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Resumen por capitulos de Cumbres Borrascosas, Resúmenes de Literatura Universal

Resumen por capitulos de Cumbres Borrascosas

Tipo: Resúmenes

2022/2023

Subido el 22/05/2024

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irene-pallas-cid-1 🇪🇸

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¡Descarga Resumen por capitulos de Cumbres Borrascosas y más Resúmenes en PDF de Literatura Universal solo en Docsity! Capítulo 1 Es 1801. El señor Lockwood escribe en su diario sobre la primera visita al dueño de la casa que alquila, la Granja de los Tordos, una mansión aislada en la poco poblada Yorkshire. Cuenta que poco después de llegar a la Granja visita a su casero, el señor Heathcliff, un hombre hosco que vive en la casona vecina, llamada Cumbres Borrascosas. Lockwood señala que "borrascosas" es un adjetivo local que se utiliza para describir los vientos fuertes que soplan durante las tormentas en los páramos. Heathcliff es descrito como un hombre impenetrable, con el aspecto de un gitano pero los modos de un caballero. Durante la visita, Heathcliff mantiene una actitud recelosa con Lockwood, a quien deja solo en una habitación con un grupo de perros salvajes. Finalmente, Lockwood es salvado de los sabuesos por un ama de llaves robusta que acude ante sus gritos pidiendo socorro. Cuando Heathcliff regresa, Lockwood está furioso, pero eventualmente se ablanda ante su anfitrión y, aunque no se siente especialmente bienvenido en Cumbres Borrascosas, decide que la visitará nuevamente al día siguiente. Capítulo 2 Molesto por el trabajo doméstico que se está realizando en la Granja, Lockwood aprovecha para visitar por segunda vez Cumbres Borrascosas, llegando justo cuando empieza a nevar. Golpea la puerta sin obtener respuesta, y José -un sirviente mayor con un pronunciado acento de Yorkshire- le grita desde el granero que el amo, Heathcliff, no se encuentra en la casa, a la vez que se niega a ayudarlo a entrar. A continuación aparece un joven en mangas de camisa, quien le indica que lo siga. Lockwood logra ingresar en un salón donde encuentra a una mujer sentada junto a un fuego, y asume que es la esposa de Heathcliff. Procura iniciar una conversación, pero ella le responde de forma fría y despectiva. Entretanto, Lockwood se fija con curiosidad en la apariencia descuidada y en los modos desenvueltos del joven que lo ayudó a entrar, sin lograr descifrar su vínculo con los amos. A los pocos minutos entra Heathcliff al salón y le exige groseramente a la joven que prepare el té, lo que genera la antipatía de Lockwood. Sin embargo, intenta nuevamente iniciar una conversación, y se mete en una situación incómoda al asumir que la joven es la esposa de Heathcliff, cuando ella está, en realidad, casada con el hombre joven, quien Lockwood cree que es el hijo de Heathcliff. El dueño de la casa lo corrige groseramente y le aclara que la joven es su nuera, pero que es viuda, al igual que él. El hombre joven se presenta como Hareton Earnshaw. La nieve cae intensamente y Lockwood requiere de un guía para volver a la Granja de forma segura, pero ninguno de los miembros de la casa parece dispuesto a ayudarlo, con excepción de Hareton. No obstante, Heathcliff considera que es más importante que se ocupe de los caballos. Lockwood, ignorado por todos, toma una linterna pero José lo acusa de robarla y le lanza los perros, que lo tiran al suelo. Lockwood es humillado y Heathcliff y Hareton se ríen del acontecimiento. El ama de llaves, Zillah, intercede y promete realizarle curaciones a Lockwood, que, como se encuentra débil y mareado, se ve forzado a pasar la noche allí. Capítulo 3 Zillah guía a Lockwood hacia una habitación apartada y comenta que al amo no le gusta que la ocupen. No sabe el motivo, ya que vive con ellos hace pocos años. Cuando se queda solo, Lockwood nota que los nombres "Catalina Earnshaw", "Catalina Linton" y "Catalina Heathcliff" fueron tachados, en distintos tamaños y tipos de letras, sobre el barniz de una repisa. Hojea algunos libros viejos que están apilados allí, y encuentra que datan de 25 años atrás y que pertenecían a Catalina Earnshaw. Descubre que casi todos los márgenes están cubiertos con comentarios manuscritos. Interesado por la desconocida Catalina, comienza a leerlos. La primera entrada describe un día en Cumbres Borrascosas poco después de la muerte de su padre, en el que Hindley, quien lo reemplaza como amo de la casa, fuerza a Catalina y a Heathcliff a soportar los tediosos sermones de José. Catalina y Heathcliff parecen haber sido muy cercanos, y Hindley parece haber odiado a Heathcliff. Lockwood se queda dormido y tiene pesadillas sobre un predicador que dirige una turba violenta. Se despierta a causa de una rama que estaba golpeando la ventana y, medio dormido, procura romperla forzando su mano a través del cristal. Pero se encuentra con una pequeña mano fantasmal que toma la suya, y una voz sollozante que dice ser Catalina Linton y pide que la dejen entrar. Lockwood se libera de la mano al frotar la muñeca fantasmal sobre el cristal roto, haciendo que la sangre cubra las sábanas. El fantasma lo libera y Lockwood intenta cubrir el agujero de la ventana con una pila de libros, pero estos caen y provocan que grite de terror. Heathcliff entra a la habitación, y Lockwood exclama que el cuarto está embrujado, a la vez que narra su pesadilla. Heathcliff le pide que salga y Lockwood obedece, notando que Heathcliff entra a la habitación y se queda llorando a Catalina y rogando su regreso. De fondo, se oyen la nieve y el viento. Por la mañana, Lockwood es testigo de una discusión entre Heathcliff y su nuera, a quien trata con crueldad. Luego, el hombre acompaña a Lockwood a su casa, donde los sirvientes, que lo creían muerto a causa de la tormenta, lo reciben con alegría. Sin embargo, Lockwood se retira en su estudio evitando la compañía de otros. Capítulo 4 Si bien Lockwood está agradecido de encontrarse aislado en un lugar casi inaccesible, se siente solo y aburrido. Por esto, cuando su ama de llaves, Elena, le trae su cena, le pide que se siente y le cuente la historia de la gente de Cumbres Borrascosas. Ella intenta aclarar cuáles son las relaciones familiares, explicando que la joven Catalina, a quien conoció Lockwood el día anterior, es la hija de su difunto amo, Linton. Por otro lado, Hareton Earnshaw es el primo materno de la joven Catalina y sobrino de la difunta señora de Linton. A su vez, el esposo de la joven Catalina era también su primo por parte de la familia del padre, ya que Heathcliff se había casado con la hermana del señor Linton. Ahora, la joven Catalina es la última de los Linton y Hareton, el último de los Earnshaw. Elena le explica que ella creció siendo sirvienta en Cumbres Borrascosas, junto a la primera Catalina y su hermano Hindley, que eran los hijos del señor Earnshaw. Inicia su relato contando que, años atrás, el señor Earnshaw se había ido de viaje a Liverpool y regresó a los tres días con un niño pequeño, sucio y andrajoso, que hablaba una jerga que nadie entendía, pero que decidió adoptar, para la sorpresa y el temor de los habitantes de la casa. Y así es cómo entró Heathcliff en la familia. A los pocos días, Catalina y él se hicieron cercanos, pero Hindley y Elena lo aborrecían, y la señora Earnshaw se mantenía indiferente ante sus maltratos. Pero el señor Earnshaw se encariñó con él y lo mimaba más que a sus propios hijos. Elena cuenta que dos años después de la llegada de Heathcliff murió la señora Earnshaw, y Hindley empezó a ver a su padre como a un opresor, y a Heathcliff como a un usurpador del afecto paterno y de sus propios privilegios. Capítulo 5 El señor Earnshaw envejeció y se enfermó; esta circunstancia lo volvió más irritable y se obstinó con la idea de que la gente no quería a su favorito, Heathcliff. El niño era malcriado para mantener a Earnshaw feliz, hecho que alimentaba su orgullo pero, a la vez, amargaba más a Hindley, razón por la que lo enviaron lejos a estudiar. José utilizó su influencia religiosa sobre Earnshaw y lo incitó a tratar con mayor rigor a sus hijos. El señor Earnshaw pensaba que Hindley era inútil, y no le gustaba la alegría y el carácter travieso de Catalina, por lo que sus últimos días estuvo descontento e irritable. Catalina, según Elena, estaba demasiado encariñada con Heathcliff, y le gustaba ordenar a barandilla. Al escuchar a Heathcliff al pie de la escalera, Hindley suelta al niño accidentalmente, pero afortunadamente Heathcliff llega a agarrarlo. Más tarde en la noche, Catalina se encuenta con Elena en la cocina, y le confiesa que Eduardo le propuso matrimonio y que ella aceptó. Quiere que Elena le responda si hizo bien. Elena le pregunta por qué lo ama, y Catalina, en evidente estado de confusión, responde que él es buen mozo, alegre y rico, y la ama. Elena no entiende estos motivos, y Catalina le confiesa que creía que se estaba equivocando. A continuación le cuenta un sueño, en el que se encuentra en el cielo pero es infeliz, ya que no lo siente su casa, y despierta llorando de alegría por encontrarse en Cumbres Borrascosas. Catalina expresa cómo este sueño ayuda a explicar su situación, manifestando que tiene tantos motivos para estar en el cielo como para casarse con Eduardo. Culpa a Hindley por hundir tanto a Heathcliff, ya que ella se degradaría al casarse con él, quien nunca se enterará cuánto lo ama. Le explica que sus almas están hechas de lo mismo, mientras que la suya y la de Eduardo son totalmente distintas. Desde detrás de la puerta, Heathcliff oye la parte de la conversación en la que Catalina le dice a Elena que no puede casarse con él y se va sin querer oír más. Esa noche, Heathcliff huye de Cumbres Borrascosas. Catalina pasa la noche de tormenta buscándolo fuera y llorando por él. Termina enfermándose. Los Linton la llevan a la Granja de los Tordos para que se recupere, pero la señora y el señor Linton se contagian y mueren poco después. Tres años más tarde, Catalina y Eduardo se casan. Elena se muda a la Granja de los Tordos para servir a Catalina, dejando a Hareton bajo el cuidado de su padre borracho y de José, el último sirviente que queda en Cumbres Borrascosas. Al observar la hora, Elena interrumpe su narrativa, alegando que ya es la una y media y que debe irse a dormir. Capítulo 10 Lockwood se enferma luego de su traumática experiencia en Cumbres Borrascosas, y pasa así cuatro semanas. Heathcliff le hace una visita de cortesía y, luego, Lockwood llama a Elena y le pide que le cuente el resto de la historia. Trata de adivinar cómo hizo Heathcliff su fortuna y cómo adquirió Cumbres Borrascosas y la Granja de los Tordos, pero Elena le dice que no sabe qué hizo Heathcliff en los tres años que estuvo lejos, que fue cuando adquirió su capital. Pero accede a seguir contando la historia. Luego del casamiento, Elena se traslada con Catalina a la Granja de los Tordos, y, para sorpresa de Elena, se porta mejor de lo que esperaba, ya que le muestra gran afecto a Eduardo y a su hermana. Unos seis meses después del matrimonio de Catalina con Eduardo, Heathcliff regresa a la casa, sorprendiendo a Elena en la Granja de los Tordos. Cuando entra, Catalina se pone frenética y el obvio cariño entre ambos incomoda a Eduardo, que se pone celoso. Elena cuenta que Heathcliff era entonces un hombre alto, atlético y bien formado que ya no conservaba huellas de su antigua degradación, aunque en sus ojos se podía observar un dejo de ferocidad, escondida bajo modales dignos y desprovistos de rudeza. Heathcliff comenta que Hindley lo invitó a quedarse en Cumbres Borrascosas. Esto sorprende a Catalina y a Elena, pero el hombre añade que hace unos días se cruzó con Hindley en un juego de cartas con unos amigos y, como Heathcliff suele apostar a lo grande, Hindley piensa que puede ganarle sin demasiado problema. Catalina e Isabel empiezan a visitar seguido Cumbres Borrascosas y Heathcliff, la Granja de los Tordos. Para horror de su hermano Eduardo, Isabel comienza a enamorarse de Heathcliff. Esto la vuelve malhumorada y fastidiosa al punto de atacar a Catalina sin cesar, lo que conduce a una discusión acalorada entre las cuñadas, en la que Isabel le confiesa su amor por Heathcliff y Catalina le advierte que su amigo es un hombre feroz que, si se casa, lo hará por su fortuna. Una tarde que Eduardo no está en la casa, Heathcliff aprovecha para visitar Granja de los Tordos. Al llegar, Catalina le revela los sentimientos de Isabel, quien trata de escapar pero es retenida por su cuñada. Finalmente, la rasguña y logra zafarse. Heathcliff se mantiene indiferente ante la confesión, pero se interesa por los bienes de Isabel. Elena sospecha que el hombre alberga motivos malvados y vengativos, y jura observarlo de cerca. Capítulo 11 Elena va hasta Cumbres Borrascosas para hablar con Hindley, pero cuando se encuentra con Hareton, el niño le arroja piedras y la insulta. Así, Elena se entera de que Heathcliff le enseñó a insultar a su padre, y que le prohibió a su tutor que pise la propiedad. Cuando Heathcliff aparece, Elena huye. Al día siguiente en la Granja, Elena observa desde la cocina que Heathcliff se acercó a Isabel en el patio con intención de cortejarla. Catalina entra a la cocina y Elena le cuenta lo que vio. Poco después se suma Heathcliff y Catalina le exige que le diga cuáles son sus verdaderos sentimientos hacia Isabel. Así, se ofrece a convencer a Eduardo a que permita el casamiento si Heathcliff realmente ama a la mujer. Heathcliff desprecia la idea, pero declara que Catalina lo ofendió al casarse con Eduardo y que pretende vengarse por esto. Elena los deja discutiendo y va en busca de Eduardo, a quien le cuenta sobre el encuentro entre Isabel y Heathcliff en el patio y de la posterior disputa en la cocina con Catalina. Eduardo se enfurece y ordena que echen a Heathcliff de la propiedad. Cuando Heathcliff se nega a salir, Eduardo busca ayuda en sus sirvientes. Sin embargo, Catalina se encierra con ellos en la cocina y tira la llave al fuego, forzando a que Eduardo confronte con Heathcliff sin ayuda adicional. Sobrepasado por el miedo y la vergüenza, Eduardo esconde la cara. Las burlas de Catalina por su actitud cobarde lo conducen a golpear a Heathcliff en la garganta. Luego de esta afrenta, huye por el jardín. Elena comenta que el amo volverá con sirvientes armados, por lo que Heathcliff toma la llave del fuego y escapa, furioso. Luego, Eduardo encuentra a Catalina en el gabinete, y le advierte que debe elegir entre su compañía o la de Heathcliff. La mujer se niega a responderle y se encierra en su habitación, sin salir ni a comer durante dos noches. Eduardo le advierte a Isabel que, si alienta el amor de Heathcliff, romperá toda relación con ella. Capítulo 12 Luego de pasar tres días aislada en su habitación, Catalina le pide a Elena un poco de agua y comida. Histérica, cree estar muriendo, y no puede entender por qué Eduardo no va a verla. Rememora su infancia con Heathcliff en los páramos, a la vez que habla obsesivamente sobre la muerte. Elena, preocupada por que su ama se agarre un resfriado, se niega a abrir una ventana. Catalina se las ingenia para forzar una y abrirla, a través de la cual afirma poder ver Cumbres Borrascosas. En medio de su delirio, le habla a Heathcliff, quien no está ahí, diciéndole que, aunque muera, su espíritu no descansará hasta que los dos estén juntos. Eduardo aparece y se preocupa al ver a Catalina en un estado tan débil, a la vez que se enoja con Elena por no mantenerlo al tanto de la situación. Elena se va en busca del doctor Kenneth, quien le dice que vieron a Isabel caminando por la noche en el parque con Heathcliff. El doctor cuenta que ha escuchado el rumor de que Isabel y Heathcliff están planeando fugarse juntos. Elena vuelve corriendo a la Granja y descubre que Isabel desapareció. Al día siguiente, una criada que vuelve de Gimmerton exclama que Heathcliff e Isabel se escaparon. Elena le pregunta a Eduardo cómo harán para alcanzarlos, pero el hombre se niega a buscarla, declarando que, desde ese momento, Isabel es su hermana solo en nombre. Capítulo 13 Durante los dos meses siguientes, Catalina sufre y vence un ataque de "fiebre cerebral", pero el panorama es desalentador. Mientras tanto, Isabel y Heathcliff permanecen fugitivos. Seis semanas después de su partida, Isabel envía a Eduardo una carta anunciando su casamiento con Heathcliff y pidiéndole que la perdone, sin obtener respuesta de su hermano. A los quince días le escribe a Elena, preguntando si Heathcliff es un demonio o si está loco. En esa carta, describe sus experiencias en Cumbres Borrascosas, una residencia que le resulta sucia, incivilizada y hostil. Cuenta que José es rudo con ella y Hareton, desobediente. Además, Hindley le confesó que todas las noches tiene la fantasía de matar a Heathcliff. Por último, su propio marido la trata con crueldad al negarle dormir en su habitación con él. Isabel termina la carta diciéndole lo infeliz que se siente y cómo se arrepiente profundamente de su matrimonio, a la vez que le ruega a Elena que vaya a visitarla. Capítulo 14 Aunque Eduardo continúa rechazando el pedido de disculpas de su hermana, Elena responde al pedido de Isabel y la va a visitar a Cumbres Borrascosas. Cuando llega a la casa, Heathcliff la presiona para que le cuente novedades sobre Catalina. Elena le dice que la mujer no volverá a ser la que fue. Heathcliff le asegura que no va a dejarla a merced de los cuidados de Eduardo, y que ella lo ama a él mucho más que a su marido. Al ver a Isabel la nota visiblemente desmejorada, y le sugiere a Heathcliff que la trate mejor, pero él responde que solo siente desprecio y odio hacia su esposa. Al oír esta declaración, Isabel le comenta a Elena que no crea ni una palabra, y le pide que no le comente nada a su hermano o a Catalina, ya que la principal intención de Heathcliff es llevar a Eduardo a la desesperación. Heathcliff la echa del cuarto, y le ruega a Elena que lo ayude a encontrarse con Catalina. Elena se niega rotundamente, pero Heathcliff la amenaza con que la mantendrá prisionera en Cumbres Borrascosas. Aterrada ante esta posibilidad, Elena accede a llevarle a Catalina una carta de parte suya. Capítulo 15 El domingo después de la visita a Cumbres Borrascosas, cuando todos se fueron a la iglesia, Elena aprovecha y le entrega a Catalina la carta de Heathcliff. Elena cuenta que el aspecto de Catalina está cambiado por su enfermedad: según el ama, está hermosa de una forma irreal y sus ojos parecen mirar fuera de este mundo. Elena dejó la puerta abierta, por lo que Heathcliff, que estaba afuera, sube impaciente al cuarto de Catalina antes de esperar su respuesta. Catalina y Heathcliff se abrazan durante cinco minutos sin hablar, para entrar luego en una conversación dramática y de alta carga emocional. Catalina le recrimina que tanto él como Eduardo le rompieron el corazón, y los culpa de haber causado su muerte. Agrega que no puede soportar estar muriendo mientras Heathcliff sigue vivo, ya que no quiere estar apartada de él, y le pide que la perdone. Él la acusa de ser la culpable de su propio tormento, ya que traicionó su corazón al haberse separado de él por su propia voluntad. Agrega que puede perdonarla por el dolor que le causó a él, pero nunca por el que se causó a ella misma. Se abrazan y lloran hasta que Elena les advierte que Linton está regresando. Heathcliff se quiere ir, y promete volver en una hora, pero Catalina le insiste en que se quede, diciéndole que está muriendo y que no se volverán a ver. Heathcliff accede a quedarse. Cuando Linton entra al cuarto, Heathcliff le da el cuerpo de Catalina, que aparenta estar desmayada o Heathcliff, y expresa que prefiere quedarse con su tío. Finalmente accede a irse, bajo la falsa promesa de que su ausencia será por poco tiempo. Al llegar, tanto Heathcliff como José manifiestan desprecio por el delicado joven. Linton llora al ver a Heathcliff, y cuando su padre le pregunta si sabe de su existencia y su hijo lo niega, le responde que su madre era una malvada zaparrastrosa. Elena le ruega a Heathcliff que sea amable con el chico. El hombre aclara que estará cuidadosamente asistido, ya que Linton es el heredero de la Granja de los Tordos, por lo que quiere que viva hasta que Eduardo muera y él lo herede. Por eso, cuando Linton se niega a comer la avena que le ofrece José, Heathcliff ordena que le sirvan té y leche hervida en su lugar. Al ver a Elena irse, Linton le ruega que no lo deje allí. Capítulo 21 Cati se desespera luego de la repentina salida de su primo de la Granja de los Tordos, pero con el tiempo lo olvida. Elena intenta mantenerse al tanto sobre el joven Linton, interrogando al ama de llaves de Cumbres Borrascosas cuando la encuentra en Gimmerton. Oye que Linton continúa siendo frágil y enfermizo, que Heathcliff desprecia a su hijo, y que no soporta estar solo con él. Cuando Cati cumple dieciséis años, ella y Elena salen a cazar aves hacia los páramos. El ama le pierde el rastro a Cati por un momento, y la halla poco después conversando con Heathcliff y Hareton. Catalina afirma que creía conocer a Hareton de antes y le pregunta a Heathcliff si es su padre. Heathcliff responde que no, pero que tiene un hijo que está en su casa. Él las invita a pasar a Cumbres Borrascosas, y Elena, recelosa de Heathcliff, desaprueba la idea, pero Catalina, que no sabe que el hijo es su primo Linton, manifiesta curiosidad por conocer al joven. Elena no logra impedirle que vaya. Camino a Cumbres Borrascosas, Heathcliff le dice a Elena que espera que Catalina y su hijo estén casados algún día. Cati está exultante por reencontrarse con su primo, aunque se siente algo desconcertada por su comportamiento. En este encuentro, también cae en la cuenta de que Heathcliff es su tío. Frente al desconcierto de la joven de no conocerse a pesar de la cercanía, Heathcliff le explica que Eduardo sigue enojado porque piensa que él es demasiado pobre para haberse casado con Isabel. Ante el pedido de Heathcliff, Hareton le muestra a Cati los alrededores de la granja, aunque él se comporta tímidamente. Linton va en busca de ellos, y se burla de la falta de educación de Hareton, que no sabe leer, enfrente de Cati, demostrando su malvado carácter. Al día siguiente, Cati le cuenta a su padre dónde estuvo y le pregunta por qué no le permite visitar a su primo. Eduardo le explica sobre los actos malvados de Heathcliff y le prohibe regresar a Cumbres Borrascosas. Cati, triste, empieza a intercambiar correspondencia con Linton en secreto. Cuando Elena la descubre, ve que los primos estuvieron escribiéndose cartas de amor, y sospecha que las de Linton fueron redactadas por Heathcliff. Elena confronta a Cati acerca de las cartas, y las quema ante el pedido de la joven. Sin embargo, la amenaza con decirle la verdad a su padre si continúa escribiéndose con su primo. Capítulo 22 Ese otoño, Eduardo tiene un resfrío que lo confina en la casa durante todo el invierno. Elena intenta, en vano, suplir su falta acompañando a la chica. En un día de invierno, durante un paseo por los jardines, Cati le dice a Elena que está asustada de quedarse sola luego de que Elena y su padre mueran. El ama la consuela diciéndole que no hay motivos para que se anticipe a una desgracia, pero que debe cuidarse de insensateces que puedan hacer enojar a su padre. Momentos después, Cati trepa y se sienta en lo alto de una tapia intentando agarrar frutos de un árbol. En el proceso, su sombrero cae del otro lado de la pared. Elena le permite bajar para recogerlo, pero, una vez del otro lado, Catalina es incapaz de volver por su cuenta. Heathcliff aparece de repente, y le reprocha a Cati lo cruel que fue al cortar su correspondencia con Linton. La acusa de jugar con el afecto de su hijo, y la obliga a visitar a Linton la semana siguiente, ya que el muchacho está muriendo por su corazón roto. Asegura que, si ella es amable, lo visitará. Elena le dice a Cati que Heathcliff seguramente está mintiendo y que no puede fiarse de él. De todas formas, al día siguiente la muchacha la persuade para que la acompañe a visitar Cumbres Borrascosas. Elena accede, ya que espera que en este encuentro se descubra que las palabras de Heathcliff son falsas. Capítulo 23 A la mañana siguiente, Catalina y Elena van bajo la lluvia hacia Cumbres Borrascosas, donde encuentran a Linton sumido en sus quejidos habituales. El muchacho menciona que los sirvientes no lo cuidan como deberían y que lo odian. Le habla a Cati sobre la posibilidad del matrimonio, explicando que las esposas siempre aman a sus maridos. Cati responde que no necesariamente es así siempre, ya que su padre le dijo que Isabel no amaba a Heathcliff. Al escuchar esto, Linton se enfurece y le responde que la madre de ella, Catalina, amaba a Heathcliff y no a Eduardo. Molesta, Cati empuja su silla en un ataque de mal humor. Linton empieza a toser y le reprocha a Catalina haberlo agredido y así haber herido su ya frágil salud. La llena de culpa y le exige que lo cuide hasta que se recupere. Luego de que Elena y Catalina vuelvan a la Granja, Elena descubre que se resfrió por haber viajado con lluvia. Cati cuida a ella y a su padre durante el día, pero a la noche, Elena no sabe adónde se va la niña. Capítulo 24 Tres semanas después, Elena se recupera y rápidamente descubre que las salidas nocturnas de Catalina son hacia Cumbres Borrascosas. La muchacha le cuenta que sobornó a Miguel, un criado, para que ensille su poni y mantenga sus escapadas en secreto. Allí, ve y charla alegremente con Linton. Una vez, discuten cuál sería la manera más agradable de pasar un día juntos. Mientras que para el muchacho un día ideal incluye estar en paz y reposado, para Cati el mundo entero debe estar en movimiento. En una de estas escapadas, se encuentra con Hareton en la puerta. Su primo le muestra que aprendió a leer su propio nombre, que está inscripto en la entrada de la casa por corresponder a un antepasado. Sin embargo, no puede leer la fecha que está al lado. Cati lo burla por esto. Elena la reta por esta actitud pedante. Luego, cuando ella le lee a Linton, Hareton interrumpe su visita, acosando al débil joven y forzándolo a irse de la habitación. Linton empieza a chillar y armar estrépito, y aunque luego Hareton intenta disculparse por su comportamiento, Catalina sigue furiosa y se va a su casa. Unos días más tarde, la muchacha regresa a Cumbres Borrascosas. Linton la culpa por toda la humillación sufrida en la visita anterior. Ella se va, ofendida, pero regresa dos días después para decirle que no volverá a visitarlo. Apenado, Linton le ruega que lo perdone. Luego de oír la historia de Catalina, Elena le revela el secreto de las huidas de Cati a Eduardo. Este inmediatamente le prohibe seguir visitando a Linton, pero accede a invitarlo a la Granja de los Tordos. Capítulo 25 En este punto, Elena interrumpe su historia para explicarle a Lockwood la cronología: estos últimos eventos ocurrieron el invierno anterior, apenas un año atrás. Elena dice que nunca se le hubiera ocurrido que podría entrener a un extraño contándole la historia, aunque se pregunta cuánto tiempo seguirá siendo un extraño, especulando con que podría enamorarse de la joven y hermosa Catalina. Lockwood le confiesa que podría, pero que duda que su amor alguna vez sea correspondido. Además, le dice que los páramos no son su hogar, y que debe regresar pronto al mundo exterior. De todas formas, sigue cautivado por la historia, y le insiste a Elena en que continúe. Ella acepta. Eduardo le pregunta a Elena cómo es Linton, y ella le cuenta que es delicado y que tiene poco en común con su padre, por lo que Cati seguramente podrá controlarlo si se casan. Eduardo admite que está preocupado por lo que puede pasarle a Cati si él se muere. Con el avance de la primavera, Eduardo retoma sus caminatas, pero aunque la hija interpreta sus mejillas rosadas y ojos brillantes como signos de salud, Elena no está tan segura de que el hombre se sienta bien. Eduardo le escribe nuevamente a Linton, pidiéndole verlo. Sin embargo, el muchacho responde que su padre se niega a permitirle visitar la Granja, pero que espera verlo afuera alguna vez. También le comenta que le gustaría ver a Cati otra vez, y que su salud ha mejorado. Linton parece estar bien; no se queja de su precario estado de salud. Esto se debe a que Heathcliff edita cuidadosamente sus cartas. Finalmente, Eduardo accede a que Cati y Linton se encuentren en los páramos, bajo la supervisión de Elena. Eduardo desea que Cati se case con Linton para que no tenga que abandonar la Granja cuando él muera, pero no hubiera deseado esto mismo de haber sabido que Linton se está muriendo tan rápido como él. Capítulo 26 Cuando Catalina y Elena cabalgan para ver a Linton, el muchacho no está en el lugar acordado, sino que ellas tienen que acercarse bastante hacia Cumbres Borrascosas para encontrarlo. Aparenta estar frágil y débil, pero insiste en que su salud está mejorando. El joven no parece disfrutar de la charla, por lo que Cati decide irse. Linton le ruega, visiblemente nervioso, que se quede más tiempo. Cati acepta a medias, y su primo entra en una especie de letargo. De pronto, se despierta, aterrorizado por la inminente llegada de su padre. Al final de la visita, Catalina accede a encontrarse con Linton el jueves siguiente. En su camino a casa, Catalina y Elena manifiestan preocupación por la salud de Linton, pero deciden esperar hasta la próxima reunión antes de llegar a alguna conclusión. Capítulo 27 Una semana después, el estado de Eduardo es aún peor. Cati no quiere dejarlo, pero él alienta su relación con Linton, ya que espera que esto asegure el bienestar de su hija. Cati y Elena van hacia Cumbres Borrascosas. Cati está enojada por haber tenido que abandonar a su padre, y se disgusta por el nerviosismo de Linton y las abyectas manifestaciones de terror hacia su padre. Heathcliff aparece en la escena y le pregunta a Elena cuánto tiempo más vivirá Eduardo, ya que está preocupado de que Linton muera antes que él. Le ordena a su hijo que entre en la casa, pero el muchacho le insiste frenéticamente a Catalina en que lo acompañe. Ella no puede negarse, a pesar de la prohibición de Eduardo. Heathcliff fuerza a Elena a entrar también a la casa, para luego cerrar con llave la puerta. Cati protesta diciendo que quiere ir a su hogar a ver a su padre, y trata de quitarle la llave a Heathcliff, quien empieza a abofetearla. Elena interviene y Heathcliff la golpea en el pecho, por lo que la mujer se ve obligada a retroceder. Heathcliff le ordena a Catalina que se vaya con Linton y le aclara que, a partir del día siguiente, será su padre. Catalina corre y llora compungida en el regazo de Elena. Heathcliff se va de la habitación y Cati y Elena empiezan a buscar una salida, pero todas las puertas están cerradas con llave. Le preguntan a Linton qué pretende Heathcliff, y el muchacho aclara que quiere que los primos se casen. Heathcliff regresa, y le dice a la Granja está bastante vacía: Elena está en Cumbres Borrascosas y fue reemplazada por una mujer vieja. Lockwood visita Cumbres Borrascosas para liquidar los asuntos relacionados al alquiler con Heathcliff. Nota que hay flores creciendo en la vieja casa, y oye una apacible lección desde adentro. Cati, dulcemente, le está enseñando a leer a Hareton, quien ahora se viste de forma respetable. La lección es interrumpida con besos y palabras amables. Lockwood no quiere molestarlos y se dirige hacia la cocina, donde encuentra a Elena cantando y a José quejándose, como es habitual en él. Elena se pone contenta al ver a Lockwood, y le dice que debe acordar la renta con ella, que está actuando en lugar de Cati. Heathcliff lleva muerto tres meses. Elena le cuenta a Lockwood lo que sucedió en su ausencia. Unos días después de que Lockwood abandone la Granja la primavera anterior, Zillah renuncia a Cumbres Borrascosas y, para reemplazarla, Heathcliff convoca a Elena, que va alegremente para estar con la joven Catalina. Está feliz de ver a Cati, pero se entristece al notar que la personalidad de la muchacha es diferente. Un día que Cati, Elena y Hareton están sentados en la cocina, Cati le ofrece un libro a su primo, pero él lo rechaza. Lo deja cerca suyo, pero Hareton nunca lo toca. El muchacho está herido por un accidente de caza que tuvo en marzo, y como a Heathcliff no le gusta verlo, pasa mucho tiempo sentado en la cocina, donde Cati encuentra muchas razones para ir. Finalmente, sus esfuerzos por reconciliarse son exitosos y se hacen amigos. Así, el vínculo entre ellos es cada vez más íntimo y amoroso. Elena le dice a Lockwood que la unión de los primos representaría el coronamiento de todos sus deseos, y que el día de su boda no habrá mujer más feliz en Inglaterra. Capítulo 33 En el desayuno de la mañana siguiente, Elena cuenta que Cati y Heathcliff empezaron a discutir sobre la herencia de la joven y la de su primo. Un día, Heathcliff la sacude y casi la golpea, pero, mirándola a la cara, de repente la deja ir. Cuando se quedan solos Catalina y Hareton, Elena oye que el joven la reprende severamente por hablar mal de Heathcliff, sosteniendo que él siempre lo defenderá, ya que lo considera su padre. Cuando Heathcliff vuelve por la noche, observa una tierna escena entre Catalina y Hareton, que se parece sorprendentemente a su tía Catalina. Los echa de la habitación y le confiesa a Elena que no tiene más deseos de continuar con su venganza hacia la joven Catalina y Hareton, ya que perdió la motivación. Agrega también que se acerca un extraño cambio en su vida y que ya no tiene interés por la vida cotidiana. Le dice que siente que Hareton es una personificación de su juventud y que su parecido con Catalina lo espanta, aunque, a su vez, todo le recuerda a ella: la ve en cada árbol, en cada nube y en cada objeto, ya que el mundo entero es un espantoso recuerdo del hecho de que Catalina existió y también murió. Capítulo 34 Con el paso del tiempo, Heathcliff se vuelve cada vez más solitario, y empieza a comer menos hasta hacer una sola comida al día. Un día, Elena se da cuenta de que no estuvo en toda la noche y, cuando vuelve, le pide tener la casa solo para él. Ella le pregunta, preocupada, dónde pasó la noche. Heathcliff contesta que estuvo en el infierno, pero que ahora se encuentra en el umbral del cielo. Más tarde en su habitación, parece ver una aparición detrás de él y comunicarse con ella, aunque Elena no puede observar nada. El comportamiento de Heathcliff se vuelve cada vez más extraño: empieza a murmurar el nombre de Catalina, y le recuerda a Elena que cumpla con sus deseos en el entierro. Poco después, la mujer lo encuentra muerto en su habitación, con una sonrisa y mirada triunfal. Elena resalta que Hareton es el más perjudicado, y que llora toda la noche al lado del cuerpo con amarga sinceridad. Elena le cuenta a Lockwood que ya lo enterraron como él pidió, pero que la gente de la comarca jura haberlo visto. Incluso ella cuenta que hace un mes, yendo a la Granja, encontró a un hombre llorando que decía que allí estaban Heathcliff y una mujer, y que no se atrevía a pasar. Cuenta, también, que la joven Catalina y Hareton se casarán pronto, el día de Año Nuevo, y se mudarán a la Granja de los Tordos. En este instante, los jóvenes amantes regresan a la casa y Lockwood siente un deseo de irse. Apura su salida por la cocina, lanzando una moneda de oro a José. Antes de volver a la Granja, camina por los páramos hacia el cementerio, donde descubre las tumbas de Eduardo, Catalina y Heathcliff. Lockwood se pregunta cómo alguien puede imaginarse un sueño intranquilo para estas personas que yacen en una tierra tan calma.
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