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Resúmenes, La vida es sueño, Resúmenes de Lengua y Literatura

La obra de Calderón y la llamada “Comedia nueva” Los diversos planos de la obra: metafísico, teológico, moral. Ambigüedad del concepto de sueño Educación y carácter de Segismundo. Perfil de Basilio Coincidencias y divergencias de las respectivas peripecias de Segismundo y Rosaura El ideario político calderoniano y su reflejo en la obra Caracterización de los dos principales espacios simbólicos: la cárcel y el palacio. Otros personajes: Clotaldo, Astolfo, Estrella, Clarín Polimetría de La vida es

Tipo: Resúmenes

2022/2023

Subido el 27/01/2023

Marcrs865
Marcrs865 🇪🇸

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¡Descarga Resúmenes, La vida es sueño y más Resúmenes en PDF de Lengua y Literatura solo en Docsity! Pedr Calderó d l Barc, L vid e sueñ La obra de Calderón y la llamada “Comedia nueva” Calderón, igual que otros dramaturgos del siglo XVII, parte de la obra de Lope. Sin embargo, el teatro de Calderón podríamos incluirlo en un segundo ciclo teatral barroco (tras el de Lope que es una forma de escribir más “libre”), que supone una manera de escribir más cerrada, más preocupada por la ordenación técnica de los materiales dramáticos. No obstante, ambas maneras de escribir coexisten a mediado de siglo y parten del sistema dramático inventado por Lope, como se ha dicho. Así, se considera a Calderón la culminación del género teatral aurisecular, de la comedia nueva de Lope, de un sistema que queda construido de una vez y para siempre y que, supone la creación del “drama nacional”. Cuando Calderón impone su dominio en los años 20, Tirso de Molina y otros autores han dejado de escribir teatro y Lope frena sensiblemente su producción. Se abre, pues, una segunda fase de la comedia en la que los elementos heredados y nuevas invenciones alcanzarán con Calderón su forma más característica. De esta manera, nuestro autor se encuentra un sistema teatral que ofrece gran libertad de elección, una tradición que asume y que, según se ha comentado, lleva a su culminación. De hecho, se podría decir que lo que se denominaría instinto e inspiración en la dramaturgia de Lope, es lógica y conciencia en la de Calderón. Este somete la tradición teatral que recibe a un orden lógico cuyos elementos constitutivos son: claridad en el planteamiento, el desarrollo y la solución de conflictos; uso de antítesis y paralelismos en el desarrollo de la acciones dramáticas; agrupación jerárquica de los personajes en torno a un personaje clave, formando, generalmente, parejas complementarias o antitéticas; sistematización ideológica de los motivos y sentimientos básicos de la comedia (los asuntos se van a llevar a un plano ideológico, moral, a veces). El predominio del protagonista, al cual se subordinan acción y personajes, hace que confiera mayor importancia su conflicto interior, que se expresa por medio del monólogo (o los apartes). Ese monólogo no es lírico, que sirve de vehículo del sentimiento, como en Lope, sino que explicita la dialéctica interior del personaje, el tenso debate de valores contrarios enfrentados en su alma. Dicha dialéctica esconde detrás la problemática de la existencia del hombre en el mundo. Así, no aparecen esas acciones paralelas que propugnaba Lope en su Comedia nueva sino que se tiende a reducir la trama a una. Por lo que respecta a la unidad de lugar, muchas veces, como Lope, rompe con ella, pero tiende a limitar los espacios (tenemos básicamente dos: el torreón y el palacio). Por último, en lo que a la unidad de tiempo se refiere, Lope amplío el tiempo de la obra a 3 días. Así, nuestro autor también desarrolla la acciòn de sus obras en pocos días y, a veces, en pocas horas. Además, encontramos en los dramas trágicos de Calderón otro tratamiento del tiempo que es el anuncio del futuro por medio de la profecía y el sueño, como veremos con La vida es sueño. Por otro lado, sí sigue a Lope con su idea de que a cada situación le corresponde un tipo de estrofa, o con el hecho de que los personajes deben 1 mantener el decoro (lenguaje de acuerdo con su situación social), con la mezcla de lo trágico y lo cómico y con el uso de la figura del gracioso. Por tanto, en esencia nos encontramos con el drama de Lope, aunque esquematizado, pues partimos de la simplificación de la trama y de la marcha del asunto, en el fondo, como en esa primera época de nuestro teatro del XVII. Los diversos planos de la obra: metafísico, teológico, moral. La vida es sueño es un drama filosófico. La metafísica es una “parte de la filosofía que trata del ser en cuanto tal, y de sus propiedades, principios y causas primeras” (DRAE). Este es uno de los asuntos de la obra, pues se cuestiona la vida y la confusión de esta con los sueños, el hecho de que pocas veces seamos conscientes de nuestra existencia, de nuestro vivir. El plano metafísico va íntimamente ligado al teológico, pues siguiendo la ideología católica de la época, nuestro autor plantea el enfrentamiento entre el destino y el albedrío, la libertad para forjarse un futuro, frente al hecho dramático de observar el cumplimiento de un hecho preestablecido. Y, siguiendo ideología de la época, la obra resuelve inclinarse por el libre albedrío, de manera que el individuo pueda forjar su destino con un margen de libertad y ayudado por la gracia divina. No obstante, ese margen de libertad introduce la posibilidad del caos y de la desarmonía, al abrir la puerta de las pasiones, según vemos en la manera de actuar de Segismundo en el segundo acto, quien, cuando se ve libre, al principio da libertad a sus pasiones, que no controla con la razón. Este hecho hace que lo vuelvan a encerrar en la torre y comience su meditación sobre la ya citada confusión de vida y sueño. Esto, a su vez, le llevará a rectificar en su manera de actuar, de forma que vencerá sus pasiones y ocupará el lugar que su padre, Basilio, le había arrebatado: el de rey. Asimismo, cabe añadir que Calderón como católico cree que hay vida después de la muerte, pero el hombre puede llegar al concepto de la vida ultraterrena solo porque sabe que hay dos vidas y que para llegar a la otra, hay que actuar según la moral cristiana en esta. Esto nos lleva al plano moral: el hombre debe ser prudente, aprender de sus errores y enfrentarse a su destino. Segismundo aprende de su experiencia en palacio de forma que en su segunda oportunidad, tras muchas dudas, cuando se alza en guerra contra su propio padre, termina venciendo su pasiones y errores y sigue el camino de la razón y la prudencia. Frente a él, encontramos al conformista Clarín, quien en la misma guerra, se esconde para sobrevivir y en su escondite le alcanza la muerte. Por lo tanto, no se puede huir del destino, hay que enfrentarse a él, como Segismundo, para salir vencedor. Ambigüedad del concepto de sueño Realmente el concepto de “sueño” en la obra es ambiguo y podemos analizarlo desde varios planos, que se relacionan entre sí estrechamente. Parte Calderón de una tradición que conoce bien: Platón (el mito de la caverna), la filosofía estoica, la literatura bíblica y la ascética tradicional cristiana pero su fuente inmediata es el desengaño característico del siglo XVII, que desenmascara las apariencias con las que se cubre la auténtica realidad. Este tema va unido al de la vida como teatro o representación: el mundo es como un gran escenario en el que cada personaje tiene un papel que desempeñar. Dicho papel hay que llevarlo a cabo teniendo conciencia de la ficción que es la vida, de forma que se desempeñe bien, como hace al final 2 totalmente relacionado hasta tal punto que la solución de la deshonra de Rosaura depende del triunfo de Segismundo. Hay más puntos comunes entre ellos, pues ambos han sido abandonados por sus padres, que además son inseparables: el rey de Polonia y su fiel consejero, ya que Basilio encerró a su hijo desde su nacimiento y Clotaldo abandonó a su hija en Moscovia. Ambos, asimismo, intentan restaurar el honor de sus hijos introduciéndolos en la corte y fracasan (el experimento de gobierno de Segismundo y cuando coloca Clotaldo a Rosaura como dama de Estrella vestida de mujer). Por esa razón, ambos deben seguir caminos individuales, sin la ayuda de sus padres, para restaurar su honor y lo consiguen cuando sus sendas se unen. Rosaura ayuda en este proceso a Segismundo, ya que ella representa la luz frente a la oscuridad de su prisión y de su razón, en el proceso que va desde fiera a hombre, desde la cárcel a la libertad, desde la soberbia al vencimiento de sí mismo. Por otra parte, Segismundo vencerá su amor por Rosaura para ayudarla y restaurar su honor casándola con Astolfo, y se sacrificará casándose con Estrella sin amarla por asuntos de estado. No obstante, Astolfo se niega a casarse con ella porque no se conocen sus orígenes hasta que Clotaldo se reconoce como su padre y accede. En este momento, esta mujer, que ha actuado durante toda la obra desde el principio, pues aparece vestida de hombre porque no tiene quién defienda su honor y que en la última jornada, con vestido de mujer y armas, pide ayuda a Segismundo y está dispuesta a luchar a su lado, debe retirarse y callar cuando los hombres hablan y actúan. De esta forma, toda la fuerza que había tenido este personaje femenino durante toda la obra desaparece, pues era lo que el orden social de la época ordenaba. El ideario político calderoniano y su reflejo en la obra Para Calderón no es lícito que se prive a un heredero legítimo de su trono ni a su pueblo de su gobernante. Así, nos presenta a Basilio como un tirano que comete esos errores imperdonables como rey y lo castiga por su negligencia. Por eso, aunque nuestro autor considera ilícito levantarse contra el rey, se rebelan Segismundo y el pueblo contra él, puesto que para él también es imperdonable que un extranjero ocupe el trono (Astolfo llega a Polonia con su ejército para llevar a cabo un golpe de estado). De hecho, el soldado que comienza la rebelión es castigado. Y se reafirma la confianza del dramaturgo en el monarca absolutista cuyo hijo, a pesar de los errores de su padre (su creencia en la fuerza de las estrellas ante el libre albedrío), es el que gracias a su madurez psicológica restituye el orden (casa a Astolfo con Rosaura y a él mismo con Estrella) y quien, magnánimo perdona a su padre. Caracterización de los dos principales espacios simbólicos: la cárcel y el palacio. Se trata de dos espacios simbólicos donde se realizan las acciones y se dibuja el carácter de Segismundo. La cárcel, que es una torre en un monte y, en un principio, es el ámbito de la pasión, de lo bárbaro, el lugar de las fuerzas primarias, la cueva platónica, con la que se relaciona la sombra, el desorden. En ella vemos en el primer acto a Segismundo encadenado y vestido con pieles, como una fiera. Ahí es donde no es tratado como humano, no es educado como es debido y donde está bajo el control de su padre. No obstante, es en esa 5 cárcel donde empiezan sus dudas y se da cuenta mediante su experiencia en palacio de que debe cambiar. Es decir, en la torre el dramaturgo escondió la ilustración a la que llegamos mediante sufrimiento. Cuando el hombre preso sufre, comete errores y si, posteriormente, aprende de ellos, puede liberarse. El palacio y la torre no son tan opuestos como parece; se suele decir que el primero representa la civilización y el dominio de la razón, aunque también subyacen la traición y la artificialidad, y el segundo, la confusión mental y moral. Esto no es del todo cierto, puesto que en palacio, Segismundo muestra una violencia exacerbada. Y, además, según se ha mencionado, es en la torre-cárcel donde consigue el personaje superar sus errores, lo cual enfatiza todavía más su victoria y liberación posteriores. Otros personajes: Clotaldo, Astolfo, Estrella, Clarín Hay una serie de personajes secundarios que también tienen alguna importancia para el desarrollo de las dos tramas. Clotaldo es el tutor que le asigna a Segismundo su padre. Él es el que le ha enseñado lo poco que sabe y lo que es y, por tanto, es el único, que junto con su padre, le puede visitar. Muy pronto sabemos que su intervención es necesaria para identificar a Rosaura, al reconocer su espada, de forma que se anuncia el inicio de la segunda intriga, la amorosa. Forma parte de la generación de ancianos, junto con Basilio. Encontramos en él el mismo dualismo dramático que en todos los personajes de forma que está sujeto a dos conflictos: la lealtad que le debe al rey y el hecho de ser el padre de Rosaura (la tiene que entregar al rey al encontrarla en la torre pero es su hija, la acaba de encontrar y no quiere que muera). Esa incertidumbre hará que no sea él el que restablezca, como debiera, la honra de su hija y deba hacerlo ella misma. Astolfo representa el galán noble, es el príncipe extranjero, de Moscovia, que está dispuesto a casarse con Estrella para conseguir el trono. Sin embargo, cuando recibe la noticia de la existencia de Segismundo, acepta que es este el que tiene el derecho a ser rey. Además, es el transgresor del honor de Rosaura. Él incumple la palabra que le dio de matrimonio. Por ambos motivos, se puede considerar el antagonista cortesano de Segismundo, pues se muestra soberbio, lo que molesta al príncipe y ha sido el agresor de una dama. Estrella es una infanta de la corte de Basilio, una dama arquetípica que, como corresponde a su condición, debe casarse con otro noble. La pretende Astolfo con la finalidad de lograr el trono. No es un personaje con muchos matices, aunque sin saberlo se convierte en oponente de Rosaura, ya que ambas se disputan a Astolfo por diferentes motivos. Ella no se cree las promesas de Astolfo cuando le ve con un retrato de otra dama colgado. Y una vez recuperado el honor de Rosaura, se casará con el nuevo príncipe (Segismundo). Clarín es el personaje del gracioso y hace lo que se espera de él: es ingenioso y siempre está en el peor lugar y en el peor momento. Sus juegos de palabras relajan las situaciones dramáticas de la obra y sirven de puente entre las preocupaciones existenciales de los personajes y el mundo real: el miedo, el hambre… que él siente. Tendrá un triste final, pues en el ardor de la batalla muere, lo que nos indica el carácter ineludible del destino. 6 Polimetría de La vida es sueño Es característica de las obras del siglo XVII, puesto que se hacían en verso, no solo por el prestigio que este tenía sino también porque así al público iletrado le era más fácil memorizar algunos pasajes. Según Lope, en El arte nuevo de hacer comedias en nuestro tiempo, el uso de una u otra estrofa guarda relación con el asunto que se trata y los personajes que la utilizan. Calderón no sigue a pies juntillas a Lope, aunque encontraremos algunos casos en los que sí. En líneas generales se puede decir que usa el verso largo y noble para escenas amplias y lentas, mientras el verso corto se emplea en monólogos y los diálogos. En este último caso tenemos el uso de los romances, que, siguiendo a Lope, se usan para narrar o también cuando se va a presentar el desenlace final, como sucede en el tercer encuentro de Rosaura y Segismundo. Asimismo, le parecían bien a Lope para narrar las octavas reales (vv. 2428-2491: diálogo entre Astolfo y Basilio pero, en cierto modo, se narra). Las décimas se usaban para las quejas. Así el famoso diálogo de Segismundo (vv. 102-171) de la primera jornada es un lamento en décimas (octosílabos con rima consonante abbaa-ccddc). Las redondillas (4 vv. octosílabos con rima consonante abba) se hacían servir para los diálogos amorosos y, en efecto, para eso las usa nuestro autor (vv. 1224-1547/ 2492-2655). Las silvas pareadas se usan en el primer y el segundo encuentro entre Rosaura y Segismundo, y en el tercero es con esta estrofa como se anuncia su encuentro. Por último, hay que añadir que también usa las quintillas (475-579). 7
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