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Análisis Médico-Legal de las Heridas de Jesús de Nazareth: Causas de Su Muerte, Ejercicios de Arquitectura Contemporánea

Medicina LegalAnatomía humanaPatología

Este documento detalla una análisis médico-legal hipotético de las heridas sufridas por Jesús de Nazareth durante su Pasión, examinando las lesiones en la cabeza, tronco y extremidades, y evaluando su posible impacto en su muerte. El especialista en Medicina Legal, Doctor José Antonio Lorente Acosta, ofrece una perspectiva detallada de las heridas, incluyendo múltiples pequeñas heridas punzantes, cortes, cortes unidos a golpes, contusiones, erosiones y excoriaciones, y hemorragias profusas.

Qué aprenderás

  • ¿Qué papel desempeñaron las heridas en el tronco y extremidades de Jesús en su muerte?
  • ¿Qué tipos de heridas sufrió Jesús de Nazareth durante su Pasión?
  • ¿Cómo afectaron las heridas en la cabeza de Jesús a su muerte?

Tipo: Ejercicios

2018/2019

Subido el 23/12/2022

avila55tgt
avila55tgt 🇪🇸

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¡Descarga Análisis Médico-Legal de las Heridas de Jesús de Nazareth: Causas de Su Muerte y más Ejercicios en PDF de Arquitectura Contemporánea solo en Docsity! 1 El día de hoy, Viernes Santo, se conmemora la llamada Pasión del Señor en recuerdo de aquellas horas desde que Jesús fue aprehendido en la noche del jueves para ser presentado ante Caifás, el Sumo Sacerdote judío, ante Herodes el Rey de Galilea y ante Pilato el Cónsul Romano en Jerusalén. Aunque las primeras horas de ese cautiverio estuvieron llenas de humillaciones, se estima que desde el amanecer del viernes, Jesús sufrió también daño físico en forma de golpes, latigazos múltiples con puntas de hierro que desgarraron los músculos, heridas punzantes con las espinas de la corona, fatiga física al cargar el gran peso de la cruz en las condiciones más adversas de calor y de pendientes, falta de hidratación y alimento por muchas horas, heridas profundas en manos y pies, largo tiempo expuesto a una postura adversa para el trabajo del aparato respiratorio al estar colgado de la cruz por horas… Un especialista en Medicina Legal, escribe lo que hubiera hecho un reporte legal de la autopsia practicada a Jesús de Nazareth. Autopsia a Jesús de Nazareth La autopsia. Sobre la mesa de autopsia se encuentra el cadáver de un varón, de aproximadamente 30 a 35 años de edad, identificado por un nutrido grupo de seguidores como Jesús de Nazaret, del que aseguran que tiene 33 años, hijo de José y de María, crucificado tras ser condenado. En el examen externo se aprecia un buen estado físico, pese a las lesiones que ha sufrido. En la cabeza destacan múltiples pequeñas heridas punzantes (pinchazos), incisas (cortes) e inciso-contusas (cortes unidos a golpes o cortes producidos por instrumentos no cortantes), de disposición en forma de coronal o de circunferencia, que abarca la parte superior de la frente y se continúa hacia atrás por ambos lados de la cabeza, afectando a los huesos parietales, temporal y al occipital. Las heridas son profundas, afectando a toda la galea capitis (cuero cabelludo) y llegando hasta la tabla externa de los huesos mencionados. Los pabellones auriculares se hallan igualmente perforados por la acción de instrumentos punzantes (pinchos). A consecuencia de las profusas hemorragias provocadas por las múltiples heridas, es de mencionar que casi todo el cabello se encuentra, en toda su longitud, empapado en sangre húmeda o con costras originadas al secarse. Todas las lesiones sufridas son compatibles con las que produciría una corona de espinas como la que se describe que llevó el finado. En el tronco, tanto en su parte anterior (pecho) como en la posterior (espalda) se aprecian múltiples lesiones, donde predominan las contusiones en forma de equimosis, equimomas y hematomas (cardenales), algunas de ellas de carácter longitudinal en forma figurada que reproducen los objetos que las produjeron, muy probablemente por una o varios flagrum (especie de látigo de correas o tiras). Por la violencia de los golpes y/o por la reiteración de los mismos en ciertas zonas, se han producido soluciones de continuidad, apareciendo heridas contusas longitudinales, erosiones (arañazos superficiales) y excoriaciones (arañazos profundos, donde aparece sangre). 2 En algunos puntos del cuerpo las heridas contusas son especialmente profundas, produciendo un gran desgarramiento muscular y también hemorragias profusas. Todas estas lesiones predominan sobre todo en la parte posterior del tronco. Finalmente, en la zona costal derecha, anterolateralmente, destaca una herida incisa profunda, con evidentes signos de haber producido una abundante hemorragia. En ambas extremidades superiores, casi a la altura de las manos, en la zona carpiana, se aprecia una herida punzante transfixiante (que atraviesa), con bordes contusos y signos de desgarramiento por haber soportado gran peso, probablemente el del cuerpo. En las manos, en la palma y en la eminencia tenar, se aprecian erosiones y excoriaciones, compatibles con las producidas al apoyarse en el suelo tras una caída. En las extremidades inferiores se aprecia, en ambos pies, una herida punzante transfixiante de bordes contusos. Las rodillas aparecen con erosiones y excoriaciones, probablemente por haberse caído y golpeado sobre las mismas. En el examen interno (podemos deducir) se apreciarían signos propios de una hipoxia- anoxia, hemorragia masiva, shock hipovolémico, con palidez de mucosas y de órganos internos como los pulmones, el hígado y los riñones. Además se encuentra una cantidad muy limitada de sangre en cavidades cardiacas y en los grandes vasos arteriovenosos. Existirían signos de asfixia en cerebro y pulmones, todo ello compatible con una agonía prolongada No lo mató una sola herida, sino el conjunto Comenzamos constatando que no se han descrito lesiones mortales, o sea, aquéllas que por afectar a un órgano o función vital, son causa inmediata y fundamental de muerte. Todo ello nos lleva a considerar la muerte de Jesús de Nazaret como el resultado de un largo proceso agónico. Desde las nueve de la noche del jueves 12 (al acabar la Última Cena y ser detenido) hasta las tres de la tarde del viernes 13 en que murió, transcurren un total de 18 horas. Desde el momento de su detención, parece que no ingirió ningún tipo de alimento o líquido. Los castigos (excepto el bastonazo propiciado por un criado de Caifás poco después de su detención) comenzaron sobre las siete de la mañana del viernes, por lo que hasta el momento de la muerte transcurren unas ocho horas. Las otras lesiones proceden de la flagelación, y son múltiples latigazos en el pecho y la espalda. Estas lesiones provocan hemorragias que en principio no tienen por qué ser muy profusas al no ser profundas y por tanto no afectar a grandes arterias y venas. Perdió hasta dos litros de sangre Sin embargo, al ser una extensión muy amplia del cuerpo (pecho y espalda) la pérdida sanguínea se va acumulando y puede ser significativa, pudiendo producir (a lo largo de las más de ocho horas de castigo) la pérdida de uno o dos litros de sangre y plasma (sinceramente no creemos que se pudiese perder más, ya que esas lesiones en vasos de diámetro pequeño y mediano tienden a cerrarse per se). Una hemorragia produce una pérdida del volumen de sangre (que se denomina volemia), por lo que la pérdida de sangre se llama hipovolemia. Una gran hipovolemia
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