¡Descarga Preguntas y respuestas sobre "La Celestina" y más Ejercicios en PDF de Literatura del Siglo XV solo en Docsity! En La Celestina, hay muchos fragmentos e intervenciones de los personajes que recuerdan al amor cortés y a sus características típicas. De hecho, esto es visible desde el principio: el enfoque inicial y el planteamiento de la relación amorosa de Calisto y Melibea es típicamente cortés: se trata de un caballero de la nobleza que idealiza a una dama de alto linaje hasta el punto de perder la razón: «¿Cómo sentirá armonía aquel que consigo está tan discorde, aquél en quien la voluntad a la razón no obedece?» dice Calisto en el primer acto. Por eso, su enamoramiento se vive y percibe tanto por él como por quienes lo rodean como una enfermedad con un marco sintomatológico bien definido: como le reprocha Sempronio a Calisto, «(...) dizes desvaríos de hombre sin seso, sospirando, gimiendo, mal trobando, holgando con lo escuro, deseando soledad, buscando nuevos modos de pensativo totmento (...)», o cuando Celestina le habla a Melibea de un dolor de muelas. También se formulan oraciones como estas: «Yo te sanaré.» «(...)la dolencia del enfermo». Como es típico en el amor cortés, el único remedio o cura para este mal es conseguir a la amada: «Yo dexo a un enfermo a la muerte, que con una sola palabra de tu noble boca salida, (...), tiene por fe que sanará» le dice Celestina a Melibea. Si la amada no correspondía al caballero, la otra cura alternativa era la muerte: «(...) la misma muerte; que aquella alivio sería en tal caso deste mi tormento». Este predominio del amor desgraciado, que causa dolor, es típico en la poesía cancioneril del siglo XV. En la Celestina, el amor también llega a compararse con un estado de cautiverio en el que se está a merced del amado. Se trata de un amor que implica sufrimiento, pero cuyo dolor causa placer a los que lo padecen: «Estas son sus armas; con estas mata y vence, con estas me cativó, con estas me tiene ligado y puesto en dura cadena» declara Calisto. Además, al igual que sucede con el concepto de amor del siglo XV que deriva del amor cortés, en La Celestina se da la intrusión de discursos antifeministas: en este caso, es Sempronio quien dicta una lista de estereotipos o características atribuidas a las mujeres. Entre estas, destaca el masculus occasionatus de Aristóteles: «Que sometes la dignidad del hombre a la imperfección de la flaca mujer» «(...) En que ella es imperfecta». También se define a las mujeres como: «arma del diablo, cabeça de pecado, destruyción del paraíso». Por tanto, mientras por un lado, Calisto idealiza exageradamente a Melibea, y no puede evitar hablar de su delicadeza y gentileza, Sempronio ataca a las mujeres: «No tienen modo, no razón, no intención». Se muestra la doble perspectiva a la hora de hablar de las mujeres; que podían o bien ser dulces y hermosas, o frías, calculadoras y causa de la perdición de los hombres. Sin embargo, cabe mencionar que esta idealización de Melibea que acabo de nombrar, tiene que ver con aspectos de su apariencia física, es decir, cada vez que Calisto habla de Melibea, la describe detalladamente, pero siempre haciendo alusión únicamente a su belleza física: «Comienço por los cabellos. ¿Vees tú las madexas del oro delgado que hilan en Arabia?
