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Quijote- capítulo 10 II parte - análisis, Apuntes de Historia del Arte

Asignatura: Critica, Profesor: , Carrera: Història de l'Art, Universidad: UB

Tipo: Apuntes

2016/2017

Subido el 21/01/2017

mientrastanto
mientrastanto 🇪🇸

5

(1)

10 documentos

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¡Descarga Quijote- capítulo 10 II parte - análisis y más Apuntes en PDF de Historia del Arte solo en Docsity! —Yo no veo, Sancho —dijo don Quijote—, sino a tres labradoras sobre tres borricos. —¡Agora me libre Dios del diablo! —respondió Sancho—. ¿Y es posible que tres hacaneas, o como se llaman, blancas como el ampo de la nieve, le parezcan a vuesa merced borricos? ¡Vive el Señor que me pele estas barbas si tal fuese verdad! —Pues yo te digo, Sancho amigo —dijo don Quijote—, que es tan verdad que son borricos, o borricas, como yo soy don Quijote y tú Sancho Pa nza; a lo menos, a mí tales me parecen. —Calle, señor —dijo Sancho—, no diga la tal palabra, sino despabile esos ojos y venga a hacer reverencia a la señora de sus pensamientos, que ya llega cerca. Y, diciendo esto, se adelantó a recebir a las tres aldeanas y, apeándose del rucio, tuvo del cabestro al jumento de una de las tres labradoras y, hincando ambas rodillas en el suelo, dijo: —Reina y princesa y duquesa de la hermosura, vuestra altivez y grandeza sea servida de recebir en su gracia y buen talente al cautivo caballero vuestro, que allí está hecho piedra mármol, todo turbado y sin pulsos, de verse ante vuestra magnífica presencia. Yo soy Sancho Panza, su escudero, y él es el asendereado caballero don Quijote de la Mancha, llamado por otro nombre el Caballero de la Triste Figura. A esta sazón ya se había puesto don Quijote de hinojos junto a Sancho y miraba con ojos desencajados y vista turbada a la que Sancho llamaba reina y se ñora; y como no descubría en ella sino una moza aldeana, y no de muy buen rostro, porque era carirredonda y chata, estaba suspenso y admirado55, sin osar desplegar los labios. Las labradoras estaban asimismo atónitas, viendo aquellos dos hombres tan diferentes hincados de rodillas, que no dejaban pasar adelante a su compañera; pero rompiendo el silencio la detenida, toda desgraciada y mohína, dijo: —Apártense nora en tal del camino, y déjenmos pasar, que vamos depriesa. A lo que respondió Sancho: —¡Oh princesa y señora universal del Toboso! ¿Cómo vuestro magnánimo corazón no se enternece viendo arrodillado ante vuestra sublimada presencia a la coluna y sustento de la andante caballería58? Oyendo lo cual otra de las dos, dijo: —Mas ¡jo, que te estrego, burra de mi suegro! ¡Mirad con qué se vienen los señoritos ahora a hacer burla de las aldeanas, como si aquí no supiésemos echar pullas como ellos! Vayan su camino e déjenmos hacer el nueso, y serles ha sano. —Levántate, Sancho —dijo a este punto don Quijote—, que ya veo que la fortuna, de mi mal no harta, tiene tomados los caminos todos por donde pueda venir algún contento a esta ánima mezquina que tengo en las carnes. Y tú, ¡oh estremo del valor que puede desearse, término de la humana gentileza, único remedio deste afligido corazón que te adora!, ya que el maligno encantador me persigue y ha puesto nubes y cataratas en mis ojos, y para solo ellos y no para otros ha mudado y transformado tu sin igual hermosura y rostro en el de una labradora pobre, si ya también el mío no le ha cambiado en el de algún vestiglo, para hacerle aborrecible a tus ojos, no dejes de mirarme blanda y amorosamente, echando de ver en esta sumisión y arrodillamiento que a tu contrahecha hermosura hago la humildad con que mi alma te adora. —¡Tomá que mi agüelo! —respondió la aldeana—. ¡Amiguita soy yo de oír resquebrajos! Apártense y déjenmos ir, y agradecérselo hemos. Apartóse Sancho y dejóla ir, contentísimo de haber salido bien de su enredo. El caballero ha mandado a Sancho a la aldea llamada del Toboso, con el encargo de que se entreviste con Dulcinea y le anuncia su visita. Sancho, enredado en anteriores mentiras, decide engañar a su señor. SE sienta un rato dejando pasar el tiempo necesario para hacer creer a DQ que ha cumplido su palabra y cuando ve pasar a tres aldeanas montadas en sendos jumentos, va corriendo a decirle que viene Dulcinea con dos doncellas a saludarle. DQ se hace ilusiones pero solo ve la realidad desnuda y escueta: tres aldeanas montadas en tres asnos. La importancia del pasaje: choque de la ilusión de DQ con la realidad vulgar y cotidiana, opuesta a toda ilusión. Sancho le ofrece una alternativa al desengaño: el encantamiento: El choque será tan duro para DQ que desde ese momento su principal meta es el desencantamiento de Dulcinea. La idea de que quizás no lo logre preparar el tránsito directo a su enfermedad y con ella al derrumbamiento de su ilusión y su muerte. Por primera vez aparecen trocados los papeles entre DQ y Sancho. Hasta ahora había sido DQ el encargado de captar y transfigurar a través del prisma de la novela caballeresca las realidades de la vida cotidiana con las que topaba a cada paso, mientras que el escudero, por su parte, ponía casi siempre en duda y se atrevía frecuentemente a contradecir los abusos Pero el idealismo de DQ no es de esta clase. No se basa en un visión real de las circunstancias del mundo; no es que DQ no vea la realidad; lo que ocurre es que la pierde de vista tanto pronto como se apodera de él el idealismo de la idea fija. Todo cuanto hace, en estas condiciones, carece de sentidos, es absurdo y tan incompatible con el mundo existente, que solo logra sembrar en e´l confusiones de extrema comicidad. El tema del noble y valeroso loco, que sale al mundo en busca de aventuras para realizar su idea y mejorar la suerte del universo, podría concebirse y plasmarse también haciendo que, en esta cruzada, se pusieran en evidencia los problemas y conflictos existentes del mundo. La pureza y derechura de este insensato podrían ser de tal naturaleza, que, aun sin propnerse un efecto concreto, por todas partes en que interviniera diera espontánea e inscientemente en el meollo de las cosas, haciendo así que cobrasen relieve los conflictos latentes o imorecisos. El lenguaje idea dedicado a Dulcinea por DQ: munición retórica y poética que se dispara sobre tres feas y zafias labradoras. El tiro es disparado al aire. DQ no puede ser acogido graciosamente ni tampoco puede ser rechazado; todo se reduce a un quid pro quo grotescto y divertido. Para descubrir en esta escena alguna seriedad o un sentido profundo oculto, sería menester violentarla. Las tres aldeanas no salen de su asombro y huyen en cuanto les dejan el camino libre. Es este un efecto que la aparición de DQ provoca con harta frecuencia. Con frecuencia también, llueven sobre su cabeza, donde se presenta, los insultos y los golpes; sus desatinos provocan la fueria de las gentes en cuyo camino se atraviesa. Muchas veces ocurre que le siguen la manía con el fin de divertirse. El caballero sin juicio conserva por debajo de toda su locura una dignidad y una superioridad naturales, en las que no hacen mella sus incontables infortunios. DQ no tiene nada de la vileza que caracteriza, por lo general, a aquellas otras figuras cómicas de esta especie, un autómata llevado a la novela para provocar la risa de los lectores. Es tambíen, él , un ser vivo, que se desarrolla y se torna más sabio y bondadoso, aunque atado a su locura. Clase: Sancho confunde la palabra hacaneas con cananea. Dice “hacaneas o como se llama”, no está seguro de la palabra, antes había dicho “cananea”. La comicidad de esta extracto procede de que Sancho usurpe un discurso que no es suyo. Se adentra en un terreno que no conoce y así mete la pata. La hacanea es una caballería de damas, yeguas en general que caminan más despacio. Los deslices linguísticos de Sancho nunca son fortuitos, siempre quieren decir algo. Cananea hace referencia al episodio bíblioc de las bodas de Canan (pintura de Veronesse). El primer signo público de Jesún en que transforma el agua en vino. Igual que Sancho está transformando a una labradora en Dulcinea. Se trata de una comidad transgredora. Comicidad: - De la actuación y la conducta de los personajes y, en concreto de Sancho. - Del discurso de los personajes y en particular de Sancho (usurpación cultura de la caballería). ¿De dónde procede el humor de este extracto? Remite a una farsa. Delos gestos: - Los roles están trocados. Sancho sale a buscar a las aldeanas sin la orden del caballero. - Sancho se hinca con ambas rodillas en el suelo (lo norma es con una) como si las tres labradores fueran diosas o santas. Como si Sancho tomara al pie de la letra la retórica cortesana que suele divinizar a la dama. - DQ imita a Sancho y se pone de rodillas. - Admiración y sorpresa tanto de DQ como de las labradoras que no acaban de creer lo increíble. Del lenguaje: - Sancho usurpa un discurso que no es suyo, por eso se equivoca. De sus equívocos procede la comicidad. - Dice altivez en vez de alteza, insultándola sin querer. - Reina y princesa y duquesa: el orden está del revés, desde el sentido jerárquico es cada vez menos hermosa. En lugar de ir en crescendo lo que redunda en menosprecio hacia la interlocutora. - Don Quijote: descripción como una estatua “está hecha piedra mármol”. - Además se presenta antes que Don Quijote. Grosería con la que está invirtiendo la jerarquía.
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