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Resumen Acto I La casa de muñecas, Resúmenes de Lengua y Literatura

Se resume el primer acto junto con un análisis de la casa de muñecas.

Tipo: Resúmenes

2023/2024

Subido el 12/06/2024

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¡Descarga Resumen Acto I La casa de muñecas y más Resúmenes en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! De qué se trata ¿Mujer o ser humano? Ibsen ha negado que su objetivo con Nora o la casa de muñecas fuera un alegato para la “cuestión de las mujeres”. “Ni siquiera me queda claro si se trata en realidad de la cuestión de las mujeres”, afirmó cuando rechazó un homenaje de las feministas. Y sigue: “Para mí, expone también la cuestión de los seres humanos”. Consideraba el contenido feminista de su obra como un ameno producto secundario de su verdadera intención poética, “la descripción de los seres humanos”, como la llamó. En Nora, la protagonista, inicialmente irreflexiva, se da cuenta de que es una persona independiente y no un mero elemento decorativo del proyecto de vida de su insoportable marido. Aunque no estaba totalmente convencido de este cambio en la técnica narrativa, Ibsen satisfizo su ideal artístico con la descripción sumamente viva de Nora y, además, con intención o sin ella, escribió una obra política. Desde el punto de vista actual, el feminismo de Ibsen parece verdaderamente chauvinista. No obstante, corresponde al rudo noruego el mérito de haber fusionado ambas ideas, la cuestión de la mujer y la del ser humano, en una obra de arte imperecedera. Ideas fundamentales  A finales del siglo XIX, con Nora, el dramaturgo noruego Henrik Ibsen tomó partido por la liberación de la mujer y escribió relatos.  Contenido: la ingenua Nora Helmer vive por completo para su esposo y sus hijos. El idilio comienza a tambalearse cuando la chantajean por una estupidez anterior, una firma falsificada. Nora intenta, sin éxito, mantener el asunto en secreto. Su esposo se entera y reacciona insensiblemente. Nora se da cuenta de que nunca lo ha amado y los deja a él y a los niños para madurar por su propia cuenta.  Nora fue considerada en muchos lugares como un ataque escandaloso a la moral y las buenas costumbres como fundamentos de la sociedad.  Ibsen había contado con esta indignación como un acto de promoción de ventas: de hecho, el libro se vendió espléndidamente.  Por su crítica social y su orientación a los problemas del presente, Nora debe clasificarse en la corriente del naturalismo.  Es característica de Ibsen su renuncia a los diálogos artificiales.  En lugar de poderes divinos o fatales, las limitaciones biológicas y sociales de Nora son las que determinan la necesidad de la acción.  A principios del siglo XIX, incluso en la progresista Noruega, para la mujer solo había el papel de esposa y madre, ya que no contaba con independencia legal.  Para eliminar la censura, Ibsen proporcionó un final alternativo menos escandaloso: Nora se queda con su esposo, por los niños.  Cita: “Debo intentar educarme a mí misma. Y tú no eres el hombre que pueda ayudarme. Debo intentarlo sola. Y, por eso, voy a dejarte”. Resumen En casa del abogado Torvald Helmer están en plena marcha los preparativos de Navidad. Helmer regaña bromeando a su esposa Nora, que una vez más no pudo moderarse con la compra de regalos. Su nuevo puesto como director de un banco de acciones apenas empieza en enero, por lo que, hasta entonces, tiene que seguir siendo ahorrativo. Pero le encanta la ingenuidad de Nora: aunque ha sido madre tres veces, su esposa tiene alma de niña. Ella es su “pequeña y dulce alondra”, su “ardilla”. Ambos se alegran por el año nuevo y la seguridad financiera que acompaña al nuevo trabajo. Helmer le asegura a Nora, además, que en el futuro ya no tendrá que hacer tanto trabajo en la casa. Entonces llega una visita, la sirvienta hace pasar a la señora Linde. Resulta ser Kristine, una vieja amiga de juventud de Nora. Ambas tenían casi diez años sin verse. Kristine se había casado y mudado. Ahora es viuda y quiere volver a echar raíces en la ciudad. Las amigas se cuentan mutuamente sus vidas. La felicidad familiar de Nora contrasta fuertemente con la suerte más bien triste de la señora Linde. Sombras del pasado Sin embargo, la señora Linde comparte la felicidad de Nora. Aunque no deja de sorprenderla un poco que Nora no haya madurado. Eso no le sienta bien a Nora. ¡Pero si ella ha cambiado! ¡Kristine no es la única que ha pasado por momentos difíciles! Ella también ha sufrido; después de su boda, Helmer enfermó gravemente. Pero no había dinero para un tratamiento en Italia. Por suerte, el padre de Nora ayudó. En ese entonces, él estaba muriendo. Pero, como Nora tenía que cuidar a Helmer y además estaba embarazada, no tuvo tiempo para despedirse de él, lo que fue muy triste. Al menos, Helmer se recuperó en Italia. Ahora Kristine relata cómo tuvo que hacerse cargo de su madre postrada en cama y de sus dos hermanitos y cómo un matrimonio de conveniencia la vino a salvar de la peor necesidad; cómo luchó para mantenerse a flote después de la muerte de su esposo; cómo finalmente decidió regresar a la ciudad para probar suerte. Nora le promete que su marido le dará trabajo. ¿Tal vez un trabajo que salga en el banco? Kristine le agradece. Sin embargo, en sus palabras se desliza una ligera condescendencia. No toma en serio a Nora en lo que se refiere a la experiencia de la vida. Ella, a su vez, se siente impulsada a revelarle un secreto a su amiga como prueba de su habilidad para manejar el destino: el dinero para el viaje a Italia no provino de su padre; más bien, ella obtuvo la suma de otra manera. Kristine le pregunta si obtuvo el dinero de un admirador. Aunque las mujeres por ley no son sujeto de crédito, ¿lo había conseguido prestado de alguna manera? Nora no quiere revelarlo. Una cosa es clara: su esposo no debe enterarse del asunto en ningún caso. La deuda ya está casi expiar los pecados de su padre. Luego le confiesa a Nora su amor. Ella se escandaliza, pero no pierde la oportunidad de pedirle un gran favor. No obstante, antes de que pueda abordar el asunto, entra la sirvienta y anuncia a un visitante. “Mmm, es maravilloso estar de vuelta entre las cuatro paredes de nuestra propia casa solo contigo… irresistible y hermosa mujercita’ / ‘¡No me mires así, Torvald!’ / ‘¿No puedo mirar a mi tesoro más preciado? ¿Todo ese esplendor que es mío, solo mío, totalmente mío”? Con un pretexto, Nora le pide al doctor que vaya al despacho con Helmer. Entonces, recibe al visitante: Krogstad, que le reprocha que no haya impedido que su marido lo despidiera. Sin embargo, dice, por el momento no quiere proceder legalmente. En cambio, le muestra una carta dirigida a Helmer en la que le revela todo el asunto. “¡Ay!, no sabes lo que es el corazón de un hombre auténtico, Nora. Es algo tan increíblemente dulce y satisfactorio para un hombre saber, en lo más profundo de su corazón, que ha perdonado a su esposa, que la ha perdonado sinceramente de todo corazón. Al hacerlo, ella se convirtió, por así decirlo, en su propiedad en dos sentidos, en cierto modo él la puso de nuevo en el mundo, así que, de alguna manera, se ha convertido en su esposa y su hija al mismo tiempo’””. Según la exigencia adjunta, Helmer debe reinstalarlo con mejores condiciones. Nora está consternada. A la salida, Krogstad arroja la carta en el buzón. La llave la tiene Helmer. Kristine regresa a la sala. Nora le confiesa todo. La amiga está horrorizada. Quiere hablar con Krogstad para inducirlo a que le pida a Helmer que le devuelva la carta sin abrir. Cuando se marcha, Nora va a ver Helmer para pedirle que la ayude a ensayar la tarantela, una danza que quiere presentar en el baile. Es necesario mantener alejado a su esposo del buzón a toda costa. “Nora… ¿qué significa esto? Esa cara adusta…’ / ‘Siéntate. Esto durará mucho. Tengo mucho que hablar contigo. […]No, no me interrumpas. Tienes que oír lo que te digo. Este es un ajuste de cuentas, Torvald’””. Kristine está sentada en la sala de los Helmer leyendo. Nora y Helmer están en el baile. Entra Krogstad. Kristine le ha pedido una entrevista. Krogstad la acusa de haberlo despedido fríamente para casarse con otro. Pero Kristine presenta el asunto de manera diferente: había actuado en contra de sus sentimientos porque tenía la necesidad de velar por su madre y sus hermanos. Ahora le da esperanzas para un segundo intento. “¡Qué injusta e ingrata eres, Nora! ¿No has sido feliz aquí?’ / ‘No, nunca lo he sido. Creí que lo era, pero nunca lo fui’. / ‘¡No… no has sido feliz!’ / ‘No, solo estaba alegre. Y tú siempre fuiste tan amable conmigo. Pero nuestra casa solo era una casa de muñecas. Yo aquí era tu muñeca grande, como fui la muñeca niña en casa de papá’””. Krogstad no puede creer en su suerte. Promete ser una mejor persona. Hablan de la carta de extorsión. Krogstad ofrece pedir que la devuelvan sin abrir, pero Kristine no quiere oír nada al respecto. Las cosas simplemente deben salir a la luz, es lo mejor para todos. Ahora los Helmer regresan del baile. Krogstad pone pies en polvorosa. El escándalo Al marcharse, Kristine le susurra a Nora que debe poner las cartas sobre la mesa con Helmer, ya que de cualquier manera la carta revelará todo. Los cónyuges se quedan solos. Helmer quiere irse a la cama con su esposa, pero ella lo rechaza. Helmer no puede aceptarlo. Ve a Nora como su propiedad. Entonces aparece el doctor Rank, lo que da por terminadas las proposiciones de Helmer. Pero el doctor, que estaba borracho, solo se queda por poco tiempo, le pide un cigarro a Helmer y desaparece otra vez. Ahora Helmer trae la carta y entra en la recámara para leerla. Nora se atormenta con pensamientos suicidas. La reacción de Helmer es drástica: se siente infamemente engañado, privado de sus perspectivas de carrera y piensa que su vida fue profanada. Reniega radicalmente de Nora. Sin embargo, quiere mantener el matrimonio, aunque solo sea en apariencia. También le quitará sus hijos a Nora. Tocan a la puerta. Entregan otra carta; es de Krogstad. Su contenido alegra a Helmer. Es el pagaré incriminatorio, junto con unas líneas de arrepentimiento. Todo parece estar bien otra vez. La casa de muñecas resulta ser un castillo de naipes Helmer se alegra por el giro afortunado. Habla con Nora exaltado, asegura que le perdona todo. Pero, de repente, Nora está totalmente cambiada. Con la mirada fija, soporta las aseveraciones de Helmer, se quita el disfraz, se pone su ropa de diario, se dirige a la mesa y le pide a Helmer que se siente frente a ella. Tiene que darle una explicación. Es un “ajuste de cuentas” de su matrimonio que, como ahora se ha dado cuenta, siempre ha sido una farsa, un telón de fondo decorativo. Helmer tomó el lugar de su padre, que también consideraba a Nora como un mero juguete, una “muñequita”. “Debo intentar educarme a mí misma. Y tú no eres el hombre que pueda ayudarme. Debo intentarlo sola. Y por eso, voy a dejarte’””. Helmer se sorprende al principio, pero luego comprende que los reproches tienen razón de ser. Nora rechaza su petición de una segunda oportunidad. Quiere dejarlo a él y a los niños, y regresar a su “patria” para encontrarse a sí misma. Aquí Helmer deja de entender. En su opinión, Nora necesita guía y no tomar la vida por su cuenta. Pero Nora está decidida. Y finalmente, lo dice claramente: no vivirá más con Helmer. Le quedó claro cuando él no enfrentó las revelaciones. Por supuesto, Nora no lo hubiera permitido, estaba incluso dispuesta a suicidarse para impedirlo; hubiera sido la única reacción correcta. Nora explica que Helmer es un extraño y sella el carácter definitivo de la ruptura. Luego se va. Planteamientos de interpretación  Con Nora o la casa de muñecas, Ibsen critica agudamente el reparto social de papeles de su época, que solo prevé para las mujeres la tarea de esposa obediente y madre.  La obra habla de la inclusión de los seres humanos en las presiones económicas, sociales y biológicas, de las que nunca pueden escapar del todo. Esta idea de predestinación reemplaza, en la obra de Ibsen, el concepto de destino o mandato divino, en el que se basaban especialmente los dramas de la Antigüedad.  Nora –con su escape del corsé que le imponen las obligaciones familiares– puede considerarse como un manifiesto de la liberación, como una postura para la lucha individual contra las demandas de la sociedad. El propio Ibsen basó su vida en una estricta filosofía individualista.  Con su planteamiento en Nora para hacer de los problemas sociales un tema literario, Ibsen creó una de las primeras obras del naturalismo, una corriente literaria cuya máxima era la representación sin matices de la realidad social.  Las lecturas psicoanalíticas de la obra certifican que tanto Nora Helmer como su esposo tienen una personalidad problemática y enfermizamente egocéntrica. Su matrimonio tiene características de la llamada colusión narcisista, una interacción en la que dos narcisistas, uno de los cuales, con su excesiva autoestima, ofrece al otro, un socio de personalidad débil, un plano de proyección para sus deseos de importancia.
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