Reflexiones sobre la profesión de maestra de educación infantil, Apuntes de Didáctica General

¡Descarga Reflexiones sobre la profesión de maestra de educación infantil y más Apuntes en PDF de Didáctica General solo en Docsity! Reflexión Cuando en el primer número de AULA DE INFANTIL del año 2008 apareció el artículo de Santos Guerra titulado «Una simple maestra de infan- til», encontramos reflejadas muchas de las ideas que habíamos pensado plasmar en un es- crito similar. Y nos alegramos de coincidir con el autor porque, de alguna forma, esta coinci- dencia avala la necesidad de resaltar la impor- tancia de la tarea, no reconocida, que realizan las profesionales de esta etapa educativa. Desde estas líneas, queremos dar las gracias al autor por su interés hacia el tema y la enhora- buena por la claridad en la exposición de sus reflexiones. El filósofo José Antonio Marina comienza su homenaje al maestro con estas palabras: De entre los recuerdos de nuestra infancia emerge siempre la clara figura de una maes- tra o de un maestro, con quien tenemos pen- diente una deuda de gratitud. Suele ocurrir que tardamos mucho en darnos cuenta de su influencia benefactora y, para entonces, aquellas personas que sirvieron de puente entre la familia y la sociedad, que suavizaron el desamparo de los primeros días de escuela y nos llevaron de la mano por los laberintos del abecedario y la cultura, habrán desapare- cido ya de nuestras vidas. Efectivamente, el término maestra es un título honorífico que tiene connotaciones cálidas, suaves, cercanas, dulces, entrañables… y un poco mágicas. Se trata de una profesión a la que todas las personas debemos mucho, aunque se valo- re tan poco, y cuya dedicación no se circunscri- be al espacio y al tiempo de la escuela. ¿Quién se ha detenido a valorar en los avances más re- levantes de la medicina la trascendencia de la intervención educativa en las primeras edades? ¿Quién podría ser capaz de investigar sin que se le hubiera enseñado a leer? La maestra de educación infantil es una profesional que posee conocimientos amplios, sólidamente fundamentados y que se cuestiona ante el conocimiento establecido. Cumple la función de agente cultural de primera línea, trabajando en un contexto concreto y con unos medios socioculturalmente determinados. Re- quiere ser la mediadora esencial entre la cultu- Alegrías e ilusiones de ser maestra de infantil M.ª Luisa García Rodríguez ı Esther Pérez Marcos La figura de la maestra de educación infantil debe enten- derse como la de una persona intelectual que actúa a la manera de un artista o un clínico en el aula. Utiliza el conocimiento científico para comprender la situación del aula, de los grupos de niños y niñas y de cada per- sona, así como para diseñar e implementar estrategias flexibles adaptadas a cada momento, cuya eficacia y bondad experimenta y evalúa. 36 | Aula de Infantil Núm. 48. Marzo-Abril 2009 DESARROLLO PROFESIONAL [0–6] 37 | Aula de Infantil Núm. 48. Marzo-Abril 2009 Reflexión ra circundante y los procesos de adquisición de ésta que posee el alumnado. Ha desarrollado una sensibilidad especial para detectar los estados psicológicos de los chiquitines y pone en práctica multitud de co- nocimientos profesionales, no siempre descri- tos, de los que Jaume Cela (1999, p. 29) nos ofrece el siguiente ejemplo: Un buen maestro o maestra de educación infantil sabe que lo primero que tiene que hacer es reducir la dosis de inseguridad que traen puesta las criaturas cuando llegan a la escue- la por primera vez y se encuentran con un mundo desconocido. La maestra de educación infantil conoce las ca- racterísticas del pensamiento en esta etapa, así como las circunstancias que favorecen la cons- trucción de aprendizajes, a la vez que reconoce las peculiares estrategias personales en la reso- lución de tareas. El reto didáctico de la maestra, que es in- termediaria entre la normativa propuesta por la Administración y la realidad en que se desen- vuelve su trabajo, consiste en decidir qué contenidos y experiencias serán relevantes para provocar la reconstrucción del conocimiento adquirido en la vida cotidiana. Ella reivindica el protagonismo del alum- nado en su propio proceso de desarrollo. Cohe- rentemente, dirige su natural curiosidad hacia la consecución de aprendizajes significativos y procura dotarle de instrumentos y recursos que favorezcan la capacidad de pensar y aprender por sí mismo. Es la responsable de identificar en cada caso lo que en la terminología de Vigotsky se denomina «zona de desarrollo próximo», es decir, los logros que, de acuerdo con su desarrollo madurativo, la persona está a punto de conse- guir. Posteriormente, ha de dirigir hacia dicha zona su propuesta de actividades e intervenir estimulando los procesos deseados. Respeta los diferentes ritmos y estilos de maduración, las características personales de los niños y las niñas, su afectividad, sus nece- sidades e intereses, y el estilo perceptivo y cognitivo infantil. Ofrece la oportunidad de vivir experien- cias de calidad permitiendo interactuar en di- versos espacios y con diferentes personas, contribuyendo así a la formación de los esque- mas mentales. Su profesionalidad le permite aplicar sus conocimientos a la práctica y tomar decisio- nes constantemente ante las variadas situa- ciones reales de la vida escolar. Asume la tarea de lograr una atmósfera de respeto y autoconfianza para las personas que conviven en el aula. Interviene en estrecha colaboración con la familia, que es sobre quien recae la res- ponsabilidad fundamental de la educación en esta etapa. Forma parte de un equipo y, como tal, co- labora con sus compañeras dando respuesta colectivamente a las cuestiones que se van planteando en la vida del centro. Indaga sobre su propia práctica, reflexio- na antes y después de ésta, con el objetivo de progresar en sus competencias profesionales. Las maestras de educación infantil tene- mos muy presente que, en esta etapa de la vida, entre los 0 y los 6 años, la persona tiene ante sí inmensas tareas que hay que valorar por su enorme relevancia y por los procesos que des- plegarán. Nadie nace sabiendo distinguir entre el «yo» y el «no yo», conociéndose a sí mismo, caminando, comiendo con autonomía, contro- lando esfínteres, hablando y relacionándose de DESARROLLO PROFESIONAL [0–6]