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Sigmund freud......................., Esquemas y mapas conceptuales de Psicoanálisis

Sigmund freud..........................

Tipo: Esquemas y mapas conceptuales

2010/2011

Subido el 13/07/2022

martina-acosta-7
martina-acosta-7 🇦🇷

4 documentos

Vista previa parcial del texto

¡Descarga Sigmund freud....................... y más Esquemas y mapas conceptuales en PDF de Psicoanálisis solo en Docsity! Psicología Psicoanalítica Prof. Ma Cecilia López Querbes INCONCIENTE FREUDIANO: Historia “La neurosis consiste en tomar pensamientos por realidad y deseos por hechos”. Freud, Totem y Tabú 1913 Antecedente del Inconciente en los Inicios de Freud En el Proyecto de una Psicología para neurólogos, encontramos que Freud se interroga acerca de ¿cómo se genera una mente a partir de un cerebro funcionando? Despliega así un modelo conceptual que poco a poco se va alejando de lo orgánico y, desarrolla lo que va a ser lo psíquico.  VIVENCIA DE SATISFACCIÓN En los inicios de su teorización, encontramos a la vivencia de satisfacción como un anticipo a la noción fundamental del Inconciente. Texto incluido en el Proyecto de Psicología (1896) que da cuenta de una perspectiva descriptiva y del mecanismo que ella implica. Freud se pregunta ¿Cómo se construye una primera marca de lo que después va a ser un aparato psíquico? El inicial desvalimiento del niño, que no puede disponer de capacidades motoras para autoabastecerse requiere del auxilio ajeno, de su madre u otra persona que realice la acción específica. Freud lo explica con la necesidad vital, el hambre. En este marco se desarrolla un mecanismo específico en base a los registros de Placer- Displacer vinculados al aumento y disminución de la tensión, referencia económica. El aumento de tensión va a ser registrado como displacer y su disminución como placer. Freud nos indica que en la vivencia de satisfacción se produce lo que él llama una “facilitación neuronal por simultaneidad”. Esto implica, tal como nos lo dice en el texto, que a partir de la descarga sucedida gracias a la acción específica producida por el auxilio ajeno de otra persona, una neurona es investida (acá podemos leer que se ha producido o inscripto una huella mnémica, es decir una huella de memoria), quedando como percepción de dicha disminución. Freud afirma que “se genera en el manto la investidura de una neurona (o de varias), que corresponden a la percepción de un objeto” (FREUD 1895, 363). Por efecto, dicha neurona investida se relaciona a través de una facilitación de investidura (se liga) con la neurona primera referida al estado de tensión anterior. Así, Freud explica que cada vez que se produzca el estado de tensión habrá una conexión entre ambas huellas mnémicas que ligará la tensión displacentera a la huella mnémica del placer obtenido –ligadura entre huellas-. Aquí aparece una memoria psíquica, en lugar de una neuronal como había teorizado antes. Lo psíquico no existe hasta que esta primera vivencia de satisfacción es consumada. Freud nos dice que “Si el individuo auxiliador ha operado el trabajo de la acción específica en el mundo exterior en lugar del individuo desvalido, este es capaz de consumar sin más en el interior de su cuerpo la operación requerida para cancelar el estímulo endógeno. El todo constituye entonces una vivencia de satisfacción, que tiene las más hondas consecuencias para el desarrollo de las funciones del individuo”. (FREUD 1895, 363) Esto nos indica dos cuestiones: por un lado, en referencia al mecanismo, a partir de que hay una facilitación entre dos neuronas o huellas mnémicas y, que implica cierta “independencia” del sujeto respecto de la acción específica de un auxiliador ajeno. Cada vez que surja un apremio en el sujeto la huella mnémica que quedó como marca de placer tenderá a atraer hacia sí para revivir el proceso; por otro lado, el desarrollo de las funciones del individuo depende de esta “vivencia”. Así lo que va a denominar identidad de percepción es la posibilidad que tiene el sujeto para vía la alucinación, de prescindir del objeto perdido (pecho). Este alucinar es la identidad de percepción; se percibe una identidad que no es tal, ya que el objeto no está. Esta “independencia” respecto del mundo exterior es posible a partir de que alguna vez el objeto se presentificó –los casos de hospitalismo y marasmo demuestran el alcance constitutivo cuando se carece de ello-. La consecuencia de toda esta construcción es el advenimiento del afecto en términos de placer- displacer y estados de deseo. El deseo es el intento de reproducción de la satisfacción primera de esta vivencia, vía la investidura de la huella mnémica que quedó como su resto. Lógica freudiana, que produce un quiebre como se mencionó antes, entre los términos orgánicos y los términos psicoanalíticos. De ahí que la vivencia de satisfacción constituye un anticipo de la concepción freudiana de INCONCIENTE. Sobre la base del principio de constancia del sistema, Freud diferenciará más adelante en Interpretación de los sueños como hipótesis segunda, el principio de Placer-Displacer que hasta aquí vienen juntos. “Sabemos que Freud concibe el proceso primario como la búsqueda de una identidad de percepción, de lo idénticamente idéntico: el mismo objeto, en el mismo momento, de la misma experiencia de satisfacción. Esto en sí mismo define lo imposible del encuentro y la consecuente pérdida del objeto”. (Delgado, O. “Apuntes para una concepción del trauma en la obra de Freud”. En La subversión freudiana y sus consecuencias*, Buenos Aires, JVE, 2005a, 25-45). Que haya un encuentro fallido sujeto-objeto, indica la ruptura del principio de constancia- principio de placer, por un lado y el esfuerzo por hallar ese objeto. El deseo indestructible se articula en este momento a la dimensión de lo imposible que promueve una causa, una movilidad. Freud descubre en la experiencia que la reducción a cero no se produce, de tal manera que queda siempre una cierta cantidad mayor que cero; se articula de entrada con lo que denomina trauma psíquico –aquí ligado al acontecimiento y que más adelante en su obra lo va a vincular a la fantasía-. A su vez, esta cantidad es la causa de un trabajo para este aparato. Formulando la existencia de esa cantidad, el sistema es un aparato que trabaja. El trabajo es el desplazamiento mismo del aparato psíquico regulado por el principio de placer, cuyo mecanismo es el proceso primario (modo en que el inconciente funciona). 1) Primera teoría freudiana de la causa de la neurosis: Teoría de la seducción Freud dirá que la condición de la defensa (represión) es que sea el suceso de naturaleza sexual y haya ocurrido en una fase anterior (lo infantil). Vivencia sexual infantil traumática con base en la seducción real de un adulto. Así es que encontramos textos como Las neuropsicosis de defensa (1894) Nuevas puntualizaciones sobre las neuropsicosis de defensa (1896) y La etiología de la histeria (1896), donde el síntoma es pensado como el resultado de un mecanismo de defensa por el cual el yo trata de defenderse de la presencia de una representación inconciliable, justamente por su carácter sexual -e infantil-. Recordemos que el encuentro de Freud con la histeria ocurre en un momento histórico marcado por lo que conocemos como la época victoriana que hacía recaer prohibiciones poderosas sobre la sexualidad. Las transgresiones existían, pero las prohibiciones permanecían en su lugar. El afecto será definido por Freud como suma de excitación, algo que se descarga, que es flotante o que se liga según la neurosis de la que hablemos. ¿En qué consiste el afecto?. La represión en las neurosis va a recaer sobre el representante psíquico (ideas asociadas a un suceso) pero no recae sobre su afecto. El afecto que es una cantidad, se desplaza, se mueve, está a la deriva hasta producir una nueva ligadura, “un nuevo lazo”. Consecuencias clínicas: En la histeria de conversión pasa a inervar una parte del cuerpo -conversión histérica-. Pensemos en los distintos casos de histeria analizados por Freud. ej. parálisis, cegueras funcionales, etc. En la neurosis obsesiva esa cantidad que es el afecto separado de la representación reprimida, pasa a cargar a otro representante psíquico que hasta ese momento era indiferente y nimio. Es lo que Freud llama la mudanza del afecto que es efecto de la represión. ej. El obsesivo se satisface pensando y duda de todo. Pero, para el campo de la psicosis, la defensa opera diferente: expulsando las representaciones y su monto de afecto, fuera de los representantes psíquicos. Esta expulsión es distinta a la represión neurótica. El sujeto se aparta de toda la realidad, en cambio en la represión neurótica el sujeto solo se aparta del fragmento intolerable que ésta le provoca. Freud al mecanismo de la psicosis la denomina desestimación y Lacan lo llama forclusión. 2) Segunda teoría freudiana de la causa de la neurosis: Teoría de la fantasía Freud estudiando la histeria, había supuesto primero un poder causal en las vivencias de abuso sexual infantil traumáticas para descubrir, luego, que esas escenas no tendrían existencia real: serían tan sólo el enunciado de fantasías inconcientes. Dirá “mis histéricas me engañan”. Citas textuales: “En la época en que el principal interés se dirigía al descubrimiento de traumas sexuales infantiles, casi todas mis pacientes mujeres me referían que habían sido seducidas por su padre. Al fin tuve que llegar a la intelección de que esos informes eran falsos, y así comprendí que los síntomas histéricos derivan de fantasías, no de episodios reales. Sólo más tarde pude discernir en esta fantasía de seducción por el padre la expresión del complejo de Edipo típico en la mujer.” (Freud, 1933) “Extraje de mi experiencia las conclusiones correctas, a saber, que los síntomas neuróticos no se anudaban de manera directa a vivencias efectivamente reales, sino a fantasías de deseo, y que para la neurosis valía más la realidad psíquica que la material” (Freud, 1925) La realidad psíquica queda aquí en completa oposición a la realidad material. Freud, sostiene que la realidad psíquica adquiere para el sujeto, en su psiquismo, valor de realidad. Las fantasías aunque no se basen en acontecimientos reales, tienen para el sujeto el mismo valor patógeno que Freud atribuyó primero a recuerdos “reales”. Así en el el mundo de las neurosis, el principal papel corresponde a la realidad psíquica. La cura psicoanalítica parte del supuesto de que los síntomas neuróticos se basan, por lo menos, en una realidad psíquica y que, en este sentido el neurótico “debe tener en cierto modo razón”. Podemos concluir entonces que la expresión Realidad Psíquica conjuga el deseo inconciente y la fantasía que está ligada al mismo.
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