¡Descarga Resumen del capítulo XVIII al XXII de Don Quijote de la maancha y más Ejercicios en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! Resumen del capítulo XVIII-XXII Mientras continuaban su camino, Don Quijote alcanzó a ver dos humaredas, pensando que provenían de dos ejércitos que se acercaban a ellos para enfrentarlos. Don Quijote y Sancho se subieron a la colina para ver mejor la batalla y Don Quijote empezó a describir personajes importantes y sus armas. Sancho le explico que esas humaredas procedían de rebaños de ovejas pero este no le hizo caso y se tiró contra ellas para atacarlas, los pastores empezaron a tirarle piedras causándole algunas heridas, incluso rompiéndole una muela, siguieron su camino y Don Quijote le pidió a Sancho que eligiera un camino para seguir rondando. Sancho empezó a sacar conclusiones y le dijo que todo lo que les estaba pasando podría ser porque Don Quijote había faltado las leyes de caballería, Don Quijote le da la razón pero también indica que es culpa de él por no haberle ayudado. Se hizo de noche y vieron en el camino lumbres que se acercaban volviéndose cada vez más grandes, Sancho empezó a llenarse de temor pero este lo pudo calmar. Se dieron cuenta que era una multitud y se encontraban de luto, este le preguntó a uno de los hombres que quienes eran y a donde iban, pero a Don Quijote no le gustó su contestación e hizo asustar a la mula que tiró a la persona que tenía encima y todos salieron huyendo. El hombre que se encontraba en el suelo le explico que llevaban a un muerto y que eran religiosos, Sancho aprovechó la oscuridad para robar algunos alimentos y así ayudar a levantar al chico, este lo presentó como “El Caballero de la triste figura”, ambos se disculparon con aquel hombre y siguieron su camino. Después de este agitado encuentro pusieron la comida sobre los caballos y continuaron con su camino, aunque les costaba por la vista, estos no se detuvieron. De la nada empezaron a surgir unos estruendosos ruidos que lograron asustar a Sancho, suplicándole a Don Quijote que no fuera tras de ellos pero este no le hizo caso y le dijo que si no regresaba en tres días, que fuera a la aldea y le dijera a su amada Dulcinea que su caballero había muerto. Sancho al escuchar esto inmediatamente le ató las patas a Rocinante para que este no pudiera marchar a ningún lado y Don Quijote no tuvo más opción que esperase al día siguiente. Por la mañana ambos se levantaron y fueron a ver qué era lo que provocaba ese ruido, llegaron a un prado y pudieron observar que un torrente de agua caía cerca de unas casas parecidas a ruinas y al saber que esto provocaba el ruido empezaron a reírse. Después de esto, cambiaron su ruta y este observo un hombre a caballo que traía un objeto reluciente en su cabeza, lo cual relaciono con el yelmo de Mambrino. Sancho le dijo que se lo tomara con calma y que por favor no se vaya a confundir como las anteriores veces pero este, ofendido, se abalanzó sobre el pobre hombre quitándole el supuesto yelmo, pero al fijase bien se dio cuenta que era un pobre barbero con una bacía para protegerse de la lluvia, después de otro enredo, el barbero se marchó y dejó su caballo abandonado, Sancho lo iba a intercambiar
