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Resumen Morfología de la lengua española, Resúmenes de Idioma Español

Asignatura: Morfologia de l’Espanyol, Profesor: MARIO GARCIA-PAGE SANCHEZ, Carrera: Llengua i Literatura Espanyoles, Universidad: UAB

Tipo: Resúmenes

2015/2016
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Subido el 24/01/2016

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caballerodemoclin6151 🇪🇸

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¡Descarga Resumen Morfología de la lengua española y más Resúmenes en PDF de Idioma Español solo en Docsity! TEMA 1 1. Ámbito de la morfología La morfología es la ciencia que se ocupa de las relaciones que se dan dentro de la palabra entre las unidades menores que ella. Su ámbito suele recubrir dos grandes zonas. En primer lugar, el estudio de esas unidades menores, los morfemas, que presentan un amplio número de variantes formales y una infinidad de significados. La segunda parte en que se divide la Morfología es la teoría de las categorías léxicas, la caracterización de las unidades como sustantivo, adjetivo, adverbio, verbo o preposición. Existen otros aspectos lingüísticos que afectan de una forma u otra a la palabra, sin ser por ello objeto de la Morfología. Las unidades léxicas tienen un significado, y existe una disciplina que lo estudia, la Lexicología. Además, tienen una función dentro de la oración, cuyo estudio corresponde a la Sintaxis. Es indudable que la Lexicología, la Sintaxis y la Morfología mantienen importantes conexiones entre sí, al igual que con la Fonología. 2. Perspectivas sincrónica y diacrónica El estudio de la estructura de las palabras puede abordarse desde dos puntos de vista: el diacrónico y el sincrónico. Desde el punto de vista diacrónico, esta parte de la gramática estudia la evolución que experimentaron las formas latinas, así como la progresiva incorporación a nuestra lengua de neologismos de muy variado origen a lo largo de toda su historia. Desde el punto de vista sincrónico, la formación de palabras analiza las pautas morfológicas que permiten construir las formas compuestas y derivadas a las que los hablantes tienen acceso. Por ejemplo, desde el punto de vista sincrónico, el sustantivo traducción se deriva del verbo traducir, mientras que desde el punto de vista diacrónico o histórico, traducción se deriva del latín traductio. 3. Relaciones de la Morfología con otras disciplinas 1.. Relación entre Morfología y Fonología La relación entre la Morfología y la Fonología entra dentro del campo de la denominada Morfonología, ideada por Trubetzkoy con el fin de acoger en él todos aquellos aspectos fonológicos relevantes de la morfología. Por ejemplo, se llama silabación, silabeo o silabificación al proceso de segmentar las palabras en sílabas. La silabación es sensible a veces a la estructura morfológica del español. Así, por ejemplo, el adjetivo sublunar, en el que se reconoce el prefijo sub-, se segmenta silábicamente en la forma sub.lu.nar, y no en la forma *su.blu.nar, mientras que el adjetivo sublime (en el que no se reconoce ningún prefijo) se silabea en la forma su.bli.me, y no en la forma *sub.li.me. orfología de la Lengua Española PAGE 1 Esta diferencia permite observar una estrecha conexión entre informaciones orfología de la Lengua Española PAGE 1 formación de palabras, tienen como posibles bases de derivación todas la raíces de significado léxico de una lengua. Toda raíz es susceptible de categorizarse bajo las clases léxicas de palabras (sustantivo, adjetivo, verbo). • Así, si una raíz es originariamente verbal, se categoriza primariamente como verbo y secundariamente como sustantivo y adjetivo (crear – creación /creador – creativo). • Si originariamente es nominal se caracteriza primariamente como sustantivo y secundariamente como adjetivo y verbo (linea – lineal – alinear) • Si originariamente es adjetiva se caracteriza primariamente como adjetivo y secundariamente como verbo y como sustantivo (blanco – blanquear – blancura) Cualquiera de las tres categorías léxicas obtenidas en la primera fase de derivación puede servir de base para la formación de nuevas clases y subclases de palabras en etapas sucesivas (crear – recrear – recreo) (blanco – blanquecino – emblanquecer – emblanquecimiento). Las reglas de formación de palabras, al tiempo que categorizar distintas clases y subclases de palabras también pueden cambiar el significado léxico de la palabra base de derivación. 4. Morfología flexiva y morfología derivativa La morfología flexiva estudia las variaciones de las palabras que implican cambios de contenido de naturaleza gramatical, como en la concordancia (Ellos trabajan). Los morfemas de contenido gramatical que dan lugar al conjunto de variantes de una palabra se denominan morfemas flexivos. El conjunto de estas variantes da lugar a la flexión de una palabra: género (alto/alta), número (mesa/mesas), persona (canto/cantas), tiempo (canto/ cantaré), aspecto (canté/cantaba), y modo (canto/cante). Por su parte, la morfología derivativa o morfología léxica estudia la estructura de las palabras y las pautas que permiten construirlas o derivarlas de otras. Mientras que las voces flexionadas (leo, leyendo, leeré) constituyen variantes de una misma unidad léxica (leer), las palabras derivadas (lector, lectura) no son variantes de las formas de las que proceden (leer), sino voces diferentes, aunque relacionadas con ellas. Tanto en la morfología flexiva como en la derivativa se distinguen la raíz (el segmento de la palabra que aporta el significado léxico) y los afijos, que agregan a esta informaciones de diverso tipo. Los afijos flexivos del verbo, siempre pospuestos a la raíz, suelen recibir el nombre de desinencias. Las desinencias verbales son de dos tipos: unas aportan informaciones a las que corresponde algún contenido (tiempo, aspecto, número, persona, modo); otras son segmentos que permiten establecer clases morfológicas, pero no poseen relación directa con el significado. Por ejemplo, la vocal temática constituye un segmento flexivo sin repercusión semántica, que distingue las tres conjugaciones (cantar, temer, partir). El segmento que forma la raíz junto con la vocal temática se denomina tema. La morfología léxica se divide en dos subdisciplinas: la derivación y la composición. En ambos casos se denomina base léxica a la voz a la que se orfología de la Lengua Española PAGE 1 aplica algún proceso morfológico. En la composición se unen dos bases léxicas (ceja y junto, en cejijunto); en la derivación se une una base léxica y un afijo (in- y útil en inútil). orfología de la Lengua Española PAGE 1 La derivación abarca tres procesos: sufijación, prefijación y parasíntesis. Se orfología de la Lengua Española PAGE 1 como la preposición, ya que depende en gran medida de lo que se entienda por “núcleo”. 2. orfología de la Lengua Española PAGE 1 Clases de locuciones El concepto de unidad fraseológica o locución incluye las tradicionales locuciones con función sintáctica de elemento oracional (nominal, noche toledana, adjetival, largo de manos, verbal, cantar las cuarenta, adverbial, a salvamano, prepositiva, en pos de, conjuntiva, para que), y las fórmulas pragmáticas, como ¡Dios nos coja confesados!, Ahí es nada, ¡Andá, mi madre!. Estas últimas, asimiladas a las clásicas locuciones interjectivas, constituyen un grupo particular de las llamadas locuciones oracionales, entre las que se incluyen, además, muchas expresiones que han sido tratadas tradicionalmente como frases proverbiales por gozar de estructura oracional, como Ir la procesión por dentro, Juntarse el hambre con las ganas de comer, etc. 3. Fijación La fijación se entiende como el resultado de un proceso de conversión de una construcción libre y variable en una construcción fija, invariable, gracias a la insistente repetición literal. Una construcción libre llega a adquirir, en un determinado momento, un significado específico hasta concebirse como un estereotipo, una fórmula memorizable, estando disponible para su empleo cuando, en el proceso discursivo, quiera expresarse un contenido que ya está condensado en ella. En este sentido, una locución es una combinación de palabras fija o estable. Pero la fijación tampoco es un rasgo enteramente definitivo. Son numerosas las locuciones que incumplen esta norma. Por un lado, la tradición ha favorecido a lo largo de los años la creación de variantes debidas a causas diversas (mayor expresividad, localismo, énfasis, etc.): no ser nada del otro mundo / jueves; buscar los tres / cinco pies al gato; poner la piel / carne de gallina, etc. Por otro lado, son abundantes las locuciones que admiten modificaciones de una forma libre. Normalmente se trata de incrementos léxicos con valor intensificador, como tener (muy) mala uva, llevar (bien) puestos los pantalones, meterse en un (auténtico) berenjenal, etc., o de adverbios temporales, modales, etc. (empinar “constantemente” el codo, acostarse “siempre” con las gallinas, etc.). Muchas otras sufren variaciones internas, como acortamientos (de golpe [y porrazo], ni hablar [del peluquín], cambios flexivos o derivativos (sano y salvo > sana y salva > sanos y salvos; a pie / pies juntillas), etc. La fijación no es un rasgo netamente distintivo de las locuciones, dado que la estabilidad es una propiedad compartida por otras estructuras constituidas por más de una palabra gráfica, como los compuestos y las paremias (refranes, proverbios, sentencias). 4. Variantes morfológicas flexivas y derivativas Las categorías gramaticales tienen una serie de propiedades morfológicas, concretamente flexivas, que las identifican. De acuerdo con ello, las gramáticas tradicionales han clasificado las partes de la oración en dos grandes grupos: variables, es decir, con flexión, e invariables, sin ella. orfología de la Lengua Española PAGE 1 No obstante, esta clasificación ha de ser matizada, porque simplifica orfología de la Lengua Española PAGE 1 b) Binomio coordinativo, formado bien por dos núcleos verbales escuetos (ir y venir, dar y tomar, ni quitar ni poner…), o bien por dos sintagmas verbales (llegar y besar el santo, nadar y guardar la ropa, estar en misa y repicando…). 6. Las palabras idiomáticas Se trata de un grupo de palabras que no tienen existencia autónoma fuera del estricto ámbito de la locución y, por tanto, no funcionan como el resto de las unidades léxicas simples del vocabulario, que pueden combinarse libremente de acuerdo con las reglas de la sintaxis; no pueden formar sintagma más allá del sintagma fijo (la locución) que les da cobijo y, por ello, simulan componentes extraños, ajenos al propio idioma. Este extrañamiento constituye una prueba inequívoca de que la construcción de que forman parte es una locución. Por ejemplo, en cuclillas, salir de naja, a tutiplén, al tuntún, ¡voto a bríos!, a la funerala, de rondón… Estas palabras normalmente constituyen palabras únicas, elementos privativos intraducibles e intransferibles a otros idiomas, por lo que, además de indicadores fraseológicos (aspecto interno), funcionan como indicadores idiosincrásicos de la comunidad de habla (aspecto externo). Otra característica que suele afirmarse de las palabras idomáticas es que carecen de significado. En términos generales es así, ya que las palabras idiomáticas prototípicas no tienen ningún significado, ni recto ni figurado. No obstante, ayudan a aventurar su significado, además de poderles asignar una categoría concreta, ciertos factores gramaticales, como el hecho de ocupar un determinado lugar en la oración y establecer relaciones con otros constituyentes. Así, se puede decir que santiamén (en un santiamén), tresbolillo (al tresbolillo), paripé (hacer el paripé)…, son sustantivos porque van precedidos de artículo u otro determinante; que rechupete (de rechupete) o vilo (en vilo) también son sustantivos porque son término de preposición; que también lo es tuntún (al tuntún), por la posibilidad de llevar un modificador adjetivo (al buen tuntún). También se sabe que refanfinflársela es verbo porque lleva desinencia de infinitivo y objetos pronominales enclíticos, o que juntillas es adjetivo por la función de adyacente nominal que desempeña en a pie juntillas. Según Zuluaga Ospina, la formación de palabras idiomáticas puede deberse a cinco fuentes: a) el arcaísmo (calzas prietas); b) otra lengua histórica (por fas o por nefas); c) otra lengua funcional de la misma lengua histórica (salirse por la tangente) d) una formación fónica (a troche y moche); y e) una creación virtual en el sistema (poner pies en polvorosa). 7. Locuciones y compuestos La formación de los compuestos mediante patrones regulares (nombre + nombre, motocarro, adjetivo + adjetivo, blanquiazul, etc.) es quizás la característica que más diferencia los compuestos de las locuciones, que son construcciones fijadas, fabricadas al margen de los moldes regulares y que tan sólo se heredan o se aprehenden. Pero tampoco esta característica de la regularidad en la formación de compuestos es privativa de ellos. Así, la mayoría de las estructuras de los orfología de la Lengua Española PAGE 1 compuestos sintagmáticos están representadas en muchas locuciones, e incluso se puede hablar de una cierta regularidad en la formación de éstas. Por ejemplo, numerosas locuciones se forman sobre determinados esquemas de formación: “a + lo + adjetivo” (a lo tonto, a lo bestia), “en + un + nombre” (en un suspiro, en un periquete), etc. Muchas locuciones calcan la estructura regular de los sintagmas libres, pero, en cambio, no consienten ninguna modificación. De hecho, numerosas construcciones admiten dos lecturas (ponerse las botas, lavarse las manos, ver las estrellas). 8. Verbos soporte En la mayor parte de los enunciados el papel de protagonista lo desempeña el verbo. En cambio, las colocaciones verbales son la excepción, siendo el sustantivo el eje central, es decir la base de la colocación. Las colocaciones verbales o construcciones verbales y las perífrasis verbales se dice que llevan verbo soporte. Ejemplos: comenzar un ataque (comenzar es un verbo pleno) Llevar a cabo un ataque (llevar es un verbo soporte) En las frases en las que aparece este tipo de verbos soporte, no es el verbo el que cumple la función de predicado de la frase, sino un sustantivo llamado predicativo, o a veces un adjetivo predicativo. La distribución del sujeto y de los complementos esenciales depende del predicativo. Los verbos soporte suelen verbos usuales como ser, estar, ir, tener, hacer, llevar, etc. Este tipo de verbos no contribuye al significado de la frase. Su principal característica es que precisamente se trata de verbos semánticamente vacíos. Si se duda si un verbo es pleno o soporte, la dificultad se resuelve descubriendo si en la combinación de que se trate, el verbo posee o no significado. 9. Colocaciones léxicas Uno de los rasgos diferenciadores de las colocaciones respecto a las locuciones es que las primeras siguen regularmente unos determinados esquemas de formación, como son: “nombre + adjetivo” (lucha intestina), “verbo + adverbio” (prohibir terminantemente), “nombre + de + nombre” (mazorca de maíz), y en numerosas ocasiones se forman series: error garrafal – error craso – error mayúsculo – error colosal…, si bien los márgenes de creación son sensiblemente menores en la mayor parte de las colocaciones. Además, también existen patrones sintácticos para la formación de las locuciones y, por otro lado, algunos de los esquemas colocaciones típicos también están representados en las locuciones (“nombre + adjetivo”, mosquita muerta; “verbo + adverbio”, oler mal). Otras teorías afirman que las colocaciones son, sobre todo, transparentes; quieren decir lo que dicen, no hay doble interpretación (trinchar la carne, esgrimir una espada, deponer las armas…). No obstante, existen colocaciones que se pueden considerar parcialmente transparentes (caldear los ánimos, incubar una enfermedad, discusión bizantina…). En cualquier orfología de la Lengua Española PAGE 1 caso, este rasgo de la idiomaticidad es relevante porque las locuciones son esencialmente idiomáticas y raramente presentan el grado de transparencia que alcanzan las colocaciones, aunque con frecuencia sean interpretables. Las colocaciones son, ante todo, sintagmas, y cada uno de sus constituyentes tiene su propio significado. Es decir, en error garrafal, error no deja de denotar lo que habitualmente denota ni cambia de referente porque forme sintagma con garrafal. Por tanto, la característica de la unidad nominativa es un rasgo diferenciador entre la locución y la colocación: está presente en la locución y ausente en la colocación. Otra diferencia entre ambas es que las colocaciones no son construcciones fijas, sino configuraciones de la técnica libre, aunque existan ciertas preferencias de combinación o restricciones de selección. Por ejemplo, si en el sintagma error garrafal se sustituye el adjetivo garrafal por cualquier otro (craso, grave…), o se efectúa su elusión por cero, el sintagma sigue siendo una secuencia gramaticalmente impecable (error craso, error), y el sustantivo no ve afectada su semántica. En cambio, si en la locución noche toledana se sustituye el adjetivo toledana por otro gentilicio o se efectúa su elusión por cero, la secuencia resulta fraseológicamente anómala (noche conquense, noche) y el significado del sustantivo queda sensiblemente afectado. orfología de la Lengua Española PAGE 1 ligados o concatenados, sino que responde a un esquema más complejo. Por ejemplo, la palabra rebuscamientos no consiste simplemente en la distribución de los morfemas re + busca + miento + s, sino en un molde más complejo: [[[re-[[busc-]-a]]-miento]-s]. Es decir, los constituyentes inmediatos están representados por el tema rebuscamiento- y el afijo flexivo –s; a su vez, el segmento rebuscamiento- está integrado por la base rebusca- y el afijo derivativo –miento; rebusca-, por el prefijo re- y la base busca; y busca-, por la raíz busc- más la vocal del tema verbal –a. orfología de la Lengua Española PAGE 1 Por tanto, la palabra polimorfémica tiene una estructura interna que se orfología de la Lengua Española PAGE 1 conforma según el distinto nivel de constitución jerárquica de sus elementos integrantes. Esta estructura no tiene por qué coincidir con las relaciones lineales de estos elementos. Por ejemplo, el adjetivo inutilizable tiene dos significados: que no puede ser utilizado, y que puede ser inutilizado. La ambigüedad se resuelve teniendo en cuenta las dos estructuras distintas plasmadas en la misma relación secuencial de los morfos o significantes parciales in-util-iza-ble: • Que no puede ser utilizado: [in-[[[util-]-iza]-ble]] • Que puede ser inutilizado: [[[in-[util-]]-iza]-ble] 1.. Raíz, afijo, tema y base En palabras como blancuzco, blanqueo, blanquecino, etc., se observa una parte común (tanto de significante como de significado) representada por el significante /blank-/. Se trata del segmento básico y constante en el significante de cualquier palabra que, como resultado de eliminar en tales significantes todos los afijos derivativos y/o flexivos, no es susceptible de posterior análisis; es decir, constituye el punto de partida de cualquier construcción morfológica. Al lado de ese significante común, hay otros que se adjuntan a él determinándolo de algún modo. El significante común se denomina “raíz”, y los que a él se adjuntan, “afijos”. Dentro de los afijos, hay unos que se adjuntan a la raíz y constituyen con ella el tema de las distintas clases de palabras (uzc- en blanc-uzc-o, o –ot en blanc-ot-e), y otros que se adjuntan al tema ya constituido y lo adaptan para la expresión de las categorías gramaticales que cada clase de palabras flexivas soporta (los morfos –o- de “masculino” y –s de “plural”). Según que los afijos formen parte del tema o se adjunten a él, se habla de “afijos derivativos” y de “afijos flexivos” o “desinencias”. El tema en el significante de una palabra flexiva es aquel segmento que permanece estable en todas las formas flexivas o, en otras palabras, la unidad que resulta de restar los afijos flexivos. Los afijos derivativos forman parte del tema y sirven para crear palabras relacionadas formal y semánticamente; los flexivos se adjuntan externamente al tema y crean diferentes formas de la misma palabra. El tema puede estar constituido sólo por la raíz (blanc- en blanc-o), en cuyo caso tema y raíz coinciden, o puede estar constituido por raíz y afijo (blancuzc- en blancuzco). En el primer caso se habla de “tema simple”, y en el segundo de “tema derivado”. A su vez, el significante de una palabra puede estar constituido por un único tema (simple o derivado) o por la combinación de dos o más temas (tema compuesto). En aguasal el tema es compuesto, pues resulta de la combinación de los temas agua y sal. Por otra parte, los temas integrantes del tema compuesto pueden ser simples, derivados o compuestos. En aguasal los dos miembros del tema compuesto son simples, pero en aguamarina el segundo miembro (mar-in- a) es derivado; en limpiaparabrisas, el segundo miembro del tema compuesto (parabrisas) es, a su vez, un tema compuesto. Esta tipología es la que permite distinguir entre palabras simples (tema simple), derivadas (tema derivado) y compuestas (tema compuesto). orfología de la Lengua Española PAGE 1 afijos flexivos para figurar como palabra. Sin embargo, el tema solo, sin desinencias, puede aparecer también como palabra, en cuyo caso tema y palabra coinciden. Así, en los sustantivos y adjetivos sin moción genérica, la forma de “singular” coincide con el tema (casa, alegre, nación, feliz). En la flexión verbal, el tema aparece normalmente como forma ligada, pero en algunas formas figura también como palabra o forma libre sin desinencia: así, en la flexión de cortar, la forma corta-, que es el tema verbal, figura sin desinencias como palabra en corta (tercera persona singular del presente de indicativo) y corta (segunda persona singular del imperativo). El tema puede considerarse como la unidad básica en la descripción de la flexión y de la formación de palabras en español, pues es el elemento constructivo morfológico intermedio entre la raíz y la forma flexiva considerada globalmente. Al lado de las unidades “raíz” y “tema” hay que distinguir otra unidad morfológica: la base. Se puede definir como aquel constituyente de la palabra sobre el que puede operar un proceso morfológico (flexión, derivación, composición, etc.). Es una unidad más genérica que la raíz o el tema, de modo que cualquiera de éstas puede denominarse también base. Por ejemplo, en inconfesable, con raíz y tema se hace referencia a confes- e inconfesable, respectivamente, pero no a confesa-, base de la sufijación con –ble, ni a confesable, base de la prefijación con –in. .3 Fundamentos del análisis morfológico Analizar morfológicamente una palabra consiste en descomponerla en sus partes constituyentes hasta llegar a delimitar e identificar las unidades gramaticales mínimas. Las etapas en las que se lleva a cabo este análisis son las siguientes: • Segmentar la forma fonémica de una palabra en los segmentos fonéticos mínimos que tienen un significado constante, denominados morfos. • Agrupar como alomorfos de un mismo morfema aquellos morfos que expresen un mismo significado. • Describir y organizar de manera sistemática aquellas diferencias fonémicas que se repitan entre los alomorfos de dos o más morfemas. 1.. La segmentación En esta primera fase se parte de la siguiente idea: la parte común a dos o más palabras consta de un significante constante asociado a un significado también constante. De lo que se trata, por tanto, es de delimitar e identificar en esa unidad compleja aquellos segmentos fonéticos portadores de un determinado significado, que reaparecen en otras unidades bajo la misma forma fonémica y con el mismo significado. Para ello, hay que comparar y contrastar palabras parcialmente iguales y parcialmente diferentes, y proceder mediante segmentación y conmutación de un segmento por otro. Así, por ejemplo, en zapatero, se pueden delimitar sus tres morfos constituyentes: zapat-er-o; zapat- aparece con el mismo significado léxico en zapato, zapatazo o zapatear; -er reaparece en otras palabras como relojero o camionero como “persona que realiza una actividad relacionada orfología de la Lengua Española PAGE 1 con lo designado por la palabra base”; y –o, con el significado “masculino” en niñ-o, relojer-o, etc. 2.. La agrupación de los alomorfos de un mismo morfema La segunda fase del análisis consiste en agrupar bajo un único morfema aquellos morfos que, diferentes de su composición fonémica, expresan el mismo significado. Para que dos o más morfos puedan ser agrupados en torno a un mismo morfema, tienen que cumplir otro requisito, además del de poseeer un mismo significado: que ninguno de los morfos aparezca en los mismos entornos o contextos que los demás, es decir, que estén en distribución complementaria. Así, dos o más morfos fonéticamente diferentes, que tienen un mismo significado y que están en distribución complementaria, constituirán un grupo y pasarán a denominarse “alternantes” o “alomorfos” de un mismo ¡morfema. Existen morfemas con un único alomorfo (tiran- en tirano, tiranía, tiránico, o ante- en antebrazo y anteojo), y morfemas con más de un alomorfo (/ analog-/ y /analox-/ en análogo, analogía, analógico, o con- y co- en concuñado y coautor). Otros ejemplos de alomorfos son, en la formación de diminutivos, -it e –ill (se consideran alomorfos y no sufijos distintos, como en baj-it-o, baj-ill-o); o –nza y –ncia (el primero aparece sobre bases verbales de tema en –a, como matanza, y el segundo sobre bases de los tres temas verbales ganancia, absorbencia, concurrencia). Los alomorfos bis- y bi- alternan, en principio, según suceda vocal o consonante, como bisabuelo / bimensual. 3.. La clasificación de los alomorfos Como resultado de las dos primeras etapas del análisis, se tendrá una lista de morfemas con sus alomorfos como representantes. Habrá morfemas representados siempre bajo la misma forma fonémica o alomorfo, y otros, bajo distintas formas fonémicas o alomorfos. La tercera etapa del análisis consiste en describir las diferencias fonémicas existentes entre los alomorfos de cada morfema, clasificarlas y compararlas con las diferencias existentes entre los alomorfos de otros morfemas. Así, de los alomorfos /opak-/ y /opaƟ-/, se dice que alternan entre sí o que presentan una alternancia. Esta alternancia puede establecerse en torno al fonema o fonemas que difieren; por ello, en vez de hablar de la alternancia entre /opak-/ y /opaƟ-/, se puede hablar de la alternancia entre /k/ y /Ɵ/. Las alternancias son predecibles en función de los contextos en que aparecen. De un alomorfo se dice que está condicionado si aparece siempre que concurren determinadas circunstancias en el entorno inmediato o mediato. Por tanto, hay que buscar el rasgo o los rasgos comunes a los distintos contextos en que aparece un alomorfo para definir la condición de una alternancia. .4 La recursividad (FALTA ESTE PUNTO) orfología de la Lengua Española PAGE 1 TEMA 4 .1 Morfología flexiva La morfología flexiva es aquélla que estudia las variaciones de las palabras que implican cambios de contenido de naturaleza gramatical que tienen consecuencias en las relaciones sintácticas, como en la concordancia (Ellos trabajan). Los morfemas de contenido gramatical que dan lugar al conjunto de variantes de una palabra se denominan morfemas flexivos, y al conjunto de estas variantes se denomina flexión de la palabra o el paradigma flexivo que le corresponde. Las alternancias basadas en la flexión pueden afectar al género (alto/alta, este/esta/esto), al número (mesa/mesas, canto/cantamos) a la persona (mi/ ti, canto/cantas), al tiempo (canto/cantaré), al aspecto (yo/mí/me) o al modo (canto/cante). Los afijos flexivos del verbo, siempre pospuestos a la raíz, reciben el nombre de desinencias. Las desinencias verbales son de dos tipos: unas aportan informaciones a las que puede corresponden algún contenido (tiempo, aspecto, número, persona, modo); otras son segmentos que permiten establecer clases morfológicas, pero no poseen relación directa con el significado. Así, la vocal temática constituye un morfema flexivo sin repercusión semántica; es la que sirve para distinguir las tres conjugaciones (cantar, temer, partir). Las informaciones flexivas no alteran la clase de palabras a que pertenece la base, ya que proporcionan las variantes que ésta presenta por razones sintácticas, sobre todo debidas a exigencias de la concordancia. Por ejemplo, en una casa (femenino) pequeña (femenino). .2 Palabras variables e invariables Atendiendo a su capacidad flexiva, las palabras se dividen en variables e invariables. Las primeras admiten algún tipo de flexión, a diferencia de las segunda. Son variables los artículos, los adjetivos, los pronombres, los sustantivos, los verbos y otros modificadores nominales (pero no todos; por ejemplo, cada, más o tres no tienen flexión). Son invariables las preposiciones, las conjunciones, las interjecciones y los adverbios. Los sustantivos admiten flexión de número (casa/casas) y a veces de género (muchacho/muchacha); las formas personales del verbo aceptan flexión de tiempo, modo, número y persona (cant-a-ría-mos). Las particularidades morfológicas de algunas palabras dan lugar a numerosas subclases. Así, existen adjetivos (fiel, mejor), pronombres (yo, usted) y sustantivos de persona (pianista, turista), sin variación de género; sustantivos (crisis, lunes), sin flexión de número, etc. .3 La categoría de género en el sustantivo El género es una propiedad de los nombres y de los pronombres que tiene carácter inherente y produce efectos en la concordancia con los determinantes, los cuantificadores, los adjetivos y, a veces, con otras clases de palabras. orfología de la Lengua Española PAGE 1 orfología de la Lengua Española PAGE 1 TEMA 5 .1 Morfología flexiva verbal En la morfología del verbo se distinguen dos elementos constitutivos: la raíz o base léxica, que expresa su significado tal como lo describe el diccionario, y un conjunto de morfemas flexivos a los que corresponden dos funciones: establecer la concordancia de número y persona con el sujeto gramatical y expresar las nociones de modo, tiempo y aspecto que corresponden al evento. Por ejemplo, en mirabas por la ventana, el verbo mirabas informa de que la persona que realiza la acción de mirar es el destinatario del mensaje; los rasgos de número (singular) ponen de manifiesto que se trata de un individuo, en lugar de varios; los de tiempo y aspecto (imperfecto) informan de que la acción de mirar se realiza en el pasado, y también de que se percibe como proceso en curso; los de modo (indicativo) expresan que esa acción se enuncia, en lugar de presentarse subordinada o de forma imperativa. Se denomina desinencia al conjunto de segmentos flexivos que el verbo manifiesta. La desinencia se puede presentar de forma unitaria (como en mir-abas), donde mir- constituye la raíz, que no se altera en los verbos regulares en todo el paradigma (mir-é, mir-ó, mir-a, etc.), y –abas, la desinencia. No obstante, es más frecuente presentarse desdoblada en tres segmentos, que aparecen contiguos a la raíz en el siguiente orden: el primero es la vocal temática, el segundo es el segmento que aporta tiempo y modo, y el tercero es la terminación que designa la persona y el número. Por ejemplo, en amábamos, se dividiría en am- (raíz), -á (vocal temática), - ba (tiempo y modo), -mos (persona y número). Se llama tema al segmento formado por la raíz y la vocal temática que corresponde a uno o a varios tiempos verbales, lo que da lugar a temas de presente, de pretérito, etc. Así, el hecho de que muchos gerundios se creen sobre temas de pretérito explica formas como sintiendo o durmiendo (como en sintió, durmió), en lugar de las anómalas *sentiendo, *durmiendo, que serían las esperables si se construyeran sobre temas de infinitivo (sentir, dormir). Algunos verbos presentan algún tipo de irregularidades en la flexión. Las más comunes son las alteraciones en la raíz, que pueden ser vocálicas, como en sent-ir > sient-o; consonánticas, como en luc-ir > luzc-o, o vocálicas y consonánticas al mismo tiempo, como en dec-ir > dig-o o en pon-er > pus-e. .2 Morfemas de persona, número, tiempo y modo Los rasgos de persona y número están estrechamente relacionados. Algunos autores han reconocido la existencia de un paradigma del singular y un paradigma del plural, en el interior de los cuales se marca la persona, subordinando en cierta forma la persona al número. Se considera que el morfema PN (Persona y Número) es nulo en la primera persona del presente de indicativo del verbo regular: cant- (raíz) -0 (vocal temática) –o (tiempo y modo) -0 (persona y número), al igual que en los demás tiempos de la conjugación: cante-0, cantaría-0, cantaré-0. Se considera también nulo el segmento PN en las terceras personas de toda la conjugación (Ella canta-0; el tenor cantaba-0). El segmento PN es regular en la primera persona del plural (siempre –mos: canta-mos, cantába-mos, orfología de la Lengua Española PAGE 1 cantare-mos) y en la tercera del plural (siempre –n: canta-n, cantaba-n, cantaría-n). Los morfemas de tiempo y modo adoptan distinta forma, según la distinta clase de conjugación del verbo (-ar, -er, -ir), sólo en el caso del presente de subjuntivo (cantar – cant-e / comer – com-a). .3 La vocal temática El elemento vocálico inmediatamente adyacente a la raíz, que encabeza el morfema flexivo y que indica la conjugación a la que pertenece el verbo, recibe el nombre de vocal temática, como en am-a-r, tem-e-mos, part-i-d. La vocal temática se diferencia de los demás segmentos en que no añade ningún significado. La vocal temática es aportada por el infinitivo, pero está también presente en la mayor parte de las formas verbales: am-a-mos, tem-e-mos, part-i-mos; am-á-is, tem-é-is, part-í-s; am-a-d, tem-e-d, part-i-d. La vocal temática puede variar dentro de un mismo paradigma flexivo, y también puede ser nula o estar representada por un diptongo. Así, en la primera conjugación, las opciones de la vocal temática son –a- (am-á-ba- mos) y Ø (am-Ø-e-mos). En la segunda son –e- (tem-e-re-mos), Ø (tem- Ø-ió- Ø) y también el diptongo –ie- (tem-ié-ra-mos). Las variantes que se presentan en la tercera son también muy similares: -i- (part-i-ste-is), Ø (part- Ø-a-mos) e igualmente el diptongo –ie- (part-ié-se-mos). Los morfemas derivativos son sensibles a la vocal temática en un gran número de casos. Así, algunos sufijos derivativos (-ncia, -nte, -zón) se forman con la vocal temática –a- propia de la primera conjugación ar, y con la vocal temática –e- propia de las conjugaciones segunda y tercera (er, ir). Por ejemplo, agobi-a-nte, absorb-e-nte, dirig-e-nte; vag-a-ncia, dol-e-ncia, reg-e-ncia; trab-a-zón, com-e-zón. .4 Clases de verbos 1.. Conjugación regular La conjugación regular constituye una serie de paradigmas de formas flexivas que se adjuntan a los temas de presente, pretérito y futuro según los tres modelos identificados en el infinitivo: -ar, -er, -ir. Los verbos de la primera conjugación son los más numerosos, y también la proporción de verbos irregulares es muy pequeña en esta conjugación, en comparación con la de las otras dos. Aproximadamente, el 90% de los verbos españoles pertenecen a la primera conjugación. Además, se trata del único modelo productivo, pues a él se ajustan casi todos los verbos que se crean mediante procesos de derivación (con los sufijos -ar, -ear, -izar, - ificar) y de parasíntesis. Sólo se crean verbos de infinitivo en –er por sufijación con –ecer. 2.. Conjugación irregular Son irregulares los verbos cuya conjugación no se ajusta a los tres paradigmas propios de la conjugación regular. orfología de la Lengua Española PAGE 1 TEMA 6 .1 Morfología léxica La morfología léxica estudia la estructura de las palabras y las pautas que permiten construirlas o derivarlas de otras, como en dormitorio a partir de dormir, sensatez a partir de sensato, o robustecer a partir de robusto. Mientras que las voces flexionadas (leo, leyendo, leeré) constituyen variantes de una misma unidad léxica (leer), las palabras derivadas (lector, lectura) no son variantes de las formas de las que proceden, sino voces diferentes, aunque relacionadas con ellas. La morfología léxica se ha denominado también morfología derivativa. La morfología léxica se divide de manera general en dos subdisciplinas: la derivación y la composición. .2 La prefijación: propiedades y restricciones La prefijación es un proceso morfológico por el que se agrega un morfema, llamado prefijo, a una palabra ya formada, como en des-hecho, in- dependiente, pre-disponer, etc., pero también a un tema latino o griego, como en in-erte, a-morfo, pró-fugo, etc. Los prefijos preceden siempre a la base léxica con la que se combinan. Al igual que los sufijos, los prefijos requieren ciertas propiedades semánticas de las bases a las que se adjuntan. Por ejemplo, ciertos prefijos verbales sólo pueden unirse a verbos perfectivos, como el prefijo des- con valor reversivo (descoser), o los prefijos re-, sobre- y sub- con el significado de iteración (reconstruir, sobreedificar, subdistinguir). Por el contrario, los mismos prefijos con distintos contenidos significativos pueden seleccionar bases verbales imperfectivas; así, el prefijo des- negativo (desobedecer) y los prefijos re-, sobre- y sub- con valor intensivo (relimpiar, sobrecargar, subestimar). Los prefijos que seleccionan bases adjetivas predicativas suelen atenerse también a restricciones de tipo aspectual. Por ejemplo, los prefijos in- y des- negativos se adjuntan únicamente a adjetivos imperfectivos, es decir, a adjetivos que se construyen en español con el auxiliar ser (impopular, inimaginable, deshonesto, descortés). Una de las diferencias que existen entre la prefijación y la sufijación se refiere a las restricciones que pesan sobre la productividad de ambos procesos derivativos. Los prefijos presentan mayor variedad para adjuntarse a bases de diferentes categorías (sustantivos, verbos, adjetivos…). Así, los prefijos contra- y super- se unen a nombres (contraoferta, supermodelo), adjetivos y participios (contrahecho, superinteresante) y verbos (contradecir, superpoblar). Aun así, la productividad de los prefijos suele ser mayor con una clase particular de palabras. Por ejemplo, sobre- admite algunos adjetivos (sobreagudo) y algunos sustantivos (sobrearco), pero es mucho más productivo como prefijo verbal (sobrecargas, sobrentender, sobresalir, etc.). Los prefijos suelen mantener la categoría gramatical de la base cuando forman una palabra derivada. Así, se mantiene la base adjetival de la derivación en antinuclear, inútil, subacuático; la base nominal en contraorden, neorromanticismo o ex espía; la base verbal en descoser, rehacer; y la adverbial en anteayer, requetebién. Esta regularidad en el orfología de la Lengua Española PAGE 1 mantenimiento de la base explica que los prefijos no se suelan clasificar por las categorías gramaticales a las que dan lugar (a diferencia de los sufijos: derivación nominal, adjetival, etc.), sino por los significados que expresan. Algunos gramáticos entienden que ciertos procesos de prefijación pueden cambiar la categoría gramatical de la base con la que se combinan. Así, por ejemplo, entienden que en el verbo enfriar, el prefijo en- convierte el adjetivo frío en un verbo, de forma que el segmento –ar sería la marca de dicho cambio categorial. .3 Clasificación de los prefijos 1.. Locacionales y comitativos Los locacionales son los más numerosos y los que transmiten un mayor número de significados. a) Posición. El prefijo en- puede señalar el lugar “en donde”. El sentido locativo está presente en verbos denominales con el esquema en…ar (encarcelar, encajar, enterrar, empaquetar). Existen varios prefijos con el valor “ante, delante de”: ante-, pre-, pro-/por-. Con ante-, los ejemplos de tipo locacional son minoritarios (antebrazo, antecámara, antesala). Con el prefijo 0 0 1 Fpre - predomina el valor temporal, aunque hay restos del valor locacional (prefijar, premolar, predorsal). El prefijo pro- presenta pocas formas donde se haga patente el valor locativo (proponer, proclamar, promover, proveer) en el sentido de “delante de, hacia delante”. El valor derivado de la posición de prelación más productivo en la actualidad es el que indica “en favor de” (pro-árabe, preamnistía). Los prefijos pos(t)-, retro-, re- aportan el valor locacional “detrás, hacia atrás”. Por ejemplo, postdorsal, retrovisor. Los prefijos contra-, anti-, para-, presentan un significado posicional similar: “contra, junto a”. Contra- se prefija a nombres, indicando a veces la réplica del elemento mencionado en la base (contrabarrera, contrasello). El prefijo anti- sólo conserva el valor locativo en la palabra antifaz; en otras formaciones donde aparecía con ese valor ha sido sustituido por ante-. Tanto anti- como contra- se han especializado para el significado de oposición (anticiclón, contraofensiva). Los prefijos intra-, intro-, tienen el significado “en el interior de, dentro de” (intramuros, intracelular, introspección). El prefijo extra- indica la posición externa. El valor locacional de extra- se conserva en formaciones nominales (extramuros, extrarradio). También forma algunos verbos denominales (extralimitarse, extraviarse). Lo más frecuente es que desarrolle una significación valorativa de excepcionalidad o incluso superioridad. En este sentido, extra tiene también un uso como palabra independiente, como adjetivo invariable (trabajo extra). La serie sobre-/super-/supra-/epi- aporta el significado “sobre, encima”. El prefijo sobre-, además del valor posicional (sobrevolar, orfología de la Lengua Española PAGE 1 sobresalir, sobrenatural), tiene el significado de exceso (sobreañadir, sobreproteger, sobrealimentar). La variante culta super- tiene valor posicional en algunas ocasiones (superestructura, superestrato, superponer), si bien se utiliza fundamentalmente con valor superlativo (superdotado, superhombre, supermercado). En el caso de supra-, el único valor es el locativo (supranacional, supranatural). En cuanto a epi-, sólo aparece en palabras científico-técnicas (epicentro, epiglotis). b) Dirección / meta. El prefijo a-/ad- con sentido locativo “a, hacia”, se puede encontrar en algunos verbos y sus nominales (abatir, adjuntar, apegarse, aportar), en ciertas creaciones especializadas (adverbio, adnominal) y con algunos adverbios (adentro, adelante). Fuera de estos casos, esta composición no es evidente en la mayoría de las palabras donde aparece el prefijo en cuestión (admirar, afirmar, aguardar). En el habla popular, muchos verbos se usan indistintamente con prefijo y sin él (arremolinarse / remolinarse, asosegar / sosegar); esta duplicidad explicaría vulgarismos como arrascarse, arrejuntarse, arremangarse. c) Procedencia. El prefijo ab-/abs- con el significado locativo sólo se presenta en formas heredadas del latín o en cultismos (abjurar, abnegación, ablación). La serie de(s)-/di(s)-/apo- comparte el significado general del lugar “desde donde” (decaer, devenir, detraer) y otros usos derivados de “separación, división, alejamiento” (deforme, disfunción, desmesura). El prefijo de(s)- forma verbos parasintéticos sobre la base de un nombre o un adjetivo (deletrear, derrocar, desviar). El prefijo ex, con el significado “fuera”, forma verbos parasintéticos sobre base nominal o adjetival (excarcelar, exculpar, expatriarse) y adjetivos denominales (extemporáneo, excéntrico). Unido a nombres de cargos, indica la persona que ha dejado de ocupar tal cargo o posición (ex director, ex ministro); con otros nombres, simplemente alguien que ha dejado de ser lo que el nombre simple significa (excombatiente, exsocio, exmarido). 2.. Temporales a) Anterioridad. El prefijo ante- se combina con adverbios de tiempo (anteayer, anteanoche), con la posibilidad de recursividad (anteante-…ayer/ anoche). También se une a adjetivos, la mayoría denominales (antepasado, antedicho, antihistórico). No es muy frecuente con nombres (anteproyecto), con los que, sin embargo, ha llegado a formar alguna locución adverbial (de antemano). Aparece con algunos verbos (antedatar, antepagar), a veces en alternancia con pre- (ante-/ pre-ceder), si bien es este prefijo el que se ha impuesto para señalar la prioridad en el tiempo. b) Posterioridad. orfología de la Lengua Española PAGE 1 Privación. Se entiende por privación la falta o carencia de lo denotado por la base. Los prefijos que denotan la privación son a-, des- e in- y las bases a las que se unen son nominales. El prefijo a(n)- selecciona bases nominales que denotan estados o situaciones (anovulación, asimetría), que significan, precisamente, la privación de lo indicado en la base. El prefijo des- con valor de privación se une a bases nominales para indicar la carencia de la entidad denotada en el nombre simple. Así, formaciones como desorden o desconfianza, significan “falta de orden” o “falta de confianza”, respectivamente. 4.. Gradativos: usos intensivos y valorativos Por lo que se refiere a la prefijación, las cuatro categorías léxicas principales pueden ser intensificadas: adjetivo (rebarato, archirepetido, infrahumano), nombre (macrofiesta, superhombre, ultraviolencia), verbo (sobrecargar, subestimar, hiperreducir) y adverbio (relejos, rebién), si bien con ciertas restricciones. De los adjetivos, sólo los calificativos permiten la intensificación (archiconocido / *archicivil, superpaternal / *superpaterno). Para que un verbo pueda intensificarse debe denotar una situación durativa, de modo que la intensificación afecte a la realización del proceso o al estado, por lo que se descartan de los procesos de intensificación las acciones puntuales que se producen sin un proceso previo (aparecer, acabar, morir). Los prefijos intensivos se pueden agrupar según afecten al tamaño o a la cualidad que expresa la base. a) Tamaño o cantidad. Los prefijos que indican un tamaño mayor son hiper-, macro-, maxi-, mega-, y super-. Unidos a nombres concretos con dimensión física, estos prefijos marcan una magnitud mayor (hipermercado, macrofotografía, maxifalda, megaciudad, superpiso); con otros nombres, denotan un mayor alcance o complejidad (hiperoferta, macroconcierto, maxiproblema, superéxito). Sólo los prefijos micro- y mini- dan lugar a formaciones nominales en las que el tamaño es menor que el denotado en las bases (microficha, minicadena). Las formaciones con micro- expresan el grado supremo de inferioridad (por ejemplo, una microfalda se entendería como una falda más pequeña aún que una minifalda). b) Cualidad. La intensificación puede hacerse también sobre las cualidades representadas en la base. Con los adjetivos, el prefijo intensivo afecta al grado de la propiedad denotada por la base; con los nombres, a sus características o rasgos típicos. Por ejemplo, un superordenador es un ordenador que posee las características atribuibles a este aparato, pero en un grado superior. En los verbos, los prefijos intensivos hacen referencia al proceso de la acción (hiperreducir, remirar, sobrecargar), por lo que existen muy pocas formaciones verbales estativas con orfología de la Lengua Española PAGE 1 prefijos intensivos. En los adverbios de modo, la intensificación apunta al grado, y en los de lugar, a la distancia expresada en la base. .4 Preposición y prefijo / Adverbio y prefijo Se suele distinguir entre prefijos preposicionales (antesala, enjaular) y prefijos adverbiales (deshonesto, precocinar) sobre la base de consideraciones etimológicas y semánticas. Sin embargo, no siempre es posible identificar cada uno de los prefijos españoles con una u otra categoría; por ejemplo, un mismo prefijo puede funcionar como preposición y seleccionar un argumento (submarino = que está bajo el mar) o comportarse como un adverbio (subyacer = yacer debajo). 1.. Preposición y prefijo Algunos prefijos de este tipo conviven con la preposición en la actual etapa del español (ante-, con-, contra-, en-, entre-, sin-, sobre-, tras-); en otros casos, la preposición, ya sea latina (circun-, ex, extra-, infla-, post-, pro-, sub-, ultra-) o griega (anfi-, anti-), ha desaparecido del español. Los prefijos que hereda los valores sintáctico-semánticos de las preposiciones de las que proceden se adjuntan a nombres y a verbos. En el primer caso, pueden dar lugar a construcciones léxicas endocéntricas (contraorden) o exocéntricas (crema antiarrugas). En el caso de las formaciones verbales, el prefijo especifica el eje espacial en el que tiene lugar la acción denotada por la base. Por ejemplo, un verbo como circunnavegar entraña la acción de navegar en un determinado punto del eje espacial. 2.. Preposición y adverbio Los prefijios con valores adverbiales pueden proceder de un adverbio (no, mal, bien, casi, medio), de una preposición española (sobre, entre), latina (ultra, super) o griega (hiper), o bien de prefijos latinos (re-, semi-). Los prefijos adverbiales modifican predicados, razón por la cual se adjuntan a bases verbales y a bases adjetivas para modificar, respectivamente, la acción o situación expresada en el verbo base o bien la propiedad denotada por el adjetivo. .5 Preposición y composición El prefijo es un morfema que se adjunta al inicio de una palabra independiente (anti-natural, in-admisible) o de un tema o raíz ligada (antí- geno, in-erte). En la tradición gramatical española se suele incluir la prefijación entre los procesos de composición. La razón de ello es que, en los casos en los que el prefijo coincide con una preposición (con-cuñado, en-carcelar, ante-sala), aparecen dos formas libres que, combinadas entre sí, definen un compuesto. Sin embargo, no es posible encajar toda la prefijación en la composición, ya que hay prefijos (las preposiciones no separables o prefijios “cultos”) que no tienen autonomía propia o que no se pueden identificar con una preposición (des-amor, super-dotado, post-conciliar). Otros datos que inducen a tratar el prefijo como un afijo derivativo y, por tanto, la prefijación como parte de la derivación y no de la composición es el hecho de que los prefijos preposicionales, además de asumir funciones orfología de la Lengua Española PAGE 1 preposicionales (sobrevolar, entremeter), adoptan también funciones adverbiales (sobrealimentar, entreabrir). Por otra parte, el hecho de que haya prefijos con varios alomorfos, uno coincidente con preposición y otros no (en-cuerpar/in-corporar, de-capitar/des-membrar), a veces especializados para bases o categorías léxicas determinadas (sobre-vivir/super-vivencia, so-terrar/sub-terráneo), resulta un argumento poderoso para considerar el prefijo como afijo. .6 Cadena de prefijos La combinatoria de prefijos en español es muy limitada, sometida a restricciones semánticas muy rígidas, y los casos de concatenación múltiple son raros. Las posibilidades que se pueden dar son las siguientes: • Prefijo-adverbio + prefijo-preposición + base: re- ex - portar, re- em-plazar, re-en-cuadernar, re-a-vivar. Hay cierta productividad de des- con en- y a-: des-em-pajar, des-en-mascarar, des-em- paquetar, des-en-cadenar… • Prefijo-preposición + prefijo-preposición + base: contra-en-dosar, co-a-sociarse. • Prefijo-adverbio + prefijo-adverbio + base: a-rre-meter, a-rre- juntar(se), a-rre-molinar(se), super-in-moral, archi-super-conocido, ex – vice-presidente. Por otro lado, los prefijos, a diferencia de los sufijos, presentan tanto recursividad como reduplicación. La recursividad sólo se da en el caso de los prefijos adverbiales y, en especial, cuando la base es un nombre o un adjetivo denominal (anti-anti-anti-… misil/nuclear, pro-pro-pro-…aborto/ gubernamental), aunque hay algún caso con bases adverbiales (ante-ante- …anoche/ayer). La reduplicación se da, igualmente, sólo con los prefijos adverbiales y, dentro de ellos, únicamente con los intensificadores (archi-archi-archi-… conocido, super-super-super-…fácil). Los prefijos también tienen la posibilidad de desligarse de la base léxica del primero de los dos prefijos en una estructura coordinada (pre y pos- constitucional, pro y anti-gubernamental). El tipo de coordinación que se da en la prefijación tiene restricciones semánticas: se coordinan prefijos del mismo campo léxico, bien antitéticos (pre y pos(t), pro y anti, infla y super, endo y exo), bien sinónimos (pre y proto, intra y endo, ecto y exo). Tiene también restricciones categoriales: las bases coordinadas son mayoritariamente adjetivos denominales; no se suele dar la elisión con nombres (*infla y superdesarrollo) o con verbos (*ante y posponer). orfología de la Lengua Española PAGE 1 Así, las propiedades que alejan –mente de otros sufijos son claras. En primer lugar, las bases a las que –mente se agrega son adjetivos en femenino, como consecuencia natural del género que corresponde a este sustantivo (tranquila-mente). En segundo lugar, no se da en este proceso derivativo la cancelación de la vocal final que caracteriza la derivación en español. En tercer lugar, la base léxica sobre la que –mente incide mantiene un acento secundario: léntaménte, no *lentamente. Por último, cuando un adverbio en –mente está cuantificado (muy lentamente), el adjetivo se agrupa con el cuantificador para proporcionar la paráfrasis sintáctica que se considera adecuada: muy lentamente significa “de manera muy lenta”, lo que sugiere la segmentación [muy lenta] [mente], y no, en cambio, “muy de manera lenta”. Además, esta terminación –mente tiene la posibilidad de elidirse en los grupos coordinados de dos adverbios que contienen esta terminación, como en lisa- F 0 C 6 y llanamente. Se crean en español un gran número de adverbios en –mente a partir de adjetivos, especialmente calificativos: fríamente, limpiamente, públicamente, rudamente, sensatamente. Los adjetivos terminados en –ble tienden a rechazar los adverbios en – mente (*alcanzablemente, *publicablemente, *transportablemente), pero los que no se forman en español, o no se interpretan como derivados en nuestra lengua, los admiten con naturalidad (agradablemente, amablemente, sensiblemente). Los participios pasivos también tienden a rechazar los derivados adverbiales (*agotadamente, *aprobadamente, *traducidamente), pero muchos de los que se interpretan como adjetivos calificativos los aceptan (acertadamente, cansadamente, continuadamente). Las presencia del prefijo negativo in- en combinación con la base facilita muchas veces que se pueda construir sobre ella un adverbio en –mente. Así, a partir de algunos adjetivos no es posible derivar adverbios en –mente: agotable, alterable, creíble…. En cambio, a partir de las variantes con prefijos de estos adjetivos (inagotable, inalterable, increíble) se forman sin dificultad estos adverbios. También los diminutivos rechazan, por lo general, los adverbios en –mente (*chiquitamente), salvo cuando están lexicalizados (bonitamente). Los adjetivos comparativos rechazan –mente (*mejormente, *menormente), pero se usa mayormente en muchos países. No todos los adjetivos calificativos admiten adverbios derivados en –mente. Así, no suelen aceptarlos los adjetivos de color, frente a otros que expresan nociones relativas a la luminosidad (claramente, luminosamente, oscuramente). .5 Sufijación e interfijación La interfijacion es el proceso de la morfología derivativa por el que se añade una unidad morfológica, que se denomina “interfijo”, entre la base y un sufijo derivativo, o entre la base y la flexión verbal, de tal modo que, si se suprimiera el sufijo derivativo o la flexión verbal, el resultado de la combinación de la base y el interfijo sería una formación inexistente en español. Por ejemplo, en pic-aj-oso, donde el interfijio –aj- se sitúa entre la base pic- (de picar) y el sufijo derivativo –oso, sin existir la forma *pic-aj(o). orfología de la Lengua Española PAGE 1 La flexión verbal también puede encontrarse incrementada por el sufijo verbal –e- en los casos en los que se produce la interfijación; ello sucede en verbos como bail-ot-e-ar; en los que el interfijo se localiza entre la base bail- (de bailar) y la flexión verbal incrementada por el sufijo verbal –e-ar. Tampoco en los verbos interfijados existe como palabra independiente la combinación de la base verbal con el interfijo. orfología de la Lengua Española PAGE 1 En palabras como ganadería, se distingue un segmento entre la raíz ganad- (de ganado) y el sufijo –ía. Este segmento se origina por un paso intermedio de sufijación, es decir, a la raíz ganad- se le une en primer lugar el sufijo – ero, con lo que se logra ganad-ero, y posteriormente se añade el sufijo –ía para obtener ganad-er-ía. Las secuencias –er-ía constituyen una cadena de sufijos. En cambio, para obtener hum-ar-eda se carece del paso intermedio. No existe *hum-ar, por lo que el segmento –ar no se explicaría como el resto de un sufijo. La interfijación pertenece a la morfología derivativa. Por tanto, crea nuevas palabras; así, no tienen el mismo significado chupón (“que chupa”) que chup-et-ón (“acción y efecto de chupar con fuerza”). La interfijación se produce tanto en nombres (sustantivos y adjetivos) como en verbos. El interfijo es átono. No obstante, en ocasiones, por el cambio acentual propio de la flexión verbal, recibe el acento en las formas fuertes de la conjugación (despach-urr-ár – despach-úrr-o). Existen cadenas de interfijos, tanto con nombres como con verbos. Así, con nombres: bob-al-ic-ón, pie-c-ec-ito. Con verbos: pint-arr-aj-ear, atont-ol-in-ar. orfología de la Lengua Española PAGE 1 En el español conversacional se utilizan algunas bases compositivas cultas, tales como: foto, moto, cromo, cine (reducción de cinematógrafo)… Los compuestos con temas grecolatinos son compuestos híbridos y deben interpretarse autónomamente. El problema fundamental radica en considerar el tema como unidad fonológicamente cerrada y no con forma de raíz. Los temas estarían organizados en eventuales paradigmas de constituyentes cuya determinación estaría en función de las posibilidades combinatorias y tipos de estructuras y significados a que dieran lugar (cardio, grafo, grafía, grama, etc.). Esto permite dar cuenta de temas invariables susceptibles de aparecer en una sola posición (pisci-, agro-, -cida, -cidio, -forme). Permite también describir las variaciones de los temas según la posición en que aparezcan y el origen del elemento con el que se combinen. Así, en los compuestos nominales de temas grecolatinos encontramos elementos formadores de nombres de ubicaciones: -dromo, referido al ‘lugar en que algo corre’, y –teca, que permite expresar ‘lugares en que algo se colecciona o está ordenado’. Su origen griego lleva a que el primer constituyente –que denota lo que corre y lo que está ordenado- esté cerrado en –o (salvo cinemateca). Fonológicamente difieren en que dromo es un elemento átono, pero determina el acento de la sílaba anterior, mientras que –teca contiene en su primera sílaba el acento de la palabra. Ej.: hipódromo, aeródromo, fonoteca, videoteca, etc. Otro tipo lo constituyen temas con variaciones finales que ocupan la posición del segundo constituyente y rigen su estructura y significado: a) Con el concepto de ‘descomponer’: [[x][lisis], [[x][lito]: fotolisis, fotolito b) Con el concepto de ‘describir o escribir’: [[x][grafía], [[x][grafo], [[x] [grama]: cardiografía, cardiógrafo, cardiograma. c) Con el concepto de ‘estudiar’: [[x][logía], [[x][logo]:ginecología, ginecólogo. d) Con el concepto de ‘hablar’: [[x][fonía], [[x][fono]: gramofonía, gramófono. e) Con el concepto de ‘medir’: [[x][metría], [[x][metro]: galvanometría, galvanómetro. f) Con el concepto de ‘sufrir’: [[x][patía], [[x][pata]: psicopatía, psicópata. g) Con el concepto de ‘observar’: [[x][scopia], [[x][scopio]: espectroscopia, espectroscopio. h) Con el concepto de ‘imprimir’: [[x][tipia], [[x][tipo]: linotipia, linotipo. i) Con el concepto de ‘gobernar’: [[x][arca], [[x][arquía]: oligarca, oligarquía. j) Con el concepto de ‘matar’: [[x][cidio], [[x][cida]: fratricidio, fratricida. orfología de la Lengua Española PAGE 1 k) Con el concepto de ‘cultivar’ y de ‘cuidar’: [[x][cultura], [[x][cultor]: apicultura, apicultor. Los temas procedentes del griego se combinan con variables cerradas en –o, excepto en los casos de elisión vocálica. Cuando en la creación terminológica se encuentra un término en –ato, este es seleccionado casi regularmente en las composiciones con grafía, grafo, logo, logía, metría, metro. Ej.: bromatografía, bromatógrafo, hematología… Algunos forman parte de compuestos híbridos y tienen diversa vitalidad en la creación de neologismos. Entre los más fecundos: orfología de la Lengua Española PAGE 1 Logía, logo: temas que denominan disciplinas o ramas científicas que estudian los objetos a que se refieren los primeros constituyentes (dermatología, filología…) es seguido en la denominación de dominios científicos modernos o nuevos campos de estudio (dialectología, sexología, etc.). También aparecen en estos compuestos nombres propios o comunes referidos a entes concebidos como únicos (cristología, mariología…o con una sigla: ETAlogía), posverbales (implantología) e incluso adjetivos que hay que considerar sustantivados (toxicología, inmunología…). CARECEN de esa productividad los nombres con significado colectivo, según el modelo de ideología o simbología. Logo: refiere al estudioso del campo correspondiente (dermatólogo, filólogo, geolólogo, politicólogo…). Es posible construir compuestos paralelos a los anteriores, aunque se documentan voces sin correspondencia equiparable (wagnerólogo, pekinólogo, folklorólogo… ). Grafía, grafo: pueden desempeñar distintas funciones, a saber. Ser medio por el que se realiza la descripción o está hecho lo escrito (mecanografía), el modo (caligrafía), el objeto a que se aplica (geografía, bibliografía). Este último es el más productivo. De este modo se crean voces que se refieren a dominios disciplinares diferentes de representación (cristalografía, lexicografía…). Todas estas voces pueden presentar ejemplos correlativos con -grafo con valor agentivo (lexicógrafo), salvo que la voz ya exista con otro valor, por ejemplo instrumental (cinematógrafo). Metría, metro: NO hay correspondencia en los compuestos. Metría: conjunto de procedimientos relacionados con la actividad de medir. Puede estar expresado por temas cultos (trigonometría, fotometría) o a partir de voces de la lengua (altimetría, densimetría). Metro: instrumentos mediante los que se realiza (fotómetro) Aunque se dan voces con metría que carecen de la formación equiparable con metro (trigonometría carece del instrumento *trigonómetro), lo usual es la situación contraria. Excepcionalmente, el compuesto puede tener sentido locativo (gasómetro, en su acepción de depósito) o comprender como primer constituyente una entidad conceptualmente relacionada con dicho objeto (taxímetro). En cuanto a los temas cidio, cida (referido al acto de matar y al actor) cabe destacar el elemento con el cual se combinan que puede ser culto (homicidio) o no (bactericida), este desempeña una función argumental respecto del núcleo temático: es el objeto al que se aplica el contenido predicativo. En estos temas, sí hay correlación en la categoría de compuestos y la posibilidad de creación de voces paralelas (parricidio, parricida). orfología de la Lengua Española PAGE 1 Siglación Por sigla se entiende la pieza lingüística resultante de la unión de varios grafemas iniciales de sendas palabras, constitutivas de una unidad sintáctica (generalmente un sintagma nominal). Por ejemplo, UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia). Por tanto, no se consideran siglas el resultado de reducir el cuerpo gráfico de una o varias palabras, conservando uno o más de sus grafemas (el inicial y/o algún otro). Por ejemplo, D., Dr., Sra., pta. En este caso, se trata de las denominadas abreviaturas. Lo característico de estos acortamientos es que no suelen trascender al plano oral, es decir, su lectura restablece lo omitido en la representación gráfica: art. se lee “artículo”, dm., “decímetro”, etc. En cambio, mediante la sigla se asegura la presencia de cada uno de los constituyentes de una unidad sintagmática en una nueva secuencia lingüísticamente más económica. Sin embargo, no siempre la sigla resultante responde al criterio que se acaba de mencionar. A veces, con el fin de que la secuencia gráfica resultante pueda ser fonéticamente aceptable, algún constituyente de la base puede estar representado en la sigla por dos grafemas, en lugar de sólo el inicial: RENFE. Por otra parte, los artículos, preposiciones y conjunciones presentes en la base no suelen trascender a la sigla, a no ser que se justifique su presencia por motivos de pronunciabilidad o de búsqueda de homonimia: ACUDE (Asociación de Consumidores y Usuarios de España), PYME (Pequeña y Mediana Empresa). Varios fenómenos gráficos convergen para que muchas siglas se puedan considerar hoy como otras tantas unidades léxicas más de la lengua. Por ejemplo, la supresión de puntos tras cada grafema y el uso de minúsculas. De esta forma, en ocasiones los propios hablantes desconocen que el origen de una determinada unidad léxica está en una sigla. Por ejemplo, las formas ufología, ufólogo (UFO, “ovni”) se vienen usando desde hace ya algún tiempo, en lugar de *ovnilogía, *ovnílogo. Toda sigla tiene un género y número determinados, que podrían llamarse etimológicos: los del sustantivo núcleo del sintagma que constituye su base. Por ejemplo, ONU, cuya primera letra es la o de organización, es femenino y singular. Y GRAPO, con el primer grafema del sustantivo grupos, es masculino y plural. 2... Acortamiento Los acortamientos son el resultado de un proceso mediante el cual una unidad léxica, simple o compleja, ve reducido su significado reteniendo el mismo significado y categoría gramatical (clase de palabra); es decir, se obtiene una nueva palabra por acortamiento de otra. Por ejemplo, poli, progre… Los acortamientos suelen originarse y utilizarse en ámbitos sociales e institucionales bien delimitados (familia, centro educativo, oficio o profesión…). Connotan una actitud de familiaridad y confianza por parte del que los usa, ya sea hacia lo denotado, ya hacia el oyente. Sin embargo, algunas formas acortadas han perdido su inicial carácter familiar o jergal y han pasado a la lengua estándar, desplazando por orfología de la Lengua Española PAGE 1 completo o parcialmente a las formas plenas. Por ejemplo, bici, cine, porno, taxi… Los acortamientos léxicos afectan especialmente a sustantivos: auto, bici, tele; en menor grado a adjetivos: extra, neura, súper, repe. El fragmento del significante que permanece en la forma acotada es, generalmente, el inicial. Los casos de aféresis (eliminación del segmento inicial de palabra) son menos frecuentes en español: chacho, chacha, chelo, mano, manito, etc. No ocurre lo mismo en las formaciones hipocorísticas, donde las supresiones pueden recaer tanto en la parte inicial como en la final de la base: Boni, Magda, Rafa, Berto, Lupe… La última sílaba de los acortamientos puede ser abierta o trabada, en función del carácter que tenga esa sílaba en la base léxica. Será abierta siempre que lo sea también en la correspondiente base: kilo, corto, presi. Pero si la última sílaba de la base léxica es trabada, puede conservarse la consonante implosiva, como en estupen, preven, díver, facul, o bien puede eliminarse, como en compi, dire, neura, etc. En relación con el acento, en la mayoría de los casos se produce dislocación acentual: cóle, rídi, prófe, con muy pocas excepciones, para así atenerse al esquema acentual llano, predominante en español. orfología de la Lengua Española PAGE 1
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