Docsity
Docsity

Prepara tus exámenes
Prepara tus exámenes

Prepara tus exámenes y mejora tus resultados gracias a la gran cantidad de recursos disponibles en Docsity


Consigue puntos base para descargar
Consigue puntos base para descargar

Gana puntos ayudando a otros estudiantes o consíguelos activando un Plan Premium


Orientación Universidad
Orientación Universidad

San Agustin y sto tomas, Apuntes de Filosofía

Asignatura: filosofia, Profesor: , Carrera: Psicología, Universidad: UAM

Tipo: Apuntes

2014/2015
En oferta
30 Puntos
Discount

Oferta a tiempo limitado


Subido el 06/02/2015

irelg
irelg 🇪🇸

4.3

(8)

6 documentos

Vista previa parcial del texto

¡Descarga San Agustin y sto tomas y más Apuntes en PDF de Filosofía solo en Docsity! SAN AGUSTÍN Y SANTO TOMÁS Cristianismo y Filosofía Tras Aristóteles, tiene lugar la decadencia del mundo griego y Grecia como imperio comienza a descomponerse. Es entonces cuando aparecen las tres escuelas griegas hasta su caída: la Epicúrea (con Epicuro, defiende el hedonismo, es decir, el placer como bien), la Estoica (fundada por Zenón y con Séneca como estoico destacado, defiende la apatía, el ánimo equilibrado) y la Escéptica (fundada por Pirrón y con Cicerón como el más conocido, defiende que no hay nada permanente y todo es circunstancial, se mantien e en la duda y la distancia). Éstas se consolidan con autores romanos, a pesar de que sus fundadores fueron griegos. Cristianismo La palabra cristianismo (cristian=cristo, ismo=movimiento) se refiere al movimiento en torno a la figura de Cristo. El cristianismo no es una doctrina filosófica, sino una religión (religare: unirse o atarse vitalmente) en la que hay un maestro y unos discípulos, pero ahora con una relación vital, un sentimiento entre discípulo y maestro. La religión tiene entonces que ver con el sentir y la creencia: no hay razones, sino que se trata de un sentimiento. El cristianismo aportó las ideas de FRATERNIDAD, IGUALDAD y LIBERTAD. Fraternidad porque hay una hermandad entre todos los hombres, hijos de Dios; igualdad, ya que los hermanos son todos iguales ante su padre; libertad porque la vida del hombre es un camino que puede acabar en salvación o en condena, y es el hombre quien elige lo que desea: el hijo es libre de marchar, y a pesar de irse el padre espera, ya que el padre es amor y no tiene rencor. La vida del hombre se entiende como un drama, en el que aparece la libertad por el cristianismo: vanguardia. El hombre es protagonista de su vida y responsable de sus pasos. Hasta ahora y desde Tales de Mileto, los filósofos se habían preguntado por el arjé. Se desata ahora la polémica cuando los cristianos afirman que el arjé es un Dios creador (crear: el Ser que procede del No-Ser, de la nada. Palabra nueva que aparece con el cristianismo). Es aquí donde entran en contacto Filosofía y religión. Ante esto, surgen varias posturas: • Conciliadora, postura en la que se situaban San Agustín y San Anselmo. No separa razón y fe, pues considera que ambas son necesarias, de hecho, no pone límites entre las dos. Para San Agustín, la razón tiene límites, y es este mismo el motivo por el cual acudir a la fe. “Entiende para creer y cree para entender”, es decir, razón y fe forman una retroalimentación, la fe alumbra y alimenta a la razón. Para los griegos se trataba de un “saber por saber”, pero para autores como San Agustín, el saber tiene una meta: creer. La vida del hombre es un camino que tiene su inicio en el paraíso y su final en el Juicio Final. • Autonomía. Es la postura que defiende Santo Tomás. Establece cierta separación entre razón y fe porque tienen diferentes métodos y contenidos. Sin embargo, no las separa de forma total, pues algunas cuestiones puede abordarse bien por razón o bien por fe, tales como la existencia de Dios, la inmortalidad de alma o la creación del mundo. Santo Tomás recuperará textos de Aristóteles gracias a los cuales descubre la manera de llegar a estas cuestiones mediante la razón (por el entendimiento agente). • Separación total (Guillermo de Ockham). Defiende que el núcleo de la razón es menor que el de la fe y, por tanto, los tres temas nombrados anteriormente son cuestión de fe y no de razón. Se trata de un voluntarismo: es la voluntad la que puede afirmarlo. • Doble verdad (averroístas, profesores de la universidad de París en el siblo XIII). Averroes era un árabe (pueblo muy culto) que comentó y tradujo todos los textos de Aristóteles que quedaron en Damasco. Más tarde, la Escuela de Traductores de Toledo lo tradujo al latín y pasó a ser un libro de texto para todas las universidades europeas. Aristóteles defiende la mortalidad del alma (representa la razón) y el cristianismo, la inmortalidad de ésta (representa la fe). Lo mismo ocurre con la materia eterna de Aristóteles (razón) y la creación en el cristianismo (fe). Por tanto, existe una doble verdad. Tesis de Plotino (Siglo II) Plotino es un neoplatónico que tuvo gran influencia en San Agustín. Defiende que el origen de todo es la unidad, y lo múltiple procede de lo uno. Frente a la dificultad para entender la creación (no defiende la creación) recurre a la emanación: todo lo real procede de lo uno por emanación. Por tanto, basándose en la pirámide de las Ideas de Platón, cuanto más cerca se está de la cúspide, mayor perfección (se acerca a Dios). Lo más bajo, sería entonces la materia inerte; y lo más cercano al uno, el alma. Propone vivir conforme al alma y el ascenso hacia lo uno (posturas panteístas). Son ideas panteístas: todo EMANA, rebosa a ser, y en su caída se degrada. Por tanto el Uno brota absolutamente todo. • Para explicar ahora el destino del alma, se debe entender primer una historia lineal, con un principio (creación) y un final que es el Juicio Final, en el que se puede dar la salvación o la condena, entrando ya así en el problema del bien y el mal. Dimensión ética y moral Con el cristianismo, aparecen los conceptos de libertad, mal y gracia. Es evidente, que no casan los conceptos de que el Dios creador sea bueno y, sin embargo, exista el mal. Por eso, tiende en un principio hacia el maniqueísmo, que acepta un principio maligno junto al principio bondadoso. Después conoce la tesis de Plotino, que en sus famosas Enéadas da una explicación del mal como privación del bien: el mal es carencia, ausencia… Si el mal es entonces no tener, la idea de creación es dar (dar el Ser, no el No-Ser). Cabe decir ahora que todos los aspectos buenos o positivos de la Creación proceden del Creador, y los negativos, en cambio, son producto de la voluntad humana que tiende a apartarse del bien. Se da así el optimismo ontológico en San Agustín. El problema del mal remite inmediatamente en la libertad. El hombre elige, opta y decide. Hay entonces dos caminos: el bien o el mal, la salvación o la condena. Puede emplear el hombre esa libertad para dirigirse hacia Dios en el que finalmente hallará la paz y felicidad o para apartarse de Él y generar el mal. Sin embargo, entra ahora en juego la gracia: el hombre tiene una naturaleza caída y no puede por sus propias fuerzas superar la distancia infinita que le separa de Dios. Es por esto, que la gracia es el auxilio divino que hace al hombre tender al bien. Es la diferencia entre la libertad indiferenciada y la libertad sanada con la ayuda de Dios, con la gracia. Dimensión social y política Con la entrada de los visigodos en Italia, San Agustín escribe la obra Ciudad de Dios, quizá una de las mas influyentes del autor en la que hace una clasificación de las sociedades. Es la primera obra de teología-filosofía de la historia: interpretación teológica de la historia. Para San Agustín, desde el origen se han dado dos tipos de ciudades y, por tanto, dos tipos de hombres (Caín y Abel): • La ciudad de Dios, caracterizada por el amor generoso, es decir, el amar a los otros olvidándose de sí sey, por supuesto, el amor a Dios. • La ciudad de los hombres, caracterizada por el amor a uno mismo, pero con desprecio a los otros, es decir, un amor egoísta y narcisista y es aquí donde surgen el mal y las injusticias. Se trata de dos ciudades que conviven entorno a las fuerzas de bien (sube) y del mal (baja). Será la ciudad de Dios la sociedad perfecta y sería la Iglesia la que dirige esta ciudad. Es decir, San Agustín platea una concepción teológica de la historia: drama cósmico entre el principio de la caridad (Eros platónico) y el principio el egoísmo. Podría pensarse que el autor fija una teocracia en la que el Estado está subordinado a la Iglesia (lo que para Platón significaban los filósofos, para San Agustín eran los hombres de la Iglesia). Sin embargo, San Agustín no afirma de manera mecánica que la sociedad ideal deba estar regida por la Iglesia, sino que lo importante es el principio que rija si conducta: la caridad y la justicia. SANTO TOMÁS DE AQUINO
Docsity logo



Copyright © 2024 Ladybird Srl - Via Leonardo da Vinci 16, 10126, Torino, Italy - VAT 10816460017 - All rights reserved