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resúmenes cortos y rápidos, Esquemas y mapas conceptuales de Antropología

son resúmenes te temas como la obesidad , la muerte muerte materna ,cultura entre otros

Tipo: Esquemas y mapas conceptuales

2020/2021

Subido el 09/09/2021

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¡Descarga resúmenes cortos y rápidos y más Esquemas y mapas conceptuales en PDF de Antropología solo en Docsity! SERVICIOS DE SALUD CON CALIDAD INTERCULTURAL EN PUEBLOS AMERINDIOS YOLPAHTLI Procesos hioculturales en México: embarazo /parto / puerperio, sexualidad y muerte Dr. Humberto Villalobos Tonantzin 2-13 Unidad Independencia, México, D.F., C.P.10100 ,Tel (01-55) 56-59-06-55,Tel y Fax (01-55) 55 95 31 43 Derechos Reservados (C) 200303-2003-071712095000-01 Registro Público SEP - INDAUTOR SERVICIOS DE SALUD CON CALIDAD INTERCULTURAL EN PUEBLOS AMERINDIOS YOLPAHTLI 7. Procesos bioculturales en México: embarazo/parto/puerperio, sexualidad y muerte. Dr. Humberto Villalobos Dentro de las tres esferas que componen e identifican los humanos, la que corresponde a los aspectos biológicos y anatómicos toma especial relevancia cuando estudia y analiza desde el campo de la sociología y la antropología. Para poder descubrir dicha relevancia es necesario precisar que los humanos ocurren una serie de fenómenos que derivan directamente de las necesidades que establecen los procesos fisiológicos propios de todo ser vivo. Así pues, en condiciones normales, todo ser humano respira, estornuda, tose, come, eructa, defeca, se cansa, duerme, toma agua, orina, etc., empero, aunque todos estos actos son importantes para la vida y la salud de la persona, algunos de ellos toman particular importancia al interior de las diferentes sociedades, ya que de entre estos fenómenos biológicos serán algunos los que adquieren una mayor significación que otros. Los fenómenos biológicos derivados de las necesidades fisiológicas propias de todo ser vivo, en los humanos y al interior de las sociedades, pueden dividirse en dos grandes grupos: Primero, aquellos procesos biológicos que no son considerardos “trascendentes” por el grupo social. Segundo, aquellos procesos que sí son estimados como trascendentes. Lo anterior motiva la siguiente pregunta: ¿qué es lo que motiva que de entre todos los procesos biológicos que presenta la persona algunos tomen una particular significación y otros no? La respuesta a esta pregunta se relaciona con el hecho de que no todos los procesos biológicos propios de un sujeto, juegan el mismo papel en el terreno de lo social y lo cultural, v. g. toser-embarazarse. Por lo tanto debemos entender a los procesos bioculturales como aquellos relacionados a la morfología y la fisiología humanas, que son modificados por la cultura, sea por lo que respecta a su forma de expresión, como a la interpretación que de ellos hace alguna sociedad. Debe quedar claro el hecho de que aquellos procesos biológicos que tienen una gran significación para las personas son los que revisten una particular importancia en dos terrenos: Primero, son aquellos que sociológicamente coadyuvan a la cohesión del grupo social. Segundo, son aquellos que desde la perspectiva antropológica, son un medio eficaz para conformar y mantener la identidad de una persona así como de su grupo social. Lo anterior requiere un breve desarrollo. Por otra parte, suelen ser SERVICIOS DE SALUD CON CALIDAD INTERCULTURAL EN PUEBLOS AMERINDIOS YOLPAHTLI muerda al niño y tenga labio leporino. Cuando la luna desaparece al tiempo que nace el niño también suelen atarse un pedazo de comal a la cintura (1983: 124). Los tarahumaras, creen que la concepción se produce durante o inmediatamente después de la menstruación. En realidad, es sobre la base de esta creencia, que una mujer soltera que ha quedado preñada, acusa al culpable durante un proceso judicial. Ella sabe que el periodo menstrual corresponde al mes lunar. No se ponen limitaciones a la mujer durante su menstruación. La gestación dura doce meses. La mujer preñada se siente incomoda, sólo por la dificultad para caminar. Se continúan las relaciones sexuales hasta que el feto es ya muy grande y, en algunos casos, casi hasta el momento del alumbramiento. Se reanudan poco después del parto (Benett y Zingg, 1986: 367-369). Los huicholes tienen a la diosa Stuluwiákame, que es la que otorga hijos. Pero Nakawé (abuela crecimiento) ocupa también un importante lugar en esta función. Los huicholes entienden la fisiología de la procreación y consideran la concepción mágica, la cual los dioses embarazan a las mujeres mediante flores que ellas esconden en sus ropas (Zingg, 1982: 245). Los tojolabales creen que nueve meses es lo que dura un embarazo; algunas personas consideran que el embarazo dura más si el producto es masculino. De los tres primeros meses se piensa que son para que el producto se forme y desarrolle en una clara de huevo. Durante este tiempo se cree que el producto es solo un “puntito”. Durante el cuarto mes el producto empieza a tener “muestritas” de sus extremidades y para el sexto ya esta “entero” e incluso se diferencia su sexo y solo hasta entonces el niño adquiere su alma. También creen que durante toda su gestación el niño se nutre de los alimentos que consume la madre y se considera que sólo el maíz, materia formativa del primer hombre, contribuye directamente a la formación del cuerpo. Los productos sólidos como las tortillas y los tamales, constituirán la carne mientras que los líquidos como el pozol y el atole forman la sangre. El embarazo se considera un estado de calidad “caliente” por lo que la partera recomienda a la embarazada la suspensión de alimentos “fríos” tales como la piña, los cítricos, el aguacate, el queso, la carne, el cerdo, carnero y pescado, que pudieran amenazar la producción de leche. Mientras que recomendará consumir alimentos “calientes” del tipo de la avena, el pan, el chocolate, el huevo, el frijol y las galletas. Los peligros que amenazan al producto durante la gestación pueden ser “la coraja” y enojo, frecuente en “mujeres de carácter bravo”, la falta de cumplimiento de los antojos, SERVICIOS DE SALUD CON CALIDAD INTERCULTURAL EN PUEBLOS AMERINDIOS YOLPAHTLI que son deseos del niño, el “calor” desprendido por mujeres embarazadas, el frío que emana un muerto cercano a la casa o por acudir a un entierro, exponerse a los rayos de la luna y cuando la mujer embarazada sale en las noches de luna no debe alumbrarse con un palo de ocote ya que los dos polos de luz llamarían por rumbos opuestos a los ojos del pequeño provocándole estrabismo. La mujer en este estado no podrá depositar su cántaro de agua de cualquier manera como lo hacia antes dado que el cordel que sirve para cargar el cántaro debe ser estirado cuidadosamente, evitando que, por magia simpática, el propio cordón del niño se enrede en su cuello. Los productos que nacen con caracteres de sapo o cerdo, con huesos que simulan los de una ave así como parir una masa informe se interpreta como una clara muestra de que la madre fue víctima de brujería durante su embarazo (Ruz, 1982: 130-136). Parto Entre los nahuas del sur de Veracruz a los siete meses de embarazo las visitas a las parteras son cada ocho días. Cuando la mujer empieza a sentir dolores fuertes llaman de inmediato a la partera. Las mujeres se encomiendan a los santos y en especial a la Virgen del Carmen, abogada de las parturientas. La partera empieza a rezar sus oraciones mientras el marido y las abuelas hacen los preparativos. De manera muy similar a la de los zoque—popoluca del sur de Veracruz, la mujer da a luz hincada y el marido se pone enfrente de su esposa para que ella se apoye en sus hombros durante el parto. El marido no puede pararse hasta que nazca el niño. Para esto, se pone sobre el piso una cobija y una manta. Cuando el niño ha nacido, la partera reza algunas oraciones y corta el ombligo. Ésta se envuelve en algodón y se entierra en el panteón. El ombligo se corta a la medida de una cuarta, no se deja más grande porque se piensa que el niño no podrá casarse cuando sea grande, ya que de la medida que se corte el ombligo, repercutirá sobre el tamaño de su pene. Después de cortado el cordón umbilical se quema con un machete caliente y se pone en el muñón manteca de hueso de mamey (Múnch,1983: 124-125). En algunos pueblos del sur de Veracruz se acostumbra enterrar el cordón umbilical junto a la hoguera si la criatura es mujer, si es hombre se cuelga en un árbol hasta que se pudra. Esto se hace para simbolizar que el hombre debe salir a trabajar fuera y la mujer se quedará a trabajar en casa. En algunos otro pueblos prefieren tirar el ombligo al río, o bien ponerlo colgado en el tapanco de la casa, donde se conserva envuelto para que le llegue el humo. Entre los nahuas de Tatahuicapan, después del parto cortan el ombligo con un cuchillo sobre una mazorca de maíz, el ombligo después se entierra rociado con agua bendita, SERVICIOS DE SALUD CON CALIDAD INTERCULTURAL EN PUEBLOS AMERINDIOS YOLPAHTLI en una esquina de la casa. Las mazorcas se envuelven, se entierran 21 días en el piso de la casa. El día del nacimiento es muy importante porque da a las personas un signo bueno o malo. Las virtudes y defectos de las gentes dependen del día en que nacieron. Hay gentes que tienen facultades para lo sobrenatural según el signo del día en que nacieron. Durante el alumbramiento la partera da a tomar a la madre té de manzanilla con nuez moscada, romero, limón miel y aguardiente. Esto se hace para que se reconforte y arroje la placenta. Se dice que en la placenta o “guía” se percibe el número de hijos futuros que vendrán, su sexo y si serán gemelos. Esto puede constatarse según el número de “puntitos” que tiene la placenta. Algunas familias tienen la costumbre de poner encima del vientre de la madre una piedra caliente envuelta en hojas de higuerilla Entre los tarahumaras de Samachique, para “curar” a la mujer embarazada, * se prepara tesgúino y se sacrifica un animal. Se invita al doctor. El baile del dutubúri continua toda la noche y, por la mañana, se sirve comida y bebida en el patio. Después de comer, se sigue bailando por un rato más. La familia es curada, ya sea con el tubo chupador o con cruces marcadas con tesgúino. La parte principal de la cura consiste en pasar una antorcha encendida sobre la cabeza de cada miembro de la familia, y en quemarles un poco de pelo. Esto se hace para cortar el alambre invisible que mantiene al feto ligado al cielo. Hasta que no se * corte, el niño no puede nacer. Esta ceremonia sirve, además, para alejar los rayos y los huracanes. Es muy parecida a la fiesta que se celebra después del nacimiento. Cuando la mujer siente que se acerca el momento del parto, se dirige a un lugar oculto, ya sea sola o acompañada por su marido o una amiga, No existe ninguna comadrona autorizada. La mujer pare su hijo en posición de pie, sosteniéndose de una rama sobre la cabeza. El niño cae sobre un nido de hierba preparado de antemano. Durante el parto, se le da a beber a la mujer agua tibia cada tanto. La placenta es enterrada. Se cortan unos quince centímetros de largo del cordón umbilical, y se lo entierra para que el niño no sea tonto. El recién nacido es lavado y envuelto en una manta (Benett y Zingg,1986: 367-369). Cuando entre los huicholes se acerca el momento del parto, la mujer * va a una casa acompañada de la comadrona y allí pare al hijo. Si el parto es normal, el marido se queda esperando afuera y, en caso contrario, entra en la casa sólo si es un shamán, o cuando la madre corre peligro de muerte, lo que ocurre rara vez. “Me dijeron que en caso de que el marido sea shamán o no posea los conocimientos apropiados, debe llamarse a un shamán para que 'componga el estómago” de la mujer preñada, para que su hijo nazca bien. Al shamán le resulta fácil hacer esto, puesto que todo lo ve, como si ella fuese trasparente como una botella”, para decirlo con las palabras usadas por el shamán que me habló de esta costumbre. La mujer se ata apretadamente 10 SERVICIOS DE SALUD CON CALIDAD INTERCULTURAL EN PUEBLOS AMERINDIOS YOLPAHTLI sobre el individuo. Varias etapas de este proceso son conmemoradas mediante ritos de iniciación o pasaje que certifican al individuo su entrada a un nuevo grupo social. Los ritos de iniciación o pasaje (bautismo, confirmación, etc.) conmemoran un nuevo grado de participación social con el hombre o con los dioses. Así pues, el recién nacido es sagrado e intocable y no esta sujeto al contacto social común. Nada podría ser más obvio respecto de todo recién nacido y su madre, que el hecho de que están fuera del contacto social corriente. Los huicholes dicen de ellos, lo mismo que de una multitud de cosas sagradas, que son delicados, como realmente lo son. El estado o condición de sagrado (delicado) del niño es considerado en sentido ritualista, impuro entre los huicholes, y esta condición contagia a la madre. Esto no podría ser demostrado más claramente que por el hecho de que ninguno de los dos es bañado o lavado antes de pasados cinco días. Este estado de ritual y real suciedad se considera peligroso para los dos y para cualquiera que entre en contacto con ellos. Es particularmente peligroso para el shamán que quita esa condición o estado. Se dice que en los primeros tiempos, el shamán pedía “especial fuerza del Sol, puesto que la madre y el niño están delicados”. El shamán debía ayunar, lo cual podía perjudicarlo mucho, hasta que soñaba con el permiso para comer. Durante los cinco días de ritual y real impureza o suciedad, se realizan ciertos preparativos para hacer que la madre y el niño pasen de esa condición a otra de participación social más normal y el niño, a una relación con los dioses. Durante este periodo ritual, el padre ha fabricado flechas votivas, con ojos de dios colgados de ellas, que son los símbolos especiales para el bienestar del niño. Estas flechas son llevadas a las cuevas de la diosa del nacimiento Stuluwiákame o a las diosas de la fertilidad, Nakawé y Otuanáka. Si el padre ha emprendido un viaje de peyote recientemente, anticipándose a este nacimiento, no habrá olvidado traer una botella de agua bendita del “lugar donde nacen los niños”, la especial orada y santuario del Stuluwiákame. Mientras tanto, la comadrona hace los preparativos domésticos para la ceremonia, Se preparan cuencos de tamales, indispensables para toda ceremonia huichol, como alimentos para los dioses. Uno de ellos tiene la forma tosca de una cabeza humana. Se colocan los tamales sobre el altar de la casa de Dios y el padre los dedica, así como también a los demás avíos escupiendo ceremonialmente sobre ellos según la costumbre huichol. La magia del agua bendita, cuando es consagrada aún más por las ofrendas de alimentos para los dioses, es lo bastante poderosa para devolverle a la madre su status social normal. Y todavía es más eficaz cuando esto se acompaña con el canto SERVICIOS DE SALUD CON CALIDAD INTERCULTURAL EN PUEBLOS AMERINDIOS YOLPAHTLI de los correspondientes mitos por parte del shamán, si bien no siempre se hace así. El niño necesita de otro tratamiento ceremonial por medio del cual pierda su sagrada inmundicia: El ritual de otorgamiento de un nombre (Zingg, 1982: 246-248). Entre los tojolabales la puérpera será manejada por su me'xep y algunas mujeres reanudan sus labores al día siguiente del parto. Se bañan durante los tres primeros días en el temazcal acompañadas de la me“xep, quien le da masaje en el abdomen para reducir el tamaño del útero, y les frota enérgicamente los senos para propiciar la lactancia. El baño en el temazcal puede repetirse cada diez o quince días durante toda la lactancia, o reducirse a los tres primeros baños que para muchas mujeres comienza hasta los cuarenta días (Ruz, 1982: 130-136). Sexualidad Entre los nahuas del sur de Veracruz se pide la mano de la novia por medio de un embajador, el cual es un anciano que habla con los padres de la muchacha. El embajador recibe la respuesta y la lista de los gastos que tienen que hacer los padres del novio. Por lo general se piden: toros, cochinos, guajolotes, gallinas, azúcar, chile y arroz. Cuando no se ocupa un embajador, el trato lo hacen directamente los padres de los jóvenes. Se hacen cuatro o cinco visitas con regalos, primeramente se llevan pollos, cerveza, alcohol, en la última visita se entregan los toros y el dinero. En las visitas participan los padrinos de boda del muchacho. Estas visitas se vuelven grandes borracheras a donde se invita a muchas personas. Las bodas se acostumbran hacer los viernes, sábados o domingo, cuando no es necesario trabajar. En Sayula, un día antes de la boda se lleva el pedido a casa de la novia. El cochino y los pavos se adornan con flores de tulipán. Los integrantes de la comitiva llevan cargas de leña, pan, maíz, bolas de masa, velas, café y cigarros. La madrina de la novia recibe los regalos, cotejando con el embajador la lista del pedido. A esta ceremonia se le llama “la entrega”, al día siguiente se hace la boda. El día de la “entrega” se empiezan ha hacer los tamales de chile ancho, mole, el chocolate y se prepara todo lo que se va a ofrecer al día siguiente. Se nombran ayudantes para atender a los invitados. Hay varios jaraneros y bandas de música. Grandes cantidades de mujeres se dedican a hacer la comida, echan las tortillas y muelen el cacao. Los hombres matan los animales, acarrean leña y hacen arreglos para la fiesta. Los indios con más recursos económicos llevan conjuntos de música moderna. El padrino de boda, que fue el de bautizo del muchacho, contribuye con las bebidas y la comida. Su esposa o la madrina aporta el vestido de la novia. Los suegros del muchacho obsequian diferentes regalos para el arreglo de la casa, tiempo después de la boda. 12 SERVICIOS DE SALUD CON CALIDAD INTERCULTURAL EN PUEBLOS AMERINDIOS YOLPAHTLI La virginidad tiene mucha importancia. Por ejemplo, en Coacotla, al otro día de la boda la madrina certifica si la muchacha era señorita o no. Exhiben una sábana manchada con sangre para que todos se enteren. Se dan casos que cuando la joven no era señorita, el suegro la cambia de inmediato por otra de sus hijas, o de lo contrario tiene que devolver todos los gastos que ocasiona la fiesta. Esto acarrea numerosos conflictos porque los médicos municipales venden certificados falsos de virginidad. El adulterio está severamente sancionado y acarrea numerosos problemas sociales. Hasta hace unos años se tenía por tradición matar a la esposa y al amante. El adulterio es fuente de luchas desastrosas entre parientes sobre todo en las rancherías donde los pleitos por mujeres son terribles, originan numerosas muertes y venganzas. La infidelidad es motivo de separación y oficialmente del divorcio. Muchos hombres abandonan a sus mujeres cuando se contaminan con las costumbres de las ciudades. Se tiene por norma que el cónyuge que pide el divorcio tiene que dar dinero, se dividen los hijos por sexo, la madre se lleva a las niñas y el padre a los varones. La mayoría de las mujeres por no abandonar a sus hijos consienten en que su marido traiga otra mujer al terreno de la familia, donde se hacen casas diferentes para que vivan las dos. La poligamia está socialmente aceptada, pueden tenerse varias mujeres, incluso hermanas, siempre y cuando no tengan compromisos anteriores que puedan ser objeto de pleitos. Aunque la poligamia es aceptada socialmente hay ciertas críticas por los matrimonios monógamos. Los viejos que ya no pueden trabajar y tienen dinero, compran muchachas jóvenes, con quienes tienen hijos, para que les ayuden en las faenas agrícolas. En tierra nueva para 1983, 15 de 86 jefes de familia, tenían más de una esposa y el promedio de hijos era de 10 a 15 por familia. Hay casos de quienes tienen siete mujeres, las cuales se encargan del hogar, el campo o pequeños negocios. Cuando el hombre es casado, los padres venden a su hijas. La poligamia encuentra su origen en el aprovechamiento de la fuerza de trabajo para la producción de bienes y servicios que se consumen en el hogar. El papel de la mujer es muy importante en las faenas del campo, ya que sustituye a los peones asalariados. La primera mujer es considerada la legítima y las demás como naturales. Cada una de ellas tiene su casa en el solar familiar, donde conviven compartiendo las labores del trabajo. La primera mujer dirige a las más jóvenes, quienes se encargan de trabajo fuerte. El hombre va a las fiestas con sus mujeres, llevan dos anillos en la mano, simbolizando que tienen dos mujeres, Los mestizos se han aprovechado de esta costumbre para poner varios negocios con sus esposas en diferentes lugares. Entre los mestizos la polígama acarrea como consecuencia la explotación comercial del trabajo de la mujer. SERVICIOS DE SALUD CON CALIDAD INTERCULTURAL EN PUEBLOS AMERINDIOS YOLPAHTLI de ebriedad existe una gran promiscuidad y ven con indiferencia adulterios, incestos y violaciones, siempre que sea entre gente de su raza; pero si un blanco abusa en estas circunstancias de una mujer, paga con la vida su audacia (Basauri, 1990: 297— 300). Entre los huicholes los hombres adultos son quienes poseen a las mujeres ya sea como esposas o como concubinas. Si bien la moral poco estricta que predomina, favorece al adolescente, las intrigas y los amoríos clandestinos en el barranco no simplifican sus problemas. Deben transcurrir algunos años antes de que el jovencito pueda lograr la seguridad y simplicidad de una esposa propia y asumir las serias responsabilidades de fundar su propia familia y cultivar sus propias milpas. Mientras tanto, bebe demasiado en las fiestas involucrándose en peleas. Los huicholes no constituyen una tribu puritana por lo que sus amoríos son en gran medida sexuales y no pasan del plano físico. Los mitos no ponen de manifiesto ningún lirismo o romanticismo amoroso, aunque de vez en cuando trasmiten sentimientos fuertes y sinceros. Las muchachitas huicholas son bonitas, graciosas, amables y afectuosas incluso en público. Son recatadas y rara vez se les ve ir a buscar agua al arroyo solas, sino que van poderosamente acompañadas de otras chicas. En caso de ir solas, se cuidan de no ser vistas. En la casa o en las ceremonias, trabajan con las mujeres mayores y se entregan afanosamente a la tarea de moler el maíz en su metate. Según Zingg cuando la fiesta que culmina en las ceremonias se convierte en una camorra de borrachos, cuidadosamente eluden los sectores más obscenos de los festejos (1982: 259-261). Según C. Lumholtz en una tribu tan “voluptuosa” como la de los huicholes, , las muchachitas muy pronto inician su experiencia sexual y ni la familia ni la comunidad se escandalizan por ello. La observación, de que los padres no vigilan a sus hijos es exacta. Por lo general los padres se emborrachan demasiado en las fiestas como para estar en condiciones de cuidar a los hijos. Esa salvaje confusión de borrachos en que se convierten todas las fiestas, proporciona abundantes oportunidades para el ardiente cortejo a sólo unos metros de distancia del centro de los festejos. Resulta evidente, a partir de la información y de los mitos, que la mayoría de las mujeres son seducidas estando borrachas. Apenas pasada la pubertad, la joven se convierte en concubina de un hombre ya mayor o en la esposa de uno más joven. En el cortejo, los hombres jóvenes toman la iniciativa, y uno de los mitos habla de un muchachito que, para cortejar a su elegida se pintó el pene. La afirmación de C. Lumholtz de que a una edad más madura la mujer busca al hombre, parece bastante 16 SERVICIOS DE SALUD CON CALIDAD INTERCULTURAL EN PUEBLOS AMERINDIOS YOLPAHTLI probable. En el mito de Santiago, se habla de una mujer que le arrojó piedras a un hombre para atraer su atención y que le compró vino para emborracharlo. C. Lumholtz menciona que en le cortejo se intercambian regalos lo cual es confirmado por incidentes que aparecen en la mitología. Para Miguel Palafox el particular comportamiento sexual que presentan los huicholes está determinado por la forma en como se organiza la producción y la familia. Así pues, son estos dos hechos los que permiten que entre estos indios exista la poligamia, en donde el número de esposas solo queda delimitado por la cantidad de maíz que pueda cosechar el varón para sostenerlas. No menos frecuente es el incesto en donde los hermanos, sin mayor problema pueden contraer matrimonio. Menos frecuente, pero no raro, es el hecho de que el padre tome como esposa a la hija y en algunos pocos casos más, también se toma hasta a la suegra. Este comportamiento sexual ante la moral occidental orientaría a considerar comportamientos promiscuos. No menos importante es el hecho que la mujer huichola pueda iniciar su vida sexual desde los diez años con un hombre mucho mayor que ella (que puede ser su padre) y esto tomar la figura ante nuestros ojos de paidofilia. Es común entre los huicholes que los hombres en el campo tengan relaciones sexuales con animales como las ovejas y burras, lo cual para los mestizos ser un comportamiento zoofílico. Son muchos oros comportamientos en este terreno de lo sexual que pudieran presentarse, pero más importante que hacer una larga enumeración que lleve solo a cuestionar si existe la moral o no en este grupo, es más conveniente establecer, de manera general, la causa que explica dicho comportamiento (1995: 149-184). Para Palafox, el hecho de que la mayoría de los huicholes vivan en rancherías establece que por largos periodos de tiempo una familia huichol no tenga contacto con persona alguna, es decir, que durante periodos prolongados de tiempo se vive en el aislamiento total, tiempo en el cual no solo los hijos crecen y sienten las demandas propias de su sexo sino que además también se establece la necesidad de una descendencia familiar que ayude tanto a los quehaceres del campo como a los de la casa. Ahora bien, la única manera en como estas dos necesidades pueden resolverse son: Primero, que los hijos, mujeres y hombres, adquieran un compromiso con mujeres u hombres jóvenes de otras familias durante los días de plaza o de fiestas comunales que esporádicamente se realizan a lo largo del año. Segundo, de no suceder lo anterior, los matrimonios se realizan al interior de la familia, esto es, entere hermano y hermana o entre hija y padre. De esta manera los jóvenes se tranquilizan, sexualmente hablando, y se obtienen los nuevos integrantes de la familia que se requiere. De no realizarse este segundo camino muchos grupos familiares simplemente se habrían extinguido. SERVICIOS DE SALUD CON CALIDAD INTERCULTURAL EN PUEBLOS AMERINDIOS YOLPAHTLI No debe olvidarse que las muchas horas de soledad que vive el indio, cuidando sus animales o trabajando en el campo lo lleva a que por imitación (sobre todo si es muy joven) o por simple pasatiempo (si es adulto) favorece que tengan relaciones coitales con sus animales. Entre los nahuas del sur de Veracruz, cuando alguien esta en agonía se cree que el alma empieza a recorrer todos los lugares por donde anduvo el individuo durante su vida. Cuando pasan cosas raras, cuando hay sucesos inexplicables, ruidos o se caen solas las cosas, se dice que alguien anda “recogiendo sus pasos”. Cualquier hombre cuando va a un lugar desconocido, debe volver otra vez para conocer bien el camino, de otra forma la agonía puede ser prolongada. Se debe saber llagar a los lugares para “recoger sus pasos” y encontrar el eterno descanso. Se dice que las estrellas fugaces son almas de agonizantes que persigue un brujo para devorarlas. No debe uno señalarlas, para que puedan huir al mar sin ser vistas, donde logran salvarse de sus perseguidores. Cuando muere una persona se avisa a la gente, se buscan dos viejos de la familia para que le quiten la ropa al muerto, lo bañen y lo vistan con ropa blanca. Los viejos tienden al difunto en el piso y le ponen una cruz de cedro en el pecho. Entre los nahuas se acostumbra amarrar en la cabeza del muerto una cinta roja, en los pies se prenden con un alfiler un listón rojo y otro blanco, los cuales simbolizan el oriente y el norte respectivamente. En los casos de asesinato se amarra a los pies del muerto una prenda del asesino, con el fin de que el difunto lo encuentre fácilmente, no pueda huir, sea capturado y también muera. Le cierran al cadáver los ojos y la boca. En ocasiones, se ponen monedas sobre los ojos del muerto, para que no pueda llevarse a sus familiares, en el caso de que pudieran abrirlos. La familia se lamenta con fuertes gritos, y se culpa a los brujos de la muerte de alguien. En las rancherías se buscan viejos que sepan rezar y en los pueblos grandes a los rezanderos de oficio. En la iglesia empiezan a tocar las campanas de manera especial para anunciar el duelo. También se manda avisar a las autoridades municipales para que levanten el acta de defunción y otorguen el terreno en el panteón. Se manda hacer una caja de cedro para el difunto. Junto al muerto se ponen todos sus objetos personales con los que trabaja, como machetes, arco, flechas, martillo, serrucho, cepillo, atarraya, frenos de caballo, etcétera. Cuarenta días después o al “cabo de año” todos estos objetos se arrojan en las barrancas o en los ríos. Los objetos valiosos no se tiran, únicamente se sahúman. Para el velorio se matan pollos para el caldo, se hacen tamales, tortillas y café para ofrecer a los parientes y amigos que vienen a ayudar. También se ofrece aguardiente y tabaco. El velorio dura un día, durante el rezo se prenden siete velas, se dicen cantos y alabanzas a Dios para el eterno descanso del difunto. De manera muy 20 SERVICIOS DE SALUD CON CALIDAD INTERCULTURAL EN PUEBLOS AMERINDIOS YOLPAHTLI puede convertirse en algún animal, especialmente coyote o lobo y venir a perjudicar alos vivos comiéndose las gallinas o el ganado. Existe gran temor hacia los muertos, pues aunque no vuelvan en la forma indicada, pueden causar maleficios, enfermedades, etc., para hacer que sus familiares o amigos mueran también y vayan a reunirse con ellos. Por este motivo, generalmente los familiares abandonan la casa en que acaeció la muerte y en algunas ocasiones hasta la destruyen. En cuanto muere un indio se presenta el ouerúame (sic) (médico y hechicero) y dirige la palabra al cadáver, recomendándole que se vaya tranquilo y no vuelva a molestar a los que aún permanecen en la tierra, prometiéndole que se le proveerá de todo lo necesario para su viaje al cielo. A las veinticuatro horas dan sepultura al cadáver en el cementerio del municipio o en una cueva; dentro de la tumba colocan la cobija, la ropa y las armas del muerto; además, un poco de pinole envuelto en un trapo y una hueja para que en ella prepare su pinole durante el trayecto y toma agua en los ríos que encuentre en el camino. Una vez terminado el entierro, todos se retiran sin más ceremonia en ese momento. Cuando el entierro se verifica en el cementerio, la fosa y demás detalles son iguales a los acostumbrados por los mestizos (antiguamente todos los tarahumaras hacían los entierros en cuevas); trasladan el cadáver envuelto en una cobija y, amarrándolo, hacen con él un bulto que suspenden con cuerda, de los dos extremos y del centro, a un madero lo suficientemente largo para que los extremos puedan apoyarse en los hombros de dos indios que tienen que transportarlo en esta forma, de la casa al sitio destinado para el entierro. Algunos acostumbran colocar el cadáver acostado sobre la espalda, dentro de la cueva, rodeándolo de ramas espinosas para que no se acerque algún animal a devóralo o a comerse el pinole. Otros practican dentro de dicha cueva una fosa de 30 a 40 centímetros de profundidad, y en ella entierran el cadáver, cubriéndolo con una capa de ramas de pinos; sobre ésta extienden tierra, después piedras y por último, otra capa de tierra. Ponen el cadáver, tanto en la cueva como en la fosa, con la cabeza hacia el oriente y los pies con dirección al occidente. Tres días después de que expiró un hombre y cuatro cuando se trata de una mujer, extienden dentro de la casa y en el sitio en que solía acostarse en vida, un cuero de toro curtido, y sobre él colocan varios cajetes con carne cocida. En este momento el ouerúame habla del muerto insistiendo, como lo hizo ante el cadáver, en que no vuelva y ofreciéndole los comestibles expuestos. Cierra la casa durante una noche. Todos los presentes consumen alimentos y tesgúino, llevando, además, gran provisión de esta bebida, con la que se embriagan durante uno o dos días. Agotado el tesgúino se retiran, y muchas veces abandonan por un año, o para siempre, la casa. SERVICIOS DE SALUD CON CALIDAD INTERCULTURAL EN PUEBLOS AMERINDIOS YOLPAHTLI Cuando no están seguros de que el alma del muerto haya abandonado la tierra, por haberse notado la aparición de enfermedades entre sus parientes o con insistencia un lobo o un coyote se haya rogado las gallinas o le ganado, esperan el transcurso de un año desde la muerte y practican una ceremonia que llaman iniuaame (significa volar) para ayudar u obligar al alma errante a que “vuele” en definitiva al cielo. Para esto llaman al ouerúame y arreglan de antemano dos casas que se encuentren cercanas para que en ellas se desarrolle la ceremonia en la forma siguiente. En el interior de cada una de estas casas, colocan dos grandes ollas llenas con tesgúino, separadas una de otra por una distancia de un metro; a sus lados clavan unas cruces de madera de pino y frente a éstas depositan un montón de cenizas de encino y unas teas encendidas, las que remueven cada vez que se consumen. En la primera casa y entre las ollas, se sienta el vuerúame, y a su derecha e izquierda tres hombres y tres mujeres, respectivamente, distribuidos en la misma forma que las anteriores, cuando se trata del alma de un hombre, y cuatro personas de cada sexo si es de una mujer. El resto de los concurrentes, muy numerosos en general y atraídos por el tesgúino principalmente, llenan por completo la casa, y muchos otros que no encuentran sitio en el interior tienen que permanecer fuera de ella. Una vez instalados, uno de los tres hombres sentado junto al vuerúame, ofrece una hueja llena de tesgúino, que extrae de la olla cercana, a la primera mujer que se encuentre al otro lado del sacerdote, y ésta, a su vez, ofrece otra a su vecino, con lo que se verifica un cambio. Si la ceremonia fuera en honor de una mujer, entonces toca a una persona de este sexo iniciar el ofrecimiento del tesgúino. A continuación, los demás hombres y mujeres sentados a los lados del ouerúame, cambian entre sí huejas de tesgúino e invitan a todos los presentes; pero hombres y mujeres deben acercarse por el lado en que se encuentran las personas de su mismo sexo, y para tomar la hueja de tesgúino se arrodillan frente al ouerúame, quien hace sobre la cabeza del solicitante la señal de la cruz con una ramita de pino empapada en tesgúino. Al retirarse toman un puñado de ceniza de la que se encuentra frente a las olas para arrojarla fuera de la casa. Al agotarse el contenido de las ollas abandonan la casa en que han estado y se dirigen a la segunda, alumbrándose con antorchas. Encabeza la procesión el ouerúame y los siguen a la derecha los hombres y a la izquierda las mujeres. Durante el trayecto van bailando, cantando y haciendo evoluciones en la marcha, pues las columnas de hombres al caminar dan vueltas alrededor del sacerdote, y las mujeres hacen lo propio en sentido contrario del que lo hicieron los hombres, sujetando el paso, que es acelerado, al compás del canto. Al llegar a la segunda casa, se instalan en la misma forma que en la anterior e ingieren el tesgúino con las mismas formalidades que lo hicieron la primera vez, 21 22 SERVICIOS DE SALUD CON CALIDAD INTERCULTURAL EN PUEBLOS AMERINDIOS YOLPAHTLI consumiendo, además, abundantes provisiones de alimentos que ya tienen preparados en esta segunda casa, como ofrenda al muerto. Terminado esto, generalmente al amanecer, salen todos de igual manera que para ir de una casa a otra; pero llevan, además, las cruces que tenían colocadas junto a las ollas, con objeto de enterrar éstas en representación del muerto. Hay que advertir que los tarahumaras usan con frecuencia las cruces de madera en sus ceremonias, bailes, etc., pero esas cruces representan al hombre vivo o muerto y no se refiere a la cruz cristiana. Hecho el entierro de las cruces se disuelve la comitiva, y sólo en algunas ocasiones quedan bailando allí por varias horas los matachines contratados al efecto. La ceremonia comienza al oscurecer, iniciándose, como se ha dicho, en la primera casa, y debe terminar a la salida del sol del siguiente día, con el entierro de las cruces. En ocasiones, además de todas las prácticas que hemos descrito, y para hacer más efectivo y rápido el paso del alma de la tierra al cielo, acostumbran tomar entre cuatro personas, cada una de un extremo, una cobija extendida, la que sacuden fuertemente y la elevan sin soltarla, hasta sobre sus cabezas, pronunciando a gritos la palabra rihuimo, que significa honrar de abajo a arriba (Basauri, 1990: 274-278). Tanto los huicholes como los tarahumaras consideran que sus ceremonias de muertos son ritos de iniciación o pasaje. Tal como lo señalara C. Lumholtz respecto a los tarahumaras, el propósito de la ceremonia es conseguir que la persona se marche al otro mundo. Cuando ayudadas por las ceremonias apropiadas, las almas de los difuntos llegaran al Más Allá, ya no pueden retornar para perjudicar a los vivos o sus propiedades. Es por ello que se realzan las ceremonias, tal como lo dicen los propios indios con la mayor franqueza. Se trata de una poderosa motivación, ya que mediante estos ritos de pasaje o iniciación, los descendientes y todas las demás personas se liberan de ese tremendo temor hacia los muertos, que en general esclaviza la mente primitiva. Nada podría demostrar más claramente que la ceremonia huichol de la muerte es un rito de iniciación o pasaje que el hecho de que no sólo se despacha al alma del difunto al otro mundo, sino que además se clausura el camino con ramas espinosas para que no puedan retornar. Las ramas utilizadas pertenecen a un cactus llamado tusú, que es muy espinoso. También se lo quema y las cenizas son utilizadas para tiznar los pies y el rostro del cadáver para que el alma no retorne. Igual que en todo el mundo primitivo, también entre los huicholes los cuerpos de los muertos son sagrados, ritualmente impuros, intocables y, por consiguiente están fuera del reinado del contacto común tanto en sentido físico como social. Este estado SERVICIOS DE SALUD CON CALIDAD INTERCULTURAL EN PUEBLOS AMERINDIOS YOLPAHTLI día del deceso se alimenta excepcionalmente al perro de la casa pues este es el psicopompo que permitirá al difunto atravesar el río de los muertos. Según la lógica mortuoria de los otomíes, el mundo sigue estado estrechamente vinculado al mundo de los vivos; se amarra entonces un hilo a los cabellos del difunto, que cuelga a lo largo del cuerpo y sobresale del ataúd o bien se ata un hilo rojo a la muñeca del difundo. Es por éste que la Virgen se llevará al muerto. El ceñidor mortuorio de palma que porta el cadáver desempañe la misma función. En algunas comunidades se representa al difunto con los rasgos de un gran personaje en papel recortado (Galinier, 1990: 209-211). Síntesis Los anteriores ejemplos permiten considerar que uno de los procesos biológicos de mayor trascendencia para toda sociedad es el que corresponde a la reproducción humana, embarazo, parto y puerperio, dada su trascendencia este proceso biocultural se encuentra ricamente diversificado tanto en lo simbólico como en lo mítico—ritual así como en su institucionalización. Por otro lado, comprender el comportamiento sexual de los grupos indios implica la necesidad de entender las relaciones económicas sobre las cuales descansa su existencia. Así se tiene que la sexualidad es diferente entre aquellos grupos indios que viven en poblados que en aquellos que viven en rancherías y es sobre este ultimo de donde se parte para presentar diferentes formas de comportamiento sexual que se diferencian radicalmente de los patrones de comportamiento sexual que se tienen en las sociedades industrializadas. Al igual que los tres procesos bioculturales anteriores, la muerte es antes que nada una relación social, esto es, la muerte de la persona no es como la muerte de un animal en su medio ambiente ya que en los primeros este proceso biológico, el último de todos, lleva a que se expresen una serie de mitos y ritos por medio de los cuales se establecen una serie de vínculos entre los familiares así como con la sociedad, que permiten reforzar tanto la armonía social como la identidad de los sujetos al compartir y participar de sus creencias y prácticas. Para finalizar solo resta puntualizar algunas conclusiones: 1. El fenómeno biológico inicia su socialización y culturalización en el mismo momento en que tiene un gran significado para la vida de la persona así como para la comunidad. 25 26 SERVICIOS DE SALUD CON CALIDAD INTERCULTURAL EN PUEBLOS AMERINDIOS YOLPAHTLI 2. La socialización y culturalización de los fenómenos biológico trascendentales se estructura sobre la base del sistema de signos, significados, significantes y símbolos que una determinada sociedad le da a dichos procesos biológicos. 3. Los fenómenos biológicos trascendentales en su dimensión social y cultural se reproducen sobre la base del sistema mítico—ritual del grupo. 4. La socialización y culturalización del fenómeno biológico se sostiene sobre la base de la institucionalización que la sociedad ha estructurado como lo normal de dichos fenómenos biológico. 5. Romper con los parámetros marcados como normales en torno al fenómeno biológico implica salirse de lo normal, esto es, romper tanto con la institución social, los mitos y ritos propios del fenómeno biológico así como con el sistema de signos y símbolos estructurados al interior de un grupo. 6. Todo lo anterior permite sostener que en la medida en que el sujeto cumpla con lo marcado por las pautas de su sociedad en torno a cómo deben serestos fenómenos biológicos, se ve a sí mismo y por los demás como miembro aceptado de la sociedad y por lo tanto esta identificado y tiene identidad. Pero si se rompe, con las pautas sociales, sobre estos procesos el sujeto no solo es rechazado, sino que se verá como un sujeto desviacionista de las normas sociales, y peligroso para esta, por lo tanto, en este rechazo encuentra la perdida de su identidad. Son muchos los puntos que aún quedan en el tintero, son muchos los conceptos que aún hacen falta desarrollar para poder ubicar la importancia que tiene el proceso de socialización y culturización de los procesos bioculturales trascendentales; por lo pronto solo hay espacio para dejar claro que en el momento en que se presenta ésta información al lector este podrán ubicarse muchos otros ejemplos que muestran una serie de creencias y prácticas propias de los pueblos indios que al ser desconocidas por el médico académico se sientan las bases para que se establezca una barrera entre lo que se indica por el profesional de la salud y lo que hace el paciente. SERVICIOS DE SALUD CON CALIDAD INTERCULTURAL EN PUEBLOS AMERINDIOS YOLPAHTLI Bibliografía Basauri, Carlos, La población indígena de México, Tomo 1, Instituto Nacional Indigenista — CONACULTA, México, 1990. Benett, Wendell y Zingg, Robert, Los tarahumaras, Instituto Nacional Indigenista — SEP, México, 1986. Galinier, Jaccques, La mitad del mundo, Universidad Nacional Autónoma de México — Instituto Nacional Indigenista, México, 1990. Múnch, Guido, Etnología del Istmo Veracruzano, Instituto de Investigaciones Antropológicas (UNAM), México, 1983. Palafox Vargas, Miguel, Violencia, droga y sexo entre los huicholes, Col Divulgación, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, 1985. Ruz, Mario Humberto, Los legítimos hombres. Volumen !l, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1992. Zingg, Robert M, Los Huicholes, Clásicos de la antropología social. Núm. 12, Instituto Nacional Indigenista, México, 1982. 27
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