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Orientación Universidad
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resumen de ciencias politicas, Apuntes de Derecho Civil

resumen de la materia ciencias politicas.

Tipo: Apuntes

2020/2021

Subido el 03/05/2021

Mac153
Mac153 🇦🇷

4.8

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¡Descarga resumen de ciencias politicas y más Apuntes en PDF de Derecho Civil solo en Docsity! UBP AS . CIENCIA POLÍTICA CP - PRIMER CUATRIMESTRE EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 2 Índice Impresión total del documento 165 páginas Presentación 3 Macrobjetivos 5 Programa 5 Agenda 7 Mapa Conceptual 8 Material 9 Glosario 11 Módulos * Módulo 1 19 Módulo 2 66 Módulo 3 109 Módulo 4 145 * Cada módulo contiene: microobjetivos contenidos actividades EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 5 Macroobjetivos • Identificar la especificidad de lo político dentro del ámbito de lo social, comprendiendo los problemas medulares de la ciencia política. • Desarrollar habilidades en el manejo del instrumental analítico para la descripción, interpretación y crítica de los fenómenos políticos en el marco de los procesos histórico-sociales. • Profundizar el estudio –iniciado con la asignatura Constitucional I– del Estado y sus diferentes manifestaciones históricas, a los fines de contextualizar institucionalmente el estudio del derecho. • Comprender la sustancia, organización y estructura del Estado como unidad de acción y decisión para diferenciarlo de toda otra organización social. • Generar conocimiento y comprensión crítica de la democracia, y de los preceptos normativos que fundamentan la ideología legitimizadora. • Conocer el desarrollo histórico del pensamiento político de distintos autores clásicos, para fortalecer los lineamientos teóricos principales de la materia. • Evaluar las nuevas formas de manifestación del poder estatal y el proceso de la globalización, a efectos de un aprendizaje comparativo con las estructuras teóricas tradicionales de la teoría del estado. • Distinguir las notas características de los distintos actores políticos en el marco de los procesos histórico-sociales. • Distinguir las distintas corrientes ideológico-políticas que surgieron con la modernidad, necesarias para interpretar los fenómenos políticos actuales. • Desarrollar una metodología de estudio que permita comprender la realidad política regional y argentina, a través de procesos reflexivos que promuevan su análisis crítico. • Conocer los problemas de la globalización y sus consecuencias en lo político-institucional. • Desarrollar los valores democráticos, los derechos humanos y la solidaridad, como actitud permanente ante los acontecimientos cotidianos de la vida personal y profesional. Programa Módulo 1: La política y su conocimiento Unidad I I- Nociones introductorias de la asignatura: el hombre y la realidad social como efectividad humana. II- La Política: Delimitación conceptual y caracteres. Distintos enfoques sobre su especificidad. Autonomía de lo político. III- La Ciencia Política: Su función. Descripción, interpretación y crítica de los fenómenos políticos. Distintas posturas respecto a su origen. Teoría del Estado, Historia de las Ideas, Dinámica Política, Relaciones Internacionales. IV- El nacimiento de lo político: Platón y Aristóteles. Atenas: Ciudad estado y la unidad persona/estado (estructura TODO/PARTE). EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 6 Módulo 2: Teoría del Estado Unidad II I- Los modelos históricos de organización política pre‐estatales. II- El orden político medieval: sus características. Cristianismo: Aportes y la dualidad del poder. Crisis del orden político medieval y aparición del Estado Moderno. III- Proceso histórico de surgimiento del Estado moderno. Lo público y lo privado. IV- La modernidad, construcción del estado absoluto y pensadores modernos. MAQUIAVELO, BODIN y HOBBES. V- Sociedad Civil: concepto. Diversos enfoques respecto a su relación con el Estado. VI- Reflexiones teóricas sobre el Estado: algunas nociones comparativas. Unidad III I- Elementos del Estado: Territorio, población, poder. El Derecho. Concepto de Soberanía. Distinción entre Estado y Gobierno. II- Fin y justificación del estado. III- El Estado de Derecho: origen y evolución. Crisis del estado absoluto. Estado de Derecho liberal. Origen, evolución y crisis. Análisis a partir de la relación Estado‐Economía y Sociedad. IV- Estado Social de Derecho o Estado de bienestar. Origen, desarrollo y crisis. Nuevas perspectivas. Módulo 3: Ideologías, democracia y dinámica política Unidad IV Liberalismo, socialismo y marxismo. Los totalitarismos. Unidad V I- Origen y evolución de la democracia. Las democracias contemporáneas. Discusión en torno a sus significados. II- Forma de gobierno y estilo de vida. Vigencia sociológica de la democracia. Contenido formal y sustancial de la democracia. Reglas y condiciones. Principio de la mayoría y la minoría. III- Diferentes modelos de Democracia. Distintos enfoques teóricos sobre la democracia. IV- Representación y participación política. Gobernabilidad y Democracia. El poder limitado. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 7 Unidad VI I- Partidos Políticos. Sistemas de Partidos. II- Los Grupos de Interés y los Grupos de Presión. Los movimientos sociales. III- Opinión pública. Medios de Comunicación y Política. Módulo 4: El Estado y el Escenario Internacional Unidad VII I- Nuevas formas de interrelación e interdependencia. El escenario internacional y los procesos de integración y desintegración: Mundialización, Globalización, Regionalización y desglobalización. II- Nuevos actores políticos del escenario internacional. Porcentaje estimativo por módulo según la cantidad y complejidad de contenidos y actividades 35% 25%20% 20% Módulos 1 2 3 4 Representación de porcentajes en semanas Agenda Semanas 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 Módulo 1 Módulo 2 Módulo 3 Módulo 4 Primera par te de la Evaluación Integradora Segunda par te de la Evaluación Integradora Cuar ta par te de la Evaluación Integradora Tercera par te de la Evaluación Integradora EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 10 Materiales Complementarios: • CERRONI, Humberto: Política, teorías, procesos, sujetos, instituciones y categorías. Ed. Siglo XXI, México, 1992. • JUÁREZ CENTENO, Carlos et al.: La Ideología Contemporánea. Ed. Avocatus, Córdoba, 1991. • LÓPEZ, Mario Justo: Introducción a los Estudios Políticos. Tomo 1. Ed. Depalma, Buenos Aires, 1987. • LÓPEZ, Mario Justo: Manual de Derecho Político. Ed. Kapelusz, Buenos Aires, 1981. • PINTO, Julio (comp.): Introducción a la Ciencia Política. Eudeba, Buenos Aires, 2001. • VALLÉS, Joseph M.: Ciencia Política. Una introducción. Ed. Ariel, Barcelona, 2000. https://ovejasconpieldelobo.files.wordpress. com/2016/01/josep-m-valles-ciencia-politica-una-introduccion.pdf Módulo 3 Material Básico: • BONETTO de SCANDOGLIERO, María Susana: “La Democracia”, pp. 185 a 207. En: Cuadernos de Política. Ed. Advocatus, Córdoba, 1998. Materiales Complementarios: • CERRONI, Humberto: Política, teorías, procesos, sujetos, instituciones y categorías. Ed. Siglo XXI, México, 1992. • DUARTE, FERNÁNDEZ SUAREZ, DEL PINO, Dinámica Política, Editorial Galeón, Córdoba 1998. • HELLER Herman, Teoría del estado, Fondo de Cultura Económica, • JUÁREZ CENTENO, Carlos et al.: La Ideología Contemporánea. Ed. Advocatus, Córdoba, 1991. • JUSTO LOPEZ, Mario, Introducción a los Estudios Políticos, Volumen II, Formas y Fuerzas Políticas, Editorial Depalma, 2ª Edición, Buenos Aires 1983.- • LÓPEZ, Mario J, Introducción a los estudios políticos, Vol. II • LÓPEZ, Mario Justo: Introducción a los Estudios Políticos. Tomo 1. Ed. Depalma, Buenos Aires, 1987. • LÓPEZ, Mario Justo: Manual de Derecho Político. Ed. Kapelusz, Buenos Aires, 1981. • PINTO, Julio (comp.): Introducción a la Ciencia Política. Eudeba, Buenos Aires, 2001. • PRELOT MARCEL, La Ciencia Política, ed. Universitaria de Bs As, 1992 • SARTORI Giovanni, Elementos de Teoría Política, De. Alianza • VALLES, Joseph M., Ciencia Política, Una Introducción, Editorial Ariel S.A., Barcelona 2000. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 11 MÓDULO 4 Material Básico: • BONETTO de SCANDOGLIERO, María S. y PIÑERO, María Teresa. El estado y sus modelos histórico-políticos en Europa y Latinoamérica. Córdoba: Advocatus, 2015. • -CAPITULO V. EL ESTADO Y LOS DESAFIOS DE LA GLOBALIZACION. • -CAPITULO VIII. EL ESTADO EN LATINOAMERICA. • CALDUCH, Rafael. Los actores internacionales. • CARBONELL, Miguel. Globalización y derecho. 7 tesis. • RUSELL, Roberto. La globalización, situación y proceso. • Las nuevas realidades internacionales. • JUAREZ CENTENO, Carlos: ¿De qué hablamos cuando hablamos de globalización? Interrogantes sobre el escenario internacional actual. Material Complementario: • HELD, David. La democracia y el orden global, del Estado moderno al gobierno cosmopolita, Ed. Paidós, Barcelona 1997. Glosario Módulo 1 Agonal (lucha): Es una de las fases de la política. La misma hace a la dinámica de la política (ver Dinámica política). Autonomía: También respecto a la política, en el sentido de que tiene “leyes” propias, explicaciones, causalidades que le son inherentes y que difieren de las de otros ámbitos como la economía, por ejemplo. Causalidad: Una interpretación de las relaciones entre eventos, en la que un evento “provoca” o produce otro evento. Ciencia política: Disciplina científica. Un ejemplo de las llamadas ciencias sociales, culturales o “blandas”. Entre ellas podemos señalar, también, la ciencia jurídica, la historia, la sociología, etc. Tiene por objeto el estudio de la política. Podemos sostener que es el campo académico que toma como su tarea única y general el análisis de la política, en especial la del Estado. Ciencia política “conductista”: Es la que enfatiza el análisis estadístico y las teorías abstractas en busca de regularidades básicas y esenciales a lo largo de un conjunto de eventos. Ciencia política “interpretativa”: Es la que enfatiza los métodos históricos, antropológicos, legales y el todo complejo que se está estudiando. Heller, cuando sostiene que su teoría del Estado será ciencia política cuando logre describir, interpretar y criticar los fenómenos políticos, se enrola en esta postura de una manera mucho más acabada, o podemos decir “científica”, que los que sólo apelan a uno de los métodos señalados. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 12 Compleja e indivisa: Compleja e indivisa: Como una suma de todas las otras características de la política, y como parte de la realidad humana y social, la realidad política es compleja y de imposible división. La efectividad humana implica un todo inseparable en los hechos, aunque en las reflexiones o “in abstracto” cada ámbito de ese acontecer sí pueda ser “partido”, separado o desagregado a los fines de su análisis. Constitución de Clístenes: político ateniense que introdujo el gobierno democrático en la antigua Atenas a partir de la igualdad de los ciudadanos y logro eliminar el régimen de nobleza aristocrática en 507 a.C. Dinámica política: Como la política es polifacética, una de esas faces que la integran hace referencia a su dinamismo. Cuando se habla de dinámica política, en el campo de la ciencia política, estamos refiriéndonos a los distintos actores políticos que protagonizan el hecho político: partidos políticos, grupos de presión, opinión pública, etc. Son los que ponen en movimiento la estructura de la relación política para que ésta no esté siempre inmóvil e igual, lo que impediría la evolución, el cambio, etc. Algunos autores, como Prelot, la denominan vida política. Escuelas críticas: corrientes de maestros y alumnos de la antigua Grecia que buscaban la crítica y sobre la democracia ateniense, rescatando el sentido de lo individual frente al esquema del TODO/PARTE. Se destacan los CINICOS, EPICUREOS Y ESTOICOS. Especificidad: Nos estamos refiriendo al ámbito de lo político. Queremos decir que tiene características propias. Estado moderno: Modelo de dominación política que surge a partir del siglo XV en el círculo cultural de occidente. Se ha convertido en el modelo paradigmático de la modernidad. Ha tenido distintas versiones o estilos y perdura hasta el día de la fecha, aunque algunas teorías o autores preanuncian en la actualidad la hora de su fin o extinción. Fenómeno político: Nos referimos a la actividad y a la relación (humana) que constituyen la realidad política. Guerra del Peloponeso: La guerra del Peloponeso (431-404 a. C.) fue un conflicto militar de la Antigua Grecia que enfrentó a la Liga de Delos (encabezada por Atenas) con la Liga del Peloponeso (encabezada por Esparta) por el dominio marítimo. Constituyó en realidad un conflicto para la imposición de formas de gobierno: DEMOCRATICA VS. ARISTOCRATICA MILITARIZADA. Historia de las ideas: Otra parte de la ciencia política que hace un estudio de la evolución del pensamiento político, cómo se ha ido generando la teoría política a través de la perspectiva de los distintos autores a lo largo de la historia. (Ver lista tipo de la UNESCO). Ideología: Conjunto de ideas que están relacionadas y que se modifican entre sí; conjunto de ideas organizadas sobre algo. Modelos de dominación política: Formas de organización política. A lo largo de la historia humana han existido distintos ejemplos. Modelos históricos de organización política: Véase Modelos de dominación política. Ej.: la polis griega, el feudalismo, el Estado, etc. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 15 Estado de derecho: Hace referencia a una versión del Estado moderno que implica el ejercicio del poder estatal según los parámetros del derecho, o si se quiere, el ejercicio del poder estatal con las limitaciones que el derecho le impone. Estado liberal de derecho: Es un tipo de Estado de derecho. Luego de la primera versión del Estado moderno, la absolutista, a partir de fines del siglo XVII en Inglaterra, pero con la consolidación en las democracias constitucionales del XIX se evidenció el ejercicio de este tipo de Estado que hizo crisis a finales del primer tercio del XX. También se lo llamó Estado liberal o Estado de derecho formal o clásico. El rol del Estado en esta versión es la de ser un Estado gendarme o abstencionista. Los neo-liberales hablan de un Estado mínimo. Estado social de derecho: Es la versión que adopta o hacia la que evoluciona el Estado liberal de derecho luego de su crisis en la década del ´30. Su época de vigencia es hasta 1970, aproximadamente. También se lo conoce como Estado de bienestar, Estado democrático. Estado de justicia, Estado keynesiano, etc. El rol del Estado en esta versión es el de un Estado intervencionista o asistencialista. Fascismo: Movimiento político que apareció en las décadas de los ´20 y ´30. Enfatizaba el boato militarista, el nacionalismo, la representación corporativa bajo el mando de un dictador único. El ejemplo arquetípico lo constituye Benito Mussolini. Pero también se suele señalar a Franco en España, Salazar en Portugal, etc. En un sentido estricto, se reduce a la Italia fascista de Mussolini, pero en una acepción más amplia, en la Argentina se utiliza el vocablo fascista para calificar las actitudes anti-democráticas. Fin del Estado: Se relaciona con la cuestión del para qué existe el Estado. Siguiendo el pensamiento de Heller, hace a la existencia misma del Estado, a su “ser”. Es sinónimo de su función social. Globalización: Es un fenómeno que supone el acortamiento del tiempo y el espacio fruto de la revolución tecnológica operada en el siglo XX. Para algunos es una nueva etapa del capitalismo. Suele ser catalogada como un fenómeno económico, tal vez por sus implicancias, pero es un proceso complejo y más amplio que no puede agotarse con una explicación “economicista” o monocausal. Justificación del Estado: ¿Por qué existe el Estado? Es un problema del “deber ser” que se relaciona con la función jurídica del Estado y el derecho. Es más bien un problema de la filosofía jurídica que de la ciencia política. Liberalismo: Ideología que postula que el objetivo más importante de la política es ayudar a los individuos a desarrollar el máximo de sus capacidades, con la menor intervención posible por parte del gobierno. Resalta el papel protagonista del individuo: su libertad es el valor supremo que sólo tiene como límite la libertad de los demás. Mercado: Para los liberales es sinónimo de sociedad civil. En contraposición con lo estatal, que es el ámbito de lo público, el mercado es el ámbito de lo privado. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 16 Nacionalismo: Ideología que se identifica apasionadamente con un Estado de parte de sus ciudadanos. Es importante tener en cuenta que el nacionalismo es un concepto proteico, esto es, que puede ser de diferente tipo. En realidad, todas las ideologías tienen distintas versiones, sub-tipos, etc. Poder: Ver glosario del Módulo 1. Soberanía: Es un atributo del poder del Estado. Es lo que lo hace diferente al poder de las otras organizaciones que existen dentro de su territorio, y que se traduce en el monopolio de la fuerza física, en el hecho de decidir en última instancia, etc. Socialismo: Ideología que plantea que la sociedad está integrada por clases que se hallan en constante conflicto y que a los fines de establecer una sociedad justa, con personas iguales, el proletariado o clase obrera deberá hacerse del poder y así llegar a esa etapa final donde las clases, y por lo tanto el Estado, no sean necesarios. Socialismo democrático o socialdemocracia: Rama del socialismo que apoya la democracia electoral. Por lo tanto, promueve el acceso al poder del proletariado por vía de las elecciones. Postulan una evolución mucho más gradual, un progreso paulatino y no un cambio radical. Tercera Vía: Es una posición del gobierno laborista inglés del actual primer ministro, Tony Blair. Fue esbozada por Anthony Giddens, un cientista social y político inglés de gran renombre y de origen marxista, que actualmente es profesor de Sociología en la London School of Economics. Intenta ser una suerte de simbiosis entre la antigua social-democracia y el actual liberalismo económico o capitalismo. Fue presentada como programa político e ideológico a fines del siglo pasado, circa 1999. Territorio: Es uno de los elementos del Estado. Constituye su “base” física, pero entendida en un sentido más amplio, ya que lo integran su espacio aéreo, el subsuelo, el mar adyacente, etc., e incluso la sede de sus embajadas en el extranjero. Módulo 3 Actores políticos: Denominación que se puede utilizar como sinónimo de “sujetos políticos”, “fuerzas políticas”, etc. Reformas de Clístenes: véase glosario MODULO 1 Democracia: Reafirmando el conocimiento vulgar, podríamos decir que es el gobierno del, por y para el pueblo. Su terminología proviene del griego, y está integrada por las voces “demos” y “cracia”, esto quiere decir, el gobierno de los demos. Éstos eran pequeñas divisiones territoriales de las polís griegas, por los cuales se accedía a la vida ciudadana. Como el origen de la democracia lo encontramos en Grecia, de allí su nombre. Es una forma de gobierno, un régimen político, y hasta se habla de una forma o estilo de vida. Existen distintos tipos de democracia, pero las denominaciones más conocidas y que implican mayores devaneos de los teóricos y los políticos son: democracia formal y democracia sustancial (social); directa o indirecta, etc. Obviamente, cuando nos adentremos en su estudio veremos que el término tiene más acepciones según vaya acompañado de algún adjetivo calificativo: “delegativa”, “participativa”, “representativa”, “liberal”, “procedimental”, etc. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 17 Grupo de interés: Es una asociación o grupo de personas que se ven unidas por un interés en común. Puede ser deportivo, cultural, económico, social, etc. Grupo de presión: Todo grupo de interés que, además, intenta presionar al gobierno para que éste tome medidas de gobierno que recepte sus voliciones. Todo grupo de presión es grupo de interés, pero no viceversa. Es una fuerza política o actor político. Medios de Comunicación Social: Son lo que se conoce como “medios”; también se los denomina medios masivos de comunicación: la prensa, la radio, la televisión, etc. En los últimos tiempos han adquirido una relevancia inusitada en el escenario político. Hoy es más importante para un político asistir a un programa de televisión que ir a un mitín político en algún barrio debido a la masividad del público que posibilitan estos nuevos medios. Además, pueden erigirse en un instrumento para la contienda electoral. Ejemplo de ello lo constituyó Berlusconi, monopólico empresario de la televisión privada de Italia, que a través de ella llegó al poder en ese país. O.N.G.: Organización no gubernamental. En el ámbito de las relaciones internacionales, y en lo que podemos llamar la “arena política internacional” (o si prefiere, el escenario internacional en el que se desenvuelve la política), se denomina de esta forma a ciertas organizaciones que cumplen una función similar a la de los grupos de interés y que en reiteradas oportunidades se transforman en grupos de presión. Ejemplos de ONGs son: Amnesty International, Greenpeace, por sólo citar las más conocidas. Opinión pública: El proceso político tiene en la opinión pública un elemento integrador de su legitimidad. Si bien la mayor libertad de opinión se encuentra en las democracias, en todo régimen político las decisiones tienen un gran soporte en la opinión pública. Es otro de los actores o fuerzas políticas. Es volátil, cambiante. Partido político: Ver glosario del Módulo 1. Sindicato: Una de las formas asociativas más importantes de los últimos tiempos. También fue una de las más precoces. Sus orígenes se remontan al proceso de formación del Estado moderno, allá por el Renacimiento. El peso de los sindicatos en la vida social y política de los países ha adquirido tal presencia y relevancia que se ha llegado a hablar de “política de los intereses” y a configurar el mismo proceso político como una contratación triangular entre sindicatos obreros, sindicatos patronales y gobierno. Si bien la palabra, técnicamente, engloba tanto a los sindicatos obreros como a los patronales, usualmente prepondera su uso en referencias a los primeros. Adquieren gran relevancia por su defensa de intereses económicos comunes en su rol de fuerza contractual (que se ejercita en los enfrentamientos con la contraparte económica, esto es, los sindicatos patronales), pero que también se manifiesta en su lucha con las otras articulaciones del poder político (gobierno, parlamento, entidades locales) y con los partidos políticos. Son un ejemplo de fuerza política, sujeto político, actor político, como se lo quiera llamar. Depende el rol que “jueguen” son un tipo de grupo de interés y se pueden tornar en el ejemplo más claro de grupo de presión. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 20 La tercera instancia permite un análisis detallado de la ciencia política como disciplina autónoma dotada de un método cuyo objeto resulta, precisa- mente, el fenómeno político. Aquí indagaremos sobre las distintas postu- ras respecto a su origen y los distintos enfoques que pueden encontrarse respecto al abordaje del estudio científico de lo político. También consideramos importante comprender que hay diferentes ámbi- tos que pueden constituir un estudio científico del fenómeno político: así el estudio y comprensión del modelo de organización política que conocemos con el nombre de Estado, o el abordaje de la historia de las ideas políticas a través de los diferentes autores que han contribuido a la formación de la teoría política; o bien ocuparnos del estudio de otros actores políticos que no sean el Estado; o, en fin, visualizar que en cierta forma la problemática de las relaciones internacionales también son parte de nuestra disciplina. La última parte de este módulo está vinculado al estudio de la cosmovisión ideológica ateniense, su desarrollo y estructura político-social de las polis y sus aportes al estudio actual del fenómeno político, con especial consid- eración de la democracia como forma de vida. Esto se completará con el estudio de los autores clásicos como PLATÓN y ARISTÓTELES a través de sus obras LA REPÚBLICA Y LA POLÍTICA. Unidad I: LA POLÍTICA Y SU CONOCIMIENTO I- Nociones introductorias de la asignatura: el hombre y la realidad social como efectividad humana. II- La Política: delimitación conceptual y caracteres. Distintos enfoques sobre su especificidad. Autonomía de lo político. III- La Ciencia Política: su función. Descripción, interpretación y crítica de los fenómenos políticos. Distintas posturas respecto a su origen. Teoría del Estado, Historia de las Ideas, Dinámica Política, Relaciones Interna- cionales. IV- El nacimiento de lo político: Platón y Aristóteles. Atenas: Ciudad estado y la unidad persona/estado (estructura TODO/PARTE). I- NOCIONES INTRODUCTORIAS DE LA ASIGNATURA: EL HOMBRE Y LA REALIDAD SOCIAL COMO EFECTIVIDAD HUMANA. El hombre como protagonista de todas las ciencias sociales, construye la realidad como algo vivido, siendo parte inserta de ella en conjunto con sus pares y actuando de manera socialmente efectiva: la realidad social es una construcción que realizan los hombres dentro de las condiciones naturales y culturales que lo rodean. Las diferentes ciencias sociales permiten el estudio metodológico y siste- matizado del hombre a través de diferentes perspectivas, atrapando y reduciendo analíticamente su conducta en relación a uno o varios objetos de su realidad circundante. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 21 En el inacabado universo de estudio del hombre, y del cual se desprenden las diferentes disciplinas que lo toman por objeto, siempre resultará un pun- tapié inicial referirse a la realidad, al contexto en el cual éste se encuentra inserto y coadyuva junto a sus pares en transformarle. Tal como veremos, la Ciencia Política ofrece el estudio de un sector del comportamiento humano, describiendo el conocimiento de los procesos de interacción permanentes del hombre en convivencia, y cómo afectan el comportamiento de unos sobre otros a través de una relación de mando y obediencia continua. Como refiere el mismo Hermann Heller en su obra Teoría del Estado, el hombre constituye una unidad indisoluble y dialéctica de cuerpo y alma, que actúa con sentido en la realidad a través de lo corporal, pero que a su vez la penetra con su espíritu. En este sentido, refiere que “La realidad social consiste en ese crearse a sí mismo, en ese renovado engendrarse a sí mismo. No cabe admitirse en ella la presencia de fuerza productoras y/o relaciones que existen fuera o inde- pendientemente del hombre. Todo lo supra personal y lo infra personal será actualizado por la persona humana para que sea socialmente eficaz”.1 Tal como este mismo autor detalla en su obra, tanto el carácter natural (condiciones naturales y leyes físicas de la naturaleza) como el carácter cultural (acción social con sentido) son determinantes dialecticos e insepa- rables para que el hombre efectivice la realidad, la construya. Así las cosas, la realidad social consiste en efectividad humana, material- izada por actos de sentido voluntarios y comprensivos que el hombre lleva adelante, que involucran tanto explicaciones causalistas provenientes de la naturaleza, como consecuencialistas propias del orden cultural. De todo esto resulta que la política como porción de la actividad humana – y traducida en comportamientos con vocación de organizar la vida en comunidad-, y de su estudio metodológico –la ciencia política-; nos permite una comprensión parcial de la realidad humana, aquella ligada a la vida en comunidad y guiada de forma perpetua por la máxima aristotélica zoon politikon; siendo así el hombre protagonista de la política. I- LA POLÍTICA: DELIMITACIÓN CONCEPTUAL Y CARACTERES. DISTINTOS ENFOQUES SOBRE SU ESPECIFICIDAD. AUTONOMÍA DE LO POLÍTICO 1- Origen del vocablo Política En primer lugar, veremos la extensión de su significado y, por ende, la dificultad para una definición univoca. Este vocablo deriva de la voz “Polis”, usado en el griego clásico. En sus orígenes estaba circunscrito al tipo de sistema político a que se refería, esto es la polis. Es decir que histórica- mente estaba condicionado a su esta forma de organización. 1 Hermann Heller. Teoría del estado. Ed. Fondo de Cultura Económica. México, 1985. P. 86 EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 22 Con el tiempo el significado etimológico originario fue extendiéndose. Por una parte, comenzó a referirse a otros sistemas políticos, como, por ejem- plo: Imperio, Estado, etc. Pero, por otro lado, comenzó a aludir a las más diversas clases de subsistemas -obviamente políticos- que, para su fun- cionamiento, requerían la existencia de un sistema político mayor: así, “la bulé” ateniense; “la geruxia” espartana, etc. A esta extensión ya apuntada se fueron agregando otros significados atendiendo a la función gramatical de la palabra. Por ejemplo, no es lo mismo decir política (para designar una realidad sustantivada) que decir forma política (para cualificar esa realidad); o la política (para designar la estructura de esa relación); o una política (para designar una actividad específica tendiente a ocupar el puesto de mando en la adopción y ejecución de una decisión). Ello, sin contar otras acepciones, significaciones cargada de valoraciones, como, por ejemplo, cuando se utiliza en sentido peyorativo “... ¡es pura política! ...”. Con este breve introito queremos poner de relieve lo difícil, peligroso y hasta casi imposible de esbozar una definición mono-conceptual. Lo que sí intentaremos será delimitar, precisar el fenómeno real –o los distintos fenómenos reales- que se designan con el vocablo “política”, y sus carac- teres: 2- La política como realidad y sus caracteres A través de sus numerosos significados, la palabra política designa siempre un sector de la realidad humana. Si bien desde Aristóteles se ha venido utilizando también para designar el conocimiento de esa realidad, nosotros utilizaremos el término para referirnos a ese sector de la realidad humana, y nos valdremos de otras expresiones, como por ejemplo Filosofía política, Ciencia Política, etc. para designar las disciplinas que se dedican o se ocupan de su estudio y la producción metodológica de su conocimiento. En tal sentido, la política como realidad humana, supone ante todo la existencia de seres humanos, hombres, que conviven: esto es, convivencia humana, vida social, seres humanos relacionados, interactuantes. Sin seres humanos que conviven, no hay política. Sin embargo, no toda convivencia humana es convivencia política, ni toda actividad del hombre es política: la política es un sector de la realidad humana pero no es toda la realidad humana. Puede haber convivencia humana –lazos de amor, de amistad, de colaboración totalmente espontanea, etc.- que no revista el carácter de política2. No obstantes aun esa convivencia que se supone sin contenido político está necesariamente anclada a la existencia de un contexto político en la cual se desarrolla: sin sistema político -con sus ingredientes de actividad política y relación política- no hay convivencia humana organizada y per- sistente. Este es el supuesto básico para que pueda haber lazos no políti- cos de convivencia. Es por esto que Aristóteles refería al hombre como zoon politikon. 2 LÓPEZ, Mario Justo. Manual de Derecho Político. Ed. Kapelusz, Buenos Aires, 1981. p. 20 EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 25 Tal como refiere Mario Justo López, la actividad política no tiene tal sentido por si misma sino en función de una determinada relación interhumana. Esta relación implica una estructura (articulación entre las partes de un todo) que se manifiesta como una diferenciación jerarquizada entre seres humanos, de tal como que la voluntad y consiguiente actividad de los unos determinan la de los otros.3 ACTIVIDAD: En este punto del desarrollo del módulo, les sugerimos la realización de la Actividad 2. c) Política: Realidad variable Esta realidad a la que llamamos política no fue siempre la misma, igual, ni en el espacio ni en el tiempo. Es por eso que aun cuando la realidad política tenga siempre las faces ya señaladas (lo permanente), diferirá –en cuanto realidad- de un lugar a otro o de una época a otra (lo contingente) Ejemplos: no es lo mismo la realidad de la polis en la antigüedad que la de los Estados modernos; en igual época no es igual la realidad política de un régimen totalitario que la de uno democrático. En otro tipo de ejemplos, podemos apreciar esa “variabilidad” comparando la realidad política de Ushuaia con la de Dusseldorf (Alemania), aun cuando esa realidad política esté integrada por las mismas partes constitutivas. También varía la realidad política de la Córdoba de fines del siglo XIX con la de fines del XX. 3 Ibídem. P. 23 EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 26 d) Política: Realidad simbólica Todos los actos, los hechos, situaciones, etc. en que se manifiesta material- mente la política son traspuestos a un registro compuestos de símbolos. La política es una realidad simbólica. Así, los fenómenos políticos no son tales sino a través de los símbolos que le dan sentido. En la realidad política lo esencial no es el fenómeno en sí mismo, sino lo que se ve de él, o como se cree verlo, como se lo siente. Lo esencial es la imagen, que en el universo político es creada por un conjunto de símbo- los. La “imagen” la dan los oropeles, que consisten a veces en tradiciones, normas, creencias, etc. Ejemplos: Rey, Juez, líder. Alguien es juez aunque intrínsecamente no le interese la justicia. Rey aunque sea “lelo”. Lo que importa para ser líder, es que, por ejemplo, alguien parezca ser valiente aunque en realidad sea un cobarde; o que parezca ser un genio aunque en realidad sea un mediocre. También pueda que sea valiente y genial, pero lo que importa es que lo parezca, que lo represente. De ahí la importancia de la imagen. También ocurre que un mismo hecho tiene connotaciones distintas en función de la imagen. Así, por ejemplo, la elección de Reagan como pres- idente de USA -un mismo hecho- puede ser tenida como una desgracia o como una buena estrella, un augurio -distintas imágenes-. El pacto que Petain hizo con Hitler para que este no invada el sur de Francia –un mismo hecho- para algunos fue una demostración de Petain como traidor mientras que para otros logró la salvación –distintas imágenes-. Dada esta característica simbólica de la realidad política, se convierte en un factor determinante de ella, por un lado, los distintos resortes sicológicos, con alta dosis de irracionalidad: ambición, vanidad, temor, el deseo, la fe. Y por otro, las distintas doctrinas operantes: ideologías, mitos, utopías, etc. Además, en la actualidad, y desde hace ya unas décadas, juegan un papel preponderante en esto los medios de comunicación con fines de propa- ganda. Un sector importante de la realidad política consiste en crear la imagen y “venderla”. Duverger, en este sentido expresa: “El siglo XX no es sólo el siglo del átomo: también es el siglo de las ciencias sociales. Los nuevos métodos de pro- paganda y encuadramiento de los hombres pueden ya cambiar al mundo tanto como la utilización de la energía nuclear(...) El desarrollo de la ciencia política permite entrever la posibilidad de una política consciente, en la que los hombres dejarán de ser objetos, cosas en manos de sus dirigentes. Es de esperar que al fin un día será falsa la fórmula de Maquiavelo, por desgra- cia aún verdadera: `gobernar es hacer creer’”. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 27 e) Política: Realidad multirrelacionada La política, como realidad existencial, se encuentra relacionada con otras realidades. Pero algunas de esas realidades con las que se relaciona no son, en rigor, sino manifestaciones o modalidades, elementos de ella misma. Así corresponde señalar que, a más de multirrelacionada es una realidad compleja e indivisa. Compleja por estar constituida por diversos elementos: ideas, instituciones y vida política, siguiendo a Prèlot. Pero es también indivisa, porque existen- cialmente –ontológicamente- es una, sin desmedro de la diversidad de sus elementos constitutivos y dejando en claro que ellos se interrelacionan, se interinfluyen. La multirrelación que se opera “dentro” de esa realidad se traduce en el influjo recíproco existente entre la vida política, las instituciones políticas y las ideas políticas. Así por ejemplo: de las ideas del racionalismo filosófico del siglo XVIII, de esas ideas de la ilustración, de los “contractualistas”, etc. hubo una influencia hacia hechos que ocurrieron como por ejemplo la Revolución Francesa, y ésta generó –a su vez-nuevas instituciones que gestaron nuevas prácticas, nuevas ideas y así sucesivamente. O podríamos comenzar el ejemplo a partir de alguno de los otros ingredientes de esta multirrelación hacia “adentro” de la política y el resultado sería apreciar de cualquier forma la relación recíproca entre ellos –vida, instituciones e ideas políticas- Pero, como ya lo señaláramos, se relaciona con otras realidades extrañas a ella: con normas jurídicas y morales (derecho y moral) que la estructuran como relación y la regulan como actividad. También, obviamente, con todo el contorno ambiental que la rodea, condiciona: factores o condiciones –mejor esta última acepción- sociales, sicológicas, históricas, económi- cas, geográficas, etc. Hemos visto, aunque muy al pasar que la política es variable y está históricamente condicionada. Por ende, su vinculación con la historia aparece manifiesta. La “multirrelación” es doble: “dentro” de la realidad política y “con” la reali- dad extra política. Múltiple, polifacética, variable, simbólica y multirrelacionada, la realidad política es una realidad compleja que no puede dividirse en compartimientos estancos. Aunque susceptible de diversos enfoques conceptuales, - es exis- tencialmente una, sin desmedro de la diversidad de sus elementos constitu- tivos, de los factores que la condicionan y de las consecuencias que origina. Como ya lo señaláramos, y siempre que esto no se olvide, científica y didác- ticamente resulta de utilidad la división ternaria que de ella hace Marcel Prélot en ideas, instituciones y vida políticas. En este sentido la estructura de la cur- rícula de la asignatura sigue este diseño ya que analizamos ideas-marxismo, liberalismo- y teorías –normativas, institucionalistas, críticas-, estudiamos insti- tuciones -por ejemplo, el Estado- y en lo referente a la dinámica política nos ocupamos de lo que es la vida política, el rol que juegan los actores políticos -partidos, grupos de presión, opinión pública, etc. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 30 Si tuviera únicamente la faz arquitectónica, la política correría el riesgo de estancamiento y fosilización. Asimismo, sin la faz estructural, la faz dinámica tendería al caos, pero sin la faz dinámica la mera faz estructural carecería de vida y movimiento. La política se presenta así como proceso de lucha y de movimiento de aco- modamiento y ajuste. Se evidencia la estabilidad y el cambio, el conflicto y el consenso. Sin este dinamismo sostiene Mario Justo López la «entropía», el desgaste natural del orden, concluirá con los grupos humanos. Contemporáneamente, entonces, la política se analiza como la forma «natu- ral» de conflicto social, acerca del desarrollo de las organizaciones políticas, y tiene ámbitos institucionales definidos: los partidos políticos, el gobierno, y otros similares; en términos generales: el Estado. 4- La especificidad de la política Atento a ello pasaremos a desarrollar el proceso histórico de definición del ámbito de lo político en el marco del análisis propuesto. En el círculo cultural de Occidente se atribuye el origen del estudio de la política a la cultura griega, más específicamente se ubica el comienzo de la política y de la reflexión sobre ella, en Atenas. Así se sostiene que el análi- sis sistemático y riguroso de los hechos políticos, surge en el momento histórico, en que en el siglo IV a.C., la crisis terminal de la polis suscita la reflexión de Aristóteles (Pinto, Julio, comp. 1995). Ello, tal como veremos en profundidad luego al estudiar la conformación de las polis atenienses y su valoración sobre la actividad política de la ciudadanía y su cosmovisión ideológica del TODO-PARTE. Este autor, mencionado por algunos enfoques como el «iniciador» de la ciencia política4 en su clasificación de las ciencias, diferencia ésta de la ética y la coloca en la cúspide de las ciencias prácticas, en tanto se ocupa del estudio de la vida en común de la polis, la cual era lo más relevante en la cosmovisión ateniense de la época. Esto explica el destacado lugar de 1a ciencia política en ese momento. Una vez pasada la polis, nuestra disciplina se hace más jurídica, desar- rollándose en la dirección indicada por el aporte romano. Posteriormente, en la Edad Media, la política se teologiza, primero adaptán- dose a la visión cristiana del mundo, luego en el marco de la disputa entre el papado y el imperio; y finalmente en función de la ruptura entre el cato- licismo y el protestantismo. Pero en la Antigüedad y en la Edad Media, en todos los casos, y a pesar de la distinción inicial aristotélica, el discurso sobre la política se configuró como un discurso limitado e incluso subordi- nado a los otros dos discursos ya mencionados. 4 Utilizamos aquí la denominación «ciencia política» en su sentido histórico, como cono- cimiento sistemático y fundado sobre la política, sin atender por ahora a otras distinciones que se formularán posteriormente. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 31 Así, se puede sostener que hasta la Modernidad, y con Maquiavelo, la política no se configura con cierta especificidad y autonomía. Con el autor florentino se produce una autonomatización de la materia objeto de estudio, lo político escindido ahora de las acostumbradas sujeciones a lo ético y lo religioso, ya no es algo determinable en función de ellos. En términos generales queremos señalar que la política es «distinta», lo que implica una condición necesaria y no suficiente de autonomía, y además que no es solamente distinta, sino que también tiene cierta independencia en cuanto a sus leyes de funcionamiento. La política es tal, por medio de un imperativo que es propio y tiene sus leyes que el político debe aplicar. En el sentido antes precisado, es Maquiavelo y no Aristóteles, quien «descubre» la política (Sartori, 1992). Se debe precisar también, que cuando hablamos de autonomía de la política, ese concepto no ha de entenderse en sentido absoluto, sino rela- tivo. Luego de esta primera distinción, debemos destacar que el ámbito de la política inicia un proceso de diferenciación que lo distinguirá de lo que es materia económica, social o de derecho público, porque en el transcurso de los siglos XVIII y XIX, estas materias cortaron el cordón umbilical, para constituir otras disciplinas (Strasser,1991). ¿Cómo se desarrollan estos procesos de diferenciación que nos permiten perfilar contemporáneamente el espacio y la autonomía de la política? Como hemos señalado, la diferenciación de la política de otros ámbitos o esferas, se da también a través de un proceso histórico. En este sentido, es en el seno de la modernidad en que se produce una distinción fundamen- tal en nuestra temática: la diferencia entre Estado y sociedad, o en otros términos, lo público y lo privado, correspondiendo a la política, la esfera de lo público. La afirmación de la sociedad como una realidad independiente y autosuficiente tiene, sin embargo, un lento desarrollo. Sostiene Sartori (1992), que es sintomática la ausencia de la idea de socie- dad en la literatura del siglo XVI, que teorizaba el derecho de resistir a la tiranía. Se le atribuye a Locke, una primera formulación de la idea de sociedad. En realidad, la idea de sociedad no es tampoco una idea que se formula y aplica en los acontecimientos revolucionarios. Es una idea de paz que pertenece a la fase tardía de la escuela de derecho natural. Es el espacio de libertad e igualdad en el que se desarrollan las libres relaciones entre hombres libres e iguales, sólo reguladas y no reformuladas jurídicamente. Si bien Locke y Montesquieu fueron los precursores del descubrimiento de la sociedad, el liberalismo político no tenía la fuerza del liberalismo económico (capitalismo) porque desde su óptica política la sociedad debía ser regulada por el derecho, en cambio las leyes de la economía no son leyes jurídicas (políticas), sino leyes «naturales» del mercado. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 32 Así, son los economistas clásicos Smith y Ricardo, y en general los librecam- bistas, quienes se esfuerzan por demostrar cómo la vida asociada encuentra en la división del trabajo, su propio principio de organización y que es una esfera ajena al Estado, no regulada por sus leyes, ni su derecho. Son los economistas de los siglos XVIII y XIX los que construyen la hege- monía de las ideas que postulan la imagen positiva de una realidad social capaz de autorregularse, de una sociedad que vive y se desarrolla según sus principios. Entonces el modelo y el ejemplo de la «sociedad espontánea» de los economistas, se extiende a la sociedad en general y sienta las bases de la definitiva diferenciación entre sociedad y Estado. Las premisas que no apa- recían claras en Locke ni Montesquieu para descubrir a la sociedad como «realidad autónoma» estaban maduras ya en el siglo XIX por obra de los economistas del capitalismo. Por ello, por una parte, la política ya no comprende el estudio de los pro- cesos económicos de la sociedad civil, sino que son objeto de una nueva y prestigiosa disciplina, la economía. Por otra parte, la obra El sistema industrial, de Saint Simon (17701825), prefigura con profética genialidad la sociedad ya transformada en socie- dad industrial. La sociedad se configura entonces como una realidad tan autónoma que se convierte en objeto de una ciencia por sí misma, que es distinta también no sólo a la política sino a la economía y que Comte (l 7981857) bautizó como «sociología». Luego de esta descripción del devenir histórico de la política, advertimos que se ha diferenciado de lo ético-religioso, luego de la economía y tam- poco incluye ya al sistema social. Finalmente se rompen los nexos identif- icantes entre política y derecho, al menos en el sentido en que un sistema político no se comprende como un sistema jurídico, y éste puede ser objeto de estudio de la ciencia jurídica. El ámbito de la política queda así referido a la organización y gobierno de las comunidades humanas. La política comprende las actividades humanas efectuadas en un “espacio público” destinadas a organizar la vida de un grupo. De allí deriva el ordenamiento de las conductas humanas. Consiste en actividades realizadas con intención de influir, obtener, conser- var, modificar o extinguir el poder, la organización o el ordenamiento de la comunidad. Podrían invocarse esas acciones como lucha o disyunción, o bien como paz, equilibrio o armonía. Podrá considerárselas mero reflejo de los móviles económicos o visualizárselas exentas de esas motivaciones. Tales consideraciones no alteran la distinción de la actividad política frente a otras formas de actividades, sólo muestran los motivos que pueden encon- trarse insertos en la acción política. La referencia de la política con el espacio público y el poder de decisión, permite diferenciar los actos políticos de los actos sociales y económicos. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 35 En cambio, el teórico político, se orienta específicamente al estudio de esos procesos. Aunque, debemos destacar, que los teóricos políticos se encuentran inmersos en los procesos políticos reales y que gran parte de las teorías políticas causantes de verdaderas transformaciones, constituyen propuestas que no sólo buscan cambiar el modo de observarlo político, sino también las propias instituciones políticas reales. Tal es el caso de Aristóteles, Hobbes, Locke, Marx y tantos otros. Ahora bien, recordemos lo que dijimos con relación a que las ciencias con- stituyen en la actualidad el tipo de saber más legitimado en Occidente y por lo tanto una fuente de poder, por ello se convierten en un “saber especial- izado” que dota de autoridad a quienes se sirven de este saber. Esto ocurre por el lugar de privilegio que ha alcanzado en Occidente el conocimiento científico, como límite demarcatorio de la mera opinión, de lo subjetivo, y hasta de lo “irracional”, lo que comenzó en la Modernidad. En nuestro caso, la ciencia política ha estructurado un “saber científico político” que permite revestir de autoridad a quien se apoya en él, sirve como justificación a las decisiones que se tomen, ya que por su poder “racionalizador” son su sustento legitimador. Por ello, todo político práctico cuando debe justificar las decisiones que adopta, remite de una manera directa o indirecta a este tipo de saber especializado, por ello hay una impli- cancia entre los aspectos teóricos y prácticos de la política. Hoy en Occidente no consideraríamos justificada una decisión tomada por un gobernante cuando la fundamentara en una especie de “intuición” o en su fe en Dios. Esto porque desde la modernidad el tipo de conocimiento considerado válido para explicar el mundo y servir de criterio diferenciados de lo irracional, subjetivo y metafísico, es el conocimiento científico. Esto le ha permitido a las ciencias constituirse corno un discurso validador o justificador de las decisiones que lo tengan como base. De allí que es poco probable que, en nuestro caso la política, no tenga como fuente directa o indirecta ese saber especializado político, que no es sino lo que llamamos ciencia política o teoría política. Entonces, debemos aclarar que de acuerdo a nuestra posición existe una ineludible relación entre la teoría y la práctica, entre el desarrollo científico de la disciplina y los valores políticos que la estimulan. Es por eso que las teorías políticas se instituyen, a la vez que en paradig- mas científicos que orientan a la disciplina, en perspectivas ideológicas que legitiman la práctica política; las teorías replantean, a la vez que el discurso científico vigente, el orden político existente. El horizonte histórico de com- prensión es el que hace inteligible las grandes teorías que dan sentido al análisis científico de la política (Pinto, Julio, comp. 1995). EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 36 3- Aproximación a las teorías políticas contemporáneas De todo esto, y en miras a dar una definición preliminar, podemos decir que la ciencia política pertenece al nivel de la reflexión de la política como activ- idad que hemos caracterizado antes, y que toma la forma de una disciplina académica que pretende describir y/o analizar, y/o interpretar, y/o criticar de forma sistemática lo relativo a la política como actividad, así como sus valores, puntos de vista e ideologías subyacentes, teniendo al hombre y su realidad como objetos de estudio. La ciencia política no es un único ámbito de conocimientos sobre lo político, ni está constituida por un conjunto de verdades sobre temas políti- cos, más bien nos inclinamos a pensar que la ciencia política es un campo donde convergen numerosas visiones sobre lo político. Estas diferentes miradas que tienen los teóricos políticos sobre todo lo relacionado con la disciplina, constituyen sus perspectivas teóricas; que como tal significan maneras de describir e interpretar lo político, y por con- siguiente implican la elección de herramientas metodológicas para abordar el objeto de estudio y la construcción de distintos conceptos básicos para describirlo, explicarlo o interpretarlo. Lo que nos interesa destacar en este tema es que la historia de la reflexión política, es la historia de hombres que miran lo político, pero esta mirada no es una visión ascética, sino cargada de ideología, entendida ésta como posición frente al mundo. Von Beyme (1977) llama a esto enfoques metateóricos, que serían como perspectivas teóricas que condensarían lo que numerosos autores tienen en común sobre ciertos aspectos fundamentales de la disciplina. Esta comunión de autores ni es completa ni absoluta, sino que responde a una decisión clasificatoria y analítica, que, si bien se articula con afini- dades en aspectos centrales, se alejan en algunos puntos, por lo tanto, su inclusión en uno u otro enfoque puede generar discusión. Además, esta clasificación no significa que haya abismos infranqueables entre todos los teóricos pertenecientes a los distintos enfoques; incluso muchos de ellos comparten conceptos o métodos que pertenecen más específicamente a otro enfoque. Todo teórico político tiene ideas sobre lo político, y estas ideas son el reflejo de su posición frente al mundo, frente a la realidad social, frente al hombre, frente al Estado, etcétera. Esta posición le da forma a un discurso del teórico, debajo del cual subyacen supuestos básicos. Estos supuestos pueden ser de los más variados: pueden ser presupuestos ontológicos como los referidos a la naturaleza del hombre, la naturaleza sobre la realidad social. Pueden ser presupuestos epistemológicos-met- odológicos como los referidos a las formas de conocer, la relación básica entre teoría y hechos, y otros. Entre éstos hay una infinita gama de supues- tos básicos, que incluso son irreductibles para algunos pensadores. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 37 Así los distintos enfoques se clasifican teniendo en cuenta estos supuestos nucleares, explícitos o implícitos, presentes en las teorías políticas. De allí que cada teoría o enfoque contiene diferentes conceptos básicos y distintas definiciones de lo político como concepto central de la ciencia política. Por lo tanto, tienen discursos políticos y sociales diferenciables, los que pueden seguirse, no en todos los casos, a través de una mirada sobre los argumentos que estructuran su discurso. De esto surgiría que un discurso determinado perteneciente al mundo de lo político, no podrá entenderse y aún menos criticarse, a menos que se tomen en cuenta dichas presuposiciones. Como estamos en el nivel de la reflexión sobre lo político, en el nivel de la teoría, debemos aclarar que no resulta fácil mantenerse en el término ideal entre la exposición de las teorías, la referencia a la realidad política que contienen y la valoración y crítica de ellas. Para ello se tratará de describir el pensamiento general y aconsejar al estudiante la lectura directa de autores de cada enfoque. Los enfoques que plantearemos, con la intención de exponer los supuestos que las conforman y guían, son: - Enfoques normativos u ontológico-normativos. - Enfoques empírico-analíticos, o empírico-racionalistas o neopositivistas. - Enfoques crítico-dialécticos. Cabe decir que a estos enfoques se los suele identificar, aunque esto no es absoluto ni implica un criterio definitivo, con alguna posición política, entendida como la adopción de una ideología. Así a los normativistas se los puede articular con ciertas concepciones conservadoras, aunque hay gran variedad de normativistas contemporáneos con concepciones reformistas, a los empírico-analíticos liberales (aunque desde los críticos son estimados conservadores) y a los crítico-dialécticos, neomarxistas o más genérica- mente de izquierda. Dicha relación permite explicar el surgimiento histórico de ciertos enfoques; pero no hay una relación causal entre un enfoque y la inclinación política de los teóricos. 4- El nacimiento de la ciencia política La aproximación a los distintos enfoques sobre lo político nos dará la pauta que no es para nada unánime el concepto de ciencia política, ya que no es univoco el concepto de ciencia en general, ni los requisitos que debe cum- plir el conocimiento para poder ser calificado de científico. De allí que entrar dentro del campo de la ciencia política, como ciencia social, equivale a penetrar en la polémica. Como ejemplo palmario del grado de conflictualidad que implica hablar de ciencia, podemos preguntamos por el nacimiento de la ciencia política. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 40 El conductismo o behaviorismo implica la posibilidad de estudiar la con- ducta humana sin una interpretación síquica, sino partiendo de entender a la conducta humana como respuesta a los estímulos del entorno. El hilo conductor de la experiencia conductista será la adopción por parte de la ciencia política, de los métodos de investigación de la sociología que toma como propios, en tanto son precisos como los de las ciencias natu- rales. Su desarrollo se divide en tres fases; en la primera, alrededor de 1908, se destacan los nombres de Bentley, Alan Ryan. La segunda, de 1950 en adelante, donde afirmaba David Easton “el centro de atención de la ciencia política se ha desplazado del análisis de las instituciones al de los individ- uos, cuyas motivaciones, personalidades o sentimientos observa, para poder de este modo investigar adecuadamente cómo están relacionados y qué influencias tienen en un proceso político; Almond, Deutsch, Simon, etc. En la tercera fase, de gran auge en la década de los 80, destacándose las figuras de Olson, Downs, Schumpeter, etc. 4.B) Postura de Prelot Aristóteles (Siglo V a.C.) es el fundador de la ciencia política, ya que es él quien da el gran salto en Grecia de la especulación metafísica al campo de lo empírico, realizando un estudio exhaustivo de más de cien constituciones políticas. Es Aristóteles quien comienza a detallar la organización de las instituciones y de la comunidad política en la polis griega. 4.C) Postura de Maquiavelo La auténtica separación racional entre política y ética no se produce sino hasta la Edad Moderna, siendo Maquiavelo un gran exponente de la con- strucción de una técnica del poder destinada a eliminar cualquier clase de límites normativos – morales que pudieran trabar la autoridad del príncipe. Atribuir la iniciación de la ciencia política a Maquiavelo, es tradición, sobre todo por la autonomatización de su objeto de estudio: lo político, escindido de las acostumbradas sujeciones a lo ético (Grecia) o lo religioso (Edad Media). 4.D) Postura de Brecht Coincide con Duverger; la ciencia política surge en 1900; pero no sólo es necesaria la creación de universidades, cátedras, Centros de Investi- gaciones, sino que son necesarios los resultados que permitan elevar a carácter de científico a la política. 4.E) Postura de Duverger Del siglo XX, considera que la política posee una gran prehistoria y una corta historia. La ciencia política comienza en nuestro siglo, con el auge de las universidades. Duverger ha encontrado en la entrada de la cien- cia política en la Universidad el hecho decisivo para marcar y precisar su nacimiento como verdadera ciencia (historia). El origen de la ciencia política EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 41 no ha sido simultáneo en todas partes. En Estados Unidos la entrada oficial en gran escala de la ciencia política en las universidades se produjo entre 1890 y 1914. En la mayor parte de los países europeos y con algunas excepciones (Oxford, Londres, Cambridge), el hecho se ha operado con posterioridad a la segunda Guerra Mundial. Realiza la siguiente esquematización: • Prehistoria: • Prehistoria propiamente dicha (período anterior al siglo XIX), PRECURSORES, dieron o crearon un método para elevar la política a la categoría de ciencia: 1) Aristóteles, “Método de observación”. 2) Maquiavelo, “Método objetivo” (separa consideraciones metapolíticas de las realidades políticas). 3) Bodin, “Desarrollo del método de la observación”. 4) Montesquieu, “Método de observación sistemática” (sistematiza el método aristotélico). • Intermedio, siglo XIX, FUNDADORES: 1) Tocqueville, que aporta el método de la “Observación profunda” (no creía en la democracia, pero anticipa la revolución democrática a la que denomina la “revolución irresistible”; su obra, “La democracia en América”). 2) Comte, con su “Método positivo”. Es el padre de la sociología. 3) Marx, “Una nueva cosmogonía” con método: materialismo histórico. En las ciencias sociales hay un antes y un después. Debemos aclarar que el criterio que sigue Maurice Duverger para señalar a los autores arriba citados como precursores o fundadores de la Ciencia Política, en su larga etapa prehistórica –de más de 20 siglos: V a.c. hasta el XIX de nuestra era- es el aporte respecto al método que utilizaron para esbozar sus teorías, ideas respecto a la política, ya que para que nuestra disciplina sea científica, al igual que otras, necesita de un método. 5- La política y la politología La palabra política se origina en las palabras griegas polis, politeia, política, politiké. • é polis: la Ciudad, estado, el recinto urbano. • É politeia: el Estado, la Constitución, el régimen político. • Tá política: cosas políticas, cosas cívicas. • É politiké: el arte de la política. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 42 Para los antiguos, la política pragmateia es el estudio o el conocimiento de la vida en común de los hombres según la estructura esencial de esta vida que es la constitución de la ciudad. El hombre antiguo, tal como lo definió Aristóteles, aparece así como un ser o animal cívico. Se disminuye enormemente el alcance de la definición al traducir zoon politikon por animal social. El animal es también social, pero solo el hombre es político. Su carácter específico es vivir insertado en el organismo social que constituye la Polis, y ésta es para él tanto una necesi- dad natural como ideal. La Polis no es solo la ciudad como planta urbana, sino también un territorio agrícola, la campaña circundante. Hay pues correspondencia, en cuanto al concepto mismo, entre la Ciudad antigua y el Estado moderno. La correspondencia verbal entre la Ciudad y el Estado se halla asegurada, en latín, mediante la palabra república; lo que concierne a la ciudad, cor- responde res publica: la cosa pública. Como adjetivo, repúblico es equiva- lente a cívico. Más tarde la palabra Estado se une a la expresión res pública. La con- junción estado de la cosa pública. En sí mismo, por otro lado, el término status solo significa una posición. Con el correr del tiempo la palabra status y la expresión res publica fueron adquiriendo poco a poco, y separadamente el mismo sentido. La latinidad media y baja desconoce la palabra política. Las otras políticas del Siglo XVI se denominan Il Príncipe, Maquiavelo incor- pora al uso corriente la expresión Estado. Hoy en día el lenguaje corriente ha enriquecido con otras acepciones la definición de política, pero deja al sentido principal su acepción tradicional. La Academia Francesa dice que política es el conocimiento de todo lo que se relaciona con el arte de gobernar un Estado y de dirigir sus relaciones exteriores. Hatzfeld y Darmesteter dicen: “politique: relativo al gobierno de un Estado; Droit politique: derecho por el cual un ciudadano participa en el gobierno de un Estado; homme politique: el que se ocupa del gobierno de las cosas públicas; politique, como sustantivo: el arte de gobernar, todo lo concerniente a los asuntos públicos”. Littré, “la ciencia del gobierno de los Estados, el arte de gobernar un Estado y de dirigir sus relaciones con los otros Estados”. La grande Encyclopédie, “la política es estrictamente el arte de gobernar un Estado. La ciencia política puede, pues, definirse como la ciencia del gobierno de los Estados, o el estudio de los principios que constituyen el gobierno y deben dirigirlo en sus relaciones con los ciudadanos y los otros Estados”. La política alude tanto a los hombres y a los hechos como al conocimiento que se tiene de ellos. Actualmente se hace la distinción mediante el uso del EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 45 Con Santo Tomás la política pierde la primacía que le había asegurado Aristóteles. Conserva el primer lugar entre las artes prácticas, ya todas las ciencias y las artes no convergen más hacia la política, sino hacia la teología. La política, como las demás ciencias, es su sirvienta. La noción de Estado pasa de la colectividad popular al gobierno, del gobierno a la persona de quien gobierna, del Estado al reino y del reino al príncipe. 5.c) Las concepciones modernas: El Príncipe, es el título del libro que inicia la politología moderna. La política se inclina hacia la psicología y la pedagogía. Maquiavelo distingue entre repúblicas y principados. Da a la palabra “república” un sentido preciso: el de gobierno temporario. Mientras el Estagirita dirige sus investigaciones hacia el buen gobierno que asegura una vida buena a sus buenos ciudadanos, Maquiavelo tiende hacia un gobierno eficaz para una Italia unida y descentralizada. La política es el arte del Estado, dirigido menos a la felicidad de los miembros de la Ciudad que a la obtención de su obediencia. Ya se trate del bien de los hombres o de su obediencia, el objeto del con- ocimiento político sigue siendo el Estado, concebido así como un cuerpo político. Bodin abarca toda la ciencia política, con los diversos órdenes de hechos que comprende y las leyes fundamentales que la integran. “Geschichte des allgemeinen Staatsrechts und der Politik seit der 16. Jahrhundert bis zu Geg- enwart” (Historia del Derecho general del Estado y de la política desde el siglo XVI hasta la actualidad), “Die Staatslehre Bodins” (La teoría del Estado de Bodin). Bodin enriquece el esquema aristotélico, con el aporte de puntos de vista que son tanto el resultado de su reflexión personal como del paso de la Ciudad-estado al Estado monárquico, a principios del siglo XVI. Bodin ve en el Estado el producto de una evolución secular que engendra un equilibrio de derechos y obligaciones en el seno de un grupo más com- plejo que el estudiado por el Estagirita. No solo hace del Estado “el recto gobierno de varias familias”, sino que interpreta las desigualdades compro- badas por él como causa de una división del trabajo. Althusius, “Política Sistemática”, define la política como el arte de consti- tuir, cultiva y conservar la vida social. Le da, en consecuencia, el nombre de simbiótica, que toma del griego. El Estado es una comunidad política superpuesta a las comunidades más simples, a las familias, a las corpo- raciones, después a las sociedades más complejas, las comunas y las ciudades. Llega a una concepción contractual y orgánica de la soberanía. Se pasa por gradaciones de las sociedades más simples a la sociedad estatal. Por ello se puede considerar a Althusius como el precursor de las doctrinas políticas que más tarde serán calificadas de federalistas o aun de corporativas. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 46 Mientras que Althusius considera al Estado como una federación de grupos ligados por un contrato del que surge la soberanía, Bodin afirma el carácter unitario e indivisible de esta soberanía. Althusius es un organicista popu- lar para quien la autoridad reside en el pacto concluido por los elementos orgánicos que constituyen el Estado, Bodin es un monarquista unitario, partidario de la soberanía, que reposa en la persona del príncipe. El Prín- cipe prevalece definitivamente sobre el Estado y domina la politología de los siglos XVI y XVII. De manera opuesta, la Escuela de Derecho natural y de gentes redescubre la concepción social. Puffendorf y Barbeyrac vuelven al término Civitas. JJ. Rousseau, y su Contrato Social, “la persona pública que se consti- tuye así mediante la unión de todos los otros tomaba en la Antigüedad el nombre de Ciudad y se la denomina actualmente república o cuerpo político, al cual sus miembros llaman Estado cuando es pasivo, soberano cuando es activo, y potencia al compararla con sus semejantes”. “Se con- funde el recinto urbano con una Ciudad y a su habitante con el ciudadano”. De Aristóteles al siglo XVIII, la tradición es una y segura. Hay, como lo expresa bien Paul Janet, quien escribió la historia de este período, “una ciencia del Estado, no de tal o cual Estado en particular, sino del Estado en general considerado en su naturaleza, en sus leyes y en sus formas princi- pales. Es la ciencia política, y nadie derivó entonces de ella otra rama del conocimiento de la vida social”. La sustitución de la politología 6.a) La politología sustituida por la ciencia económica: El uso cada vez más generalizado de un término que se origina a principios del siglo XVII, el de economía política, provoca una incertidumbre creciente. Con Aristóteles se vio florecer la rama fértil de la política, mientras que la económica se marchitó rápidamente. Con el cristianismo las relaciones de familia tomaron cada vez más el aspecto de relaciones personales atinentes no a la económica, sino a la ética; sólo quedó a la económica la adminis- tración del patrimonio y el cuidado de la casa. El siglo XVII produce cambios que modifican completamente el sentido del término “económica”. Montchrestien sostiene que el Estado debe com- portarse, con respecto a sí mismo, como si se tratara de una casa cuyos limitados recursos deben administrarse juiciosamente (idea de una gestión económica, o sea “familiar”). El Príncipe debe aplicar al Estado las leyes de administración de un hogar. Llama Economía Política a las reglas de una buena administración de los bienes del reino. Sully, “transportada del hogar al Estado, la economía se convierte en el arte de la administración de las cosas materiales. Unido a economía, que es el sustantivo, el adjetivo política es equivalente a estatal”. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 47 Piettre dice: “el carácter nacional de la economía sobrepasa en mucho su carácter crematístico”. Más adelante da a esta economía el calificativo de “monarquizada”, invocando a Hauser, para quien el rey es “el legislador y el regulador de la vida política”. Adam Smith, “la economía política conserva su dependencia tradicional respecto de la política, rama de los conocimientos del legislador y del hombre de Estado, que se propone enriquecer a la vez al pueblo y al sober- ano, particularmente con el objeto de proporcionar al Estado renta sufici- ente para el servicio público”. Desde la segunda mitad del siglo XVIII la economía se aleja de la política. Se convierte en un sistema lógico de asuntos económicos que deben ser considerados en sí mismos, por ellos mismos y para ellos mismos. Piettre decía que la económica, no solo se ha separado de la política, sino que pretende una autonomía total. La economía es una fisiocracia, un gobi- erno de la naturaleza; la política sea cual fuere el régimen considerado, es un gobierno del hombre, una antropocracia. La economía reivindica su autonomía tanto en el orden práctico como en el orden intelectual. En el práctico, rechaza la dominación política de los regímenes en vigor. En el intelectual desea ser una ciencia independiente con respecto a las otras ciencias, y sobre todo con respecto a la ciencia del gobierno del Estado. La economía no solo quiere separarse de la política, sino desvalorizarla colocándola en un segundo plano. En esto concuerdan las dos escuelas rivales del liberalismo y del socialismo. La idea fundamental del individualismo liberal está constituida, más que por nociones de libertad y de individuo, por el concepto de espontaneidad. Los fenómenos económicos son una manifestación de la naturaleza: surgen inevitablemente y se organizan por sí mismos. La economía se halla sometida a leyes naturales. En consecuencia, la política nada tiene que hacer en este terreno. Si interviene, será para ponerle obstáculos a esta rueda maravillosa, que de otro modo giraría por sí misma. El liberalismo concluye en una concepción minimalista del Estado en la que se le deja el menor sitio posible. “El hombre de la era liberal es el hombre menos politizado que ha existido”. En lo que se refiere al antipoliticismo, en el fondo el socialismo se halla de acuerdo con su adversario. Todos desean la desaparición del poder político en su esencia. La primacía de lo económico, la desvalorización y la exclusión de lo político se expresan en la famosa parábola de Saint Simon, y fue Proudhon quien le dio un extraordinario relieve: “La única y verdadera revolución es la revolución social, que opone a las seudorrevoluciones políticas; ella reemplazará el Gobierno por el Taller; ponemos la organi- zación industrial en lugar del Gobierno, y las fuerzas económicas en lugar de los poderes políticos”. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 50 La politología desmembrada y abandonada 7.a) Una ciencia sin contenido: El contenido de la política disminuye hasta desaparecer por completo, debido a la creciente especialización de las ciencias políticas. Existen ahora sociología política, que estudia los fenómenos políticos en su aspecto social; economía política, que examina al Estado como agente o como marco económico; derecho político, o público, que considera el aspecto jurídico de las instituciones y relaciones públicas; historia política, filosofía política, geografía política, etc.Cada vez que aparece, la política es absorbida por otra ciencia. A fines del siglo XIX la política desapareció como sustantivo que designa una disciplina autónoma, y solo quedó como calificación de otras disciplinas. No existe más la ciencia política, solo subsisten las ciencias políticas. Ya nada queda para la politología como tal. Algunos, sin embargo, consideran que esta reabsorción total es excesiva: la politología conservará lo que las disciplinas particulares no hayan podido asimilar. Esta teoría residual no puede servir de base para una superviven- cia honorable de la ciencia política. Paradójicamente, la multiplicidad y el progreso de las ciencias políticas engendran la desaparición de la poli- tología. Una ciencia sin adeptos: Durante el siglo XIX y comienzos del XX se produjo un debilitamiento de la literatura politológica. Hay pocas “Políticas” escritas durante tal período. Ivan Golovine sostuvo en 1844: “La política es la ciencia del gobierno tanto en sus relaciones interiores como exteriores, la ciencia del Estado por excelencia”. Por otro lado, sostiene Buchez: “La terminología y las defini- ciones de Platón y Aristóteles constituyen todavía hoy la base de la ciencia política, la cual debe ser completada por una idea de progreso”. 7.b) La politología renaciente I. El nuevo Clima: La primera guerra mundial no contribuye en absoluto a sacar del marasmo a la ciencia política. La segunda guerra mundial da el impulso decisivo al renacimiento politológico. En el renacimiento de la politología tiene gran importancia, ante todo, el ejemplo norteamericano. Las universidades de los Estados Unidos desde fines del siglo XIX crearon y extendieron su departamento de ciencias políticas. La brusca ascensión de la ciencia política solo pudo producirse porque durante todo el siglo XIX y comienzos del XX las Facultades de Derecho has sido, a pesar de las reticencias y las hostilidades, la verdadera Escuela de Ciencia Política. Hombres como Hau- riou, Esmein, Soulier, Barthélémy, Chevallier, etc. En estas obras la ciencia política presente en todas partes, no se afirma a cara descubierta, sino que toma la apariencia del “punto de vista”. El estudio del Estado, de los fenómenos constitucionales y relacionales, contiene algo más que lo que capta y explica el Derecho. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 51 Le tocó a Burdeau efectuar la revolución ya latente pero todavía insegura de sí misma, de hacer pasar el Derecho Constitucional de la situación de ciencia principal a la de ciencia complementaria. II. Redescubrimiento de la política: El politólogo se considera un investigador a través de todo lo social; lo que el descubre es la realidad social. La teoría del “interés selectivo”, subyace en los trabajos de la Unesco en 1948, en relación con el establecimiento de la lista-tipo. La primera y fatal consecuencia del renacimiento de la ciencia política debía ser necesariamente un debate sobre su objeto. Dabin sostuvo que la ciencia política no es ni puede ser otra cosa que la ciencia del Estado. Si partimos de la palabra política, la ciencia política tiene un objeto específico, perfectamente distinguible, o sea, la cosa política, res política. Los esfuerzos se dirigieron a enumerar aquello en lo que se interesaban, las instituciones y los hombres dedicados a su investigación y a su enseñanza: LISTA TIPO DE LA UNESCO • La teoría política: • La teoría política; • La historia de las ideas; • Las instituciones políticas: • La Constitución; • El gobierno central; • El gobierno regional y local; • La administración pública; • Las funciones económicas y sociales del gobierno; • Las instituciones políticas comparadas; • Partidos, grupos y opinión pública: • Los partidos políticos; • Los grupos y las asociaciones; • La participación del ciudadano en el gobierno y en la administración; • La opinión pública; • Las relaciones internacionales: • La política internacional; • La política y la organización internacional; • El Derecho internacional. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 52 La lista-tipo ofrece una serie de ventajas: Registrar los temas objeto de escritos o de investigaciones diversas; 2) La vida política, en sus diversos aspectos, necesita de las variadas investigaciones del sociólogo, del geógrafo, del historiador, del psicólogo, etc.; 3) La lista-tipo evita caer en los peligros que la politología no supo evitar anteriormente, disolviéndose en una serie de ciencias especializadas que solo dejaban a la ciencia política un residuo carente de interés. Para complementar el estudio de los contenidos, se sugiere consultar el articulo de Héctor Zamitiz Gamboa, “Origen y Desarrollo de la Ciencia Política: Temas y Problemas”, Convergencia N° 20, 1999, ISSN 1405-1435, UAEM, Toluca, México. Disponible en http://convergencia.uaemex.mx/arti- cle/view/1865/1419 iv- El nacimiento de lo político: platón y aristóteles. Atenas: ciudad estado y la unidad persona/estado (estructura todo/parte). Para complementar el estudio de este punto, se sugiere consultar el mate- rial obligatorio: BONETTO de SCANDOGLIERO, María Susana y JUÁREZ CENTENO, Carlos A.: Temas de Historia de las Ideas Políticas. Ed. Advoca- tus, Córdoba, 2001. Capitulo: - Periodo de las comunidades urbanas • la polis • el pensamiento griego • periodo helenista” Ahora lo invitamos a realizar la Actividad 3 correspondiente a este módulo. Tal como fue expuesto previamente, pueden encontrarse en Atenas los precedentes de mayor impronta para el estudio de la política y los princi- pales exponentes teóricos en esta materia, a quienes se los identifica con el nacimiento de la ciencia política. Sin embargo, no solo de su construcción teórica se desprende la impor- tancia en la política, sino en el diseño y planificación estratégica del orden político y social de Atenas, quien, junto a Esparta, constituyen las ciudades estados referentes de la Grecia Antigua. Sin embargo, es recién a partir del año 507 a.C. con las reformas políticas establecidas por Clístenes, que se instaura un régimen de gobierno de naturaleza democrática, transformando no sólo la práctica política sino gen- erando una nueva cosmovisión ciudadana en la participación política. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 55 Tal como será expuesto con mayor detalle a continuación, durante el peri- odo en que la organización político social que las reformas de Clístenes se mantuvieron vigentes (el debilitamiento comenzó luego de la derrota de las Guerra del Peloponeso 431-404, y su caída se materializó con la supresión de las instituciones democráticas a causa de la hegemonía macedonia en 322 a. C y el desarrollo de las escuelas criticas); la polis ateniense resultó un modelo para todo el mundo Antiguo. Junto a Atenas, otras ciudades estados también establecieron el sistema democrático (quienes conformaron la liga de Delos) para su organización policía interna, pero estas fueron de menor importancia. No obstante, la democracia encontrar su mayor exponente en Atenas, y ser el precedente histórico vinculado con el origen del término, la forma de gobierno impuesta durante esos años en la ciudad estado griega, constituyó en realidad un modelo que dista mucho de los componentes institucionales, las categorías éticas-morales y la cosmovisión ideológica que sustenta y legitima lo que hoy podemos denominar democracia entre nosotros. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 56 La misma idea de libertad e igualdad, bases que sustentaban la democracia ateniense distan mucho de su concepto actual y no eran entendidos como derechos poseídos en carácter personal y propios de una esfera privada, sino más bien como componentes de la idea de ciudadanía vivida en con- junto. El ideal ateniense establecido a partir de las reformas de Clístenes (con anterioridad a este, las reformas de Solón anticiparon una idea más débil de democracia que luego consolidaría Clístenes) y que encuentra su mayor esplendor a través del Discurso Fúnebre de Pericles, procuraba la participación continua de la ciudadanía en los asuntos públicos, es decir en todas aquellas cuestiones que hacían a la vida en comunidad y que podían afectar a los atenienses. El ciudadano en la Antigua Grecia no gozaba de un espectro de derechos personales para ejercer contra el estado y sus demás pares, sino que en realidad su condición de ciudadano estaba dada por un cierto número de prerrogativas y ventajas, de obligaciones y exigencias que le diferencia- ban de los no ciudadanos: los extranjeros o metecos, los esclavos y las mujeres, quienes también Vivian dentro de la polis. Estas prerrogativas políticas, jurídicas, religiosas, sociales, y obligaciones militares y fiscales procuraban una unión y una vinculación directa e inmed- iata del ateniense para con sus pares y para con el estado, resultado de ello una comunidad de ciudadanos unidos entre sí a partir de un ideal común de interacción y participación. Junto a ello, la idea de igualdad, libertad y responsabilidad sustentaban la vitalidad de este régimen procurando que todos los ciudadanos par- ticiparan de manera activa en la comunidad, sea ya reuniéndose en la Asamblea o en los consejos, ejerciendo las magistraturas u otros cargos, rindiendo cuentas de su gestión o solicitando a otros su rendición. Así las cosas, la idea de ciudadanía estaba ligada a funciones deliberativas y legislativas, ejecutivas, judiciales y bélicas, que demandaban una partic- ipación y un compromiso continuo, determinando una interacción perma- nente de los ciudadanos entre si y para con el estado. De todo esto se coligue lo que llamamos como COSMOVISION IDEOLOG- ICA DEL TODO/PARTE o ESTRUCTURA TODO/PARTE que sustentaba la comunidad de vida ateniense de la democracia. Así, la democracia o isonomia, distaba de ser únicamente un sistema de organización político y social, sino una forma de vida anclada y sustentada por la participación continua de todos los ciudadanos: La identificación de la ciudad-estado ateniense con el conjunto de sus ciudadanos supuso la realización de la politike areté, que significa que todos los ciudadanos se ponen en relación de cooperación e inteligencia en el espacio vital de la polis. Las exigencias políticas, sociales y militares que la democracia ateniense demandó a sus ciudadanos sirven para entender que significa realmente ser ciudadano de una comunidad política. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 57 El estado como estructura organizativa de poder existía en la medida de la participación continua de su ciudadanía, en cuyo contexto, la persona no era un ente privado de derechos y obligaciones tal como la conoce- mos hoy, es decir, un sujeto individualmente reconocido; sino un eslabón no autónomo ni autosuficiente. Solo el estado resultaba una entidad autárquica, y el ciudadano solo existía y era tal en la medida que partici- paba de la dinámica política diaria. Esto producía una unidad indisoluble entre persona y estado, vinculados íntimamente entre sí, en donde el sujeto no gozaba de una identidad personal propia, sino que era el componente activo, la PARTE del TODO. Tal como será expuesto luego, fue precisamente esta condición de unidad indisoluble y continua, lo que transformó a la idea de ciudadanía en una carga demasiado pesada para el ateniense, y que luego comenzaría a debilitarse y evidenciarse con las ESCUELAS CRITICAS y llegar a romperse definitivamente con la dominación macedonia. IV.A- Discurso fúnebre de Pericles Para complementar el estudio de los contenidos, se sugiere consultar el libro de Tucídides, Historia de la guerra del Peloponeso, libro 11, 34-46. Dis- ponible en: http://www.enxarxa.com/biblioteca/TUCIDIDES%20Guerra%20 del%20Peloponeso%20_BCG_.pdf Tucídides nació aproximadamente 460 a.C. y murió 400 a.C. Participó en la guerra que su obra clásica relata. La guerra del Peloponeso. Este célebre discurso aparece en el Libro II de dicha obra. Discurso Fúnebre de Pericles, pronunciado el año 431 a.C. https://www. cepchile.cl/cep/site/artic/20160303/asocfile/20160303184915/rev11_tucid- ides.pdf El Discurso Fúnebre de Pericles, pronunciado el año 431 a.C. en el Cemen- terio del Cerámico, en Atenas, es uno de los más altos testimonios de cultura y civismo que nos haya legado la Antigüedad. Por de pronto, es mucho más que un mero discurso fúnebre. Las exequias de las víctimas del primer año de la guerra contra Esparta le brindan a Pericles la oportunidad de definir el espíritu profundo de la democracia ateniense, explayándose sobre los valores que presiden la vida de sus conciudadanos y que explican la grandeza alcanzada por su ciudad. El discurso no es, por cierto, trascrip- ción fiel de lo efectivamente dicho por el político y orador ateniense, sino la verosímil recreación de su contemporáneo, el historiador Tucídides, que lo incorporó al relato de sus Historias (II, 35-46), donde se narran las guerras entre Atenas y los peloponesios. También es claro, por otra parte, que en esta pieza no hay una cabal exactitud histórica en la descripción de Atenas, cuya realidad aparece idealizada. Pero todo esto, en última instancia, es irrelevante para la historia. Al menos, para la historia espiritual. Lo que a ésta le importa, en rigor, no es tanto saber lo que de hecho Atenas fue, sino más bien lo que ella creía ser. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 60 Sócrates La vida de Sócrates transcurrió en Atenas entre los años 470 y 399 a.C. Muchos son los aportes que se le deben a Sócrates, y si bien en materia política no se saben exactamente sus conclusiones, él tiene que haber sido un crítico franco de la democracia ateniense y de su presunción de que cualquier hombre puede desempeñar cualquier puesto. Así lo sugiere la Apología y lo afirma prácticamente Jenofonte en las Memorabilia y en cual- quier caso el proceso y la condena de Sócrates son difíciles de entender si no andaba tras ellos, de alguna manera, la “política”. Puede haber ocurrido que una parte considerable de los principios políticos desarrollados en la República sea de Sócrates y que Platón los aprendiera directamente de su maestro. Sea como quiera, el tono intelectualista de la República es, sin duda, una consecuencia de la certidumbre socrática de que la virtud – sin excluir la virtud política – es conocimiento. Para continuar con el estudio de los contenidos, se sugiere consultar el material básico, disponible en plataforma, BONETTO DE SCANDOGLIERO, María Susana y Juárez Centeno, Carlos A. Temas de Historia de las Ideas Políticas. Ed. Advocatus. Córdoba, 2001. Temas: • Sócrates, Platón, Aristóteles, las ciudades estados y las escuelas críticas. Platón y Aristóteles La utopía platónica Con Platón el genio griego se realiza con extraordinaria plenitud. Nació en Atenas en el 428 a.C. y murió ochenta años más tarde, discípulo de Sócrates, y con un exitoso tránsito por el deporte, cultivo una afición per- sonal por Esparta; recorriendo el mundo antiguo en 3 oportunidades con el objetivo de realizar su ideal político. Sus diálogos platónicos traducen su metodología de estudio: la utopía, a través de la cual representa un modelo ficticio de estado óptimo desde el cual juzgar los acontecimientos de su realidad, ideando planes y medidas para acercarse a dicha utopía. Arbitrario y totalizador, Platón sostiene la necesidad de un gobierno de sabios, la sofocracia, fundado en desigualdades naturales de los hombres vinculadas a sus capacidades y funciones dentro de la ciudad. Platón consideraba que si había cinco formas de gobierno, y postulaba la existencia de cinco formas de constituciones mentales del individuo. Las cinco formas de gobierno son la aristocracia, la timocracia, la plutocracia, la democracia y el despotismo. 1. Platón considera la transición de la aristocracia al despotismo como una declinación paso a paso en la calidad del Estado, correspondiente a EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 61 un gradual deterioro del carácter moral de los gobernantes y ciudadanos. El Ideal para un Estado es la aristocracia, porque en ella se ordenan jerárquicamente todas las clases. 2. Aun si este Ideal se alcanzara, existiría la probabilidad de cambiar, pues nada es permanente, y la aristocracia declinaría en timocracia (amor al honor) que es una de generación, puesto que significa que un miembro ambicioso de la clase gobernante antepone su propio honor al bien común; la parte espiritual del alma ha usurpado el lugar de la razón. Aunque ésta sea una pequeña ruptura en la estructura del alma, inicia un proceso en el que lo irracional pasa a jugar un rol cada vez mayor. Del amor al honor al deseo de riquezas hay solo un corto paso. 3. Aun bajo la timocracia hay un comienzo de propiedad privada, y este deseo por las riquezas prepara el camino para el sistema llamado plutocracia, en el cual el poder reside en manos de los ricos. Y “cuando el rico se levanta en la estima social, el virtuoso se hunde”. La plutocracia quiebra la unidad del Estado en dos clases: los ricos y los pobres. Además, el plutócrata es un consumidor de bienes que, cuando ha usado su dinero, se toma peligroso, pues necesita más de aquello a lo que estaba acostumbrado. El plutócrata es una persona que busca el placer constante, pero el placer; por naturaleza, es algo momentáneo y debe ser repetido. Nunca hay un momento de perfecta satisfacción. El buscador de placer jamás puede satisfacerse, como un balde agujereado no puede ser llenado nunca. Sin embargo, aunque el plutócrata es tentado por muchos deseos -”habitualmente el mayor es sacar ventajas” -, “el plutócrata se muestra más decente que otros”. 4. La democracia es otra degeneración, según Platón, porque sus principios de igualdad y libertad reflejan la degeneración humana de la búsqueda de apetitos. Sin duda, el concepto de democracia de Platón, y su crítica de éste se basaba en su primera experiencia con la especial forma de democracia existente en la pequeña ciudad .Estado de Atenas, forma de democracia directa en la que todos los ciudadanos tenían derecho a participar en el gobierno. La asamblea ateniense estaba formada, teóricamente al menos, por todos los ciudadanos mayores de dieciocho años. Platón no tenía delante, por lo tanto, la moderna democracia representativa y liberal. Lo que conoció en su momento fue más bien un modo de gobierno popular directo que claramente violaba su noción de que el gobierno de un Estado debe estar en manos de gente especialmente capacitada para ello. Lo que originó ese espíritu igualitarista fue la legitimación de todos los apetitos bajo la plutocracia, donde predominó el objetivo de llegar a ser lo más rico posible, “y este insaciable deseo lleva a la democracia”, porque “una sociedad no puede aspirar a las riquezas y al mismo tiempo pretender el autocontrol de sus miembros”. Hasta los perros en una democracia pretenden igualdad e independencia y se niegan a apartarse de las calles al paso de los hombres. Frente al rico gana el pobre, y “cuando el pobre se impone, el resultado es una democracia”. Entonces, “la libertad y la libre expresión se imponen en todos lados; cualquiera EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 62 puede hacer lo que quiere”. “Ya no se está obligado a ser autoridad o a someterse a la autoridad, si ello no agrada. . .” Toda esta igualdad y libertad políticas nacen de un alma cuyo orden ha sido alterado, cuyos apetitos han quedado en libertad y actúan como un “tumulto” de pasiones. La vida de libertad e igualdad declara que “un apetito es tan bueno como otro, y todos deben tener iguales derechos”. 5. Pero la permanente indulgencia con los apetitos conduce inevitablemente al predominio de una pasión que esclaviza al alma. No se puede ceder a los deseos sin terminar esclavo de uno de ellos. Decimos entonces que una persona está bajo la tiranía de una pasión poderosa. De igual modo, en la sociedad, la pasión por el dinero y los placeres lleva a las masas a despojar al rico y, como éste se resiste, las masas buscan a un hombre fuerte que sea su conductor. Pero este hombre demanda y logra poder absoluto y convierte a los pueblos en esclavos; y sólo cuando ya es tarde los hombres comprenden cómo se han hundido en el sometimiento. Esta es la sociedad injusta, consecuencia del alma injusta. El natural desemboque de la democracia es el despotismo. 6. (Samuel Enoch Stumpf “De Sócrates a Sartre. Historia de la Filosofía”. Editorial El Ateneo. 1980, Buenos Aires. pp 59-60) Cabe advertir que el ideal de gobernante para Platón era el rey – filósofo. Para llegar a serlo, el gobernante debía haber recibido una educación adecuada y ser capaz de distinguir entre el reino de la opinión y el del conocimiento, entre la apariencia y la realidad. Esto último sólo podía lograrse tras pasar por diversos estadios de educación, de tal modo que a los cincuenta años los más capaces alcanzaran los más altos niveles de conocimiento, estando ya en condiciones de gobernar. Todo este conjunto de aportes e ideas estaban elaborados y desarrollados en la República, obra fundamental, cuyo objetivo final era que todo debía subordinarse al ideal del filósofo rey, teniendo este último el único título de autoridad de saber lo que es bueno para los hombres y para los Estados. En este sentido, la primera forma de la teoría o Ciencia Política de Platón era su natural devoción a un solo principio que no era otro que su devoción a la Ciudad Estado, regida por el filósofo rey, donde la relación entre gober- nantes y súbditos era una relación entre sabios e ignorantes. Aristóteles, el primer politólogo. Aristóteles vivió en el siglo IV a.C., entre los años 384 y 322. Fue maestro de Alejandro Magno y discípulo de Platón durante veinte años en la Academia. De genio contemplativo y reflexivo, se diferenciaba de su maestro por su forma de estudio: el empirismo objetivo y la observación, que lo llevaron a analizar más de 100 constituciones; proyectando desde ahí la virtud cívica como felicidad máxima a la cual aspirar. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 65 M 1 Actividades Actividad 1 Actividad 2 El fenómeno político y sus caracteres En esta actividad pondremos en práctica los conocimientos adquiridos sobre el fenómeno político y sus caracteres. De tal manera, vamos a tra- bajar sobre el carácter POLIFACETICO y su materialización en el ejerci- cio práctico. Identifique dentro del sistema político argentino, un caso concreto o escenario donde pueda materializarse este carácter, es decir, visu- alizarse cómo los componentes de dicho carácter se presentan en la realidad de este caso. Ej.: elecciones, postulaciones, conflictos entre órganos del estado, etc. asistente académico Actividad 1AA Repase en el material obligatorio los caracteres de la política, especialmente el carácter polifacético. Lo que se pide en la actividad es la aplicación práctica de dicho carácter en un caso concreto de la realidad política argentina. Para Duverger el sistema político es la entidad en el cual confluyen los actores políticos. Las instituciones políticas son, a su vez, las partes integrantes de un subsistema político que es lo que se denomina régimen político. Duverger considera el régimen político como un conjunto coordinado de las instituciones políticas. De esta forma, el sistema político además de analizar las instituciones políticas estudia también las relaciones entre ese régimen político y los demás elementos del sistema social, como los económicos, técnicos, culturales, ideológicos o históricos, entre otros. Conflicto y Cooperación ¿Dos caras de una misma moneda? • Brinde ejemplos cotidianos de cooperación y conflicto. • ¿Qué características definen a las relaciones cooperativas? ¿Y a las conflictivas? ¿Qué relación guarda esta actividad con la relación política? • Distinga en los ejemplos señalados cuáles son políticos y cuáles no. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 66 asistente académico Actividad 2AA Recuerde que la actividad política es “polifacética”. Dentro de la “dinámica” de la relación política encontramos la faz agonal y la faz arquitectónica. Una significa cooperación, consenso, y la otra, conflicto, lucha, etc. Deberá detectar cada una y visualizarla en los ejemplos tomados. Los ejemplos puede crearlos usted mismo o puede sacarlos de la realidad política nacional o internacional. En este caso puede dirigirse a los sitios en Internet de diarios o revistas. A modo de ejemplo le señalo algunos: • www.clarin.com.ar • www.elpais.es • www.pagina12.com.ar • www.lanacion.com.ar • www.lavozdelinterior.com.ar Actividad 3 El nacimiento de lo político y la organización política de Atenas En esta actividad pondremos en práctica los conocimientos adquiri- dos sobre el nacimiento de lo político y la organización política de Atenas. De tal manera, le pedimos que reflexione sobre la cosmovisión ideológica del TODO/PARTE ateniense su proyección actual. • ¿Cree Ud. que las democracias actuales y la organización política del estado actual se sustenta en una exigencia personal de sus habitantes tal como acontecía en Atenas? ¿Cómo influye esto en la fortalece del régimen democrático actual? M 2 Microobjetivos • Comprender la sustancia, organización y estructura del Estado como unidad de acción y decisión para diferenciarlo de toda otra organización social. • Comprender el proceso de formación del Estado moderno, desde un tránsito de formas de dominación pre estatales hacia la modernidad, diferenciando el Estado de la sociedad civil, a los fines de distinguir el ámbito de lo público y lo privado. • Identificar los elementos teóricos caracterizantes del poder medieval en contraposición a la conformación del poder estatal moderno. • Distinguir los distintos modelos de dominación política, profundizando en el modelo paradigmático de la modernidad, el Estado, a fin de reconocer las características de cada modelo de dominación política. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 67 M 2 Contenidos • Identificar el por qué y el para qué de la existencia del Estado, a los fines de comprender su finalidad ontológica y la justificación de su accionar. • Conocer la evolución histórico-social de la organización política estatal, a los fines de poder identificar su rol en la relación ESTADO- ECONOMÍA-SOCIEDAD y la vertiente ideológica que subyace en ello. • Profundizar el estudio del Estado de derecho, a los fines de poder identificar los modelos y ejemplos de Estados “autoritarios” y con ello promover la formación y el desarrollo de los valores democráticos ante los acontecimientos cotidianos de la vida personal y profesional. TEORIA DEL ESTADO Estimado alumno: Habiendo transitado ya por el módulo 1, y comprendido los elementos cen- trales del estudio de la ciencia y el fenómeno político, ingresaremos ahora durante al análisis detallado del estado como estructura soberana de poder territorial y su proceso histórico de formación. Este módulo 2, conformado por dos unidades (II y III), le permitirá una comprensión integral del fenómeno estatal, sus condiciones de formación, los diferentes modelos históricos, y sus elementos -destacando entre ellos su potestad soberana. Esto último, con especial mención del proceso de reconfiguración devenido en virtud de la globalización. Iniciaremos la primera unidad de este módulo a través de los “Modelos de históricos de dominación pre estatales”, buscando identificar las diferentes formas de organización del poder previas al estado (fenómeno de la mod- ernidad), para ingresar luego al análisis del medioevo. Para comprender correcta e integralmente qué es el Estado, debemos comprender prelimi- narmente su proceso de formación hasta la modernidad. Esto se hará a partir de un marco comparativo con la edad media, en cuyo fin –promediando el Siglo XIII-pueden verse ya en Europa la aparición de las condiciones que permitirán la concentración de los instrumentos de poder en un territorio delimitado efectivamente, distinguiendo así lo público de lo privado y la integración del estado como unidad de acción y decisión. Como ya lo señaláramos, hacer historia de las ideas es una forma de hacer ciencia política, siendo por ello que al estudiar los distintos mod- elos de organización política que el hombre ha diseñado a lo largo de la historia nos ocuparemos de algunos autores de la teoría política que son importantes para comprender ese momento, en el sentido de que sus conceptualizaciones han perdurado hasta nuestros días. Así, por ejemplo: Maquiavelo, Bodin y Hobbes quienes con su aporte permitieron consolidar la formación del estado desde una perspectiva teórica-conceptual. Así también, con el surgimiento del Estado se perfila el ámbito de lo público y lo privado, lo que conlleva una diferenciación -aunque de manera rela- EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 70 I- Los modelos históricos de organización política preestatales. Modelos políticos pre estatales Las formas pre estatales de dominación política Para el desarrollo de este módulo, seguiremos el criterio de la obra Her- mann Heller, Teoría del Estado, en cuanto considera que el Estado aparece durante el Renacimiento1 -Modernidad- en los países de Europa central, a partir de la concentración de los instrumentos de poder que durante el medioevo se encontraban dispersos y en manos privadas: el económico, militar, administrativo y jurídico. Sin embargo, previo a su conformación durante la modernidad, es posible identificar la existencia de sistemas de organización y dominación políticos a lo largo de toda la historia Así, con anterioridad ha habido formas pre estatales dotadas de tal unidad territorial y, con posterioridad, muchos “Estados” nacionales han tenido muy cambiantes formas territoriales: desde la Paz de Westfalia, en 1648, que pretendía delimitar con carácter definitivo las fronteras interestatales en Europa, hasta los acuerdos de Moscú, Yalta y Postdam, que han vuelto a cambiarlas por enésima vez, en el continente han nacido y muerto varios Estados nacionales (Polonia, en el caso más patético, Serbia, Croacia, Montenegro, etc.) y una gran parte de ellos ha sufrido cambios importantes en su composición territorial. Si, por el contrario, se explica su aparición por otros factores, como la existencia de ejércitos permanentes –cual a veces se hace-, conviene recordar que Roma también los tuvo, mientras que Inglaterra supo no tenerlos y aun es considerado el paradigma del estado nacional moderno. Si en cambio, tal como veremos luego, el factor de análisis es el económico, también podremos decir que llegó a estar muy bien organizado en Roma, por lo menos desde los tiempos de Diocleciano y no tan bien, en cambio, en los Estados nacionales sino hasta la aparición del cameralismo prusiano. Y lo mismo cabría decir del resto de los factores que se aducen para explicar la aparición del Estado nacional (instrumentos de poder). Ciertamente -y ello parece más acertado- puede aducirse que lo que diferencia al Estado en nuestro sentido moderno, de las formas anteriores de dominación política, no es ninguno de aquellos factores en aislamiento, sino su conjunto: la feliz coincidencia de todos para la formación histórica de aquella figura política que Maquiavelo llama lo Stato. Se trata, simplemente, de no presentar explicaciones monocausales de los acontecimientos históricos, sino de atender a la multiplicidad de facto- res causales que intervienen en la configuración de tales acontecimientos (especialmente si éstos son institucionales) Ahora bien, pretender extraer una categoría teórica por el procedimiento de acumular rasgos empíricos que la definan es algo insatisfactorio. Lo razonable parece ser ubicar la categoría (a la que se llega por un proceso de razonamiento deductivo) en un contexto teórico explicativo más amplio que le dé su dimensión autén- tica. En esto reside la diferencia capital entre la historia como ciencia de lo 1 Hermann Heller, Teoría del Estado. México: Fondo de Cultura Económica, 1947, p. 46. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 71 singular y la Teoría del Estado que, en cuanto ciencia social, trata de encon- trar las regularidades. Si se entiende que el Estado es un instrumento de dominación política dentro de un proceso de evolución de los modos de producción en la historia, cada uno de los cuales tienen formas distintas de cristalizar políti- camente (y aquí conviene advertir que se alegan todas las reservas posibles respecto a los dislates en que puede incurrir un evolucionismo lineal ingenuo), sí podremos ver qué es lo que singulariza al Estado en cuanto forma de dominación política del modo de producción capitalista, porque, como señala Pérez Royo, es el único caso de el que las relaciones políti- cas de dominación no formas, por sí solas, una relación de producción2; esto es, la explotación económica no tiene por qué recurrir directamente a la dominación política para realizarse, ya que la segunda, al ser de clase, garantiza a la primera como marco general de organización jurídico-co- activa. Es el comienzo de la organización del Estado (que, en esencia, es liberal y liberalismo son términos sinónimos), el cual mantiene la ficción del distanciamiento absoluto entre lo económico y lo político. Este será, por lo tanto, el criterio que se ha de emplear para la tarea de explicar esquemáticamente las distintas formas políticas pre estatales. Modos de producción y formas económico-sociales Si se admite el marco teórico general marxista de los modos de producción en su clasificación quíntuple (sin que la enumeración convencional obli- gue el orden de periodificación) de modo de producción de la comunidad primitiva, modo de producción asiático, modo de producción esclavista, modo de producción feudal y modo de producción capitalista, resolveremos no solamente el problema de las diferencias entre el Estado moderno y las formaciones políticas pre estatales, sino también, la cuestión importante de las llamadas “sociedades sin Estado” o sociedades anteriores a la organi- zación política. Desde un punto de vista muy general, veremos a continuación la sucesión de los modos de producción, entendidos como categorías más amplias en las que se subsumen las formaciones políticas. El modo de producción primitiva, también llamado arcaico o de comunismo primitivo, se refiere a organizaciones tribales de contornos indefinidos, que van desde las tribus de cazadores y recolectores del paleolítico, pas- ando por las tribus de pastores nómadas y los primeros asentamientos en la llamada “revolución del neolítico”, hasta los comienzos de la Edad del Bronce. Su organización social de carácter gentilicio, probablemente artic- ulaba regímenes de propiedad comunal, no privada, y su evolución pasó por la institucionalización de formas familiares patriarcales en las que ya apuntan los síntomas de la dominación política; como todavía puede verse en las epopeyas homéricas, en las que Ulises, por ejemplo, y otros héroes, son fundadores de dinastías precisamente en cuanto que jefes de familias; igual que Agammenon ejerce ya el poder “más político” de la monarquía micénica en cuanto que arraigado en las relaciones de parentesco. Es la figura del antiguo derecho germánico, de que el jefe de la estirpe era, tam- bién, jefe de linaje. 2 Javier Pérez Royo, Introducción a la teoría del Estado. Ed. Blume, Barcelona, 1980 p. 111. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 72 El modo de producción asiático reviste también otros nombres, como “des- potismo hidráulico” (Wittfogel), “despotismo oriental” (Crick), “despotismo de aldea” (Chesnaux), etc. Su misma existencia histórica es cuestionada dentro del campo de los estudios marxistas, un sector de los cuales prefiere subsumirlo bien en una forma peculiar de transición desde el modo de pro- ducción de la comunidad primitiva al modo de producción esclavista, bien en una forma especial de feudalismo. No obstante, aun admitiendo con Klaus Eder3 que el modo de producción asiático es un “callejón evolutivo sin salida”, esto es, algo equivalente a lo que Toynbee consideraría como una fracaso de una civilización para adaptarse y responder al estímulo, que tiene tanta importancia en el desarrollo de las culturas,4 no hay dudad de que es un concepto válido para entender una forma específica de dominación política de la que hablaremos más en extenso en las consid- eraciones siguientes, estos es, de los imperios primitivos considerados como unidades políticas. El modo de producción esclavista (que, en el proceso evolutivo enlaza, de hecho, con el modo de producción de la comunidad primitiva) tiene una determinación económica sencilla, por cuanto la esclavitud constituye la relación de producción dominante, si bien cubre tal multiplicidad de formas políticas que resulta difícil englobarlas bajo un solo epígrafe. De aquí que, en el desarrollo posterior que se haga en este capítulo del modo de produc- ción esclavista, se obligado a referirse, en realidad, a cuatro formas políti- cas pre estatales: la polis griega, la República romana (esto es, en ambos casos, aunque con evoluciones distintas, la infancia del modo de pro- ducción esclavista), las monarquías helenísticas y el Imperio Romano (en ambos casos, también, evoluciones distintas del mismo modo de produc- ción; uno, la formación prematura de un sistema de “Estados nacionales”; dos, la formación de un Imperio universal, que lleva a su máximo desarrollo y decadencia el modo de producción esclavista. El modo de producción feudal es el más complejo de todos; se discute hasta su misma existencia y, a veces, da la impresión de que su único obje- tivo en la historia haya sido servir de puente entre el modo de producción esclavista y el modo de producción capitalista o, si se quiere, haber entrado en una crisis prolongada en cuyos sobresaltos acabaría originándose el capitalismo. En realidad, el modo de producción feudal cubre organi- zaciones políticas muy dispares, desde la monarquía merovingia, pasando por el Imperio Romano-Germánico, las ciudades estado italianas y, según ciertos autores, el propio Estado absoluto. Y ello si nos ceñimos al ámbito geográfico europeo-occidental, pues el asunto se complica insospecha- damente si se pretende incluir a las formas políticas de Europa oriental o formaciones tan controvertidas como el feudalismo chino o japonés. El concepto de feudalismo, tan impreciso como sugestivo, pretende cubrir tres vertientes explicativas: a) la económica, refiriéndose a una forma especial de propiedad, cesión y arrendamiento de la tierra que origina el concepto básico de renta feudal de la tierra, forma que toma la explotación señorial del trabajo servil; b) la social, refiriéndose al vínculo vasallático, con las relaciones contractuales biunívocas de beneficio y homenaje; c) la 3 Klaus Eder, Die Entestehung staatlich organiseirter Gesellschaften, Ein _Beitrag zu einer Theorie socialer Evolution. Ed. Susrkamp, Frankfurt, 1976. PP. 105-106. 4 Arnold J. Toynbee, Estudio de la Historia, vol. I. Ed. Alianza, Madrid, 1977. P. 144 y ss. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 75 temporal, de los hombres; y un reino celestial, que excede los intereses temporales. Así, de ello se desprendería la diferencia de competencias entre la autoridad civil y la eclesiástica, llamados a fines diferentes y con órdenes diferentes. De esta manera, el cristianismo ofrece una visión superadora del totalitarismo antiguo, la idea de un estado absorbente de la persona humana, encuentra ahora un límite ligado a sus funciones terrenales. Esto, resumido en la parábola del propio JESUS “DAR AL CESAR LO QUE ES DEL CESAR, Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS”. De todo ello, se traduce una dualidad institucional producto de la sepa- ración de lo espiritual y lo temporal, reflejo de la doble naturaleza y destino del hombre: una institución política y otra eclesiástica que se mantendrán separadas durante todo el medioevo. El cristianismo en la edad media Durante este largo período existe una estrecha relación entre la política y la religión (la dualidad del poder), de tal modo que su análisis permite advertir el complejo juego de relaciones entre la Iglesia y los que ejercían el poder secular, y los conflictos generados por debido a la competencia entre ambos durante más de diez siglos. La oleada de bárbaros sobre el Imperio Romano no hace desaparecer la noción de Imperio que se mantiene viva en el Imperio Romano de Oriente, con Constantinopla como capital, e inclusive los mismos reinos semi-ro- manizados medianamente respetaban. De todos modos, la Iglesia sigue justificando el ideal de Imperio como mejor defensor del cristianismo, y tendrá su revitalización con Carlomagno en el 800 d. C. La obra de San Agustín “la ciudad de Dios”, será determinante para la construcción teórica del orden medieval, cuya exorbitancia interpretativa conducirá a abusos degenerativos del verdadero sentido que el propio autor quiso dar; y que en la práctica terminaran por enfrentar al orden insti- tucional del imperio con el orden eclesiástico del papa. El Edicto de Milán, promulgado en Milán en el año 313 estableció la liber- tad religiosa en el Imperio romano, dando fin a las persecuciones dirigidas por las autoridades contra los cristianos. Este documento fue firmado por ambos monarcas imperiales de occidente y oriente, Constantino I el Grande y Licinio, respectivamente. Esto no sólo significó el reconocimiento oficial de los cristianos y su religión, sino que trajo como consecuencia profundos cambios dentro del Imperio romano, así como el comienzo de la expansión de la Iglesia y la concesión de un estatus de legitimidad, disponiéndola en su consecuencia como la religión oficial del imperio romano y de sus ejércitos. La ciudad de Dios, completó el escenario que marcará la edad media, de cuyo texto se desprende la dualidad competencial de las figuras del papa y el emperador y las tensiones sobre el alcance de sus potestades durante todo este periodo. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 76 El cristianismo debía reinar en el espíritu de los jefes e inspirar las costum- bres y las leyes. A partir de estos principios se desarrolló la teoría de los dos poderes o de “las dos espadas”, en la cual el poder espiritual, repre- sentado por el papado, es superior al temporal (el poder civil). Entre ambos debía prevalecer una ayuda mutua, pero lo cual se vería opacado por periodos de contraposición y enfrentamiento, seguidos por otros de mayor cercanía. El crecimiento de la iglesia devino en su injerencia en el ejercicio de numer- osas funciones propias del gobierno civil y con decisiva influencia sobre todo el desarrollo social y cultural, haciendo que las relaciones entre el poder temporal y el poder espiritual fueron complejas y transitaron desde el acuerdo hasta el rechazo y la contraposición de intereses (querella de las investiduras). Los reyes ayudaron a los Papas y estos intervenían en la coronación de los emperadores, pero la problemática se circunscribió luego sobre la atribu- ción de los emperadores y reyes para designar directamente a los obispos y abades en distintos territorios de su dependencia. En el año 1059 se creó el Colegio de Cardenales en Roma, que recibió la función de elegir al Papa con prescindencia de toda posible influencia por parte de los poderes políticos. Esto desencadenó finalmente en la conocida querella de las investiduras, que representó un conflicto entre el Papado y el Imperio: El emperador Enrique IV insistió en su tradicional derecho de nombrar a los obispos, mientras que el Papa Gregorio VII luchó por la libertad de la Iglesia y excomulgó a Enrique IV. Este finalmente se vio obligado a someterse en la famosa escena del perdón de 1077 para lograr revertir su excomunión. En lo posterior. La Iglesia pudo imponer ampliamente sus exigencias y el Papado alcanzó un poder cada vez mayor, haciendo incluso que muchos reyes europeos Los reyes europeos juraran fidelidad al Papa. La edad media La edad media constituyó un extenso período histórico comprendido entre los siglos V y XV, relacionando su inicio a la caída del Imperio Romano de occidente en 476 con las invasiones bárbaras germánicas, y su fin con la acumulación de sucesos de gran impronta como el descubrimiento de América en 1492, la creación de la imprenta y sobre todo el derrumbe del imperio de Oriente (imperio bizantino), ambos en 1453. Al solo efecto analítico, la Edad Media puede dividirse en dos grandes instancias, la Alta Edad Media (siglo V a siglo X) y Baja Edad Media (siglo XI a siglo XV); este último periodo, marcado por la aparición de los componen- tes que a posteriori permitirían la aparición de los estados modernos. Como luego podrá analizar en detalle con la lectura sugerida, la edad media está caracterizada por 3 cuestiones centrales, cuya comprensión resulta de fundamental importancia: 1- La dualidad de poder entre el Papa y el Emperador, figuras de poder virtuales que carecían de un poder territorial inmediato y efectivo. 2- Su organización política, social y económica fundada en un vínculo de vasallaje feudal. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 77 3- La intermitencia, la desconcentración y la mediatez como características de dicho periodo histórico. Así las cosas, la Edad Media se caracteriza por la supremacía de la Iglesia Católica y el teocentrismo legado del Cristianismo como religión oficial del imperio a partir del edicto de Milán, una economía ruralizada, un reducido desarrollo comercial, una marcada desconcentración de los centros de poder territoriales y una organización fuertemente jerarquizada en estamen- tos rígidos. El sistema económico se basaba en la agricultura, bajo una forma feudal, vinculada a la titularidad de tierras en cabeza de la nobleza y clero, cuyas extensiones estaban dadas por cuestiones honorificas y dadivas graciables propias de su estamento. De esta manera, la cuestión social, económica y política estaba fuertemente vinculada entre sí a partir de la titularidad de tierras y el sistema de vasallaje como acuerdo de servicio y explotación de la tierra, diseminados a lo largo del territorio europeo, constituyendo un sinnúmero de centros de poder sin un poder central que los agrupara. La sociedad, fuertemente jerarquizada en estamentos estáticos integrados por nacimiento, permitía identificar: la nobleza feudal (señores feudales, caballeros, condes, duques, vizcondes, etc.) -detentora de las tierras-, el clero (miembros de la Iglesia Católica) con un gran poder no sólo espiritual sino también económico y político; y el resto del orden social dado por los campesinos y artesanos. La extensa titularidad de las tierras y la imposibilidad de atenderlas por sí misma, traía consigo la necesidad de un servicio personal de quienes no la poseían, agregando también, la defensa y la lealtad territorial como partes del acuerdo que se generaba entre los estamentos. Sin embargo, el vasallaje, contrario a lo que se cree, no solo estaba dado entre la nobleza y el campesinado; sino que este asumió formas y modal- idad diferentes en toda Europa y entre todos los componentes de cada estamento existieron formas de acuerdo de servicio y prestación de obliga- ciones recíprocas ligadas a la utilización de las tierras, el cobro de impues- tos y la seguridad. Así, el vasallaje le proporcionaba las fuerzas armadas necesarias para defender sus propiedades y las de sus vasallos y siervos. Cada señor gobernaba en sus dominios: mantenían sus propias fuerzas militares, administraban justicia, percibían impuestos y acuñaban monedas. Pero se carecía de una unidad homogénea de poder central y una demar- cación territorial permanente, provocando con ello la coexistencia de un sinnúmero de poderes locales, que a su vez se compartían con la Iglesia. Este escenario estaba marcado por 3 características principales: • La intermitencia: no existían delimitaciones territoriales permanentes. El régimen de poliarquías (muchos centros de poder), estaba dado por la fuerza y la capacidad defensiva que cada comunidad podía detentar. • la desconcentración: la ausencia de un poder central que unificara y subordinara efectivamente los centros de poder intermedios trajo EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 80 El quiebre del orden político medieval, caracterizado por la fragmentación y la desconcentración de las fuerzas políticas territoriales (poliarquías), un sistema económico feudal y la organización social del tipo estamental; darían lugar a un régimen de concentración de los instrumentos del poder en manos del estado, una economía de tipo mercantilista-capitalista, y un sistema social de naturaleza clasista. El dualismo de poder propio de la Edad Media (compartido entre el Papa y el Emperador), se debilitará y en su lugar será reemplazado por un sistema monárquico, fortaleciendo las unidades de poder concentrado sobre un ter- ritorio, ocupando el Monarca y la burguesía un lugar central en el proceso de reordenamiento social, político y económico. Múltiples factores influyeron para posibilitar esto, presentándose con mayor o menor intensidad en los diferentes territorios europeos (de allí que no admita una explicación monocausal univoca), pero consistió en que los medios reales de autoridad y administración pasaron de estar en manos privadas y se transformaron en propiedad pública, expropiándose en favor del monarca estatal, concentrándose territorialmente y de forma perma- nente. Las condiciones históricas que permiten la aparición del estado moderno en reemplazo del sistema poliárquico medieval pueden resumirse en: • El poder durante el medioevo era compartido, intermitente y mediato, lo cual hacia la modernidad se transformaría en único (monárquico), permanente e inmediato. • Aparición de un ejército mercenario permanente: la defensa a través del pago de la soldada se vuelve una actividad profesional regular; en contraposición al sistema defensivo de la edad media ligada a vínculos de amistad o protección interesada. • Organización jerárquica burocrática administrativa: el estado y el monarca necesitan de una organización de funcionarios de manera jerárquica, para asegurar la toma de decisiones ordenada y regular sobre el territorio. Aparecería así la idea de subordinación. • Creación de un sistema impositivo regular: para su subsistencia el estado necesita de ingresos permanentes, un patrimonio para sostener su funcionamiento. Los tributos con carácter regular y permanente aseguran esto. • Diferenciación de un patrimonio público: el estado reclama bienes propios, un patrimonio diferenciado del monarca y de los privados para su propia existencia. • Ius certum: derecho cierto. La modernidad se caracteriza por la aparición de un sistema normativo ordenado, previsible de reglas. Contrario a la disgregación jurídica de la edad Media, el estado moderno reclama unidad en el derecho. • Operadores técnicos jurídicos: para la aplicación del derecho es necesario la existencia de especialistas en el derecho en reemplazo de la práctica oral de la edad media y de los juzgadores no especializados EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 81 ni técnicos. • Desarrollo del capitalismo. • Consolidación de la burguesía. Es preciso advertir que la concentración de poder fomenta una mayor liber- tad para individuo. El Estado autoritario significó el quebranto de monopo- lios y privilegios, ofreciendo facilidades para las iniciativas individuales y la expansión de los valores económicos. III- La modernidad, construcción del estado absoluto y pensadores modernos. MAQUIAVELO, BODIN y HOBBES. Para el estudio de los contenidos de este punto del programa se sugiere la lectura del libro de BONETTO de SCANDOGLIERO, María Susana y JUÁREZ CENTENO, Carlos A.: Temas de Historia de las Ideas Políticas. Ed. Advocatus, Córdoba, 2001. Capítulos: - Nacimiento y desarrollo del Estado Moderno - Absolutismo Monárquico Como consecuencia del proceso de reconfiguración antes identificado, se produjo el fortalecimiento de las autoridades territoriales y la absorción de funciones monopólicamente dominadas a cargo de los estados nacientes. Este proceso, dado con diferente intensidad a lo largo de todo el territo- rio europeo central (primero en Inglaterra, Alemania, luego Italia, Portugal y España), fue permitiendo la consolidación de un nuevo escenario de dominio político, prevaleciendo la figura del monarca estatal como sober- ano territorial que reclamaba no solo una permanencia e inmediatez, sino el monopolio del poder a su cargo para lograr la imposición de sus deci- siones. La evolución de esto trajo consigo el establecimiento de los monarcas absolutos y con ello, la consolidación del primer modelo de estado: el absolutismo monárquico que no comparte su poder territorial, sino que reclama para sí la concentración a su cargo de todos los instrumentos de poder: militares, jurídicos, administrativos y políticos; haciendo suyas de esta manera, todas las funciones que durante la modernidad se encontra- ban dispersas y en manos de sujetos privados. Esta nueva estructura de poder gestada, concebida como un fenómeno independiente tanto de los súbditos como del propio gobernante fue evi- denciada por diferentes pensadores, quienes pretendían explicar su funcio- namiento de diferentes maneras, aportando elementos para su definición. Así, analizaremos a tres pensadores modernos cuyas obras resultan aportes teóricos para la comprensión del estado moderno naciente: Maquiavelo, Bodin y Hobbes. Junto a ellos, durante el corto periodo de la modernidad (S.XV – XVII), surgi- eron otros pensadores de inmensa importancia para el estudio de la ciencia política y la teoría del estado, pero cuyo análisis en detalle excede el marco de nuestra asignatura. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 82 Todos ellos, pretendían explicar y justificar la necesidad de esta estructura de poder, aportando elementos teóricos para su comprensión, alimentados en el marco del renacimiento y la ilustración que reemplaza los criterios teocéntricos por el antropocentrismo, ubicando a la razón y al hombre en el centro de la discusión. Así, junto con el valor de la naturaleza, aparece el interés por el hombre que aspira a la autonomía de su propio ser y su individualización completa, una exaltación a lo individual. Lo importante es el triunfo del hombre en la socie- dad del momento; se valoran sus acciones bélicas, su maestría artística o literaria en un espacio terrenal. Desde el punto de vista cultural se desarrolla el Renacimiento, cuyo origen se debe a los cambios que comienzan a producirse en Europa en el siglo XII. En un primer momento, toda Europa comparte esta nueva con- cepción, pero luego se desarrolla con mayor fuerza en Italia. La palabra Renacimiento, pese a que muchas veces se restrinja el uso del término sólo a lo cultural, engloba el conjunto de hechos económicos, sociales, políticos y culturales que se producen en el siglo XV. Junto con el valor de la naturaleza, aparece el interés por el hombre que aspira a la autonomía de su propio ser y su individualización completa, una exaltación a lo individual. Lo importante es el triunfo del hombre en la socie- dad del momento; se valoran sus acciones bélicas, su maestría artística o literaria en un espacio terrenal. Las ideas renovadoras se hallaron en contacto con la espiritualidad legada por el hombre de la Antigüedad clásica. A medida que fueron surgiendo los principios básicos del Renacimiento, se buscaban las bases filosóficas en las que pudiera apoyarse este nuevo impulso, y lo encontraron en la Antigüedad. Por este motivo es que se habla de un renacer de la cultura antigua. En el proceso cultural renacentista, lo literario, el lenguaje y la educación se cristalizaron en lo que se llamó el Humanismo. Este último conoció dos etapas en su evolución. La primera de ellas abarca el fenómeno renacen- tista hasta principios del siglo XV, y se inspiró decididamente en la cultura romana; la segunda se distingue por la rápida asimilación de la civilización helénica original. La palabra Renacimiento, pese a que muchas veces se restrinja el uso del término sólo a lo cultural, engloba el conjunto de hechos económicos, sociales, políticos y culturales que se producen en el siglo XV. Las ideas renovadoras se hallaron en contacto con la espiritualidad legada por el hombre de la Antigüedad clásica. A medida que fueron surgiendo los principios básicos del Renacimiento, se buscaban las bases filosóficas en las que pudiera apoyarse este nuevo impulso, y lo encontraron en la Antigüedad. Por este motivo es que se habla de un renacer de la cultura antigua. En el proceso cultural renacentista, lo literario, el lenguaje y la edu- cación se cristalizaron en lo que se llamó el Humanismo. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 85 Para la comprensión sus aportes, resulta fundamental analizar con deten- imiento el frontispicio de su obra, esta icografía que grafica con claridad el proceso de acuerdo por el que los hombres transitan para liberarse del estado de naturaleza mortal, y crear así un LEVIATHAN con la fuerza y el poder suficiente para garantizarles a estos una vida pacífica y ordenada. A continuación, lo invitamos a realizar la Actividad 1 del módulo. La vida de Thomas Hobbes se prolongó durante noventa y un años entre 1588 y 1679. Oriundo de Inglaterra, educado en Oxford, muy vinculado a los pensadores contemporáneos a él, como Galileo; según algunos, hasta llegó a conocer al propio Descartes. Desde el punto de vista de sus ideas políticas, brindó grandes e importantes aportes. Consideraba la necesidad de la existencia de un Estado sin límites que protegiera a la sociedad (orga- nización artificial) de la guerra y, en última instancia, en la gran solución para conservar el género humano. Esta protección, según Hobbes, nace del contrato de los hombres que establecen los mismos hombres y por el que se someten al soberano, quien nace del contrato pero no es parte de él. Es decir que a partir de este contrato nace un Estado todopoderoso, considerado como una persona artificial. El titular de esa persona artificial es el soberano, que pasa a tener a los ciudadanos como súbditos. El soberano hobbesiano sólo tiene el deber -que no la obligación- de garantizar la paz y la seguridad de los ciudadanos, pues tanto el Estado como el soberano que lo dirige perderían todo el sentido de su existencia de no ser capaces de garantizar la seguridad. Si el soberano no es capaz de mantener el Estado con la fuerza que lo debe caracterizar, si el Leviatán se debilita hasta tal punto que ya no puede garantizar a los súbditos su protec- ción, éstos quedan liberados de toda obligación. Éste es el único caso de reversibilidad del contrato que devolvería a cada uno la irrevocable trans- misión del derecho natural hecha al Estado. El debilitamiento del Estado, es decir, la incapacidad de ejercer un poder absoluto sobre los ciudadanos, termina destruyendo la sociedad civil y devolviendo a los súbditos a su terri- ble y anárquico estado de naturaleza. Como titular del poder, el soberano se convierte en el verdadero garante de la justicia y de la moral, ya que lo justo y lo bueno pasan a definirse armónicamente con la voluntad del soberano. Su poder es absoluto porque, si existiera otro poder que lo limitase, ese poder sería el soberano y no él. Goza de total inmunidad y no puede ser acusado por los súbditos. Para Hobbes, como para Bodino, el soberano es el único poder legislativo. Sin embargo, Hobbes va más allá que Bodino al no limitar al soberano por el derecho divino. El soberano de Hobbes, única fuente de poder capaz de hacer y deshacer las leyes, no está, sin embargo, sujeto a ellas, ya que «nadie puede obligarse a sí mismo, el que está obligado ante sí mismo carece de compromiso». EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 86 Su obra se construye con el claro propósito de defender una monarquía absoluta, siguiendo al propio Bodin, y coincidente con la idea de que el monopolio de la fuerza y la concentración de los instrumentos de poder estén a cargo de una persona; como únicos medios posibles de garantizar la supervivencia humana. IV- Sociedad Civil: concepto. Diversos enfoques respecto a su relación con el Estado Antes de ingresar al análisis del concepto de la sociedad civil, debemos contextualizar su aparición en el proceso de debilitamiento del absolutismo monárquico la revolución francesa como proceso histórico que determino el nacimiento de la sociedad civil. Así las cosas, la sociedad civil resulta un elemento central del liberalismo posterior a la revolución francesa. FIN DEL ABSOLUTISMO MONÁRQUICO, revolución francesa y la sociedad civil. La Revolución Francesa Todos los pensadores, de una u otra manera, contribuirán a socavar los cimientos de las monarquías absolutistas y del pensamiento político europeo vigente en el siglo XVIII, lo que confluirá definitivamente en la Revolución Francesa de 1789, que contagiará primero a Europa y luego al mundo en la próxima centuria. Algunos autores hablan de una doble revolución, porque estamos ante la revolución europea, pero también la atlántica. Lo que sí es importante es que el pensamiento del hombre – ciudadano ya no será más el mismo, después de haber sido impregnado de las ideas de la Revolución Francesa y de pensadores como Voltaire, Rousseau y Montesquieu y, del otro lado del Canal de la Mancha, John Locke. En muchos casos algunos pensadores como Edmund Burke (1729 – 1797) partidario de la libertad política y del parlamentarismo ingles criticaba abiertamente esta revolución porque la consideraba como algo abstracto. Él decía que Inglaterra había dado al continente europeo un ejemplo de deísmo, de ateísmo, de libre pensamiento entre otras ideas. Además, en su crítica hacia la revolución sostenía que el sistema político inglés era un sistema natural consecuencia del desarrollo histórico. Consideraba también que la igualdad, tan admirada por los revolucionarios, no era algo natural sino impuesta. Gran admirador de Montesquieu, cuya lectura confirmo su idea de libertad privilegio frente a su desprecio a toda igualdad democrática en una monarquía libre. LA REVOLUCION FRANCESA Fue el proceso social, político y económico ocurrido en Francia entre 1789- 1799, y que produjo la ruptura del orden monárquico absolutista moderno y el destierro de los últimos vestigios feudales de Francia. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 87 Sus principales consecuencias fueron: • El derrocamiento de Luis XVI. • La abolición de la monarquía en Francia, instauración de la República en Francia. • dictado de la declaración de los derechos del hombre y del ciu- dadano y la constitución. • inicio de la edad contemporánea. Causas • La incapacidad de las monarquía, nobleza y clero para resolver los problemas sociales y económicos del estado francés. • Los excesivos impuestos sobre la población no privilegiada y su empobrecimiento • El desarrollo de nuevas hipótesis teóricas en contra del estado absoluto (Locke, Rousseau) – siglo de las luces (ilustración). • La guerra de la Independencia estadounidense: afectación de las finanzas francesas por impulsar la independencia de las colonias norteamericanas. Más de un siglo antes de que Luis XVI ascendiera al trono (1774), el Estado francés había sufrido periódicas crisis económicas motivadas por: • Largas guerras emprendidas durante el reinado de Luis XIV • Mala administración de los asuntos nacionales en el reinado de Luis XV • El aumento de la deuda generado por los préstamos a las colonias británicas de Norteamérica durante la guerra de la Independencia estadounidense (1775-1783). Durante el reinado de Luis XIV (1643-1715), Francia se hallaba bajo el dominio de una monarquía absolutista, el poder de rey y de la nobleza era la base de este régimen, pero en realidad el estado se encontraba en una situación económica bastante precaria, que se agravó por el mal gobierno de Luis XV (bisnieto de Luis XIV), y que tocó fondo durante el reinado de Luis XVI, gobernante bien intencionado, pero de carácter débil, por lo que se lo llamaba el buen Luis. El mantenimiento de un estado absolutista demandaba mucho dinero, ya que: * Existía un gran número de funcionarios en el gobierno * Se tenía que mantener un gran ejército permanente. * La corte vivía rodeada de lujos. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 90 Les interesaba la libertad para comerciar, la defensa de la propiedad privada y la igualdad de los ciudadanos ante la ley. El 3 de septiembre de 1789, se proclamó la Constitución de carácter mod- erado, en donde la alta burguesía había logrado prevalecer sus ideales, de negociar con el antiguo régimen, quedando a cargo del poder ejecutivo el rey (Luis XVI), el poder legislativo lo ejerció una asamblea formada por la burguesía y el poder judicial, se compuso de jueces electos. Se estableció que sólo podían votar aquellos que pagaban ciertos impuestos, y de esta manera se pone en evidencia que las banderas de igualdad proclamada por los revolucionarios tenían ciertas limitaciones. En la Revolución francesa podemos distinguir cuatro etapas: 1- La Asamblea Constituyente (1789-1791): formada por decisión de los miembros de la burguesía en el seno de la Asamblea de los Estados Generales convocados por el Rey; abolió los privilegios, sometió al clero al poder civil y secularizó sus bienes, ordenó la redacción de la “Declaración de los derechos del hombre”, y estableció el imperio de la Constitución de 1791. 2- La Asamblea Legislativa (1791-1792): elegida por sufragio censitario y donde se impuso la tendencia republicana de los moderados girondinos y los extremistas jacobinos sobre los defensores de la monarquía; creó el ejército nacional para defender el proceso revolucionario contra los demás monarcas europeos, ya que los nobles que habían emigrado trataban de conseguir la ayuda de Prusia y Austria para restablecer el “Antiguo Régimen”. El rey fue privado de sus poderes durante un breve periodo, pero la may- oría moderada de la Asamblea Constituyente, que temía que se incrementa- ran los disturbios, restituyó a Luis XVI con la esperanza de frenar el ascenso del radicalismo y evitar una intervención de las potencias extranjeras. El 14 de septiembre, el rey juró respetar la Constitución modificada. Dos semanas después, se disolvió la Asamblea Constituyente para dar paso a las elecciones sancionadas por la Constitución. Durante este tiempo, Leop- oldo II y Federico Guillermo II, rey de Prusia, emitieron el 27 de agosto una declaración conjunta referente a Francia en la que se amenazaba velada- mente con una intervención armada. La Asamblea Legislativa, que comenzó sus sesiones el 1 de octubre de 1791, estaba formada por 750 miembros que no tenían experiencia alguna en la vida política, debido a que los propios integrantes de la Asamblea Constituyente habían votado en contra de su elegibilidad como diputados de la nueva cámara. Ésta se hallaba dividida en facciones divergentes. 3- La Convención (1792-1795): que reclamó la República, dio muerte al monarca e impuso un régimen de terror. La Convención pretendió borrar todo vestigio del pasado más, la posición extremista de Robespierre unió a todas las fuerzas contra él y se le ajustició, junto a sus colaboradores que habían llevado la violencia al paroxismo EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 91 mediante la implantación de ese régimen de terror. 4- El Directorio (1795-99): que fue un gobierno moderado y que, ante el peligro de un retorno de la reacción o de un rebrote del terror, acabó por ceder el poder a un joven general que se había distinguido por sus victorias contra los austríacos en Italia: Napoleón Bonaparte. Obra de Bonaparte Este general dirigió y condujo la política francesa durante quince años. Las campañas militares de sus ejércitos difundieron los principios de la Revolu- ción por todo el continente europeo. Gracias al prestigio que le dieron sus campañas de Italia y de Egipto, pudo dar un exitoso golpe de Estado que le permitió derrocar al Directorio y crear el Consulado, en el cual asumió el cargo de Primer Cónsul. Tres años más tarde, se declaró cónsul único y vitalicio, y un decreto senatorial de 1804, ratificado por un plebiscito, lo proclamó “Emperador de los franceses”. Consecuencias de la Revolución Francesa: • Se destruyó el sistema MONARQUICO ABSOLUTISTA FEUDAL • Surgió la creación de una República de corte liberal • Se creó y difundió la declaración de los Derechos del hombre y los Ciudadanos • La burguesía amplió cada vez más su influencia en Europa • Los derechos y privilegios de los señores feudales fueron anulados • Comenzaron a surgir ideas de independencia en las colonias amer- icanas • Se fomentaron los movimientos nacionalistas • La aparición de la sociedad civil. Sobre el concepto de sociedad civil La primera y más importante dificultad a la que nos enfrentamos en el estudio de la sociedad civil, es precisamente, su conceptualización. La idea de sociedad civil está íntimamente vinculada a un proceso de definición político histórico y de tensión con el estado; resultando su vinculación una de las cuestiones de mayor análisis en la ciencia política. Así, el debate no sólo se centra en torno a cuál de los dos conceptos resulta más antiguo, si la sociedad o el estado, sino a la conflictiva artic- ulación entre ambos a lo largo de la historia y a la luz de los diferentes teóricos de la materia. La tesis de tradición alemana, cuyo mayor exponente es el propio Her- mann Heller, sostiene la separación entre las esferas de estado y sociedad, resultando ámbitos diferentes, cuya demarcación aparece con la disolu- ción del sistema estamental del medioevo, y en cuyo reemplazo la forma económica capitalista permitió la gestación de una sociedad clasista fun- dada en la libertad e igualdad de sus miembros sin injerencia del estado. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 92 Pese a que otros autores, tal como señalaremos, sostienen una mayor proximidad y vínculo entre estas esferas; anclaremos nuestro estudio a la corriente alemana que propugna una escisión entre estado y sociedad. De esta manera, preliminarmente diremos que la sociedad civil es el espacio de libre interrelacionamiento de las personas no subordinadas al Estado. Así, un concepto genérico de sociedad está configurado por el género humano entendido como el contenido abstracto de todas las formas de la convivencia humana; es decir que por sociedad se entendería la unión entre los hombres, en general por fuera del Estado. Sin embargo, a poco de ingresar en el análisis de dicho concepto, es posible observar la unidad indisoluble que existe entre este concepto y la idea de un espacio de interrelacionamiento humano y social sin los ligámenes coactivos de imposición estatal; esto es, un ámbito de libre dis- posición de las fuerzas sociales. Así, en sus orígenes, la sociedad civil estuvo vinculada al producto de las luchas contra el absolutismo teocrático, es decir, la ruptura de la persona contra la iglesia y el reclamo por un espacio de autodeterminación indi- vidual entre pares, que a partir de la revolución francesa, devendría en un ámbito de relacionamiento entre iguales a partir de la satisfacción de sus propios intereses, quedándole al Estado sólo la garantía de dichos presu- puestos mínimos: la libertad y la igualdad. Esto conduce, indefectiblemente, a la conceptualización de la sociedad civil, según su idea económica, es la sociedad pura de relaciones de mer- cado entre sujetos económicos iguales y libres: la sociedad viene a ser algo así como el sedimento que se produce al realizarse todos los contratos par- ticulares. La única norma que se reconoce es el interés individual egoísta, la única ordenación la del mercado, que surge del libre juego conjunto de los intereses particulares. Es sobre esta idea que el propio Heller va a construir su posicionamiento teórico, manifestado en la obra TEORIA DEL ESTADO, en cuyo texto la car- acterización de la sociedad civil está dada por la descripción de las vertien- tes en pugna: el liberalismo burgués y la crítica marxista que intentan definir desde su posición la verdadera idea de la sociedad civil. Para el primero de estos, los hombres que conforman la sociedad son sujetos libres e iguales, de lo que deriva su igualdad económica para auto determinarse y autorregularse en el proceso de relacionamiento con sus pares. Así, la economía capitalista asume un auto equilibrio dado por el libre juego de estos actores dotados de iguales condiciones para la competencia, donde el Estado constituye un simple observador garante de dichas condi- ciones mínimas que habilitan la competencia libre e igual para los iguales. Sin embargo, la posición crítico marxista hábilmente develará esta ficción formal de auto equilibrio regulado por fuerzas naturales: la sociedad civil real es una sociedad de clases, cuya unión se mantiene mediante el pre- dominio de una de ellas para cuya subsistencia es, sin duda, necesario el mantenimiento de la ideología de la libertad y de la igualdad.6 6 Hermann Heller. Ob. Cit. P. 128. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 95 fueron los instrumentos para la adopción forzada de modelos estatales europeos, sin haber tránsito, tal como hemos estudiado, por la acumulación de condiciones históricas post medievales que permitieron por sí misma la conformación del estado moderno. Este acápite final pretende generar en los alumnos una visión reflexiva crítica sobre los conocimientos hasta aquí adquiridos en la materia, permitiéndoles una comprensión integral del fenómeno estatal más próximo a su realidad. Para un análisis en detalle de esto, se sugiere la lectura del libro de BONETTO de SCANDOGLIERO, María Susana y otros, disponible en plata- forma. El Estado y sus modelos históricos y políticos en Europa y Latino- américa. Ed. Advocatus, 2015. Capítulo: - El Estado en Latinoamérica A continuación, lo invitamos a realizar la Actividad 1 del módulo. Unidad III: TEORIA DEL ESTADO (CONT.) I- Elementos del Estado: Territorio, población, poder. El Derecho. Concepto de Soberanía. Distinción entre Estado y Gobierno La caracterización de los elementos del estado constituye una de las cuestiones centrales en la teoría del estado, máxime aun por la disparidad de criterios clasificatorios existentes entre los autores, y la incorrecta inter- pretación que se han hecho sobre estos. De tal manera, es preciso efectuar una aclaración preliminar sobre el significado de “elementos”, denomi- nación comúnmente dada a los componentes constitutivos de esta estruc- tura, generalmente reducidos al territorio, la población y el poder. Sin embargo, tal denominación de “elementos” constituye un término desconocido y ausente en la teoría del estado de Hermann Heller, cuya obra los identifica como condiciones de la unidad estatal. Así las cosas, la obra del autor alemán ofrece una mirada teórica diferente, describiendo las condiciones que permiten la unidad del estado llamándolas CONDICIONES NATURALES Y CULTURALES DE LA UNIDAD ESTATAL, en cuyo listado se incorpora al territorio, el pueblo, el derecho, la división económica en clases y la opinión pública. Al decir del propio autor, Hemos de ver, seguidamente, hasta qué punto resultan insuficientes los intentos de hacer derivar al Estado de sus condi- ciones geográficas, o de considerado como expresión de la raza, del espíritu del pueblo o de la nación, o de concebido como mera función de la sociedad económica dividida en clases, de la opinión pública, del derecho o de cualquier idea. Todas estas conexiones son, en cuanto condiciones naturales y culturales, de la mayor importancia para el nacimiento y perma- nencia de la unidad estatal. Pero la unidad estatal, en su legalidad propia, es más que una mera función de una e incluso de todas estas condiciones, y algo distinto de ella. EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 96 De esta manera, resulta un error disgregar dichas condiciones en elemen- tos, creyendo que su sola acumulación o sumatoria conforman la estruc- tura estatal. Contrariamente a ello, la vigencia del estado como unidad de poder que reclama para sí la dominación soberana está condicionada por diferentes cuestiones, que nosotros, al solo efecto analítico denominados vulgarmente como elementos. 1- El territorio es el espacio o porción geográfica en la que se realiza la actividad estatal, determinante para la acción del Estado en el espacio y el ámbito de vigencia de aplicación de su poder soberano. De ello se ha desprendido la íntima relación entre territorio, geografía y política, imputando algunas perspectivas teóricas (hoy ya superadas) una vinculación directa entre la forma de gobierno y la disposición geográfica del territorio como condicionante político estatal. Así, como preocupación fundamental, durante muchos años la delimitación de las fronteras (identificadas como accidentes naturales de la geografía, un río, una cadena de montañas) fueron tenidas como condicionantes para el desarrollo del estado y su unidad, asociando formas de gobierno y proyec- ciones estatales a su ordenamiento geográfico natural. Hoy la geopolítica asigna una importancia menor, esto es, no condicionante a la disposición geográfica de un estado, resultado de ello que el territorio está determinado por la efectuada humana, es decir, el provecho que de ella realiza la actividad humana y no al revés. El territorio es el asiento físico de las relaciones de poder del Estado, el ámbito espacial dentro del cual el Estado tiene su jurisdicción; sin embargo, la tierra en sí misma no es nunca un “factor” político determinante, sino una condición de la actividad política de la población, que sigue sus leyes propias y puede influir sobre su territorio, a la vez que, de acuerdo con sus fines políticos, transformado en gran medida “la situación geográfica ofrece posibilidades y la situación geopolítica realizaciones de tales posibilidades que se manifiestan como incrementos o como obstáculos”. 2- El pueblo Resulta de transcendental importancia diferenciar el pueblo, la población y la nación como conceptos incorrectamente asociados con carácter de sinónimo, La población constituye el componente humano que ocupa su territorio, mientras que la idea de pueblo adquiere connotación en la medida que responde a componentes identitarios que condicionan la unidad del estado. El pueblo no es una unidad homogénea, muy por el contrario, resulta un grupo humano heterogéneo que solo es tenido como unidad ante el dere- cho. En la obra de Heller, la Nación implica la conciencia de identidad política sobre dicho grupo humano, determinante de una conexión de voluntad política entre sus miembros. El concepto de nación, propio del siglo XVIII posterior a la revolución fran- cesa, determina un sentido de cohesión de las poblaciones que conduce a EDUBP | ABOGACÍA | Ciencia Política pag. 97 la conciencia sobre los caracteres objetivos y subjetivos de identidad que los nuclean: la lengua, las creencias, la religión, costumbres etc. Sin embargo, el Estado es una forma de organización política cuya base poblacional puede o no constituir una Nación, o varias naciones, o no con- stituir ninguna y a su vez puede haber grupos nacionales cuyos habitantes vivan bajo la jurisdicción de diversos estados. No puede aceptarse que el pueblo o la nación sean una unidad en cierto modo natural, anterior a la del Estado, que viniera a constituir a ésta en virtud de su propia efectividad. 3- El derecho El derecho positivo, al cual se refiere la teoría del Estado no es una orde- nación natural, sino una ordenación social. Entre estas, es necesario distin- guir entre aquellas que presentan un mero carácter de regularidad efectiva, de normalidad, de aquellas otras que aparecen como exigidas y del tipo normativas. Esta última refiere específicamente al derecho positivo como ordenación jurídica cuyo monopolio de creación y aplicación reclama el estado de manera exclusiva y excluyente. De esta manera, el derecho positivo se diferencia de las reglas conven- cionales mediante la organización de instancias legislativas y judiciales destinadas a la creación del orden jurídico y la aplicación coactiva que el estado conserva monopólicamente como atributo soberano; resultando así una definición que lo describe como aquella ordenación normativa social establecida y garantizada por los órganos del estado. Las normas jurídicas positivas no se establecen por sí mismas, sino que son queridas, establecidas ya aseguradas mediante disposiciones reales. Como sucede con toda realidad social, lo que interesa en la conducta con- stitutiva del poder del Estado que siguen los súbditos, no es sólo su valor de conciencia moral, sino además su valor de acción política. Evidente- mente que la aceptación es tanto mayor y tanto más reducida la coacción y tanto más fuerte el poder del conjunto, cuanto más firme sea la creencia en la legitimidad del derecho formador de poder. Pero no se debe olvidar que también el poder no legitimado puede operar en el sentido de crear dere- cho, de un lado porque la legalidad de la conducta no está necesariamente condicionada por la legitimidad de la norma jurídica, sino que los hombres obedecen también el derecho injusto por apatía, temor o interés; y de otro, porque el derecho es la forma en la cual tiene que manifestarse incluso el poder no legitimado, de modo que, aun cuando sea injusto, ha de contener ciertos principios de constitución comunes a todo derecho. 4- El poder La soberanía es un atributo central del estado como unidad de acción y decisión, que representa su capacidad de dirección e instancia final de decisión, acción y sanción. Así, el poder soberano no se encuentra subor- dinado ningún otro; tiene superioridad, siendo, en su especie, el poder más alto; la soberanía se encuentra relacionada con el imperio de la ley, ya que una hace posible la existencia de la otra, el orden jurídico impera en función de la soberanía.
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