¡Descarga Revoluciones y liberalismo en el siglo XIX y más Apuntes en PDF de Historia Contemporánea solo en Docsity! INTRODUCCIÓN: Historia Contemporánea La Historia es el pasado de la Humanidad, y por tanto no es modificable. La historiografía es la reconstrucción que los historiadores hacen de ese pasado, y por tanto es una forma de conocimiento en permanente transformación, sujeta a interpretaciones y enfoques renovados desde el presente. La historiografía no puede ser un conocimiento definitivo, ni completamente objetivo, aunque debe aspirar a ello. El concepto de Historia contemporánea implica una visión progresiva y simplificadora del pasado de la Humanidad, esencialmente eurocéntrica. Su alternativa es una visión transtemporal y transnacional que concibe el pasado desde la consideración de fenómenos relacionados con la longue durée y con su dimensión global. Y transdisciplinar, ya que cada vez es más intenso el diálogo entre los distintos ámbitos del conocimiento social. La modernidad refleja como pocos conceptos la necesidad de adoptar ese enfoque transtemporal, transdisciplinar y transnacional. El campo de la historiografía se ha relacionado sobre todo con transformaciones materiales. En el campo de la Historia del Arte y la Filosofía se refiere sobre todo a una actitud y un modo de entender y representar la realidad. El largo siglo XIX El siglo XIX ya no está presente en la memoria, “ya no es recuerdo activo, sino solo una representación” (Osterhammel). Esa representación significa cosas distintas para Occidente, que dominó el mundo (y dentro de ella, para las naciones vivas frente a las moribundas) y para asiáticos (con la excepción de Japón) y africanos, sometidos a él. La década de 1780 marca un punto de inflexión en la historia de la Humanidad. El siglo ha sido caracterizado como el siglo de la revolución, el liberalismo, el nacionalismo, el capitalismo y el dominio de la burguesía, de forma un tanto simplificadora. Los sociólogos de comienzos del siglo XIX (Simmel, Weber) advirtieron una profunda fractura entre unas formas de articulación de la sociedad de base comunitaria (radicadas en la familia y el taller) y nuevas formas de asociación (fábricas, individualismo). La doble revolución se considera su pórtico: una política, cuyo principal escenario fue Francia, y otra económica y tecnológica, que se originó en Inglaterra (Hobsbawm). Pero los cambios ocurridos en el XIX tienen raíces profundas en el mundo moderno: - El Estado moderno y las revoluciones inglesas del XVII - Las exploraciones de los europeos desde el siglo XIV - La afirmación de la burguesía desde el fin del Medievo. - El capitalismo mercantil. - El sistema de producción doméstico y la manufactura. ¿Qué nos queda del siglo XIX? - Un mundo de ciudades. - La revolución en el arte y su difusión. - La emergencia de la multitud en el espacio público. - El conocimiento (educación, ciencia, prensa). - El descubrimiento del individuo. - El Estado-nación y el sistema-mundo. En su trayectoria describe varias dinámicas: Hobsbawm distinguió tres eras, marcadas sucesivamente por la revolución (1789 – 1848), el capital (1848 – 75) y el imperio (1875 – 1914). Trayectoria dislocada: ciclos revolucionarios (1789, 1820, 1830, 1848), procesos de unificación y disgregación política (Italia, Alemania, Guerra de Sucesión, Revolución Meiji), crisis financieras (1849, 1873, 1896), guerras (1792 – 1815, 1856, 1870) El corto siglo XX El siglo XX conserva parte de su memoria, que comienza y termina en los Balcanes y el mundo germánico, y asiste al surgimiento de dos nuevos imperios: Estados Unidos y la URSS (y al ocaso de este último). Isaiah Berlin:” el siglo más terrible de la historia occidental”. Rita Levi Montalcini: “pese a todo (…) la aparición del cuarto estado y la promoción de la mujer”. Severo Ochoa: “el rasgo esencial es el progreso de la ciencia”. El siglo XX comienza y culmina con la afirmación de la democracia, que sufre una crisis profunda en el periodo de entreguerras, cuya culminación es la emergencia del fascismo. Frente a ellas, se consolida una alternativa socialista en la URSS (1917) y sus aliados satélites. La lucha por la igualdad en Occidente ofrece un contraste: el surgimiento del Tercer Mundo. Hobsbawm identifica tres fases: - 1914 marca un punto de inflexión descendente que concluye con el fin de la Segunda Guerra Mundial. Su momento clave es 1929. - Desde 1945 se inicia una fase ascendente, una edad de oro de progreso material y cambios sociales (Bienestar, desarrollo científico, Descolonización), aunque también por la tensión (Guerra Fría, Oriente Próximo). - En 1968 – 1973 se inicia una nueva fase de crisis (cultural, económica), que se prolonga hasta los ochenta y los noventa, en que algunos advierten un choque de civilizaciones (Huntington) y el fin de la historia (Fukuyama).
