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Responsabilidad, Esperanza y Tacto Pedagógico, Apuntes de Historia de la Educación

Resumen de los primero temas tratados en historia y teoria de la Educación.

Tipo: Apuntes

2019/2020

Subido el 09/11/2020

lauraranda00
lauraranda00 🇪🇸

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¡Descarga Responsabilidad, Esperanza y Tacto Pedagógico y más Apuntes en PDF de Historia de la Educación solo en Docsity! 1 TEMA 1: RESPONSABILIDAD PEDAGÓGICA La responsabilidad pedagógica es una actitud importante, de máximos. Con responsabilidad no nos referimos a la acepción fiel de la palabra, si no un concepto de responsabilidad con una connotación muy distinta. En primer termino la responsabilidad pedagógica se conoce por responsabilidad ética. LA RESPONSABILIDAD ÉTICA La responsabilidad ética está relacionada con la relación que tenemos día a día con los demás. Levinas (Lituano, a pesar de vivir en Francia y judío). Dice que el núcleo de la filosofía es la ética. La responsabilidad ética para Levinas es la estructura primera de la subjetividad. No es un atributo o adjetivo superficial, si no que la subjetividad existiera ya en si misma antes de la relación ética. El ser humano tiene según Levinas el corazón en sentido profundo (el corazón me dicta) los filósofos dicen que esto es la subjetividad. Aquello que tenemos más interno (yo). El valor de la persona y su subjetividad no cambia tenga la problemática que tenga. El cuerpo puede modificarse pero la subjetividad será igual. Lo que conforma la subjetividad, es decir, su estructura básica es la responsabilidad ética. La responsabilidad ética es lo que constituye la estructura de la responsabilidad. La subjetividad no es un para sí si no un para el otro. Dice: “Desde el momento que el otro me mira, yo soy responsable de él”. Cuando alguien se cruza en mi camino, en mi vida, yo ya soy responsable (ya soy para el otro) éticamente. Si no me deshumanizo. Me rebajo de mi categoría humana y me convierto en un ser egocéntrico (para-sí). El para el otro es el hecho de tener en cuenta a los demás, es hacer acciones teniéndoles en cuenta. La indiferencia, el pasar de largo es la antítesis completamente de la responsabilidad ética. Hay que hacerse cargo de la necesidad de otra persona, saliendo de nuestra subjetividad. Sale de dentro sin valorar antes los pros y los contras. Levinas dice que estamos programados para ser responsables éticamente de alguien que se cruza en nuestro camino. Otra cosa es que a causa de cosas que hayamos vivido o por egocentrismo no salga de nosotros. 2 ¿Qué pasa con el parasí? ¿No hacemos nada por nosotros o para nosotros? El hecho de hacer cosas para los demás hace que nos retorne lo que hemos hecho para nosotros mismos. Al hacernos cargo del otro, vuelve enriquecido y mi subjetividad se humidifica, se realiza y nos llena de satisfacción. Más que si vivimos siempre para sí. El para sí entendido de una forma egoísta, cuando miro lo mío antes que nadie, entonces la satisfacción es inmediata pero después llega un vacío según Levinas que deja al ser humano sin sentido existencial. Cultivar el para sí tiene sentido. Porque Levinas dice que el más próximo para nosotros mismos somos nosotros mismos. Cuando lo que vemos al mirar al otro son cualidades positivas o negativas físicamente. Estamos en la superficie de esa persona, en la cascara. No hemos entrado en el interior de esta persona. El rostro es sinónimo no de rasgo físico sino aquello más valioso que tiene cada ser humano. Lo que denominamos con bastante frecuencia como dignidad de la persona humana. Mirar al otro atravesando los rasgos superficiales clavando nuestra mirada en lo interior que todo ser tiene con un valor inmenso. La vulnerabilidad se transmite con llamadas. Gestos no verbales que nos dan a entender que esa persona necesita ayuda. En el caso de los niños hay que tenerlos en cuenta tanto los niños que tienen un carácter más difícil, que llaman la atención, como el que hace caso en seguida y no dice nada. La indiferencia es todo lo contrario a la responsabilidad. LA PROPUESTA ÉTICA DE LEVINAS La responsabilidad moral como de la estructura esencial, primera y fundamental de la subjetividad. Desde el primer momento en que el otro me mira, yo soy responsable de él. La subjetividad no es un para sí, es, una vez más un para el otro. El rostro es ese análisis de lo que pasa cuando miro al otro cara a cara. Levinas describe el rostro como una miseria, una vulnerabilidad, una indiferencia, que en sí, sin necesidad de palabras explícitas, suplica al sujeto. Esa súplica es una exigencia de respuesta, de apoyo y ayuda. El otro me reclama y a partir de entonces cueste lo que cueste no puedo pasar delante de él indiferente a su suerte. 5 TEMA 2: LA ESPERANZA PEDAGÓGICA Lo primero que nos viene a la cabeza cuando pensamos en la esperanza pedagógica son las expectativas. Tenemos que distinguir lo que son las expectativas y la esperanza pedagógica, que es mucho más amplia y es una actitud. Las expectativas, tal como usualmente han sido estudiadas y aplicadas, pertenecen al ámbito académico y son de orden psicológico (Efecto Pigmalión). La esperanza pedagógica, aunque en ocasiones utilice las expectativas positivas, es un fenómeno perteneciente por esencia al plano pedagógico en un sentido más hondo. Un comentario de Van Manen: Depositar esperanza es más una forma de estar presente para el niño o el joven que un modo de hacer las cosa. En realidad, es un modo de ser. En el día a día, abrigamos muchas expectativas y deseos: esperamos que este alumno mejore su caligrafía, que el otro no se aficione a las drogas, etc. Ahora bien, estas esperas u otras van y vienen con el paso del tiempo. Lo importante, sin embargo, es concebir la relación educativa diaria con esperanza. Quiere decir que es una forma de relacionarse. Cuando Van Manen no habla de la forma de estar presente, se refiere a la forma de relacionarse con nuestros alumnos. Las expectativas son de carácter psicológico e inconsciente. Mientras que la esperanza pedagógica es un fenómeno y que está en el campo pedagógico. Ejemplo EL CABALLO HANS A principios del siglo XX, había en Alemania un caballo llamado Hans, era blanco, precioso y era muy inteligente. Primero vivía en un pueblecito, pero después Hans empezó a mostrar en las plazas de los pueblos unas aptitudes, que dejaban boca abierto a todo aquello que pasaba. Hans tenía un dueño, que estaba enamorado de su caballo. Un día alguien le dijo al dueño que su caballo era muy bonito pero que no sabía sumar. El dueño le dijo a 6 su caballo 2+2 y el caballo dio cuatro patadas. A partir de entonces el dueño iba diciendo a la gente que le hiciera sumar y el caballo lo hacía con las patadas. Des de entonces este caballo se hizo muy famoso en toda la región. Los psicólogos de esa época lo estuvieron observando día tras día y apuntaban en un cuaderno para saber si había trampa o no, pero no la encontraron. Cada vez le preguntaban cosas más complejas, pero el caballo lo respondía todo. Hasta que hubo un científico que observo una cosa que le llamó la atención, descubrió que era lo que pasaba, observo que el dueño, aunque no era consiente, cuando el caballo estaba a punto de dar la última patada el amo si darse cuenta arqueaba sutilmente la ceja para decirle al caballo que parara que era la última, el caballo había asimilado psicológicamente y sabía que tenía que parar cuando el dueño arqueaba la ceja, el dueño no se daba cuenta de que hacia eso, lo hacía inconscientemente. Des de allí se dice que hay la inteligencia animal, pero después se descubre que la inteligencia animal no existe, se ha descubierto después de las investigaciones. Los animales no pueden tener inteligencia. Son redes de instintos que hacen que tengan unas habilidades o cualidades que hacen que actúen de esa manera. Eso nos puede pasar con los niños que tenemos en clase, depositamos expectativas positivas o negativas en ellos. Si depositamos expectativas positivas nos sale la esperanza de que lo hará bien, en caso de que no le salga bien ya decimos que este niño no vale para esta cosa. Por ejemplo, si un niño no le sale bien las matemáticas, y nosotros le decimos que no vale para las matemáticas el niño al final va a asimilar que no vale para la matemática y acabará diciendo que no le gustan las matemáticas. También pasa al revés, si un niño vale para la pintura, al final se crecerá, ya que los adultos lo vamos motivando. Por tanto las expectativas si son positivas estimulan de manera inconsciente. En cambio sí son negativas se van colando de manera inconsciente por debajo. Las expectativas positivas permanecen al ámbito psicológico, en cambio las expectativas negativas son lo contrario de lo que es la esperanza pedagógica, la esperanza pedagógica siempre trabaja con expectativas positivas, nunca trabaja con expectativas negativas, siempre guarda la esperanza. También es una actitud de máximos, siempre intenta crecer. Las expectativas negativas es el veneno de la esperanza pedagógica. 7 La esperanza pedagógica es como si fuera el motor del coche y las expectativas positivas seria la gasolina. En otros lugares, Van Manen clasifica que sólo el amor es capaz de generar una sólida esperanza pedagógica en un educador, al comprometerlo a fondo con el muchacho que tiene a su cargo, de quien se responsabiliza incondicionalmente clavando su mirada en su valor personal cuasi infinito. ¡Una actitud que conmueve las entrañas de los alumnos más impermeables! La esperanza sólo podemos depositarla en los niños o jóvenes a los que de verdad amamos, no en sentido sentimental, sino en la aceptación más pedagógica. Así entendida, la esperanza nos urge a pensar de cada uno de ellos: “No te dejaré tirado; estoy convencido de que puedes llegar a ser más y mejor”. La esperanza se nutre de la paciencia, la apertura, la creencia y la confianza en las posibilidades de nuestros menores. Cundo ellos perciben nuestra confianza se ven animados a confiar en sí mismos. La confianza los hace capaces. Ejemplo LA VIDA DE HELLEN KELLER La niña sorda, ciega y muda, que se transformó gracias a la esperanza exigente, paciente y constante de su educador: “de una muchacha incontrolable paso a ser una persona sobre manera extraordinaria a nivel intelectual y humano”. Como decía Freire, el problema no son las dificultades, sino cómo transformar éstas en posibilidades. La historia de Hellen nos muestras el poder de la educación en orden a la superación de limitaciones y barreras, la capacidad transformadora de la pedagogía de la esperanza. Los educadores realmente esperanzados no se dejan cegar por las grises apariencias que se presentan a la vista. Intuyen que su protagonismo puede dar la vuelta a la realidad menos pensable. Daniel Pennac nos lo confirma, con sobrada experiencia, en su conocida novela autobiográfica. Pennac narra que hasta finales de bachillerato era una nulidad escolar, un fracasado convencido de no servir para sacarse los estudios. Hasta que tuvo la suerte de encontrarse con tres profesores que confiaron en él. Eso, comenta él, es lo que le salvó su vida escolar y personal. 10 se queda paralizado mirando el perfil oscuro de la realidad. “los chicos no tiene interés, no se esfuerzan, son difíciles, muy diversos, muchos y además, no responden fácilmente, los recursos son escasos, las familias no colaboran y la administración tampoco como debería”. La esperanza no ignora el hecho de que todos los hándicaps pensables condicionan la tarea educativa con sus niños o jóvenes, pero los bordea sin dejarse determinar por ellos. Dicho con otras palabras: la esperanza pedagógica de un educador es capaz de ver más allá de todo dificultad aparentemente insalvable, hasta llegar a clavar su mirada confiadamente en la vertiente luminosa de la realidad, es decir, en las cualidades, las señales... y sobre todo, en las inmensas potencialidades encerradas en lo más hondo de los chicos que tiene a su cargo. Va más allá de una postura optimista, sino que es realista. Una persona que tiene esperanza pedagógica ve lo mismo que una persona que esta desesperanzada, ya que ve la realidad, pero la persona con esperanza pedagógica cree en aquella persona y no deja de desconfiar en él, es decir, que no tira la toalla. Una persona que esta desesperanzado ve la luna llena, pero no la ve de la misma manera que una persona que tenga esperanza pedagógica. La persona que tiene esperanza pedagógica la va de otra manera, la pude ver más bonita y verá la realidad de la luna. Cuando a luna no está llena el esperanzado es consiente que dentro de unos días la luna estará llena. Eso también pasa con los niños en un primer momento no vemos que esté lleno, pero si confiamos en él, al final este niño estará lleno. Convicciones de la esperanza pedagógica • La convicción de que en todos lo niño poseen unas capacidades inmensas a desarrollar. Cuando un niño no rinde al cien por cien no es culpa del niño, sino que pude ser que el educador no lo está haciendo bien, es decir, que no le tenemos que dar la culpa al niño sino que tenemos que saber cambiar la manera de educar para ver si de otra forma le va mejor al niño. Es decir que no tenemos que etiquetar aquel niño. • La convicción de que todo lo que yo como educador invierta en cada uno de los alumnos que tengas a tu cargo, no se pierde nada. Es decir que todo lo que hacen los educadores queda, por eso los gestos, las miradas, etc. Todo lo que hacemos se les queda almacenados a los alumnos. ¡Sí, educar es sembrar... y esperar! 11 Seminario RESPONSABILIDAD: entrar en la persona del otro. Todo lo del otro me interesa, me hace llamadas. Objeto de interés sin esperar nada a cambio. La indiferencia es el peor castigo que nos pueden dar. En cambio a motivación es un estímulo. Para los niños son muy importante los comentarios positivos, por eso como educadores tenemos que dar comentarios positivos a los niños. Los educadores amamos que los niños saquen su máximo. La confianza de los demás es muy importante, ya que si lo otros confían en ti, tú también confiaras en ti mismo. También es importante la efectividad. 12 TEMA 3: TACTO PEDAGÓGICO Ser un buen docente implica tener tacto pedagógico. A partir de un concepto de pedagogía que no es el más convencional. Tenemos la pedagogía en un sentido científico, con leyes, técnica, estrategia formas de actuar. Una parte de la pedagogía sin embargo se centra en una ciencia humano-pedagógica donde lo importante es la relación entre educador y educando. CIENCIA EMPÍRICA La ciencia empírica es la parte científica de la pedagogía. Si nos centramos en la parte de la ciencia técnica, lo que importa más es ese punto de vista científico, por ejemplo con la psicología, la biología, sociología, antropología cultural, economía… Toda esta parte estará relacionada con educación, por ejemplo la inversión en economía o el funcionamiento de la psique en psicología. Estas ciencia nos van dando datos que filtramos para elegir aquellos que es educativo, ya que no todo lo que podemos obtener de estas ciencias es educativo. Pero por ejemplo lo que es la motivación intrínseca (aquella que nos hace tener pasión o interés por aprender sobre algo). Por lo tanto algunos conocimientos de todas esas ciencias de la educación son filtrados y no nos sirven y otros que se filtran y obtenemos un conjuntos de leyes pedagógicas y cada ley se deriva una norma, estrategia o técnica, es decir una forma de hacer. Un descubridor de una de estas leyes, en el caso de la hiperactividad, por ejemplo, un autor que dijo una ley pedagógica es Luria. Cuando pensamos, estamos hablándonos interiormente. Cuando yo estoy pensando incluso estamos moviendo la lengua. Por lo tanto, la ley seria pensar = lenguaje interno. De cada ley à estrategias (habrá una principal, pero habrán diferentes también. à Actividades i ejercicios de los que también habrán varios. La ley por ejemplo seria pensamientos = lenguaje, la técnica seria la estrategia que utilizas para trabajarla mediante una serie de actividades. Así que la ley que dijo Luria de que hablar = pensar que se ha convertido en una ley pedagógica, probablemente se puede aplicar también a los demás niños hiperactivos. 15 En este caso, la profesora ve como a un alumno que deliberadamente actúa para llamar la atención…. Y así, se le reconozca como diferente. Daniel, en efecto, pone a prueba la autoridad de su profesara de lengua. Sin embargo, esta se niega a recurrir su poder. Respeta el personaje que Daniel esta creándose, comprende que ese muchacho desee que alguien le reconozca. Y, tratando de responder a esa necesidad de reconocimiento, ella actúa con tacto pedagógica con ese alumno difícil. Parece que la educadora sabe hasta donde acercase a ese alumno y a la vez mantener la debida distancia. No hay ningún conocimiento teórico general ni ninguna técnica concreta que le proporcione a esta profesora un método de actuar con este tacto pedagógico (como decírselo, como acercarse, que distancia guardar…) Quizá sea su solicitud hacia ese alumno (entre otros) que le permite percibir y escuchar (sentir) que es lo importante para Daniel, con su singularidad irrepetible, en esa situación también particular. CASO PRÁCTICO REAL NICOLE Y EL DIARIO Unos alumno de 2º de secundaria que pasan, una vez por semana, 20 minutos escribiendo en sus diarios. No están obligados, pero los que lo hacen lo dejan sobre la mesa de la profesora y esta se los devuelve con un comentario verbal. A través de estos diarios la profesora se entera de muchas cosas de la vida de sus alumnos los cuales pertenecen a un barrio marginal. Hay una niña, Nicole, la profesora sabe que para ella es difícil hablar de sus sentimientos, de los problemas que vive en casa. Al terminar los 20 minutos la profesora ser acerca a Nicole y le pregunta si todo va bien. Ella le contesta que sí pero con la mirada le dice otra cosa. Nicole se ha dado cuenta de que la profesora ha sabido comprender en su mirada que las cosas no van bien. Cuando Nicole vuelve a mirar a su profesora ve en sus ojos una mirada comprensiva y acogedora, bajo esa mirada Nicole encuentra la posibilidad deseada de expresar su necesidad más intima y vulnerable, por eso entrega el diario a su profesora y deja que ésta lea lo último que ha escrito en él: “Mi padre nos matará si se entera que nos vamos a trasladar mi madre y yo, si llegamos a hacerlo, al fin y al cabo echaré de menos a mi padre, per sobre todo, echaré de menos a mi tutora ¡Significa tanto para mí!” 16 Una buena educadora sabe leer en los ojos del alma de sus alumnos y al revés también. En la mirada cara a cara se da un contacto de ser a ser. Es decir se comprende si esos ojos que nos miran son de amor o de odio, de entusiasmo o de abatimiento, de confianza o de miedo, de afecto o de indiferencia. Cuando habla los ojos, hemos de creer mas a éstos que a los labios. En este caso, la mirada comprensiva de la educadora ha sido la que ha penetrado en lo profundo de la vulnerabilidad de Nicole, invitándola -con un tacto tan eficaz como delicado – a abrir su yo más intimo a quien les podía ayudar y reconfortar en su dolor y deseo de sobrellevar su inquietud tan angustiosa.
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