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Resumen fallo mosca, Apuntes de Derecho de los Consumidores

Resumen fallo mosca Curso intensivo de verano. Derecho del consumidor

Tipo: Apuntes

2019/2020

Subido el 27/08/2021

Mabeleliana
Mabeleliana 🇦🇷

5

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¡Descarga Resumen fallo mosca y más Apuntes en PDF de Derecho de los Consumidores solo en Docsity! M. 802. XXXV. ORIGINARIO Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y perjuicios. Buenos Aires, 6 de marzo de 2007 Vistos los autos: "Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y perjui- cios", de los que Resulta: 1) A fs. 7/11 se presenta Hugo Arnaldo Mosca, por medio de apoderado, e inicia demanda contra la Asociación del Fútbol Argentino, el Club Atlético Lanús y la Provincia de ¡Buenos Aires por la suma de $ 164.600 o lo que en más o en menos resulte de la prueba, más su actualización monetaria e intereses. Manifiesta que trabajaba como chofer, motivo por el cual el 30 de noviembre de 1996 trasladó a fotógrafos del diario "Clarín" hasta la sede del Club Atlético Lanús, debido a que se disputaría un partido de fútbol entre el equipo local e Independiente por el "Torneo Apertura". Expresa que el partido estaba empatado, pero fina- lizando el segundo tiempo, Independiente hizo otro gol, lo que motivó no sólo un gran altercado sino que los simpatizantes de Lanús comenzaran a arrojar todo tipo de objetos hacia el campo de juego, como así también contra la hinchada del equipo visitante que intentaba abandonar precipitadamente el estadio. En esas circunstancias, aproximadamente a las 23.30 horas, según manifiesta el actor, fue alcanzado por un ele= mento contundente en el rostro a la altura del ojo izquierdo, lo que le provocó una importante herida que le ocasionó una progresiva disminución de su visión, la que se fue agravando posteriormente. Funda la responsabilidad de la Asociación del Fútbol Argentino en su calidad de organizadora del campeonato y en los beneficios económicos que tales torneos le reportan. Con respecto al Club Atlético Lanús considera que no ejerció un “Ir debido control en el ingreso de los espectadores, lo que les permitió entrar con elementos que podían producir daños. Asimismo, sostiene que hubo falta de previsión dada la impor- tancia del partido, lo cual hacía presumir la posibilidad de desmanes, sobre todo teniendo en cuenta el horario nocturno en que se efectuó el juego. Advierte que, por su parte, la policía bonaerense no. (cumplió (con (6L (deber de (sesguardas (eL (orden público y ga- rantizar la vida e integridad física de la comunidad y que debió "hacerse presente no sólo dentro sino también fuera del estadio" (sic). Por ello considera que su intervención fraca- só, y en consecuencia genera una responsabilidad culposa por impericia y negligencia. Por último, practica liquidación de los rubros que considera le deben ser indemnizados, ofrece prueba y pide que se haga lugar a la demanda, con costas. II) A fs. 18/19 el actor amplía el monto de la in- demnización pretendida en $ 90.000 más y la prueba oportuna- mente ofrecida. III) A fs. 32/41 se presenta la Asociación del Fút- bol Argentino, por medio de apoderado. Niega los hechos y el derecho invocados por el actor e impugna la liquidación prac- ticada. Expresa que se trata de una asociación civil, con personalidad jurídica, cuyo objeto es fomentar la difusión del fútbol y asociar a las distintas entidades para coordinar su práctica de acuerdo a las reglas del juego determinadas por la Federación Internacional de Fútbol, a la que, a su vez, está afiliada. Sostiene que la Asociación del Fútbol Argentino y los clubes determinan los campeonatos que se disputarán du- rante cada temporada y que 'aquella 'se limita sólo 'a organiz “90 M. 802. XXXV. ORIGINARIO Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y perjuicios. estacionamiento del vehículo en las instalaciones del club. Aclara que el art. 33 de la ley 23.184 limita su responsabilidad a los hechos cometidos dentro del estadio, toda vez que la facultad de supervisión y control de los actos de los concurrentes fuera de aquél está a cargo del Estado, tal como lo establece el art. 32. Impugna los rubros y el monto reclamado por consi- derar que existe una pluspetitio inexcusable. Ofrece prueba y pide que se rechace la demanda, con costas. V) A fs. 83/93 contesta la Provincia de Buenos Ai- res, por medio de apoderado. Opone las excepciones de incom- petencia, defecto legal y falta de legitimación pasiva por haberse dirigido la demanda contra la policía de ese Estado local. Niega los hechos y el derecho invocados, expresa que la actora no le imputa a la policía conducta alguna que ¡configure causa [adecuada del daño reclamado y aclara, sin perjuicio de ello, que el espectáculo deportivo se encontraba controlado por más de quinientos efectivos de la policía, doce móviles, un micro ómnibus y un celular. Considera que en el sub lite sólo serían responsa— bles quienes causaron el daño y, en el supuesto de que no se los pudiera individualizar, el organizador del espectáculo. Aclara también que la policía sólo lo sería en el caso de probarse la existencia de responsabilidad subjetiva por el obrar de sus dependientes. Impugna los rubros y el monto de la indemnización solicitada, ofrece prueba y pide que se rechace la demanda con costas. VI) A fs. 101 se tiene por dirigida la demanda con- tra la Provincia de Buenos Aires. VII) A fs. 139 la liquidadora judicial de la compa- “5 fñía "El Centinela Cooperativa de Seguros Limitada" contesta la citación en garantía solicitada por la Asociación del Fútbol Argentino. Manifiesta que una vez finalizado el proceso la comisión liquidadora emitirá opinión sobre la procedencia alcance y privilegio que pueda corresponder al crédito pre- tendido. Considerando: 1% Que frente al prolongado trámite al que ha dado lugar la substanciación de este proceso y la significativa extensión del tiempo transcurrido desde el llamamiento de autos para sentencia de fs. 825 vta., evidentes razones de economía procesal como las señaladas por el Tribunal en el pronunciamiento dictado en la causa P.238.XXVIII. "Punte, Roberto Antonio c/ Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur s/ cumplimiento de contrato", sentencia del 21 de marzo de 2006, así como la adecuada preservación de las garantías constitucionales de la defensa en juicio y del de- bido proceso que asisten a las partes, en cuanto comprenden la necesidad de obtener una rápida y eficaz decisión judicial que ponga fin a la controversia (Fallos: 319:2151 y sus citas) llevan a dejar de lado en el sub lite el nuevo contorno del concepto de causa civil definido por esta Corte (conf. causa "Cohen, Eliazar c/ Río Negro, Provincia de y otros s/ daños y perjuicios", pronunciamiento del día 30 de mayo de 2006, considerando 1”), y, en consecuencia, a mantener la competencia originaria para dictar sentencia definitiva en este asunto. 2%) Que Hugo Arnaldo Mosca reclama a la Provincia de Buenos Aires, al Club Atlético Lanús, y a la Asociación del Fútbol Argentino la indemnización de los daños que sufrió como consecuencia del accidente ocurrido el 20 de noviembre de 1996. 3%) Que, en primer término, corresponde describir los “6 M. 802. XXXV. ORIGINARIO Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y perjuicios. hechos relevantes invocados y probados en la causa, que constituyen la plataforma fáctica del fallo. En autos han quedado probado los siguientes hechos: a) que el día 30 de noviembre de 1996 el actor condujo a un grupo de periodistas y fotógrafos hasta la cancha del Club Atlético Lanús, donde se llevó a cabo un encuentro de fútbol entre el equipo local y el equipo del Club Atlético Indepen— diente; b) que no asistió al evento como espectador ni entró al estadio, sino que permaneció en las inmediaciones; Cc) que faltando dos minutos para finalizar el encuentro, un grupo de simpatizantes de Lanús se introdujo en el sector de plateas bajas y comenzó a destrozar parte del piso, sillas y mampos- tería, arrojándolos a la cancha (fs. 3, 4, 5, 6, 13 y 14 del expediente N? 58.595, de los autos caratulados "Resistencia a la autoridad y lesiones-Sosa Hugo Ricardo y Rodríguez Miguel Ángel", tramitado ante el Juzgado en lo Criminal y Correccio- nal N* 12, de Lomas de Zamora, venido ad effectum videndi y agregado por cuerda); d) que el actor, que se encontraba en la vía pública, fue alcanzado por un elemento contundente en el rostro a la altura del ojo izquierdo, por lo que tuvo que ser hospitalizado (fs. 258, 264, 279 y 290); e) que no ha sido posible identificar a una persona Oo a un grupo de ellas que haya arrojado las piedras que dañaron al actor. Que delimitada la base fáctica, corresponde fijar con precisión el ámbito de la responsabilidad para precisar los alcances subjetivos y objetivos de la controversia. 4%) Que, ante todo, cabe señalar que el actor peti- cionó y obtuvo el pago de la indemnización con base en la ley de riesgos del trabajo. Este elemento, no mencionado en la demanda, planteado por uno de los codemandados (fs. 38 vta.), probado en la causa (fs. 604) y reconocido por el demandante en su alegato (fs. 817), resulta decisivo para calificar el dd extremo en las consecuencias dañosas que ellos produzcan con motivo de hechos extraños a su intervención directa (Fallos: 312:2138; 313:1636; 323: 3599; 325: 1265 y 3023; 326: 608, 1530 y 2706). En este aspecto resulta relevante diferenciar las acciones de las omisiones, ya que si bien esta Corte ha admi- tido con frecuencia la responsabilidad derivada de las prime- ras, no ha ocurrido lo mismo con las segundas. Respecto del último supuesto corresponde distinguir entre los casos de omisiones a mandatos expresos y determina- dos en una regla de derecho, en los que puede identificarse una clara falta del servicio, de aquellos otros casos en los que el Estado está obligado a cumplir una serie de objetivos fijados por la ley sólo de un modo general e indeterminado, como propósitos a lograr en la mejor medida posible. La determinación de la responsabilidad civil del Estado por omisión de mandatos jurídicos indeterminados debe ser motivo de un juicio estricto y basado en la ponderación de los bienes jurídicos protegidos y las consecuencias gene ralizables de la decisión a tomar. En este sentido, el servicio de seguridad no está legalmente definido de modo expreso y determinado, y muchos. menos se identifica con una garantía absoluta de que los ciu- dadanos no sufran perjuicio alguno derivado de la acción de terceros. Consagrar una regla de este tipo es una decisión que el legislador no ha tomado, y que no registra antecedentes en el derecho comparado. Por lo demás, sería irrazonable que el Estado sea obligado a que ningún habitante sufra daños de ningún tipo, porque ello requeriría una previsión extrema que sería no sólo insoportablemente costosa para la comunidad, sino que haría que se lesionaran severamente las libertades de “los mismos ciudadanos a proteger. Como conclusión, 'no puede “107 M. 802. XXXV. ORIGINARIO Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y perjuicios. afirmarse, como lo pretende el actor, que exista un deber de evitar todo daño, sino en la medida de una protección compatible con la tutela de las libertades y la disposición de medios razonables. En segundo lugar, se debe apreciar si se dispusieron tales medios razonables para el cumplimiento del servicio. En el presente caso, la policía destinó efectivos para la custodia de las adyacencias y de determinados lugares dentro del estadio. Así, del informe expedido por la Superin- tendencia de Investigaciones de la Capital Federal obrante a fs. 773/779, con el que se acompaña el expediente administra- tivo 21100-630696/01 del Ministerio de Seguridad de la Pro- vincia de Buenos Aires, surge que la policía asignó una cus- 'todia de cuatrocientos noventa y nueve efectivos policiales, complementados con doce patrulleros, un ómnibus y un celular. Consta también que se dispuso la presencia de policía adicio- nal (efectivos de infantería, de caballería, guías con Canes, brigada de investigaciones, brigada de explosivos, de inteli- gencia —dos de ellos con filmadoras para captar las imágenes del ingreso y egreso del público—) y que el personal del co- mando de patrullas era el encargado de hacer "constantes" recorridas por las adyacencias del estadio. Corroboran lo expuesto los artículos periodísticos publicados en los diarios Olé (fs. 5) y Clarín, (fs. 6), de cuya autenticidad da cuenta el informe de fs. 211, y las declaraciones de los testigos Laguna, Garello, Traverso y Cerolini quienes manifiestan que no sólo había custodia dentro del club sino también fuera del estadio (fs. 259, 264/265, 279, 290/291). En tercer lugar, se debe atender al lazo que une a la víctima con el servicio. En este caso no existe un deber jurídico determinado basado en una obligación preexistente, como ocurriría si “po hubiera existido una relación con el Estado contratado para brindar el servicio en forma específica. Se trata en cambio, de un deber jurídico indeterminado para la generalidad de los ciudadanos quienes, en consecuencia, no tienen un derecho subjetivo, sino un interés legitimo subjetivamente indiferen= ciado a la seguridad. En cuarto lugar, corresponde estar al grado de pre- visibilidad del daño, conforme a la capacidad razonable de prever el curso normal y ordinario de las cosas. Sobre el particular, surge del expediente adminis- trativo citado que finalizado el partido y como consecuencia de una medida tomada por el árbitro, los simpatizantes locales que se encontraban en las plateas reaccionaron "arrojando trozos de mampostería hacia el campo de juego -al cual inten- taron ingresar- tratando de impactar en los jugadores, árbi- tros y personal policial". Pero los 'efectivos policiales lo impidieron, de manera tal que los árbitros y los jugadores visitantes se pudieron retirar del estadio sin "que sufrieran ¡daños físicos" (fs.777). Como consecuencia del procedimiento quedaron detenidos treinta y ocho espectadores, cuya identidad fue determinada (fs. 778/779). Por otra parte, el testigo Laguna declara que en el momento del accidente el actor fue socorrido por unos policías que se encontraban dentro de un patrullero estacionado a unos dos metros de distancia, quienes lo trasladaron hasta una clínica de la zona (fs. 258/259). Es decir, de lo expuesto puede concluirse que la policía actuó. conforme con un estándar de previsibilidad de lo que normalmente acontece, lo cual no genera responsabilidad según el Código Civil (arts. 901 a 906). En función de todo lo expuesto, habiéndose delimi- tado la extensión del servicio, no se advierte una falta im- putable capaz de comprometer la responsabilidad de la Provin- “19% M. 802. XXXV. ORIGINARIO Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y perjuicios. luego Mosca se acerca caminando hasta su auto para esperar que salgan los periodistas y fotógrafos" (respuesta segunda). En la respuesta vigésimo novena, el mismo testigo responde que "mientras duró el partido y hasta la agresión, Mosca estuvo frente al portón de acceso principal al Club que es por la calle Guidi, que es la vereda contraria a la de las insta- laciones del Club Atlético Lanús" . A fs. 281, el testigo Traverso, dijo que "el vehículo que conducía el actor se en- contraba en la vía pública a unos quince metros de la barrera de seguridad del Club", manifestación que ratifica a fs. 289 el testigo Cerolini, quien admite que "Mosca los esperó frente al estacionamiento del Club que es en la vía pública". Como conclusión, puede darse por demostrado, con suficiente evidencia, que el origen del daño provino de obje- tos lanzados por personas desde el club y dañaron al actor que estaba en las inmediaciones. Tal hecho fáctico debidamente probado permite indagar si hay una regla de responsabilidad y, para ello, resulta irrelevante determinar si el actor estaba un metro más cerca o más lejos del club, ya que es suficiente con que se establezca una relación de inmediatez (consecuencia inmediata) para que se pueda aplicar la regla. Que establecida la conexión causal, es necesario indagar si hay algún factor de atribución aplicable. Sobre el particular, en primer lugar corresponde señalar que todo organizador de un espectáculo deportivo tiene una obligación de seguridad respecto de los asistentes, con fundamento general en el art. 1198 del Código Civil y especial en la ley 23.184. Ese deber de seguridad es expresivo de la idea de que quienes asisten a un espectáculo lo hacen en la confianza de que el organizador ha dispuesto las medidas necesarias para cuidar de ellos. Esta Corte ha señalado, asimismo, que las relaciones “15 de complacencia ante los integrantes de la hinchada revelan una manifiesta negligencia len el cumplimiento de las medidas de seguridad y que el club organizador del espectáculo deportivo, tiene el deber de tomar todas las medidas necesa- rias para que el evento se desarrolle normalmente, sin peligro para (61 pablico y Los participantes (Pallos: 321: 1124, considerando 11), para ello debe impedir el ingreso de ina- daptados, y exigir a los concurrentes el cumplimiento de las leyes y reglamentos, extremando las medidas de seguridad a la entrada de los estadios —por ejemplo, revisando bolsos, pa- quetes, portación de armas, etc.— (fallo citado, considerando 14). En el presente caso, y como se ha hecho referencia al examinar la causalidad a nivel de autoría, no cabe duda alguna de que el incumplimiento de las estrictas medidas de seguridad que cabe exigir al organizador de un espectáculo deportivo, han sido violadas, toda vez que el accionar de un grupo de espectadores escapó a todo control y causó daños a terceros. Sentado lo anterior, cabe examinar seguidamente si el caso puede ser encuadrado dentro de los supuestos de apli- cación del referido débito de seguridad genérico (art. 1198 del Código Civil) y específico (ley 23.184). Como primera aproximación, corresponde advertir que los hechos dañosos tuvieron su causa en el accionar de espec— tadores que no son terceros por los cuales el organizador no deba responder y ocurrieron durante el espectáculo y en la secuencia temporal inmediatamente posterior. La cuestión decisiva, en su caso, es la determina- ción del campo de aplicación de la norma, debido a la cir- cunstancia de que la victima no era espectador ni estaba den- tro del estadio, sino en las inmediaciones. En tal sentido, la ley 23.184 ha dispuesto que su régimen penal se aplique a los hechos que se comentan "con “167 M. 802. XXXV. ORIGINARIO Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y perjuicios. motivo o en ocasión de un espectáculo deportivo en estadios de concurrencia pública o inmediatamente o después de el" (art. 1), mientras que al establecer la responsabilidad civil, alude a daños sufridos por los espectadores, en los estadios y ¡durante 'su desarrollo (art. 51). Ahora bien, la responsabilidad civil está regulada en el Código Civil, que establece la regla general del siste- ma. Por su parte, la ley 23.184 es una ley de especificación, que no deroga ni excluye al Código Civil, lo cual la diferen- cia de otras disposiciones que crean un subsistema autonómo, con efectos derogatorios o excluyentes de la norma general, como ocurre en el caso de los accidentes de trabajo. Esta calificación de la norma es relevante para interpretarla. En efecto, en primer lugar, el deber de seguridad está contemplado en el Codigo Civil, del cual es aplicación específica la ley 23.184. Esta responsabilidad se basa, cau- salmente, en la imputación basada en los hechos que ocurren "por causa" o con ocasión". Pues bien, los daños ocurridos en el presente han sido, indudablemente, "con ocasión" del evento, toda vez que si este último no se hubiera celebrado, aquellos no habrían tenido lugar. De esta manera, se cumple acabadamente con el requisito de causalidad previsto en la norma, y puede afir- marse que el espectáculo organizado por el Club Atlético Lanús fue la ocasión para que se lanzaran los objetos que dañaron al actor. En este punto, es necesario observar que la ley 23.184 ha considerado razonable limitar la cantidad de afec= tados que podrían reclamar, ciñiéndo el grupo legitimado a los espectadores que sufran daños "en los estadios". Es claro, empero, que el término "estadio" no puede ser interpretado de manera que se excluya a quienes están en “17 seguridad —prevista en el art. 42 de la Constitución Nacional— tenga un propósito meramente declarativo, sino que, por el contrario, es correcta la hermenéutica orientada hacia el goce directo y efectivo por parte de sus titulares. La seguridad de asistir a un espectáculo público sin sufrir daño alguno— es un propósito que debe constituir la máxima preocupación por parte de quienes los organizan cuando éstos importan algún riesgo para los asistentes, así como de las autoridades públicas encargadas de la fiscalización. Por lo expuesto, cabe sdnttis la responsabilidad del: club organizador del espectáculo al no haber adoptado las medidas razonables para evitar daños a las personas que esta= ban en llas Enmeataciones del estadio, por acciones provenien- tes de quienes asistían al mismo. 8) Que según ha expresado esta Corte, "el incremento del riesgo derivado de la peligrosidad que han asumido en los últimos tiempos las justas deportivas —especialmente las de concurrencia masiva con la problemática anexa de la responsabilidad de los daños causados por fanáticos, 'hinchas' y 'barras bravas'— ha merecido la atención específica del Congreso, que ha sancionado una ley para evitar la reiteración de hechos que afectan a los concurrentes a los estadios y, a veces, a personas totalmente ajenas al desarrollo del espectáculo mismo". (Fallos: 317: 226, considerando 9%) La ocurrencia de daños en los encuentros deportivos —especialmente en los partidos de fútbol— es una lamentable realidad que se registra cotidianamente en nuestra sociedad, "siendo su causa la violencia de las hinchadas como también la inadecuación de los estadios y la falta de medidas tendientes a evitarlos" (Fallos: 321:1124, considerando 9%). La respuesta M. 802. XXXV. ORIGINARIO Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y perjuicios. del legislador fue sancionar un régimen de responsabilidad civil "que se aplica a un tipo de actividad riesgosa consistente en la generación de espectáculos en estadios deportivos. No se trata de cualquier espectáculo deportivo, sino de aquél que se realiza en un estadio, con todas las conductas que implica traer una multitud para que se someta a una situación riesgosa: convivir dentro de un estadio" (conf. diputado Cornaglia, "Diario de Sesiones de la Cámara de Dipu- tados de la Nación", días 29 y 30 de mayo de 1985, pág. 719). Que ante estas nuevas realidades que se erigen en complejas fuentes generadoras de daños cabe señalar que un sector de la doctrina autoral y jurisprudencial, por vía de una interpretación dinámica de la norma, predica —para los supuestos de responsabilidad del organizador del espectáculo deportivo en casos como el sub examen donde el daño fue cau- sado directamente por la actividad desarrollada en el estadio de fútbol—, la extensión de la responsabilidad por riesgo de la cosa prevista en el art. 1113, párrafo 2%, apartado 2%, del Código Civil, al riesgo de la actividad desarrollada, intervenga o no una cosa, Que en el caso, en que el actor sufrió graves heri- das provocadas por el impacto de proyectiles provenientes de las instalaciones deportivas, no puede excusarse la responsa— bilidad del club local, ya que, además del riesgo de dañosidad que genera la convocatoria al encuentro futbolístico, el deber de responder en el caso se ve abonado por añejos principios de nuestro Código Civil, que ya había consagrado al tiempo de su sanción algunas hipótesis de responsabilidad objetiva, para —entre otros supuestos— el caso de daños causados a quienes transitan las calles por cosas arrojadas desde los edificios, et effusis et deiectis (conf. art. 1119, 3er. párrafo, Código Civil), situación que por analogía se configura en la especie. “21% Que el club local, como entidad organizadora del espectáculo deportivo por el que obtiene un lucro económico, y que a la vez genera riesgos para los asistentes y terceros, tiene el deber de tomar todas las medidas necesarias para que el evento se desarrolle normalmente, sin peligro para el pú- blico y los participantes (conf. doctrina de Fallos: 321:1124, considerando 11), para ello debe impedir. el ingreso de “inadaptados, y exigir a los concurrentes el cumplimiento de las leyes y reglamentos, extremando las medidas de seguridad a la entrada de los estadios (por ejemplo, revisando bolsos, paquetes, portación de armas, etc.; fallo citado, considerando 14). 9%) Que, corresponde, ahora, considerar la situación de la Asociación del Fútbol Argentino (A.F.A.). Dicha demandada planteó la inconstitucionalidad del art. 33 de la citada ley 23.184 (art. 51, según el texto de ley 24.192), en cuanto dispone que las asociaciones que par— ticipan en un espectáculo deportivo son solidariamente res- ponsables de los daños y perjuicios que se generen en los estadios. Tal pretensión debe ser desestimada, de conformidad con lo resuelto en Fallos: 317:226, a cuyos fundamentos cabe remitir en razón de brevedad Determinado lo anterior, corresponde examinar la responsabilidad de la Asociación del Fútbol Argentino tomando en cuenta la regla general y las excepciones en el derecho vigente. La regla general es que una entidad que agrupa a otras entidades no es responsable por los daños extracontrac- tuales que estas últimas causen a terceros. Las asociaciones de segundo grado, pueden ejercer cierto poder de vigilancia sobre aspectos generales, pero normalmente, no tienen facul- “992% M. 802. XXXV. ORIGINARIO Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y perjuicios. obtener una ganancia directa derivada de dichos eventos, todo lo cual permite calificarla como partícipe. La Asociación del Fútbol Argentino tiene el deber de ¡preocuparse en grado extremo por la seguridad de las personas que asisten al espectáculo del fútbol. Los numerosos acontecimientos de violencia, los daños sufridos por las per- sonas, la zozobra por la inseguridad, y la conmoción social que existe por estos sucesos, no puede pasar desapercibida para un dirigente razonable y prudente. Por esta razón no es excesivo señalar que deberían haber destinado una parte de sus medios organizativos para prevenir y resolver situaciones como la que originó la presente demanda. 10) Que la regla que establece la responsabilidad civil de la Asociación del Fútbol Argentino derivada del con- trol que ella ejerce sobre la organización, la prestación y los beneficios de un espectáculo que produce riesgos para quienes asisten al mismo, es razonable si se juzgan sus con- secuencias (Fallos: 302:1284). La idea de que los organizadores se ocupan sólo del deporte y sus ganancias, mientras que la seguridad es un asunto del Estado, es insostenible en términos constituciona- les. La seguridad es un derecho que tienen los consumidores y usuarios (art. 42, Constitución Nacional) que está a cargo de quienes desarrollan la prestación o la organizan bajo su con= trol, porque no es razonable participar en los beneficios trasladando las pérdidas. Esta antigua regla jurídica que nace en el derecho romano, es consistente en términos de ra- cionalidad económica, porque este tipo de externalidades ne- gativas deben ser soportadas por quien las genera y no por el resto de la sociedad. En el presente caso, se trata de la seguridad, en- tendida como un valor que debe guiar la conducta del Estado “as así como a los organizadores de actividades que, directa o indirectamente se vinculen con la vida o la salud de las per— sonas. La incorporación de este vocablo en el art. 42 de la Constitución, es una decisión valorativa que obliga a la so- ciedad toda a desempeñar conductas encaminadas al cuidado de lo más valioso que existe en ella: la vida y la salud de sus habitantes, ricos o pobres, poderosos o débiles, ancianos o adolescentes, expertos o profanos. El ciudadano que accede a un espectáculo deportivo tiene una confianza fundada en que el organizador se ha ocu- pado razonablemente de su seguridad. Ello es así porque la prestación de servicios masivos presenta un grado de comple- jidad y anonimato que resultan abrumadores para los ciudadanos que los reciben. El funcionamiento regular de la actividad, el respaldo que brinda la asociación, es lo que genera una apariencia jurídica que simplifica su funcionamiento y lo hacen posible. Las consecuencias económicas que podrían derivarse de juicios de responsabilidad civil de los asistentes a es- pectáculos deportivos están en manos de los propios organiza- dores. En la medida en que sean rigurosos con la seguridad, sancionen a quienes la ponen en riesgo, tendrán menos recla- mos, lo cual constituye un poderoso incentivo económico para el cumplimiento efectivo de sus obligaciones. Por todo ello, y en función del factor de atribución antes mencionado, debe responder solidariamente por las consecuencias dañosas sufridas por el demandante. 11) Que en orden a decidir el reclamo indemnizato- rio, debe destacarse aun cuando en el escrito de inicio se define el rubro reclamado como "Daño Físico" (fs. 9 vta., punto VIII), cabe interpretar esa expresión por oposición al siguiente rubro "Daño Moral", y no como concepto excluyente “26 M. 802. XXXV. ORIGINARIO Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y perjuicios. del daño psicológico, ya que en la demanda se hizo alusión expresa no sólo a la sensible disminución de la visión en el ojo izquierdo, sino también al padecimiento psíquico derivado de no poder aceptar dicha minusvalía (fs. 7 vta.). Respecto de estas consecuencias dañosas, esta Corte ha considerado que cuando la víctima resulta disminuida en sus aptitudes físicas o psíquicas en forma permanente, esta incapacidad debe ser objeto de reparación, al margen de lo que pueda corresponder por el menoscabo de la actividad productiva y por el daño moral, pues la integridad física tiene por sí misma un valor indemnizable y su lesión comprende, a más de aquella actividad económica, diversos aspectos de la personalidad que hacen al ámbito doméstico, cultural o social con la consiguiente frustración del desarrollo pleno de la vida (Fallos: 312:752, 2412; 315:2834; 316:2774; 318:1715; 320:1361; 321:1124; 322:1792, 2002 y 2658; 325:1156; 326:847). También, a criterio del Tribunal, para evaluar el monto del resarcimiento por la disminución de las aptitudes físicas y psíquicas no es necesario recurrir a criterios ma- temáticos ni tampoco son aplicables los porcentajes fijados en la ley de accidentes de trabajo, aunque puedan ser útiles como pauta genérica de referencia, sino que deben tenerse en cuenta las circunstancias personales del damnificado, la gravedad de las secuelas, los efectos que éstas puedan tener en el ámbito de la vida laboral de la víctima y en su vida de relación (Fallos: 320:1361 y 325:1156). Hugo Arnaldo Mosca tenía 65 años al momento del hecho y, a pesar de estar jubilado (ver informe de la ANSeS, fs. 41/42 y 55, incidente de beneficio de litigar sin gastos) a la fecha del accidente se desempeñaba como chofer, actividad que debió abandonar a raíz de la secuela oftalmológica, y vive según prueba con su esposa contando sólo con su haber “97 puesto en el considerando precedente. Con costas (art. 68 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación); II. Rechazar la demanda seguida por Hugo Arnaldo Mosca contra la Provincia “de Buenos Aires. Con costas por su orden en mérito a que el actor pudo considerarse con razón fundada para demandarla (art. 68, segundo párrafo, del código procesal citado; Fallos: 321:1124). Notifíquese y, oportunamente, archívese. RICARDO LUIS LORENZETTI - ELENA 1. HIGHTON de NOLASCO (con ampliación de fundamentos)- CARLOS S. FAYT (en disidencia)- ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI (en disidencia) - JUAN CARLOS MAQUEDA - E. RAUL ZAFFARONI - CARMEN M. ARGIBAY (en disidencia). ES COPIA M. 802. XXXV. ORIGINARIO Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y perjuicios. AMPLIACIÓN DE FUDAMENTOS DE LA SRA. MINISTRO DOCTORA DOÑA ELENA HIGHTON DE NOLASCO Considerando: Que, sin perjuicio de los fundamentos expresados en los considerandos 7? y 8%, la suscripta participa de la doc- trina y la jurisprudencia que propicia la extensión de la responsabilidad por riesgo de la cosa prevista en el art. 1113, párrafo segundo, segundo supuesto, del Código Civil, al riesgo de la actividad desarrollada —intervenga o no una cosa— en estadios deportivos, conclusión que se ve ratificada por las citas del debate parlamentario efectuando ut supra. De tal modo, cabe también encuadrar la responsabilidad del demandado en supuestos como el sub examen bajo esta perspectiva extracontractual, desde que no media vínculo previo entre el demandante y el establecimiento deportivo, y el daño fue causado directamente por la actividad desarrollada en el estadio de fútbol. ELENA 1. HIGHTON de NOLASCO. ES COPIA DISI-//- “310 M. 802. XXXV. ORIGINARIO Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y perjuicios. los perjuicios causados por su incumplimiento o ejecución irregular. Además se resolvió que no se trata de una respon— sabilidad indirecta, dado que la actividad de los órganos, funcionarios o agentes del Estado, realizada para el desen- volvimiento de los fines de las entidades de las que dependen, ha de ser considerada propia de éste, el que debe responder de modo principal y directo por sus consecuencias dañosas (Fallos: 321: 1124). La falta de servicio es una violación o anormali-dad frente a las obligaciones del servicio regular, lo cual entraña una apreciación en concreto que toma en cuenta la naturaleza de la actividad, los medios de que dispone el ser- vicio, el lazo que une a la víctima con el servicio y el grado de previsibilidad del daño (Fallos: 321:1124). En el sub lite, se trata del control de la seguri- dad pública encomendado a la policía provincial y el reproche consiste en que se habría ¡incurrido en negligencia e impe- ricia por no "resguardar el orden público y garantizar la vida y la integridad física de la comunidad dentro del estadio y fuera de él (especialmente en las adyacencias)”. 5% Que consta en autos que la policía destinó efectivos parala custodia de las adyacencias y de determinados lugares dentro del estadio. Así, del informe expedido por la Superintendencia de Investigaciones de la Capital Federal obrante a fs. 7173/779, con el que se acompaña el expediente administrativo n* 21100- 630696/01 del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, surge que la policía asignó una custodia de cuatrocientos noventa y nueve efectivos policiales, com- plementados con doce patrulleros, un ómnibus y un celular. Consta también que se dispuso la presencia de poli- cía adicional (efectivos de infantería, de caballería, guías “35% con canes, brigada de investigaciones, brigada de explosivos, de inteligencia —dos de ellos con filmadoras para captar las imágenes del ingreso y egreso del público—) y que el personal del comando de patrullas era el encargado de hacer “constantes” recorridas por las adyacencias del estadio. Corroboran lo expuesto los artículos periodísticos publicados en los diarios Olé (fs. 5) y Clarín, (fs. 6), de cuya autenticidad da cuenta el informe de fs. 211, y las de- claraciones de los testigos Laguna, Garello, Traverso y Cero- lini quienes manifiestan que no sólo había custodia dentro del club sino también fuera del estadio (fs.259,fs. 264/265, fs.279,fs. 290/291). Asimismo, del expediente administrativo citado surge que finalizado el partido y como consecuencia de una medida tomada por el árbitro, los simpatizantes locales que se encontraban en las plateas reaccionaron "arrojando trozos de mampostería hacia el campo de juego —al cual intentaron in- gresar— tratando de impactar en los jugadores, árbitros y personal policial”(sic). Pero los efectivos policiales lo impidieron, de manera tal, que los árbitros y los jugadores visitantes se pudieron retirar del estadio sin “que sufrieran daños físicos” (sic) (£fs.777). Como consecuencia del procedimiento quedaron dete- nidos treinta y ocho espectadores, cuya identidad surge de la lista que se acompaña (fs. 778/779). Por otra parte, el testigo Laguna declara que en el momento del accidente el actor fue socorrido por unos policías que se encontraban dentro de un patrullero estacionado a unos dos metros de distancia, quienes lo trasladaron hasta una clínica de la zona(fs. 258/259). En tales condiciones, y habida cuenta de que la obligación del servicio de policía de seguridad se satisface “36 M. 802. XXXV. ORIGINARIO Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y perjuicios. con haber aplicado la diligencia y la previsión adecuadas a las circunstancias de tiempo y de lugar, cabe concluir que no se ha configurado falta alguna de servicio por parte de la policía local, capaz de comprometer la responsabilidad de la Provincia de Buenos Aires. 6%) Que, en consecuencia, debe examinarse la res- ponsabilidad del Club Atlético Lanús como organizador del evento deportivo. A fs. 8 vta. el actor alega que aparece configura-da una manifiesta negligencia del Club Atlético Lanús en el cumplimiento de los controles de seguridad que son impuestos a los organizadores de acontecimientos deportivos, al permitir el acceso de "inadaptados sociales” munidos de elementos (hierros y piedras) para causar daños. Advierte que aún en el supuesto de que esos elementos se hubiesen encontrado dentro de las instalaciones de la entidad, ello no obsta a su res- ponsabilidad. Asimismo responsabiliza a la entidad por su omisión de plantear ante la A.F.A. la inconveniencia de disputar el partido en un horario nocturno. 7% En este sentido, cabe recordar que esta Corte ha destacado que el incremento del riesgo derivado de la pe- ligrosidad que han asumido en los últimos tiempos las justas deportivas —especialmente las de concurrencia masiva— con la problemática anexa de la responsabilidad por los daños causa- dos por fanáticos, “hinchas” y "barras bravas” ha merecido la “atención merecida del Congreso, que ha sancionado una ley para evitar la reiteración de hechos que afectan a los concu- rrentes a los estadios, y, a veces, a personas totalmente ajenas al desarrollo del espectáculo mismo" (Fallos: 317: 226). La ley 23.184, modificada luego por la ley 24.192, consagra una responsabilidad objetiva, con fundamento en el “37 casi todas las posiciones que le fueron puestas. Así, en la absolución de fs. 393 niega haberse encontrado fuera de la cancha (pos. 2%) en su auto esperando a un cronista (pos. 3%), afirmaciones contrarias a las vertidas en la causa penal; asimismo niega haber sido agredido cuando se encontraba en la vía pública (pos. 7%), que era lo aseverado en la causa penal (fs. 18, ya citada). En la de fs. 498 niega haber transportado a fotógrafos del diario "Clarín" (pos. 3%), que es precisamente lo que había afirmado en al demanda (fs. 7, punto IV). Asimismo, niega no haber concurrido al partido como espectador y encontrarse en la vía pública (pos. 4% y 5%), lo que también difiere de lo afirmado en el recién mencionado punto de la demanda . 11) Que, por lo demás, las constancias obrantes en la causa no aportan elementos de convicción que permitan con- Cluir que la piedra que lesionó a Mosca haya provenido del interior del estadio. En este sentido, la declaración de Laguna de fs. 259/261 no es útil para llegar a la conclusión de que la pie- dra que dañó al actor provino del estadio, dado que frente a la afirmación que se desprende de la contestación de las pre- guntas 6 y 7, el contexto de la declaración permite inferir que los desmanes se produjeron tanto dentro como fuera del Club Atlético Lanús. En efecto, así permite afirmarlo el contexto que surge de la respuesta a la segunda pregunta de Laguna y el uso de la palabra “también” que indica claramente la concomitancia de hechos de violencia en el estadio y fuera de el. Tampoco es óbice a lo expuesto, lo declarado por el testigo Garello (fs. 264/267)que "cuando llegó a la calle los hechos de violencia estaban dispersos, que había gente que corría y que los hechos de violencia los percibió dentro del “407 M. 802. XXXV. ORIGINARIO Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y perjuicios. estacionamiento del Club”(sic). En efecto, en la respuesta octava el testigo reconoce "que el cronista del diario Clarín le dijo que había hechos de violencia dentro y fuera del es- tadio, que tomara todas las fotografías que pudiera” y en la respuesta vigésimo octava aclara "que no vio cuando el actor sufrió la agresión porque estaba saliendo del estadio”. Téngase presente que, conforme a lo señalado en los considerandos 7% y 8%, la prueba de que hubo incidentes dentro de la cancha (ver considerando 3%) y en el que resultaron heridos dos policías (ver fs.5, 6, 7,13,14 del expediente n* 58.595) carece por sí sola de entidad para atribuir al orga- nizador la culpa por el daño producido al actor fuera de las instalaciones del club. 12) Que, sin perjuicio de ello, en el sub lite tam- poco se identificó al autor del daño producido a Mosca. A fs. 18 del expediente n* 58.595, el actor reconoce que la piedra fue arrojada "por personas desconocidas que supone eran simpatizantes de Lanús”. En términos similares, el testigo Traverso declara desconocer al agresor de Mosca (fs. 281), y el testigo Laguna, después de reconocer que no estuvo dentro del estadio, atribuye los incidentes a que "posiblemente se hayan cruzado dos grupos rivales en el establecimiento pero no lo puede asegurar por las corridas” (fs. 259). A fs. 20 del expediente n* 58.595, la comisaría de Lanús (seccional segunda) informa que "las tareas investigativas tendientes a esclarecer los hechos así como la presencia de testigos han arrojado resultado negativo” (sic). 13) Que por último, en relación al horario del evento, cabe señalar que a fs. 34 y 823 la Asociación del Fútbol Argentino reconoce que es quien fija el día, hora y lugar del juego, y que el actor no ha acreditado que los in- cidentes no hubieran sucedido de disputarse el partido en un “AI horario distinto. 14) Que el damnificado no ha cumplido con la carga precedentemente indicada en el considerando 8% y no ha acre- ditado la culpa del Club Atlético Lanús por el hecho ilícito acaecido fuera de sus instalaciones. En consecuencia, la res= 15) Que, corresponde, por último, considerar la situación de la Asociación del Fútbol Argentino, la que plan- teó la inconstitucionalidad del art. 33 de la citada ley 23.184, el que fue modificado por el art. 51 de la ley 24.192 pretensión que, es dable recordar, esta Corte rechazó en la causa publicada en Fallos: 317:226. Esa norma, al fijar el régimen de responsabilidad Civil, se refiere a "las entidades o asociaciones participantes de un espectáculo deportivo”, condición que no cabe adjudicar a la Asociación del Fútbol Argentino, la que no organiza ni participa del espectáculo ni ejerce control directo sobre los espectadores, y menos aún en relación a personas que se encuentran en la vía pública. En ese sentido, los fines de la institución y sus atribuciones en materia de superintendencia como órgano rector del deporte, en particular en lo que hace a las condiciones exigidas a los estadios de los clubes afiliados (ver al respecto art. 74 del reglamento general que se encuentra reservado), parecen periféricos sobre el punto y mo permiten una conclusión asertiva acerca de la ¡responsabilidad (que [se Le pretende endilgar (ver fs. 8, es- crito de demanda, Fallos: 321:1124). Por ello, se resuelve: Rechazar La (demanda seguida pos Hugo Arnaldo Mosca contra la Provincia de Buenos Alres, el Club Atlético Lanús, y la Asociación del Fútbol Argentino. Con “497 M. 802. XXXV. ORIGINARIO Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y perjuicios. -//-DENCIA DE LA SEÑORA MINISTRA DOCTORA DOÑA CARMEN M. ARGIBAY Considerando: 1% Que frente al prolongado trámite al que ha dado lugar la substanciación de este proceso y la significativa extensión del tiempo transcurrido desde el llamamiento de autos para sentencia de fs. 825 vta., evidentes razones de economía procesal como las señaladas por el Tribunal en el pronunciamiento dictado en la causa P.238.XXVIII. "Punte, Roberto Antonio c/ Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur s/ cumplimiento de contrato", sentencia del 21 de marzo de 2006, así como la adecuada preservación de las garantías constitucionales de la defensa en juicio y del de- bido proceso que asisten a las partes, en cuanto comprenden la necesidad de obtener una rápida y eficaz decisión judicial que ponga fin a la controversia (Fallos: 319:2151 y sus citas) llevan a dejar de lado en el sub lite el nuevo contorno del concepto de causa civil definido por esta Corte (conf. causa "Cohen, Eliazar c/ Río Negro, Provincia de y otros s/ daños y perjuicios", pronunciamiento del día 30 de mayo de 2006, considerando 1”), y, en consecuencia, a mantener la competencia originaria para dictar sentencia definitiva en este asunto. 2%) Hugo Arnaldo Mosca demanda a la Provincia de Buenos Aires, al Club Atlético Lanús, y a la Asociación del Fútbol Argentino el pago de la indemnización de los daños y perjuicios que manifiesta haber sufrido como consecuencia del accidente sufrido el 30 de noviembre de 1996. 3%) De las constancias de la causa surge que el día 30 de noviembre de 1996 el actor condujo a un grupo de perio- distas y fotógrafos hasta la cancha del Club Atlético Lanús, donde se llevó a cabo un partido de fútbol entre el equipo local y el de Independiente. Faltando dos minutos para fina- “as” lizar el encuentro, un grupo de simpatizantes de Lanús se introdujo en el sector de plateas bajas y comenzó a destrozar parte del piso, sillas y mampostería, arrojándolos a la cancha (fs. 3,4,5,6,13 y 14 del expediente 58.595, de los autos caratulados "Resistencia a la autoridad y lesiones-Sosa Hugo Ricardo y Rodríguez Miguel Ángel", que tramitó ante el Juzgado en lo Criminal y Correccional N” 12, de Lomas de Zamora, agregado por cuerda ad effectum videndi). En esas circunstancias, el actor fue alcanzado por un elemento contundente en el rostro a la altura del ojo iz- quierdo, por lo que tuvo que ser hospitalizado (fs. 258, 264, 279 y 290). 4%) Con relación al lugar donde se encontraba el actor en el momento de sufrir la lesión cuya indemnización persigue, ha quedado debidamente acreditado que se hallaba en la vía pública, específicamente en las adyacencias del esta- dio. En efecto, a fs. 260/261, el testigo Laguna declara que "él estaba en la esquina del estadio del estacionamiento, en la calle Guidi, en la entrada principal, y que el actor estaba en una Trafic a unos treinta o cuarenta metros detrás de él estacionado, y que luego Mosca se acerca caminando hasta su auto para esperar que salgan los periodistas y fotógrafos" (respuesta segunda). El mismo testigo responde que "mientras duró el partido y hasta la agresión, Mosca estuvo frente al portón de acceso principal al Club que es por la calle Guidi, que es la vereda contraria a la de las instalaciones del Club Atlético Lanús" (respuesta vigésimo novena). A fs. 282, el testigo Traverso, dice que "el vehículo que conducía el actor se encontraba en la vía pública a unos quince metros de la barrera de seguridad del Club", manifestación que ratifica a fs. 289 el testigo Cerolini, quien admite que "Mosca los esperó frente al estacionamiento “46” M. 802. XXXV. ORIGINARIO Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y perjuicios. del Club que es en la vía pública". Sobre este aspecto, no pueden ser obviadas las con- tradicciones en que ha incurrido el actor en las diversas actuaciones procesales producidas en el expediente. Así, en su declaración de fs. 18 del ya referido expediente 58.595 manifestó que "en circunstancias en que se encontraba en una camioneta del diario Clarín, ubicada en la calle Guidi, fue alcanzado con una piedra que dio en su frente, que fue arro- jada por personas desconocidas"; pero en la demanda expresa que "se encontraba en las instalaciones de la cancha de fútbol del Club Atlético Lanús, a donde había concurrido en calidad de chofer" (fs. 7). Allí se observa un primer contrasentido, pues o bien estaba en la camioneta estacionada en la vía pública, o bien en las instalaciones del club demandado. Estas contradicciones se acentúan en su negativa a casi todas las posiciones que le fueron puestas. Así, en la absolución de fs. 393 niega haberse encontrado fuera de la cancha (posición segunda) en su auto esperando a un cronista (posición 3ra); afirmaciones contrarias a las vertidas en la causa penal. Asimismo niega haber sido agredido cuando se encontraba en la vía pública (pos. 7) que era lo aseverado en la causa penal (fs. 18). En fs. 498 niega haber transportado a fotógrafos del diario Clarín (pos. 3ra), que es precisamente lo que había afirmado en la demanda (fs. 7, punto IV). En igual sentido, niega no haber concurrido al partido como es- pectador y encontrarse en la vía pública (pos. 4 y 5), lo que también difiere de lo afirmado en la demanda. Lo dicho y probado sobre este punto, lleva a con- cluir que el hecho ilícito se produjo fuera del estadio. 5%) En otro orden de ideas, las constancias de la causa no aportan elementos de convicción que permitan concluir de dónde provino la piedra o el elemento contundente que “47 traña una apreciación en concreto que toma en cuenta la natu- raleza de la actividad, los medios de que dispone el servicio el lazo que une a la víctima con el servicio y el grado de previsibilidad del daño (Fallos: 321:1124, ya citado). En el caso, se trata del control de la seguridad pública encomendado a la policía provincial y el reproche consiste en que se habría incurrido en negligencia e impericia por no "resguardar el orden público y garantizar la vida e integridad física de la comunidad dentro del estadio y fuera de él (especialmente en sus adyacencias)". De las constancias de la causa surge que la policía destinó efectivos para la custodia de las adyacencias y de determinados lugares dentro del estadio. Así, del informe expedido por la Superintendencia de Investigaciones de la Capital Federal obrante a fs. 773/779, con el que se acompaña el expediente administrativo N” 21.100-630.696/01 del Minis- terio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, surge que la policía asignó una custodia de cuatrocientos noventa y nueve efectivos policiales, complementados con doce patrulle- ros, un ómnibus y un celular. Consta también que se dispuso la presencia de poli- cía adicional (efectivos de infantería, de caballería, guías con canes, brigada de investigaciones, brigada de explosivos, de inteligencia —dos de ellos con filmadoras para captar las imágenes del ingreso y egreso del público—) y que el personal del comando de patrullas era el encargado de hacer constantes recorridas en las adyacencias del estadio. Corroboran lo expuesto, los artículos periodísticos publicados en los diarios Olé (fs. 5) y Clarín (fs. 6), de cuya autenticidad da cuenta el informe de fs. 211, y de las declaraciones de los testigos Laguna, Garello, Traverso y Cerolini, quienes manifiestan que no sólo había custodia den- “so M. 802. XXXV. ORIGINARIO Mosca, Hugo Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y perjuicios. tro del club sino también fuera del estadio (fs. 259, 264 265, 279, 290/291). Asimismo, del expediente administrativo ya citado surge que finalizado el partido y como consecuencia de una medida tomada por el árbitro, los simpatizantes locales que se encontraban en las plateas reaccionaron "arrojando trozos de mampostería hacia el campo de juego —al que intentaron ingresar— tratando de impactar en los jugadores, árbitros y personal policial". Pero los efectivos policiales lo impidie- ron, de manera tal, que los árbitros y los jugadores visitan- tes se pudieron retirar del estadio sin "que sufrieran daños físicos" (fs. 777). Como consecuencia del procedimiento que- daron detenidos treinta y ocho espectadores, cuya identidad surge de la lista que se acompaña (fs. 778/779). Por otra parte, el testigo Laguna declara que en el momento del accidente el actor fue socorrido por unos policías que se encontraban dentro de un patrullero estacionado a unos dos metros de distancia, quienes lo trasladaron hasta una clínica de la zona (fs. 258/259). Por lo demás, es sabido que el poder de policía de seguridad que corresponde al Estado (o, en su caso, a las provincias), no resulta suficiente para atribuirle responsa- bilidad en un evento en el cual ninguno de sus órganos o de- pendencias tuvo participación, toda vez que no parece razona- ble pretender que su responsabilidad general en orden a la prevención de los delitos pueda llegar a involucrarlo a tal extremo en las consecuencias dañosas que ellos produzcan con motivo de hechos extraños a su intervención directa (Fallos: 312:2138; 313:1636; 323: 3599; 325:1265 y 3023; 326: 608, 1530 y 2706). Al ser ello así y habida cuenta que la obligación del servicio de policía de seguridad se satisface con haber es" aplicado la diligencia y la previsión adecuadas a las cir- cunstancias de tiempo, modo y lugar, cabe concluir que no se ha configurado la falta de servicio por parte de la policía local, capaz de comprometer la responsabilidad de la Provincia de Buenos Aires. 8%) En consecuencia, resta examinar la responsabi- lidad del Club Atlético Lanús y la AFA. Cabe señalar que se trata de establecer, en este caso, la responsabilidad de los organizadores del evento deportivo frente a una persona que se encontraba fuera del estadio por lo tanto no fue espectador del partido y no tenía relación de dependencia alguna con el Club. A ello cabe agregar que —como ya se dejó establecido— no se pudo constatar en la causa desde dónde habría partido el elemento contundente que lesionó al actor. En tal situación, sólo puede hacerse valer una (res= ponsabilidad extracontractual, con arreglo a los principios contenidos en los arts. 1109 y siguientes del Código Civil y, en consecuencia, el actor debía acreditar los presupuestos contemplados en las normas legales. Ello es así, pues quien pretende ser acreedor a una reparación debe precisar no sólo cuál es el daño sufrido e identificar el acto irregular o antijurídico, sino demostrar que entre uno y otro hay una relación de causalidad, es decir, que puede señalarse de modo fundado al primero como consecuencia del segundo (Fallos: 312:1382; considerando 7%, 320:867; 324: 3699; y considerando 6% de la causa A.901.XXXVI "Andrada, Roberto Horacio y otros c/ Buenos Aires, Provincia de y otros s/ daños perjuicios", sentencia del 5 de septiembre de 2006). Sobre la base de este encuadre jurídico, el (actor no términos. antes señalados, aplicables a las particulares “52%
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