte con delicadeza y suave dulzura (blanco diván de seda). * La superficie del agua de la escena mitológica en la que se refleja Narciso, es sustituida por Lorca por un espejo, en el dormitorio del joven. * La sombra de la muerte, como un chorro de sangre, culmina la visión última del poema. Los ríos de Granada, (v.21) Genil y su afluente Darro, nacen y descienden de Sierra Nevada. Se establece desde la primera copla (vv. 1-4) un contraste entre los ríos, el de Sevilla y los de Granada; el contraste será entre las dos ciudades principales de Andalucía. En los estribillos se condesa la evocación de recuerdos de infancia: la infancia fue, para Lorca, el paraíso de la etapa más feliz de su vida, un paraíso perdido. (¡Ay, amor, que se fue y no vino!), la interjección doliente del Ay - en ocasiones repetida, en ocasiones prolongada, que es muy propia del cante. El estribillo sintetiza las emociones de amor y probablemente de muerte: lo que va y no vuelve. Las personificaciones son muy importantes en la poesía de Lorca porque dan vida a lo inerte; (v.7-8) el río Guadalquivir tiene las barbas granates, corresponde a la iconografía clásica del dios-río, símbolo de la fertilidad. Continua en esta copla los contrastes entre Sevilla y Granada. Por colorido y evocaciones quedan muy diferenciados barbas vs llanto y sangre. La majestuosidad de la ciudad de Sevilla se evidencia en los barcos de vela, visibles a lo lejos. Destaca la epífora a Granada en tres ocasiones ( vv. 3, 9, 15). El agua de los ríos y los propios ríos son las metáforas y símbolos de la vida: su desembocadura, nos trae a colación la muerte, el final de la vida terrena. Hasta ahora habían aparecido elementos de tierra (naranjos, torre) de agua y de aire; por fin, se da la entrada al fuego, el cuarto elemento clásico y mítico de la naturaleza, pero en una mención más bien peyorativa (fuego fatuo) referida a gritos, protestas. Antes, uno de los ríos granadinos se caracterizaba por sus suspiros: ahora, los ríos transportan gritos. Concluye el poema mostrando la variedad de productos rurales de la tierra andaluza (azahar-naranjas, de las tierras de cultivo, y olivas, de las tierras de secano). De la pugna entre Sevilla y Granda y sus ríos, sale una prevalencia: un espacio nuevo y completo: Andalucía. Resumen del poema: En este poema Lorca opone dos ciudades: Granada, representada por los ríos Dauro y Genil, y Sevilla, representada por el río Guadalquivir. Sevilla simboliza la alegría y Granada, la tristeza. Así, todo lo relacionado con Sevilla adquiere en el poema connotaciones positivas, al contrario de lo que sucede con Granada. Este contenido puede relacionarse también con las vivencias del propio poeta, para el que Sevilla representaba, en cierto sentido, un espacio de liberación y felicidad, en contraste con Granada, más opresiva para él. El poema es, además, la pieza que abre el libro Poema del cante jondo, por lo que sirve para delimitar su escenario geográfico, Andalucía. Este poema, ¿es una canción o un romance? Justifica tu respuesta a partir de elementos métricos y retóricos. Este poema es una canción, lo cual podemos constatar claramente a partir de su irregularidad métrica, de la presencia de un estribillo que se va repitiendo con variaciones mínimas, y de la abundancia de recursos retóricos como el paralelismo, que otorga un ritmo musical al poema y sirve para facilitar su memorización. Además, su contenido es esencialmente lírico y emotivo, y en absoluto narrativo. ¿A qué libro pertenece este poema? ¿Cuáles son las características de este libro? La Baladilla de los tres ríos es el primer poema del Poema del Cante Jondo, escrito en 1921 y publicado en 1931.Lorca compuso estos poemas en una etapa de profundo interés y estudio por el cante jondo y su cultura, y al calor del Primer Concurso de Cante Jondo, que promovió junto al compositor Manuel de Falla. El libro refleja el mundo mítico andaluz a través de su manifestación en el cante jondo. Sus temas esenciales son el amor, la muerte, el destino trágico y la frustración, y desde el punto de vista formal se utiliza el molde de la canción popular, con el uso frecuente de recursos de ritmo y repetición, como el paralelismo, la anáfora o la distribución en estrofas que alternan con estribillo. Esta estructura de canción se ve enriquecida por recursos retóricos próximos a la vanguardia, como la metáfora visionaria. ¿Qué simboliza cada uno de los ríos mencionados en el poema? El Guadalquivir simboliza la ciudad de Sevilla, que Lorca llena de connotaciones positivas. El Guadalquivir "tiene barbas granates", es "un camino para los barcos de vela" y una "alta torre y viento en los naranjales". El Dauro y el Genil, por contra, representan a Granada, y se asocian a ideas negativas. Son "llanto y sangre", en ellos "sólo reman los suspiros” y son "torrecillas muertas sobre los estanques". + Este poema pertenece al libro Poemas del cante jondo, a la poesía mítico-andaluza (2* etapa). + En cuanto al tema del poema, es el sentido trágico de la vida o tristeza por el trágico asesinato de un hombre en la soledad de la calle. + Resumen: De noche apuñalan a un hombre en el pecho, quedando muerto en medio de la calle. Explicación del poema: Así murió Antonio el Camborio. Una mañana lo encontraron muerto en el camino. Lorca poetiza la muerte al no identificar al sujeto lírico: presenta la escena con un extraño anonimato. La esencia del poema se centra en la evocación de la muerte y de la soledad: se basa en las palabras muerto, nadie y puñal. Todo transcurre de noche, el farol está personificado porque recoge el asombro y el miedo que se sugiere en el instante, y por antítesis, resalta la soledad y el frío mortal de la escena. En este poema, la confidente imaginaria es la Madre v5, hay una relación entre pena-madre-muerte. Una característica del cante jondo destacable es la personificación “femenina” de la Pena (la pena toma forma humana). Romance de la luna, La luna vino a la fragua con su polisón de nardos. El niño la mira mira. El niño la está mirando. En el aire conmovido mueve la luna sus brazos y enseña, lúbrica y pura, sus senos de duro estaño. Huye luna, luna, luna. Si vinieran los gitanos, harían con tu corazón collares y anillos blancos. Niño déjame que baile. Cuando vengan los gitanos, te encontrarán sobre el yunque con los ojillos cerrados. Huye luna, luna, luna, que ya siento sus caballos. Niño déjame, no pises, mi blancor almidonado. El jinete se acercaba tocando el tambor del llano. Dentro de la fragua el niño, tiene los ojos cerrados. Por el olivar venían, bronce y sueño, los gitanos. Las cabezas levantadas y los ojos entornados. ¡Cómo canta la zuMaya, ay como canta en el arbol! Por el cielo va la luna con el niño de la mano. Dentro de la fragua lloran, dando gritos, los gitanos. El aire la vela, vela. el aire la está velando. Este poema Romance de la luna, luna pertenece a la obra Romancero Gitano, se enmarca en la etapa Neotradicionalismo, se caracteriza por un sentimiento de frustración vital. Pertenece a la segunda etapa de Lorca. El primer romance anuncia el destino trágico del gitano: la presencia de la muerte. En un fragua gitana, un niño parece morir, de noche, cuando sus padres están ausentes; la mensajera de la muerte es la luna. Los gitanos no llegan a tiempo: sus prisas son inútiles; y frustrados, lloran la muerte del niño. La presencia de la luna es la constancia natural de peligro, de soledad, de miedo: puede provocar tanto la violencia y la muerte como la amenaza de un acoso sexual. Desde el comienzo de este romance, la luna es un elemento insustituible en el imaginario poético del autor. Se trata de una de las referencias más recurrentes en la poesía lorquiana. Presenciamos la personalización de la luna que actúa como una mujer, con sus encantos y su magia; basada en el mito de la luna, bailadora de la muerte. El poema gira en torno a la frecuente e inexorable mortalidad infantil. La muerte, personificada en la luna, es una muerte sin dolor, incluso dulce. En el (v.1 fragua: taller en el que se ubica el fogón en que se caldean los metales para forjarlos). La fragua de poema está inspirada en la cueva hogareña del granadino barrio de Sacromonte en el que viven los gitanos de la urbe. En el v.2 se aprecia la doble metáfora sobre la belleza atractiva y juvenil de la luna-mujer, polisón de nardos, (polisón: armazón que, sujetado por la cintura, se ponían las mujeres para que abultasen los vertidos por detrás, nardos: flores blancas y muy olorosas, sobre todo, de noche), en el habla popular y literaria se usa como piropo. El niño está en el cielo de la mano de la luna (vv.31-32), la rápida ascensión al cielo, en un contexto cristiano, explica el carácter puro e inocente del niño, libre de todo pecado. Cierre del poema con similar estructura gramatical de los vv. 3-4, relativos al niño. El ambiente misterioso de la luna culmina con el ritmo de las repeticiones léxicas y con una posible anfibología: vela en los sentidos de objeto para iluminar y de acción de cuidar o acompañar un cadáver, o de acción de tapar algo con un velo. El romance completo propone un vaivén de emociones: ansiedad, separación, pánico, al hacer hincapié en una de las emociones, se difuminan las otras. Métrica: Como su nombre indica, el “Romance de la luna, luna” es un romance, poema compuesto por una serie indefinida de versos octosílabos con rima asonante en los pares y donde los impares quedan sueltos. Poema de carácter narrativo. Estructura: Presentación de los personajes. (vv.1-4) Desarrollo del conflicto, la muerte se acerca al niño y lo invita a seguirla. El niño no quiere ir, sin embargo, la muerte gana. (vv. 5-24) Los familiares galopan hacia la fragua, el niño ha fallecido, e impotente ante el destino lloran desoladamente. (vv.25- 36) Recursos lingúísticos: - Enunciados exclamativos: “Cómo canta la zumaya, / ¡ay, cómo canta en el árbol!” (versos 29-30) - Campos semánticos: las partes del cuerpo (brazos v.6, senos v.8, corazón v.11, ojillos v.16, ojos v.24, cabezas v.27, ojos v.28 y mano v.32); los metales (estaño v.8 y bronce v.26); los adornos utilizados por la mujer (polisón v.2, collares v.12 y anillos v.12); la equitación (caballos v.18 y jinete v.21) y el reino vegetal (nardos v.2, olivar v.25 y árbol v.30). - Adjetivación: la mayoría de los adjetivos son especificativos: conmovido (v.5), lúbrica y pura (v.7), blancos(v.12), cerrados(v.16), almidonado(v.20), cerrados(v.24), levantadas (v.27) y entornados (v.28). Únicamente aparece en adjetivo explicativo (epíteto): duro(v.8). - Formas verbales: Hay un contraste en el uso de los tiempos verbales. En la parte narrativa abundan los tiempos en pasado (“vino”, “se acercaban”); no obstante, en la parte dialogada, aparece la presencia del presente (“huye”, “siento”). También destaca la presencia de las perífrasis aspectuales “la está velando”, “la está mirando”. ealiza la luna con el niño en brazos (lo mece). Recursos retóricos: Lorca se vale de figuras retóricas y de un lenguaje connotativo, ambos basados en el empleo de imágenes continuadas que sugieren algo que va más allá del mero significado estricto de la palabra. Ejemplos: e Lenguaje connotativo, gracias al empleo de los siguientes símbolos (figura retórica): - Luna: muerte - Caballo: portador de la muerte - Tambor: llanto de los gitanos - Gitano: personaje del mundo andaluz, símbolo de una cultura primitiva y natural, contacto entre el hombre y la naturaleza. - Fragua, cielo y olivar: elementos de la naturaleza del entorno, que son los únicos testigos de la pena de los gitanos. - Los collares y anillos a los que alude el niño remiten a esa circularidad que en García Lorca siempre conduce a la muerte. Se aprecia en los versos: “Huye luna, luna, luna. /Si vinieran los gitanos, /harían con tu corazón/ collares y anillos blancos.” e Prosopopeya: “La luna vino a la fragua” (v.1) | “En el aire conmovido/ mueve la luna sus brazos” (vv.5-6) e Metáfora: “Con su polisón de nardos” (v.2) e Metáfora y epíteto: “Sus senos de duro estaño” (v.8) e Reduplicación: la palabra “mira” (v.3),“luna” (vv.10 y 18) y de la palabra “vela” (v. 35). El valor de cada una de ellas es distinto. La acción de mirar del niño refleja el atractivo que ejerce sobre él la luna; la repetición de la palabra “luna”, la insistencia con que el niño expresa su deseo de que la luna se vaya; la de “vela” , el movimiento que realiza la luna con el niño en brazos (lo mece). Otros símbolos lorquianos son el caballo desbocado (v.6, 16), la sombra trágica (v.6), el mar (vv. 17-19), el agua de las alondras (v.36). Por último, encontramos la asociación de los metales con el mundo gitano, en las imágenes del cobre y los yunques que describen respectivamente el pelo (v.5) y los pechos (v.7) de la protagonista. Métrica del poema Se trata de un romance de versos octosílabos, que es el metro más característico de la lengua española. En todos los versos, la medida es perfecta. La rima es la típica de los romances, es decir, rima asonante -conseguida mediante las vocales “o-a”- entre los versos pares, quedando libres los impares. Igualmente observamos que las oraciones tienden a agruparse de cuatro en cuatro versos, como si el romance estuviese construido con cuartetas. Comentario del poema Un mujer (v.4) desciende por el monte. Al llamarlo oscuro, el poeta traslada el adjetivo de la propia protagonista, de su pena sombría, al monte. Lorca hace participe de los sentimientos de los personajes al paisaje. La protagonista de este romance, la gitana Soledad Montoya, representa la mítica pena andaluza, la mujer que busca su alegría y su persona (v.14) y solo encuentra pena negra, muerte y luto. Montoya es un apellido muy frecuente entre los gitanos, y Soledad era nombre corriente de mujer, sobre todo en Andalucía, pero al dárselo a un gitana, el poeta está también asociándolo a su pena y a su dolor. Los dos primeros versos es una emulación del antológico verso compuesto del Poema de Mio Cid; está amaneciendo, y, al parecer Soledad ha estado esperando ese instante. La prosopopeya (figura retórica de pensamiento que consiste en atribuir a los seres inanimados o abstractos características y cualidades propias de los seres animados, o a los seres irracionales actitudes propias de los seres racionales o en hacer hablar a personas muertas o ausentes) de las piquetas cavando para sacar el sol es imagen laboriosa y pesada. El monte oscuro indica el calvario, donde prevalece la oscuridad todavía sobre la luz. Hay una paranomasia (figura retórica de dicción que consiste en colocar juntas dos o más palabras que se parecen fonéticamente) de monte y Montoya. 1 Cobre amarillo, su carne huele a caballo y a sombra. Yunques ahumados sus pechos, simen canciones redondas. En el v.5 observamos cobre amarillo, color de la piel morena de os gitanos, al que añade Lorca dos matices poéticos de relieve: el valor y la dureza de lo metálico y la mutación del color amarillo o color de la palidez, para indicarnos el sufrimiento o el ánimo . Se trata de una descripción sensorial que nos trasluce un estado de alma. Uso de símbolos representativos del ambiente que circunda a Soledad: el caballo, símbolo de pasiones y sentimientos sexuales; la sombra, la oscuridad de la noche, símbolo de pena. La presencia retórica del caballo presagia que el ser humano, cegado por sus instintos, y a los que da rienda suelta, se ve abocado a desenlaces nada racionales y muy trágicos. En definitiva, Soledad sale a buscar a un varón, a pesar del riesgo. En el v.7 se describe sus pechos con una metáfora que remite de nuevo al mundo gitano de la fragua; yunques ahumados, son duros (tersos, juveniles) y ahumados, esto es, oscuros, como su pelo y su pena. Los pechos evocan canciones tristes de llanto. En una nueva traslación, el adjetivo redondas, que se refiera a sus pechos, pasa a calificar a las canciones. Este poema está escrito como si de un guion teatral se tratara: se inicia con una parte narrada (vv. 1-8); de los vv. 9-38, escuchamos un diálogo que culmina con una nueva parte narrada. ¡Soledad, qué pena tienes! ¡Qué pena tan lastimosa! Lloras zumo de limón 25 agrio de espera y de boca. En los cuatro versos siguientes, otra vez aparece un tono compasivo fortalecido con interjecciones, que nos lleva a comprender un dolor profundo. Es como si el poeta quisiera que nosotros también sintamos esa pena que debe bañar a la gitana. De hecho, la mención del limón indica acritud y amargura, ya que la pena que abruma al personaje brota hacia exterior en un llanto amargo que mueve a compasión. Hay una relación entre los términos agrio y boca (es decir, besos), con evidente sentido sexual insatisfecho. ¡Qué pena tan grande! Corro mi casa como una loca, mais dos trenzas por el suelo, de la cocina a la alcoba. 30 ¡Qué pena! Me estoy poniendo de azabache, carne y ropa. ¡Ay mis camisas de hilo! ¡Ay mis muslos de amapola! La réplica de Soledad, la más larga del poema, vv. 27-34. Sus palabras tienen una gran fuerza sensorial y afectiva. Ahora llegamos a apreciar el clímax del estado de ánimo de la gitana. La pena se ha manifestado en una agitación de movimientos de mujer enloquecida. El fragmento narrativo emplea un lenguaje claro y directo, falto de las metáforas que nos han ido acompañando. La mención de las trenzas por el suelo nos puede hacer recordar una característica propia de la mujer decente de los romances y las canciones populares: una mujer decente debía llevar el pelo recogido, porque si no, podía interpretarse que la que lo llevaba desordenado y suelto era para satisfacer sus deseos sexuales. Como muestra nos remitimos a la obra teatral de Lorca La casa de Bernarda Alba, en la que Adela va un poco despeinada tras haber mantenido un encuentro amoroso con su amante. Aquí nos llama la atención, sobre todo, el recurso al vocablo azabache para expresar una metamorfosis en la gitana, fenómeno que también se produce en el paisaje, dentro de ese ambiente claroscuro con el que empezamos el poema, y que no nos dejará hasta el final. Si reparamos en la transformación que se produce en Soledad Montoya, encontramos que su piel se ha tornado de “amarilla” (v.5) a “azabache” (v.32). La significativa transformación del personaje: amarillo deviene en negro, esto es, en un claroscuro dominante de la locura y la pena. Vv31-32 me estoy poniendo de azabache carne y ropa, envejece y está de luto. Se mantiene el contraste entre colores y sensualidad: se impone el negro (luto) por su asociación con la pena y la muerte. En el Romancero Gitano hay un claro predominio de los colores negro, blanco y verde. Sin embargo, en el romance de la pena negra resaltan el negro y el amarillo de una manera indirecta, dentro del claroscuro del ambiente. Tales colores son sugeridos por las palabras: ahumados, azabache, limón, flores de calabaza. El color rojo de la pasión y el amor puede aparecer en los términos amapola y cobre. Soledad: lava tu cuerpo 35 con agua de las alondras, y deja tu corazón en paz, Soledad Montoya. Ahora comienza el consejo que le da el interlocutor a Soledad Montoya para que deje de sufrir: purifica tu cuerpo con el agua del rocío, con el amor natural. Por abajo canta el rio: volante de cielo y hojas. 40 ¡Oh pena de los gitanos! Pena limpia y siempre sola. ¡Oh pena de cauce oculto 45 y madrugada remota! Con flores de calabaza, la nueva luz se corona. El poema da un cambio radical en esta nueva “estrofa” de cuatro versos. Comprende una maravillosa descripción del río, que rodea el pie del monte. Son cuatro versos que enmarcan y cierran el descenso de Soledad Montoya. Es preciso detenerse en la deslumbrante metáfora en aposición del río que ciñe la falda de la montaña, como el volante que ciñe las faldas de las gitanas: volante de cielo y hojas. Además, es una expresión propia de la creación impresionista, pues describe el río como un espejo en el que se reflejan los árboles y el cielo. Las flores de calabaza son del color de esa débil claridad del amanecer que se va abriendo paso. Lorca, al hablar de las flores del campo: amapola, flores de calabaza, remarca su tendencia hacia lo natural frente a lo artificial del jardín. En los cuatro últimos versos, da un salto desde la pena de una gitana a la de una comunidad, la gitana, símbolo de toda colectividad aislada, perseguida y oprimida El interlocutor parece declarar en estos versos el misterioso dolor del gitano. Habla de la pena limpia y siempre sola, que quizás se refiera al miedo ancestral del gitano, acumulado a través de siglos de represión. El cauce oculto encubre el misterio de esa pena que, como hemos afirmado, es no solo la protagonista central del romance de la pena negra, sino también de todo el Romancero Gitano. Y decimos que es misteriosa porque verdaderamente desconocemos la causa real de tan intenso dolor, pues no se nos dice con claridad la razón o el motivo que provoca la pena negra. Así la definió el propio Lorca en una conferencia-recital sobre el Romancero Gitano, de 1935: «La pena de Soledad Montoya es la raíz del pueblo andaluz. No es angustia, porque con pena se puede sonreír, ni es un dolor que ciega (...); es un ansia sin objeto, es un amor agudo a nada...» Este poema pertenece a la obra de Lorca Poeta en Nueva York, lo escribió en América entre 1929-1930, una experiencia que marcó su vida y transformó su persona y creación artística. Nueva York (oficina y demanda) pertenece a la sección “Vuelta a la ciudad”. Como indica el subtítulo, se trata de una denuncia: denuncia la insolidaridad y la injusticia del sistema capitalista, representado por Wall Street y EEUU. El materialismo salvaje y su esclavitud alienante (pérdida o alteración de los sentidos) son presentados como expresión máxima de la deshumanización y del egoísmo, de la falta de ética y de la desnaturalización de la vida. El poeta se identifica con el sufrimiento de los desvalidos porque él mismo lo ha padecido. El poema comienza con anáforas (vv. 1.3.5 debajo) que unifican el inicio del poema e imprimen desde el principio un tono discursivo de increpación o denuncia. La mención de multiplicaciones (v.1), divisiones (v.3) y sumas (v.5) es una alusión al mundo bancario, al capitalismo. Estamos ante una composición eminentemente descriptiva: son recursos ralentizadores del ritmo los paralelismos, los contrastes antitéticos -con bastantes maniqueísmo: muerte-vida, oficina-calle, esfera humana-esfera natural, degradación-inocencia, falsedad-verdad, rico-pobre. En las operaciones aritméticas de los bancos corre sangre (vv.2, 4, 5). En la sociedad de Nueva York Lorca ve una tremenda deshumanización y una injustica social, más allá de la realidad objetiva o palpable. El poeta recrea esa atrocidad en imágenes escamadas de humanismo, esto es, de amor humano y natural. En símbolo de la sangre aquí está ligado al sacrificio y la represión inhumana: es la sangre derramada por la violencia capitalista norteamericana; según el poeta una economía que no respeta la vida ni la naturaleza. En definitiva, en Nueva York, se unen las fuerzas destructoras de las vida: la muerte, la soledad, la insolidaridad, la explotación, que esclaviza al hombre y destroza la naturaleza. Alude el poeta a Wall Street, la zona bursátil por excelencia del mundo occidental. Se intuye en estos versos la imagen subyacente de un narrador barrido por las masas de trabajadores que viven en el extrarradio - en ciudades dormitorio de los arrabales (v.7) - anegan el centro urbano para cumplir con sus empleos: el individuo que queda a contracorriente se ahoga “en el ritmo frenético de la ciudad”. El río no se define como corriente de agua, sino como avalancha (v.8) plata (dinero de color blanco) o cemento (para las grandes construcciones urbanísticas de color gris) cuando los obreros llenan el corazón de una macrociudad poco sincera y natural (alba mentida v.9). Ante la evidencia de la naturaleza exigua (existen las montañas v.10), prosigue el sujeto lírico en primera persona del singular (lo sé vv.10 y 12). La conjunción adversativa “pero” marca la contrariedad: el autor confiesa que no busca la trascendencia metafórica en esta composición, en el v53 será más explicito: no es el infierno. La postura de Lorca es típicamente poética, no cívica, porque trata de defender lo que la civilización destruye: la base y la esencia de la poesía que es lo natural, intuitivo y sentimental. La sangre es metonimia de la vida, fuerza de vida; pero, en este contexto, se tiñe y pierde su brillo y su poder: es turbia sangre porque mantiene una vida negligente ante las injusticias. Lorca describe la vida trágica de los neoyorquinos, no solo de las personas de las personas de raza negra, para provocar un fuerte contraste psicológico; la imágenes son tan expresivas como personales: lo inorgánico de lo industrial (las máquinas v.14) devienen en cataratas de sangre; lo espiritual se transforma en veneno (lengua de cobra v.15). Se recobra la palabra pato vv.2 y 17. La gente oprimida, víctima de la injustica social, toma la figura poética de millones de animales: patos, cerdos, vacas, palomas, corderos, gallos (vv17-22). El poeta muestra un estado de rechazo ante una realidad tan sórdida. La vaca es destacada por la expresión de su dolor intenso (v.35). Se trata de una especie de identificación: animales y personas, todos sacrificados: alimento de los otros, elementos nutricios de la sociedad desalmada. El bestiario de animales sacrificados y muertos (vv. 17-22) denota de carácter pantagruélico (excesivo) y caníbal a la devoradora e insaciable urbe. Nueva York se ha presentado como una ciudad lúgubre, y en cierto modo asesina. Con la expresión trenes, Lorca expresa una vida monótona y automatizada en Nueva York: vehículos de transporte de materias vitales (leche, sangre, rosas vv. 27-29). La naturaleza es maniatada por los interesas comerciales, esto es de la sociedad de economía capitalista (vv. 29- 30). El río Hudson forma en su desembocadura la bahía de Nueva York y, junto con el East River, determinan la isla de Manhattan, el núcleo financiero y comercial de la gran urbe. Este poema pertenece a Diván del Tamarit, el cual es un homenaje de Lorca a los antiguos poetas árabes de Granada. El libro está compuesto por 21 poemas entre gacelas y casidas, ambos géneros de poesía amorosa árabe. El libro sería publicado, póstumamente, en 1940 En estos poemas Lorca vuelve a los moldes métricos tradicionales, con poemas compuestos en versos cortos, endecasílabos y, en ocasiones, estructuras con estribillo. En cuanto al lenguaje literario, siguen presentes los símbolos habituales del poeta, y la huella visionaria desarrollada en Nueva York, pero vuelven recursos tradicionales como la anáfora o el paralelismo. í Tengo miedo a perder la maravilla de tus ojos de estatua y el acento que de noche me pone en la mejilla la solitaria rosa de tu aliento. Tengo pena de ser en esta orilla tronco sin ramas; y lo que más siento es no tener la flor, pulpa o arcilla, para el gusano de mi sufrimiento. si eres mi cruz y mi dolor mojado, si soy el perro de tu señorío, y decora las aguas de tu río ÚU con hojas de mi otoño enajenado. Soneto de la dulce queja A pesar de no sentirse correspondido por la persona a la que ama (tú), teme perder lo poco que le queda: aliento, mirada... Manifiesta (yo) tristeza e impotencia porque se siente incapaz de encontrar algo con lo que seguir alimentando su dolor. Expresa lo que es la persona amada para él y se humilla ante ella, para pedirle que no le quite lo poco que guarda de ella. Por último, ya que no puede retenerla, le pide que acepte cuanto le ofrece en el “ocaso” de su vida. FEDERICO GARCÍA LORCA, De Sonetos del amor oscuro (1936) Este poema está incluido en el libro de Lorca Sonetos del amor oscuro, escrito, sobre todo, en 1935 y 1936. Lorca dedicó el último año de si vida a fijar los textos de las composiciones con múltiples versiones anteriores. El poemario fue publicado después de su muerte, se recopiló en ediciones clandestinas. Pertenece a la etapa intimista y de retorno al clasicismo des escritor granadino. Su obra se suele dividir en cuatro etapas de técnicas diferenciadas y temas diversos (aunque la cronología, en ocasiones, es discontinua y solapada): 1.- Neopopularismo (mundo infantil y doméstico), con canciones de raigambre popular, durante el período de inocencia y felicidad de la infancia en su casa/jardín. 2.- Neotradicionalismo del flamenco, con dominancia de la pena negra como destino trágico y frustración vital del mundo gitano, en Andalucía. 3.- Etapa surrealista: se expresa en términos artísticos de vanguardia, como expresión adecuada frente al choque, en EEUU, de una opresión social más generalizada. 4.-Etapa intimista de retorno al clasicismo: influencias arábigo-andaluzas y cultivo del soneto sobre la infancia perdida y el amor oscuro (homoerótico). En el primer terceto el poeta comunica las claves de su relación dentro del marco de la posibilidad. El amado (se dirige a él en segunda persona) metafóricamente se convierte en un tesoro oculto, identificación frecuente en una relación amorosa. Pero parece intuirse a partir del adjetivo oculto que la relación no es pública. El amado es una penitencia (cruz) para el amante, una causa de dolor aunque este se expresa en términos eróticos de lubricidad (dolor mojado), en un nuevo oxímoron de términos contradictorios. El v.11 muestra la humillante dependencia del amado mediante la identificación del amante como un perro, símbolo de la docilidad y fidelidad. El poeta en el v.12 suplica no perder la relación amorosa que ha ganado. La expresión del amor como ganancia connota el esfuerzo que la voz poética ha tenido que realizar para conseguirlo. El amante pide a su amado en una nueva demostración de sumisión que le deje permanecer a su lado aunque sea de un modo superficial (decorar) y no profundo. Las aguas del río personifican al amado como un torrente de vitalidad deseable, que deja fuera (en la orilla) al infeliz enamorado. El amante, que se siente viejo, (otoño) y entregado al amado (enajenado) solo puede aspirar a decorar esas aguas con sus viejas hojas otoñales. Es fuerte el contraste entre la juventud y la madurez, entre el rechazo y el amor. Las hojas de los árboles flotan sobre la superficie del agua, sin llegar a formar parte de su torrente. La unión entre ambos hombres resulta, así, imposible. Tópicos: Lorca elige el soneto como forma estrófica alentado por el cultivo que de este hicieron los poetas jóvenes de la época así como por su admiración de los clásicos, tanto extranjeros como españoles. El poema se sustenta en el concepto del amor cortés y el desdén amoroso. En esta corriente medieval el rechazo de la dama era en si misma una estimación, un galardón o premio para el amante. El amor como enfermedad se hace patente en los vv. 8 y 10. Amar conlleva sufrimiento y dolor: los símbolos del gusano y la cruz encarna esta idea con fuerza expresiva. El poema se estructura mediante el paralelismo entre los dos primero cuartetos (tengo miedo... tengo pena). Destaca también el primer terceto y su estructura de repetición paralelística y anafórica (vv.9, 10, 11 si). SONETO DE LA DULCE QUEJA — Tengo miedo a perder la maravilla 11 A de tus ojos de estatua y el acento 11 B que de noche me pone en la mejilla 11 A la solitaria rosa de tu aliento. 11 B Tengo pena de ser en esta orilla 11 A tronco sin ramas; y lo que más siento 11 B es no tener la flor, pulpa o arcilla, 11 A para el gusano de mi sufrimiento. 11 B (— Si tú eres el tesoro oculto mío, 11 C si eres mi cruz y mi dolor mojado, 11 D si soy el perro de tu señorío, 11 C no me dejes perder lo que he ganado 11 D Métrica Estamos ante un soneto clásico, una composición de 14 versos endecasílabos dispuesta en forma de 4 subestrofas: dos cuartetos y dos tercetos. La rima es consonante y el esquema métrico es el siguiente (ABBA ABBA) y (CDC DCD). Comentario del poema: El soneto se abre con dos apóstrofes dirigidos a la persona amada del sujeto lírico (1? persona singular mis). El verso se divide en dos hemistiquios: se equipara amor de mis entrañas y viva muerte (es un oxímoron de uso muy extendido en la corriente literaria del amor cortés); el amor interior y profundo, íntimo "de mis entrañas” se asocia con la muerte: se trata de un amor que produce la muerte. El sujeto lírico ha perdido la esperanza de recibir noticias de su amado, la palabra escrita es una manifestación de amor externa, pero no parece que vaya a hacerse realidad. El poeta no soporta la angustia de no recibir atención, (v.4 “vivo sin mi”) paradoja mística que recuerda al amor profundo y en éxtasis de los clásicos renacentistas san juan de la Cruz “vivo sin vivir en mí”. El amado prefiere que desaparezca ese amor y no seguir sufriendo. El poeta considera que vivir sin el amor del otro es como no vivir, porque él se considera que está completo, como ser humano, cuando puede complementarse con el amado. Se inicia el segundo cuarteto con un verso partido en dos hemistiquios: se destacan dos elementos de la naturaleza (aire, piedra): inmortal, el primero; inerte, el segundo. Continua el ritmo binario: nuevo verso en dos hemistiquios: ni... ni... La naturaleza que rodea al amante solitario es inmortal, frente al riesgo de mortalidad del propio sujeto lírico, e insensible, frente a la agonía que ya experimenta. Los vv.7-8 se han presentado con un claro hipérbaton. La luna exhala o rebosa rayos a modo de ambrosías (miel) pero esa miel cae helada: el frío se socia a la muerte. El primer terceto del poema se abre con la conjunción adversativa pero, la contrariedad se acentúa con la expresión taxativa y concisa del sufrimiento con el pronombre personal yo. Se refiere al pasado perfecto, es decir, de aspecto verbal acabado yo te sufrí. En los vv.10-11, ambos amantes se entregaron, cuerpo a cuerpo, al contacto erótico. Se acentúa el distinto carácter de cada uno al identificarlos con dos especies de animales “tigre y paloma”; una ligada a la tierra, otra al aire. V.12. El poeta implora atención, solicita una vez más que aquel le escriba (palabras), espera así zafarse de la obsesión que lo lleva a la locura. Para finalizar el poema, el poeta le solicita que lo deje en soledad “serena noche de alma”, esta soledad, a pesar de ser serena, también será oscura para siempre, es decir, la ausencia del amado supondrá para él una tristeza eterna. Existe un juego intertextual al mezclar títulos de poemas de los poetas ascéticos y místicos renacentistas “Noche serena” de Fray Luis de León y “Noche oscura del alma” de San Juan de la Cruz.
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