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Orientación Universidad
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resumen lecturas semantica y pragmatica, Apuntes de Semántica Formal

Resúmenes de las lecturas de semántica y pragmática

Tipo: Apuntes

2020/2021

Subido el 09/03/2022

evita6sanse
evita6sanse 🇪🇸

4.5

(2)

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¡Descarga resumen lecturas semantica y pragmatica y más Apuntes en PDF de Semántica Formal solo en Docsity! Lecturas y prácticas Semántica y Pragmática 1 LECTURA 1. LEXICOLOGÍA, ELENA DE MIGUEL 1. Definición y objeto de estudio. Elena de Miguel define la lexicología como la disciplina que se encarga de estudiar el significado de las unidades léxicas. Los objetivos de esta disciplina son indagar en el cambio semántico, predecir y conocer cómo la semántica afecta a la sintaxis. 1.1 La constitución de la lexicología como disciplina lingüística. La constitución de la lexicología como disciplina lingüística es relativamente reciente, en el siglo XIX. Es por esto por lo que el término ‘lexicología’ no se encuentra en enciclopedias o diccionarios, aunque sí aparece en la Gran Eciclopèdia Catalana de Joan Careras y Martí, definida como ‘estudio sincrónico de la significación de las palabras’. Esta definición la hereda Matoré en su obra La Méthode en Lexcologie, basándose en el estructuralismo europeo para defender su método. Para este autor la lexicología es un estudio teórico vinculado a la sociología y la historia, que analiza los grupos de palabras desde una perspectiva nocional y sincrónica, en un determinado momento histórico. Esta es una formulación que no se corresponde a la concepción actual. 1.1.1 Etimología, cambio léxico y semántico, y variación. Hasta que la lingüística no se constituye como disciplina autónoma, la lexicología se dedica a la etimología, al cambio léxico, semántico… La diferencia de estos dos últimos es que el primero se refiere al volumen, al acerbo léxico de una lengua, y tiene dos caras: perdida léxica y neologismo; y el segundo, el cambio semántico, se estudia cuando una palabra pasa a tener más de una acepción, ahora bien, cuando una palabra cambia de significado porque adopta uno nuevo no pierde por lo general el que tenía previamente, de modo que muchas palabras son polisémicas (como navegar). Los cambios semánticos se producen por la necesidad de designar una nueva realidad, evitar palabras desagradables o por causas internas a la lengua. Además, la lexicología estaba también dedicada al concepto de variación léxica, que tiene tres variantes: dialectal o diatópica (‘palomitas’, ‘cabritas’, ‘pocholó’), también la diafásica (‘precio asequible’, ‘precio tirado’), que tiene que ver con lo llamado ‘estilo’ o ‘registro’; y también la variación diastrática (‘amigdalitis’, ‘anginas’). Estas variaciones no interesaron en primera instancia a la lexicología teórica, y fueron abordadas desde una perspectiva descriptiva, pero en las últimas décadas se ha recuperado el cambio y la variación con otros enfoques. Por ejemplo, según Elena de Miguel, la variación léxica se ha conservado en dos partes: metáfora y metonimia y disponibilidad léxica; la variación dialectal y sociolectal se han orientado hacia la sociolingüística. 1.1.2 El enfoque estructural La autonomía de la lexicología llega de la mano de la lexemática estructural, llamada así por Coseriu. En la primera mitad del siglo XX se le da un enfoque sincrónico, que se fija bastante en el modelo de la fonología. Para ella, el lexema es la unidad central que se materializa en palabras. Los lexemas constan de semas, que son elementos mínimos de contenido que permiten establecer oposiciones entre unidades léxicas, es decir, rasgos distintivos. Por ejemplo, comió y comía son dos palabras que se materializan en el lexema comer. Lecturas y prácticas Semántica y Pragmática 2 A partir de la noción de sema, el léxico se organiza en distintos campos léxicos. Estos son un conjunto de unidades léxicas relacionadas en virtud de la presencia en todas ellas de ciertas notas de significado común. Según Saussure, el significado de una unidad léxica depende del significado de las otras unidades con las que se relaciona en el sistema: los lexemas forman campos según esas relaciones. Y un campo léxico es el conjunto de lexemas relacionados por un contenido común y opuestos por rasgos distintivos o semas. Se llama archilexema al lexema que representa todo el contenido de un campo léxico. Estos lexemas forman parte de un campo léxico, y se diferencian por la especificación de sus rasgos. Por ejemplo: Tenemos el archilexema [ASIENTO], que está formado por los lexemas silla, taburete, puf y sofá, que a su vez forman un campo léxico, y se diferencian por los semas o rasgos distintivos: Aquel lexema que tenga todos los semas o rasgos distintivos se le denomina archisema. 1.2.3 La categorización en término de rasgo binario frene a la categorización en función de prototipos: categorías discretas y borrosas Lecturas y prácticas Semántica y Pragmática 5 ejemplo, en una oración agramatical como *un coche ha sido tenido por Juan, se atribuye la agramaticalidad a las características de tener. Este reconocimiento del léxico por parte de la gramática ha ayudado al desarrollo de la lexicología, y ha hecho que se elaboren teorías más complejas en las últimas dos décadas del siglo XX y en el siglo XXI. Las características de las palabras hacen que se creen clases léxicas o campos semánticos con relación a esas características, por ejemplo, para hacer alusión a un evento, podemos expresarlo con un nombre, ‘entrada’, con un verbo, ‘entrar’, etc., porque tienen las mismas características léxicas y forman parte de un mismo campo semántico. Los miembros de una clase también comparten parte de su comportamiento sintáctico: p. j., el rasgo [± homogéneo] agrupa a los nombres no contables y a los verbos imperfectivos; una unidad léxica está especificada positivamente para [± homogéneo] si una parte del objeto o evento al que se refiere o denota es igual al todo, como agua y andar (una parte de agua es agua y una parte de andar es andar); está especificada negativamente para el rasgo la palabra que alude a una entidad cuyas partes no son idénticas al todo, como coche y nacer (una parte de un coche no es un coche y una parte de nacer no es nacer). Pues bien, la cuantificación de las palabras especificadas positivamente para el rasgo [±homogéneo] coincide, sean nombres o verbos (mucha (cantidad de) agua, andar (alguien) mucho (rato)), y se opone a la de las palabras especificadas negativamente (*mucha cantidad de coche, *nacer (alguien) mucho rato). Los modelos crean nuevos inventarios de rasgos, y en función de esto, se crean nuevas clases de palabras o tipos lingüísticos. En el marco del LG, Pustejovsky propone las categorías tipo complejo, tipo funcional y tipo natural. La palabra de tipo complejo designa de manera simultánea dos entidades; p. ej., comida, nombre de evento (la comida fue a las dos) y de objeto (la comida estaba en el frigorífico). La palabra de tipo funcional contiene información crucial en su definición sobre el fin al que está destinada una entidad, p. ej. raqueta (por eso una raqueta antigua se interpreta como ‘una raqueta que ‘antiguamente se usaba para jugar al tenis’). Son tipos naturales las palabras que carecen de información funcional, p. ej. hierba (de ahí que #una hierba antigua no se interprete como ‘una hierba que antiguamente se usaba como tal, un objeto que antes era hierba’). El lexicón ha dejado de ser ese “almacén” de palabras de la lengua -vocabulario-, para ser el lugar donde se ubican las unidades léxicas, también afijos, derivativos, lexemas y locuciones con su definición. La lexicología actual se ocupa fundamentalmente de reproducir la información contenida en el léxico mental, para lo cual propone sistemas de representación léxica que intentan recoger los rasgos mínimos de contenido de la definición de las palabras, a menudo organizados en diferentes niveles o estructuras: muchas propuestas incluyen, por ejemplo, un nivel de estructura argumental (con información sobre el número y tipo de argumentos de un predicado) y otro de estructura eventiva (con información sobre el tipo de evento denotado), datos sobre la palabra pero con evidente repercusión sintáctica. La distinción entre la semántica léxica y la oracional viene dada por la separación entre el estudio del significado en el marco de la palabra, y lo que adscribe a un ámbito superior de la palabra. Esto también incluye la identificación entre Lecturas y prácticas Semántica y Pragmática 6 lexicología y semántica léxica. Se crean, así, obras de diferente inspiración teórica de la bibliografía en español: Gutiérrez Ordóñez (1989: 12), Bosque y GutiérrezRexach (2009: 15), RAE y ASALE (2009: § 1.1d) y en Espinal (coord.) (2014: 7). 1. Vertiente diacrónica: etimología y variación léxica. 2. Cambio semántico. 3. Diafásica 4. Semas 5. Sintaxis o fonología (cualquiera de las dos está bien) 6. Semántica cognitiva 7. Verdadero 8. Infraespecificada 9. Continuum (la C) 10. Meronimia-holonimia LECTURA 2. LA METÁFORA. 1. Los conceptos mediante los que vivimos. La metáfora es algo que forma parte de nuestra vida diaria. El problema es que como la metáfora se contempla como un rasgo del lenguaje, la gente cree que puede arreglárselas sin ellas. Pero, no es así: la metáfora está en nuestra vida cotidiana, en el pensamiento y en la acción. La forma en la cual pensamos Lecturas y prácticas Semántica y Pragmática 7 fundamenta la naturaleza de la metáfora. Pues, al fin y al cabo, los conceptos que rigen nuestro pensamiento también rigen nuestro funcionamiento cotidiano. Estos conceptos definen la forma en la organizamos el mundo, como nos relacionamos, etc. Así pues, nuestro sistema conceptual, que es, por lo general, metafórico, desempeña un papel central en la definición de nuestras realidades. De ese modo, si afirmamos que nuestro sistema conceptual es metafórico, la manera en que pensamos y hacemos las cosas también es metafórica. Ahora bien, ese sistema es usado por nosotros de forma inconsciente, regido por unas pautas que no son obvias, pero que podemos entender por el lenguaje, que es lo que manifiesta nuestro pensamiento, condicionado por ese sistema conceptual metafórico. Para poder definir qué es una metáfora, debemos saber qué es el concepto de discusión y argumento. La autora utiliza la metáfora de Una discusión una guerra para ello: Esto es lo que se denomina metáfora bélica: la usamos constantemente en nuestro lenguaje sin ser conscientes de ella. Pues, vemos una discusión como una guerra: El problema de ver así una discusión es que siempre hay alguien que gana y otro que pierde. Pero, intentemos pensar en una cultura en la que nadie pierda o gane en una discusión y, por lo tanto, que no se vea como una guerra. En esa cultura, los integrantes verían las discusiones de otra manera, las estructurarían de otra forma. Y nosotros creeríamos que no están discutiendo, creeríamos que están haciendo otra cosa. Lecturas y prácticas Semántica y Pragmática 10 El hecho de usar un concepto bajo otro se debe a que muchas veces queremos ocultar información sobre algo. Pues, esto nos permite concentrarnos en un aspecto concreto del concepto, y dejar de lado otros que son inconscientes para la metáfora. Por ejemplo: Michael Reddy ha denominado metáfora del canal a este proceso, pues él observa que nuestro lenguaje sobre el lenguaje está estructurado de una manera general por la siguiente metáfora compleja: El hablante pone ideas (objetos) en las palabras (recipiente) y las envía (mediante un canal) a un oyente, que extrae las ideas de sus recipientes. Vemos esto manifestado en ejemplos como: Aquí es mucho más difícil ver algo oculto o incluso ver que hay una metáfora. Es tan gran medida es esta la manera de convencional de pensar sobre el lenguaje que, a veces, es difícil imaginar que podría no ajustarse a la realidad. Pero, si Lecturas y prácticas Semántica y Pragmática 11 atendemos a lo que supone la metáfora del canal, podemos ver algunas de las formas en que enmascara aspectos del proceso de la comunicación. Este concepto de metáfora del canal se puede formular como expresiones lingüísticas que son recipientes para los significados, es decir, las palabras y las sentencias tienen significados en sí mismas, independientemente de cualquier contexto o hablante. Cuando, dentro de esta metáfora, decimos que los significados son objetos, suponemos que los significados tienen una existencia independiente de la gente y los contextos. Aquellas situaciones en las que las diferencias de contexto no tienen importancia son las que se aplican estas metáforas. Además de esto, tenemos oraciones que tienen distintas interpretaciones, como Necesitamos fuentes de energía alternativas. La metáfora del canal no se ajusta a los casos en los que es necesario el contexto para determinar si la oración tiene significado y, si es así, cuál es ese significado. Los conceptos metafóricos nos proporcionan una compresión parcial de lo que son la comunicación, la discusión y el tiempo, y que además ocultan otros aspectos de esos conceptos. Ahora bien, estas metáforas son parciales, si alguien pierde su tiempo o gasta su tiempo, nadie se lo va a devolver: no hay bancos del tiempo. Yo puedo dedicarte tiempo y tú puedes no devolvérmelo, pero me puedes devolver la misma cantidad. Así pues, parte de un concepto metafórico no se ajusta ni puede a la realidad. Lecturas y prácticas Semántica y Pragmática 12 4. Metáforas orientacionales Como se ha visto hasta ahora, se han estudiado las metáforas estructurales: en las que un concepto está estructurado dentro de otro. Pero, hay otro tipo, que es el que organiza un sistema global de conceptos con relación a otro: metáforas orientacionales. Reciben este nombre porque la mayoría de ellas tienen que ver con la orientación: arriba/abajo; dentro/fuera; delante/detrás, etc. Estas metáforas sitúan un concepto en un lugar concreto, por ejemplo, la felicidad siempre se sitúa arriba: Hoy me siento alto (de moral). Estas metáforas tienen una base en nuestra experiencia física y moral. Es decir, la orientación es física, pero las metáforas que se hacen en función a ellas pueden variar de una cultura a otra. Por ejemplo, en algunas culturas el futuro está delante de nosotros, pero en otras está detrás. Base física: postura inclinada > tristeza y depresión; postura erguida > estado emocional positivo. Otro ejemplo: la salud es arriba, la muerte abajo: Base física: las enfermedades graves nos obligan a yacer físicamente. Y así muchos más ejemplos. 4.1 Conclusiones. Lecturas y prácticas Semántica y Pragmática 15 5. Metáfora y coherencia cultural Como sabemos, la cultura es importante, por tanto, sus valores también afectarán a la forma en que usemos e interpretemos las metáforas. Algunos valores de nuestra cultura coherentes con metáforas espacializadoras del tipo ARRIBA-ABAJO. Si las circunstancias se mantienen, estos valores también lo harán de manera generalizada en nuestra cultura. Pero, como las circunstancias cambian, a menudo hay conflictos entre esos valores. De modo que hay conflictos entre las metáforas asociadas con ellos. La elección de los valores a los que se concede priorid d es osa de la subcultura en la que se vive, y parcialmente de los valores personales. Lecturas y prácticas Semántica y Pragmática 16 LECTURA 4. LOS ACTOS DE HABLA, AUSTIN. 1. Conferencia I. Muchos filósofos han afirmado que el papel de un enunciado es solo “describir” algún estado de cosas o “enunciar algún hecho”, pero Austin plantea algo distinto, pues dice que hay también preguntas y exclamaciones y oraciones que expresan órdenes o deseos o permisiones. Ahora bien, es difícil distinguir las preguntas, órdenes etc., de los enunciados porque apenas hay medios gramaticales disponibles más que el orden de las palabras, el modo verbal, etc. Entonces, ¿cuáles son los límites y las definiciones de cada grupo? En primer lugar, se estudió que un enunciado debe ser “verificable”, y esto llevó a pensar que muchos “enunciados” solo son lo que puede denominarse seudo- enunciados. Kant fue uno de los primeros en afirmar que muchos “enunciados” son sinsentidos estrictos, pese a su perfecta forma gramatical. Posteriormente se ha seguido investigando hasta llegar incluso a su clasificación y explicación. Muchas expresiones que parecen enunciados, o bien no son formuladas en absoluto para registrar o suministras información directa acerca de los hechos, o tienen ese propósito solo en parte. Se ha llegado a advertir que muchas palabras especialmente desconcertantes, incluidas en enunciados descriptivos. A menudo, también usamos expresiones en modos que, por lo menos, están más allá del ámbito de la gramática tradicional. No todos los enunciados verdaderos o falsos son descripciones, por esta razón Austin prefiere usar la palabra “constatativo”. 1.1 Delimitación preliminar del realizativo Se habla aquí de un tipo de expresiones lingüísticas que se disfrazan de enunciado fáctico, descriptivo o “constatativo”. Para poder llegar a una conclusión, se ha de poner de manifiesto las características de estas expresiones contrastándolas con las de los enunciados que imitan. Estos ejemplos expresan un acto, su función no es describir ni enunciar lo que estamos haciendo, sino que se haga lo que se enuncia. Por tanto, no pueden ser oraciones verdades o falsa. Es como discutir si ¡maldición! es una expresión verdadera o falsa. Aquí estamos jurando en A, bautizando en B, legando en C y apostando en D. Este tipo de expresiones que enuncian un acto que está haciendo, pero sin describirlo, es decir, que dicen lo que se hace propone Austin denominarlas Lecturas y prácticas Semántica y Pragmática 17 oraciones realizativas. Este concepto deriva del verbo realizar que se antepone al sustantivo acción. Estas oraciones, por tanto, esta denominación indica. que emitir la expresión es realizar una acción y que esta no se concibe normalmente como el mero hecho de decir algo . 1.2 Decir y hacer Entonces, con las oraciones anteriores, ¿afirmamos cosas como estas? Pero, expresar las palabras es un episodio principal, sino el EL episodio principal, en la realización del acto, la cual es también la finalidad que persigue la expresión. Se expresa claro aquí: La acción, por tanto, puede ser llevada a cabo sin usar expresiones realizativas, y las circunstancias, que incluyen otras acciones, deben ser las adecuadas. No ocurre, por tanto, lo mismo con expresiones como Te prometo: puede que en el momento del acto de habla lo esté prometiendo, es decir, lo esté haciendo, pero puede que en un futuro no lo haga. Entonces: En ningún caso, debemos saber, que la expresión “Sí, juro” o “Prometo” sea falsa, en todo caso, es falso el acto si no se cumple lo que se ha dicho. Lecturas y prácticas Semántica y Pragmática 20 (Sperber y Wilson, 1986: 158) Es decir, que toda comunicación se presupone relevante: siempre que interpretamos un enunciado lo hacemos dando por supuesto que merece la pena procesarlo, es decir, que va a tener un efecto cognitivo satisfactorio. Por otro lado, y en lo que se refiere a la relación entre tipos de estructuras oracionales y tipos de actos ilocutivos, en Wilson y Sperber (1993) se sostiene que las formas lingüísticas nunca codifican fuerzas ilocutivas, sino que simplemente constituyen una guía para la interpretación. La fuerza ilocutiva de un determinado enunciado depende, en todos los casos, tanto de la forma lingüística como del contexto. Entonces, ¿cómo explicamos los fenómenos de cortesía desde el punto de vista de la teoría de la Relevancia? 4. La importancia del contexto La clave a la pregunta anterior está en la noción de ‘contexto’. En el modelo de SyW el contexto es el subconjunto particular de supuestos que el oyente utiliza para la interpretación de un determinado enunciado. Es una realidad, por tanto, interna, y es el propio oyente el que en el momento de la interpretación realiza una selección particular dentro del conjunto total de sus supuestos. ¿Cuáles son los criterios con arreglo a los cuales se debe llevar a cabo? El principio que lo orienta es el Principio de Relevancia. Para lograr un nivel satisfactorio de efectos cognitivos, el oyente selecciona precisamente todos aquellos supuestos (el contexto) que produzcan una interpretación 'relevante', es decir, una interpretación en la que los efectos cognitivos (el beneficio) y esfuerzo de procesamiento (el coste) se encuentren en una relación óptima. Así pues, todo enunciado se procesa combinando su contenido explícito con el subconjunto de los supuestos del oyente que dé lugar a una interpretación coherente con el principio de Relevancia. Ventajas de esto: - Permite ofrecer un análisis unificado tanto de los factores externos como de los supuestos individuales que intervienen en la interpretación. En efecto, en nuestras mentes, los enunciados previos oídos en la conversación, los datos de la situación extralingüística o el conocimiento del mundo tienen idéntico estatuto: son todos representaciones internas; es más, lo importante desde el punto de vista de la interpretación es que influyen en ella sólo en la medida en que lo sean. Esto explica que cualquier elemento o situación exterior que uno no ha interiorizado --esto es, que uno no se ha representado internamente- no puede formar parte de los supuestos sobre los que uno actúa o interpreta. - La noción interna de contexto permite predecir y explicar las diferencias que puede haber entre dos individuos cualesquiera en la interpretación de un mismo enunciado. Estas diferencias son, en muchos casos, de raíz individual, y derivan directamente de la experiencia personal de cada uno. Pero también pueden ser dependientes de la cultura en la que ha crecido cada individuo. En este caso, serán representaciones compartidas por los miembros de una misma cultura, pero no necesariamente por los miembros de otras culturas diferentes. Lecturas y prácticas Semántica y Pragmática 21 Las diferencias culturales constituyen la raíz del modo de ser y de actuar de cada pueblo. 5. Cortesía y conocimiento adquirido La cortesía es un efecto que depende decisivamente de los supuestos previos que un individuo haya adquirido sobre cuál es el comportamiento socialmente adecuado. Esto es un tipo particular de efecto contextual. El efecto cortés de un enunciado depende de la existencia de una norma cultural específica, relativa a la forma o al contenido del enunciado. La consideración de un comportamiento lingüístico como cortés o descortés estará sujeta a la información que al respecto puedan contener dichos supuestos. Dicho de una manera más simple: para poder decidir si un enunciado resulta cortés o descortés, uno tiene que saber (esto es, tiene que haber aprendido) qué es lo que resulta cortés o descortés en su cultura. 6. Conocimiento, cortesía y categorización social Este tipo de conocimiento es el que suele denominarse en los trabajos especializados ‘cortesía social’. Ser cortés no se reduce a manejar adecuadamente un número de expresiones más o menos convencionales o ritualizadas. Cualquier mensaje debe, ante todo, adaptarse a la situación social. La conceptualización de las situaciones también varía de cultura a cultura, de modo que ser cortés es también una cuestión de fijar adecuadamente los parámetros necesarios para evaluar correctamente los intercambios sociales. El más notable de estos parámetros es, probablemente, el de la identidad social del destinatario. Las propiedades intrínsecas de éste, como la edad, el sexo, o la relación de parentesco que lo une al emisor, entre otras, dan lugar al establecimiento de categorías sociales de índole natural. El español dispone, como es bien sabido, de dos pronombres de segunda persona: tú y usted. Pues bien, la edad del destinatario en relación con la del emisor parece ser el factor decisivo que permite decidir entre las dos formas al dirigirse por primera vez a un interlocutor del que no se tienen más datos. En la cultura coreana no se puede expresar verbalmente gratitud a los parientes cercanos, sino sólo a los más alejados; en las culturas occidentales, en cambio, no conocemos una prohibición semejante. Lo interesante desde el punto de vista cognitivo es que la formación de conceptos y categorías sociales no sigue los mismos pasos que la percepción y categorización ordinaria de otros objetos o entidades, puesto que necesita apelar a elementos y establecer relaciones que no están apoyadas en ninguna percepción objetiva, es decir, sin una motivación externa. Este hecho constituye un claro argumento a favor de la idea de que la cognición social ha de considerarse como una facultad mental aparte Si esto es así, entonces podemos esperar que las culturas difieran entre sí no sólo en el número y las clases de categorías sociales, sino especialmente en la selección de las propiedades que servirán para definirlas. Todo ello produce como consecuencia que cada cultura tenga sus propias conceptualizaciones acerca de las situaciones y de las relaciones interpersonales, lo que produce diferentes estilos de interacción. 7. Implicaciones de este enfoque Lecturas y prácticas Semántica y Pragmática 22 La diferencia no estriba en que violen alguna máxima, sino en que utilizan un conjunto de supuestos culturalmente determinado. De este modo, no se necesitan nuevos conceptos o mecanismos para dar cuenta del funcionamiento e interpretación de estos enunciados: la noción de contexto, cuyo papel es central en la interpretación de cualquier otra clase de enunciado, resulta también clave para explicar la cortesía. Además, al usar una noción interna y cognitiva de contexto, se pueden unificar los factores sociales o externos y los supuestos individuales. La diversidad cultural, que constituía un serio reto para los enfoques universalistas, encuentra una explicación natural en el marco propuesto. Las diferencias relativas al estilo de interacción encuentran fácil acomodo dentro de un modelo cognitivo si se conciben en términos de diferencias en el contenido de las representaciones almacenadas. Y es que nuestro comportamiento social refleja la existencia de un conocimiento que lo sostiene. De hecho, comportarse cortésmente no es una capacidad natural, sino una destreza que se logra como parte del proceso de socialización. La cortesía es, sobre todo, una cuestión de adecuación social: ser cortés es comportarse de acuerdo con ciertas normas culturales. Como ocurre también en otros casos de comportamiento regido por reglas, el ajustarse a ellas es el caso neutro, no-marcado, y las reglas quedan en un segundo plano; no seguirla s, en cambio, atrae la atención hacia ellas, las coloca en primer plano y las convierte en centro de interés. En este sentido, la cortesía se asemeja mucho a la gramaticalidad: sólo cuando una secuencia viola las reglas de la gramática percibimos con claridad la existencia de reglas; cuando se siguen, nos centramos en el contenido. Si la comunicación se produce entre miembros de una misma cultura, la ruptura de las reglas de percibe como una falta de educación -tanto si es intencional como si no-; en la comunicación entre miembros de diferentes culturas, en cambio, suele dar lugar a la formación de estereotipos culturales.
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