Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

Resumen del tema 6 de filosofía, Apuntes de Filosofía

Resumen del tema 6 de bachillerato de la Editorial Edebé

Tipo: Apuntes

2019/2020

Subido el 09/05/2020

dimitrix
dimitrix 🇪🇸

5

(1)

5 documentos

Vista previa parcial del texto

¡Descarga Resumen del tema 6 de filosofía y más Apuntes en PDF de Filosofía solo en Docsity! Dimas Peña 1BCT Tema 6 La reflexión filosófica sobre el ser humano Tanto nuestra naturaleza biológica como la dimensión social o simbólica que que nos caracteriza constituyen elementos fundamentales a la hora de llevar a cabo la reflexión filosófica sobre el ser humano. 1.1 La antropología La antropología es una disciplina especifica que se dedica al estudio del ser humano en todas sus facetas. Aunque las preocupaciones de carácter antropológico han estado presentes desde la Antigüedad en todas las sociedades, podemos señalar como ejemplos de precedentes de la antropología los estudios médico-anatómicos de los médicos Hipócrates y Galeno. Asimismo, en el aspecto cultural, Heródoto de Halicarnaso, considerado el “padre de la historia” en el mundo occidental, describió la organización y costumbres de los diferentes pueblos de su tiempo. No obstante, no fue hasta el descubrimiento de América que la antropología recibió un excepcional impulso, momento en el que se considera que la antropología alcanza su madurez. Tras la clasificación de las especies que llevó a cabo Carlos Linneo, el ser humano quedó incluido como objeto de estudio de la ciencia natural. Linneo introdujo la expresión Homo sapiens en la décima edición del Systema naturae. Adquirió, entonces, su denominación taxonómicas. Ya en el siglo XIX, las teorías de Charles Robert Darwin y los viajes a países exóticos propiciaron la aparición de la antropología como disciplina científica. 1.2 División de la antropología Puede distinguirse entre una antropología de tipo filosófico y otra de tipo científico, dependiendo del objeto y del método de aproximación al mismo: ● La antropología filosófica consiste en una investigación global sobre la naturaleza humana, sobre nuestra identidad frente a los demás seres, intentando definir, para ello, los rasgos esenciales del ser humano. Es una preocupación que acompaña a la historia del pensamiento desde sus orígenes. El método de trabajo de la antropología filosófica consiste en la reflexión a partir de los datos proporcionados por las ciencias sociales (historia, sociología, economía, etc.) y de las ideas generadas por el propio pensamiento filosófico a lo largo de su historia. ● La antropología científica es una disciplina con un origen más reciente, y sus teorías y afirmaciones proceden de los datos recogidos mediante la observación. Surgió en la segunda mitad del siglo XIX, alentada por el desarrollo de la teoría de la evolución. Se ocupa tanto de la dimensión biológica del ser humano como de la dimensión cultural. Por ese motivo, actualmente se distinguen dos grandes ramas dentro de la antropología científica: la antropología física y la antropología cultural. 1. La antropología física estudia los aspectos biológicos propios del ser humano; es decir: el ser humano en tanto que organismo animal. Así, la antropología estudia el ser humano en tanto que producto de la evolución biológica (estudia los cambios experimentados por la especie desde su aparición en la prehistoria); también describe las diferencias físicas observables entre los seres humanos y el resto de homínidos; además, distingue entre las variedades físicas observables entre los distintos grupos étnicos que componen la humanidad actual. 2. La antropología cultural estudia el origen, desarrollo, estructura y características de la cultura humana, tanto en las sociedades pasadas como en las actuales. Por cultura se entiende todo comportamiento aprendido en el marco social: se estudian las estructuras políticas, sociales y económicas; las relaciones de parentesco; los mitos y rituales religiosos; y la producción artística y técnica. Tanto la antropología física como la cultural trabajan en estrecha colaboración con otras ciencias. 2. La naturaleza humana y el proceso de hominización A la pregunta por el origen del ser humano se han dado muchas y diversas respuestas. Puede decirse que las más relevantes pueden dividirse en explicaciones preevolucionistas y explicaciones evolucionistas. 2.1 Explicaciones preevolucionistas Los primeros filósofos griegos, como Platón o Aristóteles, creían que las especies que habitan nuestro planeta habían sido siempre tal y como hoy las conocemos: es decir, no habrían sufrido cambios desde el origen de los tiempos. Son los individuos particulares los que sufren modificaciones a lo largo de sus vidas, pero las especies se mantienen constantes, son siempre las mismas (cada caballo nace y muere, pero la especie “caballo” permanece y perdura eternamente). La aparición de las especies podría haber ocurrido por generación espontánea, o por medio de la voluntad divina que las había creado, como explican muchas religiones y culturas. Por ejemplo, la tradición bíblica explicaba el origen del ser humano por medio de la teoría del creacionismo, sustentada en una interpretación literal del Génesis. Sus tesis básicas: creación separada y definitiva de todas las especies vivas, y creación del ser humano por Dios, a su imagen y semejanza. Estas concepciones partían de un supuesto fijista, según el cual las especies permanecen inamovibles a lo largo del tiempo. Por ejemplo, según este supuesto, el caballo y el asno no procederían de un antepasado común ya extinguido, sino que ambas especies existirían desde el principio de la vida tal y como hoy las conocemos. En el siglo XVIII, el creacionismo fijista tuvo defensores como Linneo y Georges Cuvier, quien creía que todas las especies habían sido creadas directamente por Dios (creacionismo). 2.2 Explicaciones evolucionistas En 1859 publicó Charles Darwin El origen de las especies, obra que supuso la quiebra de las doctrinas fijistas que imperaban hasta ese momento, las cuales ya habian sido cuestionadas medio siglo antes por parte del naturalista francés Jean-Baptiste Lamarck en su libro Filosofía zoológica. Pero fue Charles Darwin quien sentó las bases de las explicaciones evolucionistas actuales. Su teoría puede sintetizarse en tres tesis fundamentales: ● Las especies tienen lugar por transformaciones continuadas. Todas las especies, provienen de otras anteriores por medio de cambios graduales. ● La selección natural es el principio explicativo de la evolución. Entre los muchos cambios que se producen en las especies, solo perduran y se transmiten aquellos que resultan más eficaces en la lucha por la vida. ● El ser humano desciende de antiguos primates. Como los demás animales, procede por evolución de especies anteriores ya extinguidas. La teoría darwinista, sin embargo, no explicaba los mecanismos que determinaban qué características se transmitían de generación en generación, ni de qué manera lo hacían. La ausencia de una teoría que diera cuenta de cuáles eran los factores que influían en la herencia biológica de los caracteres fue subsanada por Gregor Mendel. Siete años después de la publicación de El origen de las especies, este religioso agustino formuló una teoría de la herencia en la que aseguraba que los caracteres hereditarios están determinados por factores específicos, los cuales fueron llamados, más adelante, genes. Las doctrinas mutacionistas, las cuales explican los cambios en las características de las especies a partir de alteraciones o mutaciones en el material genético. La combinación de la teoría de la selección natural y las doctrinas mutacionistas es la base de las teorías sintéticas o neodarwinistas. Aunque estas teorías aportan constantemente datos nuevos, lo cierto es que todavía existen muchas lagunas. Algunas de estas lagunas se refieren al hecho de que según el registro fósil encontramos a menudo especies que se mantienen estables durante un largo tiempo y después sucede que desaparecen o se transforman en otra de un modo aparentemente brusco o en un tiempo relativamente breve. Según la propuesta de los biólogos Niles Eldredge y Stephen Jay Gould, presentada en 1972, hay que ir hacia una teoría del equilibrio puntuado o equilibrio interrumpido, según la cual la evolución avanzaría a saltos y no con un ritmo uniforme. Muchas veces, el paso de una especie a otra no obedece a una lenta transformación de la primera a la segunda, sino que, en algún momento, tendría grupo. Mediante el lenguaje es posible la transmisión y asimilación de nuevas conductas, técnicas, conocimientos o información, a distancia. De este modo, los nuevos contenidos culturales se heredan de generación en generación, acumulándose e incrementándose con el paso del tiempo. Puede decirse, pues, que el lenguaje es la causa del carácter acumulativo de la información cultural y la principal diferencia entre el ser humano y el resto de animales. Si se compara la cultura que ha producido el ser humano con la creada por algunos grupos de animales, destaca de la cultura humana su dinamismo y su gran variedad y riqueza. Como vimos antes, los organismos se adaptan al medio por selección natural, de manera que los cambios genéticos se mantienen según su eficacia en la supervivencia. El ser humano, en cambio, gracias a la cultura puede llegar a modificar su propio medio, por cual puede decirse que la cultura tiene un valor adaptativo. 3.3 Diversidad cultural Más que la biología o la genética, como hemos visto, parece que lo que diferencia a los seres humanos del los demás animales es el hecho cultural. En este sentido, se habla de cultura en singular. Pero lo cierto es que hay que señalar que no existe una sola cultura, sino muchas. Hoy en día conviven en nuestro planeta multitud de culturas: rural, urbana, oriental, musulmana, cristiana, latina, protestante, norteamericana… Esta pluralidad se conoce con el nombre de diversidad cultural. Las grandes ciudades contemporáneas, como Nueva York, Hong Kong, por ejemplo, o Madrid y Barcelona, en España, son ejemplos de convivencia de etnias y culturas diferentes, así como de gente de diversas procedencias. La variedad de culturas es consecuencia de una característica propia del ser humano: no está programado para responder de una manera fija, sino que poseemos cierta libertad para determinar nuestra propia conducta. Así, mientras que los animales suelen reaccionar de un modo limitado ante los estímulos de la naturaleza, el ser humano posee libertad e inteligencia para elegir la respuesta que considera más adecuada en cada caso. Tal vez por este motivo los distintos pueblos han creado su propia forma de vida, la cual se ha adaptado a las condiciones ambientales en las que se ha desarrollado. Cuando nos encontramos ante formas de vida diferentes a las nuestras podemos reaccionar de diversas maneras. Pueden darse varias posturas: etnocentrismo, racismo, xenofobia, relativismo, universalismo, interculturalismo… Como es sabido, una de las causas de la diversidad cultural es la falta de contacto en que vivían los distintos pueblos del mundo. Sin embargo, en la actualidad, el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación está borrando las distancias y reduciendo el aislamiento. Aunque todavía existen zonas profundamente aisladas, lo cierto es que el contacto cultural es cada vez mayor. Por eso se dice que estamos viviendo un proceso de convergencia cultural sin precedentes. Este contacto y proximidad entre los diversos pueblos produce un fenómeno que se ha llamado contagio cultural: el conocimiento de otros modos de vivir, de otras costumbres y creencias, posibilita que adoptemos algunos de estos nuevos elementos cuando los consideremos útiles. La asimilación de rasgos propios de otros pueblos hace que, cada vez, seamos más parecidos entre los humanos. Esto puede tener un lado negativo si implica la imposición del modo de vida de aquellos países más poderosos sobre aquellos más pobres. De hecho, algunos críticos consideran que este proceso de convergencia cultural es, en el fondo, una suerte de etnocentrismo camuflado de la cultura occidental, en el cual la globalización estaría escondiendo un proyecto homogeneizador, que haría que se perdieran las ricas peculiaridades culturales de los diversos pueblos de la Tierra. Por ello, desde esta óptica, algunos cuestionan que sea deseable este proceso globalizador- homogeneizador. 4. Algunos debates en antropología Una de las temáticas científicas y filosóficas más discutidas en el ámbito de la antropología trata de la cuestión acerca de cuánto hay en nosotros que sea producto de nuestra herencia biológica (de nuestra naturaleza) y cuánto es producto de la influencia que hemos recibido a través de la educación y de la sociedad (nuestra cultura). Agresividad, genética y altruismo Al hablar de naturaleza y cultura, uno de los puntos que más discusión generan es la cuestión de cómo interpretar la relación entre ambas. Se dan diferentes opiniones. Hay, por ejemplo, quien entiende que el ser humano nace con una tendencia natural al egoísmo y la agresividad: “el hombre es un lobo para el hombre” [afirmación que se encuentra formulada en varios autores, desde el comediógrafo latino Tito Maccio Plauto (254-184 a. C.) a, siglos después, Thomas Hobbes (1588- 1679) y Sigmund Freud (1856-1939)]. En El malestar en la cultura, publicada en 1930, Freud destaca que los seres humanos nacemos con una pulsión o impulso innato hacia la competitividad y la violencia, a la que llamamos Thanatos o pulsión de muerte, además de nacer también con una pulsión de vida, que llama Eros, la cual recoge el impulso sexual y de autoconservación. Según Freud, las personas tenemos que reprimir parcialmente la satisfacción de nuestros deseos, que provienen de ambas pulsiones, para poder vivir en sociedad. Si las personas diéramos rienda suelta a nuestros impulsos naturales sin ningún freno, la convivencia sería imposible. Así, la cultura se encarga de poner freno a esos impulsos: la cultura nos enseña a reprimirnos. Ahora bien, si ese nivel de represión que la cultura nos impone resulta excesivo y no nos permite canalizar de ningún modo nuestras tendencias naturales, se genera en el ser humano un malestar que deriva en infelicidad. Como es natural, hay otros pensadores con enfoques muy distintos al freudiano o, en general, a aquellos que imaginan esas tendencias naturales negativas del ser humano. Así, algunos apuntan hacia una bondad natural del ser humano que, sin embargo, se va viendo dañada a medida que vamos creciendo y vamos descubriendo cómo funciona la sociedad, la injusticia reinante debida al desigual reparto de la riqueza, la diferencia de oportunidades, etc. El filósofo ilustrado Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) lamentaba cómo la cultura había convertido al ser humano en alguien peor, moralmente hablando, al haber fomentado constantemente la tendencia a la competitividad de unos con otros. Según esta visión, pronto aprendemos que para ser competentes socialmente hemos de desarrollar determinadas “habilidades” como la hipocresía o la mentira, por lo que el resultado de la socialización sería la pérdida de la inocencia inicial y la adquisición de maneras de hacer innobles pero imprescindibles: la socialización no nos haría mejores personas, sino todo lo contrario. El fundador de la etología (la ciencia que estudia el comportamiento animal), Konrad Lorenz (1903- 1989), se posicionó en la línea de Freud al destacar la existencia de un instinto agresivo, uno de los cuatro fundamentales según él, común a todos los animales junto con el hambre, el sexo y el miedo. En su libro Sobre la agresividad, publicado en 1963, Lorenz señala que esta no solo tiene un carácter reactivo, es decir, no se pone en marcha solo para defenderse, sino que en ocasiones dicho instinto se activa espontáneamente a causa del deseo de demostrar la fuerza y establecer jerarquías. Además, Lorenz ve algunas bondades en el instinto agresivo desde el punto de vista de la conservación de la especie, incluso en los humanos. Por ejemplo, según Lorenz el impulso agresivo sirve, paradójicamente, para favorecer los vínculos de amistad en los grupos humanos: estos se cohesionan para al establecer pactos de no agresión dentro del grupo, a base de desviar la agresividad hacia otro grupo, a quien pasa a verse como rival o enemigo. Uno de los discípulos de Lorenz, el fundador de la etología humana, Irenäus Eibl-Eibesfeldt, en oposición a las tesis de su maestro, defendió una posición más afín a Rousseau. En su obra Amor y odio, de 1970, defendió que no era tan evidente que hubiera una agresividad natural innata en el ser humano y afirmó que las causas de las acciones violentas había que buscarlas, fundamentalmente, en la desigualdad en la distribución de los bienes y a las numerosas leyes que protegen un régimen injusto. Según Eibl-Eibesfeldt, podemos ser optimistas respecto a la posibilidad futura de un mundo en paz, siempre y cuando la vida de las personas pudiera desarrollarse en un marco de justicia social. Más recientemente, han surgido los estudios de la llamada sociobiología, disciplina inaugurada por Edward Osborne Wilson, que publicó en 1975 su obra Sociobiología: la nueva síntesis. Los científicos de este campo tratan de explicar cómo fueron seleccionados evolutivamente de forma favorable los comportamientos altruistas, puesto que estos favorecían a los individuos que efectúan dichos comportamientos con una mayor transmisión de los propios genes. Se destacó, de este modo, la noción de “altruismo genético”, que da a entender que cuando se actúa generosamente, se hace en virtud de que esos genes le llevan a uno a actuar así porque advierten que eso es lo más conveniente para ellos, pues mejoran las probabilidades de transmitirse a la siguiente generación. Este enfoque recibió rápidamente numerosas críticas por parte de otros científicos, por entender que se trataba de un reduccionismo genético, de un determinismo de la biología que conllevaba la negación de la libertad humana. El debate continúa abierto.
Docsity logo



Copyright © 2024 Ladybird Srl - Via Leonardo da Vinci 16, 10126, Torino, Italy - VAT 10816460017 - All rights reserved