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Relaciones intergrupales, el conflicto y el prejuicio, Apuntes de Psicología Social

Asignatura: Psicologia de la Interaccion y de los Grupos, Profesor: Carmen Gómez Berrocal, Carrera: Psicología, Universidad: UGR

Tipo: Apuntes

2013/2014

Subido el 19/12/2014

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¡Descarga Relaciones intergrupales, el conflicto y el prejuicio y más Apuntes en PDF de Psicología Social solo en Docsity! TEMA 7: RELACIONES INTERGRUPALES EL CONFLICTO. EL PREJUICIO Las relaciones intergrupales son aquellas que establecen entre individuos o grupos en su conjunto en función de las pertenencias e identificación con esos grupos. Este concepto, se refiere a: • La división de la sociedad humana en grupos sociales diferentes y sus interrelaciones. • Las acciones de los miembros de un grupo social hacia los miembros de otros grupos sociales. • Los conflictos, tensiones y antipatías sociales asociadas con las pertenencias grupales. • Al comportamiento entre grupos en su conjunto, entendiendo el grupo como un conjunto de individuos que interactúan de manera regular, de forma organizada y comparten una serie de metas y objetivos: relaciones entre grupos. La conducta intergrupal en psicología social, se centra en el individuo, no solo en el grupo como un todo, es decir, en lo que la mayoría de las personas hacen, piensan o sienten en una situación social que hace saliente a los individuos interactuando su pertenencia o identificación con algún grupo o categoría social. Se trata de un comportamiento distinto de la conducta individual e interpersonal y aunque implique acciones colectivas esto no es una condición para que se dé. Por ejemplo, la interacción entre un amplio número de personas de diferentes grupos, no constituye necesariamente una conducta intergrupal, al igual que un encuentro entre dos personas solamente podría constituir una conducta intergrupal si se hace saliente una categorización “nosotros” “vosotros”. 1. Principales enfoques en el estudio psicosocial de las relaciones intergrupales 1.1. Los enfoques individuales Enfatizan las diferencias entre individuos sobre la base de ciertas características (rasgos de personalidad, rasgos psicopatológicos, etc) para explicar el resultado de las relaciones intergrupales. Resulta obligada la referencia de la Teoría de la Personalidad Autoritaria por Adorno et al., 1950. Estos autores parten de los postulados de la teoría psicoanalítica freudiana y establecen un nexo entre antisemitismo, etnocentrismo y prejuicio hacia diversos grupos y un tipo de personalidad, que refleja tendencias profundas (necesidades e impulsos) y que cristaliza a través de ciertas pautas de socialización, como la rigidez de las normas y la competición. Se supone que el prejuicio está asociado al conflicto intrapsíquico y que la agresión intergrupal es un desplazamiento de las pulsiones agresivas, fruto de las frustraciones sufridas y que han sido reprimidas durante largo tiempo. Versiones más recientes del enfoque de las diferencias individuales lo constituyen el del Autoritarismo de Derechas de Altemeyer (1988, 1998). El autoritarismo de derechas supone que existen diferencias entre individuos en cuanto a la tendencia a plegarse a los dictados de la autoridad (característica disposicional), siendo los autoritarios los que creen en ella firmemente. También acatan de manera total las normas que la autoridad apoya, oponiéndose a aquellos a los que la autoridad censura o ataca. Las explicaciones acerca de las bases psicológicas de esta estructura de personalidad responden más a la teoría del aprendizaje social que a la psicoanalítica. Esta personalidad se desarrolla en la adolescencia y se basa en el aprendizaje de la obediencia, el convencionalismo y la agresión. Por último, junto a esta última, encontramos en los enfoques recientes la Orientación de la Dominancia Social propuesta por Pratto, Sidanius y colaboradores. En este caso, se presta atención a las relaciones jerárquicas entre grupos dentro de la estructura social y a la existencia dentro de la sociedad de ideologías que favorecen o tratan de reducir las desigualdades jerárquicas. Así se supone la existencia de diferencias individuales en cuanto a la tendencia a legitimar las desigualdades y divisiones en la sociedad, a través de sustentar o no las creencias o mitos de apoyo de la existencia de una jerarquía y de relaciones jerárquicas en la sociedad. La orientación de dominancia social se define así como: << Variable disposicional individual que predice la tendencia de una persona a aceptar o rechazar las ideologías y políticas relevantes para las relaciones desiguales entre los grupos >> Más específicamente refleja hasta qué punto uno desea que su grupo domine o sea superior a otros grupos. Se relaciona con asumir ciertos roles o formar parte de instituciones que contribuyen a aumentar o reducir la desigualdad. Está relacionada con el prejuicio étnico y con el sexismo en mayor medida que el autoritarismo de derechas, a pesar de que ambos se relacionen con esto. 1.2. Los enfoques intergrupales Desde esta posición se aborda el estudio de los procesos y relaciones intergrupales en sí mismo, rechazándose la explicación de esos procesos sólo en función de características de los individuos. El objeto de estudio se analiza con un enfoque psicosocial, suponiendo la articulación entre procesos colectivos y procesos individuales. Una de las primeras cuestiones que se plantean es qué es lo que origina o transforma la psicología individual en colectiva, es decir, la conducta individual en conducta grupal/ intergrupal. La respuesta a esto se basa en el proceso cognitivo de la categorización que va asociados con procesos motivacionales, emocionables y conductuales. 1.1. Enfoques intergrupales basados en motivaciones grupales de carácter instrumental La Teoría del Conflicto Realista expone que el comportamiento intergrupal es un resultado normal de las relaciones funcionales entre grupos, tal como afirman Sherif y Sherif proponentes de esta teoría (1979). Las relaciones funcionales se ven afectadas por las metas e intereses recíprocos de los grupos. Entre esos intereses citan la amenaza real o imaginada para la seguridad del grupo como un todo, intereses económicos, una ventaja política, una consideración militar, el prestigio u otras. Se centran, pues, en las relaciones de cooperación o competición para el logro de unas metas o recursos, es decir, en la interdependencia cooperativa o competitiva. El conflicto intergrupal se produce por la existencia de metas incompatibles (competición o interdependencia negativa) y genera hostilidad y discriminación intergrupal. Las predicciones sobre este tema defendían que en condiciones sociales de privación y restricción, se espera que la gente proteste o inicie algún tipo de acción reivindicativa (las luchas y la competición entre grupos responden a la necesidad de conseguir recursos materiales) y en sociedades equitativas, con recursos abundantes para todos, que no obligan a la gente a competir, no deberían darse episodios de conflicto. • En el polo interpersonal: los individuos interactúan en función de sus características individuales y únicas. Conductas que las personas dirigen o reciben de otras personas que las consideran únicas, singulares. • En el polo grupal-intergrupal: las conductas se caracterizan por su uniformidad y por la tendencia a percibir a los miembros del exogrupo de una forma homogénea e indiferenciada. Es decir, conductas que las personas dirigen o reciben de otras que consideran (y son consideradas por ellas) exclusivamente como miembros de un grupo determinado. La hipótesis que todo esto se plantea es que la conducta individual es cualitativamente distinta a la grupal. Wilson y Kayatani (1968) crearon distintas fases para probarla: • Fase 1: Dos equipos de dos personas, compitiendo cada uno en un juego experimental. • Fase 2: Al finalizar el juego, los sujetos de cada grupo competían entre sí para repartirse las ganancias de la fase anterior. Los resultados probaron que las personas eran menos competitivas cuando compitieron con la otra persona de su propio grupo que cuando lo hicieron con personas del otro. En el caso del continuo de movilidad social vs. cambio social, se refiere a la estructura de creencias que mantienen y comparten los individuos de un contexto o cultura, acerca de las relaciones entre grupos. Predominan en aquellas situaciones sociales en que los individuos perciben que hay posibilidad de cambiar y mejorar su posición social, seleccionando libremente un grupo que les confiera una identidad social positiva. Tiene un papel antecedente en relación al continuo de la conducta interpersonal/intergrupal. • En el polo de movilidad social se establece una creencia de que la sociedad en la que viven los individuos es flexible y permeable. Permite fácilmente el trasvase de individuos entre los distintos grupos sociales existentes. • En el polo de cambio social existe la creencia de que la sociedad es rígida y estratificada. No permite el paso de individuos entre los diferentes grupos sociales y cualquier cambio en la situación social existente (statu quo) solo es posible a través de un cambio efectuado por todo el grupo en su conjunto. Cuando una situación social se interpreta cercana al polo intergrupal y de cambio social, los miembros del endogrupo mostrarán mayor uniformidad en su conducta hacia el exogrupo y mayor estereotipia. La identidad social inadecuada es la que se produce cuando las comparaciones entre el grupo al que se pertenece y otros grupos relevantes se salgan con resultados desfavorables para aquel que no contribuye así a una identidad positiva para sus miembros. Ante esta situación se supone que el miembro del grupo tiene a su alcance distintas estrategias para modificarla: • Movilidad individual: Consiste en que el individuo abandona el grupo e intenta pasar al grupo más valorado (esto es más probable en el polo de movilidad social). Es una solución persona, no grupal pues no cambia el bajo estatus del grupo. • Creatividad social: Implica alterar o redefinir los elementos de la situación comparativa endo-exogrupo, como compararse a través de una nueva dimensión de comparación en la que el endogrupo salga favorecido, cambiar el exogrupo de comparación (como con exogrupos de bajo estatus o en peor situación) o cambiar los valores asociados a ciertos atributos del endogrupo, de manera que las comparaciones que eran previamente negativas, ahora se perciben como positivas (Ej: lo negro es hermoso). No implica un cambio real en la posición social del endogrupo. • Competencia social: Es la última estrategia disponible, consistente en superar al exogrupo en aquella dimensión en que este previamente superaba al propio grupo, es decir, competir directamente con el exogrupo intentando invertir las posiciones relativas del endogrupo (grupo inferior) y del exogrupo (grupo dominante) en las dimensiones salientes. Esta estrategia creará conflicto entre los grupos porque suele centrarse en la distribución de recursos escasos. El grupo en desventaja utilizará esta estrategia si y solo si percibe que la relación con el exogrupo es ilegítima (injusta) e inestable (se puede cambiar). En caso contrario no la utilizara. Por ejemplo, los negros en Sudáfrica y minorías étnicas en conflicto con mayorías dominantes. 1.3. Tipos de relaciones intergrupales conflictivas • Etnocentrismo: tendencia a considerar el propio grupo como centro de todo, cualquier otro grupo se compara y evalúa en relación con él (Sumner, 1906). • Xenofobia: cuando el etnocentrismo desemboca en prácticas excluyentes. Negativa a convivir con las personas del otro grupo por miedo a que pudieran llegar a compartir el mismo espacio social (Rodríguez Kauth, 2001) • Racismo: niega al otro la participación en una vida social plena, lo considera inferior como consecuencia de sus “peculiaridades biológicas” (Abad, 1993). • Estigmatización: marca o característica (de imperfección o algún tipo de defecto) que aplicada a los miembros de un grupo permite devaluar su identidad social (Goffman, 1963) • Exclusión: Las personas trazan fronteras mentales y sociales entre quienes caen dentro de su grupo y quienes no pertenecen a él (Bierbrauer, 2000) 3. El prejuicio «El prejuicio étnico es una antipatía basada en una generalización errónea e inflexible. Puede sentirse o expresarse. Puede dirigirse hacia un grupo en su totalidad o hacia un individuo en tanto que miembro de ese grupo» (Allport, 1954). El prejuicio es una emoción social experimentada con respecto a la identidad social de uno en tanto que miembro de grupo, con un exogrupo como objeto. Es una actitud intergrupal en la que los juicios negativos o desfavorables se realizan en un contexto intergrupal. Esta actitud se dirige hacia grupos de personas como totalidad o hacia individuos a causa de su pertenencia a un grupo determinado. Es un fenómeno psicosocial que no basta con analizarlo solamente como una patología psicológica o como el resultado de algunas características disposicional. Esta actitud social se compone de tres componentes: • Creencias cognitivas despectivas de los miembros de un grupo contra los miembros de un exogrupo (estereotipos). • Expresión de sentimientos negativos de los miembros de un grupo contra los miembros de un exogrupo (prejuicio). • Exhibición de conductas hostiles de los miembros de un grupo contra los miembros del exogrupo (discriminación). El prejuicio es una actitud negativa hacia algún exogrupo, esperándose consistencia entre sus tres componentes: creencias, afecto y conducta. No se trata de un resultad inevitable del estereotipo, pues la diferencia entre estereotipo y prejuicio es la misma que existe entre creencias (pensamientos sobre algo que no implican juicios valorativos) y las actitudes. Desde 1970 se habla de “nuevo prejuicio” (Nuevo racismo). La etiqueta de “nuevo” se debe, en parte, a que existen personas que afirman no se racistas, simplemente porque no aceptan a los postulados del racismo a la antigua usanza (Defensa de la pureza racial). 1.4. Características históricas, culturales, sociales que identifican las nuevas formas de racismo y prejuicio. Se sustenta una doble ideología: – Ideología Igualitaria-democrática como la Carta Magna en la que se establecen nuevas normas sociales sobre la aceptación interracial. La norma mayoritaria de esta ideología establece que la discriminación es y debe ser algo del pasado. – Ideología Individualista como la Ética protestante del trabajo en la todas las personas pueden conseguir aquello que se propongan, si se esfuerzan. Los miembros del exogrupo minoritario tienen libertad para competir en el mercado laboral. Además pueden conseguir todo aquello por lo que luchen y se esfuercen. La fisonomía de la actitud psicosocial se basa en una ambivalencia entre creencias y conductas. La creencia y sentimiento de que todos somos iguales y que los miembros del exogrupo minoritario hacen demandas excesivas e injustas (política de cuotas, discriminación positiva…). También se cree que los beneficios institucionales concedidos a los miembros del exogrupo como un todo, son inmerecidos. En EEUU los sondeos realizados por el National Opinion Research Center desde 1972 muestran que las creencias implican cambios hacia la tolerancia, como el apoyo de los blancos a los principios abstractos de justicia e igualdad. Sin embargo, las conductas se mantienen intolerantes y se ve una resistencia de los blancos a que se instauren de hecho medidas concretas que permitan la igualdad entre blancos y negros. En España, los datos sobre las actitudes raciales (barómetros del CIS) esbozan un panorama en las relaciones intergrupales no menos contradictorio del que existe en EEUU. 1.5.Características históricas, culturales, sociales y psicosociales que facilitan las nuevas formas de racismo y prejuicio. En EEUU, según el apoyo a los principios igualitarios, desde las creencias, en 1942 un 60% pensaba que los negros eran menos inteligentes, actualmente solo lo piensa un 20%. Por otro lado, en 1972 un 78% pensaba que los blancos no tenían derecho a segregar a los negros y en 1990 subió a un 92%. En el apoyo de políticas para la igualdad, es decir, conductas, la oposición a la política del transporte escolar actualmente se sitúa entre un 80% y un 90%. 1.6.Características psicosociales de las nuevas formas de racismo y prejuicio Las cognitivas recurren a estrategias que implican sesgos y simplificaciones en el procesamiento de la información. Las afectivas incluyen reacciones emocionales: la activación producida por la ansiedad se transferirá a otras emociones. Eso puede llevar a reacciones emocionales excesivas (provocaciones leves o malentendidos) o evaluativas (ampliar las evaluaciones). Estudios psicosociales sobre la reducción del conflicto plantean la hipótesis del contacto, que supone que el prejuicio es resultado de la ignorancia (desconocimiento del exogrupo). Por ello se espera que el contacto entre grupos sea positivo. El problema fundamental del conflicto intergrupal es el prejuicio individual, que es un problema educacional y psicológico que refleja ignorancia sobre el exogrupo. El remedio más efectivo es la educación, primero deben cambiarse las actitudes para que más tarde cambie la conducta. Según esta hipótesis, el simple contacto no es suficiente para reducir el conflicto sino que es necesario que el contacto cumpla unas condiciones: • Apoyo social e institucional • Alto potencial de relación: que tenga la frecuencia, duración y proximidad suficientes para permitir el desarrollo de relaciones significativas. • Estatus de igualdad • Que implique cooperación con resultado de éxito. El contacto favorable con individuos genera actitudes positivas hacia el grupo del que procede el individuo. Pero, ¿Cómo generalizar una experiencia positiva de contacto con un miembro del exogrupo hasta el grupo en su conjunto? Hewstone y Brown (1986) proponen un contacto basado en la diferenciación intergrupal. La categorización social “nosotros/ellos” suele desencadenar sesgos favorables al endogrupo (“nosotros”) sobre el exogrupo (“ellos”) en términos de evaluaciones, atribuciones, reparto de recursos materiales, apoyo social, etc. Modificando la categorización social que se hace saliente, así como los efectos que se derivan de la categorización, habrá efectos sobre las relaciones intergrupales. El cambio de estereotipos a través de miembros típicos supone que el contacto con el exogrupo será más eficaz para reducir prejuicios si se lleva a cabo con miembros prototípicos que presenten información desconfirmatoria del estereotipo. • Modelo de conversión: consiste en cambiar el estereotipo negativo que se tiene de un grupo, presentando información desconfirmatoria de dichos estereotipos concentrada en pocos sujetos. • Modelo de los suptipos: dicha información debería estar dispersa en varios individuos. • Modelo de contabilidad: lo importante es la cantidad de información. El cambio de estereotipos a través de procesos basados en la categorización supone que la categorización es la causa de la discriminación, y para mejorar las relaciones intergrupales debería controlarse la saliencia de las categorías sociales existentes. Para reducir esta saliencia las estrategias destinadas son la personalización y la recategorización. Para aumentarla la saliencia de la distinción a través de las categorías, se utiliza una estrategia llamada cruce de categorías. La personalización se trata de personalizar los encuentros entre miembros de grupos sociales diferentes. Cuando el contacto es personalizado se reduce la saliencia de la categorización social y la competición entre grupos. Durante el contacto los límites entre los grupos deberían hacerse menos presente. La recategorización o modelos de identidad endogrupal común incluye los llamados “círculos de inclusión” según los cuales los grupos que definen la pertenencia de una persona pueden variar en su grado de inclusividad jerárquica, por ejemplo, desde la familia el vecindario, la ciudad, la nación y la raza de uno, hasta el género humano. La recategorización induce a los miembros de dos grupos a percibirse como miembros de un endogrupo común, más exclusivo se puede reducir casi completamente el sesgo de favoritismo endogrupal. Los sujetos se autoperciben en función de una doble identidad en la cual ambas pertenencias (subordinada y supraordinada) sean simultáneamente salientes. Las categorizaciones cruzadas para reducir el conflicto entre grupos defiende que enn las situaciones de conflicto se hace especialmente saliente la categorización de los dos grupos enfrentados. Si en ese entorno, los miembros de los grupos implicados en el conflicto son conscientes de que, en función de otro criterio, comparten otra pertenencia grupal, entonces se puede reducir el sesgo endogrupal. Concretamente, los prejuicios de un adolescente español hacia los compañeros inmigrantes en el aula se pueden reducir cuando los inmigrantes comparten una categoría de pertenencia con el español: por ejemplo si los inmigrantes fueran del mismo equipo deportivo que el español. Hay que señalar que el problema se agravaría aún más si la pertenencia a las dos categorías salientes (origen nacional y equipo deportivo) coincide con los individuos que interactúan. Sería el caso de un adolescente español que juega en un equipo de fútbol y es compañero de un inmigrante que juega en el equipo contrario. Por último, las estrategias de manejo del conflicto poseen dimensiones para clasificarlas: • Grado de actividad de la estrategia • Carácter de manifiesto o encubierto del conflicto • Manejo unilateral (peticiones, súplicas, amenazas, la crítica, la tristeza, el engaño) o bilateral (persuasión, negociación, el compromiso, el congraciamiento…). En la evitación no llega a haber conflicto pues una de las partes se retira. En la aceptación: no llega a haber conflicto, la interacción continua porque una de las partes pasa por alto el problema. La Negociación puede ser bilateral y directa Finalmente, el acuerdo implica la participación de una persona no involucrada (arbitraje, pacificador represivo, mediador).
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